30
Ago

Los políticos europeos, los alemanes especialmente (influidos por el Bundesbank y la opinión pública alemana), siguen considerando que la crisis del euro es sobre todo una crisis fiscal (de excesivo gasto público) y no una crisis financiera (un funcionamiento incorrecto de los bancos y de los mercados financieros debido a un defecto de la regulación, especialmente sobre el capital).

Como la crisis económica (y aquí me voy a referir a la de España) es sobre todo financiera (aunque también de deuda pública y privada, inmobiliaria y de empleo) los alemanes deben comprender que lo primero no debe ser exigir más austeridad, sino restablecer el funcionamiento del sistema bancario y de los mercados financieros.

Merkel posa antes de la entrevista para la cadena pública ARD. | Afp

La compra de deuda

Para ello no queda más remedio que la intervención heterodoxa y sin límites del Banco Central Europeo (BCE) comprando deuda española en el mercado secundario.

El objetivo de la intervención debería ser que el tipo de interés a diez años español baje del 5% (actualmente en el 6,3%), y por tanto la prima de riesgo se sitúe por debajo de 350 puntos básicos (actualmente en 481). Si esto no se consigue, todas las emisiones y sindicaciones requeridas para cubrir las necesidades financieras del Estado español y de las Comunidades Autónomas del último cuatrimestre están en riesgo (alrededor de 60 mil millones de euros en conjunto). Si alguna parte de lo que se debe se impaga se producirán defaults sucesivos, lo que podría suponer el fin del euro al como hoy lo conocemos.

La unidad financiera o fiscal o incluso política de la Eurozona, que hemos defendido desde este blog, estaría muy bien como solución, pero llevará tiempo y ahora ya no hay tiempo por lo que el BCE debe actuar.

Los alemanes tienen que escoger entre dos escenarios totalmente inaceptables para ellos: la inflación que podría generar a largo plazo la compra de deuda o la rotura del euro. Ser más pobres vía inflación o vía deflación (defaults+quitas= deflación).

El error de pensar que la crisis es sobre todo fiscal y no financiera ha llevado al Bundesbank a apostar por una de estas dos posibilidades: a) la rotura del euro o b) la solicitud del rescate por parte de España. Da la impresión de que están empeñados en que ocurra uno de estos dos escenarios. Y como nadie va a apostar en contra de un actor tan poderoso como el banco central alemán, será una apuesta que se autocumpliría si nuestros políticos no son capaces de convencer a «froilan» Merkel y al Bundesbank de que cambie de postura.

 Consecuencias de la ruptura del euro

La ruptura del Euro sería un drama sobre todo para Alemania, que dejaría de ser capaz de exportar competitivamente. La solicitud del rescate por parte de España sería un drama sobre todo para las empresas españolas y por derivación para los grandes bancos europeos.

Hay que evitar a toda costa la solicitud del rescate.

En el momento que solicitemos el rescate, aunque las agencias de rating no nos rebajen la deuda pública a bono basura, lo hará el mercado con las empresas privadas. La primera compañía afectada será Telefónica, porque es probablemente la compañía con mayor deuda del mundo en términos absolutos, tiene casi 60.000 millones de deuda (aunque en términos relativos tiene solo 2,3 veces Deuda Neta / Ebitda). Una rebaja de la calificación explícita o implícita de Telefónica (ahora está a un escalón del bono basura)  provocaría muy probablemente una suspensión de pagos (una quita) debido a sus elevadas necesidades de refinanciacion a corto/medio plazo. Una rebaja de la calificación relegándola a bono basura de Telefónica generaría un efecto dominó imparable en todas las grandes corporaciones españolas, lo que en última instancia supondría un downgrade de los grandes bancos Europeos.

El problema del déficit

En cuanto a los problemas fiscales, España no tiene tanto un problema de gasto (que lo tiene), sino sobre todo de falta de ingresos que como ya hemos señalado en este blog se debe a la evasión fiscal y que no se solucionará con la subida del IRPF y del IVA, sino con medidas agresivas e innovadoras contra la evasión.

En definitiva, las alternativas que tiene España son tres: 1) convencer a los alemanes para que el BCE compre deuda pública en el mercado secundario 2) solicitar otro rescate 3) reestructurar la deuda con la consiguiente salida del euro lo que supondrá que se le cierren los mercados por años.

La alternativa mejor para todos: España, Europa, Estados Unidos y la economía mundial es la primera.

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