Archivo de la Categoría ‘Unión Europea’

19
Oct
WP_Post Object
(
    [ID] => 20865
    [post_author] => 115
    [post_date] => 2014-10-19 16:55:27
    [post_date_gmt] => 2014-10-19 14:55:27
    [post_content] => En los últimos días se han producido turbulencias importantes en los mercados financieros internacionales que presagiaban que la economía europea podría entrar de nuevo en una recesión. Sería la tercera desde que comenzó la crisis. De ahí que el martes de esta semana se reuniera el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (ECOFIN) para buscar soluciones que permitieran mejorar el crecimiento económico europeo. Además, los últimos datos de Alemania son inquietantes: la producción industrial cayó considerablemente en el mes de agosto y en octubre la confianza de los inversores se volvió a deteriorar.

Por su parte, Francia está reclamando a la Unión Europea (UE) una mayor flexibilidad para incrementar su gasto público, sobre todo en inversiones en infraestructuras, como medio para generar crecimiento económico. Algo que podría también aplicar la economía italiana que también tiene serias dificultades en su crecimiento. Efectivamente, en los últimos trimestres se observaba que la economía de la zona del euro seguía una tendencia de crecimiento positivo impulsado por sus cuatro grandes países Alemania, Francia, Italia y España. Ahora el problema es que en el segundo trimestre de este año Alemania va para atrás (-0,2% de crecimiento del PIB), Francia se ha estancado (0%) e Italia sigue cayendo (-0,2%, la segunda caída trimestral). Sólo España ha mejorado su producción con un crecimiento del PIB del 0,6%.

barco 3A pesar de los problemas que sufre Europa, la economía mundial sigue avanzando. Los países emergentes continúan teniendo previsiones de crecimiento cada vez mayores, como indicó la semana pasada el FMI, a la vez que Estados Unidos se está fortaleciendo con rapidez principalmente por el buen comportamiento del sector energético y manufacturero. Hay pocas dudas sobre la solidez de los cimientos de la recuperación económica global. Sin embargo, la UE, una vez más, se está quedando rezagada del resto del Mundo. Lo que viene certificado, por ejemplo, por los datos de producción industrial.

Efectivamente, esta semana hemos conocido los datos de producción industrial de la UE y de EEUU, que muestran como, desde 1980, la economía estadounidense no da síntomas de agotamiento y continúa liderando la industria mundial. La producción industrial de EEUU creció un 1% en septiembre lo que supone un crecimiento del 3,2% anual en el tercer trimestre. En cambio la producción de las fábricas de la zona del euro cayó en agosto un 1,8% desestacionalizado y acumula una caída anual del 1,9%. Estos datos, junto a otros indicadores de coyuntura, muestran que mientras Europa no es capaza de crear empleo, se desindustrializa y su sector industrial pierde peso en el PIB, EEUU se reindustrializa, genera empleo y su industria gana participación en su PIB.

El peligro de la deflación

Este enfriamiento de la economía europea procede en buena medida de la contracción de la demanda interna lo que está afectando negativamente a la evolución de los precios. En septiembre la inflación de la zona del euro continuó disminuyendo hasta alcanzar el 0,3% anual, el menor valor desde octubre de 2009 y una señal preocupante de estar muy cerca de la deflación. Las empresas europeas deberían aprovechar más este estancamiento de los precios para ganar en competitividad y aumentar su producción industrial, las exportaciones y el empleo. Los gobiernos, por su parte, deberían incrementar la inversión pública. De no seguir este camino la demanda interna seguirá sin recuperarse, las expectativas de crecimiento económico se deteriorarán y los precios seguirán sin aumentar, con el riesgo de que la deflación se materialice.

La deflación no sólo iría acompañada por la menor demanda interna, sino también por un aumento en el nivel de desempleo. Algo que a la zona del euro con un 11,5% de paro no le conviene y mucho menos a España con un desempleo 24,5%. En el caso de que la Eurozona entrase en deflación (se espera que la inflación sea inferior al 1% en el año 2015), se desencadenaría un círculo vicioso en el que se desplomarían los precios y se reduciría el beneficio empresarial mientras que los costes, que son más rígidos a la baja, no lo harían. La consecuencia es una caída de la inversión y del empleo. A su vez un menor empleo también contrae la masa salarial y la demanda de consumo, es decir, las ventas disminuyen más todavía y con ellas, las inversiones. Y el ciclo vuelve a empezar. Además, los consumidores posponen sus compras en espera de que los precios bajen más todavía y, por el mismo motivo, las empresas continúan reduciendo sus inversiones. Esto es lo que puede comenzar a suceder en la eurozona: menor demanda, menor inversión, elevado nivel de desempleo y una tendencia a la baja en el nivel de precios.

Alemania frente a Francia

Parece, por tanto, necesario dinamizar la economía; el ECOFIN ha recomendado aumentar la inversión pública (y también privada). Una iniciativa en la línea propuesta por el FMI sobre la renovación de infraestructuras europeas. Esta nueva orientación de la política fiscal es muy necesaria ya que favorece la necesaria modernización del capital social que es un paso fundamental para mejorar la competitividad de la zona del euro.

Sin embargo, la canciller alemana, Ángela Merkel, no ha tardado en manifestar su profundo descontento con esta medida expansiva de la demanda agregada. Durante los últimos años la economía alemana ha sido el motor de crecimiento de la zona del euro y un referente en las propuestas de austeridad durante la crisis. Pero ahora Alemania también está asustada. En agosto los datos de su industria no fueron buenos. La producción industrial del mes cayó un 4,3% y las previsiones futuras, es decir, los pedidos del sector industrial, disminuyeron  un 5,7%. Y el índice de confianza empresarial ZEW retrocedía hasta su nivel más bajo desde junio de 2010. Como consecuencia de estos síntomas de debilidada se ha hecho una revisión a la baja del crecimiento económico para el año 2015: un 1,3% (frente al estimado inicialmente de un 2%).

A pesar de estos  malos datos de coyuntura Alemania sigue siendo el líder y el motor de la economía europea. En julio su tasa de paro fue solo del 4,9%, las exportaciones alcanzaron en julio un nuevo máximo histórico, un incremento del 8,5% y se espera un crecimiento del consumo de las familias del 1% trimestral en el tercer trimestre

No obstante, Merkel, aún previendo un superávit por cuenta corriente del 7% para este año, se opone tajantemente a ningún tipo de flexibilidad para ampliar el gasto público. Algo que no sólo le permitiría renovar sus deterioradas infraestructuras, sino que también ayudaría a Francia y al resto de la zona del euro a salir del estancamiento.

Situación que vuelve a poner de manifiesto la necesidad de una mayor unidad de la política fiscal europea. De momento no todos estamos “remando” en la misma dirección sino que cada gobierno aplica su propia política fiscal, la que cree que le reportará mayores beneficios. Así, ante el planteamiento inflexible de Alemania, Francia ha decidido no cumplir el objetivo de déficit (el 3%) hasta el año 2017, dos años más tarde de lo pactado. Asimismo, Italia continuará aumentando el gasto público e incentivará su actividad económica recortando impuestos. El objetivo de Francia e Italia está claro, aumentar la demanda interna y evitar la deflación que como hemos visto podría desencadenar una nueva recesión en Europa. En este sentido, los anuncios de cambios en la política económica de Francia e Italia deberían abonar el terreno para un cambio de postura en Alemania.

Política monetaria

En medio de esta lucha a dos bandos entre la austeridad de Alemania y la mayor flexibilidad de Francia se encuentra el Banco Central Europeo (BCE) que, habiendo agotado las medidas clásicas de activación económica, sólo le queda aplicar políticas más heterodoxas, la expansión cuantitativa (QE por sus siglas en inglés) de su balance a través de la compra de deuda pública en el mercado secundario. El BCE, mientras piensa si dispara o no este último cartucho (QE), sigue tomando medidas para asegurar la liquidez, solidez y estabilidad del sistema financiero. Ha reducido sistemáticamente los tipos de interés y ha comenzado un ambicioso programa crédito al sistema bancario para que éste facilite el acceso a la financiación de las PYMES. Sin embargo, parece que estas medidas no son suficientes. Por tanto, la única opción que le queda es comenzar un proceso de flexibilización cuantitativa (QE) para inyectar todavía más liquidez al sistema también para elevar la inflación hasta situarle cerca del 2%. Incluso Alemania está de acuerdo en alcanzar ese objetivo.

Como afecta a España

Toda esta situación genera consecuencias negativas para la economía española. Nuestro país ha llevado a cabo importantes reformas y ahora se encuentra en el camino de la recuperación. La demanda interna se está consolidando y la subasta del Tesoro de esta semana ha hecho frente a la coyuntura europea con éxito. España ya ha cubierto el 83% de sus necesidades de financiación de este año y lo ha hecho a menores costes que el año pasado.

Seguimos adelante, pero nuestras exportaciones y la producción industrial acusan el debilitamiento de nuestros socios. Al fin y al cabo nuestro primer cliente comercial es Francia y el segundo Alemania. Durante el mes de agosto las exportaciones descendieron al mayor ritmo de los últimos cinco años (un 5,1% anual), mientras que las importaciones aumentaron muy poco (0,5%).

En definitiva, Europa y España necesitan “poner toda la carne en el asador” para seguir en el camino de la recuperación económica. El BCE está contribuyendo a ello y el mes que viene se pone en marcha el Mecanismo Único de Supervisión bancaria (MUS) por el que el BCE vigilará el buen funcionamiento del sistema financiero. En la medida en que este instrumento supervisor mejore la eficacia y la solvencia de las entidades de crédito aumentará la confianza de los inversores y de los ahorradores en la banca de Unión Económica y Monetaria.

La situación que hemos vivido esta semana nos recuerda a la que vivimos un poco antes de los años más graves de la crisis. De ahí que para que la “sangre no llegue al río” se precisa continuar realizando importantes reformas estructurales. Es decir, las medidas no sólo tienen que venir de fuera sino que los propios países del euro tienen que resolver con políticas propias los problemas de fondo. Probablemente el principal problema a solucionar sea el deterioro del mercado laboral. Aumentando la flexibilidad del mercado de trabajo, tal como ha hecho España, aumentaría el empleo, la demanda interna, el crecimiento económico y se dejaría atrás el riesgo de deflación.

Por su parte, los incentivos a la inversión en infraestructuras ayudarán a renovar el proceso productivo y mejorarán la competitividad de los productos europeos. Finalmente, el sector público debe continuar realizando ajustes para conseguir que su tamaño no exceda a las necesidades reales de los ciudadanos. Si se ponen en marcha las reformas estructurales pendientes y las políticas fiscales adecuadas podemos esperar que Europa supere este bache y continúe saliendo de una crisis que ya ha durado demasiado.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro "Vientos de recesión en la vieja Europa". Expansión. 18 de octubre de 2014; páginas 30 y 31.
    [post_title] => Vientos de recesión en la vieja Europa
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => vientos-de-recesion-en-la-vieja-europa-en-la-vieja-europa
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2014-11-02 16:52:46
    [post_modified_gmt] => 2014-11-02 15:52:46
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20865
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 0
    [filter] => raw
)

En los últimos días se han producido turbulencias importantes en los mercados financieros internacionales que presagiaban que la economía europea podría entrar de nuevo en una recesión. Sería la tercera desde que comenzó la crisis. De ahí que el martes de esta semana se reuniera el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (ECOFIN) para buscar soluciones que permitieran mejorar el crecimiento económico europeo. Además, los últimos datos de Alemania son inquietantes: la producción industrial cayó considerablemente en el mes de agosto y en octubre la confianza de los inversores se volvió a deteriorar.

Por su parte, Francia está reclamando a la Unión Europea (UE) una mayor flexibilidad para incrementar su gasto público, sobre todo en inversiones en infraestructuras, como medio para generar crecimiento económico. Algo que podría también aplicar la economía italiana que también tiene serias dificultades en su crecimiento. Efectivamente, en los últimos trimestres se observaba que la economía de la zona del euro seguía una tendencia de crecimiento positivo impulsado por sus cuatro grandes países Alemania, Francia, Italia y España. Ahora el problema es que en el segundo trimestre de este año Alemania va para atrás (-0,2% de crecimiento del PIB), Francia se ha estancado (0%) e Italia sigue cayendo (-0,2%, la segunda caída trimestral). Sólo España ha mejorado su producción con un crecimiento del PIB del 0,6%.

barco 3A pesar de los problemas que sufre Europa, la economía mundial sigue avanzando. Los países emergentes continúan teniendo previsiones de crecimiento cada vez mayores, como indicó la semana pasada el FMI, a la vez que Estados Unidos se está fortaleciendo con rapidez principalmente por el buen comportamiento del sector energético y manufacturero. Hay pocas dudas sobre la solidez de los cimientos de la recuperación económica global. Sin embargo, la UE, una vez más, se está quedando rezagada del resto del Mundo. Lo que viene certificado, por ejemplo, por los datos de producción industrial.

Seguir leyendo…

3
Oct
WP_Post Object
(
    [ID] => 20834
    [post_author] => 115
    [post_date] => 2014-10-03 16:54:30
    [post_date_gmt] => 2014-10-03 14:54:30
    [post_content] => En estos momentos España se encuentra en una situación de incertidumbre política y económica motivada por las actuaciones separatistas que se están produciendo en Cataluña. Precisamente el sábado pasado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, firmó el decreto para convocar la consulta sobre el futuro político de Cataluña. El panorama nos parece complicada porque, por un lado, existe un movimiento social en pro de la independencia legítimo y respetable y, por otro, se han aducido argumentos para impulsarlo que no se ajustan a la realidad como, por ejemplo, “fuera de España nos iría mejor”, “una Cataluña independiente seguiría formando parte de la Unión Europea (UE)” y “la independencia nos daría más prosperidad”.

cataluñaEstancamiento económico

Dejando aparte que una Cataluña independiente estaría peor económicamente, el propio proceso plebiscitario está generando una inestabilidad que está perjudicando considerablemente las expectativas económicas y de inversión en la Comunidad Autónoma. Además, el momento no puede ser más inoportuno ya que el entorno económico europeo no parece muy favorable y, como ya avanzó Mario Draghi la semana pasada, Europa se enfrenta a una posible situación de estancamiento. Efectivamente, el conjunto de la zona del euro avanza muy lentamente y todavía mantiene un nivel de crecimiento inferior al del comienzo de la crisis, mientras que otros países como Estados Unidos ya lo han superado. Además, se han detenido las tasas de crecimiento de economías muy importantes como la de Alemania, Francia e Italia.

Así la confianza empresarial alemana se ha debilitado y el componente de expectativas del Índice IFO, que elabora mensualmente el Instituto de Estudios Económicos de la Universidad de Múnich, ha caído en septiembre al nivel más bajo desde hace veinte meses: un 99,3 (recordemos que valores superiores a 100 indican expansión económica e inferiores señalan contracción). Este es, en parte, el resultado del conflicto entre Ucrania y Rusia, que abastece el 40% de la energía en Alemania y que está deteriorando las expectativas económicas de sus empresarios.

En Cataluña parece que también se tuercen las cosas. Según el último informe de Convivencia Cívica Catalana, la inversión extranjera que llegó a Cataluña durante el segundo trimestre de este año fue un tercio (34%) de la que recibió en el mismo periodo del año anterior. Un reflejo claro de las intenciones de los inversores internacionales ante un posible resultado independentista. El panorama de las empresas no es mucho más halagüeño. Dos grandes entidades financieras catalanas, CaixaBank y Banco Sabadell, ya tienen planes para trasladar su sede fuera de Cataluña. Si Cataluña se independiza se quedará fuera de la zona del euro y, por tanto, sus bancos no recibirían créditos del Banco Central Europeo (BCE) que además de ser baratos (tienen un tipo de interés del 0,05%), son el último recurso con el que cuentan las entidades de crédito para resolver situaciones de falta de liquidez.

Este es sólo un ejemplo de los efectos que está teniendo no ya la independencia, sino el mero hecho de plantear una posible consulta sobre ella.

Colapso económico

Si, además, la separación fuera real los efectos sobre la economía catalana podrían ser considerables. Cataluña se contraería y el colapso económico podría ser considerable fundamentalmente porque una parte de las empresas radicadas allí se irían. La actividad empresarial no se mueve por sentimentalismos nacionalistas sino por motivos económicos y sociales y desde el momento en que se hiciera efectiva la independencia las empresas catalanas tendrían que luchar para hacerse un hueco en los mercados internacionales.

¿Por qué esta situación de inferioridad de las empresas en un contexto de independencia? En primer lugar porque la independencia supondría la salida automática de Cataluña de la UE. Lo que significaría que la UE aplicaría inmediatamente un arancel a la importación de productos catalanes. Sería el mismo que soportan los países que no son miembros de la UE. Además, Cataluña podría caer en la tentación de elevar barreras arancelarias para proteger a sus empresas de los productos extranjeros.

En definitiva, las empresas catalanas verían como aumentan sus costes de importación de las materias primas y bienes intermedios que no se produzcan en Cataluña a la vez que disminuyen sus ingresos por exportaciones. La solución al problema está clara: trasladar la empresa fuera de Cataluña para continuar trabajando en un territorio que forme parte de la UE y de su mercado único. Además, como señalan los libros, el aumento de aranceles generaría una reducción del comercio internacional y una menor eficiencia económica. Todo ello disminuiría considerablemente las oportunidades de Cataluña de generar ventajas competitivas.

Elevado déficit público

Esta situación de reducción de la producción dificultaría la solvencia del sector público catalán y llevaría a un desequilibrio de las cuentas públicas. Primero, porque los ingresos se contraerían por la menor actividad económica que generaría la deslocalización de las empresas lo que disminuiría las bases imponibles y como consecuencia la recaudación fiscal.

Y segundo, los gastos serían mayores. El Gobierno de Cataluña tendría que financiar la constitución del nuevo Estado y hacerse cargo de aquellas partidas que estaban aseguradas por el Estado español como las pensiones y los sueldos de los funcionarios (como la educación, la sanidad y la defensa). Asimismo, debería continuar haciendo frente a los pagos del servicio de la deuda pública española que le correspondiese al menos durante algunos años. Años que formarían parte de un periodo clave para consolidar económicamente la independencia.

Por tanto el resultado sería un grave déficit público catalán que no podría recurrir a la emisión de deuda para su financiación ya que la previsible desconfianza de los inversores en su devolución impediría a Cataluña acceder a los mercados internacionales. Es difícil pensar que un país de reciente creación, pequeño comparado con los gigantes europeos y sin apoyo internacional sea merecedor de la confianza de los compradores de bonos que, en definitiva, puede destinar sus recursos a cualquier otro territorio con mejores expectativas.

El abandono de la zona del euro y la creación de una nueva moneda

Además, si Cataluña se independizase se vería obligada a abandonar la Unión Monetaria Europea. En ese posible escenario a Cataluña se le abrirían dos posibilidades mantener el euro o crear su propia moneda.

En el primer caso, nadie puede impedir que Cataluña continúe usando el euro. Pero para que un país pueda utilizar una moneda que no controla debe conseguir acercarse al equilibrio fiscal. Sólo así podría tener acceso a la financiación internacional.

Sin embargo, ante un escenario de elevado déficit público, sin ayudas de la UE y sin recurso al BCE, es imposible utilizar una moneda como el euro. Por tanto, lo más probable es que Cataluña en el caso de independizarse desarrollaría su propia moneda: llamémosla “catalino”. En ese caso tendría que hacer un “corralito” que evitase la estampida de depósitos en euros. El tipo de cambio inicial, por comodidad sería: 1 euro = 1 catalino. Entonces el gobierno de Cataluña invitaría a sus ciudadanos a que vayan al Banco Central de Cataluña y/o por extensión a los bancos comerciales ubicados en Cataluña a cambiar sus euros por catalinos. ¿Alguno de ustedes, queridos lectores, iría corriendo al banco a cambiar sus euros por catalinos? Nadie. Todos los catalanes guardarían sus euros a buen recaudo o se los llevarían al extranjero. Y antes de que el gobierno catalán hiciese un “corralito” y bloqueara las cuentas en euros para convertirlas más tarde y  automáticamente en catalinos,  retirarían rápidamente sus depósitos en euros y los pondrían en una cuenta en otros países como España, Andorra o Francia.  Lo harían entre otras cosas, porque una vez introducida la nueva moneda, el siguiente paso es la devaluación del catalino, con el fin de financiar el déficit público y también para ganar en competitividad.

Al principio, para evitar suspicacias, haría falta mantener un tipo de cambio fijo. Pero al poco tiempo se depreciaría su moneda y Cataluña habría ganado competitividad, porque los precios en euros de sus exportaciones se habrían reducido considerablemente.

Pero con la nueva moneda no todo serían ventajas y habría también importantes inconvenientes. El primero, la inflación, por varios motivos: 1) los precios de las importaciones, valorados en catalinos, aumentarían lo que incrementaría el nivel de precios de los bienes de consumo y 2) crecerían los costes de producción de las empresas que necesiten comprar en el exterior, lo que reducirían sus márgenes de beneficio y elevarían sus precios de venta.

El segundo, mayores dificultades para hacer frente a las deudas expresadas en euros, que serían la mayoría y que después de la devaluación serían mucho mayores en términos de la nueva moneda local.

Y finalmente, descontento social. Los que pudieron mantener sus ahorros en euros habrán visto aumentar su poder adquisitivo mientras aquellos que sufrieron el corralito o simplemente no tuvieron la oportunidad de retirar sus depósitos se habrán empobrecido.

En definitiva, las consecuencias de una Cataluña fuera del euro serían muy graves. A corto plazo el panorama se tornaría muy complicado: dificultad para pagar tanto la deuda privada como la pública, deslocalización del sistema financiero y parte del tejido productivo y como consecuencia débil crecimiento económico. Por supuesto, como es fácil ver, esto no sólo sería perjudicial para Cataluña sino también para España.

Una forma de evitar estas indeseables consecuencias sería que Cataluña siguiera perteneciendo a la Unión Económica y Monetaria. Esta favorable situación económica de tener el euro como divisa, es algo que se está dando por hecho en las reivindicaciones independentistas. No obstante, el proceso de adhesión a la UE está firmemente regulado y está sujeto a numerosos requisitos. Además, haría falta unanimidad en el Consejo de la UE, del que forma parte España, para aceptar la entrada del nuevo miembro. Por supuesto, la decisión se toma en función de los costes y beneficios económicos y políticos y, además, es muy probable que la adhesión de Cataluña beneficiara también a España. Sin embargo, la incertidumbre existe y es una herramienta más de negociación, igual que lo es la valoración de qué parte de la deuda española corresponde a Cataluña.

El papel de las expectativas

Es cierto que la economía catalana cuenta con una importante parte del tejido empresarial e industrial del país. Pero no se puede olvidar que la actividad económica futura está basada, entre otras cosas, en la confianza y en la estabilidad.

Probablemente los aficionados a la economía recuerden que las expectativas de los agentes afectan al funcionamiento de los mercados y también a las decisiones políticas. Esta característica que describe la Real Academia como la “posibilidad razonable de que algo suceda” es ahora el principal condicionante económico de nuestro país y un potencial freno a nuestro ritmo de crecimiento.

Son precisamente éstas expectativas económicas las que anticipan un desequilibrio importante en las finanzas públicas catalanas y que aumentaría bajo la hipótesis de la independencia ya que aumentarían los gastos (motivados por la creación del nuevo Estado, el pago del servicio de la deuda pública española que le correspondiese y el mantenimiento de las instituciones y de las administraciones públicas) y se reducirían los ingresos por el efecto de una menor actividad económica. A lo anterior se une que los agentes económicos puedan cuestionar la permanencia de Cataluña en el euro lo que haría que la confianza en la economía catalana se viera perjudicada.

En definitiva, el sentimiento independentista es respetable y siempre que sea conforme a derecho se debería saber cuál es la intención de la mayoría de los catalanes sobre su pertenencia a España. Pero la independencia de Cataluña es una realidad mucho más compleja de lo que en general se está planteando. Además, en un entorno como el actual de debilidad económica de la UE el mero hecho de hacer una consulta sobre la independencia de Cataluña añadiría todavía más incertidumbre y, por tanto, inestabilidad a la frágil economía europea, española y catalana.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro. "El golpe económico de una independencia de Cataluña". Expansión. 29 de septiembre de 2014. Páginas 28 y 29.
    [post_title] => El golpe económico de una independencia de Cataluña
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => el-golpe-economico-de-una-independencia-de-cataluna
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2014-10-03 16:56:15
    [post_modified_gmt] => 2014-10-03 14:56:15
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20834
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 8
    [filter] => raw
)

En estos momentos España se encuentra en una situación de incertidumbre política y económica motivada por las actuaciones separatistas que se están produciendo en Cataluña. Precisamente el sábado pasado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, firmó el decreto para convocar la consulta sobre el futuro político de Cataluña. El panorama nos parece complicada porque, por un lado, existe un movimiento social en pro de la independencia legítimo y respetable y, por otro, se han aducido argumentos para impulsarlo que no se ajustan a la realidad como, por ejemplo, “fuera de España nos iría mejor”, “una Cataluña independiente seguiría formando parte de la Unión Europea (UE)” y “la independencia nos daría más prosperidad”.

cataluñaEstancamiento económico

Dejando aparte que una Cataluña independiente estaría peor económicamente, el propio proceso plebiscitario está generando una inestabilidad que está perjudicando considerablemente las expectativas económicas y de inversión en la Comunidad Autónoma. Además, el momento no puede ser más inoportuno ya que el entorno económico europeo no parece muy favorable y, como ya avanzó Mario Draghi la semana pasada, Europa se enfrenta a una posible situación de estancamiento. Efectivamente, el conjunto de la zona del euro avanza muy lentamente y todavía mantiene un nivel de crecimiento inferior al del comienzo de la crisis, mientras que otros países como Estados Unidos ya lo han superado. Además, se han detenido las tasas de crecimiento de economías muy importantes como la de Alemania, Francia e Italia.

Así la confianza empresarial alemana se ha debilitado y el componente de expectativas del Índice IFO, que elabora mensualmente el Instituto de Estudios Económicos de la Universidad de Múnich, ha caído en septiembre al nivel más bajo desde hace veinte meses: un 99,3 (recordemos que valores superiores a 100 indican expansión económica e inferiores señalan contracción). Este es, en parte, el resultado del conflicto entre Ucrania y Rusia, que abastece el 40% de la energía en Alemania y que está deteriorando las expectativas económicas de sus empresarios.

En Cataluña parece que también se tuercen las cosas. Según el último informe de Convivencia Cívica Catalana, la inversión extranjera que llegó a Cataluña durante el segundo trimestre de este año fue un tercio (34%) de la que recibió en el mismo periodo del año anterior. Un reflejo claro de las intenciones de los inversores internacionales ante un posible resultado independentista. El panorama de las empresas no es mucho más halagüeño. Dos grandes entidades financieras catalanas, CaixaBank y Banco Sabadell, ya tienen planes para trasladar su sede fuera de Cataluña. Si Cataluña se independiza se quedará fuera de la zona del euro y, por tanto, sus bancos no recibirían créditos del Banco Central Europeo (BCE) que además de ser baratos (tienen un tipo de interés del 0,05%), son el último recurso con el que cuentan las entidades de crédito para resolver situaciones de falta de liquidez.

Este es sólo un ejemplo de los efectos que está teniendo no ya la independencia, sino el mero hecho de plantear una posible consulta sobre ella.

Colapso económico

Si, además, la separación fuera real los efectos sobre la economía catalana podrían ser considerables. Cataluña se contraería y el colapso económico podría ser considerable fundamentalmente porque una parte de las empresas radicadas allí se irían. La actividad empresarial no se mueve por sentimentalismos nacionalistas sino por motivos económicos y sociales y desde el momento en que se hiciera efectiva la independencia las empresas catalanas tendrían que luchar para hacerse un hueco en los mercados internacionales.

¿Por qué esta situación de inferioridad de las empresas en un contexto de independencia? En primer lugar porque la independencia supondría la salida automática de Cataluña de la UE. Lo que significaría que la UE aplicaría inmediatamente un arancel a la importación de productos catalanes. Sería el mismo que soportan los países que no son miembros de la UE. Además, Cataluña podría caer en la tentación de elevar barreras arancelarias para proteger a sus empresas de los productos extranjeros.

En definitiva, las empresas catalanas verían como aumentan sus costes de importación de las materias primas y bienes intermedios que no se produzcan en Cataluña a la vez que disminuyen sus ingresos por exportaciones. La solución al problema está clara: trasladar la empresa fuera de Cataluña para continuar trabajando en un territorio que forme parte de la UE y de su mercado único. Además, como señalan los libros, el aumento de aranceles generaría una reducción del comercio internacional y una menor eficiencia económica. Todo ello disminuiría considerablemente las oportunidades de Cataluña de generar ventajas competitivas.

Elevado déficit público

Esta situación de reducción de la producción dificultaría la solvencia del sector público catalán y llevaría a un desequilibrio de las cuentas públicas. Primero, porque los ingresos se contraerían por la menor actividad económica que generaría la deslocalización de las empresas lo que disminuiría las bases imponibles y como consecuencia la recaudación fiscal.

Y segundo, los gastos serían mayores. El Gobierno de Cataluña tendría que financiar la constitución del nuevo Estado y hacerse cargo de aquellas partidas que estaban aseguradas por el Estado español como las pensiones y los sueldos de los funcionarios (como la educación, la sanidad y la defensa). Asimismo, debería continuar haciendo frente a los pagos del servicio de la deuda pública española que le correspondiese al menos durante algunos años. Años que formarían parte de un periodo clave para consolidar económicamente la independencia.

Por tanto el resultado sería un grave déficit público catalán que no podría recurrir a la emisión de deuda para su financiación ya que la previsible desconfianza de los inversores en su devolución impediría a Cataluña acceder a los mercados internacionales. Es difícil pensar que un país de reciente creación, pequeño comparado con los gigantes europeos y sin apoyo internacional sea merecedor de la confianza de los compradores de bonos que, en definitiva, puede destinar sus recursos a cualquier otro territorio con mejores expectativas.

El abandono de la zona del euro y la creación de una nueva moneda

Además, si Cataluña se independizase se vería obligada a abandonar la Unión Monetaria Europea. En ese posible escenario a Cataluña se le abrirían dos posibilidades mantener el euro o crear su propia moneda.

En el primer caso, nadie puede impedir que Cataluña continúe usando el euro. Pero para que un país pueda utilizar una moneda que no controla debe conseguir acercarse al equilibrio fiscal. Sólo así podría tener acceso a la financiación internacional.

Sin embargo, ante un escenario de elevado déficit público, sin ayudas de la UE y sin recurso al BCE, es imposible utilizar una moneda como el euro. Por tanto, lo más probable es que Cataluña en el caso de independizarse desarrollaría su propia moneda: llamémosla “catalino”. En ese caso tendría que hacer un “corralito” que evitase la estampida de depósitos en euros. El tipo de cambio inicial, por comodidad sería: 1 euro = 1 catalino. Entonces el gobierno de Cataluña invitaría a sus ciudadanos a que vayan al Banco Central de Cataluña y/o por extensión a los bancos comerciales ubicados en Cataluña a cambiar sus euros por catalinos. ¿Alguno de ustedes, queridos lectores, iría corriendo al banco a cambiar sus euros por catalinos? Nadie. Todos los catalanes guardarían sus euros a buen recaudo o se los llevarían al extranjero. Y antes de que el gobierno catalán hiciese un “corralito” y bloqueara las cuentas en euros para convertirlas más tarde y  automáticamente en catalinos,  retirarían rápidamente sus depósitos en euros y los pondrían en una cuenta en otros países como España, Andorra o Francia.  Lo harían entre otras cosas, porque una vez introducida la nueva moneda, el siguiente paso es la devaluación del catalino, con el fin de financiar el déficit público y también para ganar en competitividad.

Al principio, para evitar suspicacias, haría falta mantener un tipo de cambio fijo. Pero al poco tiempo se depreciaría su moneda y Cataluña habría ganado competitividad, porque los precios en euros de sus exportaciones se habrían reducido considerablemente.

Pero con la nueva moneda no todo serían ventajas y habría también importantes inconvenientes. El primero, la inflación, por varios motivos: 1) los precios de las importaciones, valorados en catalinos, aumentarían lo que incrementaría el nivel de precios de los bienes de consumo y 2) crecerían los costes de producción de las empresas que necesiten comprar en el exterior, lo que reducirían sus márgenes de beneficio y elevarían sus precios de venta.

El segundo, mayores dificultades para hacer frente a las deudas expresadas en euros, que serían la mayoría y que después de la devaluación serían mucho mayores en términos de la nueva moneda local.

Y finalmente, descontento social. Los que pudieron mantener sus ahorros en euros habrán visto aumentar su poder adquisitivo mientras aquellos que sufrieron el corralito o simplemente no tuvieron la oportunidad de retirar sus depósitos se habrán empobrecido.

En definitiva, las consecuencias de una Cataluña fuera del euro serían muy graves. A corto plazo el panorama se tornaría muy complicado: dificultad para pagar tanto la deuda privada como la pública, deslocalización del sistema financiero y parte del tejido productivo y como consecuencia débil crecimiento económico. Por supuesto, como es fácil ver, esto no sólo sería perjudicial para Cataluña sino también para España.

Una forma de evitar estas indeseables consecuencias sería que Cataluña siguiera perteneciendo a la Unión Económica y Monetaria. Esta favorable situación económica de tener el euro como divisa, es algo que se está dando por hecho en las reivindicaciones independentistas. No obstante, el proceso de adhesión a la UE está firmemente regulado y está sujeto a numerosos requisitos. Además, haría falta unanimidad en el Consejo de la UE, del que forma parte España, para aceptar la entrada del nuevo miembro. Por supuesto, la decisión se toma en función de los costes y beneficios económicos y políticos y, además, es muy probable que la adhesión de Cataluña beneficiara también a España. Sin embargo, la incertidumbre existe y es una herramienta más de negociación, igual que lo es la valoración de qué parte de la deuda española corresponde a Cataluña.

El papel de las expectativas

Es cierto que la economía catalana cuenta con una importante parte del tejido empresarial e industrial del país. Pero no se puede olvidar que la actividad económica futura está basada, entre otras cosas, en la confianza y en la estabilidad.

Probablemente los aficionados a la economía recuerden que las expectativas de los agentes afectan al funcionamiento de los mercados y también a las decisiones políticas. Esta característica que describe la Real Academia como la “posibilidad razonable de que algo suceda” es ahora el principal condicionante económico de nuestro país y un potencial freno a nuestro ritmo de crecimiento.

Son precisamente éstas expectativas económicas las que anticipan un desequilibrio importante en las finanzas públicas catalanas y que aumentaría bajo la hipótesis de la independencia ya que aumentarían los gastos (motivados por la creación del nuevo Estado, el pago del servicio de la deuda pública española que le correspondiese y el mantenimiento de las instituciones y de las administraciones públicas) y se reducirían los ingresos por el efecto de una menor actividad económica. A lo anterior se une que los agentes económicos puedan cuestionar la permanencia de Cataluña en el euro lo que haría que la confianza en la economía catalana se viera perjudicada.

En definitiva, el sentimiento independentista es respetable y siempre que sea conforme a derecho se debería saber cuál es la intención de la mayoría de los catalanes sobre su pertenencia a España. Pero la independencia de Cataluña es una realidad mucho más compleja de lo que en general se está planteando. Además, en un entorno como el actual de debilidad económica de la UE el mero hecho de hacer una consulta sobre la independencia de Cataluña añadiría todavía más incertidumbre y, por tanto, inestabilidad a la frágil economía europea, española y catalana.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro. «El golpe económico de una independencia de Cataluña«. Expansión. 29 de septiembre de 2014. Páginas 28 y 29.

28
Sep

Los Estados desunidos de Europa

Escrito el 28 septiembre 2014 por Miguel Aguirre Uzquiano en Unión Europea

WP_Post Object
(
    [ID] => 20815
    [post_author] => 13322
    [post_date] => 2014-09-28 12:04:29
    [post_date_gmt] => 2014-09-28 10:04:29
    [post_content] => Después del referéndum escocés continuamos con las tensiones  secesionistas en Europa.

Conviene recordar, porque muchas veces las denominaciones tienen su lógica, que el Reino Unido es un Estado Unitario comprendido por cuatro naciones: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.  Los primeros han decidido permanecer dentro de este país soberano e insular.

Hay otros muchos casos actualmente algunos tan poco conocidos como:

-.La república Srpska es una de las dos entidades políticas que forman Bosnia y Herzegovina.  Fue reconocida tras los acuerdos de Dayton que terminaron con la Guerra de Bosnia en 1995.  Varios analistas han señalado que esta zona dentro de Bosnia y Herzegovina podría ser , después de Crimea , la próxima zona conflictiva en Europa del Este .

o

.-Transnistria es un Estado Independiente desde 1990,  fronteriza con Moldavia y Ucrania, con una población mayoritaria rusa que hoy  en día no está reconocida por la comunidad internacional.naturaleza-corcega-playas

Algunas zonas que nos suenan más sin ser completamente conscientes de sus deseos de independencia, como:

.-Groenlandia es una gran isla políticamente constituida como una región autónoma perteneciente al Reino de de Dinamarca, cuyos ciudadanos votaron en el 2008 que deseaban una mayor autonomía.  No es el único caso en la zona, ya que las Islas Feroe, son un país autónomo de dicho Reino, y no pertenecen a la Unión Europeo

.-Véneto es una región en el noroeste de Italia de casi 5M de habitantes, que desde el 2010 vive una oleada independentista o la cercana Padania donde el partido político La Liga Norte tiene una representación política relevante

.-Sin salir de la zona geográfica italiana nos encontramos a Córcega, que a pesar de su ubicación pertenece desde el siglo XVIII a Francia.

.-Dentro de Bélgica nos encontramos a Flandes donde en las elecciones de esta primavera el partido independentista Nueva Alianza Flamenca obtuvo una representación relevante en el parlamento federal.

Y finalmente hay otro grupo mucho más presente en los medios como:

.-Kosovo, que declaró unilateralmente la independencia de Serbia en el 2008 y es reconocida por Estados Unidos y la mayoría de los países europeos.

-El Norte de Chipre dónde la población de habla Turca se declaró unilateralmente, en 1983, independiente de la población de habla griega del Sur y siguiendo con Turquía termino en Asia donde encontramos el Kurdistán donde una ingente población repartida por Irak, Irán, Siria y Turquía, lucha por un estado independiente desde la primera guerra mundial.

Es decir en muchos países europeos (y algunos vecinos de Asia) siguen vigentes procesos secesionistas.  Confiamos en una buena disposición de los ciudadanos y gobernantes implicados porque si no lo próximo que puede suceder es un referéndum dentro del Reino Unido para valorar su pertenecía a la UE.
    [post_title] => Los Estados desunidos de Europa
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => los-estados-desunidos-de-europa
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2023-12-13 13:55:30
    [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:30
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20815
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 4
    [filter] => raw
)

Después del referéndum escocés continuamos con las tensiones  secesionistas en Europa.

Conviene recordar, porque muchas veces las denominaciones tienen su lógica, que el Reino Unido es un Estado Unitario comprendido por cuatro naciones: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.  Los primeros han decidido permanecer dentro de este país soberano e insular.

Hay otros muchos casos actualmente algunos tan poco conocidos como:

-.La república Srpska es una de las dos entidades políticas que forman Bosnia y Herzegovina.  Fue reconocida tras los acuerdos de Dayton que terminaron con la Guerra de Bosnia en 1995.  Varios analistas han señalado que esta zona dentro de Bosnia y Herzegovina podría ser , después de Crimea , la próxima zona conflictiva en Europa del Este .

o

.-Transnistria es un Estado Independiente desde 1990,  fronteriza con Moldavia y Ucrania, con una población mayoritaria rusa que hoy  en día no está reconocida por la comunidad internacional.naturaleza-corcega-playas

Algunas zonas que nos suenan más sin ser completamente conscientes de sus deseos de independencia, como:

.-Groenlandia es una gran isla políticamente constituida como una región autónoma perteneciente al Reino de de Dinamarca, cuyos ciudadanos votaron en el 2008 que deseaban una mayor autonomía.  No es el único caso en la zona, ya que las Islas Feroe, son un país autónomo de dicho Reino, y no pertenecen a la Unión Europeo

.-Véneto es una región en el noroeste de Italia de casi 5M de habitantes, que desde el 2010 vive una oleada independentista o la cercana Padania donde el partido político La Liga Norte tiene una representación política relevante

.-Sin salir de la zona geográfica italiana nos encontramos a Córcega, que a pesar de su ubicación pertenece desde el siglo XVIII a Francia.

.-Dentro de Bélgica nos encontramos a Flandes donde en las elecciones de esta primavera el partido independentista Nueva Alianza Flamenca obtuvo una representación relevante en el parlamento federal.

Y finalmente hay otro grupo mucho más presente en los medios como:

.-Kosovo, que declaró unilateralmente la independencia de Serbia en el 2008 y es reconocida por Estados Unidos y la mayoría de los países europeos.

-El Norte de Chipre dónde la población de habla Turca se declaró unilateralmente, en 1983, independiente de la población de habla griega del Sur y siguiendo con Turquía termino en Asia donde encontramos el Kurdistán donde una ingente población repartida por Irak, Irán, Siria y Turquía, lucha por un estado independiente desde la primera guerra mundial.

Es decir en muchos países europeos (y algunos vecinos de Asia) siguen vigentes procesos secesionistas.  Confiamos en una buena disposición de los ciudadanos y gobernantes implicados porque si no lo próximo que puede suceder es un referéndum dentro del Reino Unido para valorar su pertenecía a la UE.

21
Sep
WP_Post Object
(
    [ID] => 20806
    [post_author] => 115
    [post_date] => 2014-09-21 12:02:49
    [post_date_gmt] => 2014-09-21 10:02:49
    [post_content] => El consenso de los economistas señala que la economía española se recupera con tasas de crecimiento positivas y cada vez mayores (1,3% en 2014 y 2% en 2015). Es el reflejo de los importantes ajustes económicos que trabajadores y empresarios están llevando a cabo en nuestro país. También los datos publicados esta semana indican una continuación de la mejora del sector servicios y del sector industrial. Además, los costes laborales descienden ligeramente, lo que facilita la competitividad de nuestras exportaciones. Sin embargo, no todo está hecho, España todavía tiene que continuar desarrollando reformas que le permitan, entre otras cosas, reducir el déficit comercial y la deuda pública. Afortunadamente, la victoria del “no” en Escocia elimina la incertidumbre y los riesgos de su posible independencia. Una independencia que hubiera limitado mucho las opciones de política económica del gobierno escocés y que hubiera generado un pánico bancario y, por tanto, la salida masiva de depósitos de Escocia con consecuencias negativas para la economía europea.

La mejora de la industria

Mientras tanto, aquí en casa, el sector industrial continúa creciendo. Esta semana el INE ha publicado la cifra de negocios de la industria que ha aumentado en el mes de julio a una tasa interanual del 1% en términos desestacionalizados. Los principales apoyos han sido la industria metalúrgica (8,2%), el sector textil (17%) y el sector de la automoción (9,5%).

En el futuro el sector industrial seguirá expandiéndose, ya que su cifra de pedidos creció un 2,4% anual en términos desestacionalizados, continuando así una tendencia positiva que comenzó en el año 2013. En este caso el comportamiento de los bienes de equipo ha sido muy llamativo. En términos desestacionalizados los pedidos de bienes de equipo ha aumentado un 8,1% en los siete primeros meses del año con respecto al mismo periodo del año pasado. Este espectacular crecimiento en los pedidos tenderá a elevar en los próximos meses la cifra de negocios de la industria.

De entre las actividades industriales destaca el sector automovilístico español. Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), entre enero y agosto de este año las ventas han aumentado un 16,4%, frente al crecimiento del 2,6% de Alemania o el 10,1% de Reino Unido. Esta situación queda reflejada en el alza de la actividad de los servicios relacionados con la automoción que, según los datos publicados esta semana por el INE, han crecido en lo que va de año un 9,9% respecto al año pasado.

Aumentan las exportaciones de bienes y servicios

Por su parte, el índice general de la actividad de los servicios también aumentó, aunque lo hizo algo más lentamente en julio (+1,3%) de lo que lo estaba haciendo en el segundo trimestre (2,8%). Esta mejora del sector servicios viene de la mano del aumento de las exportaciones de servicios en el primer semestre del año. Y aunque los ingresos por servicios turísticos continuaron creciendo (4,7%), los servicios no turísticos (financieros, transportes, ingeniería, consultoría y royalties, entre otros) lo hicieron de forma espectacular: un 8% anual. Como resultado la balanza de servicios del primer semestre presentó un superávit de 18.300 millones de euros, un 9,5% más que en el mismo semestre del año pasado.

También esta semana hemos conocido los datos sobre costes del mercado de trabajo. El INE, en su Encuesta Trimestral de Coste Laboral, señala que en el segundo trimestre de este año el coste laboral por trabajador disminuyó un 0,1% respecto al segundo trimestre del año anterior.

Esta mejora de competitividad es un factor importante ya que facilita la actuación de nuestro sector exportador, al que hay que seguir cuidando para que pueda compensar el creciente déficit exterior provocado por la recuperación de la demanda interna (consumo e inversión) que está generando un espectacular aumento de las importaciones. Tal es el caso del sector automovilístico que, aunque esté desarrollando un buen comportamiento, ha aumentado sus importaciones en un 23%.

Efectivamente, el Ministerio de Economía advertía esta semana que aunque las exportaciones de mercancías han crecido en el mes de julio (8,7% anual) lo han hecho después de haber caído de forma continuada durante tres meses. Asimismo, la demanda interna está favoreciendo las importaciones (que crecieron un 13,4%) y deteriorando nuestro saldo comercial que tiene un déficit acumulado de 13.709 millones de euros entre enero y julio. Una situación de desequilibrio que se debe en parte también al bajísimo crecimiento de nuestros principales socios comerciales.

Aumenta la financiación

Por su parte el sistema financiero recibió el jueves el primer apoyo dentro de la línea de actuación del Banco Central Europeo (BCE) por la que se inyectarán más de 400 mil millones de euros en ocho subastas entre septiembre y junio de 2016. En esta primera actuación, de los 82.600 millones de euros que se han concedido al conjunto de la zona del euro los bancos españoles han recibido del BCE 14.500 millones. El plazo de devolución es de cuatro años a un tipo de interés del 0,15% y deberán ser destinados a la concesión de créditos. Este requisito será supervisado y las entidades que lo incumplan verán limitada su capacidad de continuar demandando préstamos al BCE y, en último término, deberán devolver en septiembre de 2016 todo el dinero recibido.

Esta herramienta de política monetaria y la caída en las primas de riesgo facilitará el necesario acceso al crédito de las empresas que podrán volver a retomar sus actividades de inversión. Esto, junto a la depreciación del euro frente al dólar, hace que la economía española tenga la oportunidad de reforzar su presencia en los mercados internacionales fuera de la zona del euro, facilitando la recuperación del sector exterior.

En cuanto al sector público, el Banco de España ha comunicado esta semana que la deuda de las Administraciones Públicas se redujo en julio en 6.929 millones de euros. Esta menor demanda de financiación del sector público favorece la reducción de los tipos de interés y libera fondos que se podrían dirigir a la financiación del sector privado. De ahí que resulte positivo para la economía española que en el primer semestre del año el ahorro público haya aumentado en 10.400 millones. No obstante, la caída de la deuda pública ha sido muy moderada y se situó en niveles del 98% del PIB, valor muy próximo al 99% que se estableció como referencia para este año 2014.

En definitiva, la economía española parece que progresa adecuadamente pero todavía quedan por hacer reformas que impulsen todavía más la recuperación. Entre ellas: reducir el déficit comercial aumentando todavía más la competitividad y recuperando unos niveles de inversión que permitan modernizar nuestro sistema productivo. Además, la reforma de las Administraciones Públicas, que está planteando el Gobierno, favorecerá el redimensionamiento del sector público, la eliminación de duplicidades y la tecnificación de los sistemas de gestión; son acciones que podrían actuar a favor de la reducción de los costes empresariales y del gasto público y de una muy necesaria agilización de los servicios públicos.

Así las cosas, el resultado negativo de la consulta del jueves sobre la independencia en Escocia es positivo para la economía mundial, europea y española, ya que elimina incertidumbres a la vez que genera estabilidad a nuestros socios comerciales, beneficiando nuestro comercio exterior. Beneficia también a las empresas españolas con intereses económicos en Escocia. Podemos felicitarnos por ello.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. "Escocia vota no, la economía española mejora". Expansión, 20 de septiembre, página 47.
    [post_title] => Escocia vota no, la economía española mejora
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => escocia-vota-no-la-economia-espanola-mejora
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2014-09-21 12:02:49
    [post_modified_gmt] => 2014-09-21 10:02:49
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20806
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 1
    [filter] => raw
)

El consenso de los economistas señala que la economía española se recupera con tasas de crecimiento positivas y cada vez mayores (1,3% en 2014 y 2% en 2015). Es el reflejo de los importantes ajustes económicos que trabajadores y empresarios están llevando a cabo en nuestro país. También los datos publicados esta semana indican una continuación de la mejora del sector servicios y del sector industrial. Además, los costes laborales descienden ligeramente, lo que facilita la competitividad de nuestras exportaciones. Sin embargo, no todo está hecho, España todavía tiene que continuar desarrollando reformas que le permitan, entre otras cosas, reducir el déficit comercial y la deuda pública. Afortunadamente, la victoria del “no” en Escocia elimina la incertidumbre y los riesgos de su posible independencia. Una independencia que hubiera limitado mucho las opciones de política económica del gobierno escocés y que hubiera generado un pánico bancario y, por tanto, la salida masiva de depósitos de Escocia con consecuencias negativas para la economía europea.

La mejora de la industria

Mientras tanto, aquí en casa, el sector industrial continúa creciendo. Esta semana el INE ha publicado la cifra de negocios de la industria que ha aumentado en el mes de julio a una tasa interanual del 1% en términos desestacionalizados. Los principales apoyos han sido la industria metalúrgica (8,2%), el sector textil (17%) y el sector de la automoción (9,5%).

En el futuro el sector industrial seguirá expandiéndose, ya que su cifra de pedidos creció un 2,4% anual en términos desestacionalizados, continuando así una tendencia positiva que comenzó en el año 2013. En este caso el comportamiento de los bienes de equipo ha sido muy llamativo. En términos desestacionalizados los pedidos de bienes de equipo ha aumentado un 8,1% en los siete primeros meses del año con respecto al mismo periodo del año pasado. Este espectacular crecimiento en los pedidos tenderá a elevar en los próximos meses la cifra de negocios de la industria.

De entre las actividades industriales destaca el sector automovilístico español. Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), entre enero y agosto de este año las ventas han aumentado un 16,4%, frente al crecimiento del 2,6% de Alemania o el 10,1% de Reino Unido. Esta situación queda reflejada en el alza de la actividad de los servicios relacionados con la automoción que, según los datos publicados esta semana por el INE, han crecido en lo que va de año un 9,9% respecto al año pasado.

Aumentan las exportaciones de bienes y servicios

Por su parte, el índice general de la actividad de los servicios también aumentó, aunque lo hizo algo más lentamente en julio (+1,3%) de lo que lo estaba haciendo en el segundo trimestre (2,8%). Esta mejora del sector servicios viene de la mano del aumento de las exportaciones de servicios en el primer semestre del año. Y aunque los ingresos por servicios turísticos continuaron creciendo (4,7%), los servicios no turísticos (financieros, transportes, ingeniería, consultoría y royalties, entre otros) lo hicieron de forma espectacular: un 8% anual. Como resultado la balanza de servicios del primer semestre presentó un superávit de 18.300 millones de euros, un 9,5% más que en el mismo semestre del año pasado.

También esta semana hemos conocido los datos sobre costes del mercado de trabajo. El INE, en su Encuesta Trimestral de Coste Laboral, señala que en el segundo trimestre de este año el coste laboral por trabajador disminuyó un 0,1% respecto al segundo trimestre del año anterior.

Esta mejora de competitividad es un factor importante ya que facilita la actuación de nuestro sector exportador, al que hay que seguir cuidando para que pueda compensar el creciente déficit exterior provocado por la recuperación de la demanda interna (consumo e inversión) que está generando un espectacular aumento de las importaciones. Tal es el caso del sector automovilístico que, aunque esté desarrollando un buen comportamiento, ha aumentado sus importaciones en un 23%.

Efectivamente, el Ministerio de Economía advertía esta semana que aunque las exportaciones de mercancías han crecido en el mes de julio (8,7% anual) lo han hecho después de haber caído de forma continuada durante tres meses. Asimismo, la demanda interna está favoreciendo las importaciones (que crecieron un 13,4%) y deteriorando nuestro saldo comercial que tiene un déficit acumulado de 13.709 millones de euros entre enero y julio. Una situación de desequilibrio que se debe en parte también al bajísimo crecimiento de nuestros principales socios comerciales.

Aumenta la financiación

Por su parte el sistema financiero recibió el jueves el primer apoyo dentro de la línea de actuación del Banco Central Europeo (BCE) por la que se inyectarán más de 400 mil millones de euros en ocho subastas entre septiembre y junio de 2016. En esta primera actuación, de los 82.600 millones de euros que se han concedido al conjunto de la zona del euro los bancos españoles han recibido del BCE 14.500 millones. El plazo de devolución es de cuatro años a un tipo de interés del 0,15% y deberán ser destinados a la concesión de créditos. Este requisito será supervisado y las entidades que lo incumplan verán limitada su capacidad de continuar demandando préstamos al BCE y, en último término, deberán devolver en septiembre de 2016 todo el dinero recibido.

Esta herramienta de política monetaria y la caída en las primas de riesgo facilitará el necesario acceso al crédito de las empresas que podrán volver a retomar sus actividades de inversión. Esto, junto a la depreciación del euro frente al dólar, hace que la economía española tenga la oportunidad de reforzar su presencia en los mercados internacionales fuera de la zona del euro, facilitando la recuperación del sector exterior.

En cuanto al sector público, el Banco de España ha comunicado esta semana que la deuda de las Administraciones Públicas se redujo en julio en 6.929 millones de euros. Esta menor demanda de financiación del sector público favorece la reducción de los tipos de interés y libera fondos que se podrían dirigir a la financiación del sector privado. De ahí que resulte positivo para la economía española que en el primer semestre del año el ahorro público haya aumentado en 10.400 millones. No obstante, la caída de la deuda pública ha sido muy moderada y se situó en niveles del 98% del PIB, valor muy próximo al 99% que se estableció como referencia para este año 2014.

En definitiva, la economía española parece que progresa adecuadamente pero todavía quedan por hacer reformas que impulsen todavía más la recuperación. Entre ellas: reducir el déficit comercial aumentando todavía más la competitividad y recuperando unos niveles de inversión que permitan modernizar nuestro sistema productivo. Además, la reforma de las Administraciones Públicas, que está planteando el Gobierno, favorecerá el redimensionamiento del sector público, la eliminación de duplicidades y la tecnificación de los sistemas de gestión; son acciones que podrían actuar a favor de la reducción de los costes empresariales y del gasto público y de una muy necesaria agilización de los servicios públicos.

Así las cosas, el resultado negativo de la consulta del jueves sobre la independencia en Escocia es positivo para la economía mundial, europea y española, ya que elimina incertidumbres a la vez que genera estabilidad a nuestros socios comerciales, beneficiando nuestro comercio exterior. Beneficia también a las empresas españolas con intereses económicos en Escocia. Podemos felicitarnos por ello.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «Escocia vota no, la economía española mejora». Expansión, 20 de septiembre, página 47.

13
Sep

Días de futuro pasado:Rumania

Escrito el 13 septiembre 2014 por Miguel Aguirre Uzquiano en Unión Europea

WP_Post Object
(
    [ID] => 20788
    [post_author] => 13322
    [post_date] => 2014-09-13 23:59:25
    [post_date_gmt] => 2014-09-13 21:59:25
    [post_content] => El Reino de Rumania se constituyo en el siglo XIX.  La Gran Rumania emergió en una época de progreso y desarrollo en los años previos a la segunda guerra mundial.  Es uno de los pocos países europeos que lucho en los dos lados a lo largo de la contienda.   En 1989 el país inició su transición hacia la democracia y la economía capitalista.  Tras una década de de deterioro de los estándares de vida en los que el hecho más destacable es su adhesión a la Unión Europea el 01/01/2007, Rumanía inicio la recuperación económica.

Sus 21M de habitantes vieron como su crecimiento del 2013 fue un ejemplo para los países de la UE con un  3,5% frente a la media del 1,2%.  Rumania era el país líder de crecimiento de la UE a principios del 2014 , con un crecimiento el primer trimestre del año del 3,8%La-tasa-de-paro-en-Rumania-est_54374089470_54028874188_960_639

Rumania es hoy en día el país de la UE con mayor dependencia del sector agrícola, con un 31% de la población ocupada .  Es un país que ofrece el  coste por hora más atractivo para los empleadores dentro de la UE (4,60 EUR frente a la media de la Eurozona del23,70), lo que ha impulsado a gigantes del motor como Ford y Dacia a instalarse en el país .  En 2014 el crecimiento del sector del retail ha estado en un sólido 9,2%, impulsado por la disminución del IVA de los productos de los productos derivados del pan del 24% al 9%.

La situación e Rumania en el continente supone un marco único para conectar el Este con el Oeste .  El país tiene acceso directo a la antigua Unión Soviética, cubriendo los Balcanes, Grecia, Turquía y Europa del Oeste  .  Se ha convertido en un exportado de grano a todos estos países, obteniendo además ventaja de la situación en Ucrania (otro gran exportador agrícola).

Es muy difícil que Rumania repita los datos de crecimiento del 2013 .  Debemos analizar con detenimiento el repunte del consumo interno y de las exportaciones de automoción para ver si finalmente 2014 es el año de inflexión del país….igual que hace 25 años.

Feliz curso 2014 2015
    [post_title] => Días de futuro pasado:Rumania
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => dias-de-futuro-pasadorumania
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2023-12-13 13:55:31
    [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:31
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20788
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 0
    [filter] => raw
)

El Reino de Rumania se constituyo en el siglo XIX.  La Gran Rumania emergió en una época de progreso y desarrollo en los años previos a la segunda guerra mundial.  Es uno de los pocos países europeos que lucho en los dos lados a lo largo de la contienda.   En 1989 el país inició su transición hacia la democracia y la economía capitalista.  Tras una década de de deterioro de los estándares de vida en los que el hecho más destacable es su adhesión a la Unión Europea el 01/01/2007, Rumanía inicio la recuperación económica.

Sus 21M de habitantes vieron como su crecimiento del 2013 fue un ejemplo para los países de la UE con un  3,5% frente a la media del 1,2%.  Rumania era el país líder de crecimiento de la UE a principios del 2014 , con un crecimiento el primer trimestre del año del 3,8%La-tasa-de-paro-en-Rumania-est_54374089470_54028874188_960_639

Rumania es hoy en día el país de la UE con mayor dependencia del sector agrícola, con un 31% de la población ocupada .  Es un país que ofrece el  coste por hora más atractivo para los empleadores dentro de la UE (4,60 EUR frente a la media de la Eurozona del23,70), lo que ha impulsado a gigantes del motor como Ford y Dacia a instalarse en el país .  En 2014 el crecimiento del sector del retail ha estado en un sólido 9,2%, impulsado por la disminución del IVA de los productos de los productos derivados del pan del 24% al 9%.

La situación e Rumania en el continente supone un marco único para conectar el Este con el Oeste .  El país tiene acceso directo a la antigua Unión Soviética, cubriendo los Balcanes, Grecia, Turquía y Europa del Oeste  .  Se ha convertido en un exportado de grano a todos estos países, obteniendo además ventaja de la situación en Ucrania (otro gran exportador agrícola).

Es muy difícil que Rumania repita los datos de crecimiento del 2013 .  Debemos analizar con detenimiento el repunte del consumo interno y de las exportaciones de automoción para ver si finalmente 2014 es el año de inflexión del país….igual que hace 25 años.

Feliz curso 2014 2015

8
Sep
WP_Post Object
(
    [ID] => 20778
    [post_author] => 115
    [post_date] => 2014-09-08 21:23:58
    [post_date_gmt] => 2014-09-08 19:23:58
    [post_content] => La semana pasada el Banco Central Europeo (BCE) anunció importantes medidas de política económica. Se publicó también abundante información de coyuntura sobre la economía de España y de la zona del euro (crecimiento económico, inflación y sector manufacturero entre otros).

El estancamiento económico de Europa

Aunque la zona del euro lleva ya más de un año en la senda de la recuperación económica sigue caminando a un ritmo muy lento. La zona del euro ha reducido su crecimiento real en el segundo trimestre al 0,2% en parte por el mal comportamiento del sector industrial. Efectivamente, el índice de actividad industrial de la zona del euro elaborado por Markit se situó en agosto en el 50,7 el menor nivel desde hace trece meses. Precisamente el pasado jueves el BCE revisó a la baja su estimación de crecimiento de la zona euro para este año 2014 situándolo en un exiguo 0,9%. Aunque la zona todavía está lejos de llegar a una situación aceptable, la tendencia es positiva y para 2015 el BCE prevé un crecimiento económico del 1,6%.

Además, el nivel de precios continúa en una situación preocupante. En agosto la tasa interanual de inflación de la zona del euro alcanzó el 0,3%: el nivel más bajo desde hace cinco años. De hecho en algunos países como Italia fue el mínimo de los últimos 55 años. En España durante los meses de agosto y septiembre la inflación interanual se situó en terreno negativo (-0,3% y -0,5% respectivamente).

Este comportamiento de los precios amenaza con acercarnos una vez más a una deflación generalizada, que dicho sea de paso suele ir acompañada de un elevado nivel de paro. El proceso deflacionario se produce porque al reducirse los precios y por tanto los ingresos que obtienen las empresas por sus ventas, se genera una disminución de los beneficios (o un aumento de las pérdidas), ya que los costes no descienden en la misma medida que los ingresos debido a que son más rígidos a la baja. El menor margen empresarial provoca además una caída en la inversión lo que afecta negativamente al empleo.

La disminución del empleo reduce, a su vez, la masa salarial y, consecuentemente, la demanda de consumo; es decir, las ventas de las empresas inician una nueva espiral de menores ventas y un aumento de las pérdidas. Se une a ello que la deflación hace que los consumidores pospongan sus compras, en espera de que los precios bajen más todavía. Esto reduce todavía más las ventas y las inversiones de las empresas. Todos estos comportamientos generan un círculo vicioso que se autoalimenta de reducciones en la demanda agregada, caídas en el empleo, disminuciones en el consumo y crecimiento económico y nuevas bajadas en el nivel general de precios.

A ello se une que las deudas de las empresas con los bancos se mantienen constantes pero en cambio disponen de menos ingresos para pagarlas. O lo que es lo mismo la deflación agudiza el problema del endeudamiento porque aumenta el valor real de las deudas, creando serios problemas a las empresas deudoras para devolver lo que deben y por ende a sus acreedores especialmente al sistema financiero. Japón lleva más de 20 años padeciendo esta enfermedad económica.

Políticas monetarias expansivas

Para evitar que la economía entre en ese pantanoso terreno de la deflación es necesario aplicar políticas inflacionarias, es decir, políticas monetarias y fiscales expansivas. Las políticas fiscales expansivas son poco aconsejables porque generan deuda pública y subida de los tipos de interés y como consecuencia los gastos financieros del estado aumentan. Por tanto, para aumentar el nivel de precios y acelerar la recuperación se necesitan políticas monetarias expansivas. De ahí que la autoridad monetaria (el BCE) lleve meses anunciando y aplicando medidas que aumenten la cantidad de dinero que animen la economía y faciliten e incrementen el acceso al crédito. Sin aumento del crédito no hay crecimiento económico.

Con las medidas aprobadas el jueves pasado las entidades financieras van a tener más liquidez a la vez que se reduce el tipo de interés del crédito que les concede el BCE. Más liquidez porque el BCE aprobó la puesta en marcha de un ambicioso programa de adquisición de activos titulizados y bonos garantizados, actualmente en poder de la banca, que podría alcanzar el medio billón de euros y con el que pretende impulsar todavía más la liquidez del sistema financiero. De ese modo el BCE asume el riesgo de los activos que compra al sistema bancario a la vez que le paga con la entrega un gran volumen de liquidez inmediata para conceder crédito.

También se ha reducido el precio de los préstamos del BCE a la banca hasta un mínimo histórico del 0,05%, que permitirá que los costes de financiación de la banca se reduzcan. Una reducción que contagiará al tipo de interés interbancario por lo que todos aquellos que tengan créditos hipotecarios indiciados con el Euribor verán cómo su cuota hipotecaria disminuye. Además, el BCE también va a cobrar más a los bancos por sus depósitos, un 0,20%, por lo que incentiva que la liquidez de la banca se destine más a la concesión de créditos lo que supone una potencial mejora de la economía real.

El mercado ha recibido favorablemente estos cambios y las primas de riesgo y los tipos de interés han disminuido, también en el caso español. Desde el jueves la prima de riesgo cayó hasta los 111 puntos básicos (el miércoles cerró en 131,5) y la rentabilidad del bono a diez años se situó en el mínimo histórico del 2,04%.

Bueno para España

Además, aunque la situación económica de España está mejor que la de la eurozona, la política monetaria del BCE nos beneficia considerablemente. En primer lugar porque nuestra situación deflacionaria es real; la inflación anual estimada del IPC en agosto de 2014 fue del –0,5%. Y en segundo lugar porque en los últimos meses la recuperación económica está generando un aumento de la demanda nacional que ha desplazado a la demanda externa. Hasta hace pocos trimestres las exportaciones fueron el motor del crecimiento económico español. Sin embargo, en los dos últimos trimestres y con el fortalecimiento de la economía la demanda interna está ganando terreno.

Por el contrario, las exportaciones se están decelerando debido a 1) el empeoramiento de la situación económica de nuestros principales socios comerciales (Alemania, Italia y Francia), 2) la pérdida de competitividad provocada por el aumento de los costes laborales que crecieron un 1,1% en el segundo trimestre con respecto al primero y 3) el mayor Índice de Precios de Exportación que aumentó en julio un 0,2% con respecto a junio, encadenando así tres meses seguidos de subidas interanuales.

La consecuencia de esto es el deterioro del saldo exterior español. Durante el primer semestre de este año el déficit por cuenta corriente se situó en 9.900 millones de euros (1,9% del PIB) frente al superávit obtenido en el conjunto del año pasado. De ahí que la depreciación del euro, especialmente frente al dólar, que se está produciendo gracias a la política monetaria del BCE favorece la competitividad de las exportaciones españolas en los mercados exteriores que no tienen como moneda el euro.

Además, este aumento de las exportaciones podría compensar la posible desaceleración del consumo que se puede producir en esta segunda mitad del año.

El consumo se debilita

Efectivamente, algunos indicadores de coyuntura parecen señalar que el consumo se debilita. Así, el Índice del Comercio Minorista (ICM) se redujo en los meses de junio y julio (corregido de efectos estacionales y de calendario). También descendió en agosto el Indicador mensual de Confianza del Consumidor (ICC) situándose en 87,7 puntos, lo que supone un descenso de 1,2 puntos en comparación con el mes anterior (88,9 puntos) y ya van dos meses consecutivos bajando.

¿Cuáles pueden ser las causas de que el consumo crezca menos? 1) la tendencia deflacionaria que sufre la economía española podría incentivar a los ciudadanos a retrasar la compra de bienes de consumo duradero a la espera de que sigan bajando los precios y 2) la desaceleración del crecimiento del empleo que se viene observando en los últimos meses podría reducir el crecimiento de la masa salarial.

La actuación del BCE también puede tener un efecto positivo sobre el consumo. Una mayor concesión de créditos a) facilitará a las familias la compra de bienes de consumo duraderos y b) permitirá a las empresas incrementar la inversión en capital físico, mejorando sus sistemas productivos y en capital humano y contratando nuevos trabajadores. De ese modo el consumo privado también aumentaría favoreciendo el crecimiento económico y aumentar el nivel de precios.

Reformas estructurales

Sin embargo, la política monetaria no es suficiente para solucionar a largo plazo los problemas económicos de Europa y de España. La política monetaria alivia y permite ganar tiempo pero no es la solución. Hacen falta reformas de mayor calado. Lo que realmente necesita Europa son reformas estructurales: mejorar el funcionamiento de los mercados de productos y servicios, liberalizar todavía más el mercado laboral, conseguir redimensionar el sector público para reducir el gasto corriente innecesario y aumentar, en cambio, la inversión pública y privada que anime el crecimiento económico y el empleo.

En definitiva, la economía española está consiguiendo mantenerse en una situación algo mejor que la de la zona del euro. Sin embargo, parece que el crecimiento económico se moderará en este tercer trimestre. Además, la recuperación de la demanda interna está teniendo importantes consecuencias en el equilibrio de la balanza de pagos, cuyo déficit por cuenta corriente crece muy rápidamente. Afortunadamente, parece que el BCE ha decidido volver a actuar y ha tomado decisiones que podrían afectar positivamente a la economía de la eurozona. Esto beneficiará también a nuestra economía que podrá disfrutar de un mayor nivel de crédito, y fortalecer de nuevo su sector exportador gracias al debilitamiento del euro y también a la recuperación del ritmo de crecimiento de sus socios europeos.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. "El antídoto de Draghi contra una tercera recesión". Expansión, 8 de septiembre, páginas 16 y 17.
    [post_title] => El antídoto de Draghi contra una tercera recesión.
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => el-antidoto-de-draghi-contra-una-tercera-recesion
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2014-09-08 22:06:17
    [post_modified_gmt] => 2014-09-08 20:06:17
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20778
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 0
    [filter] => raw
)

La semana pasada el Banco Central Europeo (BCE) anunció importantes medidas de política económica. Se publicó también abundante información de coyuntura sobre la economía de España y de la zona del euro (crecimiento económico, inflación y sector manufacturero entre otros).

El estancamiento económico de Europa

Aunque la zona del euro lleva ya más de un año en la senda de la recuperación económica sigue caminando a un ritmo muy lento. La zona del euro ha reducido su crecimiento real en el segundo trimestre al 0,2% en parte por el mal comportamiento del sector industrial. Efectivamente, el índice de actividad industrial de la zona del euro elaborado por Markit se situó en agosto en el 50,7 el menor nivel desde hace trece meses. Precisamente el pasado jueves el BCE revisó a la baja su estimación de crecimiento de la zona euro para este año 2014 situándolo en un exiguo 0,9%. Aunque la zona todavía está lejos de llegar a una situación aceptable, la tendencia es positiva y para 2015 el BCE prevé un crecimiento económico del 1,6%. Seguir leyendo…

3
Sep

Las recetas de Mario Draghi

Escrito el 3 septiembre 2014 por José Ramón Diez Guijarro en Economía Mundial, Política fiscal, Política Monetaria, Uncategorized, Unión Europea

WP_Post Object
(
    [ID] => 20772
    [post_author] => 28817
    [post_date] => 2014-09-03 20:17:12
    [post_date_gmt] => 2014-09-03 18:17:12
    [post_content] => La información económica publicada en la zona euro durante el verano no ha sido muy alentadora. Una vez más los datos han decepcionado y contrastan con una economía americana que va ganando solidez y que aproxima a la FED al momento en el que tendrá que empezar a subir los tipos de interés. Sin embargo, en la UEM, al reducido crecimiento real en la zona euro en el segundo trimestre (+0,2%) se ha unido el dato más bajo de inflación en 5 años (+0,3% en agosto), con algunos países como Italia en los mínimos de los últimos 55 años. De esta manera, el crecimiento nominal trimestral es claramente insuficiente, sobre todo, si pensamos en los países del sur de Europa que necesitan desapalancarse. Y recuerda mucho a la situación de Japón en los últimos 20 años. Es más, las bajísimas rentabilidades de la deuda pública (en zona negativa hasta el plazo de 2 años en buena parte de la UEM) estarían descontando una larga etapa de bajísimos crecimientos nominales en la región, con el evidente riesgo de terminar cayendo en un proceso deflacionista.

DraghiAnte este panorama y mientras los políticos europeos anuncian la enésima reunión en Italia a la búsqueda de medidas que aumenten el empleo en la zona euro, el único que ha vuelto a hablar alto y claro ha sido el presidente del BCE en la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole. Hay que reconocer que el verano suele inspirar a Draghi y después de las milagrosas palabras de hace dos años (“whatever it takes….”) esta vez pronunció un interesantísimo discurso en EEUU sobre el problema del desempleo, alertando que el futuro de la zona euro dependerá de la capacidad de las autoridades económicas en afrontar esta lacra. Draghi reconoció que los elevados niveles de paro, en parte se deben a factores cíclicos y en parte a factores estructurales. Europa está muy cerca de la trampa de la liquidez y los tipos de interés reales son excesivamente altos para alcanzar equilibrios en los mercados de bienes y factores de producción. Por tanto, el desempleo sólo se puede afrontar con una adecuada combinación que incluya políticas de oferta y demanda.

Por tanto, en el recetario de Draghi (al estilo de las tres flechas de las Abenomics en Japón) se incluyen tres grandes tipos de medidas: 1) Políticas de oferta/reformas estructurales, 2) Política monetaria y 3) Política fiscal. En el primer punto no hubo muchas novedades, para aumentar el crecimiento potencial y reducir el desempleo estructural se necesitan reformas en los mercados de trabajo y, sobre todo (aunque no lo dijo explícitamente) que dos países como Francia e Italia pongan en marcha medidas para flexibilizar sus economías. Sin embargo, las novedades más importantes del discurso vinieron en la parte que le atañe (política monetaria), pero sobre todo, en las recomendaciones de política fiscal. En el primer punto y fuera del discurso que se repartió a la prensa, Draghi dejó claro que el BCE utilizará todos los instrumentos a su disposición para asegurar la estabilidad de precios, es decir, se va aponer en marcha un programa de compra de ABS y, si es necesario, el BCE comprará títulos de deuda pública (QE). Y la probabilidad de todo ello aumenta, pues Draghi reconoció un fuerte descenso de las expectativas de inflación en los últimos meses, es decir, el BCE va “por detrás de la curva de inflación”.

Pero todavía más sorprendente es que Draghi abogó por una política fiscal más expansiva, justificada por el significativo componente cíclico del desempleo en Europa y por la limitada eficacia de la política monetaria en un contexto caracterizado por una baja inflación y una elevada deuda pública y privada. En este sentido presentó cuatro ideas: 1) flexibilizar los objetivos de políticas fiscal, 2) modificar la composición de las políticas fiscale: menos impuestos en las áreas con multiplicadores fiscales más elevados a corto plazo y menos gasto público en las zonas con multiplicadores más reducidos, 3) más coordinación en las políticas fiscales de los 18 países del euro (forma muy educada de pedirle más inversión pública a Alemania y sus vecinos) y, 4) un programa de inversión pública a nivel europeo (propuesta Juncker).

Sólo con esta intervención, Draghi consiguió recuperar a los mercados financieros después del susto de principios de agosto y acentuar el debilitamiento del euro, variable clave para reequilibrar el crecimiento entre las dos grandes potencias.

En este contexto, para la reunión del BCE del jueves, no parece muy probable que se anuncien nuevas medidas (aunque hay gente que piensa en una nueva bajada de tipos de interés), pero sí que se mantenga el tono “dovish” de Jackson Hole. El QE sólo se considerará después de los “stress-test”, una vez que se compruebe si los TLTRO han tenido alguna incidencia. Pero lo importante, es que el BCE reconoce que la política monetaria tiene límites y que sólo con una adecuada coordinación con la política fiscal y las políticas de oferta se pueden afrontar los problemas en Europa. Por tanto, es el turno de los políticos.
    [post_title] => Las recetas de Mario Draghi
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => las-recetas-de-mario-draghi
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2023-12-13 13:42:15
    [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:15
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20772
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 1
    [filter] => raw
)

La información económica publicada en la zona euro durante el verano no ha sido muy alentadora. Una vez más los datos han decepcionado y contrastan con una economía americana que va ganando solidez y que aproxima a la FED al momento en el que tendrá que empezar a subir los tipos de interés. Sin embargo, en la UEM, al reducido crecimiento real en la zona euro en el segundo trimestre (+0,2%) se ha unido el dato más bajo de inflación en 5 años (+0,3% en agosto), con algunos países como Italia en los mínimos de los últimos 55 años. De esta manera, el crecimiento nominal trimestral es claramente insuficiente, sobre todo, si pensamos en los países del sur de Europa que necesitan desapalancarse. Y recuerda mucho a la situación de Japón en los últimos 20 años. Es más, las bajísimas rentabilidades de la deuda pública (en zona negativa hasta el plazo de 2 años en buena parte de la UEM) estarían descontando una larga etapa de bajísimos crecimientos nominales en la región, con el evidente riesgo de terminar cayendo en un proceso deflacionista.

DraghiAnte este panorama y mientras los políticos europeos anuncian la enésima reunión en Italia a la búsqueda de medidas que aumenten el empleo en la zona euro, el único que ha vuelto a hablar alto y claro ha sido el presidente del BCE en la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole. Hay que reconocer que el verano suele inspirar a Draghi y después de las milagrosas palabras de hace dos años (“whatever it takes….”) esta vez pronunció un interesantísimo discurso en EEUU sobre el problema del desempleo, alertando que el futuro de la zona euro dependerá de la capacidad de las autoridades económicas en afrontar esta lacra. Draghi reconoció que los elevados niveles de paro, en parte se deben a factores cíclicos y en parte a factores estructurales. Europa está muy cerca de la trampa de la liquidez y los tipos de interés reales son excesivamente altos para alcanzar equilibrios en los mercados de bienes y factores de producción. Por tanto, el desempleo sólo se puede afrontar con una adecuada combinación que incluya políticas de oferta y demanda.

Por tanto, en el recetario de Draghi (al estilo de las tres flechas de las Abenomics en Japón) se incluyen tres grandes tipos de medidas: 1) Políticas de oferta/reformas estructurales, 2) Política monetaria y 3) Política fiscal. En el primer punto no hubo muchas novedades, para aumentar el crecimiento potencial y reducir el desempleo estructural se necesitan reformas en los mercados de trabajo y, sobre todo (aunque no lo dijo explícitamente) que dos países como Francia e Italia pongan en marcha medidas para flexibilizar sus economías. Sin embargo, las novedades más importantes del discurso vinieron en la parte que le atañe (política monetaria), pero sobre todo, en las recomendaciones de política fiscal. En el primer punto y fuera del discurso que se repartió a la prensa, Draghi dejó claro que el BCE utilizará todos los instrumentos a su disposición para asegurar la estabilidad de precios, es decir, se va aponer en marcha un programa de compra de ABS y, si es necesario, el BCE comprará títulos de deuda pública (QE). Y la probabilidad de todo ello aumenta, pues Draghi reconoció un fuerte descenso de las expectativas de inflación en los últimos meses, es decir, el BCE va “por detrás de la curva de inflación”.

Pero todavía más sorprendente es que Draghi abogó por una política fiscal más expansiva, justificada por el significativo componente cíclico del desempleo en Europa y por la limitada eficacia de la política monetaria en un contexto caracterizado por una baja inflación y una elevada deuda pública y privada. En este sentido presentó cuatro ideas: 1) flexibilizar los objetivos de políticas fiscal, 2) modificar la composición de las políticas fiscale: menos impuestos en las áreas con multiplicadores fiscales más elevados a corto plazo y menos gasto público en las zonas con multiplicadores más reducidos, 3) más coordinación en las políticas fiscales de los 18 países del euro (forma muy educada de pedirle más inversión pública a Alemania y sus vecinos) y, 4) un programa de inversión pública a nivel europeo (propuesta Juncker).

Sólo con esta intervención, Draghi consiguió recuperar a los mercados financieros después del susto de principios de agosto y acentuar el debilitamiento del euro, variable clave para reequilibrar el crecimiento entre las dos grandes potencias.

En este contexto, para la reunión del BCE del jueves, no parece muy probable que se anuncien nuevas medidas (aunque hay gente que piensa en una nueva bajada de tipos de interés), pero sí que se mantenga el tono “dovish” de Jackson Hole. El QE sólo se considerará después de los “stress-test”, una vez que se compruebe si los TLTRO han tenido alguna incidencia. Pero lo importante, es que el BCE reconoce que la política monetaria tiene límites y que sólo con una adecuada coordinación con la política fiscal y las políticas de oferta se pueden afrontar los problemas en Europa. Por tanto, es el turno de los políticos.

13
Jun
WP_Post Object
(
    [ID] => 20652
    [post_author] => 13686
    [post_date] => 2014-06-13 16:59:06
    [post_date_gmt] => 2014-06-13 14:59:06
    [post_content] => [youtube]https://www.youtube.com/watch?v=Wm1miQ68g6A [/youtube]
    [post_title] => Portugal sale del rescate, Europa se suma al crecimiento de EUA 
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => portugal-sale-del-rescate-europa-se-suma-al-crecimiento-de-eua
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2014-06-13 16:59:06
    [post_modified_gmt] => 2014-06-13 14:59:06
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20652
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 1
    [filter] => raw
)
8
Jun
WP_Post Object
(
    [ID] => 20634
    [post_author] => 115
    [post_date] => 2014-06-08 23:00:57
    [post_date_gmt] => 2014-06-08 21:00:57
    [post_content] => Esta semana se ha publicado abundante información sobre la economía de la eurozona (inflación, sector manufacturero y política monetaria). En mayo, la tasa interanual de inflación del conjunto de los 18 países que comparten el euro creció menos de los esperado y registró su nivel más bajo en más de cuatro años (0,5%). Por su parte, la inflación subyacente (que excluye  energía, alimentos, tabaco y alcohol) alcanzó en mayo su mínimo histórico (0,7%). Estos indicadores muestran la debilidad de la recuperación económica de la zona del euro. 

Estancamiento económico 

A la caída en los precios de los bienes de consumo se une la ralentización de la actividad manufacturera. Esta semana hemos conocido que el índice de actividad industrial de la zona del euro elaborado por Markit se situó en mayo en el 52,2 frente al 53,4 de abril. (No se debe olvidar que si este índice se mantiene por debajo de los 50 puntos significa recesión). Un dato que acompaña al bajo crecimiento de la eurozona durante el primer trimestre de este año (+0,2%) y que estuvo muy por debajo de las previsiones (+0,4%).

Conviene recordar que aunque la zona del euro salió de la recesión en el segundo trimestre de 2013, lo está haciendo a un ritmo muy lento y sigue lejos de alcanzar una situación económica aceptable. Precisamente el jueves el Banco Central Europeo (BCE) se vio obligado al a revisar nuevamente a la baja las perspectivas de crecimiento y de inflación. En concreto, el BCE espera que la economía de la eurozona crezca este año un 1%, dos décimas menos de lo previsto en marzo. También ha revisado a la baja la inflación situándola en el 0,7% para el final de este año, frente al 1% que había previsto en el mes de marzo.

Este escenario a todas luces preocupante, obligó al BCE en su reunión de esta semana a reducir  el tipo de interés de intervención hasta un nuevo mínimo histórico del 0,15% y a prestar 400.000 millones de euros adicionales a la banca con la finalidad de facilitar el crédito a las empresas y a las familias (no para compra de vivienda). El hecho de que todas estas medidas se hayan aprobado por unanimidad, refuerza las expectativas de que el BCE podría adoptar nuevas medidas expansivas en próximas reuniones, como, por ejemplo, un programa de compra de activos a gran escala que impulsara todavía más la liquidez.

Mayor crecimiento y empleo

Esta política monetaria expansiva va a favorecer a la economía de los países de la zona euro y, por tanto, también a la economía española por varios motivos:

a) la depreciación del euro, especialmente frente al dólar, aumentará la competitividad de las exportaciones españolas en los mercados exteriores que no tienen como moneda el euro;

b) la mayor facilidad en la concesión de créditos favorecerá a las empresas que podrán financiar mejor su actividad;

c) las entidades de crédito aumentarán su capacidad de financiación, ofreciendo mayores garantías para recibir más crédito del BCE; y

d) las expectativas sobre una mayor liquidez ayudarían a reducir también los tipos de interés interbancarios, mejorando así la concesión de préstamos entre las entidades financieras y abaratando las cuotas hipotecarias.

En definitiva, la política monetaria expansiva de BCE ayudará a la recuperación económica de España y de la zona del euro generando crecimiento económico, empleo, ingresos fiscales y consumo; a la vez que una mayor inflación aliviaría la carga de deuda tanto pública y como privada.

Sin embargo, la política monetaria, el aumento del crédito y la depreciación del euro, aun siendo muy importantes, no son suficientes para asegurar el crecimiento a largo plazo. Para resolver los problemas económicos de Europa y de España además de la política monetaria son necesarias las reformas estructurales.

De ahí que se deba seguir insistiendo en la necesidad de seguir con la agenda de las reformas estructurales. En concreto en España sigue siendo necesario mejorar el funcionamiento y la oferta de los mercados de productos y servicios, liberalizar todavía más el mercado laboral y hacer una reforma tributaria y de las administraciones públicas que anime el crecimiento económico y el empleo a la vez que corrija el déficit público.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. "Política monetaria y crecimiento económico". Expansión. Sábado, 7 de junio de 2014; página 24.
    [post_title] => Política monetaria y crecimiento económico
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => politica-monetaria-y-crecimiento-economico
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2014-06-09 09:21:21
    [post_modified_gmt] => 2014-06-09 07:21:21
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20634
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 1
    [filter] => raw
)

Esta semana se ha publicado abundante información sobre la economía de la eurozona (inflación, sector manufacturero y política monetaria). En mayo, la tasa interanual de inflación del conjunto de los 18 países que comparten el euro creció menos de los esperado y registró su nivel más bajo en más de cuatro años (0,5%). Por su parte, la inflación subyacente (que excluye  energía, alimentos, tabaco y alcohol) alcanzó en mayo su mínimo histórico (0,7%). Estos indicadores muestran la debilidad de la recuperación económica de la zona del euro.  Seguir leyendo…

10
May

Portugal:Siguen los ajustes

Escrito el 10 mayo 2014 por Miguel Aguirre Uzquiano en Unión Europea

WP_Post Object
(
    [ID] => 20542
    [post_author] => 13322
    [post_date] => 2014-05-10 23:59:35
    [post_date_gmt] => 2014-05-10 21:59:35
    [post_content] => Mientras miles de madrileños preparan un viaje a Lisboa en las próximas semanas.  El país vecino (con una población dos veces la ciudad de Madrid) sigue con los ajustes  económicos que les saque de una crisis que supera el lustro.

Con un crecimiento del PIB, previsto para el 2014 del 0,5% y una deuda del 130%, el país luso parece salir de la crisis tras tres años consecutivos de caída del PIB principalmente e igual que en España, a través del comercio exterior.  La ganancia de competitividad debida a la reducción de costes laborales y un incremento de demanda de los vecinos europeos  impulsa la economía portuguesa.  La fortaleza de la recuperación dependerá en gran medida de la recuperación del consumo (66% del PIB) que sufre de altos impuestos, caída de ingresos de las familias y de un paro del 17%.  Se espera que la demanda doméstica se recupere ligeramente mientras el país en su conjunto debe implementar las medidas de ajuste señaladas por la Unión Europea (destino del 70% de las exportaciones portuguesas) y el FMI, que aportaron un paquete conjunto de 78 billones de EUR en Abril del 2011.Azenhas-do-Mar-Portugal

La Ministra de Finanzas, María Luis Albuquerque ha anunciado esta semana un nuevo cuadro salarial para los funcionarios públicos que supone para 140.000 empleados que ganan menos de 675 EUR al mes una subida de las aportaciones para la Seguridad Social (Caixa Geral de Aposentaçoes ).  La última vez que estas aportaciones subieron fue en el 2011 en el Gobierno de José Sócrates.

Cómo hasta octubre 2015 no está previsto tener nuevas elecciones legislativas, los portugueses tienen por delante por lo menos otro año de ajuste.  Hay que esperar que a partir de finales del año que viene los Portugueses puedan mirar al futuro con mayor optimismo
    [post_title] => Portugal:Siguen los ajustes
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => portugalsiguen-los-ajustes
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2023-12-13 13:55:31
    [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:31
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20542
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 2
    [filter] => raw
)

Mientras miles de madrileños preparan un viaje a Lisboa en las próximas semanas.  El país vecino (con una población dos veces la ciudad de Madrid) sigue con los ajustes  económicos que les saque de una crisis que supera el lustro.

Con un crecimiento del PIB, previsto para el 2014 del 0,5% y una deuda del 130%, el país luso parece salir de la crisis tras tres años consecutivos de caída del PIB principalmente e igual que en España, a través del comercio exterior.  La ganancia de competitividad debida a la reducción de costes laborales y un incremento de demanda de los vecinos europeos  impulsa la economía portuguesa.  La fortaleza de la recuperación dependerá en gran medida de la recuperación del consumo (66% del PIB) que sufre de altos impuestos, caída de ingresos de las familias y de un paro del 17%.  Se espera que la demanda doméstica se recupere ligeramente mientras el país en su conjunto debe implementar las medidas de ajuste señaladas por la Unión Europea (destino del 70% de las exportaciones portuguesas) y el FMI, que aportaron un paquete conjunto de 78 billones de EUR en Abril del 2011.Azenhas-do-Mar-Portugal Seguir leyendo…

21
Abr
WP_Post Object
(
    [ID] => 20466
    [post_author] => 28817
    [post_date] => 2014-04-21 19:15:22
    [post_date_gmt] => 2014-04-21 17:15:22
    [post_content] => Los datos definitivos de IPC publicados la semana pasada confirman que la inflación descendió en marzo en Europa hasta su nivel más bajo desde octubre de 2009 (0,5%). En cuanto a la inflación subyacente (excluido energía, alimentos, tabaco y alcohol) vuelve a situarse en mínimos históricos (0,7% vs 1,0%). Por países, el descenso de la inflación ha sido generalizado en la UEM, salvo en dos casos: Irlanda (0,3% vs 0,1) y Eslovenia (0,6% vs 0,2%). En las grandes economías centrales el descenso de los precios sitúa la inflación por debajo del umbral crítico del 1,0%: en Alemania cae a mínimos de más de cuatro años (0,9% vs 1,0%) y en Francia retrocede a los valores de finales de 2013 (0,7% vs 1,1%). En las economías periféricas, salvo en Irlanda, el descenso de la inflación vuelve a poner de manifiesto sus dificultades para alejarse de valores nulos o negativos: Italia 0,3% vs 0,4%; España -0,2% vs 0,1%; Portugal -0,4% vs -0,1%; y Grecia -1,5% vs -0,9%.

IPC eurozonaLo más probable es que la caída de la inflación en marzo haya sido puntual ya que, en buena parte, se ha debido a factores temporales (energía y efecto calendario por la celebración de la Semana Santa en marzo en 2013). No obstante, en los próximos meses, la inflación seguirá en valores muy bajos (por debajo del 1,0% hasta verano, según nuestras estimaciones). La tendencia de medio y largo plazo para la inflación general continúa estable en un rango entre 1,0%-1,2%, aunque los riesgos a la baja persisten. Desde luego, una situación preocupante para la recuperación global, como ha puesto de manifiesto el FMI en sus informes semestrales publicados hace un par de semanas.

Por tanto, si la inflación no repunta en el mes de abril, el BCE se verá obligado a actuar, algo que anticipó Draghi en la última reunión de la autoridad monetaria europea. De hecho, en las últimas semanas varios medios alemanes han especulado con simulaciones de compra de deuda que estaría realizando el BCE por valor de un billón de euros a lo largo de un año, unos 80.000 millones de euros mensuales. Es decir, un programa parecido al que todavía tiene en marcha el banco central americano. En esas simulaciones, esas compras de deuda podrían hacer aumentar la inflación en medio punto porcentual. De esta forma, la inflación media en la UEM se situaría cerca del 1,5%, lo que permitiría a los países periféricos seguir recuperando competitividad frente al norte de Europa con una inflación próxima al 1%.
    [post_title] => La inflación se situó en marzo en el 0,5% en la UEM
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => la-inflacion-se-situo-en-marzo-en-el-05-en-la-uem
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2023-12-13 13:42:15
    [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:15
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20466
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 2
    [filter] => raw
)

Los datos definitivos de IPC publicados la semana pasada confirman que la inflación descendió en marzo en Europa hasta su nivel más bajo desde octubre de 2009 (0,5%). En cuanto a la inflación subyacente (excluido energía, alimentos, tabaco y alcohol) vuelve a situarse en mínimos históricos (0,7% vs 1,0%). Por países, el descenso de la inflación ha sido generalizado en la UEM, salvo en dos casos: Irlanda (0,3% vs 0,1) y Eslovenia (0,6% vs 0,2%). En las grandes economías centrales el descenso de los precios sitúa la inflación por debajo del umbral crítico del 1,0%: en Alemania cae a mínimos de más de cuatro años (0,9% vs 1,0%) y en Francia retrocede a los valores de finales de 2013 (0,7% vs 1,1%). En las economías periféricas, salvo en Irlanda, el descenso de la inflación vuelve a poner de manifiesto sus dificultades para alejarse de valores nulos o negativos: Italia 0,3% vs 0,4%; España -0,2% vs 0,1%; Portugal -0,4% vs -0,1%; y Grecia -1,5% vs -0,9%.

IPC eurozonaLo más probable es que la caída de la inflación en marzo haya sido puntual ya que, en buena parte, se ha debido a factores temporales (energía y efecto calendario por la celebración de la Semana Santa en marzo en 2013). No obstante, en los próximos meses, la inflación seguirá en valores muy bajos (por debajo del 1,0% hasta verano, según nuestras estimaciones). La tendencia de medio y largo plazo para la inflación general continúa estable en un rango entre 1,0%-1,2%, aunque los riesgos a la baja persisten. Desde luego, una situación preocupante para la recuperación global, como ha puesto de manifiesto el FMI en sus informes semestrales publicados hace un par de semanas.

Por tanto, si la inflación no repunta en el mes de abril, el BCE se verá obligado a actuar, algo que anticipó Draghi en la última reunión de la autoridad monetaria europea. De hecho, en las últimas semanas varios medios alemanes han especulado con simulaciones de compra de deuda que estaría realizando el BCE por valor de un billón de euros a lo largo de un año, unos 80.000 millones de euros mensuales. Es decir, un programa parecido al que todavía tiene en marcha el banco central americano. En esas simulaciones, esas compras de deuda podrían hacer aumentar la inflación en medio punto porcentual. De esta forma, la inflación media en la UEM se situaría cerca del 1,5%, lo que permitiría a los países periféricos seguir recuperando competitividad frente al norte de Europa con una inflación próxima al 1%.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle contenido relacionado con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí. Aceptar