Archivo de la Categoría ‘Política fiscal’

18
Feb

La importancia del crecimiento nominal

Escrito el 18 febrero 2014 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española, Política fiscal

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    [post_content] => El Banco de España publicó ayer que la deuda pública alcanzó el 94% del PIB, lo que constituye un nuevo récord en las últimas décadas. Este aumento de la deuda pública, desde niveles inferiores al 40% antes de la crisis, se ha debido a los efectos de los estabilizadores automáticos (seguros de desempleo), a las ayudas al sector financiero, etc. En el polémico artículo de Rogoff y Reinhart de hace un par de años se estimaba que niveles a partir del 90% tienen efectos negativos sobre el crecimiento de los países. Aún con todo lo discutible que puede ser fijar esas líneas a partir de las cuáles el efecto “crowding out” termina penalizando a la inversión privada y, por tanto, al crecimiento futuro, lo cierto es que estamos en una zona que, como mínimo, se debería calificar como incómoda.

En primer lugar, porque tener una deuda pública cercana al billón de euros (según el protocolo de déficit excesivo), supone que todos los años se deben refinanciar alrededor de 180.000 millones de euros, a lo que se debe sumar el déficit público. Y esto supone una elevada fragilidad ante unos mercados financieros internacionales que suelen experimentar importantes cambios de humor y, si no, que se lo pregunten a los emergentes.

De hecho, precisamente ahora nos estaríamos viendo beneficiados por esos fondos provenientes de emergentes y por la valoración positiva de los analistas internacionales de la evolución reciente de nuestra economía: nos encontramos con una prima de riesgo de sólo 186 puntos básicos o una rentabilidad del bono español en el 3,5% (mínimos desde inicios de 2006).

Por tanto, ahora el Tesoro español disfruta de un momento de mercado muy favorable para su actividad. Por ejemplo, hoy ha celebrado su subasta regular de letras a 6 y 12 meses con una demanda excepcional y con unos tipos de financiación en mínimos (0,38% a 6 meses y 0,62% a 12 meses). Sólo hace 18 meses, teníamos que pagar más de un 5% por captar financiación a un año y la prima de riesgo se situaba por encima de 600 puntos básicos. Es decir, vivir al albur del sentimiento de los mercados internacionales no es el mejor escenario. Además, también hay que hablar del coste de oportunidad que supone pagar todos los años entre 32.000 y 38.000 millones en intereses de esa deuda. A nadie se le escapa el coste de oportunidad que supone en términos de carreteras, fondos para investigación u hospitales.

Así que un objetivo de la política económica debería ser fijar una senda a medio plazo de reducción del endeudamiento público. Para ello la condición debería ser alcanzar un superávit primario (saldo de las cuentas públicas sin intereses de la deuda). Pero todo el proceso se vería muy beneficiado si retornáramos a crecimientos nominales próximos al 4%-5%.

De hecho, en décadas pasadas el proceso de desapalancamiento del sector público y privado se vio muy favorecido por crecimientos nominales elevados. Ese es el problema actual, las expectativas de crecimiento real son muy moderadas (1%-1,5% en los próximos 24 meses), a lo que se debe sumar una inflación esperada muy baja (en torno al 0,5%-1%). Todo eso nos llevará a un crecimiento nominal que difícilmente superará el 2,5% a medio plazo. Desde luego para una economía que necesita desapalancarse, no es el mejor escenario. ¿Pensará lo mismo el BCE?
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El Banco de España publicó ayer que la deuda pública alcanzó el 94% del PIB, lo que constituye un nuevo récord en las últimas décadas. Este aumento de la deuda pública, desde niveles inferiores al 40% antes de la crisis, se ha debido a los efectos de los estabilizadores automáticos (seguros de desempleo), a las ayudas al sector financiero, etc. En el polémico artículo de Rogoff y Reinhart de hace un par de años se estimaba que niveles a partir del 90% tienen efectos negativos sobre el crecimiento de los países. Aún con todo lo discutible que puede ser fijar esas líneas a partir de las cuáles el efecto “crowding out” termina penalizando a la inversión privada y, por tanto, al crecimiento futuro, lo cierto es que estamos en una zona que, como mínimo, se debería calificar como incómoda. Seguir leyendo…

22
Ene

La Reforma Fiscal y el crecimiento.

Escrito el 22 enero 2014 por Jose Maria O´kean Alonso en Economía española, Política fiscal

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    [post_date] => 2014-01-22 13:58:05
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    [post_content] => Hoy nos encontramos en la prensa con las directrices del equipo de "sabios" del Ministerio de Hacienda en relación con la reforma fiscal que el Gobierno prepara. En principio los requisitos previos fijados pretenden no bajar la recaudación total con la reforma y aumentar la base de personas físicas y jurídicas que paguen impuestos para evitar gravar en exceso a los contribuyentes que actualmente pagan. Como líneas generales proponen reducir los impuestos directos (IRPF y sociedades) y aumentar los indirectos (principalmente el IVA). La porpuesta incluye también la intención de reducir deducciones en IRPF y Sociedades, bajar las Cotizaciones Sociales para compensar la subida del IVA y aumentar los impuestos especiales relacionados con el tabaco, el alccohol y la contaminación. En principio es una propuesta razonable en su conjunto atendiendo a los objetivos fiscales que se pretenden, pero deberíamos preguntarnos cómo afectan los diferentes impuestos al crecimiento económico, al empleo y a los precios.

Si dejamos de lado los efectos microeconómicos sobre mercadso concretos y nos centramos en el enfoque macroeconómico, el modelo de funcionamiento de la actividad económica a utilizar para considerar el impacto de la reforma sería el modelo de Oferta y Demanda Agregada. En este modelo el efecto de una bajada en el impuesto sobre las rentas es claro: afecta a la renta disponible, hace subir el Consumo y la Demanda Agregada y produce un incremento en la producción y los precios. En relación con los tipos interés  la subida de precios y la producción tensionarían al alza los tipos de interés y la subida de precios haría perder competitividad a la economía.

De otra parte, la inclusión del resto de impuestos en el modelo no está tan bien sistematizada. En principio las cargas sociales deben afectar a la Oferta Agregada. Si suben, desplazaría esta curva hacia arriba y aumentarían los precios y originaría estancamiento económico y paro. Y lo mismo podríamos pensar de una subida del IVA, desplazaría la OA hacia arriba con el mismo efecto en la economía nacional: recesión, paro y subida de precios. La propuesta del comité de expertos sugiere compensar la subida del IVA con una bajada de las cargas sociales, pero no parece que con un efecto neutro, en la medida que la subida del IVA debe compensar la reducción de los impuestos directos.

El efecto combinado de un desplazamiento a la derecha de la DA y hacia arriba de la OA nos dejaría un efecto ambiguo sobre la producción y el paro pero tendería a elevar considerablemente los precios de la economía en el corto plazo. A medio plazo el efecto de esta subida de la inflación sobre los salarios seguramente paralizaría el proceso de moderación salarial actual, que ha sido la base de nuestra mejora en la competitividad. Si el descenso de los impuestos directos es inferior a la subida de los indirectos, como es previsible, además de la subida de precios se originaría más paro y nos estabilizaríamos aún más en la recesión de la que parece que estamos saliendo. No parecen buenas noticas los resultados que nos da el modelo.

España necesita una reforma fiscal para que todos los ciudadanos y las empresas contribuyan y aporten al Estado los ingresos necesarios. Y es necesario que se reduzca la evasión fiscal,  la economía sumergida y la excesiva carga tributaria en una parte de la población que tiene todas sus rentas transparentes, pero toda reforma tiene efectos macroeconómicos que también hay que considerar y máxime en los momentos actuales. Esperemos que el comité de expertos considere estos efectos y el Gobierno simule con los modelos econométricos el impacto de dicha reforma.

 
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Hoy nos encontramos en la prensa con las directrices del equipo de «sabios» del Ministerio de Hacienda en relación con la reforma fiscal que el Gobierno prepara. En principio los requisitos previos fijados pretenden no bajar la recaudación total con la reforma y aumentar la base de personas físicas y jurídicas que paguen impuestos para evitar gravar en exceso a los contribuyentes que actualmente pagan. Como líneas generales proponen reducir los impuestos directos (IRPF y sociedades) y aumentar los indirectos (principalmente el IVA). La porpuesta incluye también la intención de reducir deducciones en IRPF y Sociedades, bajar las Cotizaciones Sociales para compensar la subida del IVA y aumentar los impuestos especiales relacionados con el tabaco, el alccohol y la contaminación. En principio es una propuesta razonable en su conjunto atendiendo a los objetivos fiscales que se pretenden, pero deberíamos preguntarnos cómo afectan los diferentes impuestos al crecimiento económico, al empleo y a los precios. Seguir leyendo…

2
Oct

Presupuestos que no apoyan el crecimiento

Escrito el 2 octubre 2013 por Gayle Allard en Economía española, Política fiscal

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    [post_content] => Lo que se puede decir de los presupuestos presentados para el 2014 es que son adecuados.

Esperamos todos que éste sea el último año de una larga y dura crisis, y gracias a la leve recuperación que se avisa, estos presupuestos se cumplirán, y los mercados y la Union Europea estarán satisfechos. Lo que no hacen es echar una mano para que el país salga adelante.

Por fin Espana goza de unos vientos a su favor. La prima de riesgo ha bajado a un nivel cómodo en los últimos meses, tras un largo período de vértigo. Gracias a esto, el gasto en servicio de la deuda se controlará por fin en el 2014, incluso mientras la deuda pública se aproxima al temido 100% del PIB. La economía se activará levemente, y esto aumentará algo los ingresos y mantendrá  a raya el gasto en las prestaciones de desempleo. Estos factores harán que el objectivo de déficit para el 2014 se alcance.

Pero los ciudadanos tenían derecho a algo más.  

Lo que no hacen estos presupuestos es liderar el ajuste o apoyar la recuperación incipiente de la economía española.  ¿Donde está la reforma profunda del sector público que tanto necesitamos? Sólo se ofrecen recortes modestos globales (con subidas impresionantes para los partidos) y se congelan de nuevo los sueldos de los funcionarios.

Brillan por su ausencia medidas de apoyo al crecimiento.  

¿Cómo se levantará el consumo cuando se hunde bajo una presión fiscal históricamente alta, pilar casi único para equilibrar las cuentas públicas?  ¿Cómo empezarán a gastar los hogares cuando su endeudamiento apenas ha bajado desde que estalló la crisis, por la férrea protección a los bancos? ¿Cómo sobrevivirá la pequeña y mediana empresa sin mayor acceso al crédito, o sin las medidas prometidas para hacer más fácil operar en España?

Los presupuestos son adecuados, y se cumplirán.  Pero ni ellos ni el gobierno han dado a España el liderazgo que ha necesitado para atravesar cuatro años de recesión y un paro sin precedentes.  España saldrá de la crisis en el 2014 porque sus trabajadores y sus pequeñas y medianas empresas han luchado para sobrevivir y no sólo mantenerse a flote, sino bajar los costes, abrir nuevos mercados y recuperar la competitividad perdida.  Ha sido un espectáculo que inspira admiración por el espíritu y dignidad de este país.

Economy Weblog

Pero la carga de levantar el país lo han llevado solos.  Hasta los ultimos presupuestos de la crisis, que todos esperamos que sean éstos, el gobierno ha seguido sin dar ejemplo de sacrificio, y sin apoyar el esfuerzo heróico del resto de España para salir de esta recesión.
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Lo que se puede decir de los presupuestos presentados para el 2014 es que son adecuados.

Esperamos todos que éste sea el último año de una larga y dura crisis, y gracias a la leve recuperación que se avisa, estos presupuestos se cumplirán, y los mercados y la Union Europea estarán satisfechos. Lo que no hacen es echar una mano para que el país salga adelante.

Por fin Espana goza de unos vientos a su favor. La prima de riesgo ha bajado a un nivel cómodo en los últimos meses, tras un largo período de vértigo. Gracias a esto, el gasto en servicio de la deuda se controlará por fin en el 2014, incluso mientras la deuda pública se aproxima al temido 100% del PIB. La economía se activará levemente, y esto aumentará algo los ingresos y mantendrá  a raya el gasto en las prestaciones de desempleo. Estos factores harán que el objectivo de déficit para el 2014 se alcance.

Pero los ciudadanos tenían derecho a algo más. 

Lo que no hacen estos presupuestos es liderar el ajuste o apoyar la recuperación incipiente de la economía española.  ¿Donde está la reforma profunda del sector público que tanto necesitamos? Sólo se ofrecen recortes modestos globales (con subidas impresionantes para los partidos) y se congelan de nuevo los sueldos de los funcionarios.

Brillan por su ausencia medidas de apoyo al crecimiento.  

¿Cómo se levantará el consumo cuando se hunde bajo una presión fiscal históricamente alta, pilar casi único para equilibrar las cuentas públicas?  ¿Cómo empezarán a gastar los hogares cuando su endeudamiento apenas ha bajado desde que estalló la crisis, por la férrea protección a los bancos? ¿Cómo sobrevivirá la pequeña y mediana empresa sin mayor acceso al crédito, o sin las medidas prometidas para hacer más fácil operar en España?

Los presupuestos son adecuados, y se cumplirán.  Pero ni ellos ni el gobierno han dado a España el liderazgo que ha necesitado para atravesar cuatro años de recesión y un paro sin precedentes.  España saldrá de la crisis en el 2014 porque sus trabajadores y sus pequeñas y medianas empresas han luchado para sobrevivir y no sólo mantenerse a flote, sino bajar los costes, abrir nuevos mercados y recuperar la competitividad perdida.  Ha sido un espectáculo que inspira admiración por el espíritu y dignidad de este país.

Economy Weblog

Pero la carga de levantar el país lo han llevado solos.  Hasta los ultimos presupuestos de la crisis, que todos esperamos que sean éstos, el gobierno ha seguido sin dar ejemplo de sacrificio, y sin apoyar el esfuerzo heróico del resto de España para salir de esta recesión.

8
May
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    [post_content] => El informe de primavera de la CE muestra un escenario algo más pesimista que el publicado hace apenas dos meses: atrasa hasta el 2T13 la recuperación (frente al 1T13 que ya se anticipaba positivo en febrero). Además, anticipa una senda de recuperación todavía más gradual para 2013 que en su informe de invierno (apenas superará el 0,2% trimestral en media en la segunda mitad de 2013), si bien mantiene sin cambios la senda estimada para 2014 (anticipa crecimientos del 0,4% a partir del 2T14).

El débil comienzo de 2013 (el 1T13 podría retroceder un 0,1%) y la tibieza de la recuperación posterior sitúan la estimación para el crecimiento medio de la UEM en 2013 en -0,4% (frente a -0,3% previsto en el informe previo). Para 2014, la CE prevé un modesto crecimiento positivo: +1,2% frente a +1,4% anticipado en febrero.

Dibujo

 Alemania no es ajena al deterioro de expectativas y, entre las grandes economías, es la que presenta el recorte crecimiento más intenso para 2014. Así, se anticipa un crecimiento del 0,4% en 2013 (0,5% anterior) y del 1,8% en 2014 (2,0% anterior).
- España es la única economía que ve revisada al alza el crecimiento previsto para 2014 (una décima hasta 0,9%), compensando el recorte de una décima en la estimación para 2013 (-1,5%).
- Destaca el fuerte recorte en el crecimiento previsto para Portugal en 2013: -2,3% frente a -1,9% de hace dos meses, mientras que la previsión para 2014 se reduce en dos décimas hasta 0,6%. En cuanto a Eslovenia, la CE confirma en un -2,0% la variación del PIB en 2013, pero reduce hasta el -0,1% su previsión para 2014 (+0,7% en el informe de febrero).
- Mención especial para Chipre, que sufre un importante deterioro en sus expectativas de crecimiento por el impacto de la crisis bancaria en su economía: -8,7% en 2013 y -3,9% en 2014 (-3,5% y -1,3%, respectivamente en febrero).

De nuevo la CE incide en la debilidad de la demanda interna (1,2% en 2013 y +1,0% en 2014, -0,3 p.p. y -0,2 p.p. respectivamente, respecto a febrero) y vuelve a señalar al sector exterior como único motor del crecimiento hasta, al menos, la segunda mitad de 2013. Esta falta de vigor de la demanda interna se explica por: (i) la continuidad en el proceso de desapalancamiento ya iniciado para recomponer los balances del sector privado y público; (ii) la infrautilización de recursos asociada a los fuertes procesos de ajuste fiscal en marcha; y (iii) la elevada incertidumbre.

Este escenario de crecimiento explica las pobres expectativas para el empleo: seguirá cayendo a un ritmo del 0,7% en 2013 y apenas aumentará un 0,3% en 2014. La tasa de paro se mantendrá por encima del 12%, aunque con una clara divergencia entre países: todavía en 2014, España tendrá una tasa de paro superior al 26%, mientras que en Austria se situará en el 4,7%.

Precisamente, el problema del desempleo, que en las economías periféricas alcanza ya niveles insostenibles, es lo que hace necesario que se siga avanzando en el proceso de reformas estructurales. La CE afirma que, para el futuro de la UEM, es fundamental avanzar en el proceso de creación de la Unión Bancaria, lo que permitirá superar la actual fragmentación del mercado. La debilidad que todavía presentan los sistemas bancarios de algunos países y las diferentes perspectivas de crecimiento económico explican las divergencias entre los costes de financiación que asume el sector privado en cada país.

En materia de consolidación fiscal, la CE reconoce que el ritmo e intensidad de las reformas se suavizará a lo largo de 2013 y, sobre todo, en 2014. Además, señala que las reformas deberán concentrarse en el lado de la reducción de gastos, abandonando las políticas de subidas de impuestos. Así, el déficit fiscal será de un 2,9% en 2013 y de un 2,8% en 2014 (una décima más que en febrero).

Para la mayoría de los países con problemas, la Comisión no estima avances destacables en la reducción del déficit en 2013 y no será hasta 2014 cuando empiecen a ser evidentes los resultados de los procesos de consolidación en marcha, salvo en el caso de España, donde prevé que siga aumentando. (El caso de Chipre es especial ya que el impacto del impacto del rescate de su sector bancario provoca el mayor deterioro de las cuentas públicas dentro de la UEM respecto al informe de febrero). La CE estima que el déficit fiscal se reducirá en Irlanda desde 7,5% en 2013 a 4,3% en 2014, en Portugal desde -5,5% a -4,0% y en Grecia desde -3,8% a -2,6% (la reestructuración de su deuda en marzo de 2012 explica esta favorable evolución). En cuanto a España, prevé un aumento de su déficit fiscal desde el -6,5% de 2013 hasta el -7,0% en 2014, debido a que sigue considerando como hipótesis la reversión de las subidas de impuestos (IRPF y sociedades) de 2012, pese a que el gobierno ya ha anunciado que las retrasará a 2015.

- La persistencia de la crisis económica está provocando que, pese al esfuerzo de consolidación fiscal llevado a cabo, muchos países no puedan cumplir con los objetivos pactados con la CE y soliciten una relajación de estas metas. Esto se traduce, principalmente, en retrasar la fecha en la que alcanzar situar el déficit fiscal por debajo del 3,0% del PIB.
- Algunos de los países rescatados ya han logrado que Bruselas haya retrasado la fecha para lograr un déficit fiscal inferior al 3,0%: en diciembre de 2012, Grecia pactó aplazarlo hasta 2016 y, en marzo de 2013 se aprobó que Portugal e Irlanda lo aplazaran a 2015. España y Francia (que está sufriendo un rápido deterioro de su economía) pretenden atrasarlo hasta 2016 y 2015, respectivamente. (Previsiblemente, este retraso se hará oficial a finales de mes),

En balance, la acumulación de elevados déficit seguirá aumentando la deuda pública, que se situará en 2013 en el 95,5% del PIB en la UEM y llegará al 96% en 2014. En 2013 los valores máximos se alcanzarán en Grecia (175,2%), Italia (131,4%), Irlanda y Portugal (123%). Además, el peso de la deuda en términos de PIB seguirá aumentando en todos los países en 2014 (salvo en Austria, Grecia, Estonia, Alemania e Irlanda), situándose a la cabeza de este deterioro España, Eslovenia, Francia y Eslovaquia.

En cuanto a los riesgos, la CE señala que los escenarios más adversos se han disipado. Sin embargo, la incertidumbre sobre las débiles perspectivas de crecimiento que se manejan, así como la fragilidad del escenario macro y financiero, hacen que los riesgos se concentren a la baja. Entre los principales, destacaría una apreciación del euro, la ralentización de las tan necesarias reformas estructurales y la aplicación de nuevas medidas fiscales si así lo requiriese la situación en algún país.
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El informe de primavera de la CE muestra un escenario algo más pesimista que el publicado hace apenas dos meses: atrasa hasta el 2T13 la recuperación (frente al 1T13 que ya se anticipaba positivo en febrero). Además, anticipa una senda de recuperación todavía más gradual para 2013 que en su informe de invierno (apenas superará el 0,2% trimestral en media en la segunda mitad de 2013), si bien mantiene sin cambios la senda estimada para 2014 (anticipa crecimientos del 0,4% a partir del 2T14).

El débil comienzo de 2013 (el 1T13 podría retroceder un 0,1%) y la tibieza de la recuperación posterior sitúan la estimación para el crecimiento medio de la UEM en 2013 en -0,4% (frente a -0,3% previsto en el informe previo). Para 2014, la CE prevé un modesto crecimiento positivo: +1,2% frente a +1,4% anticipado en febrero.

Dibujo

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17
Abr
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    [post_content] => Después de la controversia provocada hace seis meses por la publicación de nuevas estimaciones de los multiplicadores fiscales -lo que supuso un toque de atención a los excesos de austeridad en los procesos de consolidación fiscal- esta vez el FMI ha sido más neutral en el eterno debate de política económica entre keynesianos y neoclásicos.

En el lado monetario, ya comentamos la semana pasada que el FMI defiende el anclaje de las expectativas inflacionistas, lo que apoyaría los riesgos que están asumiendo algunos bancos centrales.

Pero en el lado fiscal, ahora se reconoce que no hay remedios milagrosos para los problemas de déficit y deuda pública, aunque en general se defiende que manteniendo superávits primarios del 1%, los ratios de deuda pública se acercarían al 60% en 2030. Sigue predominando la visión de que el riesgo en estos momentos es pasarse de frenada a corto plazo en el ajuste fiscal, pero también se reconoce que es necesario presentar planes de consolidación de las cuentas públicas en el medio plazo en países como Japón o EEUU. Pero la realidad es que en 2014, los países desarrollados tendrán un porcentaje de la deuda pública equivalente al 110% del PIB, cuando a partir del 90% del PIB los efectos sobre el crecimiento potencial son claramente negativos.

Previsiones de crecimiento económico

Además, el FMI rebaja las previsiones para el crecimiento mundial en 2013 en 0,2 p.p. hasta un 3,3%, aunque las mantiene estables para 2014. La expansión global tiene continuidad, pero el comportamiento de las economías sigue siendo muy desigual y, dadas las fuertes interconexiones entre países, una recuperación a “tres velocidades”, como la actual, es también una recuperación vulnerable.

perspectivas

Todas las principales economías, desarrolladas y emergentes, exceptuando Japón se ven afectadas en mayor o menor medida por la revisión a la baja de 2013. En general, el pronóstico para las economías desarrolladas en 2013 no es mejor que en 2012, aunque la progresión es más favorable, consistente con un mayor crecimiento en 2014. Para las emergentes, el FMI prevé que 2013 será algo mejor que 2012 (5,3% frente a 5,1%).

Estados Unidos

EEUU muestra signos de fortaleza gracias a la reactivación del crédito y del mercado inmobiliario, pero las medidas de austeridad puestas en marcha tendrán un impacto negativo sobre el crecimiento: 1,9% estimado para 2013 (2,1% anterior) y 3,0% en 2014 (3,1% anterior). La UEM sigue rezagada debido, principalmente, a la ruptura de los canales del crédito (familias y empresas aún no se benefician de una mejora en las condiciones financieras) y a los continuos esfuerzos de consolidación fiscal. El FMI rebaja en 0,1 p.p. sus previsiones para el crecimiento del PIB en 2013 hasta el -0,3%, pero mantiene estables las de 2014 en el 1,1%.

España

El FMI prevé para España una contracción del PIB del 1,6% en 2013, lastrada por la extrema debilidad de la demanda interna, y una leve recuperación (+0,7%) para el año próximo; en ambos casos empeora una décima sus previsiones anteriores. Según el FMI, los ritmos de crecimiento serán modestos, inferiores al 2%, al menos hasta final de la década.

Como consecuencia de estas malas perspectivas, la tasa de paro seguirá creciendo, hasta el 27% de la población en 2013, la más alta de la UE, junto con Grecia, apenas se reducirá medio punto el año próximo y no bajará del 25% hasta 2016. Por su parte, aunque el déficit público se reducirá de forma notable este año hasta el 6,6% del PIB, frente al 10% estimado en 2012, quedará lejos del objetivo marcado por Bruselas (en principio el 4,5%), mientras que en 2014 volverá a repuntar hasta cerca del 7%: no será hasta 2017 cuando se sitúe por debajo del 6%. Como aspecto positivo, se prevén superávits crecientes de la balanza por cuenta corriente (1,1% del PIB este año y 2,2% el próximo).

Para Japón incrementa sustancialmente sus previsiones gracias a las nuevas medidas de estímulo fiscal y monetario: +0,4 p.p. hasta 1,6% para 2013 y +0,7 p.p. hasta 1,4% para 2014. Por tanto, parece confirmarse el respaldo del FMI al cambio estratégico en la política económica impulsado por el presidente Abe.

En el caso de las economías emergentes, el FMI prevé que conserven un ritmo dinámico de crecimiento en los dos próximos años, sin grandes cambios respecto a 2012: 5,3% en 2013 (5,5% anterior) y 5,7% en 2014 (5,8% anterior). La resistencia de la demanda interna y de las exportaciones y el apoyo de políticas pro-crecimiento explican su diferenciación positiva. Destaca la fuerte revisión a la baja en las previsiones para Brasil en 2013 (-0,5 p.p. hasta un 3,0%), aunque mejora en 0,1 p.p. hasta un 4,0% las de 2014. En el caso de China, a pesar de las recientes señales de enfriamiento, el FMI sólo recorta en 0,1 p.p. su previsión para 2013 hasta el 8,0% y limita la mejora estimada para 2014 (8,2% frente al 8,5% anterior).

El FMI considera que los escenarios más adversos han perdido probabilidad y, por tanto, los riesgos para la economía global están ahora más equilibrados.

- Reconoce que el escenario a corto plazo ha mejorado gracias a que los responsables políticos de la UEM y de EEUU tomaron medidas para desactivar los dos principales riesgos que amenazaban a la expansión global: riesgo de ruptura del euro y un endurecimiento excesivo de la política fiscal en EEUU.
- Entre los riesgos a medio plazo, destaca las dudas sobre la capacidad de la UEM para superar la crisis y de EEUU y Japón para reducir sus déficits fiscales y su deuda.
- Los desequilibrios en las balanzas por cuenta corriente están moderándose, aunque ello se debe, principalmente, al debilitamiento de las importaciones en los países con mayores déficits. Esta mejora se refleja en un cierto reequilibrio entre las tres principales divisas y el FMI no observa grandes desviaciones respecto a sus valores fundamentales: considera que el dólar y el euro están moderadamente sobrevaloradas y el yuan chino moderadamente infravalorado.

Política económica

Entre las recomendaciones, el FMI destaca que, en las economías desarrolladas, los dirigentes políticos deben tomar “todas las medidas que sean prudentes para estimular la débil demanda”.

- Reconoce que la expansión fiscal no puede resolver por sí sola los problemas de debilidad de la demanda y de elevado endeudamiento y recomienda a EEUU y a Japón a que tomen medidas para equilibrar sus cuentas públicas a medio y largo plazo; pero éstas deben ser graduales. Además urge a los países con margen fiscal (como Alemania) a tomar medidas de estímulo.
- Además, sugiere que los bancos centrales deberían analizar qué más pueden hacer para afianzar la recuperación económica: la política monetaria debe seguir respaldando la actividad y las políticas financieras tienen que ayudar a mejorar la transmisión de la política monetaria hacia la economía real.
- Todo ello debe ver complementado con reformas estructurales para elevar el crecimiento potencial y reequilibrar la demanda mundial.
- En el caso de las economías emergentes, el FMI considera que deberían comenzar a retirar estímulos a medio plazo, empezando con la política monetaria y, posteriormente, poniendo en marcha planes de consolidación fiscal para ganar margen de maniobra.

En definitiva, un informe de transición, en el que como en los dos años anteriores se espera una recuperación de la economía mundial en la segunda parte del año. Lo positivo es que se han reducido las probabilidades de los eventos de mayor riesgo (ruptura del euro) y, sin embargo, Europa seguirá siendo un lastre para la recuperación mundial a corto plazo.
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Después de la controversia provocada hace seis meses por la publicación de nuevas estimaciones de los multiplicadores fiscales -lo que supuso un toque de atención a los excesos de austeridad en los procesos de consolidación fiscal- esta vez el FMI ha sido más neutral en el eterno debate de política económica entre keynesianos y neoclásicos.

En el lado monetario, ya comentamos la semana pasada que el FMI defiende el anclaje de las expectativas inflacionistas, lo que apoyaría los riesgos que están asumiendo algunos bancos centrales.

Pero en el lado fiscal, ahora se reconoce que no hay remedios milagrosos para los problemas de déficit y deuda pública, aunque en general se defiende que manteniendo superávits primarios del 1%, los ratios de deuda pública se acercarían al 60% en 2030. Sigue predominando la visión de que el riesgo en estos momentos es pasarse de frenada a corto plazo en el ajuste fiscal, pero también se reconoce que es necesario presentar planes de consolidación de las cuentas públicas en el medio plazo en países como Japón o EEUU. Pero la realidad es que en 2014, los países desarrollados tendrán un porcentaje de la deuda pública equivalente al 110% del PIB, cuando a partir del 90% del PIB los efectos sobre el crecimiento potencial son claramente negativos.

Previsiones de crecimiento económico

Además, el FMI rebaja las previsiones para el crecimiento mundial en 2013 en 0,2 p.p. hasta un 3,3%, aunque las mantiene estables para 2014. La expansión global tiene continuidad, pero el comportamiento de las economías sigue siendo muy desigual y, dadas las fuertes interconexiones entre países, una recuperación a “tres velocidades”, como la actual, es también una recuperación vulnerable.

perspectivas

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25
Mar
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    [post_content] => Hay muchos ejemplos de Planes de Estabilización económicos desde los años 70. El Plan Cavallo en Argentina, el de Cardoso en Brasil o el de Boyer en España, entre otros.  Los países se ven avocados a estos planes cuando después de un ciclo expansivo intenso, con subidas de precios o estallidos de burbujas financieras o inmobiliarias, presentan déficits gemelos (fiscal y exterior),  inician una recesión del PIB, que incrementa el paro, y la deuda externa y las necesidades de financiación corriente, requieren ayuda externa para atender las obligaciones financieras, mientras el mantenimiento de los tipos de cambios se hace insostenible.

Por lo general un Plan de Estabilización requiere entre uno y dos años para empezar a dar frutos y suelen diseñarse con políticas tanto sobre la Demanda Agregada como sobre la Oferta. Las políticas de Demanda conllevan una fuerte devaluación de la moneda para ganar competitividad y solucionar el déficit exterior. En paralelo es necesario realizar una política monetaria restrictiva que controle la inflación para evitar que la ganancia de competitividad, vía devaluaciones, se neutralice con la subida de precios. Y, finalmente, la política fiscal debe ser restrictiva para aminorar el déficit público y hacer la financiación de la deuda pública más plausible. Por lo general el FMI suele facilitar estos Planes con ayudas financieras en divisas que contribuyen a estabilizar la nueva paridad de la moneda y refinanciar la deuda externa. Ni que decir tiene que una política de esta índole, hasta que el sector exterior empiece a tirar de la economía, origina de inmediato un incremento del desempleo y agudiza la recesión.

Pero las medidas de los Planes de Estabilización no terminan ahí. Hay que actuar también sobre la Oferta Agregada. Suelen ser necesarias políticas estructurales que mejoren el funcionamiento del tejido productivo de carácter industrial, tecnológico, financiero, educativo y laboral; siempre inspiradas en aumentar el grado de competencia de los mercados y dotar de una mayor flexibilidad al sistema. Adicionalmente un Pacto de Rentas ayuda a moderar los salarios para mejorar la competitividad y moderar la inflación, reparte los costes del ajuste al moderar los beneficios empresariales y ayuda a crear un clima de comprensión en la necesidad del ajuste y a mejorar  la confianza de familias y empresas.

La salida de estas situaciones es larga y costosa. Después de un año largo de ajuste, de recesión y paro, se empieza a realizar una política monetaria más expansiva y el crédito mejora, al no requerir el Estado todos los recursos financieros para financiar el déficit público, que debe estar ya controlado. Las exportaciones empiezan a tirar de la economía y el Consumo interno y la Inversión recuperan la demanda, la producción y el empleo.

La cuestión que debemos plantearnos después de esta introducción, algo larga, es ¿que estamos haciendo en España y en buena parte de los países de la UM denominados periféricos?

Naturalmente, no ha habido devaluaciones, la política monetaria sigue siendo expansiva y en general los precios suben, el ajuste fiscal está siendo muy lento debido a la presión social y a la negativa de la clase política a reducir el marco institucional que ha creado; los Pactos de Rentas no se han planteado y las reformas estructurales son tímidas hasta el momento, al menos en la economía española y a pesar de lo que cree el Gobierno.

La realidad es que estamos llevando a cabo un Plan de Estabilización incompleto basado en un largo parón económico que reduce importaciones, aumenta el paro y esto modera los salarios ganando así competitividad. De momento las Exportaciones ya están respondiendo. El ajuste fiscal y la reforma financiera terminarán dejando crédito disponible para familias y empresas y finalmente el Consumo y la Inversión mejorarán. Pero nos va a costar mucho tiempo regenerar el 20% del tejido productivo que hemos perdido y la alta tasa de paro que sigue generandose.

Es una nueva tipología de Plan de Estabilización. Ante la imposibilidad de las devaluaciones, hay que ganar competitividad vía costes; y en ausencia de Pactos de Rentas, sólo una elevada y pertinaz tasa de paro nos convencerá de que aceptemos salarios más reducidos. Y, salvo que imaginemos instrumentos diferentes en el seno de la UM, esto es lo que nos deparará el futuro cuando tengamos que ajustar una economía. Cuando salgamos de esta, más nos vale no volver a gastar lo que no tenemos.
    [post_title] => Planes de Estabilización: una nueva versión.
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Hay muchos ejemplos de Planes de Estabilización económicos desde los años 70. El Plan Cavallo en Argentina, el de Cardoso en Brasil o el de Boyer en España, entre otros.  Los países se ven avocados a estos planes cuando después de un ciclo expansivo intenso, con subidas de precios o estallidos de burbujas financieras o inmobiliarias, presentan déficits gemelos (fiscal y exterior),  inician una recesión del PIB, que incrementa el paro, y la deuda externa y las necesidades de financiación corriente, requieren ayuda externa para atender las obligaciones financieras, mientras el mantenimiento de los tipos de cambios se hace insostenible. Seguir leyendo…

14
Mar
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    [post_content] => Este puede ser uno de los debates más interesantes que podemos considerar en la actualidad y que enfrenta dos maneras de afrontar la crisis con casos que permiten visualizar la diferencia de ambas políticas. Del lado de los países que intentan superar la crisis económica mediante las políticas de estímulos tenemos a USA, Japón o el Reino Unido.  Del otro lado el ejemplo más significativo son los países que integran la Unión Monetaria.

Los primeros son países con monedas con tipos de cambio flexibles, que pueden ganar competitividad mediante depreciaciones de sus tipo de cambio, y con gobiernos competentes para realizar una política fiscal para toda la economía nacional.

Los segundos constituyen un área comercial muy heterogénea, con fuertes relaciones económicas internas, una única moneda, con competencias fiscales dispersas entre todos los gobiernos y un modelo para la toma de decisiones de política comunitaria, enormemente complejo, en el que prevalece, en la actualidad, el criterio del país con mayor peso económico: Alemania.

Economy Weblog

Pero al margen de estas características evidentes, detrás de esta disyuntiva entre austeridad y estímulo, existen dos concepciones de cómo deben funcionar los países y en ambos casos tienen una concepción, digamos keynesiana, del funcionamiento económico. Keynes pensaba que la Demanda Agregada era lo importante. Como es sabido, la DA tiene cuatro componentes: Consumo, Inversión productiva, Gasto Público y Exportaciones de bienes y a todo ello hay que restarle las Importaciones, que aminoran la Demanda Interna.

Para Keynes, las situaciones de crisis debían superarse lanzando la DA y no esperando el ajuste automático a largo plazo:  "a largo plazo todos muertos" fue su frase inmortal. Y aquí es donde encontramos la primera diferencia clave entre ambas concepciones de hacer política económica. Los países que practican el estímulo llevan a cabo políticas fiscales expansivas, principalmente incrementando el Gasto Público.

Esto termina produciendo, en primer lugar, lo que conocemos como "crowding out"; una estructura de la DA en la que el Gasto Público gana peso en la economía en detrimento de los componentes del sector privado. Países como USA, Japón o R.U., tienen actualmente déficits públicos del 7, 10 y 8 % de sus PIB; y una deuda pública acumulada del 110, 214 y 105 % del PIB respectivamente. Esta, digamos, es la concepción puramente keynesiana de cómo superar la crisis. Keynes no llegó a ver los efectos del fuerte endeudamiento público. Monetizarlo  aumenta el riesgo de la inflación y la experiencia de los años 70 e inicios de los 80, fue suficientemente dolorosa para seguir este camino.  La otra opción no es otra que financiar este déficit anual y la deuda que año tras año va acumulándose. Esta opción capta el crédito existente, sube el tipo de interés de los préstamos e impide que el Consumo y la Inversión mejoren y el sector público expulsa, como hemos dicho, al sector privado de la economía. A esto hay que añadir que países como USA, emisor de la divisa mundial, Japón, con un superávit en su cuenta corriente y una elevada tasa de ahorro, y R.U., con Londres como principal sede de los mercados financieros, suelen refinanciar su deuda pública con relativa facilidad a costes razonables.

La otra concepción de cómo debe estar estructurada la DA es la conocida como el "crowding in", consiste en apartar al sector público para que el crédito fluya a las familias y las empresas y el Consumo y la Inversión tiren de la economía. En el caso de Alemania, su déficit público es inexistente y su deuda pública emitida es del 88 % de su PIB. Pero todos los países de la UM no son como Alemania y aquí es donde surge el debate de cómo articular una política económica que nos saque de la crisis.

Alemania impone seguir la senda del "crowding in", en primer lugar por que considera que es lo correcto y en segundo lugar porque iniciar una política de estímulo, haría incrementar su deuda nacional para pagar el posible crecimiento (o el despilfarro, según ellos) de países con políticas de gasto que consideran excesivas. Pero el resto de países están fuertemente endeudados y cualquier mejora en el crédito y en la renta disponible lo dedican a pagar sus deudas y no al Consumo o la Inversión productiva, por lo que la Demanda Agregada sigue desplomándose y las expectativas de familias y empresas hacen que el Consumo y la Inversión sigan cayendo y el paro aumentando.

Además y al margen de esta visión keynesiana de la economía en la que todo depende de la DA, la crisis de los años 70 y los procesos de "satgflation" en los que nos vimos sumidos con fuertes subidas del paro y la inflación de forma simultánea, nos planteó que el modelo keynesiano debía ser completado ante su falta de respuesta a este fenómeno de la estanflación. Así empezamos a pensar que la Oferta Agregada era también importante y que si conseguimos hacer política de rentas, que modere salarios y márgenes empresariales, y política estructural, que mejore la productividad de la economía y de flexibilidad a sus mecanismos de funcionamiento, habremos conseguido crecer sin inflación y podemos permitirnos tener subidas salariales que no resten competitividad.

Naturalmente, hacer políticas de estímulo que tiren de la DA cuando la OA es dinámica y responde a estos estímulos, como es el caso de USA o Alemania, es una buena política para salir rápido de la crisis. Pero si lo que no funciona es la OA, porque la estructura económica en inflexible y poco productiva, hacer políticas de estímulo es una solución puntual que no soluciona nada, eleva el déficit e incrementa la deuda, hace subir el tipo de interés y el Estado absorbe todo el crédito existente. Y el ejemplo de la economía española de la última legislatura es claro.

Pero mientras el paro sube y el malestar social presiona.

España está haciendo lo equivalente a un plan de estabilización sin poder devaluar la moneda y, en mi opinión, sin abordar a fondo los cambios en la OA que necesitamos con políticas estructurales y con políticas de rentas que faciliten la transición. El camino emprendido es el adecuado en el entorno de la UM que vivimos y teniendo en cuenta nuestras posibilidades de financiación. Aunque seguimos sin saber cuál es la estrategia de país que queremos. Los planes de estabilización suelen durar un par de años hasta que se empiezan a ver los fruto. Pero son dos años muy duros. Y en ello estamos, mejorando algunos aspectos de la economía productiva que esta reaccionando y saldadno nuestra cuenta corriente, atrayendo inversiones externas por la flexibilidad y la moderación salarial.... Pero el paro va a seguir muy alto demasiado tiempo.
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Los primeros son países con monedas con tipos de cambio flexibles, que pueden ganar competitividad mediante depreciaciones de sus tipo de cambio, y con gobiernos competentes para realizar una política fiscal para toda la economía nacional.

Los segundos constituyen un área comercial muy heterogénea, con fuertes relaciones económicas internas, una única moneda, con competencias fiscales dispersas entre todos los gobiernos y un modelo para la toma de decisiones de política comunitaria, enormemente complejo, en el que prevalece, en la actualidad, el criterio del país con mayor peso económico: Alemania.

Economy Weblog

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3
Nov
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    [post_date] => 2012-11-03 18:36:39
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    [post_content] => Una razón por la que las próximas elecciones presidenciales de EEUU tienen especial significado económico es que pueden resultar determinantes para el modo en que el país se enfrente al “precipicio fiscal” por el que su economía se despeñará a partir del 1 de enero si sus políticos no logran ponerse de acuerdo antes sobre cómo evitar subidas de impuestos y recortes de gastos automáticos que equivaldrían a un ajuste fiscal de cerca del 4% del PIB. En Europa la mayoría de las economías están ya instaladas en su propia caída fiscal, menos abrupta e incierta que la de EEUU pero de mayor duración. En este contexto, una de las grandes novedades del debate global sobre política económica la ha aportado el reconocimiento del FMI de que en los últimos años se han venido subestimando los multiplicadores fiscales de las economías avanzadas.

La importancia de la amenaza fiscal en Europa y en EEUU puede ilustrarse a partir de ese reconocimiento desde el FMI (O. Blanchard y D. Leigh, WEO Oct.12) . En lugar de los 0,5 pp asumidos habitualmente por el organismo para el multipliccador fiscal de esas economías, sus economistas llegan a la conclusión de que el multiplicador se sitúa hoy entre 0,9 y 1,7 (este último es el dato coherente con los errores en la de previsión del crecimiento del FMI desde 2008). Es decir, que a un ajuste fiscal estructural de 1 pp le corresponde un deterioro del PIB de hasta 1,7 pp en un año.

Si asumimos (y no hay razón para no hacerlo) que las últimas proyecciones económicas del FMI conservan el supuesto de un multiplicador fiscal igual a 0,5, habrá que concluir que pecan de optimistas y que deben por tanto ajustarse bajo el supuesto de que el multiplicador es mayor. Hemos hecho ese ajuste bajo dos asunciones: multiplicador igual a 1 y multiplicador igual a 1,7. Obviamente, las economías más perjudicadas son aquellas para las que el FMI espera ajustes fiscales estructurales mayores (EEUU; España, Italia, Francia y Reino Unido). Para España, en el peor de los casos, la caída del PIB del próximo año sería nada menos que del 3%, obviamente incompatible con los actuales objetivos fiscales. Con un multiplicador de 1, la contracción del PIB sería de "sólo" el 2%.

En el caso de EEUU, un multiplicador de 1,7 llevaría a una previsión de crecimiento real del 0,5% (1,5% si el multiplicador es 1). Es cierto que sigue siendo mejor que la contracción del -0,4% que registraría Europa (+0,3% con un multiplicador de 1). Sin embargo, un ajuste fiscal del 4% (“precipicio fiscal”) en lugar del 1,3% asumido por el FMI, llevaría al PIB de EEUU a una contracción del -2,7% en 2013. Por eso los riesgos asociados a la economía de EEUU y a sus activos financieros pueden seguir creciendo mientras no haya un acuerdo político que aleje ese abismo. De hecho los más recientes indicadores de inversión vienen ya dando claras señales de retroceso (caída de más del 3% en la inversión privada fija no residencial en el tercer trimestre).

Los multiplicadores fiscales son ahora especialmente elevados por:
• Ineficacia de la política monetaria en los actuales niveles de tipos y con el sector privado en proceso de desapalancamiento.
• No hay “crowding in”: el sector privado no está en condiciones de sustituir al público como demandante de financiación.
• Incapacidad creciente de ahorrar ante subidas de ingresos o desahorrar ante caídas de ingresos de los hogares de nivel medio y bajo.

Y es que el desapalancamiento privado es una poderosa fuerza recesiva, sobre todo en economías como la española, y su combinación con el desendeudamiento público genera una espiral contractiva que:
• Genera sufrimiento hoy
• Aumenta la ratio de deuda pública (cae el denominador)
• Retrasa la reparación de los balances privados (se recortan aún más sus ingresos), prolongando la presión recesiva privada
• Deteriora el crecimiento potencial, al dañar gravemente al tejido productivo (capitales humano y físico)
• Deteriora la propia solvencia que se trata de restaurar (porque aumenta la ratio de deuda y se reduce el crecimiento potencial)

En definitiva, Europa y EEUU necesitan algo parecido a un ala delta fiscal (suavizar la caída) si quieren evitar un doloroso desplome en los próximos meses. Si bien el daño potencial, y la incertidumbre que padecerá al respecto hasta el final del año, es mayor en EEUU, la probabilidad de que el batacazo pueda amortiguarse de manera sustancial es también mucho más elevada allí. Y es que no parece muy probable que los europeos encontremos la manera de ahorrarnos aunque sólo sea una pequeña fracción de la caída que colectivamente nos hemos impuesto.
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Una razón por la que las próximas elecciones presidenciales de EEUU tienen especial significado económico es que pueden resultar determinantes para el modo en que el país se enfrente al “precipicio fiscal” por el que su economía se despeñará a partir del 1 de enero si sus políticos no logran ponerse de acuerdo antes sobre cómo evitar subidas de impuestos y recortes de gastos automáticos que equivaldrían a un ajuste fiscal de cerca del 4% del PIB. En Europa la mayoría de las economías están ya instaladas en su propia caída fiscal, menos abrupta e incierta que la de EEUU pero de mayor duración. En este contexto, una de las grandes novedades del debate global sobre política económica la ha aportado el reconocimiento del FMI de que en los últimos años se han venido subestimando los multiplicadores fiscales de las economías avanzadas. Seguir leyendo…

11
Oct

Otra semana con mucho ruido

Escrito el 11 octubre 2012 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española, Economía Mundial, Política fiscal, Política Monetaria

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    [post_content] => Lo más relevante de la semana ha sido la publicación de los informes semestrales del FMI. Pese a la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento mundial hasta un 3,3% en 2012 (↓0,2 p.p.) y 3,6% en 2013 (↓0,3 p.p.), el FMI es moderadamente optimista pues se basan en dos hipótesis:

i) EEUU evitará a finales de este año un drástico ajuste fiscal (“fiscal cliff”); y

ii) los gobiernos de la UEM aprovecharán el margen temporal tras el anuncio de Draghi para avanzar en la integración fiscal y bancaria. Y, es por ello, que el FMI considera que la expansión global está amenazada, especialmente por la situación en Europa.

Pero lo más interesante este semestre del análisis económico del FMI es una nueva estimación del multiplicador fiscal, es decir, la evaluación de los efectos de las políticas de austeridad sobre el crecimiento. Y, a juzgar por sus conclusiones, parece ponerse más en el lado de los keynesianos que en el de los neoclásicos, al estimar que por cada euro de recortes (o subidas de impuestos), el efecto sobre el crecimiento se situaría entre 0,9 y 1,7 euros. Esa mayor elasticidad fiscal se debería a que la política monetaria tradicional ya no tiene casi grados de libertad (tipos cercanos a cero), en algunos países incluso las condiciones financieras se han endurecido drásticamente (en alusión a la periferia de la UEM) y al hecho de que muchos países estén a la vez intentando consolidar sus cuentas públicas.

Economy Weblog

En definitiva, el FMI recomienda mayor gradualidad en el ajuste fiscal, una crítica implícita a los duros objetivos fiscales en Europa.

La economía española

Respecto a la economía española, lo más destacado (y criticado) ha sido la previsión de crecimiento para 2013 (-1,3%), cuando el consenso de los Servicios de Estudios de nuestro país la sitúa en el -1,5%. Más importantes son otras ideas sobre España que deja caer en unos casos y sugiere en otros:

i) si no se activa el nuevo programa del BCE nuestra prima de riesgo volverá a 750 puntos básicos;

ii) la probabilidad de cumplir los objetivos de déficit este año y el próximo es baja (el FMI piensa que habrá que esperar al 2017 para rebajar el déficit al 3%);

iii) la necesidad de financiación del Estado (déficit+vencimientos) se situará en 2013 en el 21,3% del PIB (¡60%! en el caso de Japón);

iv) España no recuperará el nivel de PIB perdido en la recesión hasta 2018; y

v) España pierde tres puestos en el “ranking” mundial de países por tamaño (tanto en dólares corrientes, como en ppa) y ahora ocupamos la posición número 16).

Por lo demás, nueva semana de ruido en Europa, con muchos rumores y pocas señales claras para los mercados, lo que se ha notado en las cotizaciones. Cada vez parece más claro que ahora Alemania no tiene mucha prisa para que los países del sur utilicen el nuevo mecanismo del BCE, las razones que se barajan son:

i) no quieren volver a pedir dinero a corto plazo al Bundestag;

ii) desconfían de los ritmos de las reformas una vez que el BCE empiece a actuar (claro problema de “moral hazard”); y

iii) enfrentarse a la opinión del Bundesbank en Alemania suele tener un coste en votos. Frente a ello, poco a poco, parece que se va consolidando un eje formado por Francia, Italia y España que quiere acelerar en la unión bancaria. Una vez más, el Consejo Europeo de la semana que viene va a tener una gran importancia.
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Lo más relevante de la semana ha sido la publicación de los informes semestrales del FMI. Pese a la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento mundial hasta un 3,3% en 2012 (↓0,2 p.p.) y 3,6% en 2013 (↓0,3 p.p.), el FMI es moderadamente optimista pues se basan en dos hipótesis:

i) EEUU evitará a finales de este año un drástico ajuste fiscal (“fiscal cliff”); y

ii) los gobiernos de la UEM aprovecharán el margen temporal tras el anuncio de Draghi para avanzar en la integración fiscal y bancaria. Y, es por ello, que el FMI considera que la expansión global está amenazada, especialmente por la situación en Europa.

Pero lo más interesante este semestre del análisis económico del FMI es una nueva estimación del multiplicador fiscal, es decir, la evaluación de los efectos de las políticas de austeridad sobre el crecimiento. Y, a juzgar por sus conclusiones, parece ponerse más en el lado de los keynesianos que en el de los neoclásicos, al estimar que por cada euro de recortes (o subidas de impuestos), el efecto sobre el crecimiento se situaría entre 0,9 y 1,7 euros. Esa mayor elasticidad fiscal se debería a que la política monetaria tradicional ya no tiene casi grados de libertad (tipos cercanos a cero), en algunos países incluso las condiciones financieras se han endurecido drásticamente (en alusión a la periferia de la UEM) y al hecho de que muchos países estén a la vez intentando consolidar sus cuentas públicas.

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31
Ago
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    [post_content] => La solución a los problemas económicos de España pasa por profundizar en las reformas estructurales, cambiar el modelo de Estado, aumentar la competitividad de las empresas, devolver el crédito al sector privado, rebajar los tipos de interés de financiación de nuestra economía y hacer las reformas fiscales que necesariamente van a suponer elecciones difíciles sobre la asignación de recursos públicos.

Los recortes en el gasto público causarán a su vez una contracción económica. Eso deja al Gobierno de España ante un complicado dilema entre crecimiento y reducción del déficit público. Es importante anotar algo bien sabido para los lectores: a) para crecer es necesario aumentar la productividad; b) la reducción del déficit público no se puede hacer subiendo impuestos sino reduciendo el gasto público y c) esa reducción del gasto público hay que hacerla con cirugía fina: los recortes del gasto público indiscriminados sólo empeorarían la recesión en vez de equilibrar los presupuestos.

En este contexto, es crucial encontrar criterios para decidir que gastos se deben reducir y cuales mantener o aumentar ya que los recortes lineales (menos café para todos) no son la mejor forma de tomar esas decisiones.

¿Qué gasto público se debe mantener?

Se deberían recortar aquellas actividades que realizan las Administraciones Públicas y que pueden realizar igual de bien el sector privado y, en cambio se deben mantener o incrementar aquellas actividades que el sector privado no pueda realizar con tanta efectividad y que son necesarias para mejorar la competitividad de las empresas. Se trata de recortar la grasa que sobra en el sector público pero con mucho cuidado para no cortar los músculos. Y en este sentido la mayoría de los economistas están de acuerdo en que el gobierno debería eliminar gastos corrientes improductivos y mantener la financiación de aquellas actividades que mejoran la competitividad como es el caso de la investigación.

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La necesidad de la investigación básica

Muchas empresas grades y pequeñas tienen pocos incentivos para invertir sobre todo en aquella investigación básica cuyos  resultados no son comercializables ya que no son patentables. Al no ser patentables sus resultados están disponibles para todos, es decir, son bienes públicos, y como tales son difíciles de apropiar.

Por estas razones, los gobiernos de los países desarrollados llevan mucho tiempo apoyando la investigación básica sobre la que se construye la investigación aplicada y el desarrollo de nuevos productos. Este tipo de investigación, la básica, ha dado grandes frutos al proveer un entendimiento más acabado de muchos fenómenos cruciales en el mundo moderno.

De hecho, el impresionante crecimiento económico en el mundo desarrollado en los últimos 60 años ha sido el resultado de los esfuerzos combinados de la investigación  básica financiada por los gobiernos en universidades y otros centros públicos y privados de investigación y la investigación aplicada en las empresas. Y en plena Tercera Revolución Industrial ese gasto resulta todavía más necesario.

El 2010 el gato español en I+D (público y privado) se estancó. En 2011 España invirtió en I+D menos que en 2010. Desgraciadamente los datos que se van publicando para este año 2012 muestran reducciones alarmantes en los gastos en I+D.

En definitiva, el crecimiento económico se basa en el aumento de la productividad y ésta en la mejora tecnológica, de ahí que sería deseable que los Presupuestos Generales del Estado español para el año 2013 no sigan restringiendo la financiación de la investigación y el desarrollo tenológico ya que tendría efectos negativos en el crecimiento económico a largo plazo.
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La solución a los problemas económicos de España pasa por profundizar en las reformas estructurales, cambiar el modelo de Estado, aumentar la competitividad de las empresas, devolver el crédito al sector privado, rebajar los tipos de interés de financiación de nuestra economía y hacer las reformas fiscales que necesariamente van a suponer elecciones difíciles sobre la asignación de recursos públicos.

Los recortes en el gasto público causarán a su vez una contracción económica. Eso deja al Gobierno de España ante un complicado dilema entre crecimiento y reducción del déficit público. Es importante anotar algo bien sabido para los lectores: a) para crecer es necesario aumentar la productividad; b) la reducción del déficit público no se puede hacer subiendo impuestos sino reduciendo el gasto público y c) esa reducción del gasto público hay que hacerla con cirugía fina: los recortes del gasto público indiscriminados sólo empeorarían la recesión en vez de equilibrar los presupuestos.

En este contexto, es crucial encontrar criterios para decidir que gastos se deben reducir y cuales mantener o aumentar ya que los recortes lineales (menos café para todos) no son la mejor forma de tomar esas decisiones.

¿Qué gasto público se debe mantener?

Se deberían recortar aquellas actividades que realizan las Administraciones Públicas y que pueden realizar igual de bien el sector privado y, en cambio se deben mantener o incrementar aquellas actividades que el sector privado no pueda realizar con tanta efectividad y que son necesarias para mejorar la competitividad de las empresas. Se trata de recortar la grasa que sobra en el sector público pero con mucho cuidado para no cortar los músculos. Y en este sentido la mayoría de los economistas están de acuerdo en que el gobierno debería eliminar gastos corrientes improductivos y mantener la financiación de aquellas actividades que mejoran la competitividad como es el caso de la investigación.

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22
Ago
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    [post_content] => Una de las cosas buenas de la situación económica actual –si es que se puede decir que tenga algo de bueno- es que suceden cosas que en situaciones normales no resultan posibles. Una de las que me llaman la atención es la referida con las emisiones de deuda, pero no de deuda española, sino alemana. Y la curiosidad viene de que los tipos de interés que resultan en dichas subastas son buenos ejemplos para explicarse en un aula de economía como excepciones a las reglas generales.

En general, un ahorrador que materializa sus ahorros en un instrumento financiero espera una rentabilidad positiva, frente a la alternativa de mantener sus recursos de forma líquida. Dicho tipo de interés refleja el precio –o la compensación- por la espera, como en el caso de un bono a un determinado plazo. La noticia de hoy es que en la emisión que ha realizado el Tesoro alemán de bonos a dos años el tipo de interés ha subido… hasta el 0%, ya que en la subasta anterior, hace un mes, el tipo de interés fue del -0,06%. Es decir, que el Gobierno alemán se estaba financiando y cobraba a los ahorradores por el “favor” de permitirles adquirir sus bonos.

Sin duda, un buen ejemplo de comportamiento inusual –un tipo de interés negativo-, que ya se produjo por primera vez hace meses y que en el caso de deuda a corto plazo, también se ha observado en emisiones francesas. ¿De verdad no hay ningún activo financiero en el mundo en estos momentos que resulte más interesante que uno con rentabilidad nominal negativa? Desde luego algo sorprendente, pero que da que pensar, ¿no les parece a los lectores?
    [post_title] => La patología de la deuda pública con interés negativo
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Una de las cosas buenas de la situación económica actual –si es que se puede decir que tenga algo de bueno- es que suceden cosas que en situaciones normales no resultan posibles. Una de las que me llaman la atención es la referida con las emisiones de deuda, pero no de deuda española, sino alemana. Y la curiosidad viene de que los tipos de interés que resultan en dichas subastas son buenos ejemplos para explicarse en un aula de economía como excepciones a las reglas generales. Seguir leyendo…

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