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[post_date] => 2012-09-12 19:09:43
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[post_content] => En esa carrera de obstáculos en la que estamos inmersos en Europa, algo parece que empieza a cambiar, después de los pasos en falso que se han venido dando desde el inicio de la crisis de deuda soberana hace casi tres años. Como comentábamos la semana pasada, la decisión del Banco Central Europeo (BCE) sentaba las bases para un cambio de percepción de los mercados sobre el futuro del euro.
La decisión del BCE tenía como principal amenaza a corto plazo el dictamen del Tribunal Constitucional alemán sobre el fondo europeo de estabilidad (MEDE). Y, afortunadamente, el Tribunal Constitucional alemán ha dado vía libre a la aprobación del fondo europeo de rescate permanente (MEDE) y ha avalado el Pacto Fiscal de la UEM, tras rechazar los recursos en su contra. No obstante, ha impuesto como condiciones un límite a las obligaciones de Alemania, situado en 190.000 millones (su compromiso actual con el MEDE) y que cualquier ampliación adicional deba ser aprobada por el Parlamento. Por tanto, el cortafuegos se ha fortalecido.
Foto: Tribunla Constitucional de Alemania.
La inminente entrada en funcionamiento del MEDE, unido al compromiso del BCE de comprar de forma ilimitada deuda, ha fortalecido sustancialmente la capacidad de respuesta de las instituciones europeas, debido a:
A) Se reduce la probabilidad de rescate total de España. Al reducirse significativamente la probabilidad de un rescate total de España e Italia, la necesidad de recursos del MEDE disminuirían hasta el punto de que su dotación actual sería suficiente. Podrían ser necesarios alrededor de 135.000 millones para atender los siguientes compromisos:
1. La ayuda financiera ya asumida con el sistema bancario español (100.000 millones). Aunque probablemente será menos.
2. La posibilidad de un segundo rescate para Portugal (estimamos 20.000 millones de euros).
3. El probable rescate de Chipre (5.000 millones).
4. La eventual aportación de más dinero a Grecia (otros 10.000 millones) si se flexibilizan sus objetivos fiscales.
Por tanto, para compras en el mercado primario de deuda podría quedar disponibles 365.000 millones a partir de julio de 2013 (suficientes para cubrir, por ejemplo, los vencimientos conjuntos de España e Italia en dicho año).
B) Intervención del BCE sin límites comprando deuda española en el mercado secundario. El potencial, prácticamente “ilimitado”, del BCE tiene un claro efecto disuasorio sobre la especulación en el mercado de deuda. De hecho, sin haber desembolsado un solo euro, desde su anuncio el jueves pasado, la prima de riesgo española ha caído más de 1,5 p.p. y la italiana más de 1,1 p.p.
Esta semana aún hay citas importantes, tanto en el plano económico como en el político.
En cuanto a las económicas, lo más relevante es la reunión de la Fed (que ayer comentó Antonio Zamora). Después del débil dato de empleo de agosto, han aumentado las probabilidades de que ponga en marcha un nuevo programa QE, en lugar de esperar a que se celebren las elecciones de noviembre.
Condiciones que deberán cumplir España e Italia para que el BCE compre bonos en el mercado secundario.
En cuanto a las citas políticas, se celebrará una reunión del Eurogrupo los días 14 y 15 y del Ecofin el 15 y 16. En la del Eurogrupo es muy probable que se hable de las condiciones que se podrían exigir a España e Italia en el caso de que soliciten el apoyo del BCE. Otros temas importantes que se abordarán son: i) la negociación con Grecia sobre su plan de ajuste y ii) la necesidad de un segundo plan de rescate a Portugal, tras haber aprobado la troika un aplazamiento de un año en sus objetivos fiscales. En cuanto al Ecofin, se debatirá el plan de unión bancaria presentado por la Comisión Europea, que se enfrenta a las reticencias de Alemania y Reino Unido.
En definitiva, el BCE dio un paso muy importante para frenar la crisis y con ello ha aumentado la “presión” sobre los políticos para que tomen las decisiones adecuadas que permitan sentar las bases de una solución definitiva. El Constitucional alemán ha continuado esa senda positiva y lo que queda por hacer es tarea de los políticos, tanto en el ámbito nacional como europeo. Si se acierta con las decisiones, hemos podido ver ya lo peor de la crisis en los mercados financieros al reducirse de forma muy apreciable el riesgo de ruptura del euro.
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La decisión del BCE tenía como principal amenaza a corto plazo el dictamen del Tribunal Constitucional alemán sobre el fondo europeo de estabilidad (MEDE). Y, afortunadamente, el Tribunal Constitucional alemán ha dado vía libre a la aprobación del fondo europeo de rescate permanente (MEDE) y ha avalado el Pacto Fiscal de la UEM, tras rechazar los recursos en su contra. No obstante, ha impuesto como condiciones un límite a las obligaciones de Alemania, situado en 190.000 millones (su compromiso actual con el MEDE) y que cualquier ampliación adicional deba ser aprobada por el Parlamento. Por tanto, el cortafuegos se ha fortalecido.
Foto: Tribunla Constitucional de Alemania.
La inminente entrada en funcionamiento del MEDE, unido al compromiso del BCE de comprar de forma ilimitada deuda, ha fortalecido sustancialmente la capacidad de respuesta de las instituciones europeas, debido a:
A) Se reduce la probabilidad de rescate total de España. Al reducirse significativamente la probabilidad de un rescate total de España e Italia, la necesidad de recursos del MEDE disminuirían hasta el punto de que su dotación actual sería suficiente. Podrían ser necesarios alrededor de 135.000 millones para atender los siguientes compromisos:
1. La ayuda financiera ya asumida con el sistema bancario español (100.000 millones). Aunque probablemente será menos.
2. La posibilidad de un segundo rescate para Portugal (estimamos 20.000 millones de euros).
3. El probable rescate de Chipre (5.000 millones).
4. La eventual aportación de más dinero a Grecia (otros 10.000 millones) si se flexibilizan sus objetivos fiscales.
Por tanto, para compras en el mercado primario de deuda podría quedar disponibles 365.000 millones a partir de julio de 2013 (suficientes para cubrir, por ejemplo, los vencimientos conjuntos de España e Italia en dicho año).
B) Intervención del BCE sin límites comprando deuda española en el mercado secundario. El potencial, prácticamente “ilimitado”, del BCE tiene un claro efecto disuasorio sobre la especulación en el mercado de deuda. De hecho, sin haber desembolsado un solo euro, desde su anuncio el jueves pasado, la prima de riesgo española ha caído más de 1,5 p.p. y la italiana más de 1,1 p.p.
Esta semana aún hay citas importantes, tanto en el plano económico como en el político.
En cuanto a las económicas, lo más relevante es la reunión de la Fed (que ayer comentó Antonio Zamora). Después del débil dato de empleo de agosto, han aumentado las probabilidades de que ponga en marcha un nuevo programa QE, en lugar de esperar a que se celebren las elecciones de noviembre.
Condiciones que deberán cumplir España e Italia para que el BCE compre bonos en el mercado secundario.
En cuanto a las citas políticas, se celebrará una reunión del Eurogrupo los días 14 y 15 y del Ecofin el 15 y 16. En la del Eurogrupo es muy probable que se hable de las condiciones que se podrían exigir a España e Italia en el caso de que soliciten el apoyo del BCE. Otros temas importantes que se abordarán son: i) la negociación con Grecia sobre su plan de ajuste y ii) la necesidad de un segundo plan de rescate a Portugal, tras haber aprobado la troika un aplazamiento de un año en sus objetivos fiscales. En cuanto al Ecofin, se debatirá el plan de unión bancaria presentado por la Comisión Europea, que se enfrenta a las reticencias de Alemania y Reino Unido.
En definitiva, el BCE dio un paso muy importante para frenar la crisis y con ello ha aumentado la “presión” sobre los políticos para que tomen las decisiones adecuadas que permitan sentar las bases de una solución definitiva. El Constitucional alemán ha continuado esa senda positiva y lo que queda por hacer es tarea de los políticos, tanto en el ámbito nacional como europeo. Si se acierta con las decisiones, hemos podido ver ya lo peor de la crisis en los mercados financieros al reducirse de forma muy apreciable el riesgo de ruptura del euro.
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