Hace unos meses explicaba en este blog como el gobierno de China estaba aplicando políticas keynesianas expansivas, es decir, políticas expansivas de demanda agregada, para salir de la crisis. (Ver: China aplica políticas expansivas para evitar la crisis. ). Afortunadamente estas políticas no han caído en saco roto y el paquete de estímulo fiscal de 585.000 millones de dólares lanzado por China a finales del año pasado parece estar surtiendo efecto, lo que sería una buena noticia para la economía china pero también para la economía mundial y, en especial, para América Latina, que depende del apetito chino por sus recursos naturales. Y es que está sucediendo, para alegría de todos, que la demanda china de materias primas está mostrando signos de recuperación, después de una abrupta caída en los últimos meses.
Junto a la política fiscal, como ya señalábamos en “China aplica políticas expansivas para evitar la crisis”, el banco central chino ha inyectado mucho dinero para estimular la economía. Como consecuencia los bancos comerciales han seguido concediendo crédito y el Índice Compuesto de Shanghai acumula un alza de 34,24% en lo que va del año. Esta política monetaria expansiva junto con el agresivo plan de gasto fiscal del Gobierno chino, sobretodo en infraestructuras, empiezan a dar sus frutos: hay señales, por ejemplo, de que el consumo se relanza. Las ventas de coches alcanzaron un máximo mensual en marzo, lo que marca el tercer aumento mensual consecutivo. Las ventas de viviendas en las grandes ciudades también han repuntado ya que los precios más bajos están atrayendo compradores.
El mayor optimismo ha contagiado a las empresas. La Oficina Nacional de Estadísticas de China informó la semana pasada que su sondeo de la confianza de los gerentes subió en el primer trimestre después de derrumbarse en los últimos tres meses de 2008.
En general, parece que las políticas de demanda agregada expansivas del gobierno ha impedido que China caiga en la recesión donde las precarias condiciones de la economía y la pérdida de la confianza de los consumidores se refuerzan entre sí (tal como está ocurriendo en España). Parte del éxito chino proviene de la magnitud del paquete de estímulo fiscal, uno de los mayores del mundo junto al de EEUU.
Es preciso reconocer que la capacidad que tiene el gobierno comunista y dictatorial para obligar a los bancos a que den crédito y sus grandes reflejos para hacer rápidamente un gasto público en infraestructuras han hecho que el plan de estímulo empiece a rendir frutos antes de lo esperado. Todavía queda, en todo caso, un largo camino por recorrer. Los últimos datos, por ejemplo, muestran la persistente contracción del sector exportador. Las exportaciones declinaron 17,1% en marzo frente al mismo mes del año anterior, después de un desplome de 25,7% en febrero. Esta caída refleja la vulnerabilidad de China al debilitamiento de EEUU y sus otros mercados de exportación. El mal momento de la economía mundial ha golpeado con fuerza a las empresas exportadoras chinas, los que las ha obligado a realizar millones de despidos. La fuerte dependencia de las exporaciones hace que la crisis china tenga sus propias peculiaridades como se puede leer en: ¿Entrará China en una crisis económica?
En resumen, el gobierno chino está inyectando dinero en la economía y emprendiendo cientos de proyectos de infraestructura. Aunque una mejoría de la economía china no es suficiente para que la economía mundial salga de la crisis, es una buena noticia puesto que se trata de uno de los pocos países, con una economía de elevado tamaño, que se sigue expandiendo. China, en todo caso, necesita el respaldo de la demanda en el resto del mundo para que su recuperación sea sostenible.
¿Nos sacará China de esta crisis? ¿Será China la locomotora de la economía mundial?
Fuente: Andrew Batson; China Turns a Corner as Spending Takes Hold ; TWSJ (4 de abril 2009)
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