Estamos en Europa y más concretamente en España inmersos en una crisis económica en la que en muchos momentos no se ve el final. Me parece interesante poner la vista en lo que hace 15 años eran un ejemplo de riesgo país y ahora es un paradigma de éxito.
Estamos en verano, y en estas fechas muchos turistas atraídos por las más de 17.000 islas que forman Indonesia quizás buscan el descanso en Sumatra, Yakarta o Java.
Indonesia lleva décadas siendo un destino turístico pero los atentados del 2009 y una crisis económica (la famosa crisis asiática) que comenzó en 1997 empeoraron drásticamente la apreciación del país en el extranjero. Menos de tres lustros después la situación se ha dado la vuelta y el gobierno del país espera cerrar el año con un crecimiento en torno al 6,5%.
¿Cómo lo han logrado?
El primer pilar ha sido la contención del Gasto Público: Sin tener una Unión Europea que les marque la pauta, llevan 5 años con déficits por debajo del 1,5%, siendo la deuda gubernamental como porcentaje de la economía inferior al 25%.
El segundo ha sido, ser un destino atractivo a la inversión extranjera, basado en una mano de obra cualificada y productiva. En el segundo trimestre del 2012 los flujos de capital provenientes de corporaciones extrajeras se han incrementado un 30% respecto al 2011. Otro efecto colateral de la inversión económica es una tasa de paro del 6%.
Tercero. Indonesia ha implementado en la última década una profunda reestructuración del sistema bancario del país con el objetivo de incrementar su estabilidad y transparencia.
Finalmente, pese a ser una economía netamente exportadora, con una cuenta corriente positiva en la que son tan importantes la venta al exterior de productos locales como el mantenimiento y defensa del sector turístico, el principal motor de la economía es el consumo nacional. A diferencia de otras economía asiáticas muy dependientes de las exportaciones, principalmente al gigante Chino, en Indonesia el consumo interno representa cerca del 60% del PIB. Durante el 2012 la rupia indonesia se ha devaluado un 8% frente al USD, lo que ha aumentado la demanda de bienes locales y potenciado sus exportaciones.
En 1998 el Banco Mundial proclamaba que Indonesia era un país en ruinas. La situación actual nos muestra que las crisis no son eternas y que en los países en dificultades deberían aprender de los éxitos ajenos y no repetir sus errores.
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