Archivo de la Categoría ‘Política fiscal’

25
Mar
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    [post_content] => Se intensifica la presión sobre Portugal.

La crisis política desatada en Portugal a raíz del rechazo parlamentario al plan de austeridad y la dimisión del gobierno ha provocado nuevas rebajas de su rating. S&P lo ha recortado la calificación soberana portuguesa de A- a BBB (a dos escalones del grado especulativo) y la mantiene en perspectiva negativa debido a que: la crisis política retrasará la aprobación de las reformas estructurales y la puesta en marcha de nuevas medidas de austeridad, lo que hace peligrar los objetivos de consolidación de 2011; mientras el riesgo de refinanciación de Portugal se ha incrementado sustancialmente y es muy probable que se vea obligado a solicitar asistencia financiera internacional. Sin embargo, la interinidad del gobierno podría dificultar las negociaciones y retrasaría el desembolso de la ayuda.

Por su parte, Fitch ha recortado el rating dos tramos, hasta A- con perspectiva negativa. La agencia cita razones similares a las de S&P, y además, alude al riesgo de que el Estado tenga que prestar asistencia financiera al sector bancario.

Gráficos: Saldo fiscal portugués y calificación del riesgo de la deuda portuguesa.

Economy Weblog



La prima de riesgo del bono portugués a 10 años ha subido 10 pb, superando por primera vez los 450 pb, en el contexto de una jornada relativamente tranquila para el resto de los bonos soberanos de la UEM, constatándose que no se está produciendo un contagio al resto de países periféricos. En concreto, España ha visto reducirse su prima 4 pb, volviendo a situarse por debajo de los 190 pb.

Hoy es un día importante para la Unión Económica y Monetaria

En este contexto, los líderes siguen negociando. El Consejo Europeo de hoy alcanzará, previsiblemente, un acuerdo con avances en cuestiones importantes, pero seguirá dejando asuntos pendientes:

▪ Se rubricará el “pacto por el euro” con compromisos de los países en materia fiscal, laboral, salarial y de pensiones.

▪ Se ratificará el pacto del Eurogrupo sobre la estructura del fondo permanente de rescate (ESM), que corría el riesgo de descarrilar por las objeciones planteadas a última hora por Alemania.

▪ Sin embargo, la reforma actual fondo de rescate (EFSF) se pospone a junio. Sigue pendiente el acuerdo sobre la forma de financiar la ampliación de su capacidad de crédito hasta 440.000 millones, y sobre las condiciones de su intervención en los mercados primarios de deuda pública.

El ESM, operativo desde julio de 2013, estará sobrecapitalizado y contará con un colchón de liquidez, con el fin de obtener la máxima calificación crediticia, lo que le facilitará la captación en el mercado de los fondos que posteriormente prestaría a los países en dificultades.

▪ Sobrecapitalización: el ESM podrá prestar, como máximo, 500.000 millones de euros, pero estará respaldado por una dotación de 700.000 millones, distribuidos entre los países de la UEM en función de su peso en capital del BCE.

▪ Desembolso de efectivo: los países desembolsarán 80.000 millones y comprometerán garantías por los 620.000 millones restantes. Inicialmente, estaba previsto desembolsar 40.000 millones en julio de 2013 y el resto en los tres años siguientes, pero Alemania ha impuesto un calendario menos exigente.
    [post_title] => Acuerdo de la Eurozona sobre política fiscal, laboral y de pensiones.
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Se intensifica la presión sobre Portugal.

La crisis política desatada en Portugal a raíz del rechazo parlamentario al plan de austeridad y la dimisión del gobierno ha provocado nuevas rebajas de su rating. S&P lo ha recortado la calificación soberana portuguesa de A- a BBB (a dos escalones del grado especulativo) y la mantiene en perspectiva negativa debido a que: la crisis política retrasará la aprobación de las reformas estructurales y la puesta en marcha de nuevas medidas de austeridad, lo que hace peligrar los objetivos de consolidación de 2011; mientras el riesgo de refinanciación de Portugal se ha incrementado sustancialmente y es muy probable que se vea obligado a solicitar asistencia financiera internacional. Sin embargo, la interinidad del gobierno podría dificultar las negociaciones y retrasaría el desembolso de la ayuda.

Por su parte, Fitch ha recortado el rating dos tramos, hasta A- con perspectiva negativa. La agencia cita razones similares a las de S&P, y además, alude al riesgo de que el Estado tenga que prestar asistencia financiera al sector bancario.

Gráficos: Saldo fiscal portugués y calificación del riesgo de la deuda portuguesa.

Economy Weblog

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15
Mar
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    [post_content] => Economy Weblog

Ante la realidad económica y política que sufre España, 33 economistas de reconocido prestigio han escrito un libro titulado "Lo que hay que hacer con urgencia" (coordinado por Juan Velarde)" donde ofrecen una serie de recetas para alcanzar los objetivos generalmente aceptados de política económica.

¿A qué nos dedicamos los economistas?

Ante los problemas económicos políticos, sociales y económicos de España los economistas no debemos quedar callados. Los economistas somos una voz importante a la hora de proponer políticas económicas para salir de esta situación de estancamiento económico, endeudamiento con el exterior, desempleo e inflación que padece España. No porque los economistas seamos infalibles ni porque tengamos un derecho privilegiado para opinar, sino porque tenemos un trabajo de especial importancia:

1) Ofrecer argumentos sobre los efectos de la implementación de los diferentes instrumentos de política económica. Por ejemplo,  en el caso de una reforma fiscal, sabemos cuáles son las ventajas e inconvenientes de subir el impuesto sobre el capital o sobre el trabajo frente a subir el impuesto sobre el valor añadido. Conocemos qué consecuencias tiene la subida de los tipos de interés sobre el empleo, el crecimiento económico y la inflación. Intuímos que efectos tiene sobre el mercado laboral ligar las subidas salariales a la productividad, en vez de hacerlo al IPC. Etc.

Y 2)  prever, cuando se aplican determinadas políticas económicas, cuales serán los resultados esperados en los objetivos de política económica generalmente aceptados: pleno empleo, crecimiento económico, equilibrio exterior, estabilidad de precios, igualdad en la distribución de la renta, preservación del medio ambiente, etc.

Las propuestas de los economistas:

Pero escuchar a los economistas no significa aceptar sus propuestas.

Primero, porque la ciencia económica no tiene soluciones para todos los problemas.

Segundo, porque esas soluciones no suelen ser únicas, y suelen venir mediatizadas por cuestiones de valores, escuela económica a la que se pertenece e ideología. De ahí la necesidad de distinguir entre economía positiva y economía normativa.

Tercero, por los supuestos teóricos, explícitos e implícitos, en que se basan nuestras teorías.

Y cuarto, porque los economistas estamos capacitados para dar respuestas a problemas presentados de manera condicional (si se desea fomentar la creación de empleo  sostenible y no precario, ¿Cómo deben modificarse los costes de despido?), pero no de manera absoluta (¿qué estructura de costes de despido es deseable en el mercado de trabajo español en estos momentos?), porque no tenemos la clave de lo que “es deseable” para un país en un momento determinado.

En ninguna ciencia social el científico puede permanecer ajeno a su ideología. Los economistas  no somos agentes neutrales en el diseño de las reformas: como todo ciudadano, tenemos derecho a formular nuestras propias propuestas, apoyadas, es su caso, por nuestro saber científico y nuestra ideología. Los economistas, al igual que les pasa a los médicos, nos podemos equivocar en el diagnóstico y/o la medicación y/o la previsión del resultado de esa medicación y/o la evolución que puede tener la enfermedad en el paciente.

Por eso quiero llamar la atención sobre el hecho de que es muy probable que nuestras propuestas no sean aceptadas, y esto no significa, necesariamente desprecio, ignorancia o mala voluntad por parte de los ciudadanos o de los políticos -aunque a veces si hay manifestaciones de ignorancia. Tampoco se acptan, en muchos casos, las propuestas de los médicos. Ypor  todo lo arriba escrito me atrevo a formularos las siguientes preguntas:

¿Deberían conformarse los economistas y permanecer impasibles ante lo que está sucediendo en nuestro país? ¿Qué se puede hacer en política económica? ¿Qué se debería hacer con urgencia?

Son preguntas que también intenta contestar el libro que te presento.

Autores del libro: Juan Velarde Fuertes (coordinador)

Antonio Argandoña
Fernando Becker
Mikel Buesa
Francisco Cabrillo
José María Casado
Juan R. Cuadrado
José Ramón de Espínola
Josefa Eugenia Fernández Arufe
Fernando Fernández Méndez de Andés
Luis Gámir
José María García Alonso
Leopoldo Gonzalo
Juan E. Iranzo
Barea José
Manuel Lagares
Jaime Lamo de Espinosa
Camilo Lebón Fernández
Joaquín Lorences
José Molero
Rafael Pampillón
Rafael Puyol
José T. Raga
Jaime Requeijo
César Rodríguez Gutiérrez
Rafael Rubio de Urquía
Íñigo Sagardoy de Simón
Rocío Sánchez Lissen
José María Serrano
Ramón Tamames
Juan José Toribio
Antonio Torrero
Guillermo Velarde Pinacho

Fuente: Antonio Argandoña.  "Lo que hay que hacer con urgencia" (coordinado por Juan Velarde)  Actas Editorial. Madrid 2011.
    [post_title] => Lo que hay que hacer con urgencia: las recomendaciones de 33 economistas.
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Economy Weblog

Ante la realidad económica y política que sufre España, 33 economistas de reconocido prestigio han escrito un libro titulado «Lo que hay que hacer con urgencia» (coordinado por Juan Velarde)» donde ofrecen una serie de recetas para alcanzar los objetivos generalmente aceptados de política económica.

¿A qué nos dedicamos los economistas?

Ante los problemas económicos políticos, sociales y económicos de España los economistas no debemos quedar callados. Los economistas somos una voz importante a la hora de proponer políticas económicas para salir de esta situación de estancamiento económico, endeudamiento con el exterior, desempleo e inflación que padece España. No porque los economistas seamos infalibles ni porque tengamos un derecho privilegiado para opinar, sino porque tenemos un trabajo de especial importancia:

1) Ofrecer argumentos sobre los efectos de la implementación de los diferentes instrumentos de política económica. Por ejemplo,  en el caso de una reforma fiscal, sabemos cuáles son las ventajas e inconvenientes de subir el impuesto sobre el capital o sobre el trabajo frente a subir el impuesto sobre el valor añadido. Conocemos qué consecuencias tiene la subida de los tipos de interés sobre el empleo, el crecimiento económico y la inflación. Intuímos que efectos tiene sobre el mercado laboral ligar las subidas salariales a la productividad, en vez de hacerlo al IPC. Etc.

Y 2)  prever, cuando se aplican determinadas políticas económicas, cuales serán los resultados esperados en los objetivos de política económica generalmente aceptados: pleno empleo, crecimiento económico, equilibrio exterior, estabilidad de precios, igualdad en la distribución de la renta, preservación del medio ambiente, etc.

Las propuestas de los economistas:

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14
Mar

Japón: consecuencias económicas del terremoto

Escrito el 14 marzo 2011 por José Ramón Diez Guijarro en Economía Global, Política fiscal, Política Monetaria

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    [post_content] => Aunque lo más importante en estos momentos continúa siendo la tragedia humana, con miles de fallecidos y desaparecidos, en las últimas horas se están realizando las primeras valoraciones de las consecuencias económicas del terremoto en Japón. No en vano, Japón continúa siendo la tercera economía más importante del planeta y, pese a su elevada deuda pública, uno de los mayores acreedores internacionales. Japón tendrá que hacer frente a su peor crisis desde la II Guerra Mundial. En principio, la zona más afecta por el terremoto (Iwate, Miyagi y Fukushima) supone un 4% del PIB, similar al del área afectada por el terremoto de Kobe en 1995. Sin embargo, el efecto del tsunami amplía el número de zonas afectadas, a lo que habría que sumar el peligro añadido por la alerta nuclear y por los cortes energéticos. Las primeras estimaciones elevan el coste hasta los 100.000 millones de dólares (en torno al 2% del PIB), pero la incertidumbre es aún elevada y pensamos que estas valoraciones podrían quedarse cortas.

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Política monetaria

El desastre se produce en un momento de debilidad de la economía, además, la capacidad de maniobra de la política económica es muy reducida. En materia de política monetaria: el Banco de Japón ha aprobado hoy una serie de medidas destinadas a apoyar el funcionamiento de los mercados y del sistema financiero del país: i) mantiene el objetivo para su tipo de referencia (tipo a un día sin colateral) en el rango 0-0,10%; y ii) acordó seguir suministrando una amplia liquidez al sistema (ha efectuado hoy subastas de inyección de liquidez a un día por importe de 15 billones de yenes, 132.000 millones de euros). Junto con estas medidas anunció la ampliación del importe y la duración de su programa de compra de activos. El volumen ha quedado fijado en 10 billones de yenes (88.000 millones de euros) frente a los 5 billones establecidos previamente. Finalmente, prorroga la duración del programa hasta junio de 2012.

Política fiscal

En política fiscal: su deuda pública supera el 200% del PIB, más del doble de la que tenía cuando ocurrió el terremoto de Kobe. En el lado positivo, pensamos que el riesgo de una crisis de deuda no se ha incrementado significativamente: i) según las estimaciones disponibles, aunque los costes pueden ser hasta 10 veces los de Kobe, su impacto sobre la deuda será modesto; ii) los tenedores son mayoritariamente ahorradores japoneses (suponen el 95% de su deuda); y iii) el BoJ muestra una clara disposición a seguir monetizando la deuda.

Por otro lado, también preocupan los efectos sobre los mercados internacionales de la salida de capitales desde grandes países deudores de Japón (por ejemplo, EEUU) hacia el país nipón para financiar la reconstrucción con su propio ahorro. En 2010, los inversores japoneses invirtieron 166.000 millones de dólares en otros países. La consecuencia inmediata sería el fortalecimiento del yen: en el desastre de Kobe, se apreció un 20% en los 3 meses siguientes al desastre. Aunque este tipo de movimientos en las divisas suele ser temporal (en 1995, la repatriación de capitales sólo duró 2 meses y después se restablecieron los niveles anteriores al terremoto), es previsible que el gobierno no permita que el yen se fortalezca e intervenga en el mercado de divisas.

El crecimiento del PIB

Por el momento, el impacto sobre el crecimiento del PIB es muy incierto, si bien la mayoría de analistas son optimistas y consideran que la economía podría evitar la contracción. La comparación con otros episodios similares es una pobre guía, puesto que no son comparables en magnitud ni en localización. En el caso del terremoto de Chile en 2010, el PIB se contrajo un 5% anualizado en el trimestre afectado, pero repuntó rápidamente en los siguientes trimestres (+19% en el 2T10). En el desastre de Kobe, la economía japonesa no llegó a contraerse: el exceso de capacidad existente en la economía permitió que una mayor producción en los sectores más ociosos compensara la pérdida en las industrias más afectadas (el exceso de capacidad actual podría conducir a un resultado similar). Lo normal es un fuerte deterioro inicial que se puede compensar más tarde con los gastos de reconstrucción. Aunque hay otras variables que son difíciles de predecir a medio plazo como las expectativas de los agentes. En cualquier caso es demasiado pronto para valorar el impacto en términos de PIB, aunque indudablemente habrá que revisar a la baja las estimaciones para este año (+1,5% según Consensus Economics).

La reacción de los mercados

Muy importante también es la reacción de los mercados. El Nikkei ha cerrado la sesión de hoy lunes con una caída del -6,18%. El viernes pasado también cerró con pérdidas, de un -1,72%. De sus 225 componentes, sólo 9 mantienen un balance positivo en las dos últimas jornadas. Entre ellos sobresalen empresas de construcción (Kajima +24,5%, Taisei Corp +21,9%) y de materiales de construcción (Taiheiyo Cement +20,2%). El posible impacto del desastre sobre las plantas y equipo de los grandes fabricantes japoneses ubicadas en el país y la interrupción de la actividad por los daños sobre el suministro eléctrico han provocado abultadas pérdidas en el resto de sectores. Cabe destacar a las grandes empresas del sector de automoción (Mitsubishi -13,4%, Kawasaki -11,6%, Nissan Motor -11,5% o Toyota -10,6%) y de la electrónica (Sony -11,15%, Toshiba -17,8% o Hitachi -18,18%).

El riesgo de que las caídas bursátiles se prolonguen es elevado. Si tomamos como referencia el terremoto de Kobe, el Nikkei perdió en los tres meses siguientes un 21%, seguidamente registró una recuperación temporal y volvió a caer hasta definir su suelo en julio, seis meses después, con una pérdida acumulada del 25%.

El contagio de la bolsa japonesa al resto de la región asiática ha sido, hasta el momento, inexistente. Hoy han cerrado con ganancias las bolsas de Hong Kong, China, Corea del Sur, India, Tailandia e Indonesia, por citar las mayores. Es más, en algunos mercados de la región hay valores que están sobresaliendo positivamente por la consideración de los inversores de que sus negocios saldrán beneficiados de la caída en la actividad manufacturera de Japón. Fuera de la región, sobresalen negativamente dos sectores: seguros y utilities. Las grandes compañías aseguradoras se están viendo penalizadas por las indemnizaciones a las que deberán hacer frente. Las estimaciones son todavía muy preliminares, aunque se manejan cifras que van desde los 10.000 millones de dólares hasta los 35.000.

En Europa, la reacción inicial ha sido vendedora, aunque posteriormente se han mitigado las pérdidas e, incluso, algunas plazas han vuelto al signo positivo. La peor es la bolsa alemana, con el Dax cediendo un -1,6%, arrastrado por las caídas de aseguradoras y eléctricas. En el lado positivo hay que referirse a la bolsa española -el Ibex subió un 0,17%-, gracias al tirón del sector bancario. Esta reacción es debida a la buena acogida que ha tenido entre los inversores el principio de acuerdo alcanzado por los líderes de la UEM el viernes pasado.

En definitiva, un nuevo foco de incertidumbre a sumar a los que todavía no se han cerrado (conflicto en Oriente Medio), lo que aumentará a corto plazo el atractivo de los activos refugio.
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Aunque lo más importante en estos momentos continúa siendo la tragedia humana, con miles de fallecidos y desaparecidos, en las últimas horas se están realizando las primeras valoraciones de las consecuencias económicas del terremoto en Japón. No en vano, Japón continúa siendo la tercera economía más importante del planeta y, pese a su elevada deuda pública, uno de los mayores acreedores internacionales. Japón tendrá que hacer frente a su peor crisis desde la II Guerra Mundial. En principio, la zona más afecta por el terremoto (Iwate, Miyagi y Fukushima) supone un 4% del PIB, similar al del área afectada por el terremoto de Kobe en 1995. Sin embargo, el efecto del tsunami amplía el número de zonas afectadas, a lo que habría que sumar el peligro añadido por la alerta nuclear y por los cortes energéticos. Las primeras estimaciones elevan el coste hasta los 100.000 millones de dólares (en torno al 2% del PIB), pero la incertidumbre es aún elevada y pensamos que estas valoraciones podrían quedarse cortas.

Economy Weblog

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13
Ene
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    [post_content] => De acuerdo con el Diccionario de Economía provisto por este blog, el “efecto expulsión" (crowding-out), se define como el “Crecimiento del gasto público que hace que disminuya la inversión privada. Algunos autores también lo definen como la disminución que experimenta la inversión privada como consecuencia del endeudamiento público.” También en este blog, diferentes contribuciones han apuntado a la posibilidad de que este fenómeno se esté manifestando en España. Así, Rafael Pampillón, nos decía que el “déficit no solo contribuirá a generar mayores tensiones inflacionistas si no que también habrá que financiarlo a través de deuda pública lo que aumentará el riesgo país y encarecerá la financiación del sector privado. En una situación, como la que atravesamos, de fuerte de restricción crediticia demandar fondos prestables a los mercados financieros no es buena idea ya que genera un efecto expulsión (crowding out); es decir, el sector público expulsa al sector privado de la economía.” Más adelante, José Ramón Díez aconsejaba “no perder de vista que se debe cortar la deriva actual de las finanzas públicas, pues de lo contrario el coste del servicio de la deuda y el efecto crowding-out (expulsión de la inversión privada) pueden ser dos lastres demasiado pesados para la próxima recuperación.” Por último, más recientemente Valentín Bote concluía que “los datos apuntan a que sí que podemos estar viviendo un fenómeno de crowding out financiero en España.”

El pasado mes de diciembre, el vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, alertaba sobre las dificultades para refinanciar el billón de deuda bancaria que vence en los dos próximos años en un contexto marcado por el posible efecto crowding-out que ejercen unas finanzas públicas ampliamente deficitarias. La semana pasada el Santander y el BBVA reabrieron después de tres meses los mercados financieros para la banca española, pero a un elevado precio.

¿Podemos hablar de crowding-out en España?
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De acuerdo con el Diccionario de Economía provisto por este blog, el “efecto expulsión» (crowding-out), se define como el “Crecimiento del gasto público que hace que disminuya la inversión privada. Algunos autores también lo definen como la disminución que experimenta la inversión privada como consecuencia del endeudamiento público.” También en este blog, diferentes contribuciones han apuntado a la posibilidad de que este fenómeno se esté manifestando en España. Así, Rafael Pampillón, nos decía que el “déficit no solo contribuirá a generar mayores tensiones inflacionistas si no que también habrá que financiarlo a través de deuda pública lo que aumentará el riesgo país y encarecerá la financiación del sector privado. En una situación, como la que atravesamos, de fuerte de restricción crediticia demandar fondos prestables a los mercados financieros no es buena idea ya que genera un efecto expulsión (crowding out); es decir, el sector público expulsa al sector privado de la economía.” Más adelante, José Ramón Díez aconsejaba “no perder de vista que se debe cortar la deriva actual de las finanzas públicas, pues de lo contrario el coste del servicio de la deuda y el efecto crowding-out (expulsión de la inversión privada) pueden ser dos lastres demasiado pesados para la próxima recuperación.” Por último, más recientemente Valentín Bote concluía que “los datos apuntan a que sí que podemos estar viviendo un fenómeno de crowding out financiero en España.”

El pasado mes de diciembre, el vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, alertaba sobre las dificultades para refinanciar el billón de deuda bancaria que vence en los dos próximos años en un contexto marcado por el posible efecto crowding-out que ejercen unas finanzas públicas ampliamente deficitarias. La semana pasada el Santander y el BBVA reabrieron después de tres meses los mercados financieros para la banca española, pero a un elevado precio.

¿Podemos hablar de crowding-out en España?

23
Dic
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    [post_content] => El pasado martes, Rafael Pampillón comentaba la relación entre los tipos de interés y el precio de los bonos. La importancia que tienen los bonos en las carteras de inversores de todo el mundo (bancos centrales, fondos de inversión, etc) hace que cuando se percibe un posible aumento de rentabilidades, aumente la preocupación en los mercados financieros. Las rentabilidades en los dos principales mercados de deuda pública del mundo están en tendencia alcista. Centrándonos en el plazo a 10 años, referencia habitual cuando hablamos del mercado de bonos, vimos en agosto hacer mínimos a los títulos alemanes, cerca del 2%, mientras que en el caso de EEUU lo hicieron a mediados de octubre, con tires en torno al 2,3%. Desde entonces vienen dibujando la estructura típica de máximos y mínimos relativos sucesivamente más altos que siempre define a una tendencia alcista. A día de hoy, la tir alemana está cerca del 3% y la estadounidense se mueve alrededor del 3,3%.

Varios factores se dan cita para justificar la continuidad de esta tendencia:

i) Ha aumentado la confianza sobre el crecimiento económico internacional. Las previsiones para 2011 son razonablemente buenas, lo que ha provocado una subida de los tipos de interés reales que, por sí sola, explica más del 75% de la subida de las tires.

ii) En el caso de EEUU, hay dudas sobre la verdadera voluntad del gobierno para acometer una política de consolidación fiscal, máxime tras las decisiones de rebaja de impuestos y extensión de los subsidios por desempleo aprobados recientemente.

iii) Las expectativas de inflación se están revisando al alza. Es una consecuencia de la mejora de la actividad y de la elevada liquidez que están inyectando bancos centrales como la Fed. No obstante, no es una variable que, en estos momentos, suscite una preocupación importante.

iv) En los últimos meses, a pesar de las tensiones que se han vivido en el mercado de deuda periférica de la UEM, no se ha producido con la misma intensidad que en otras ocasiones la búsqueda de activos refugio, sino que la demanda ha discriminado más y se ha dirigido hacia otros activos de riesgo (bonos corporativos, renta variable, materias primas).

A pesar de lo anterior, no esperamos que el movimiento al alza de las rentabilidades de la deuda vaya a ser especialmente acusado. Desde luego, es muy improbable que se mantenga al ritmo del último mes. ¿Cuáles son los factores que van a suavizar esa tendencia alcista? Básicamente tres:

 1. La Reserva Federal va a actuar desde el lado comprador al seguir implementando su programa de compra de bonos, que no hay que olvidar tiene un tamaño que oscila entre los 850.000 y 900.000 millones de dólares. Estas compras las va a ir realizando hasta el mes de junio y no se puede descartar que el programa se alargue después de esta fecha.

2. Los tipos de interés de los principales bancos centrales (FED, BCE, BoE, BoJ) van a seguir en mínimos históricos, al menos hasta bien entrado el 2012..

3. La recuperación en marcha difiere de otras del pasado, es más lenta, lo que se traduce en unas tasas de crecimiento nominal inferiores a fases comparables de anteriores ciclos.
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El pasado martes, Rafael Pampillón comentaba la relación entre los tipos de interés y el precio de los bonos. La importancia que tienen los bonos en las carteras de inversores de todo el mundo (bancos centrales, fondos de inversión, etc) hace que cuando se percibe un posible aumento de rentabilidades, aumente la preocupación en los mercados financieros. Las rentabilidades en los dos principales mercados de deuda pública del mundo están en tendencia alcista. Centrándonos en el plazo a 10 años, referencia habitual cuando hablamos del mercado de bonos, vimos en agosto hacer mínimos a los títulos alemanes, cerca del 2%, mientras que en el caso de EEUU lo hicieron a mediados de octubre, con tires en torno al 2,3%. Desde entonces vienen dibujando la estructura típica de máximos y mínimos relativos sucesivamente más altos que siempre define a una tendencia alcista. A día de hoy, la tir alemana está cerca del 3% y la estadounidense se mueve alrededor del 3,3%. Seguir leyendo…

17
Dic

Unión monetaria … ¿y fiscal?

Escrito el 17 diciembre 2010 por Javier Carrillo en Política fiscal, Política Monetaria, Unión Europea

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    [post_content] => Hace ya algún tiempo abordábamos en este blog las imperfecciones de la unión monetaria europea. Entonces argumentábamos que, en términos teóricos, el correcto funcionamiento de una unión monetaria exige ciertas condiciones estructurales de las economías de sus Estados miembros: movilidad de factores, flexibilidad de precios y transferibilidad presupuestaria. Decíamos que el perjuicio de la pérdida de la soberanía nacional respecto al tipo de cambio y a los instrumentos presupuestarios será tanto mayor cuanto peor funcionaran los mecanismos antes referidos, pues sin estos dispositivos de ajuste sería difícil financiar los desequilibrios (choques asimétricos) que puedan afectar localmente a los Estados miembros. Concluíamos, de acuerdo con aquella teoría, que en la Eurozona sería deseable la centralización de una parte significativa de los recursos fiscales, permitiendo así a los países que sufran un choque negativo acceder a transferencias automáticas. Si lo anterior no fuera posible, las políticas fiscales nacionales se deberían poder utilizar con flexibilidad, permitiéndose el incremento del déficit presupuestario de la nación afectada. Pasemos de la teoría a la práctica.

Las asimetrías en el impacto de la crisis financiera internacional sobre los diferentes Estados miembros y la consiguiente crisis de deuda soberana en Europa han mostrado claramente los límites de la segunda alternativa, y así lo han entendido las autoridades comunitarias.  En cuanto a la primera vía, nos son ya conocidas y han sido discutidas aquí las decisiones tomadas, así como sus debilidades, parcialmente aliviadas tras la aprobación ayer en la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de una reforma limitada del Tratado de Lisboa para crear un mecanismo permanente de rescate, cuyos trazos gruesos se recogen hoy en la prensa económica.

Sin embargo, la falta de encaje entre las realidades monetaria y fiscal de la Eurozona, y la presión de los mercados para que sea resuelta, siguen exigiendo cambios más profundos, incluso más creativos. En esa línea se encontraría la reciente propuesta del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, apoyada a su vez en el trabajo de los economistas Delpla y von Weizsäcker. Se trataría de dar un paso adelante hacia un futuro “Tesoro” común europeo mediante la creación de un “eurobono”, un pool común de deuda europea de responsabilidad compartida. La deuda de cada Estado miembro dentro del pool (blue bonds, garantizados por la UE) no podría superar el 60% de su PIB (límite de Maastricht), siendo el exceso (red bonds) responsabilidad exclusiva del país emisor. En caso de default, los primeros tendrían prioridad en su repago sobre los segundos. Delpla y von Weizsäcker defienden que el previsible volumen y la liquidez de los blue bonds europeos en circulación permitirían su competencia con los bonos estadounidenses, atrayendo a los inversores y reduciendo su riesgo incluso por debajo de la actual deuda alemana; la estabilidad regresaría a la deuda europea y su coste se contendría. Por otra parte, los mayores intereses a pagar por los red bonds deberían servir a los Estados como incentivo para respetar los compromisos de Maastricht, y su mayor riesgo exigiría a los inversores ser más cautelosos con la salud fiscal de los emisores, algo que no sucedió en el caso de Grecia.

Como suele ser habitual, las ideas atractivas en lo teórico son complejas de llevar a la práctica. Ésta ya ha chocado de frente con la oposición, desinformada según algunos, del tándem Merkel-Sarkozy. Mala suerte.
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Hace ya algún tiempo abordábamos en este blog las imperfecciones de la unión monetaria europea. Entonces argumentábamos que, en términos teóricos, el correcto funcionamiento de una unión monetaria exige ciertas condiciones estructurales de las economías de sus Estados miembros: movilidad de factores, flexibilidad de precios y transferibilidad presupuestaria. Decíamos que el perjuicio de la pérdida de la soberanía nacional respecto al tipo de cambio y a los instrumentos presupuestarios será tanto mayor cuanto peor funcionaran los mecanismos antes referidos, pues sin estos dispositivos de ajuste sería difícil financiar los desequilibrios (choques asimétricos) que puedan afectar localmente a los Estados miembros. Concluíamos, de acuerdo con aquella teoría, que en la Eurozona sería deseable la centralización de una parte significativa de los recursos fiscales, permitiendo así a los países que sufran un choque negativo acceder a transferencias automáticas. Si lo anterior no fuera posible, las políticas fiscales nacionales se deberían poder utilizar con flexibilidad, permitiéndose el incremento del déficit presupuestario de la nación afectada. Pasemos de la teoría a la práctica.

Las asimetrías en el impacto de la crisis financiera internacional sobre los diferentes Estados miembros y la consiguiente crisis de deuda soberana en Europa han mostrado claramente los límites de la segunda alternativa, y así lo han entendido las autoridades comunitarias.  En cuanto a la primera vía, nos son ya conocidas y han sido discutidas aquí las decisiones tomadas, así como sus debilidades, parcialmente aliviadas tras la aprobación ayer en la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de una reforma limitada del Tratado de Lisboa para crear un mecanismo permanente de rescate, cuyos trazos gruesos se recogen hoy en la prensa económica.

Sin embargo, la falta de encaje entre las realidades monetaria y fiscal de la Eurozona, y la presión de los mercados para que sea resuelta, siguen exigiendo cambios más profundos, incluso más creativos. En esa línea se encontraría la reciente propuesta del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, apoyada a su vez en el trabajo de los economistas Delpla y von Weizsäcker. Se trataría de dar un paso adelante hacia un futuro “Tesoro” común europeo mediante la creación de un “eurobono”, un pool común de deuda europea de responsabilidad compartida. La deuda de cada Estado miembro dentro del pool (blue bonds, garantizados por la UE) no podría superar el 60% de su PIB (límite de Maastricht), siendo el exceso (red bonds) responsabilidad exclusiva del país emisor. En caso de default, los primeros tendrían prioridad en su repago sobre los segundos. Delpla y von Weizsäcker defienden que el previsible volumen y la liquidez de los blue bonds europeos en circulación permitirían su competencia con los bonos estadounidenses, atrayendo a los inversores y reduciendo su riesgo incluso por debajo de la actual deuda alemana; la estabilidad regresaría a la deuda europea y su coste se contendría. Por otra parte, los mayores intereses a pagar por los red bonds deberían servir a los Estados como incentivo para respetar los compromisos de Maastricht, y su mayor riesgo exigiría a los inversores ser más cautelosos con la salud fiscal de los emisores, algo que no sucedió en el caso de Grecia.

Como suele ser habitual, las ideas atractivas en lo teórico son complejas de llevar a la práctica. Ésta ya ha chocado de frente con la oposición, desinformada según algunos, del tándem Merkel-Sarkozy. Mala suerte.

26
Nov

El ajuste irlandés y el impuesto de Sociedades

Escrito el 26 noviembre 2010 por Valentín Bote en Economía Mundial, Política fiscal

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    [post_content] => He leído y escuchado varias veces en estos últimos días, en relación con el rescate a la economía irlandesa y el Plan de Recuperación Nacional –aprobado esta misma semana- referencias al impuesto de Sociedades irlandés y a la necesidad de elevarlo. Como bien sabrán los lectores, en el duro ajuste anunciado por las autoridades irlandesas, con subidas de impuestos y reducciones de gasto público, ha mantenido inalterado el impuesto de Sociedades en el tipo del 12,5%, y es que pese a las presiones –interesadas- de muchos otros países europeos que cuentan con una tributación más onerosa para las empresas y que ven en el impuesto irlandés un claro ejemplo de competencia “desleal”, en Irlanda existe un curioso consenso, que aglutina desde el Gobierno y la oposición política a los sindicatos o la iglesia católica, en que el impuesto de Sociedades debe mantenerse en el 12,5%, puesto que es uno de los pilares básicos del progreso económico del país de las últimas dos décadas.

Economy Weblog

Y es que es un error infantil –o una intoxicación interesada- considerar que el origen del desequilibrio presupuestario del gobierno irlandés está en su baja tributación de Sociedades. Si Irlanda tiene en estos momentos un déficit presupuestario que supera el 32% del PIB no es por el competitivo tipo al que están gravadas sus empresas sino por razones totalmente distintas: por el rescate presupuestario de la banca irlandesa, que estaba en una situación crítica por su exposición a la burbuja inmobiliaria que estalló en dicho país. De hecho recuérdese que este país, tradicionalmente, ha sido una de las economías con IVA más alto de la Unión Europea, con un 21% que ahora se subirá al 23%. Es decir, que el modelo de crecimiento adoptado por Irlanda rebajaba la carga fiscal a las empresas, porque entendían que de esa manera se contribuía a atraer inversiones, crear empleo y riqueza, a cambio de una mayor carga impositiva sobre los consumidores.

Al ser fieles a sus convicciones, el programa de ajuste presentado por el Gobierno irlandés, que parece haber dejados satisfechos tanto a la UE como al FMI, ha realizado un ajuste fiscal y presupuestario muy duro, con la creación de nuevas tasas –sobre el agua potable- e impuestos –el inmobiliario- y la elevación del impuesto sobre la renta, entre otros, y con un ajuste muy duro en el gasto público, pero no han tocado el impuesto de Sociedades. El Gobierno ha reconocido que el ajuste repercutirá negativamente en los ingresos de los irlandeses, pero no han querido tocar una herramienta que les ha reportado mucho bienestar en las últimas dos décadas.
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He leído y escuchado varias veces en estos últimos días, en relación con el rescate a la economía irlandesa y el Plan de Recuperación Nacional –aprobado esta misma semana- referencias al impuesto de Sociedades irlandés y a la necesidad de elevarlo. Como bien sabrán los lectores, en el duro ajuste anunciado por las autoridades irlandesas, con subidas de impuestos y reducciones de gasto público, ha mantenido inalterado el impuesto de Sociedades en el tipo del 12,5%, y es que pese a las presiones –interesadas- de muchos otros países europeos que cuentan con una tributación más onerosa para las empresas y que ven en el impuesto irlandés un claro ejemplo de competencia “desleal”, en Irlanda existe un curioso consenso, que aglutina desde el Gobierno y la oposición política a los sindicatos o la iglesia católica, en que el impuesto de Sociedades debe mantenerse en el 12,5%, puesto que es uno de los pilares básicos del progreso económico del país de las últimas dos décadas.

Economy Weblog

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1
Oct
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    [post_content] => Pregunta pertinente en una semana en la que en España se ha conocido el Proyecto de Presupuestos Generales para 2011, con un fuerte ajuste del gasto público. El FMI en su último World Economic Outlook intenta aportar algo de luz al intenso debate sobre este tema que se está dirimiendo entre economistas de diferentes escuelas económicas.

Los gobiernos de los países desarrollados se han visto obligados a poner en marcha duros planes de consolidación fiscal para mitigar el severo impacto de la recesión sobre sus finanzas. En media, el déficit público está cerca del 10% del PIB y la deuda alcanzará este año el 100% del PIB, máximo del último medio siglo.

A corto plazo, la consolidación fiscal suele tener un efecto contractivo sobre la actividad y el empleo. Una reducción del déficit público de 1 p.p. normalmente provoca una caída del PIB del 0,5% en los dos años siguientes, así como un aumento de la tasa de paro en algo más de 0,3 p.p.

El FMI cita algunos factores que pueden mitigar estos efectos negativos, si bien en el contexto actual –tipos bajos y austeridad generalizada–, su capacidad de compensación es reducida:

▪ En épocas de ajuste fiscal, los bancos centrales suelen aplicar políticas monetarias expansivas que sostienen la demanda interna. Según el FMI, el tipo de intervención se rebaja en torno a 20 pb ante una reducción del déficit del 1% del PIB. Sin embargo, si los tipos están cerca del 0% –como sucede en algunos países avanzados–, el margen de maniobra de la política monetaria es reducido.

▪ Además, la divisa tiende a depreciarse alrededor de un 1,1% en términos reales ante una consolidación fiscal del 1% del PIB, impulsando la contribución de las exportaciones netas al crecimiento. Lógicamente, este efecto positivo será menor cuanto mayor sea el número de países que acometen ajustes simultáneamente.

En el corto plazo, los ajustes fiscales basados en recortes de gasto son menos contractivos que las subidas de impuestos. El impacto sobre la actividad de una reducción del déficit de un 1% del PIB varía entre -1,3% y -0,3% (y entre +0,6 y +0,2 p.p. en el caso del paro) en función de que se acometa por una u otra vía.

▪ Normalmente, los recortes de gastos se asocian con una mayor disciplina fiscal, impulsando la confianza de los agentes y la disposición del banco central a bajar tipos.

▪  Además, los bancos centrales disponen de un menor margen de maniobra si se elevan los impuestos indirectos, por el efecto inflacionista de esta medida.

Además, el FMI señala que el impacto negativo de un ajuste fiscal es menor cuando se acomete después de episodios de elevado riesgo soberano, por los efectos positivos del retorno de la confianza. En el largo plazo, la consolidación tiene un efecto expansivo: la reducción de la deuda pública presiona a la baja los tipos de interés reales y da margen para reducir los impuestos, impulsando la inversión. El FMI estima que una caída permanente de la deuda pública de un 10% del PIB provoca un aumento del PIB del 1,4%.

En la actualidad, asistimos a un esfuerzo generalizado de saneamiento de las finanzas públicas por parte de las economías desarrolladas, lo que supone que los efectos contractivos de la consolidación tenderán a amplificarse, al menos a corto plazo.

La mejora de la confianza que estas políticas puedan acarrear difícilmente compensará sus efectos negativos sobre la actividad y el empleo, pero estos sacrificios son necesarios para reforzar la solvencia de los Estados y recuperar la confianza de los mercados. En cualquier caso, deberían ir acompañados de reformas estructurales que permitan elevar el crecimiento potencial y dar respuesta a los retos a los que se enfrentan las economías desarrolladas –en particular, el envejecimiento demográfico–.

De todo lo anterior podemos extraer algunas ideas:

1) Parece difícil con el ajuste de gasto público anunciado que se puedan alcanzar las previsiones de crecimiento oficiales para España en 2010 (+1,3%), eso sí, a medio plazo lo anterior puede verse compensado por el aumento de credibilidad, descenso de la prima de riesgo, etc.

2) Los bancos centrales no podrán compensar ese esfuerzo fiscal (aunque otro día repasaremos su margen de actuación), pero lo que cada vez parece más claro es que las subidas de tipos se van a retrasar hasta bien entrado el 2012.

3) Los tipos de cambio van a ser una fuente de conflicto en los próximos meses.
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Pregunta pertinente en una semana en la que en España se ha conocido el Proyecto de Presupuestos Generales para 2011, con un fuerte ajuste del gasto público. El FMI en su último World Economic Outlook intenta aportar algo de luz al intenso debate sobre este tema que se está dirimiendo entre economistas de diferentes escuelas económicas.

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29
Sep

Nuevas propuestas para reforzar el gobierno económico de la UE

Escrito el 29 septiembre 2010 por José Ramón Diez Guijarro en Política fiscal, Unión Europea

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    [post_content] => En medio de un nuevo episodio de inestabilidad en los países periféricos de la Unión Europea, está vez centrado en las dudas sobre el coste del rescate bancario en Irlanda –mañana conoceremos más detalles sobre la reestructuración del Anglo Irish Bank-, la Comisión Europea ha presentado hoy una batería de propuestas para reforzar el gobierno económico de la UE –y en particular, de la UEM–, entre las que se incluyen una reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y una vigilancia más estrecha de los desequilibrios macroeconómicos.

La bandera europea

Los principales detalles son los siguientes:

1) La CE propone endurecer la disciplina fiscal a la que están sometidos los miembros de la UE, reforzando el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en sus vertientes preventiva y sancionadora:

- Desde el punto de vista preventivo, se exigirá a los Estados que sigan “políticas fiscales prudentes” que les permitan alcanzar los objetivos a medio plazo, evitando la prociclicidad y atajando los desequilibrios en una fase temprana.

- Se vigilará de forma más estrecha el endeudamiento público, además del déficit: los Estados cuya deuda se sitúe por encima del 60% del PIB deberán reducirla a un ritmo mínimo anual de una vigésima parte de la diferencia entre el nivel de deuda y el valor de referencia, durante al menos tres años Por ejemplo, en el caso de un país con un nivel de deuda del 100% del PIB, tendría que reducirlo en un 2% del PIB anualmente.

- Las sanciones por incumplimiento ascenderán al 0,2% del PIB y se aplicarán de forma automática, salvo que una mayoría cualificada del Consejo se oponga.

2) La CE propone un mecanismo para prevenir y corregir desequilibrios macro, que se basaría en la vigilancia del déficit corriente, los costes laborales, el tipo de cambio efectivo real o la deuda privada. Si un país de la UEM no toma medidas para atajar desequilibrios graves, afrontaría una multa anual del 0,1% del PIB.

3) Estas propuestas se añaden a otras medidas de calado aprobadas recientemente, como la “facilidad de estabilidad financiera” o el “semestre europeo” (supervisión ex-ante de los presupuestos y programas de reformas nacionales).

De aprobarse, estas reformas supondrían un avance importante en materia de “gobierno económico”, pues reforzarían la disciplina fiscal y la coordinación económica, y contribuirían a atajar las divergencias en competitividad. En cualquier caso, estas medidas sólo mitigan, pero no solucionan, la principal deficiencia de la UEM: sigue siendo una unión monetaria sin unión fiscal, pues la soberanía fiscal sigue en manos de los Estados.

De nuevo, se trata de un ejercicio de compromiso entre los miembros de la UEM, como refleja que no se hayan incluido las propuestas más polémicas o más complicadas desde el punto de vista legislativo, tales como la retirada de fondos comunitarios o la suspensión del derecho de voto en el Consejo Europeo, ante la oposición de algunos países como Francia.

Se echa en falta una reforma del presupuesto comunitario. Debería convertirse en un instrumento más flexible (con posibilidad de incurrir en déficit) y dotado de más fondos (actualmente, en torno al 1% del PIB de la UE), para que pueda cumplir un papel estabilizador y de transferencia de fondos.

Todo lo anterior refleja que la UE se encuentra en una encrucijada, marcada por la crisis económica, por las deficiencias del proyecto de construcción europeo y por los cambios estructurales que se están produciendo en la economía mundial. Es el momento de realizar cambios profundos y estas propuestas para mejorar el gobierno económico de la región son sólo un paso más.
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En medio de un nuevo episodio de inestabilidad en los países periféricos de la Unión Europea, está vez centrado en las dudas sobre el coste del rescate bancario en Irlanda –mañana conoceremos más detalles sobre la reestructuración del Anglo Irish Bank-, la Comisión Europea ha presentado hoy una batería de propuestas para reforzar el gobierno económico de la UE –y en particular, de la UEM–, entre las que se incluyen una reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y una vigilancia más estrecha de los desequilibrios macroeconómicos.

La bandera europea

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25
Sep
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De la vega y Salgado

La propuesta de Presupuestos Generales del Estado para el año 2011 (PGE-2011),  que aprobó ayer el Gobierno, se produce en un momento de estancamiento de la economía española. Efectivamente, según el consenso de los economistas en 2011 la economía española solo crecerá un 0,4%  y no el 1,3% que se prevé en los PGE-2011. Este crecimiento del 0,4% se producirá gracias al sector exterior (+1,3%), ya que la demanda nacional se contraerá un 0,9%. El crecimiento negativo de la demanda interna se deberá a la reducción del gasto público y a la caída de la inversión: la construcción de viviendas y obras públicas estarán prácticamente paralizadas en 2011. Además, el consumo privado no acaba de arrancar y crecerá por debajo del 1% por 3 motivos: a) falta de confianza de las familias en el futuro que les hace ahorrar por motivo de precaución, b) enorme endeudamiento, sobre todo hipotecario, contraído en la fase expansiva del ciclo que hace a los individuos ahorrar más y, por tanto, consumir menos para poder devolver lo que deben a los bancos y cajas de ahorros y c) elevado nivel de desempleo, que aumentará en 2011.





IMPUESTOS Y GASTOS DEL ESTADO

La subida de impuestos aprobada ayer no van en la dirección correcta: 1º) no va a aumentar prácticamente los ingresos fiscales, 2º) se aplica sobre un colectivo que es el 1% de los contribuyentes y que ya pagan el 20% de la recaudación por IRPF ¿no estaremos exprimiendo la vaca de forma excesiva?, 3º) van a pagar los que reciben mayores sueldos, no los que son más ricos, 4º) cualquier subida de impuestos va a empeorar la situación económica y ralentizar la salida de la crisis. No se debe olvidar que el aumento de la progresividad de los impuestos directos tiene efectos negativos sobre la economía, ya que desalienta el trabajo, aumenta la economía sumergida y fomenta el ocio de quienes más podrían aportar con su trabajo. Además, al aplicarse sobre los asalariados con mayores niveles educativos puede incentivar la fuga de cerebros y evitar la entrada en el país de mano de obra muy cualificada. Conviene también recordar que España ya tiene una escala en el IRPF  superior a la media de los países de nuestro entorno.

 En cuanto a los gastos del Estado no parecen creíbles los pagos previstos por prestaciones y subsidios de desempleo que según los PGE-2011 serán solo de 30.140 millones de euros, una cifra inferior a la que realmente se va a gastar. ¿Por qué esta diferencia? Porque los PGE-2011 esperan un aumento del empleo del 0,3% para el año que viene cuando las previsiones de los analistas dan una caída del empleo del 0,8%. Un desempleo mayor de la mano de obra y una ocupación menor de lo que dicen los presupuestos harán que el consumo privado en vez de tener un crecimiento del 1,8%, que contemplan los presupuestos, tendrá un crecimiento por debajo del 1%. Lo que también provocará una menor recaudación por IVA e IRPF de lo que se contempla en los PGE-2011.  

Déficit público mayor

Estos errores de predicción harán que el déficit presupuestario sea ligeramente mayor del previsto: se prevé un déficit para el conjunto de las Administraciones Públicas del 6%, cuando el consenso de los economistas prevé el 7%. Este mayor déficit habrá que financiarlo a través de deuda pública, lo que a su vez, exigirá un mayor gasto público en intereses que tendrá que pagar el Estado. A la vez, esta mayor necesidad de financiación del sector público, encarecerá la financiación del sector privado de la economía. En una situación como la que atravesamos, de fuerte restricción crediticia, demandar fondos prestables a los mercados financieros no es buena idea, ya que genera un efecto "expulsión" (es decir, el sector público al capturar una parte de la financiación expulsa al sector privado de la economía).

La consecuencia de un mayor gasto por desempleo e intereses de la deuda y menores ingresos por IVA e IRPF es un mayor déficit público. Además, los ingresos dependen del crecimiento económico, que los PGE-2011 estiman en el 1,3%, frente al 0,4% del consenso. Ya se ve que estos presupuestos dibujan un escenario algo optimista que puede perjudicar un poco la credibilidad del gobierno y por tanto la confianza de los agentes económicos. De ahí que el gobierno debería contemplar otra política tributaria y una mayor reducción del gasto público sobre todo en las Comunidades Autónomas y en los municipios. Se podrían eliminar, por ejemplo, muchas políticas públicas de subvenciones que sobran y que no van a mejorar la productividad de la economía. Con ello la confianza en nuestros gobernantes mejoraría, que buena falta hace, y lo que es más importante nos pondríamos en camino para resolver los problemas que padece la economía española.

Fuente: "Un ejercicio de voluntarismo". Expansión. 24 de septiembre de 2010
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De la vega y Salgado

La propuesta de Presupuestos Generales del Estado para el año 2011 (PGE-2011),  que aprobó ayer el Gobierno, se produce en un momento de estancamiento de la economía española. Efectivamente, según el consenso de los economistas en 2011 la economía española solo crecerá un 0,4%  y no el 1,3% que se prevé en los PGE-2011. Este crecimiento del 0,4% se producirá gracias al sector exterior (+1,3%), ya que la demanda nacional se contraerá un 0,9%. El crecimiento negativo de la demanda interna se deberá a la reducción del gasto público y a la caída de la inversión: la construcción de viviendas y obras públicas estarán prácticamente paralizadas en 2011. Además, el consumo privado no acaba de arrancar y crecerá por debajo del 1% por 3 motivos: a) falta de confianza de las familias en el futuro que les hace ahorrar por motivo de precaución, b) enorme endeudamiento, sobre todo hipotecario, contraído en la fase expansiva del ciclo que hace a los individuos ahorrar más y, por tanto, consumir menos para poder devolver lo que deben a los bancos y cajas de ahorros y c) elevado nivel de desempleo, que aumentará en 2011. Seguir leyendo…

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Sep
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    [post_content] => El Ministerio de Economía y Hacienda hizo pública ayer la Memoria de la Administración Tributaria del ejercicio 2008 (disponible en http://www.meh.es/Documentacion/Publico/Tributos/Memoria%20Tributaria%202008/MemoriaTributaria2008.pdf). Este documento, del máximo interés por la amplísima y desmenuzada información que ofrece sobre las figuras tributarias de nuestro país, incrementa su actualidad al estar en estos momentos el Gobierno estudiando nuevas subidas de impuestos, en este caso en el IRPF.

Economy Weblog

Todo parece indicar que se va a incrementar el tipo marginal máximo, del actual 43% a, por lo menos, el 45%. La Vicepresidenta segunda y Ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado (en la foto), siguiendo con el "mantra" de los miembros del Gobierno, señalaba en una entrevista radiofónica que es lógico que ante la situación de crisis los (mal llamados) "ricos" arrimen el hombro y contribuyan más para así poder salir de la actual coyuntura.

Dejando a un lado la más que dudosa relación causal "pagar más impuestos permitirá salir antes de la crisis", totalmente denostada por la teoría económica -que apunta de manera inequívoca en sentido contrario-, y dejando a un lado el más que dudoso impacto positivo que las medidas discrecionales de gasto adoptadas por el Gobierno en los últimos años han podido tener para sacarnos de la crisis, creo que hay algo que debe recordarse: los contribuyentes con más rentas ya están contribuyendo, y mucho, con sus impuestos. Y lo hacen mucho más que el resto de los ciudadanos, dado que la tributación del IRPF es altamente progresiva.

Y el documento que ayer conocimos, la fuente oficial en este sentido, así lo apunta: resulta que los contribuyentes con rentas superiores a 57.000 euros (una renta relativamente elevada, sin duda, pero desde luego no estamos ante un "rico". Recordemos, además, que la riqueza se mide sobre el patrimonio, y no sobre la renta del período, que es lo que grava el IRPF), que son el 4% de todos los contribuyentes por IRPF en España, aportan el 38,7% de la recaudación total de este impuesto [Cuadro I.36 del informe], con tipos efectivos medios que se sitúan en el entorno del 30%. En el otro extremo de la distribución de ingresos nos encontramos con que la Hacienda extrae de los contribuyentes de las 7 primeras decilas de renta -el 70% de los contribuyentes- sólo el 16% de los ingresos por IRPF.

Y es que en España tenemos un tipo marginal máximo sobre la renta en el promedio de los grandes países europeos, sin embargo, este tipo marginal máximo empieza a aplicar "muy pronto", para niveles de renta relativamente moderados: mientras que en España un contribuyente empieza a pagar el 43% para las rentas que superen 53.000 euros, en Alemania, por ejemplo, el tipo marginal máximo es más elevado -es el 45%- pero este tipo sólo se aplica a las rentas que superen los 250.000 euros. Creo que sobran comentarios.

En definitiva, parece que la voracidad recaudatoria del Gobierno como vía para reducir el déficit público, ahora que empieza a darse cuenta de que reducir el gasto es más difícil de lo que parece -o que simplemente no tiene intención de hacerlo- sólo ha vivido un primer capítulo con la subida del IVA que todos los consumidores "disfrutamos" desde julio, y que el IRPF está en el punto de mira.
    [post_title] => ¿Tienen los "ricos" que pagar (todavía) más impuestos?
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El Ministerio de Economía y Hacienda hizo pública ayer la Memoria de la Administración Tributaria del ejercicio 2008 (disponible en http://www.meh.es/Documentacion/Publico/Tributos/Memoria%20Tributaria%202008/MemoriaTributaria2008.pdf). Este documento, del máximo interés por la amplísima y desmenuzada información que ofrece sobre las figuras tributarias de nuestro país, incrementa su actualidad al estar en estos momentos el Gobierno estudiando nuevas subidas de impuestos, en este caso en el IRPF.

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