Archivo de la Categoría ‘Economía Mundial’

27
Mar

El próximo día 5 de abril, a las 19 h. en IE Tower piso 20 (Aula 20.01) presento mi libro: «Cuando los votantes pierden la paciencia».

Una oportunidad para conocer la 5ª Torre de IE University.

Para poder entrar hay que inscribirse: normas de la casa.

Cuento para el debate con los siguientes ponentes:

Ana Palacio, abogada, slot server thailand exministra de Asuntos Exteriores.

Cristóbal Montoro, catedrático de Hacienda Pública, exministro de Hacienda.

Gayle Allard, profesora entorno económico, IE University

Carlos Salas, periodista ex director de El Economista y Capital. Ex redactor jefe de El Mundo.

Pincha aquí para más detalles y descargarte la invitación y el link

Para cualquier tema, quedo a tu disposición.

19
Ene

Este próximo lunes, día 21, Theresa May está obligada a presentar un Plan B sobre el proceso de salida (Brexit) o permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea, después de que, esta semana, la Cámara baja del Parlamento británico rechazara (con 432 diputados en contra y 202 a favor) el acuerdo que la primera ministra había negociado con Bruselas. El nuevo plan, del que se desconocen los detalles, permitirá a los Comunes introducir todo tipo de enmiendas y propuestas que serán debatidas para luego ser votadas el 29 de enero.

Esta negativa por parte del Parlamento inglés va a exigir un cambio radical que se reflejará en el nuevo Plan que ofrecerá el lunes la Primera Ministra. Ante esta situación incierta para todos, ¿qué otras opciones tiene el país para culminar este proceso el 29 de marzo, como estaba previsto? ¿Se pueden intentar aprobar alternativas a la salida?

Nuevo referéndum

Entre los escenarios posibles, está el de que el Parlamento vote la anulación del Brexit. Para ello, habría que organizar un segundo referéndum, que incluya la opción de permanecer en el bloque. La Justicia europea dejó claro que Londres puede, si lo desea, parar el Brexit de forma unilateral, sin necesidad del consentimiento de los 27 países miembros. Además, una encuesta de YouGov realizada esta semana otorga ventaja a la decisión de quedarse en la UE (56%), frente a la del abandono (44%), el mayor margen desde la consulta de 2016.

En caso de que se convocara un segundo referéndum, la fecha de un posible Brexit debería aplazarse. Se necesitarían al menos 14 meses para aprobar los procedimientos a través del Parlamento y celebrar la votación. Para ello, se precisa una prórroga del artículo 50 del Tratado de la UE, que rige las modalidades de salida de un país miembro, y que debería ser ratificada por unanimidad de los 27 restantes. Algo que solo sería posible si se hiciese antes de finales de junio o principios de julio, momento en que se formará el nuevo Parlamento Europeo surgido de las elecciones de mayo.

Consecuencias para España

Si el resultado del nuevo referéndum fuese que Gran Bretaña no se marcha de la UE, España saldría beneficiada. Nuestro país tiene mucho que perder con el Brexit ya que: a) cada año hay 19 millones de turistas británicos que nos visitan, b) existen 250.000 ingleses que residen aquí y c) nuestra interdependencia comercial y financiera es muy elevada. Lo que hace de Reino Unido el primer socio económico de España. Nos interesa, por tanto, que la relación entre la UE y los británicos cambie lo menos posible: la economía se resentiría tanto más cuanto mayor resulte la separación.

Se puede producir un desastre

En el otro extremo estaría un escenario de un Brexit sin acuerdo. Es una opción poco probable, ya que a ella se opone la mayoría de los diputados británicos. También se trata del desenlace más temido por las empresas. En esa situación, Gran Bretaña quedaría sumida en una grave crisis económica: un desastre sin paliativos. Sus exportaciones a la UE tendrían que pagar el arancel común europeo. El mismo que ahora soportan las importaciones de países extracomunitarios, como Rusia, India o Estados Unidos. Esto les supondría una importante pérdida de competitividad (“efecto frontera”). Además, es muy posible que Reino Unido aplicase aranceles a las importaciones provenientes de la UE, con el fin de proteger a sus empresas frente a la competencia del continente. Ambos aumentos provocarían una reducción del comercio internacional y una menor eficiencia económica, lo que disminuiría las oportunidades de generar ventajas competitivas.

En cuanto al flujo de capitales, hasta hace dos años y medio, Reino Unido era uno de los países favoritos de inversores de todo el mundo, y en especial de la UE. Sin embargo, de darse un Brexit desordenado, y ante la expectativa de menores ventas tanto de bienes como de servicios, parece probable que parte de las compañías radicadas allí se trasladen, como ya ha venido sucediendo después del referéndum, para continuar trabajando en un territorio parte de la UE y de su mercado único. Así las cosas, no puede sorprender que, dependiendo de cómo se desarrolle el proceso más empresas (incluidos algunos bancos) decidan cambiar su residencia fiscal.

La consecuencia inmediata de este proceso (contracción del comercio internacional, cierre de empresas, salida de establecimientos financieros y menores flujos de capitales) sería una caída del PIB británico y una pérdida de su aparato productivo. Esto, al final, derivaría en una disminución importante del empleo. Es más, ningún estudio serio estima que se vaya a producir un beneficio para Gran Bretaña, en términos de crecimiento o renta per cápita, si triunfase una salida. El último, publicado por el Banco de Inglaterra, ha calculado que un Brexit sin acuerdo supondría para el país una caída del PIB de un 8%, la tasa de desempleo se doblaría y la inflación se dispararía lo que forzaría nuevas subidas de tipos. Esto supondría un fuerte golpe para los mercados financieros y también para la libra esterlina que ya cayó un 13% un mes después del referéndum y el Banco de Inglaterra prevé ahora una depreciación del 25%.

Un Brexit blando

Una tercera posibilidad consistiría en negociar un Brexit más blando similar a los acuerdos que ahora tienen Noruega o Canadá. Noruega es miembro del Área Económica Europea, al igual que Gran Bretaña y los otros 27 países pertenecientes a la UE. El acuerdo consistiría en una asociación de Gran Bretaña con la UE, pero sin participación en la toma de decisiones. Noruega ha incorporado tres cuartas partes de la legislación comunitaria, y tiene acceso al slot thailand mercado único para el libre movimiento de bienes, servicios, capitales y personas. Significa que los noruegos pueden vivir y trabajar en un país de la UE y viceversa.

A Canadá el acuerdo con la UE le da acceso preferente al mercado único, al eliminar la mayoría de aranceles en los bienes, aunque excluye algunos productos del sector de los alimentos y los servicios. La condición es que los productos que son exportados a la UE tienen que cumplir con los estándares de productos europeos y tener los requerimientos técnicos, sin que Canadá tenga ni voz ni voto sobre esos estándares.

Conclusión

Sea cual sea, el Plan B que el lunes presentará May a los Comunes resultará histórico para el futuro económico de Reino Unido y la UE. La primera ministra deberá ofrecer a los miembros del Parlamento propuestas serias de continuidad o de muy estrecha relación con la UE. Afortunadamente, son conscientes de que iniciar un proceso de profunda separación implicará ahuyentar a los inversores, debilitar su economía y aumentar el desempleo, perjuicios que acabarían repercutiendo también en la propia UE. Por expresarlo en su idioma, se trataría de un lose-lose que harían bien en evitar a toda costa.

Fuente:  Rafael Pampillón. «¿Hacia dónde debe ir Gran Bretaña?». Expansión, 19 de enero de 2019; página 23.

14
Jul

Ayer, el INE, publicó el comportamiento del IPC del mes de junio. Durante los doce últimos meses los precios subieron en España 2,3%: máximo de 14 meses. Este repunte de la inflación unida a la subida de impuestos (que se está concretando) va a suponer una pérdida de poder adquisitivo para los ciudadanos.

Foto: Ministra de Hacienda del Gobierno de España, María Jesús Montero.

Conviene recordar que la Teoría Económica, como disciplina científica, demuestra que las subidas de impuestos (incluidos los aranceles) aumentan la inflación, reducen el crecimiento económico y disminuye el bienestar de los ciudadanos. El Gobierno de Estados Unidos (EEUU) está por la labor de subir los aranceles y el de España por aumentar los impuestos. Sin embargo, no parece que este sea el mejor momento para poner palos en la rueda de la economía española, ni para que EEUU suba los aranceles a nuestras exportaciones, ni para que el Gobierno de España aplique una política fiscal que suba los impuestos.

Indicios preocupantes

En tan solo una semana las perspectivas de la economía española parece que han cambiado: los datos publicados muestran una desaceleración del crecimiento económico. Así, para España, la síntesis de los indicadores adelantados (CLI por sus siglas en inglés), que elabora la OCDE y publicada esta semana, vuelve a mostrar descensos. Desde comienzos de año este indicador ha caído desde los 100 puntos en enero a 99,6 puntos de mayo. El dato de mayo representa la cuarta disminución consecutiva del índice. Conviene recordar que este índice está diseñado para anticipar los cambios de tendencia en la actividad económica en un periodo de seis a nueve meses posteriores a su elaboración. Un dato inferior a 100, como es el caso de España, significa que el crecimiento económico futuro se situará por debajo de la tendencia del crecimiento a largo plazo. Por tanto, el CLI (The Composite Leading Indicator) está anticipando que en el año 2019 España crecerá por debajo de la tendencia.

Evolución del Índice Compuesto de Indicadores Adelantados (CLI) de la OCDE en 2018.

  Enero Febrero Marzo Abril Mayo
OCDE 100.2  100.1  100.0  100.0   99.9 
UEM 100.5  100.4  100.2  100.1   99.9 
España 100.0 99.9 99.8 99.7 99.6
Francia 100.3  100.1  100.0   99.9   99.7 
Alemania 100.9  100.7  100.5  100.3  100.2 
Italia 100.7  100.6  100.4  100.2  100.0 
EEUU 100.0  100.1  100.2  100.2  100.2 
China 98.9   98.9   99.1   99.3   99.6
India 100.4  100.7  100.9  101.2  101.4

 Fuente: OCDE, 9 de julio de 2018

Esta información coincide con la publicada también esta semana del Índice de Gerentes de Compras (PMI por sus siglas en inglés). La actividad del sector privado en España moderó su crecimiento durante el pasado mes de junio por la incertidumbre de la política económica nacional y el entorno internacional. El PMI cayó desde los 55.9 puntos del mes de mayo a los 54.8 de junio: su peor registro en los últimos 17 meses. Es preciso recordar que el índice sigue situado por encima de la línea de los 50, que es la barrera que separa el crecimiento de la contracción. Y afortunadamente la economía española lleva 56 meses consecutivos en expansión.

Aunque no debe hacerse una lectura alarmista de la evolución que vienen mostrando estos indicadores (CLI y los PMI),  es factible que se esté produciendo un ajuste de las expectativas, después del extraordinario dinamismo de la economía española durante los últimos 4 años.

 ¿Cuáles son las causas de este enfriamiento?

Las caídas en España de los PMI y de los indicadores adelantados señalan que los empresarios se preparan para un mayor deterioro de la situación. A la  pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos por la mayor inflación y voracidad fiscal se une la desaceleración de la economía europea, y la escalada proteccionista de Trump.

El jueves, la Comisión Europea revisó a la baja las previsiones del crecimiento para la Zona del Euro (UEM), para el año 2018, y en particular las de Francia e Italia. Esta desaceleración económica de Europa reduce el crecimiento de nuestras exportaciones y por esta vía el crecimiento de la economía.

Alemania también declina. Esta desaceleración de la economía alemana se ha notado en la menor confianza de los inversores y analistas alemanes durante este mes de julio. Se trata de un sondeo, publicado esta semana, entre 350 expertos en finanzas que realiza cada mes el Instituto de Economía Europea (ZEW,  uno de los principales slot server thailand centros alemanes para la investigación económica). La confianza de los inversores alemanes se ha hundido al nivel más bajo en casi seis años. El 34% de los encuestados anticipa un deterioro de la situación económica en los próximos meses, mientras en junio era el solo lo hacía el 27%.

La economía europea (y España no es la excepción) se encuentra en un punto de inflexión: vamos ligeramente a peor. Así, la síntesis de los indicadores adelantados (CLI) para la UEM, se redujo seis décimas en lo que va de año. Cayó desde 100,5 puntos en enero a 99,9 en mayo. Esta floja evolución está muy relacionado por las peores expectativas para España, Francia, Portugal, Irlanda y Grecia, cuyos CLI se sitúan por debajo de 100.

El proteccionismo de Trump

También la guerra comercial, iniciada por los EEUU está amenazando nuestras exportaciones, y con ella el crecimiento del PIB. Estas subidas de aranceles es el principal riesgo del escenario mundial por sus efectos perversos: aumento de la inflación y reducción del crecimiento mundial (se estima que podrían reducir el PIB global en un 0,3% en dos años). A los efectos directos sobre las exportaciones y la inflación habría que añadir los indirectos: aumento de la incertidumbre de los empresarios, deterioro en las condiciones financieras, cambio en las reglas del juego y los costes de la necesaria diversificación geográfica para reubicar las cadenas de valor globales de la producción.

Este aumento de aranceles está generando una reducción del comercio internacional y una menor eficiencia económica, lo que disminuirá las oportunidades de generar ventajas competitivas. Tal como señalaron, hace más de 200 años Adam Smith y David Ricardo el comercio internacional es un factor que contribuye poderosamente a aumentar la renta y la riqueza de los países. De ahí que la mayoría de los economistas defiendan las zonas de libre comercio como un instrumento que mejora las condiciones de vida y de trabajo de todos sus protagonistas.

En resumen, el comienzo de este tercer trimestre del año está coincidiendo con una percepción menos optimista de la evolución futura de la economía española y europea. En este contexto de enfriamiento el  Gobierno de España se ha apuntado a la subida de impuestos, que puede tener efectos negativos sobre el crecimiento, el empleo y la inflación, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de los consumidores y de competitividad para las empresas.

España, debe continuar en el proceso de consolidación fiscal para conseguir que su deuda en porcentaje del PIB se reduzca y sea sostenible a largo plazo. Para conseguirlo se debe evitar el aumento del déficit público y cumplir con el objetivo pactado con Bruselas. Para ello es preferible reducir el gasto público que aumentar los impuestos. Los contribuyentes perciben que, en ocasiones, el gasto público conduce al despilfarro, a la corrupción y al escándalo. De ahí que una contracción del gasto público sería mejor aceptado por los ciudadanos que el aumento de impuestos. Sobre todo el gasto que es suntuario, improductivo e innecesario, especialmente en las Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos. 

Fuente: Rafael Pampillón. «No es buen momento para subir impuestos», Expansión 14 de julio de 2018, página 27.

23
Ene
18
Ene

Los datos que se van publicando sobre las perspectivas de la economía mundial son cada vez más positivos. Para este año, el crecimiento estimado por el consenso de los analistas se sitúa en el 3,8%; superior, por tanto, al de 2017, que fue del 3,6%. La razón de este rápido avance es la mayor solidez y convergencia de las diferentes economías del mundo. Eso significa que, en 2018, por segundo año consecutivo, se va a producir una expansión económica sincronizada de casi todos los países, cosa que no sucedía desde hace más de una década ¿Cuáles son las causas de este elevado crecimiento de la economía global?

Los países emergentes acelerarán su ritmo de crecimiento.

Esto ocurrirá gracias a que en estas economías se va a generar mayor producción industrial, un aumento de sus exportaciones y de las inversiones en infraestructuras, un crecimiento de su población y una mejora en la calidad de sus instituciones (buen gobierno). Así, la OCDE prevé que India pasará de crecer el 6,7% en 2017 al 7% en 2018. China lo hará, aproximadamente, en la misma medida que el año pasado: se pronostica un 6,7% frente al 6,8% de 2017. Por su parte, Brasil parece que sale de la crisis: crecerá el 2,7% frente al 1% del año pasado, según informó su Banco Central, en tanto que Rusia mantendrá el mismo crecimiento: el 2%. La OCDE prevé también mayores tasas de expansión en otros países emergentes como Turquía, México, Argentina o Colombia, y también crecerán más los situados en el Sudeste Asiático y el África Subsahariana.

Optimismo en la economía europea

Asimismo, Europa, a pesar del Brexit, mantiene su economía en la fase expansiva del ciclo, con un ritmo de crecimiento en términos anualizados del 3%, el mejor en mucho tiempo; a la vez que las tasas de paro se reducen rápidamente. Así, en 2017, ésta cayó en la zona del Euro (UEM) del 9,8% al 8,7% de la población activa. Y en 2018, el desempleo seguirá disminuyendo hasta cerrar el año en el 7%. Un crecimiento que vendrá de la mano de la elevada actividad industrial que sorprendió, al crecer en noviembre de 2017 al 3,2% en tasa anual, gracias al notable dinamismo que registraron los bienes de capital (+6,2%).

Este comportamiento expansivo de la industria se encuentra en línea con los elevados niveles de los indicadores de la confianza de los empresarios, que, en la mayoría de los casos, rondan máximos históricos. Así, el Índice de Sentimiento Económico de la UEM, elaborado por la Comisión Europea, ha vuelto a crecer, pasando de los 114,6 puntos del mes de noviembre a los 116 de diciembre, impulsado por el sector manufacturero, que registró su máximo histórico.

También el Indicador de Clima de Negocio para la UEM alcanzó en diciembre los 1,66 puntos, una mejoría de 0,17 respecto al valor de un año atrás. Se trató del mejor dato desde 1985. Los gerentes de empresas de la región destacaron la mejora del volumen de pedidos y de la producción.

En definitiva, Europa está viviendo la mejor coyuntura económica desde hace muchos años lo que refuerza las tendencias positivas que se prevén para 2018.

EEUU se fortalece.

También Estados Unidos (EEUU) marcha bien. La Reserva Federal acaba de elevar las previsiones de crecimiento económico al 2,5, tanto para 2017 como para 2018. Como consecuencia, la tasa de paro se mantuvo en diciembre del año pasado en el 4,1%; la más baja en 17 años. Un crecimiento económico y del empleo que se verá reforzado este año por la reactivación fiscal promovida por el presidente Donald Trump, que incluye una rebaja de 14 puntos en el Impuesto de Sociedades.

Sin embargo, los estímulos fiscales de Trump y esta buena marcha de la economía y del empleo podrían quedar parcialmente neutralizados por el encarecimiento del crédito a las empresas y familias, como consecuencia de una política monetaria más restrictiva, que seguirá aplicando la Reserva Federal. La entidad ha señalado que, en 2018, tanto el crecimiento de la actividad como el mercado laboral continuarán fortaleciéndose, lo que anticipa tres subidas de los tipos de interés durante este año. Una situación que podría generar un proceso de desaceleración económica, favorecido también por la enorme madurez del actual ciclo expansivo de la economía americana, que ya dura 8 años (frente a la media histórica, que es de menos de 6).

La industria española va bien

La industria española, siguiendo la misma senda de crecimiento que EEUU (+3,4% anual) y la UEM (+3,2%), va a vivir un 2018 muy positivo. El Índice de Producción Industrial, publicado el jueves pasado por el INE, muestra que este sector está creciendo a ritmos anuales del 4,2%; por encima, por tanto, de EEUU y la UEM, y también del conjunto de la economía española. Este buen comportamiento de la industria se apoya, sobre todo, en la mayor producción de bienes de equipo (+6,1%). Un importante incremento que se mantendrá durante 2018 y que permitirá satisfacer la demanda externa y la interna, consolidando el cambio de modelo productivo que se está verificando en nuestra economía. Lo que demuestra que el país sigue invirtiendo en tecnología, a la vez que procura mejorar, no sólo su productividad, sino la calidad de sus productos.

Además, el significativo crecimiento de la fabricación, la importación y la exportación de bienes de equipo muestra que España se está integrado cada vez más en la cadena de producción mundial, es decir, un mismo bien es importado, reelaborado y exportado de nuevo. Lo que también favorece la renovación de las fábricas. El concepto de gran factoría que da trabajo a miles de personas se va poco a poco extinguiendo. Aparecen en cambio, y cada vez más, nuevas empresas digitales, de estructuras ligeras, que acabarán batiendo a las plantas antiguas, o, al menos, les enseñarán el camino para que se vuelvan más competitivas. Un proceso que implica la renovación integral de las instalaciones productivas para adaptarlas a la automatización.

Esta transición del sector industrial dependerá de la capacidad que tengan nuestras empresas manufactureras de adoptar las nuevas tecnologías, de acometer cambios profundos en la cadena de abastecimiento, producción, distribución y consumo. Un fenómeno que se está verificando en la industria y en cualquier otro sector a nivel mundial, y ante el que España no se puede quedar atrás.

Más crecimiento y empleo

Este aumento de la producción industrial, junto con el buen comportamiento de las exportaciones de bienes y servicios (incluido el turismo), está permitiendo revisar al alza las previsiones. Así, la economía española seguirá en 2018 en su fase expansiva, a pesar de que el crecimiento económico y la creación de empleo van a ser menos intensos que en 2017 y 2016. Sin embargo, el Gobierno y los Servicios de Estudios siguen elevando sus estimaciones de aumento del PIB para 2018, desde el 2,3% hasta el 2,8%; por encima, por tanto, del que tendrá la media de los países de la UEM (+2,3%).

Esta constante mejora de la actividad económica tendrá también efectos muy positivos en el mercado laboral. Habrá que esperar al día 25 de este mes para conocer la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre del año pasado pero es probable que la tasa de paro de final de año esté cerca del 16%, para situarse en el 14% a finales de este año 2018.

También resultará determinante para que se mantenga esta buena tendencia en 2018 el hecho de que los problemas relacionados con la situación política en Cataluña sean cada vez menos frecuentes y que la situación de las empresas en ese territorio tienda a estabilizarse.

El peligro del proteccionismo

En resumen, todos los indicadores macroeconómicos sugieren que en 2018 la economía mundial tendrá un crecimiento más amplio y sincronizado. También aumentarán los salarios, los niveles de inflación y el empleo. El mayor riesgo para la expansión global no serán ni los repuntes en los tipos de interés ni los de los precios del petróleo, sino el alza del proteccionismo comercial. Poner trabas a los intercambios mercantiles haría caer algunas décimas el crecimiento del PIB a nivel global, ya que reduciría la asignación eficiente de recursos en la cadena de valor de la producción mundial.

Mientras tanto, en España, para impulsar más el crecimiento y el empleo, hay que seguir insistiendo en la necesidad de un sistema educativo que premie la excelencia y que mejore la productividad de los trabajadores, en dotar a nuestras empresas de más innovación, aumentando, por ejemplo, la inversión en I+D, en favorecer la inversión directa extranjera, en reducir la deuda pública y en continuar con el programa de reformas. Si, como consecuencia de todo esto, la productividad sorprendiese al alza, se crecería incluso más de lo previsto, se generaría más empleo y mayores subidas salariales.

Fuente: Rafael Pampillón. «Un crecimiento mundial más sólido». Expansión. 18 de Enero de 20118.

6
Ene

Esta semana hemos conocido una batería de indicadores que confirman que Estados Unidos (la mayor economía del mundo), la Eurozona (nuestro principal mercado) y España tuvieron un comportamiento económico excelente en el tramo final del año pasado. Eso significa que podrían estar aumentando, con respecto a las previsiones, los crecimientos del PIB para estas tres áreas, en este primer trimestre de 2018.

Estados Unidos se fortalece

La economía estadounidense se está fortaleciendo; esta semana hemos conocido que su sector industrial está creciendo a un ritmo anual del 3,4%. Efectivamente, el indicador ISM manufacturero (elaborado por el Institute for Supply Management) volvió a mejorar en el mes de diciembre: subió desde el 58,2% de noviembre hasta el 59,7% en diciembre (cuando el índice se mantiene por encima de 50 significa crecimiento del sector manufacturero, por debajo, contracción). Este aumento se debe a la mayor producción de bienes de capital: maquinaria, productos electrónicos y ordenadores; pero también a la inversión en el sector de los hidrocarburos, tanto de extracción como de refino, como consecuencia de la subida del precio del barril de petróleo y de la recuperación de los destrozos provocados por el huracán Harvey en el área de Houston.

A este crecimiento de la industria se pueden añadir otros dos factores determinantes en el citado fortalecimiento de la tendencia económica de EEUU: a) la ambiciosa reducción de impuestos de Donald Trump, que dará un fuerte impulso a la inversión privada y al consumo durante este año, y b) el aumento de las exportaciones americanas por la mejora de competitividad debida a la fuerte corrección del dólar frente al euro: de 1,06 dólares/euro en enero de 2017, a 1,21 ayer, viernes; es decir, una depreciación del 14%. No es casualidad que la bolsa americana esté en máximos históricos y que el índice Dow Jones, cruzara esta semana por primera vez en sus 121 años de existencia la barrera de los 25.000 puntos.

Europa, en máximos

También la economía europea, a pesar del Brexit, sigue en la fase expansiva del ciclo: los ritmos de crecimiento están por encima del potencial y las tasas de paro se están reduciendo rápidamente. El Índice de Confianza de los Consumidores de la zona del euro (UEM), elaborado por la Comisión Europea y publicado esta semana, subió en diciembre por quinto mes consecutivo, situándose medio punto por encima del de noviembre y en su nivel más alto desde enero de 2011.

La Comisión Europea publicará este lunes el indicador de Sentimiento Económico de diciembre y se espera que siga en su tendencia ascendente, lo que confirmaría la confianza de los agentes en la economía europea: la apreciación del euro es una clara señal de esa fortaleza.

Por su parte, la consultora Markit publicó esta semana el índice PMI (por sus siglas Purchasing Managers Index) de la UEM, un buen indicador de la actividad económica. En diciembre, el índice compuesto subió hasta el 58,1 desde el 57,5 de noviembre: es su mayor nivel desde febrero del 2011. El indicador del sector industrial pasó de 60,1 puntos del mes de noviembre hasta los 60,6 de diciembre: el nivel más alto para las manufacturas desde que comenzó la historia de este índice en 1997. Por su parte, el dato correspondiente al sector servicios de la UEM mejoró también en diciembre hasta los 56,6 puntos desde los 56,2 de noviembre. Los tres índices se situaron bastante por encima de la línea de los 50 que separa el crecimiento de la contracción.

En cuanto a los nuevos pedidos de las fábricas de la UEM, durante el mes de diciembre registraron los aumentos más pronunciados desde abril de 2000, mientras en el caso de las empresas de servicios, los pedidos tuvieron el aumento más fuerte en más de una década.

Son resultados excepcionalmente buenos de la economía de la zona euro que marcan tendencia y que aumentan la probabilidad de que el crecimiento del PIB para 2018 pueda superar la previsión del 2,3%.

La industria española también se acelera

Si bien la industria europea ha comenzado el nuevo año con la mayor fortaleza que se recuerda, en España también parece que las cosas van mejor de lo que se preveía. El PMI de la Industria alcanzó 55,8 puntos que es su valor máximo desde el año 2006. El sector industrial español crece cada vez más rápido. Especialmente significativo es el aumento de los nuevos pedidos (+7%) que no se aceleraban tanto desde antes del comienzo de la crisis económica. Así, la mejora de la producción manufacturera ha permitido que, a lo largo del año pasado, las empresas industriales aumentaran su nivel de empleo: 65.000 afiliados más a las Seguridad Social frente al aumento de 51.624 del año 2016.

También el PMI del sector servicios creció en España ligeramente más rápido en diciembre de 2017 que en el mes anterior. A ello ha contribuido el aumento de la creación de nuevas empresas y la disminución de la incertidumbre sobre la situación en Cataluña.

Como consecuencia, las previsiones de crecimiento de la economía española también se están revisando al alza. En 2018 seguirá en su fase expansiva a pesar de que el crecimiento económico y la creación de empleo van a ser menos intensos que en 2017 y 2016. Sin embargo, el Gobierno y los Servicios de Estudios siguen elevando sus estimaciones de crecimiento del PIB para 2018, desde el 2,3% hasta el 2,7%, por encima, por tanto, del que tendrá la media de los países de la UEM (+2,3%).

La constante mejora de la actividad económica española está teniendo efectos muy positivos en el mercado laboral. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social informó que en el mes de diciembre de 2017 el paro registrado descendió en 61.500 personas. En cuanto a la afiliación, también en diciembre, se produjo un incremento de 42.444 personas con respecto a noviembre.

Crece la confianza de los consumidores

Estos buenos datos de crecimiento económico y de empleo de diciembre explican en parte la mejora del Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) que elabora el CIS y que mensualmente recoge la percepción de los consumidores españoles, tanto de la situación actual de la economía, como de su evolución futura. El jueves conocimos que en el mes de diciembre este indicador alcanzó los 102,5 puntos. Son 2 puntos más que en noviembre y es el mejor dato desde el pasado mes de septiembre. El ICC sigue una escala de 0 a 200 en la que valores por encima de 100 indican una percepción positiva de los consumidores y por debajo, negativa.

Los datos publicados esta semana sobre la excelente trayectoria de las economías de EEUU y Europa, permiten ver con optimismo el crecimiento futuro para España. Si a nuestros clientes les va bien les podremos vender una mayor cantidad y calidad de bienes y servicios. Los datos publicados esta semana para España también son más favorables de lo que se esperaba y señalan una clara mejoría en diciembre, después de que el crecimiento económico registrase una ralentización en octubre y noviembre. También resultará determinante para que se mantenga esta buena tendencia que en 2018 los problemas relacionados con la situación política en Cataluña sean cada vez menos frecuentes y que la situación de las empresas en ese territorio tienda a estabilizarse.

Rafael Pampillón Olmedo. «El año
empieza bien». Expansión 6 de enero de 2018.

Destacados:

La excelente trayectoria que mantienen las economías de EEUU y la Eurozona permiten ver con optimismo el crecimiento futuro para España.

La ambiciosa reducción de impuestos de Trump dará un fuerte impulso
a la inversión privada
y al consumo este año.

La economía europea,
a pesar del Brexit, sigue en fase expansiva, con un crecimiento fortalecido
y caída en la tasa de paro

España seguirá en 2018 en su fase expansiva, pesar de que el crecimiento y empleo sean menos intensos.

1
Abr

EL LARGO Y TORTUOSO CAMINO: VENEZUELA

Escrito el 1 abril 2017 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Mundial

¿Puede haber en el mundo un país que estando entre los 10 con mayores reservas de petróleo del mundo, contraiga su economía un 3.9% en 2014, un 6.2% en 2015 y un 10% en 2016? ¿Y que las previsiones para el año en curso sean de una caída del 4.5%?  Evidentemente por el titular de este artículo el lector sabe que me refiero a uno de los tres países que surgieron del colapso de la república llamada Gran Colombia en 1830 (siendo los otros dos Ecuador y Nueva Granada que se convirtió en Colombia).  Este precioso país de poco más de 30M de ciudadanos está clasificado en el ranking de facilidad de hacer negocios del Banco Mundial de 2017 , en el puesto 187, de 190, quedando sólo por encima de Libia, Eritrea y Somalia

¿En qué momento dejo de ser Venezuela una de las principales economías del continente americano?  Una teoría interesante es el incorrecto manejo de la principal riqueza económica del país, el petróleo.

Hace 42 años, en 1975, el entonces presidente de la república, Carlos Andrés Pérez  anunció que había llegado la hora de nacionalizar el petróleo.  Indicar como  antecedente temporal que el precio de esta materia prima en los mercados  pasó, en Enero de 1974,   de 19 a USD 50(*), con datos ajustados de inflación,   debido al embargo que ejercieron los países árabes de la OPEP.

En Venezuela se decidió a principios de 1976 crear PDVSA para la gestión del nacionalizado recurso.   Fue un lustro de lo que se llamó la Venezuela Saudita ya que al comenzar la década de los 80 el barril de petróleo había llegado a USD 112, con lo que, con una visión muy cortoplacista, las autoridades del país decidieron el  abandono de casi toda la producción de bienes locales (entre las que había productos punteros como el cacao, el café –llego a ser el segundo productor mundial después de Brasil o el ganado vacuno), ya que era más barato importar que producir y el flujo de ingresos de divisas por la venta de petróleo parecía no tener fin: una situación de superávit comercial , de apreciación de la divisa debido a las ingentes reservas de USD y de un rating A para las agencias de calificación internacionales.  El principio de la década de los ochenta fueron años de una sensación de riqueza que llevaba a una vida social en el país, hoy inimaginable, y un consumo e inversión desmedido.  Años de  un enorme endeudamiento privado y público.    

Cuando el viento cambio, las autoridades del país no lo supieron o quisieron ver. De 1980 a 1983, debido a  un cambio en la tendencia de los precios del petróleo, los ingresos gubernamentales decrecieron un 30% mientras que el gasto crecía exponencialmente.  En 1982 y debido a una deuda, en USD de la época de 275.000 millones, México, Argentina y Brasil plantean la insolvencia de su deuda exterior.  Ante el estallido de una crisis global en el continente, billones de USD que estaban en Venezuela salieron del país buscando destinos más seguros. Con lo que llegamos al llamado Viernes Negro de 18 de febrero de 1983.  ¿Qué significó para la economía del país? Que la paridad del bolívar respecto al USD pasó de un estable 4.3 a un 14.  Todo un país endeudado en USD que ve con el valor de su moneda (la de sus nóminas, sus depósitos bancarios) pierde un 70 % de su valor con lo que el valor de la deuda de ciudadanos, empresas y Estado se multiplica por 3

De 1983 al 2017 el valor del crudo ha tenido sus oscilaciones pero la economía venezolana ha permanecido estancada en una espiral de devaluaciones constantes (en 2008 se creó el Bolívar Fuerte, quitando tres ceros al Bolívar Existente), una espiral inflacionaria sin fin (previsión para el año en curso del 1.660%) , una deuda exterior que no deja de crecer, fuga de capitales constante (no frenada con la creación del CADIVI en el 2003) y una caída sin fin de las reservas que merman la capacidad de importar.  Y si a esto le sumamos la ausencia de producción local, entonces llega la carestía y la escasez.

Parece que en el 2017 puede haber una estabilización de los precios petrolíferos pero también puede darse una menor demanda en volumen global.  Apostar la recuperación del país a la única carta de la demanda de crudo no augura un repunte en el corto plazo.  La diversificación productiva y el aumento de la confianza de la inversión extranjera son básicos para que sea posible revertir la situación actual.  Es importante recordar que a principios de los noventa  a Alemania se le llamaba the sick man of Europe y que hubo una época que Venezuela no era el ejemplo mundial de todos los desequilibrios económicos existentes.

 

(*)http://www.macrotrends.net/1369/crude-oil-price-history-chart
26
Sep

El comienzo del curso académico ha coincidido con la publicación de abundante información que confirma que la economía mundial no termina de despegar. El crecimiento global lleva cinco años, incluyendo 2016, por debajo de la media de su tendencia a largo plazo. Además, el FMI ha avisado de que en otoño podría revisar a la baja sus previsiones. Sería un síntoma de que los problemas de fondo de la economía mundial no sólo no se resuelven, sino que se agravan, por lo que podemos entrar en un estancamiento durante un largo periodo de tiempo.

populismoLos motivos de esta parálisis en el crecimiento son bien conocidos: a) bajo crecimiento de la productividad, b) dificultad de mantener los sistemas de pensiones de reparto, debido al envejecimiento de la población, c) excesiva carga de la deuda pública y d) la existencia de barreras crecientes en el comercio internacional.

A ello hay que unir el progreso de movimientos políticos populistas, aislacionistas y xenófobos que también puede paralizar el crecimiento. Se trata de un aumento en el sentimiento de insatisfacción de una parte importante de la población de los países desarrollados que ha derivado en una grave crisis de legitimidad política, es decir, un divorcio entre los representantes y los representados. Una frustración que procede de la mayor inseguridad económica y laboral de aquellos ciudadanos de baja cualificación profesional; también de la creciente desigualdad en la distribución de la renta causada por la grave crisis económica mundial que ha tenido como consecuencia el aumento del paro y la reducción de los salarios en los colectivos menos privilegiados. La consecuencia es la emergencia, con más rapidez de lo que se imaginaba, de partidos políticos que se oponen a la apertura económica con la esperanza de preservar así la identidad y el bienestar material de sus ciudadanos.

Ejemplos no faltan: a) el adiós británico a la Unión Europea (UE) bajo el eslogan “Inglaterra para los ingleses”, b) el avance del partido populista Alternativa para Alemania frente a la política migratoria adoptada por la canciller Angela Merkel, c) el candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump, apelando a los intereses de los americanos frente a la apertura a los inmigrantes y a las importaciones baratas de China y América Latina, d) los gobiernos del Grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, la República de Chequia y Eslovaquia), que están utilizando la xenofobia y el populismo para reiterar su total oposición a las políticas de la UE, especialmente en materia de refugiados, e) el triunfo en Austria del Partido por la Libertad, que, además de ultraderechista, es muy influyente y carismático frente a los partidos clásicos, que van para abajo y actúan como dinosaurios, sin identificarse con los problemas de los ciudadanos y, por tanto, sin aportar soluciones, f) la posibilidad de que Marine Le Pen gane las elecciones francesas del año que viene enarbolando la bandera de que hay que reducir la desigualdad y ofreciendo un referéndum para que Francia abandone la UE. En resumen,  movimientos políticos abiertamente xenófobos y proteccionistas que avanzan hacia la descomposición del orden económico internacional.

Menor comercio de China

A ello hay que unir la transformación económica de China, dirigida a favorecer su consumo interior frente a las exportaciones. Durante los primeros ocho meses de este año, el comercio internacional del gigante asiático se redujo un 6,7%. La política que han adoptado es la de dedicar más recursos a aumentar la producción de bienes de consumo y al sector servicios dirigida a satisfacer más adecuadamente las necesidades de sus ciudadanos, lo que reduce sus exportaciones. Va, por tanto, en la misma dirección que señalábamos más arriba de un menor comercio exterior.

El resultado ha sido un menor crecimiento económico de China, que está arrastrando al resto de los países emergentes, sobre todo a los productores de materias primas. El precio del petróleo vuelve a estar por debajo de los 50 dólares, y se espera que se mantenga alrededor de dichos niveles debido a la baja demanda que causa el enfriamiento económico del mundo. Al mismo tiempo, se han incrementado los stocks de crudo por la alta producción de EEUU y Rusia, así como por la entrada en escena de países productores-exportadores como Irán e Irak.

Estos bajos precios del petróleo están motivando un desequilibrio fiscal en los países productores, por lo que han debido aplicar ajustes tributarios, cancelar proyectos de inversión y sufrir la quiebra de diversas empresas que, directa o indirectamente, prestan servicios en el sector de los hidrocarburos. Una situación que está conduciendo a un menor crecimiento de sus economías y a un aumento en el número de parados.

Como consecuencia, los mercados emergentes se enfrían y se están enfrentando a una dura y nueva realidad. Así, Brasil, Rusia y las dos mayores economías de África (Nigeria y Sudáfrica) se hallan en recesión. Otro caso importante es el de Venezuela, cuyo gobierno viene mostrando un inmenso desajuste fiscal, junto con una descomunal devaluación del bolívar y una muy elevada inflación. Además, se enfrenta al impago de los préstamos recibidos por China y a una reducción de la calificación de riesgo de su petrolera PDVSA.

En definitiva, nos encontramos con un mundo muy inestable e incierto, lo que  limita la toma de decisiones de inversión de los empresarios en un futuro cercano. Esperemos que para finales de este año las perspectivas económicas y políticas se clarifiquen y que, poco a poco, vayan disminuyendo las probabilidades de un mayor enfriamiento mundial.

En definitiva, parece que el péndulo político está oscilando desde la defensa del comercio internacional, la asignación eficiente de recursos y la globalización hacia el proteccionismo en los mercados y la limitación a la libre circulación de personas. No es casualidad que, en la primera mitad de este año, el comercio mundial registrara, en términos reales, tasas negativas de crecimiento del 5,2%.

Las exportaciones españolas crecen

En este contexto, la economía española es una excepción, ya que las exportaciones siguen creciendo. Algo que afortunadamente viene sucediendo desde el inicio de la crisis, en 2008, cuando nuestras empresas salieron en mayor medida al exterior, fortaleciendo las ventas y la inversión directa en el extranjero. Esta estrategia ha sido vital para la continua y ardua recuperación que ha vivido la economía española en los últimos años. Los datos publicados ayer por el Ministerio de Economía y Competitividad muestran que en los primeros siete meses del año España exportó un 0,5% más de mercancías que en el mismo periodo de 2015. En términos reales el aumento fue todavía mayor del 2,9%. Estos aumentos contrastan con las caídas en las exportaciones de las grandes economías de Europa: Alemania (-0,3%), Italia (-1,2%) Francia (-2,2%) y Reino Unido (-5%) y también del conjunto de la UE (-2%).

Sin embargo, las exportaciones españolas podrían sufrir en un entorno económico mundial donde está aumentando el proteccionismo. Si a ello se une un aumento de la incertidumbre sobre el futuro político de nuestro país, corremos el riesgo de que junto a las exportaciones se reduzcan también las inversiones y los planes de expansión de las empresas, poniendo fin al elevado crecimiento que actualmente goza la economía de nuestro país.

Fuente: Rafael Pampillón. «Las consecuencias económicas del populismo». Expansión 24 de septiembre de 2016.

26
Jul

Hoy, 26 de julio, el petróleo tipo Brent cotizaba a 44,5 dólares/barril, cuando hace un mes lo hacía a 53. Esto supone una caída de 8,5 dólares. Los precios del petróleo llevan  bajando más de dos años como consecuencia de la mayor oferta y la menor demanda. La primera se debe a un crecimiento de la producción gracias a las nuevas tecnologías de fracking (“fractura hidráulica”) y a la entrada de nuevos productores en el mercado de la exportación.

energía

En el otro lado, la reducción de la demanda mundial está provocada por la desaceleración económica global que, a su vez, es consecuencia de la incertidumbre generada por los conflictos políticos, el problema de los refugiados, el protagonismo de los movimientos populistas que se están presentando en diferentes latitudes, y el menor crecimiento de China.

Estos bajos precios del crudo afectan negativamente a los países que lo producen. Por el contrario, benefician a los importadores, a los cuales se les abarata la producción de energía. En el caso de los primeros, la situación ha sido tan dramática que muchos pequeños productores han tenido que cerrar sus pozos, dado que el precio de venta no llegaba para cubrir sus costes.

Históricamente, el precio del crudo sufre de una enorme volatilidad. A principios de este año, llegó a cotizar a 27 dólares/barril,  frente a los 115 de junio de 2014. Para evitar estas variaciones tan bruscas (y problemáticas), desde hace muchos años se están buscando y utilizando fuentes alternativas de energía. Otro de los objetivos es que la producción y el consumo de esa energía causen el menor impacto ambiental posible. De hecho, éste se ha convertido en un tema prioritario de la agenda política de casi todos los países del mundo.

La importancia de la energía proviene de ser uno de los engranajes más fuertes de la economía, tratándose de una de las variables que tiene una correlación más alta con el crecimiento económico, hasta el punto de que el grado de su utilización permite explicar la evolución del PIB mundial. Además, es una excelente medida para visualizar el progreso de un país. Por eso, entre las metas que persigue el Banco Mundial para reducir la pobreza extrema y lograr un desarrollo de las economías emergentes, está el lograr que 1.1 billones de personas que no tienen acceso a la energía eléctrica puedan hacerlo de forma eficiente y limpia. De ahí la necesidad de saber qué tipo de energía debemos utilizar para que el crecimiento económico sea sostenible a nivel mundial y ambiental.  

Otras fuentes de energía

British Petroleum acaba de publicar su informe “BP Energy Outlook” correspondiente a 2015: el consumo mundial de energía creció un 1%, el más bajo de la última década. El lado positivo es que el uso del carbón, tan contaminante, experimentó una caída en la demanda del 1,8% (1 millón de toneladas) y de un 4% en su producción. Esto es consecuencia del desarrollo de nuevas tecnologías de mezclas, que se están empleando en EEUU y China. Adicionalmente, se observa un efecto de sustitución muy marcado, debido a las políticas de incentivo de producción de energías más limpias, y a la caída del precio del petróleo. Esto es positivo, ya que la producción de energía con gas y petróleo emite al ambiente una menor cantidad de CO2 que la generada con carbón. Por lo anterior, economías como las de Australia y Colombia, en las que el carbón tiene un peso importante en sus exportaciones y en la recaudación fiscal, se están viendo muy golpeadas, tanto por la reducción de la demanda como por el bajo precio de este mineral.

Afortunadamente, el año pasado, las energías limpias (no provenientes de productos fósiles) presentaron un crecimiento del 3,6%. Fue debido a las mejoras tecnológicas, la mayor eficiencia, la reducción de costes, y a las políticas energéticas que se están aplicando en la Unión Europea (UE) y China. Por ejemplo, el gigante asiático se acaba de convertir en el cuarto productor más grande del mundo de energía nuclear.

Por último, la producción de energía por centrales hidroeléctricas sigue teniendo un crecimiento muy bajo, aunque constante. En los casos de las energías renovables, la eólica continúa siendo la predominante a nivel mundial. Asimismo, en 2015 la producción de la solar se vio mucho más diversificada geográficamente, debido a que, en años anteriores, el único país que se encontraba a la vanguardia en la producción de energía por medio de esta fuente era EEUU.  

El futuro de la energía

Las proyecciones a largo plazo de las diversas agencias y empresas del sector muestran que la demanda seguirá creciendo. Sin embargo, lo que parece que está cambiando es cómo se va a distribuir. Los países emergentes, como crecen más que los desarrollados, serán en el futuro mucho más relevantes en la demanda mundial de energía. Un gran ejemplo es el de India, la cual se espera que se convierta en el primer demandante, sobrepasando a China. Y eso que esta última continuará exhibiendo un crecimiento estable del PIB, del 6% anual, pero con un aumento en la demanda mucho menor, como consecuencia de sus nuevas políticas e investigaciones para hacer más eficiente el consumo energético.

En cuanto a la fuente de producción, se espera que el 60% de la energía siga proviniendo de fuentes fósiles. El gas tendrá un mayor crecimiento y participación, seguido por el petróleo. Por su parte, el carbón tendrá una demanda menor, a pesar de que se espera que India lo siga utilizando a medio plazo como su principal fuente de producción.

En lo que respecta a las energías renovables, cobrarán una mayor fuerza, debido a que cada día se vuelven más competitivas en el mercado gracias a la reducción de sus costos. Donde más extendido estará su uso será en la UE, seguida de EEUU. El crecimiento va estar impulsado por la solar y la eólica, ya que se espera que el de la hídrica y nuclear se produzca a una tasa constante.  

Panorama mundial

Así las cosas, durante este 2016, no son previsibles aumentos significativos en el consumo de energía. Esta semana, el Fondo Monetario Internacional volvió a revisar a la baja las proyecciones de crecimiento de la economía mundial para el 2016 y 2017 y, en especial, rebajó las previsiones para los países desarrollados. En este mismo sentido, este jueves, el Banco Central Europeo señaló que la recuperación en la Zona Euro se está produciendo a un ritmo muy moderado. En el futuro, continuará proliferando los riesgos de un bajo crecimiento en la zona por la incertidumbre sobre el crecimiento global.

La desaceleración de la economía mundial y los efectos negativos que tiene la volatilidad del precio del petróleo exige que las economías dependientes de las exportaciones de materias primas se replanteen una vez más su modelo productivo. Deberían avanzar hacia uno nuevo, en el que tengan más relevancia la diversificación, la productividad y el valor añadido.

Rafael Pampillón (Universidad CEU San Pablo e Instituto de Empresa) y Carolina Ramírez (Master en Economía por University College London). «El mapa de la energía». Expansión. 23 de julio.

30
Oct

Participación (%) en las exportaciones mundiales de bienes

La Organización Mundial de Comercio (OMC) acaba de publicar la participación de los diferentes países del Mundo en las exportaciones mundiales de bienes para el año 2014.

Un poco de historia

En 2009 China sobrepasó a Alemania como primer país exportador mundial de bienes. En 2010 EEUU arrebató la segunda posición a Alemania, que se quedó en la tercera posición. En 2014, según la Organización Mundial de Comercio (OMC), China, Estados Unidos y Alemania ganaron cuota en las exportaciones mundiales de bienes

2003 2012 2013 2014
China 5,9 11,4 11,8 12,4
Estados Unidos 9,8 8,6 8,4 8,6
Alemania 10,2 7,8 7,7 8,0
Japón 6,4 4,5 3,8 3,6
Francia 5,3 3,2 3,1 3,1
España 1,6 1,6 1,7 1,7

Fuente: OMC (2015)

España, en 2014 mantuvo su cuota en las exportaciones mundiales de bienes con respecto a 2013 (ver cuadro).

En 2014, España bajó dos puestos y ocupó la posición 20 dentro del ranking de los principales exportadores mundiales de mercancías con una cuota del 1,7%. En 2013 ocupaba la posición 18 con el 1,7%.

En los últimos 11 años (2003-2014), excepto España, en el resto de las principales economías desarrolladas descendieron su participación en las exportaciones mundiales de mercancías. En general, desde hace ya varios años ganan cuota los países emergentes y en cambio pierden participación los países desarrollados (excepto España).

El año 14 fue un año raro por la subida de participación de Alemania y de EEUU ¿Qué está pasando?

La digitalización de la fabricación está permitiendo un resurgir industrial de los países desarrollados y como consecuencia una mayor exportación:

Primero, porque el coste de producción en los países ricos es más bárato, ya que se utiliza menos trabajadores en la producción, logrando que los procesos de fabricación ya no sean trasladados a otros países.

Segundo, los procesos de fabricación están regidos por softwares inteligentes, que a su vez necesitan de personal muy calificado el cual es más fácil encontrarlo en países como Alemania, EEUU o Francia.

Tercero, las empresas industriales (productoras de bienes) se ubican en centros industriales especializados (como Silicon Valley) muchos de los cuales se encuentran en países industrializados. Estos centros industriales especializados aportan grandes ventajas, ya que normalmente tienen universidades cercanas que invierten en I+D, forman profesionales preparados para sectores punta, tienen empresas de capital riesgo, y son un excelente lugar para el cultivo de nuevas empresas.

Cuarto,  las fabricas de los países ricos necesitan menos especio, por lo que es rentable que trasladen sus centros de operaciones a las grandes ciudades cuyos espacios son más reducidos y los alquiles más altos.

Algo muy relevante y que muchas veces no se considera es que a pesar del rápido crecimiento de la industria china, Estados Unidos sigue siendo un formidable productor. Su producción medida en dólares es prácticamente el mismo que el de China, pero lo interesante es que lo consigue con únicamente el 10% de la fuerza laboral de China.  Esto refleja que países desarrollados como Estados Unidos son altamente competitivos, y aumentará más su producción y sus exportaciones cuando se desarrolle todavía más la Tercera Revolución Industrial.

A la vez países como China, India, Turquía, Paquistán, Brasil, África del Sur y Méjico siguen ganando cuota en las exportaciones mundiales de bienes porque tienen costes laborales más bajos y, por tanto, sus productos siguen siendo muy competitivos en los mercados internacionales.

6
Oct

Los precios de buena parte de las materias primas están cayendo con fuerza desde hace más de tres años: el índice CRB[1] de materias primas han retrocedido más de un 40% desde abril de 2011. Esta pérdida de valor ha pasado factura, en términos de crecimiento y expectativas, a los países exportadores de commodities. El FMI considera que un país es “exportador de materias primas” cuando, en media del periodo 1962-2014, las exportaciones de materias primas son más del 35% del total y sus exportaciones netas de materias primas representan, al menos, el 5% de su comercio total (exportaciones más importaciones). Con estos parámetros, el FMI considera “exportadores de materias primas” a 52 países, 20 de los cuales son economías emergentes de renta baja (ver Tabla al final).

El FMI estima que la caída acumulada por las materias primas y el escenario de precios bajos que se maneja en el horizonte de previsión se traducirá en un ritmo de crecimiento para los países exportadores de materias primas en el 2015-2017 casi 1 punto inferior al alcanzado en 2012-2014. Este recorte sería de 2,25 puntos en el caso de los exportadores de petróleo.

Los países exportadores, no obstante, se encuentran a día de hoy en mejores condiciones para limitar el impacto sobre el crecimiento de la corrección de los precios de las commodities que en anteriores episodios. En concreto, la política fiscal ha sido menos pro-cíclica (permitiendo generar un “colchón fiscal” en los periodos de bonanza), se han generalizado los sistemas de tipo de cambio flexibles y se han desarrollado más los mercados financieros. En concreto, el FMI señala que los países con regímenes de tipo de cambio flexibles, con políticas fiscales menos pro-cíclica y con mayores ratios de crédito sobre el PIB (tomando como proxy del desarrollo del mercado financiero) son los que presentan las menores fluctuaciones en el crecimiento por el impacto de la variación de los precios de las materias primas.

Además, las autoridades deben ser realistas acerca del verdadero crecimiento potencial de sus economías. Esto quiere decir que, en los periodos en los que la caída de los precios de las materias primas provoque una fuerte desaceleración de la actividad, las autoridades no deben limitarse a aplicar medidas expansivas para lograr alcanzar el crecimiento observado en las fases de encarecimiento de las materias primas. De hecho, deberían centrarse en llevar a cabo reformas estructurales que eleven su crecimiento potencial y les haga menos vulnerables a las fluctuaciones en los precios de las commodities (dotar a sus economías de suficientes infraestructuras, mejorar el clima empresarial y aumentar la calidad de la educación, entre otros).

Fuente: Este post es un resumen del Capítulo 2 del World Economic Outlook (Octubre de 2015): “¿Hacia dónde se dirigen los exportadores de materias primas?” Elaborado por José Ramón Díez.

[1] It was first calculated by Commodity Research Bureau, Inc. in 1957 and made its inaugural appearance in the 1958 CRB Commodity Year Book. The Index was originally composed of 28 commodities, 26 of which were traded on exchanges in the U.S. and Canada, and two cash markets. It included barley and flaxseed from the Winnipeg exchange; cocoa, coffee «B», copper, cotton, cottonseed oil, grease wool, hides, lead, potatoes, rubber, sugar #4, sugar #6, wool tops and zinc from New York exchanges; and corn, eggs, lard, oats, onions, rye, soybeans, soybean meal, soybean oil and wheat from Chicago exchanges.

WEO

 

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