Grecia atraviesa una terrible situación financiera. El déficit presupuestario alcanzó el 13% del PIB el año pasado. La deuda pública griega, generada por los déficit públicos acumulados, año tras año, alcanza el 113% del PIB. Como consecuencia de esa elevada deuda el diferencial del bono griego, a diez años, con el bono alemán está situado en más de 300 puntos básicos, una barbaridad. Los credit default swaps (CDS) o seguros contra el riesgo de impago de deuda griega se sitúa en los 417 puntos básicos, otra barbaridad.
Estos elevados tipos de interés y de CDS se deben, entre otros motivos, a que, entre abril y mayo, vence casi la mitad de la deuda griega en circulación y el gobierno griego no ha planificado el calendario financiero y eso es un error de libro.
Ante la probabilidad de impago de la deuda griega, los países de la eurozona están estudiando un plan de rescate para evitar la quiebra de Grecia y el efecto contagio a otros países que comparten con Grecia la moneda única. Alemania y Francia ya han aceptado apoyar a Grecia para frenar los ataques especulativos de los mercados financieros. Y es seguro que el Consejo Europeo que se reunirá mañana dedicará su atención a Grecia y a las turbulencias en la zona del euro.
De esta forma “la ropa sucia se va a lavar en casa” y el plan de ajuste lo hará el gobierno alemán (no se debe olvidar que gran parte de la deuda pública griega está en manos de bancos alemanes) o Bruselas (UE). No será, por tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI), como proponíamos algunos, el que acuda al rescate de Grecia. Sin embargo este rescate va a generar lo que en economía se llama “riesgo moral”.
¿Qué es el “riesgo moral” (moral hazard)?
El riesgo moral se define como el comportamiento perverso que hace que los acreedores (en este caso de Grecia) ante el incumplimiento del deudor (Grecia) le sigan prestando fondos por que cuentan con que siempre habrá un prestamista de última instancia (Alemania o la UE) que resolverá el problema. Por tanto detrás de esta ayuda a Grecia se esconde «riesgo moral» cuya idea, la vuelvo a repetir con otras palabras, consiste en que si la UE protege a Grecia por haber hecho mal las cosas ese país, u otros de la Eurozona, como Portugal, España, Italia, Irlanda, etc. podrían seguir comportándose de manera imprudente y despilfarradora sabiendo que al final alguien los rescatará. Si los inversores creen que Alemania o la UE rescatarán a Grecia de sus excesos de gasto público, tanto Grecia, como otros países de gobiernos irresponsables, volverán a asumir déficits excesivos y deudas insostenibles.
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