Archivo de la Categoría ‘Política fiscal’

21
Oct

Hoy se aprueban los Presupuestos Generales del Estado español del año 2010 (PGE-2010). Unos presupuestos que, como ya hemos señalado en este blog, son poco realistas y poco adecuados para salir de la severa crisis económica que atraviesa España. Los síntomas de la crisis española son bien conocidos: déficit con el exterior, endeudamiento de las familias y empresas, elevado déficit público y aumento exponencial de la deuda de las Administraciones Públicas, crecimiento muy negativo de la inversión en viviendas y en bienes de equipo, fuerte aumento del desempleo y caída del consumo de las familias. Las empresas, por su parte, están sufriendo una disminución en la demanda de sus productos lo que reduce su producción y el empleo. El PIB descenderá en 2009 un 4%. Seguir leyendo…

9
Oct

Una vez que la economía mundial empieza a salir del pozo en el que estuvo inmersa en los dos últimos años, el principal tema de debate en las últimas semanas está siendo el de las estrategias de salida. O, lo que es lo mismo, cuando y cómo las políticas monetarias y fiscales empezarán a recobrar la normalidad, tras haber entrado en territorios inexplorados en los últimos doce meses. Y, si este movimiento se debe hacer de forma coordinada o no. Seguir leyendo…

28
Sep

Hace tiempo que en este blog nos manifestamos a favor de reducir los impuestos y especialmente el IVA (impuesto sobre el valor añadido). De ahí que, aunque solo fuera por coherencia, estamos en contra de la subida de impuestos sobre el consumo  (IVA) que a partir de junio de 2010 planea el gobierno de España. En circunstancias como las actuales, de incertidumbre y de posible cambio en el ciclo económico, el gobierno debería haber evitado subir los impuestos y, en cambio debería reducir más el gasto. Seguir leyendo…

15
Sep

¿Subidas de impuestos para recaudar más?

Escrito el 15 septiembre 2009 por Patricia Gabaldón en Economía española, Política fiscal, Uncategorized

Ya va siendo un comentario de lo más habitual entre los españoles comentar la subida de impuestos propuesta por el Gobierno. Esta subida tiene por objetivo aumentar la recaudación fiscal para reducir el deficit público con el que se encuentra el Estado tras el aumento de las prestaciones sociales, especialmente en forma de seguros de desempleo. Los impuestos que se plantean subir son esencialmente los de Patrimonio, los impuestos indirectos (IVA) y los que gravan el tabaco y el alcohol, además de eliminar algunas subvenciones y ayudas ya existentes. Pero algo que puede parecer obvio, es decir, que un aumento de la presión fiscal significa un aumento de la recaudación, puede no serlo. Seguir leyendo…

7
Sep

Los peligros de la complacencia

Escrito el 7 septiembre 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Economía Global, Economía Mundial, Política fiscal, Política Monetaria

La información económica que hemos venido conociendo en las últimas semanas refleja que lo peor de la crisis podría haber quedado atrás. Lo que empezó siendo una recuperación de la producción industrial y de los intercambios comerciales en el sudeste asiático, poco a poco se ha reflejado en la actividad de países OCDE con una fuerte vocación exportadora (Alemania, Japón, etc). Por tanto, la excepcionalidad del soporte público (fiscal y monetario) valorado por el FMI en casi 5 billones de dólares y la recuperación de las existencias desde los bajísimos niveles del invierno han permitido que la economía global se esté estabilizando. A esta evolución también ha contribuido el buen comportamiento de los mercados financieros que reflejan un descenso de la aversión al riesgo, tras el fuerte proceso de huida hacia la calidad de 2008 y primeros meses de este año. Sólo un dato, desde el mínimo de marzo de este año, el IBEX ha subido un 64%. Lo importante es que además de esta recuperación de los mercados de valores, también los bonos han tenido un buen comportamiento en paralelo, algo que no ocurre muchas veces, teniendo en cuenta que normalmente los inversores los utilizan como activos alternativos. Pero la buena evolución de la inflación y la escasa predisposición de los bancos centrales a subir tipos en los próximos meses han ayudado a que las rentabilidades de la deuda pública hayan tenido una evolución positiva en los  meses veraniegos. Seguir leyendo…

19
Jun

El futuro de las finanzas públicas

Escrito el 19 junio 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española, Economía Global, Política fiscal

Desde la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, los gobiernos de todo el mundo, independientemente de su ideología, han estado utilizando intensamente políticas «keynesianas» de gasto e inversión pública. Si añadimos el efecto de los «estabilizadores automáticos» y los fondos utilizados en algunos países para recapitalizar el sector financiero, todo ello está provocando un intenso deterioro de las finanzas públicas. Seguir leyendo…

13
May

Ayer el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció una rebaja en cinco puntos del Impuesto de Sociedades durante tres ejercicios para autónomos y pequeñas y medianas empresas (pymes). La propuesta va dirigida a empresas con menos de 25 trabajadores, con unos ingresos inferiores a cinco millones de euros y que a 31 de diciembre de 2009 mantengan o incrementen su plantilla de 2008. También se podrán beneficiar aquéllas empresas que mantengan el empleo en 2010. De esta forma, las pymes que cumplan estos requisitos pasarán a tener un tipo del 20%, frente al 25% actual. Las grandes empresas seguirán pagando el 30%. Seguir leyendo…

25
Mar

El anuncio del nuevo plan del Tesoro americano para limpiar de activos tóxicos de los balances de los bancos, parece que ha sido recibido con euforia por los mercados financieros, anticipando que estamos ante el «principio del fin» de la crisis financiera. Algo que por otra parte se ha anticipado en diferentes ocasiones desde agosto de 2007. De hecho, si no me equivoco, es el séptimo intento de los mercados de valores por romper una fuerte tendencia bajista. 

El nuevo plan se divide según el tipo de activos tóxicos («legacy assets» es el eufemismo utilizado por el Tesoro americano) en: préstamos hipotecarios («legacy loans») y títulos respaldados por préstamos hipotecarios («legacy securities»). 

Programa para préstamos hipotecarios. 

– Los bancos que quieran participar en el programa decidirán qué activos vender.

– El FDIC organizará una subasta en la que los préstamos serán adjudicados al mejor postor.

– El comprador financiará la adquisición con deuda y recursos propios. La proporción entre ambos (ratio de apalancamiento) no será superior a 6. La parte de deuda se instrumentará a través de una emisión de títulos que contarán con la garantía del FDIC. En cuanto a la parte de recursos propios, el 50% lo aportará el comprador y, el otro 50%, el Tesoro.

– Una vez que los activos han sido vendidos, serán gestionados por los inversores privados hasta su liquidación, sujetos a la supervisión del FDIC. 

Programa para activos respaldados por títulos hipotecarios  

– El Tesoro apoyará la creación de fondos de inversión para adquirir este tipo de activos.

– El Tesoro nombrará hasta 5 gestoras de activos con experiencia, que contarán con un período de tiempo para captar capital de manos privadas.

– Una vez captado, el Tesoro se compromete a: (i) aportar la misma cantidad al fondo de inversión, actuando como co-inversor; y (ii) a proporcionar esa misma cantidad al fondo en forma de préstamos (deuda senior), cuyo importe podrá duplicarse en determinadas circunstancias.

– En definitiva, por cada dólar aportado por el sector privado, el Tesoro aportará 3 ó 4 dólares.

– La ampliación de la facilidad crediticia de la Fed, TALF, a través de la cual dará financiación a los fondos de inversión creados para la adquisición de los títulos respaldados por activos. 

Evidentemente, hay muchos aspectos positivos en el plan, como el hecho de involucrar a inversores privados en la compra de los activos tóxicos o el importante apalancamiento que se consigue gracias a las garantías del FDIC (6 a 1 en el caso de las hipotecas) lo que podría elevar el valor de los activos comprados hasta el billón de dólares (medio billón sólo en hipotecas, lo que representa el 10% del total en el activo de los bancos americanos). Aunque también se debe resaltar que el elevado grado de apalancamiento que conceden las autoridades públicas hace que los riesgos del sector privado sean asimétricos. En caso de ganancias se reparten al 50% con el sector público, en caso de pérdidas los contribuyentes asumen la parte del león.

 Pero también hay muchas dudas sobre su efectividad, más allá de que constituye un nuevo subsidio para el sector privado, como ya se están encargando de destacar Krugman o Stiglitz. La principal es que el futuro del plan sigue dependiendo de la voluntad de los bancos poseedores de las hipotecas y titulizaciones de baja calidad de vender estos activos al precio que están dispuestos a pagar los inversores. Sobre todo, porque en muchos casos puede suponer un reconocimiento de pérdidas que lleve a nuevas recapitalizaciones e incluso a la quiebra. Es decir, si en los «stress-test» no se obliga a los bancos a limpiar sus carteras de hipotecas y titulizaciones, sólo lo harán si los precios son muy atractivos. En este sentido, de fondo sigue presente la idea de que estos activos tienen un valor superior al que el mercado les está asignando en estos momentos, debido a la falta de liquidez. Es decir, cuando otra vez exista mercado secundario, los precios subirán y todo el mundo ganará. Y esto no está nada claro pues,  en todo caso, dependerá de la evolución de la crisis en el mercado de la vivienda.

Como escribía esta mañana Martin Wolf en Financial Times, el programa sólo funcionará si al final los inversores privados piensan que los balances de los bancos están lo suficientemente saneados para volver a invertir en ellos. O, lo que es lo mismo, si se consigue el retorno de la confianza en el sistema financiero americano. Algo que a corto plazo no parece fácil, después de que algunas entidades hayan perdido entre un 70% y un 90% de su capitalización. Lo que está claro es que la munición con la que cuentan las autoridades económicas americanas se está agotando, al igual que la paciencia de buena parte de sus ciudadanos. Así que por el bien de todos, esperemos que termine funcionando.

10
Feb

La Gran Depresión de la década de los treinta, del siglo XX, trasladó el énfasis desde el estudio clásico del crecimiento económico hacia las cuestiones relativas a las fluctuaciones del crecimiento y de cómo compensar esas fluctuaciones u oscilaciones en el ciclo económico. Los libros de texto de la postguerra, liderados por “Economics” de Paul Samuelson, se centraron fundamentalmente en los auges y caídas de la economía y en la forma en la que la política del Gobierno podría influir sobre el ciclo económico. La historia económica nos enseña que el Estado puede jugar un importante papel estabilizador del ciclo, es decir enfriando la economía en épocas expansivas (muchas veces inflacionarias) y animándola en fases recesivas; pero también sabemos que el Estado y sus políticas económicas discrecionales pueden ser los desencadenantes de fuertes recesiones económicas.

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14
Dic

Una de las pocas alegrías económicas de los últimos tiempos es que la curva de tipos de interés viene descendiendo con claridad desde el verano, de la mano de la drástica reducción de las expectativas de inflación —consecuencia del desplome de los precios de las materias primas— y de los recortes de tipos aplicados por el BCE. El descenso de los tipos a corto plazo, en particular el del influyente Euribor, se prolongará previsiblemente en los próximos meses, al hilo de nuevas reducciones de tipos oficiales (al menos hasta el 1,00%-1,50%), de descensos adicionales de la inflación (la deflación es ahora la amenaza) y de cierta reducción de las primas de riesgo del mercado interbancario (con la ayuda de los planes de rescate público en marcha), de manera que el Euribor a un año puede situarse en los próximos meses por debajo del 2,5%.

Sin embargo, podría no ocurrir lo mismo con los tipos a largo plazo (sobre todo con vencimientos más allá de los cinco años), en particular con su principal referencia: las rentabilidades de la deuda pública. Las perspectivas de fuerte crecimiento de las necesidades de emisión de deuda por parte de los Estados europeos, cuyos desequilibrios fiscales superarán holgadamente el límite del 3% del PIB establecido en el Pacto de Estabilidad y que han comprometido ingentes cantidades de recursos en el rescate de sus bancos, sugieren que los inversores exigirán primas crecientes (rentabilidades más altas) para seguir acumulando títulos de deuda pública. ¿Es inevitable entonces que repunten las rentabilidades de la deuda pública, con el consiguiente coste para el conjunto de la economía?

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