Grecia, Portugal y España, llevan años perdiendo competitvidad pero no tienen la posibilidad de devaluar sus monedas por que no tienen monedas que devaluar. Su moneda es el euro. Al no poder devaluar no mejoran su competitividad y, por tanto sus economías están estancadas. Una consecuencia del estancamiento es su pérdida de ingresos fiscales y, por tanto, elevados déficit públicos. Es decir, al formar parte de la zona euro se enfrentan a un escenario en el que los gastos financieros de sus deudas públicas crecen rapidamente. Como consecuencia, los mercados financieros se muestran reacios a comprar su deuda pública a no ser que esos bonos paguen generosos tipos de interés. Tipos de interés altos aumentarán los gastos fianancieros de esos países con elevado déficit y con una deuda que crece rápidamente.
Los enormes pagos de intereses de deuda que deben realizar países como Grecia, el 15,1% de sus ingresos fiscales (ver gráfico), para cumplir con sus obligaciones con sus acreedores van a limitar el gasto público en otras partidas. Esa limitación frenará el crecimiento de sus economías. Seguir leyendo…
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