26
Mar

Un reciente artículo de Martín Varsavsky («Por qué España destaca a nivel empresa y educación para la empresa«) se indica que la empresa española está mejor posicionada a nivel global que la universidad pública española. Del listado de las 100 primeras empresas más importantes del mundo (del índice Fortune 500) hay 3 empresas españolas: el Grupo Santander (puesto 58), Telefónica (en el puesto 76), y Repsol (en el puesto 92).

Las universidades

Pero si tomamos los rankings de las mejores 100 universidades más importantes del mundo, que miden la calidad universitaria en función de criterios como el nivel de los estudiantes, el profesorado, los centros, actividad investigadora, publicaciones, etc., no encontramos ninguna universidad española. Así, de acuerdo con el ranking elaborado por la Universidad Jiao Tong de Shangai (China), de las 100 mejores universidades del mundo, ninguna es española. Según el suplemento del diario The Times, Higher Education, tampoco hay universidades españolas entre las 100 primeras o mejores.

Sin embargo, en los rankings que posicionan a las Escuelas de Negocios, España está mejor situada: de acuerdo con el Financial Times, de los 100 mejores MBA´s del mundo, IE Business School ocupa el puesto número 6, IESE el número 12, y ESADE el 18. Para la revista The Economist, el IESE Business School, de la Universidad de Navarra (Barcelona), ocupa el puesto número 2 del mundo; el IE Business School (Madrid), se sitúa en el puesto número 10; y ESADE Business School (Barcelona), en el puesto número 33.

La academia y la industria
¿Por qué España tiene empresas que son líderes a nivel mundial y escuelas de negocios que son líderes globales y en vambio destaca tan poco en todo el resto del sistema académico?

Martín Varsavsky lo atribuye a que el sistema educativo español pierde cuando queda en manos de académicos desconectados con la realidad de las empresas. La universidad pública española está aislada del resto de la sociedad. Lo opuesto ocurre en las Escuelas de negocios. Eso es lo que explica que la gente pague mucho dinero para recibir una educación que podrían obtener casi gratuitamente. Pagan porque existe una conexión, entre lo que se enseña en las escuelas de negocios  y el mercado laboral.

¿Por qué España tiene empresas y escuelas de negocios que son líderes globales y en cambio destaca tan poco en todo el resto del sistema académico?

Fuente: Martín Varsavsky. Por qué España destaca a nivel empresa y educación para la empresa

25
Mar

Huracan Crisis 2º

Escrito el 25 marzo 2009 por en Video

25
Mar

El anuncio del nuevo plan del Tesoro americano para limpiar de activos tóxicos de los balances de los bancos, parece que ha sido recibido con euforia por los mercados financieros, anticipando que estamos ante el «principio del fin» de la crisis financiera. Algo que por otra parte se ha anticipado en diferentes ocasiones desde agosto de 2007. De hecho, si no me equivoco, es el séptimo intento de los mercados de valores por romper una fuerte tendencia bajista. 

El nuevo plan se divide según el tipo de activos tóxicos («legacy assets» es el eufemismo utilizado por el Tesoro americano) en: préstamos hipotecarios («legacy loans») y títulos respaldados por préstamos hipotecarios («legacy securities»). 

Programa para préstamos hipotecarios. 

– Los bancos que quieran participar en el programa decidirán qué activos vender.

– El FDIC organizará una subasta en la que los préstamos serán adjudicados al mejor postor.

– El comprador financiará la adquisición con deuda y recursos propios. La proporción entre ambos (ratio de apalancamiento) no será superior a 6. La parte de deuda se instrumentará a través de una emisión de títulos que contarán con la garantía del FDIC. En cuanto a la parte de recursos propios, el 50% lo aportará el comprador y, el otro 50%, el Tesoro.

– Una vez que los activos han sido vendidos, serán gestionados por los inversores privados hasta su liquidación, sujetos a la supervisión del FDIC. 

Programa para activos respaldados por títulos hipotecarios  

– El Tesoro apoyará la creación de fondos de inversión para adquirir este tipo de activos.

– El Tesoro nombrará hasta 5 gestoras de activos con experiencia, que contarán con un período de tiempo para captar capital de manos privadas.

– Una vez captado, el Tesoro se compromete a: (i) aportar la misma cantidad al fondo de inversión, actuando como co-inversor; y (ii) a proporcionar esa misma cantidad al fondo en forma de préstamos (deuda senior), cuyo importe podrá duplicarse en determinadas circunstancias.

– En definitiva, por cada dólar aportado por el sector privado, el Tesoro aportará 3 ó 4 dólares.

– La ampliación de la facilidad crediticia de la Fed, TALF, a través de la cual dará financiación a los fondos de inversión creados para la adquisición de los títulos respaldados por activos. 

Evidentemente, hay muchos aspectos positivos en el plan, como el hecho de involucrar a inversores privados en la compra de los activos tóxicos o el importante apalancamiento que se consigue gracias a las garantías del FDIC (6 a 1 en el caso de las hipotecas) lo que podría elevar el valor de los activos comprados hasta el billón de dólares (medio billón sólo en hipotecas, lo que representa el 10% del total en el activo de los bancos americanos). Aunque también se debe resaltar que el elevado grado de apalancamiento que conceden las autoridades públicas hace que los riesgos del sector privado sean asimétricos. En caso de ganancias se reparten al 50% con el sector público, en caso de pérdidas los contribuyentes asumen la parte del león.

 Pero también hay muchas dudas sobre su efectividad, más allá de que constituye un nuevo subsidio para el sector privado, como ya se están encargando de destacar Krugman o Stiglitz. La principal es que el futuro del plan sigue dependiendo de la voluntad de los bancos poseedores de las hipotecas y titulizaciones de baja calidad de vender estos activos al precio que están dispuestos a pagar los inversores. Sobre todo, porque en muchos casos puede suponer un reconocimiento de pérdidas que lleve a nuevas recapitalizaciones e incluso a la quiebra. Es decir, si en los «stress-test» no se obliga a los bancos a limpiar sus carteras de hipotecas y titulizaciones, sólo lo harán si los precios son muy atractivos. En este sentido, de fondo sigue presente la idea de que estos activos tienen un valor superior al que el mercado les está asignando en estos momentos, debido a la falta de liquidez. Es decir, cuando otra vez exista mercado secundario, los precios subirán y todo el mundo ganará. Y esto no está nada claro pues,  en todo caso, dependerá de la evolución de la crisis en el mercado de la vivienda.

Como escribía esta mañana Martin Wolf en Financial Times, el programa sólo funcionará si al final los inversores privados piensan que los balances de los bancos están lo suficientemente saneados para volver a invertir en ellos. O, lo que es lo mismo, si se consigue el retorno de la confianza en el sistema financiero americano. Algo que a corto plazo no parece fácil, después de que algunas entidades hayan perdido entre un 70% y un 90% de su capitalización. Lo que está claro es que la munición con la que cuentan las autoridades económicas americanas se está agotando, al igual que la paciencia de buena parte de sus ciudadanos. Así que por el bien de todos, esperemos que termine funcionando.

24
Mar

pay-what-you-want

Escrito el 24 marzo 2009 por Patricia Gabaldón en Economía Global, Uncategorized

Me encanta ver la economía en situaciones cotidianas de nuestro día a día, por eso, en muchas ocasiones intento encontrar una racionalidad económica a casi todo… hace unos días, leyendo el blog de Tim Harford en el Financial Times, The Undercover Economist, se planteaba una cuestión muy interesante: con la llegada de la crisis, aparecen cada vez más a menudo opciones de «pay-what-you-want», o lo que es lo mismo, se deja a elección del consumidor el precio a pagar por el producto o el servicio. Radiohead lo hizo con su último disco, y cada vez es mayor el número de noticias que nos llegan sobre restaurantes en los que puedes pagar la voluntad.

 

Esto hace que las fuerzas de la oferta y la demanda fluctúen libremente, sin embargo, al no fijar los productores un precio mínimo, el mensaje que se manda al consumidor es que son ellos los que mandan, y posiblemente que todo podría tener un coste cero y, por lo tanto, un precio cero. Si no me equivoco, la curva de oferta sería un punto, que no estaría determinado por los productores si no por cada uno de los consumidores de forma individual, maximizando el excedente del consumidor en cada caso. Sin embargo, también puede ser una manera de atraer clientes/compradores por otras vías, es decir, como una estrategia de marketing, para atraer a todos aquellos cuya intención de pago es cero, pero que al tener acceso al producto/servicio de forma gratuita, pero con la sensación de que deberían haber pagado, lo prueban y que posiblemente estén dispuestos a pagar en el futuro por ese u otro producto similar. En el caso de Radiohead, por ejemplo, ofrecer su álbum de forma gratuita es una forma alternativa de conseguir más gente en sus conciertos (por los que seguramente pedirán un precio Premium). Sería muy interesante conocer cuál ha sido el precio medio pagado por la gente en estos casos, aunque también estoy segura de que muchos optaron por no pagar nada, y cuántos de los que no pagaron por el álbum, después han ido al concierto.

En tiempos como los que corren todo tipo de estrategias salen a la luz… sería muy interesante saber cuántas de éstas se mantienen en el largo plazo.

23
Mar
23
Mar

Crisis, salarios y gasto público

Escrito el 23 marzo 2009 por Valentín Bote en Economía española, Economía Mundial

El debate sobre la crisis continúa, como no podía ser de otra forma. Y las propuestas siguen siendo de lo más variopintas. Llevo varios días en los que me ha costado parar de reír, tras conocer la propuesta estrella de Krugman para España, la reducción del 20% de los sueldos de los españoles. La medida en sí, desde una lógica puramente económica ligada a la recuperación de la competitividad, puede tener algún sentido. Aunque le reconozco, al menos tres debilidades.

 

Una de tipo teórico: sostener la propuesta basándose en la evolución de los costes salariales de la industria española supone tener en cuenta sólo el 15-20% de la economía española, e ignorar al resto. Por otra parte, el impacto de la pérdida de poder adquisitivo sobre el consumo, precisamente en una economía como la nuestra, muy centrada en servicios, tendría que ser adecuadamente valorada. Y en tercer lugar, la aplicación práctica, que es lo que me provoca carcajadas: yo invitaría al señor Krugman a venir a España y le encomendaría la tarea de convencer a los sindicatos de la bondad de la medida. Vamos, que le encargaría de colgarle el cascabel al gato.

 

Otra línea completamente distinta de afrontar la crisis se enmarca en la huida hacia delante del keynesianismo más desbocado, cuya única propuesta es incrementar el gasto público. Esta ha sido hasta ahora la tendencia seguida en España, donde en solo un año hemos pasado de un superávit de las cuentas públicas cercano al 2% a un déficit previsto a finales de este ejercicio que rondará el 8% en el mejor de los casos. Pero también, y por desgracia, está siendo la tendencia seguida en otros países, como Estados Unidos, con el plan de «estímulo económico» de Obama. En un artículo en La Vanguardia en febrero, Xavier Sala i Martín hacía la siguiente reflexión sobre dicho plan: «Si gastáramos un millón de dólares por cada día transcurrido desde que nació Jesucristo hasta hoy,  no dilapidaríamos tanto dinero como el Presidente Obama gastará con su reciente plan de estímulo económico».

 

 

El artículo de Sala, muy recomendable como todos los suyos, me parece especialmente relevante por su reflexión sobre la corta memoria del renacido keynesianismo ramplón (el propio Keynes relativizó en gran medida sus propuestas incluidas en la Teoría General en otros escritos posteriores), que olvida que el gasto desbocado fue la forma del gobierno japonés de afrontar su crisis en 1990 y que la receta fue un fracaso. Nadie mejor que Sala para expresarlo, así que reproduzco sus palabras:

 

«…hay otros episodios históricos que pondrían en duda la eficacia del gasto público. Uno de ellos es una crisis enormemente parecida a la actual: Japón 1990. Después de una gigantesca burbuja inmobiliaria, el sistema bancario japonés colapsó, el préstamo desapareció y el país entró en una profunda crisis económica. ¿Cómo reaccionó el gobierno japonés? Respuesta: se endeudó hasta el cuello y gastó lo que no estaba escrito: se hicieron obras públicas por valor de 4.7 billones de euros (la economía japonesa entonces era de unos 4 billones de euros anuales) y la deuda pública subió hasta 7 billones (un 180% del PIB). Se pavimentó el país entero unas cuantas veces, se construyeron puentes, museos, zoos, palacios de deportes e incluso pirámides de cristal. ¿Contribuyó todo este derroche a que Japón saliera del agujero? No lo sé. Lo que sí sé es que han pasado 18 años… y la economía japonesa todavía no ha salido del agujero.» (Xavier Sala i Martín. Crisis financiera (7): Gasto Inútil. La Vanguardia, 17 de febrero de 2009).

 

Sin duda, un buen elemento para reflexionar.

 

 

23
Mar

Ayer, en este blog de economía, Patricia Gabaldón volvía a la carga sobre las propuestas de Paul Krugman para que España salga de la crisis económica y su propueta estrella: la bajada de sueldos. Hoy vuelvo sobre el tema que comentaba ayer Patricia pero también sobre los problemas económicos de Europa. 

Europa

En un reciente artículo («A Continent Adrift»,  16 de marzo) publicado en New York Times  (tiene una traducción al castelano: ¿Qué le pasa a Europa?) Paul Krugman señalaba que el peligro claro y actual que amenaza a Europa es su  incapacidad para responder de forma eficaz a la crisis financiera. Europa se ha quedado corta en lo referente tanto a la política fiscal como a la monetaria. Europa se enfrenta a una depresión que es al menos tan grave como la de Estados Unidos y, sin embargo, está haciendo mucho menos para combatirla.

Lo único que está actuando a favor de Europa son los «estabilizadores automáticos». Sin embargo, Europa necesita, además de los estabilizadores automáticos, políticas discrecionales. Concretamente políticas fiscales y monetarias más expansivas. Por ejemplo, haría falta una  política monetaria más enérgica. Al fin y al cabo, aunque no haya un Gobierno europeo, sí que hay un Banco Central Europeo (BCE) que puede hacer una política monetaria para 16 países de la Unión Europea. Sin embargo, el BCE, está actuando con poca energía. En otras palabras, Europa está demostrando que es estructuralmente débil en tiempos de crisis.

España

La principal pregunta que se hace Krugman es qué pasará con las economías europeas que prosperaron durante la época de dinero fácil de hace unos años y, en concreto, con España. Durante gran parte de la década pasada, España fue la Florida de Europa, con una economía que se mantenía a flote gracias al enorme auge especulativo de la vivienda. Al igual que en Florida, la expansión se ha transformado en recesión. España necesita encontrar nuevas fuentes de ingresos y de empleo para sustituir los trabajos perdidos en la construcción.

En el pasado, España habría tratado de mejorar su competitividad devaluando su moneda. Pero ahora su moneda es el euro, y parece que la única forma de salir adelante es iniciar un demoledor proceso de recortes salariales. Esto habría sido difícil en la mejor de las épocas; y será casi inconcebiblemente doloroso si, como parece muy probable, la economía europea en su conjunto está en crisis y con tendencia a la deflación durante años.

Krugman se hace tres preguntas ¿Significa todo esto que Europa cometió un error al permitir una integración sin las instituciones necesarias para hacer una política económica conjunta? ¿Significa, en concreto, que la creación del euro fue un error? ¿Empezarán los  políticos europeos a dar muestras de una mayor capacidad de liderazgo?

 

22
Mar

¿Y si los salarios ya no son rígidos a la baja?

Escrito el 22 marzo 2009 por Patricia Gabaldón en Economía española

Seguro que a estas alturas ya todos tenemos en la cabeza muchas de las propuestas de Paul Krugman » para la economía española  que planteó hace unos dias en Madrid y que  Rafael Pampillón explicaba hace unos días.  Dejadme volver solo una vez más sobre alguno de los planteamientos de Krugman: me gustaría plantear el debate sobre la bajada de sueldos.

 

Hasta ahora, al menos en España, es una práctica muy habitual la indexación de salarios según la inflación, para que los trabajadores recuperaran la capacidad adquisitiva que les correspondía. Este sistema no se aplica a todos los sectores, y ha sido muy criticado por las asociaciones de empresarios, pero ha sido el más habitual hasta la fecha. El mismo Krugman, en su blog ofrece cual ha sido la evolución de los costes salariales de la industria española desde 1995. Por otro lado, los niveles de competitividad de nuestra economía están por debajo de los del resto de Europa desde hace ya bastantes años. ¿Puede que la solución más eficiente sea bajar los salarios? 

 

Si efectivamente España experimenta un periodo de deflación, como parece previsible, la idea de indexar los salarios a través de los índices de inflación/deflación sería algo posible y dentro de la racionalidad del sistema utilizado hasta ahora. Quizá los salarios deberían reducirse algo menos que los precios, para evitar la caída del consumo en picado, y manteniendo similares niveles de poder adquisitivo. El problema que se plantea entonces es cual será el efecto de esta reducción de salarios (siempre que mantengas tu empleo, claro) sobre la productividad. Aunque quizá la solución es vincular los salarios a la productividad, como propone la teoría de los salarios de eficiencia.

 

Se me ocurre pensar en los posibles efectos que una reducción nominal de los salarios tendrá sobre las decisiones de consumo e inversión de las familias: posiblemente una reducción de la masa laboral femenina, la disminución en el tamaño de la unidad familiar, caída del consumo en actividades de ocio y vacacionales (turismo…), cambios en los usos de tiempo diarios y vuelta al crecimiento en importancia de los gastos en alimentación y otros bienes y servicios básicos, entre otros «… this is going to be ugly

21
Mar

Como aumentar la productividad

Escrito el 21 marzo 2009 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía española

¿Una formula para aumentar la productividad?  Cambiar la mentalidad y para ello hay que ser consciente de la necesidad de hacerlo.

 

España es una país de extremos.  Nuestro rápido desarrollo económico desde la entrada en la UE nos ha hecho pensar que siempre hemos vivido así: dos casas , un mes de vacaciones, colegio y sanidad privada …pero la verdad es que este es un fenómeno nuevo.  Despuntamos la década de los sesenta siendo , junto a Portugal, el país de la UE con menor renta per capita y con un novedoso plan de estabilización en el que se trataba de conseguir cuestiones tan relevantes como ..!la convertibilidad de la peseta!

 

En los últimos 15 años hemos vivido la salida a bolsa de empresas antiguamente públicas y el ciudadano medio ha descubierto las alegrías de la bolsa.  El boom inmobiliario de los últimos 10 años ha hecho pensar que a la mayoría que ser millonario estaba al alcance de cualquiera ya que  las propiedades hasta en remotas localidades del interior se vendían a precios de cientos de miles de euros .

 

¿Cómo es posible que en la primera economía del mundo –EEUU- muchos ciudadanos de clases medias se ven desalojados de casas de USD 200.000 por no poder pagarlas cuando en España el precio medio de una vivienda es de 2.500€/m2? ¿Es sostenible tener un promedio de más de 1,5 viviendas por familia española ?

¿Se puede ser menos productivo, tener costes fijos más elevados que los paises de tu entorno, y salarios y precios de la vivienda que superan los de otros países con la mitad de paro?    Cualquier economista de primero de carrera consideraría que esta situación no puede durar.

 

 Debemos fijarnos en aquellos que han tenido éxito y  lograr que el cambio de mentalidad que supone el papel que ya juegan Inditex, Telefónica o el Santander –entre otros- en el panorama económico mundial se mantenga, potenciando la iniciativa, observando oportunidades en toda esta crisis y luchando para que al salir de ella los estudiantes y profesionales estén al menos tan cualificados y preparados como el resto de los ciudadanos de la UE.  Cambiar la mentalidad es pensar que si un estudiante de 21 años funda Facebook en EEUU y en 5 años lo convierte en una plataforma de 150 millones de usuarios, debe haber otros proyectos, financieros, medioambientales, de gestión de la tercera edad …esperando a ser puestos en marcha

 

19
Mar
En las últimas décadas, la relación entre la economía de mercado y la sostenibilidad ambiental ha pasado por muy diferentes etapas. El medio ambiente irrumpe en la agenda política internacional con publicación del informe Brundtland en 1987, tomando desde entonces un creciente peso en las distintas regulaciones internacionales y nacionales. Buena parte de las empresas aún percibe esta introducción forzada de un objetivo social entre sus objetivos privados como una carga en sus cuentas de resultados. 

A comienzos de los 1990 las compañías pertenecientes al World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) establecen el paradigma de la ecoeficiencia, desde entonces ampliamente aceptado y probado por numerosas empresas, que comienzan a percibir los beneficios privados derivados de la reducción de los costes medioambientales. Más recientemente, se han añadido dos nuevas dimensiones a la relación entre mercado y medio ambiente, motivadas tanto por objetivos públicos como privados: la reducción de la dependencia energética, y la propia generación de negocio y empleo medioambiental. Quiero concentrarme aquí en esa última dimensión, que está tomando particular relevancia en el actual contexto de crisis económica mundial. Y es que la llamada «eco-industria» se está constituyendo en la esperanza verde para muchos gobiernos. Lo cierto es que hay indicadores para el optimismo en el sector de las tecnologías limpias. De acuerdo con un reciente informe publicado por el Cleantech Group, las inversiones de capital riesgo -un indicador ampliamente reconocido como representativo del patrón inversor general- habrían alcanzado en 2008 en este sector un volumen de 8.400 millones de US$ para el conjunto de las economías de Norte América, Europa, China e India. Este resultado, record en el sector y un 38% superior al registrado en 2007, tan sólo se habría empañado ligeramente en el último trimestre de 2008, al ser un 4% inferior al equivalente en el año anterior aunque en un contexto económico notablemente peor. Las tecnologías más destacadas: solar (40%), biocombustibles (11%), transporte (9,5%) y eólica (6,0%). 

Bajo el supuesto de que la inversión mundial en renovables alcance los 630.000 millones de U$ de aquí al año 2030, la Organización Internacional del Trabajo estima que el sector podría generar veinte millones de nuevos empleos.   Así lo ha entendido la Administración Obama, que con su plan «Nueva Energía para América» pretende crear cinco millones de empleos invirtiendo estratégicamente 150.000 millones de US$ a lo largo de los próximos diez años. Esta inversión se orientará básicamente a: 

1) la comercialización de vehículos híbridos made in USA, con el objetivo de tener 1 millón circulando en 2015; 

2) promoción y desarrollo de las energías renovables, que deberían suponer un 10% de su generación eléctrica en 2010 y un 25% en 2025; 

3) fomento de la eficiencia energética; 

4) desarrollo de plantas de carbón bajas en emisiones;

5) avance en la nueva generación de biocombustibles;

y 6) establecimiento de una nueva red eléctrica digital.

Más allá de su potencial contribución a la reactivación económica y a la generación de empleo, en ese otro ámbito antes señalado de la reducción de la dependencia energética, el «plan verde» de Obama proclama que gracias a estas inversiones los EEUU podrían ahorrar en la próxima década un volumen de petróleo equivalente al que actualmente importan desde Oriente Medio y Venezuela.

 Otros gobiernos también han promovido este tipo de planes, entre ellos el español. No es para menos: de acuerdo con estimaciones oficiales, el elevado peso de los combustibles fósiles en la economía española, junto a una intensidad energética un 20% superior media de la UE, nos habrían «empobrecido» en 17.000 millones de euros en el último año, esto es, un 1,55% del PIB. En ese sentido, el Plan de Activación del Ahorro y la Eficiencia Energética 2008-2011, dotado con un presupuesto de 245 millones €, tendría como objetivo generar un ahorro total de entre 43 y 44 millones de barriles de crudo en ese plazo. Además, la inversión pública en tecnologías limpias podría constituir una buena oportunidad para fomentar el crecimiento económico en sectores de mayor valor añadido y mejorar las perspectivas de los sectores menos productivos y con mayor destrucción de empleo.

Así, el Proyecto Movele, promovido por el Ministerio de Industria, pretende determinar la viabilidad de la implantación del coche eléctrico en España, implicando a las empresas privadas de los sectores automoción, eléctrico, asegurador y financiero. Con un presupuesto inicial de 10 millones €, tiene como objetivo la introducción en entornos urbanos de 2.000 vehículos y el establecimiento 500 puntos de recarga entre 2009 y 2010. Este plan se enmarcaría en el objetivo más complejo -y más ambicioso incluso que el estadounidense- de tener 1 millón de coches híbridos y eléctricos, en su mayor parte made in Spain, circulando en nuestras carreteras en 2014. En el sector de la construcción, el Plan Estatal de Vivienda y Rehabilitación, que tiene como objetivos la mejora de la eficiencia energética de las viviendas ya construidas y el impulso al uso de las energías renovables, prevé rehabilitar 500.000 viviendas hasta 2012 y está dotado con presupuesto inicial de 800 millones de euros. Según cálculos del Ministerio de Vivienda, la rehabilitación energética de edificios y viviendas podría generar 75.000 empleos anuales en los próximos cuatro años. 

Confiemos en que esa esperanza verde no defraude, saldremos ganando en muchos sentidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

18
Mar

¿Qué es el fondo austríaco?

Escrito el 18 marzo 2009 por María Jesús Valdemoros en Diccionario de Economía, Economía española

Se ha suscitado recientemente un debate en torno a la necesidad de modernización del mercado laboral de nuestro país. El Gobernador del Banco de España se convirtió en protagonista del mismo al declararse favorable a esa reforma. De manera muy injusta y desinformada, se identificó su propuesta con la reducción de las indeminizaciones que percibe un trabajador al ser despedido. En realidad, su idea era bastante más elaborada y se basaba en algo que creo es de sentido común: fijémonos en qué funciona bien en otros píases para tratar de adaptarlo a nuestras condiciones.

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