Archivo de la Categoría ‘Previsiones económicas’

23
Oct
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    [post_content] => Como es sobradamente conocido, el principal foco de inestabilidad económica que compromete la tímida recuperación mundial se sitúa en los países emergentes. El reciente Informe de Estabilidad Financiera del Fondo Monetario Internacional  anunciaba una tibia mejora en las economías avanzadas desde abril, pero cargaba los riesgos sobre las vulnerabilidades de los mercados emergentes: caída en los precios de las materias primas, el fin de la burbuja china y la presión cambiaria. Todo ello íntimamente relacionado con el inminente cambio en la política monetaria estadounidense y el consiguiente ajuste sin precedentes en el sistema financiero global.

En las últimas semanas un creciente coro de voces viene fraguando el término “tercera ola” (también “trilogía”) en torno a la hipótesis de que el fin de ciclo en las emergentes no es uno más en su accidentada historia, sino que se trata de la tercera reencarnación de la crisis financiera internacional que viene acechándonos desde el 2007. Esta idea se recoge en uno de los últimos discursos del Economista Jefe del Banco de Inglaterra, Andrew Haldane: “Recent events form the latest leg of what might be called a three-part crisis trilogy. Part One of that trilogy was the “Anglo-Saxon” crisis of 2008/09. Part Two was the “Euro-Area” crisis of 2011/12. And we may now be entering the early stages of Part Three of the trilogy, the “Emerging Market” crisis of 2015 onwards.” Del mismo modo se posicionó hace unos días Goldman Sachs: “The financial crisis can be viewed as a number of separate but related waves. Wave 1; the US Wave started with the housing market collapse, spread into a broader credit crunch and ended with the Lehman collapse and the start of TARP and QE. Wave 2; the European Wave began with the exposure of banks to leveraged losses in the US and spread into a sovereign crisis, given the lack of a debt sharing mechanism across the Euro area. It ended with the OMT, promises to ‘do whatever it takes’, and finally the introduction of QE. Wave 3; the EM Wave coincided with the collapse in commodity prices.” Podemos encontrar exposiciones similares en los medios en los últimos días: “The world economy is bearing the brunt of a third deflationary wave in less than a decade. The first was the US-led housing and financial crisis of 2008-9, the second wave was the eurozone crisis of 2011-12, and now a third, an emerging markets crisis.”

¿Nos encontramos irremediablemente abocados a esa tercera ola? ¿Estamos preparados para ella?
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Como es sobradamente conocido, el principal foco de inestabilidad económica que compromete la tímida recuperación mundial se sitúa en los países emergentes. El reciente Informe de Estabilidad Financiera del Fondo Monetario Internacional  anunciaba una tibia mejora en las economías avanzadas desde abril, pero cargaba los riesgos sobre las vulnerabilidades de los mercados emergentes: caída en los precios de las materias primas, el fin de la burbuja china y la presión cambiaria. Todo ello íntimamente relacionado con el inminente cambio en la política monetaria estadounidense y el consiguiente ajuste sin precedentes en el sistema financiero global.

En las últimas semanas un creciente coro de voces viene fraguando el término “tercera ola” (también “trilogía”) en torno a la hipótesis de que el fin de ciclo en las emergentes no es uno más en su accidentada historia, sino que se trata de la tercera reencarnación de la crisis financiera internacional que viene acechándonos desde el 2007. Esta idea se recoge en uno de los últimos discursos del Economista Jefe del Banco de Inglaterra, Andrew Haldane: “Recent events form the latest leg of what might be called a three-part crisis trilogy. Part One of that trilogy was the “Anglo-Saxon” crisis of 2008/09. Part Two was the “Euro-Area” crisis of 2011/12. And we may now be entering the early stages of Part Three of the trilogy, the “Emerging Market” crisis of 2015 onwards.” Del mismo modo se posicionó hace unos días Goldman Sachs: “The financial crisis can be viewed as a number of separate but related waves. Wave 1; the US Wave started with the housing market collapse, spread into a broader credit crunch and ended with the Lehman collapse and the start of TARP and QE. Wave 2; the European Wave began with the exposure of banks to leveraged losses in the US and spread into a sovereign crisis, given the lack of a debt sharing mechanism across the Euro area. It ended with the OMT, promises to ‘do whatever it takes’, and finally the introduction of QE. Wave 3; the EM Wave coincided with the collapse in commodity prices.” Podemos encontrar exposiciones similares en los medios en los últimos días: “The world economy is bearing the brunt of a third deflationary wave in less than a decade. The first was the US-led housing and financial crisis of 2008-9, the second wave was the eurozone crisis of 2011-12, and now a third, an emerging markets crisis.”

¿Nos encontramos irremediablemente abocados a esa tercera ola? ¿Estamos preparados para ella?

14
Abr

El FMI mejora sus previsiones de crecimiento

Escrito el 14 abril 2015 por José Ramón Diez Guijarro en Previsiones económicas

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    [post_content] => El FMI mejora sus previsiones de crecimiento y sobre todo, reduce los riesgos bajistas sobre el escenario. Es como si la bajada de los precios del petróleo y el reequilibrio en los ritmos de crecimiento que están propiciando los ajustes de los tipos de cambio hubieran llegado en el momento adecuado para frenar el deterioro en la coyuntura internacional que se percibía el pasado verano. La situación no es para tirar cohetes, como reflejan las advertencias sobre el exiguo crecimiento potencial, pero los focos de inestabilidad parecen haberse reducido.

Cuadro: resumen de previsiones del FMI

Previsiones del FMI

Por tanto, el FMI es relativamente optimista sobre el escenario de medio plazo para la economía mundial: sugiere que, por primera vez desde 2011, están superándose las secuelas de la crisis financiera, percibe un descenso en los riesgos respecto a su informe de octubre (considera que están más equilibrados), aunque mantiene prácticamente estables sus previsiones de crecimiento respecto al mes de enero. Prevé que lo más probable es que la economía mundial disfrute de una modesta mejora durante los dos próximos años, beneficiándose de la caída del precio del crudo (sumará entre 0,5 p.p. y 1 p.p. al crecimiento global en 2016), de unos tipos de interés de largo plazo en niveles extremadamente bajos y de los movimientos de los tipos de cambio.

Estima un crecimiento mundial del 3,5% este año (3,4% en 2014) y del 3,8% en 2016. Por países, entre las principales revisiones al alza, destacan India, Japón y UEM; mientras que las principales revisiones a la baja se centran en EEUU, Rusia y Brasil. La apreciación del dólar y del yuan chino frente al euro y el yen, y la caída de los precios del petróleo son factores de distribución de crecimiento (hay ganadores y perdedores). No obstante, en este caso, el balance parece positivo para la economía mundial, dado que, mayoritariamente, pierden fuelle economías fuertes y ganan otras más débiles, lo que aumentará levemente el crecimiento mundial. Además, considera que el crecimiento tendrá una evolución divergente: ira a más en las desarrolladas y a menos en las emergentes.

Para las economías desarrolladas, 2015 y 2016 serán algo mejores que 2014. EEUU sufre un recorte significativo en sus previsiones, pero seguirá liderando el crecimiento (3,1% estimado para 2015 y 2016) y, de las grandes economías europeas, Reino Unido y España serán las más dinámicas. UEM podría crecer un 1,5% en 2015 tras un 0,9% en 2014; y la probabilidad de que recaiga en recesión este año se ha reducido hasta un 25% desde un 40% estimado en octubre.

El FMI sitúa en los dos próximos años a España como la economía más dinámica de la UEM y la segunda de la UE, sólo por detrás de Reino Unido, y revisa nuevamente al alza su previsión de PIB para 2015 (medio punto hasta 2,5%) y 2016 (dos décimas hasta 2%). Estas favorables perspectivas se siguen apoyando en el fuerte aumento de la competitividad, derivada de la intensa moderación de precios (la inflación cerrará este año con un -0,7% de media), lo que se traducirá, a su vez, en nuevos superávits por cuenta corriente. El FMI destaca, además, que España es uno de los pocos países europeos donde ya se está reactivando el crédito y la inversión. Con las sucesivas mejoras de sus previsiones, el FMI se aproxima al consenso de los analistas, aunque sigue algo rezagado, ya que las más recientes apuntarían ya a un crecimiento del PIB más próximo al 3%. Por otro lado, esta senda expansiva de la economía se trasladará al mercado laboral. No obstante, a pesar de la intensa creación de empleo prevista (más de 600.000 puestos de trabajo entre 2015 y 2016) y la consiguiente reducción de la tasa de paro (3,3 puntos), ésta se mantendrá en niveles muy elevados y no bajará del 20% de la población activa hasta 2017. En cambio, el FMI es optimista en cuanto a los objetivos fiscales, ya que prevé que, en línea con lo establecido en el Programa de Estabilidad, el déficit de las AA.PP. se sitúe por debajo del 3% del PIB el próximo año.

Los riesgos están más equilibrados que en octubre, pero considera que siguen dominando los riesgos a la baja: los puramente macro son menores (recesión y deflación), pero los financieros y geopolíticos han aumentado. Entre los riesgos a la baja destaca el debilitamiento de China, los financieros asociados a la divergencia de las políticas monetarias, una intensificación de la crisis griega y los geopolíticos. No obstante, considera que, esta vez, ninguno de ellos parece tener potencial sistémico.

A largo plazo, el FMI sí continúa siendo relativamente pesimista, reafirmándose en sus expectativas de que la economía mundial no recuperará los ritmos de crecimiento previos a la crisis, que se consideraban normales. El envejecimiento de la población y el débil crecimiento de la productividad suponen importantes lastres. Por ello, activar políticas para incrementar el crecimiento potencial es fundamental. En las economías desarrolladas recomienda mantener los estímulos monetarios para apoyar el crecimiento y aumentar las expectativas de inflación, así como incrementar la inversión en infraestructuras en algunas economías donde se observan necesidades.
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El FMI mejora sus previsiones de crecimiento y sobre todo, reduce los riesgos bajistas sobre el escenario. Es como si la bajada de los precios del petróleo y el reequilibrio en los ritmos de crecimiento que están propiciando los ajustes de los tipos de cambio hubieran llegado en el momento adecuado para frenar el deterioro en la coyuntura internacional que se percibía el pasado verano. La situación no es para tirar cohetes, como reflejan las advertencias sobre el exiguo crecimiento potencial, pero los focos de inestabilidad parecen haberse reducido.

Cuadro: resumen de previsiones del FMI

Previsiones del FMI

Por tanto, el FMI es relativamente optimista sobre el escenario de medio plazo para la economía mundial: sugiere que, por primera vez desde 2011, están superándose las secuelas de la crisis financiera, percibe un descenso en los riesgos respecto a su informe de octubre (considera que están más equilibrados), aunque mantiene prácticamente estables sus previsiones de crecimiento respecto al mes de enero. Prevé que lo más probable es que la economía mundial disfrute de una modesta mejora durante los dos próximos años, beneficiándose de la caída del precio del crudo (sumará entre 0,5 p.p. y 1 p.p. al crecimiento global en 2016), de unos tipos de interés de largo plazo en niveles extremadamente bajos y de los movimientos de los tipos de cambio.

Estima un crecimiento mundial del 3,5% este año (3,4% en 2014) y del 3,8% en 2016. Por países, entre las principales revisiones al alza, destacan India, Japón y UEM; mientras que las principales revisiones a la baja se centran en EEUU, Rusia y Brasil. La apreciación del dólar y del yuan chino frente al euro y el yen, y la caída de los precios del petróleo son factores de distribución de crecimiento (hay ganadores y perdedores). No obstante, en este caso, el balance parece positivo para la economía mundial, dado que, mayoritariamente, pierden fuelle economías fuertes y ganan otras más débiles, lo que aumentará levemente el crecimiento mundial. Además, considera que el crecimiento tendrá una evolución divergente: ira a más en las desarrolladas y a menos en las emergentes.

Para las economías desarrolladas, 2015 y 2016 serán algo mejores que 2014. EEUU sufre un recorte significativo en sus previsiones, pero seguirá liderando el crecimiento (3,1% estimado para 2015 y 2016) y, de las grandes economías europeas, Reino Unido y España serán las más dinámicas. UEM podría crecer un 1,5% en 2015 tras un 0,9% en 2014; y la probabilidad de que recaiga en recesión este año se ha reducido hasta un 25% desde un 40% estimado en octubre.

El FMI sitúa en los dos próximos años a España como la economía más dinámica de la UEM y la segunda de la UE, sólo por detrás de Reino Unido, y revisa nuevamente al alza su previsión de PIB para 2015 (medio punto hasta 2,5%) y 2016 (dos décimas hasta 2%). Estas favorables perspectivas se siguen apoyando en el fuerte aumento de la competitividad, derivada de la intensa moderación de precios (la inflación cerrará este año con un -0,7% de media), lo que se traducirá, a su vez, en nuevos superávits por cuenta corriente. El FMI destaca, además, que España es uno de los pocos países europeos donde ya se está reactivando el crédito y la inversión. Con las sucesivas mejoras de sus previsiones, el FMI se aproxima al consenso de los analistas, aunque sigue algo rezagado, ya que las más recientes apuntarían ya a un crecimiento del PIB más próximo al 3%. Por otro lado, esta senda expansiva de la economía se trasladará al mercado laboral. No obstante, a pesar de la intensa creación de empleo prevista (más de 600.000 puestos de trabajo entre 2015 y 2016) y la consiguiente reducción de la tasa de paro (3,3 puntos), ésta se mantendrá en niveles muy elevados y no bajará del 20% de la población activa hasta 2017. En cambio, el FMI es optimista en cuanto a los objetivos fiscales, ya que prevé que, en línea con lo establecido en el Programa de Estabilidad, el déficit de las AA.PP. se sitúe por debajo del 3% del PIB el próximo año.

Los riesgos están más equilibrados que en octubre, pero considera que siguen dominando los riesgos a la baja: los puramente macro son menores (recesión y deflación), pero los financieros y geopolíticos han aumentado. Entre los riesgos a la baja destaca el debilitamiento de China, los financieros asociados a la divergencia de las políticas monetarias, una intensificación de la crisis griega y los geopolíticos. No obstante, considera que, esta vez, ninguno de ellos parece tener potencial sistémico.

A largo plazo, el FMI sí continúa siendo relativamente pesimista, reafirmándose en sus expectativas de que la economía mundial no recuperará los ritmos de crecimiento previos a la crisis, que se consideraban normales. El envejecimiento de la población y el débil crecimiento de la productividad suponen importantes lastres. Por ello, activar políticas para incrementar el crecimiento potencial es fundamental. En las economías desarrolladas recomienda mantener los estímulos monetarios para apoyar el crecimiento y aumentar las expectativas de inflación, así como incrementar la inversión en infraestructuras en algunas economías donde se observan necesidades.

5
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    [post_content] => La Comisión Europea (CE) ha revisado al alza el crecimiento estimado para la UEM, tanto en 2015 (1,3% frente a 1,1%), como en 2016 (1,9% frente a 1,7%). La CE justifica estas mejores perspectivas en base a: (i) el desplome acumulado por los precios del crudo en el último trimestre de 2014; (ii) la intensa depreciación del euro en la última parte del pasado año; (iii) la puesta en marcha de nuevos estímulos monetarios por parte del BCE; y (iv) el Plan de Inversión diseñado por la CE (su impacto será más evidente a partir de 2016).

perspectivas de crec

El crecimiento del PIB será positivo en todos los países por primera vez desde el inicio de la crisis. No obstante, la intensidad y solidez de este crecimiento será desigual por economías y vendrá condicionado, entre otros, por el diferente ritmo y alcance de las reformas aplicadas; por el grado de saneamiento de los balances bancarios; y por los avances en los procesos de desapalancamiento (tanto en el sector privado como en el público). También será determinante el grado de dependencia energético de cada país y su fiscalidad sobre la energía a la hora de beneficiarse del desplome de los precios del crudo.

El fuerte descenso acumulado por los precios del crudo (casi un 60% desde el inicio de la corrección en junio), también explica el notable recorte a la baja de las perspectivas de inflación: -0,1% en 2015 (0,8% previo) y 1,3% en 2016 (1,5% previo). Todos los países han visto recortada sustancialmente la inflación estimada para este año, destacando Alemania (0,1% vs 1,2% en otoño); España (-1,0% vs 0,5% previo) y, en menor medida, Francia (0,0% vs 0,7% previamente) e Italia (-0,3% vs 0,5% inicial).

En cuanto a la evolución de la deuda pública, no se han producido novedades relevantes respecto al informe de noviembre (la revisión a la baja de los ratios de deuda va en línea con la revisión al alza del crecimiento del PIB) y se confirma que en el conjunto de UEM el techo de deuda se alcanzará este año (94,4% del PIB).

La revisión al alza del superávit de la balanza por cuenta corriente en términos de PIB sí ha sido significativa: cerca de 0,5 p.p. en 2015 y 2016, hasta 3,2% y 3,0%, respectivamente. Este resultado se explica, por el mayor superávit estimado en términos de PIB en Alemania (8,0% en 2015 y 7,7% en 2016, frente a 7,1% y 6,7%, respectivamente) y en Italia (2,6% en 2015 y 2016, frente a 1,5% y 1,8%, respectivamente). En este sentido, ya se empiezan a escuchar voces en EEUU (congresistas y senadores) criticando la fuerte apreciación del dólar de los últimos meses. Y, ciertamente, los superávits de balanza por cuenta corriente germanos van a ser motivo de discusión en el futuro.

Pese a que la CE se muestra algo más optimista con la futura evolución de la economía de la región en los próximos años sigue incidiendo en que la intensidad de la recuperación será baja y el ritmo de crecimiento que se alcance será bastante modesto, debido al retraso en la puesta en marcha de reformas. Además, el escenario es cada vez más incierto y los riesgos para estas previsiones están concentrados a la baja (geopolítico, expectativas de inflación a la baja, etc).

Llama la atención, sin embargo, que no se señale de forma explícita la situación en Grecia como un riesgo relevante para el conjunto de la región. De hecho, las previsiones para Grecia sólo reflejan una la modesta revisión a la baja del crecimiento estimado: 2,5% en 2015 (2,9% previo) y 3,6% en 2016 (3,7% anterior). Y, por cierto, el superávit fiscal griego en 2015 (1,1%) será el mayor de toda la Unión Europea.

Por último, la Comisión Europea confirma la consolidación de la recuperación de la economía española y mejora sus previsiones de PIB para 2015 (seis décimas hasta 2,3%) y 2016 (tres décimas hasta 2,5%). El fortalecimiento de la actividad se apoyará en el empuje de la demanda interna, en un contexto de aumento de la confianza, gracias a la reactivación del mercado laboral, las favorables condiciones de financiación y el impacto positivo del abaratamiento de la energía sobre la renta de los agentes. En cuanto a las exportaciones, mantendrán su dinamismo, aprovechando las ganancias de competitividad y la recuperación de nuestros socios comerciales.

Por otro lado, Bruselas no confía en que el incremento de la recaudación fiscal, derivado de la mejora de la economía, contrarreste completamente la bajada de impuestos que entró en vigor el pasado 1 de enero, de modo que prevé un déficit público para este año del 4,5% del PIB, tres décimas por encima del objetivo fijado en el Programa de Estabilidad; en 2016 también se superará el límite (3,7% vs 2,8%). Teniendo en cuenta estos desequilibrios fiscales y el escaso avance del PIB nominal, la deuda de las AA.PP. seguirá creciendo y superará este año el 100% del PIB, llegando hasta el 102,5% en 2016.

Por tanto, aún con luces y sombras, las previsiones de la Comisión Europea empiezan a ser algo más optimistas, reflejando los efectos positivos de la evolución del precio del petróleo y del tipo de cambio. Esperemos que una mala solución a los problemas de Grecia no termine complicando este escenario.
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La Comisión Europea (CE) ha revisado al alza el crecimiento estimado para la UEM, tanto en 2015 (1,3% frente a 1,1%), como en 2016 (1,9% frente a 1,7%). La CE justifica estas mejores perspectivas en base a: (i) el desplome acumulado por los precios del crudo en el último trimestre de 2014; (ii) la intensa depreciación del euro en la última parte del pasado año; (iii) la puesta en marcha de nuevos estímulos monetarios por parte del BCE; y (iv) el Plan de Inversión diseñado por la CE (su impacto será más evidente a partir de 2016).

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El crecimiento del PIB será positivo en todos los países por primera vez desde el inicio de la crisis. No obstante, la intensidad y solidez de este crecimiento será desigual por economías y vendrá condicionado, entre otros, por el diferente ritmo y alcance de las reformas aplicadas; por el grado de saneamiento de los balances bancarios; y por los avances en los procesos de desapalancamiento (tanto en el sector privado como en el público). También será determinante el grado de dependencia energético de cada país y su fiscalidad sobre la energía a la hora de beneficiarse del desplome de los precios del crudo.

El fuerte descenso acumulado por los precios del crudo (casi un 60% desde el inicio de la corrección en junio), también explica el notable recorte a la baja de las perspectivas de inflación: -0,1% en 2015 (0,8% previo) y 1,3% en 2016 (1,5% previo). Todos los países han visto recortada sustancialmente la inflación estimada para este año, destacando Alemania (0,1% vs 1,2% en otoño); España (-1,0% vs 0,5% previo) y, en menor medida, Francia (0,0% vs 0,7% previamente) e Italia (-0,3% vs 0,5% inicial).

En cuanto a la evolución de la deuda pública, no se han producido novedades relevantes respecto al informe de noviembre (la revisión a la baja de los ratios de deuda va en línea con la revisión al alza del crecimiento del PIB) y se confirma que en el conjunto de UEM el techo de deuda se alcanzará este año (94,4% del PIB).

La revisión al alza del superávit de la balanza por cuenta corriente en términos de PIB sí ha sido significativa: cerca de 0,5 p.p. en 2015 y 2016, hasta 3,2% y 3,0%, respectivamente. Este resultado se explica, por el mayor superávit estimado en términos de PIB en Alemania (8,0% en 2015 y 7,7% en 2016, frente a 7,1% y 6,7%, respectivamente) y en Italia (2,6% en 2015 y 2016, frente a 1,5% y 1,8%, respectivamente). En este sentido, ya se empiezan a escuchar voces en EEUU (congresistas y senadores) criticando la fuerte apreciación del dólar de los últimos meses. Y, ciertamente, los superávits de balanza por cuenta corriente germanos van a ser motivo de discusión en el futuro.

Pese a que la CE se muestra algo más optimista con la futura evolución de la economía de la región en los próximos años sigue incidiendo en que la intensidad de la recuperación será baja y el ritmo de crecimiento que se alcance será bastante modesto, debido al retraso en la puesta en marcha de reformas. Además, el escenario es cada vez más incierto y los riesgos para estas previsiones están concentrados a la baja (geopolítico, expectativas de inflación a la baja, etc).

Llama la atención, sin embargo, que no se señale de forma explícita la situación en Grecia como un riesgo relevante para el conjunto de la región. De hecho, las previsiones para Grecia sólo reflejan una la modesta revisión a la baja del crecimiento estimado: 2,5% en 2015 (2,9% previo) y 3,6% en 2016 (3,7% anterior). Y, por cierto, el superávit fiscal griego en 2015 (1,1%) será el mayor de toda la Unión Europea.

Por último, la Comisión Europea confirma la consolidación de la recuperación de la economía española y mejora sus previsiones de PIB para 2015 (seis décimas hasta 2,3%) y 2016 (tres décimas hasta 2,5%). El fortalecimiento de la actividad se apoyará en el empuje de la demanda interna, en un contexto de aumento de la confianza, gracias a la reactivación del mercado laboral, las favorables condiciones de financiación y el impacto positivo del abaratamiento de la energía sobre la renta de los agentes. En cuanto a las exportaciones, mantendrán su dinamismo, aprovechando las ganancias de competitividad y la recuperación de nuestros socios comerciales.

Por otro lado, Bruselas no confía en que el incremento de la recaudación fiscal, derivado de la mejora de la economía, contrarreste completamente la bajada de impuestos que entró en vigor el pasado 1 de enero, de modo que prevé un déficit público para este año del 4,5% del PIB, tres décimas por encima del objetivo fijado en el Programa de Estabilidad; en 2016 también se superará el límite (3,7% vs 2,8%). Teniendo en cuenta estos desequilibrios fiscales y el escaso avance del PIB nominal, la deuda de las AA.PP. seguirá creciendo y superará este año el 100% del PIB, llegando hasta el 102,5% en 2016.

Por tanto, aún con luces y sombras, las previsiones de la Comisión Europea empiezan a ser algo más optimistas, reflejando los efectos positivos de la evolución del precio del petróleo y del tipo de cambio. Esperemos que una mala solución a los problemas de Grecia no termine complicando este escenario.

21
Ene
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El principal mensaje de la revisión de las previsiones realizada por el FMI es que la debilidad de la inversión global va a compensar el efecto de la bajada del precio del petróleo. Así que lo más sorprendente de las nuevas previsiones es que pese a las estimaciones realizadas por el propio FMI de que la bajada de un 50% del precio del petróleo iba a añadir al menos medio punto al crecimiento mundial, al final se han rebajado las previsiones respecto a la de octubre. La pregunta es: ¿qué hubiese pasado en 2015 sin la caída de los precios del crudo?

Por tanto, una vez más, el FMI revisa a la baja el escenario de crecimiento respecto al presentado en octubre: -0,3 p.p. en 2015 y 2016 hasta 3,5% y 3,7%, respectivamente. El impulso que el desplome de los precios del crudo supondrá para el crecimiento se verá más que compensado por la persistente debilidad de la inversión productiva.

Dentro de este escenario de menor crecimiento destaca positivamente EEUU, la única de las grandes economías que experimenta una sustancial revisión al alza (+0,5 p.p. en 2015 hasta 3,6% y +0,3 p.p. en 2016 hasta 3,3%). Este mayor dinamismo prácticamente compensa el recorte que sufren Japón (-0,2 p.p. en 2015 y -0,1 p.p. en 2016) y UEM (-0,2 p.p. en 2014 y -0,3 p.p. en 2016), que ven debilitadas sus economías a pesar del impulso positivo que representan la debilidad de sus respectivas divisas. Dentro de UEM se desmarca España, que muestra una revisión al alza significativa en 2015 (+0,3 p.p. hasta 2,0%) y confirma la previsión elaborada para 2016 en octubre.

En las economías emergentes, el crecimiento estimado registra un importante recorte: -0,6 p.p. en 2015 y -0,5 p.p. en 2016, hasta 4,3% y 4,7%, respectivamente. No obstante, de confirmarse estas previsiones, en 2016 se rompería con una racha de cinco años consecutivos de enfriamiento, la más larga desde el inicio de la serie en 1980.

Tres son los principales motivos que explican este notable descenso en las previsiones.
- El crecimiento en China se enfriará todavía más de lo esperado (-0,3 p.p. en 2015 hasta 6,8% y -0,5 p.p. en 2016 hasta 6,3%) y se situará en mínimos desde 1989-1990.
- Rusia es la economía que sufre el recorte más acusada en sus previsiones (en el acumulado 2015-2016 crecerá 6 p.p. menos de lo estimado en octubre) ya que el impacto negativo del desplome de los precios del crudo y de las sanciones económicas arrastrarán al país a una nueva recesión.
- El crecimiento potencial en las economías exportadoras de materias primas se sigue revisando a la baja, lo que afecta negativamente a los escenarios de medio plazo.

En suma, el escenario del FMI pone de manifiesto que el impacto positivo que tiene el fuerte abaratamiento del crudo se está viendo más que compensado por otros factores negativos, de carácter menos coyuntural. Entre éstos destaca la debilidad que muestra, y seguirá mostrando, la inversión, ya que tanto las economías desarrolladas como las emergentes están adaptando sus estructuras productivas a una escenario de medio plazo con crecimientos débiles.

Aunque los riesgos para este nuevo escenario parecen más equilibrados que en su informe de octubre (el propio FMI reconoce que pecó de optimista en esa ocasión) siguen existiendo importantes riesgos a la baja. El principal se refiere al impacto de la inestabilidad y volatilidad de los mercados financieros, sobre todo ante posibles sorpresas en el proceso de normalización monetaria en EEUU. También se muestra preocupado por el estancamiento y la baja inflación en Japón y UEM. Respecto a UEM, el FMI confía en el impulso que supondrá la compra masiva de deuda aprobada por el BCE. Además, y aunque no cita abiertamente a UEM, el FMI advierte que si las expectativas de inflación en las principales economías siguen descendiendo, la política monetaria deberá mantener el sesgo expansivo para evitar que aumenten los tipos de interés reales.

Respecto a España, según el FMI, nuestro país liderará este año el crecimiento dentro de la UEM, gracias al fuerte aumento de la competitividad, derivado de la intensa moderación salarial y de precios, que, sin embargo, no ha afectado negativamente a las decisiones de consumo e inversión de los agentes. Asimismo, dada la alta dependencia energética del exterior, nuestra economía se está viendo especialmente beneficiada por el abaratamiento del petróleo, lo que mejorará la renta de familias y empresas. En consecuencia, prevé un aumento del PIB del 2% en 2015 (tres décimas más que el pasado mes de octubre); esto convierte a nuestro país en el único de la UEM, dentro de las grandes economías, que registra una revisión al alza. En todo caso, pese a las continuas mejoras de las previsiones (seis en poco más de un año, con una subida de 1,2 puntos), el FMI sigue a la zaga del consenso de los analistas (Funcas, 2,1%). No obstante, el FMI no prevé una recuperación vigorosa, en cuanto que para 2016 prevé una desaceleración del crecimiento del PIB hasta el 1,8%
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Previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional

El principal mensaje de la revisión de las previsiones realizada por el FMI es que la debilidad de la inversión global va a compensar el efecto de la bajada del precio del petróleo. Así que lo más sorprendente de las nuevas previsiones es que pese a las estimaciones realizadas por el propio FMI de que la bajada de un 50% del precio del petróleo iba a añadir al menos medio punto al crecimiento mundial, al final se han rebajado las previsiones respecto a la de octubre. La pregunta es: ¿qué hubiese pasado en 2015 sin la caída de los precios del crudo?

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12
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    [post_content] => Este fin de semana, como es habitual por estas fechas el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial están teniendo su reunión anual, esta vez en Washington, para estudiar el comportamiento de la economía mundial. Coincidiendo con la reunión, el FMI publicó esta semana la edición de octubre del informe “World Economic Outlook” en la que desgraciadamente ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento económico mundial que hizo en el mes de julio. Para este año 2014 el crecimiento económico global se estima en un 3,3% anual, el mismo que el año pasado. Sin embargo, el crecimiento económico mundial aumentará y en el próximo año 2015 se espera un crecimiento del PIB mundial del 3,8%. Será el resultado del crecimiento del 2,3% de los países avanzados y del 5% en los países emergentes.

A pesar de este mayor crecimiento la directora del FMI, Christine Lagarde, ha señalado que Europa puede caer en una “era de la mediocridad”. Ello se debe a que el crecimiento europeo se está debilitando y tiene importantes amenazas como son el alto nivel de endeudamiento, el grave deterioro del mercado laboral y la falta de crédito para las empresas.

Por el contrario, otros países compensan la difícil situación europea. Este es el caso de Estados Unidos, donde se espera un aumento del PIB del 3,1% en el año 2015, o el de México (3,5%). Por regiones, Asia es la que más avanzará. Así, el grupo asiático ASEAN (Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam) espera uno de los crecimientos económicos más destacados del mundo junto con India y China.

Los BRICS

Dentro del grupo de los países emergentes, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) avanzan, aunque lo hacen de forma desigual. Así, Rusia y Brasil crecerán más moderadamente en 2015 (0,5% y 1,4% respectivamente), Sudáfrica superará a ambos (2,3%) y China continuará creciendo como lo lleva haciendo en los últimos años, aunque en esta ocasión disminuirá ligeramente su velocidad (7,1% previsto en 2015 frente al 7,4% de 2014). En esta ocasión la sorpresa es India, que crecerá más rápidamente y acelerará el proceso de convergencia con China: el FMI prevé que la economía india crezca un 6,4% en 2015.

América Latina

Para América Latina y el Caribe el FMI espera que se produzca un aumento del PIB del 2,2% en 2015, pero este crecimiento no será homogéneo. Algunos países tendrán importantes crecimientos económicos, como podrá suceder en Panamá (6,4%), Perú (5,1%), Colombia (4,5%), México (3,5%) o Chile (3,3%), mientras que otros continuarán con crecimientos económicos negativos: es el caso de Argentina (-1,5%) y Venezuela (-1%).

Esta dualidad de comportamiento en América Latina nos muestra, una vez más, que las economías se benefician cuando existe un buen nivel de seguridad jurídica y se siguen políticas económicas ortodoxas. No debemos olvidar que las buenas políticas y la mejora de las instituciones son factores diferenciales a la hora de atraer capital extranjero y alcanzar así tasas de crecimiento más altas. Además el aumento de la inversión, tanto extranjera como nacional, favorece el avance de la tecnología y aporta nuevas habilidades organizativas que impulsan una mayor eficiencia económica.

Por el contrario, en los países en los que los gobiernos hacen malas políticas y hay inseguridad jurídica la inversión empresarial se retrae y la competitividad sufre pérdidas significativas. No es casualidad que en el Informe de Competitividad Mundial para el año 2015 del World Economic Forum, Venezuela y Argentina ocupen las posiciones 131 y 104 respectivamente de un total de 144 países, es decir, su competitividad es muy baja. Otros países latinoamericanos con una gestión de las políticas públicas más adecuada han tenido mejores resultados en la clasificación como, por ejemplo, Chile en la posición 33, México en la 61 o Perú en el puesto 66.

Estados Unidos

Durante el próximo año la economía estadounidense volverá a ser uno de los motores del crecimiento económico mundial. Desde el año 2010 la economía de EEUU ha alcanzado tasas de crecimientos cada vez más altas. Y es, además, una de las pocas economías, junto con la española, en las que el FMI ha revisada al alza su tasa de crecimiento. El FMI, considera que EEUU crecerá un 2,2% este año (un 0,5% más que lo anunciado en verano) y un 3,1% en 2015. Este excelente comportamiento está permitiendo que el mercado laboral estadounidense sea en la actualidad uno los que tiene mejor comportamiento, con una tasa de paro del 5,9% en el mes de septiembre (frente al 11,5% de la zona del euro).

Europa

El FMI señala a la zona del euro como la única región del mundo con un 30% de probabilidad de entrar en deflación: lleva demasiado tiempo con un crecimiento de sus precios excesivamente bajo. Otro escenario que se está planteando es la posibilidad de que la salida de la crisis no haya llegado todavía. Ante esto el FMI expresa su preocupación sobre la entrada en una nueva recesión: le da una probabilidad del 38%. Si fuera así la zona del euro volvería a tener tasas de crecimiento del PIB negativas durante un periodo prolongado de tiempo. En definitiva, en esta ocasión las perspectivas para la zona del euro no son muy halagüeñas y la convierten en la región del mundo con un mayor riesgo de deflación y de recesión.

Esta situación vendría agravada porque las malas previsiones económicas tienen el riesgo de que se autocumplan. Como bien ha dicho Christine Lagarde, si las empresas esperan un crecimiento económico muy bajo tendrán menos incentivos para aumentar su actividad, especialmente las inversiones. Esto provocaría que las empresas no renovasen su aparato productivo y perdiesen competitividad.

Renovación de infraestructuras

La solución que da el FMI a este problema es el aumento de la inversión pública. Para el Fondo este es un buen momento para que Europa aumente el gasto en infraestructuras. La institución considera que el sector público debe aprovechar el momento para invertir, ya que 1) los tipos de interés son muy reducidos, por lo que la financiación es barata, 2) se fortalecería la demanda interna lo que impulsaría la producción y el empleo, y 3) se solucionarían los problemas de oferta causados por infraestructuras deficientes; es decir, el mayor gasto en carreteras, autopistas de peaje, infraestructuras hidráulicas y ferrocarriles mejoraría la productividad.

En Alemania, la primera economía europea y la cuarta del mundo, la producción industrial ha entrado en tasas de crecimiento negativas y, dado el mal estado de sus infraestructuras, necesitaría realizar obras públicas para mejorar su competitividad. Alemania no tiene problemas de financiación, tiene una deuda muy baja y los tipos de interés a los que se financia su sector público son prácticamente nulos. Esa política de mejora de las infraestructuras daría más confianza a los inversores y mostraría que se avanza en el camino de la construcción de una Europa más fuerte.

Este mayor gasto también dinamizaría el crecimiento económico por el efecto de los multiplicadores. El FMI ha estimado que un aumento del 1% del gasto público en inversión pública podría aumentar el PIB entre un 0,4% y un 1,5% en sólo cuatro años, siendo su impacto mayor en aquellas economías que se encuentren más lejos de su tasa de crecimiento potencial.

En conclusión, según las previsiones del FMI la economía mundial crecerá más el año que viene que este año, lo que puede favorecer y animar la actual fase de recuperación de la economía española. Existen, sin embargo, riesgos. El más importante es el enfriamiento de la economía europea: durante el segundo trimestre de este año el crecimiento económico de la zona del euro fue nulo. Los indicadores económicos de Europa para el tercer trimestre son también decepcionantes.

Para poder reactivar la economía europea harían falta, junto con políticas monetarias y fiscales acertadas, como podría ser la mejora de las infraestructuras, reformas estructurales (mercado laboral, pensiones y redimensionamiento del sector público) especialmente en Francia e Italia. Para poder crecer es preciso que la eurozona siga reduciendo los costes laborales, sociales, financieros y fiscales que soportan sus empresas y que las hace ser menos competitivas en los mercados internacionales. De ahí que Europa deba seguir promocionando la cultura de la competencia.Sin reformas estructurales la zona del euro puede seguir estancada durante años.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro "PERSPECTIVAS ECONÓMICAS PARA EL AÑO 2015". Expansión. 11 de octubre de 2014; página 42.
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Este fin de semana, como es habitual por estas fechas el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial están teniendo su reunión anual, esta vez en Washington, para estudiar el comportamiento de la economía mundial. Coincidiendo con la reunión, el FMI publicó esta semana la edición de octubre del informe “World Economic Outlook” en la que desgraciadamente ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento económico mundial que hizo en el mes de julio. Para este año 2014 el crecimiento económico global se estima en un 3,3% anual, el mismo que el año pasado. Sin embargo, el crecimiento económico mundial aumentará y en el próximo año 2015 se espera un crecimiento del PIB mundial del 3,8%. Será el resultado del crecimiento del 2,3% de los países avanzados y del 5% en los países emergentes.

A pesar de este mayor crecimiento la directora del FMI, Christine Lagarde, ha señalado que Europa puede caer en una “era de la mediocridad”. Ello se debe a que el crecimiento europeo se está debilitando y tiene importantes amenazas como son el alto nivel de endeudamiento, el grave deterioro del mercado laboral y la falta de crédito para las empresas.

Por el contrario, otros países compensan la difícil situación europea. Este es el caso de Estados Unidos, donde se espera un aumento del PIB del 3,1% en el año 2015, o el de México (3,5%). Por regiones, Asia es la que más avanzará. Así, el grupo asiático ASEAN (Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam) espera uno de los crecimientos económicos más destacados del mundo junto con India y China.

Los BRICS

Dentro del grupo de los países emergentes, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) avanzan, aunque lo hacen de forma desigual. Así, Rusia y Brasil crecerán más moderadamente en 2015 (0,5% y 1,4% respectivamente), Sudáfrica superará a ambos (2,3%) y China continuará creciendo como lo lleva haciendo en los últimos años, aunque en esta ocasión disminuirá ligeramente su velocidad (7,1% previsto en 2015 frente al 7,4% de 2014). En esta ocasión la sorpresa es India, que crecerá más rápidamente y acelerará el proceso de convergencia con China: el FMI prevé que la economía india crezca un 6,4% en 2015.

América Latina

Para América Latina y el Caribe el FMI espera que se produzca un aumento del PIB del 2,2% en 2015, pero este crecimiento no será homogéneo. Algunos países tendrán importantes crecimientos económicos, como podrá suceder en Panamá (6,4%), Perú (5,1%), Colombia (4,5%), México (3,5%) o Chile (3,3%), mientras que otros continuarán con crecimientos económicos negativos: es el caso de Argentina (-1,5%) y Venezuela (-1%).

Esta dualidad de comportamiento en América Latina nos muestra, una vez más, que las economías se benefician cuando existe un buen nivel de seguridad jurídica y se siguen políticas económicas ortodoxas. No debemos olvidar que las buenas políticas y la mejora de las instituciones son factores diferenciales a la hora de atraer capital extranjero y alcanzar así tasas de crecimiento más altas. Además el aumento de la inversión, tanto extranjera como nacional, favorece el avance de la tecnología y aporta nuevas habilidades organizativas que impulsan una mayor eficiencia económica.

Por el contrario, en los países en los que los gobiernos hacen malas políticas y hay inseguridad jurídica la inversión empresarial se retrae y la competitividad sufre pérdidas significativas. No es casualidad que en el Informe de Competitividad Mundial para el año 2015 del World Economic Forum, Venezuela y Argentina ocupen las posiciones 131 y 104 respectivamente de un total de 144 países, es decir, su competitividad es muy baja. Otros países latinoamericanos con una gestión de las políticas públicas más adecuada han tenido mejores resultados en la clasificación como, por ejemplo, Chile en la posición 33, México en la 61 o Perú en el puesto 66.

Estados Unidos

Durante el próximo año la economía estadounidense volverá a ser uno de los motores del crecimiento económico mundial. Desde el año 2010 la economía de EEUU ha alcanzado tasas de crecimientos cada vez más altas. Y es, además, una de las pocas economías, junto con la española, en las que el FMI ha revisada al alza su tasa de crecimiento. El FMI, considera que EEUU crecerá un 2,2% este año (un 0,5% más que lo anunciado en verano) y un 3,1% en 2015. Este excelente comportamiento está permitiendo que el mercado laboral estadounidense sea en la actualidad uno los que tiene mejor comportamiento, con una tasa de paro del 5,9% en el mes de septiembre (frente al 11,5% de la zona del euro).

Europa

El FMI señala a la zona del euro como la única región del mundo con un 30% de probabilidad de entrar en deflación: lleva demasiado tiempo con un crecimiento de sus precios excesivamente bajo. Otro escenario que se está planteando es la posibilidad de que la salida de la crisis no haya llegado todavía. Ante esto el FMI expresa su preocupación sobre la entrada en una nueva recesión: le da una probabilidad del 38%. Si fuera así la zona del euro volvería a tener tasas de crecimiento del PIB negativas durante un periodo prolongado de tiempo. En definitiva, en esta ocasión las perspectivas para la zona del euro no son muy halagüeñas y la convierten en la región del mundo con un mayor riesgo de deflación y de recesión.

Esta situación vendría agravada porque las malas previsiones económicas tienen el riesgo de que se autocumplan. Como bien ha dicho Christine Lagarde, si las empresas esperan un crecimiento económico muy bajo tendrán menos incentivos para aumentar su actividad, especialmente las inversiones. Esto provocaría que las empresas no renovasen su aparato productivo y perdiesen competitividad.

Renovación de infraestructuras

La solución que da el FMI a este problema es el aumento de la inversión pública. Para el Fondo este es un buen momento para que Europa aumente el gasto en infraestructuras. La institución considera que el sector público debe aprovechar el momento para invertir, ya que 1) los tipos de interés son muy reducidos, por lo que la financiación es barata, 2) se fortalecería la demanda interna lo que impulsaría la producción y el empleo, y 3) se solucionarían los problemas de oferta causados por infraestructuras deficientes; es decir, el mayor gasto en carreteras, autopistas de peaje, infraestructuras hidráulicas y ferrocarriles mejoraría la productividad.

En Alemania, la primera economía europea y la cuarta del mundo, la producción industrial ha entrado en tasas de crecimiento negativas y, dado el mal estado de sus infraestructuras, necesitaría realizar obras públicas para mejorar su competitividad. Alemania no tiene problemas de financiación, tiene una deuda muy baja y los tipos de interés a los que se financia su sector público son prácticamente nulos. Esa política de mejora de las infraestructuras daría más confianza a los inversores y mostraría que se avanza en el camino de la construcción de una Europa más fuerte.

Este mayor gasto también dinamizaría el crecimiento económico por el efecto de los multiplicadores. El FMI ha estimado que un aumento del 1% del gasto público en inversión pública podría aumentar el PIB entre un 0,4% y un 1,5% en sólo cuatro años, siendo su impacto mayor en aquellas economías que se encuentren más lejos de su tasa de crecimiento potencial.

En conclusión, según las previsiones del FMI la economía mundial crecerá más el año que viene que este año, lo que puede favorecer y animar la actual fase de recuperación de la economía española. Existen, sin embargo, riesgos. El más importante es el enfriamiento de la economía europea: durante el segundo trimestre de este año el crecimiento económico de la zona del euro fue nulo. Los indicadores económicos de Europa para el tercer trimestre son también decepcionantes.

Para poder reactivar la economía europea harían falta, junto con políticas monetarias y fiscales acertadas, como podría ser la mejora de las infraestructuras, reformas estructurales (mercado laboral, pensiones y redimensionamiento del sector público) especialmente en Francia e Italia. Para poder crecer es preciso que la eurozona siga reduciendo los costes laborales, sociales, financieros y fiscales que soportan sus empresas y que las hace ser menos competitivas en los mercados internacionales. De ahí que Europa deba seguir promocionando la cultura de la competencia.Sin reformas estructurales la zona del euro puede seguir estancada durante años.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro «PERSPECTIVAS ECONÓMICAS PARA EL AÑO 2015″. Expansión. 11 de octubre de 2014; página 42.

20
May

Mercados frontera

Escrito el 20 mayo 2014 por José Ramón Diez Guijarro en Economía Mundial, Previsiones económicas

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    [post_content] => El concepto de mercados frontera es todavía bastante ambiguo y subjetivo, aunque suele emplearse para definir a un subconjunto de mercados emergentes caracterizados por ser poco líquidos y con baja capitalización, pero con accesibilidad a los capitales internacionales. No obstante, muchos inversores asocian mercado frontera con un escalón inmediatamente anterior al de mercado emergente; algo así, como los mercados emergentes del mañana.

(Haga click para ampliar la imágen)

países frontera

En cualquier caso, se trata de mercados de alto riesgo que atraen a inversores que buscan elevadas rentabilidades a largo plazo y diversificar sus carteras gracias a sus bajas correlaciones con otros mercados, aprovechando:

(i) su gran disparidad;

(ii) su menor dependencia del contexto exterior (suelen ser economías poco abiertas, más condicionadas por las tendencias internas que por las globales); y

(iii) su menor sensibilidad a la evolución de los flujos de capitales internacionales (menor participación relativa de inversores internacionales).

El interés de los mercados frontera es creciente debido a que el atractivo de los mercados emergentes tradicionales está disminuyendo progresivamente: más maduros, con expectativas de crecimiento menguantes y muy sensibles al cambio en la política monetaria por parte de la Fed. La mayoría de las economías con mayor crecimiento durante los últimos años son mercados calificados como frontera (según la clasificación por MSCI) y la expectación que generan puede compararse con la que los emergentes transmitieron hace dos décadas. No obstante, para algunos inversores es un síntoma de complacencia y de excesos en la toma de riesgos provocada por la excepcional liquidez global.

En cualquier caso, no hay nada de irracional en que, ante el agotamiento de oportunidades, los inversores vean en los mercados frontera un relevo evidente a los mercados emergentes tradicionales, confiando en que aprovechen sus ventajas competitivas, sus favorables tendencias demográficas y sus recursos naturales para replicar modelos de desarrollo que ya han demostrado ser exitosos. Además, los mercados frontera pueden ser muy volátiles por su escasa liquidez, su inseguridad jurídica y su elevada inestabilidad política y social pero, dada su diversidad y baja correlación como grupo, han mostrado una menor volatilidad que los emergentes tradicionales: en los últimos 10 años, la volatilidad anual del MSCI de emergentes ha sido prácticamente el doble que la del MSCI frontera.

Los países incorporados en el índice MSCI de mercados frontera son un grupo muy heterogéneo, que incluye:

(i) a países ricos de Oriente Medio, con rentas per cápita similares o superiores a buena parte de los países desarrollados;

(ii) a países exportadores de materias primas (casos de Argentina, Kazajstán, Nigeria, Ghana o Botsuana); y

(iii) a países asiáticos muy pobres y muy poblados con potencial para convertirse en potencias manufactureras (por ejemplo, Sri Lanka o Vietnam).

Por tanto, se trata de países extraordinariamente diversos, con rating entre sobresaliente (calificación AA, como Arabia Saudí y Qatar) y muy deficiente (calificación C, casos de Ucrania y Argentina) o no calificados (Palestina), que no comparten patrones verdaderamente comunes. En conjunto y dependiendo de los criterios utilizados, los países frontera suponen alrededor del 5% del PIB mundial, aunque su población asciende al 18% del total. En términos de capitalización del mercado, los frontera apenas representan un 2,0% frente al 25% de los emergentes tradicionales.

El crecimiento económico de los mercados frontera ha sido muy dinámico durante los últimos años superando el 6% en media, si bien desde 2013 se han desacelerado hasta un ritmo próximo al 4%. El comportamiento por países es muy diferente, reflejo de ritmos de crecimiento potenciales muy distintos: en general, menos elevado en América y en Europa del Este que en Asia y África, donde se concentran los países más pobres que pueden tomar mayor ventaja de su mayor capacidad ociosa (mano de obra barata) para importar y adaptar tecnología de las economías más avanzadas. En términos agregados, las perspectivas de crecimiento siguen siendo positivas para los mercados frontera, pero también están debilitándose, como para el resto de emergentes: el crecimiento en los próximos años puede reducirse hasta el rango del 4%-5%. No obstante, las divergencias entre países seguirán siendo sustanciales. Las expectativas para los años 2014-2017 oscilan entre ritmos medios muy dinámicos del 6,5%-7,5% para Nigeria, Sri Lanka, Bangladesh o Ghana, y una situación de estancamiento en los casos de Argentina, Croacia, Ucrania o Eslovenia.

De la misma forma, el balance de riesgos también es muy diverso. En general, el elevado crecimiento potencial y el bajo endeudamiento del sector público y privado (el escaso desarrollo del sistema financiero ha limitado el acceso a la deuda) suponen los principales puntos fuertes internos de los mercados frontera compartidos con la mayoría de países emergentes, que siguen apoyando las favorables perspectivas de medio y largo plazo (excluyendo casos muy concretos).

Sin duda, las oportunidades y los riesgos de invertir en los mercados frontera son mayores que en los desarrollados o emergentes tradicionales. Se trata de economías muy diversas, con potenciales y vulnerabilidades muy diferentes, difíciles de analizar, con un elevado riesgo-país y con mercados muy poco líquidos, pero algunos riesgos pueden ser mitigados a través del diseño de carteras de inversión diversificadas. De hecho, en algunos casos es posible reducir el riesgo de una cartera de inversión añadiendo mercados frontera gracias a su baja correlación con los mercados emergentes y desarrollados. Por tanto, estamos ante potenciales historias de éxito en el medio y largo plazo. Lo difícil, como siempre, es saber discriminar y, por tanto, acertar en nuestras decisiones de inversión. Para ello es necesario realizar un buen análisis de riesgo país, algo que como saben nuestros alumnos, no es tarea sencilla.
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El concepto de mercados frontera es todavía bastante ambiguo y subjetivo, aunque suele emplearse para definir a un subconjunto de mercados emergentes caracterizados por ser poco líquidos y con baja capitalización, pero con accesibilidad a los capitales internacionales. No obstante, muchos inversores asocian mercado frontera con un escalón inmediatamente anterior al de mercado emergente; algo así, como los mercados emergentes del mañana.

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En cualquier caso, se trata de mercados de alto riesgo que atraen a inversores que buscan elevadas rentabilidades a largo plazo y diversificar sus carteras gracias a sus bajas correlaciones con otros mercados, aprovechando:

(i) su gran disparidad;

(ii) su menor dependencia del contexto exterior (suelen ser economías poco abiertas, más condicionadas por las tendencias internas que por las globales); y

(iii) su menor sensibilidad a la evolución de los flujos de capitales internacionales (menor participación relativa de inversores internacionales).

El interés de los mercados frontera es creciente debido a que el atractivo de los mercados emergentes tradicionales está disminuyendo progresivamente: más maduros, con expectativas de crecimiento menguantes y muy sensibles al cambio en la política monetaria por parte de la Fed. La mayoría de las economías con mayor crecimiento durante los últimos años son mercados calificados como frontera (según la clasificación por MSCI) y la expectación que generan puede compararse con la que los emergentes transmitieron hace dos décadas. No obstante, para algunos inversores es un síntoma de complacencia y de excesos en la toma de riesgos provocada por la excepcional liquidez global.

En cualquier caso, no hay nada de irracional en que, ante el agotamiento de oportunidades, los inversores vean en los mercados frontera un relevo evidente a los mercados emergentes tradicionales, confiando en que aprovechen sus ventajas competitivas, sus favorables tendencias demográficas y sus recursos naturales para replicar modelos de desarrollo que ya han demostrado ser exitosos. Además, los mercados frontera pueden ser muy volátiles por su escasa liquidez, su inseguridad jurídica y su elevada inestabilidad política y social pero, dada su diversidad y baja correlación como grupo, han mostrado una menor volatilidad que los emergentes tradicionales: en los últimos 10 años, la volatilidad anual del MSCI de emergentes ha sido prácticamente el doble que la del MSCI frontera.

Los países incorporados en el índice MSCI de mercados frontera son un grupo muy heterogéneo, que incluye:

(i) a países ricos de Oriente Medio, con rentas per cápita similares o superiores a buena parte de los países desarrollados;

(ii) a países exportadores de materias primas (casos de Argentina, Kazajstán, Nigeria, Ghana o Botsuana); y

(iii) a países asiáticos muy pobres y muy poblados con potencial para convertirse en potencias manufactureras (por ejemplo, Sri Lanka o Vietnam).

Por tanto, se trata de países extraordinariamente diversos, con rating entre sobresaliente (calificación AA, como Arabia Saudí y Qatar) y muy deficiente (calificación C, casos de Ucrania y Argentina) o no calificados (Palestina), que no comparten patrones verdaderamente comunes. En conjunto y dependiendo de los criterios utilizados, los países frontera suponen alrededor del 5% del PIB mundial, aunque su población asciende al 18% del total. En términos de capitalización del mercado, los frontera apenas representan un 2,0% frente al 25% de los emergentes tradicionales.

El crecimiento económico de los mercados frontera ha sido muy dinámico durante los últimos años superando el 6% en media, si bien desde 2013 se han desacelerado hasta un ritmo próximo al 4%. El comportamiento por países es muy diferente, reflejo de ritmos de crecimiento potenciales muy distintos: en general, menos elevado en América y en Europa del Este que en Asia y África, donde se concentran los países más pobres que pueden tomar mayor ventaja de su mayor capacidad ociosa (mano de obra barata) para importar y adaptar tecnología de las economías más avanzadas. En términos agregados, las perspectivas de crecimiento siguen siendo positivas para los mercados frontera, pero también están debilitándose, como para el resto de emergentes: el crecimiento en los próximos años puede reducirse hasta el rango del 4%-5%. No obstante, las divergencias entre países seguirán siendo sustanciales. Las expectativas para los años 2014-2017 oscilan entre ritmos medios muy dinámicos del 6,5%-7,5% para Nigeria, Sri Lanka, Bangladesh o Ghana, y una situación de estancamiento en los casos de Argentina, Croacia, Ucrania o Eslovenia.

De la misma forma, el balance de riesgos también es muy diverso. En general, el elevado crecimiento potencial y el bajo endeudamiento del sector público y privado (el escaso desarrollo del sistema financiero ha limitado el acceso a la deuda) suponen los principales puntos fuertes internos de los mercados frontera compartidos con la mayoría de países emergentes, que siguen apoyando las favorables perspectivas de medio y largo plazo (excluyendo casos muy concretos).

Sin duda, las oportunidades y los riesgos de invertir en los mercados frontera son mayores que en los desarrollados o emergentes tradicionales. Se trata de economías muy diversas, con potenciales y vulnerabilidades muy diferentes, difíciles de analizar, con un elevado riesgo-país y con mercados muy poco líquidos, pero algunos riesgos pueden ser mitigados a través del diseño de carteras de inversión diversificadas. De hecho, en algunos casos es posible reducir el riesgo de una cartera de inversión añadiendo mercados frontera gracias a su baja correlación con los mercados emergentes y desarrollados. Por tanto, estamos ante potenciales historias de éxito en el medio y largo plazo. Lo difícil, como siempre, es saber discriminar y, por tanto, acertar en nuestras decisiones de inversión. Para ello es necesario realizar un buen análisis de riesgo país, algo que como saben nuestros alumnos, no es tarea sencilla.

25
Feb

Nuevas previsiones de la Comisión Europea

Escrito el 25 febrero 2014 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española, Previsiones económicas, Unión Europea

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    [post_content] => La Comisión Europa considera que la fase actual de recuperación en Europa continúa ganando dinamismo, aunque apenas mejora sus previsiones en 0,1 p.p. respecto a su informe de otoño tanto para 2014 (+1,5% en UE y +1,2% en la UEM) como para 2015 (+2,0% y +1,8%, respectivamente).

Dibujo

La mejora del escenario es bastante generalizada para este año: entre los 18 países de la UEM, se observan 11 revisiones al alza, 5 a la baja y 2 no cambian respecto a las previsiones de otoño. Además, los diferenciales de crecimiento se están estrechando, sobre todo, entre los principales países, pero siguen siendo demasiado elevados. Se espera que Letonia sea el país más dinámico (+4,2%) y que Chipre registre el peor comportamiento (-4,8%).

El principal motor de crecimiento en 2014 y 2015 será la aceleración de la demanda interna (gracias al repunte en la inversión en bienes de equipo), si bien reconoce que el ritmo de crecimiento de la región seguirá lastrado por las consecuencias de la severidad de la crisis financiera; básicamente, el proceso de desapalancamiento del sector privado, el deterioro del acceso a la financiación y los ajustes necesarios para corregir desequilibrios internos y externos.

El mercado laboral

El mercado laboral está estabilizándose de forma gradual, pero el desempleo se mantendrá en niveles elevados –el mercado laboral suele ir retrasado en torno a 6 meses respecto al crecimiento del PIB–. La Comisión espera una modesta creación de empleo en términos netos en los próximos años y que la tasa de paro retroceda hacia niveles del 11,7% en la UEM en 2015 (las diferencias entre países seguirán siendo muy significativas).

Inflación

Por otro lado, revisa a la baja su previsión de inflación en 0,5 p.p. hasta situarla en el rango 1,0%-1,25% en 2014 y 2015, lo que podría llegar a ejercer cierta presión adicional sobre el BCE. Para una región altamente endeudada, sobre todo, en los países periféricos, una inflación tan baja tiene un impacto negativo en el necesario proceso de corrección de los desequilibrios, dificulta la ganancia de competitividad, genera inercias depresivas y podría reactivar la crisis soberana.

La Comisión considera que los programas de consolidación fiscal comienzan a dar resultado, si bien, las economías periféricas siguen siendo vulnerables:
- El esfuerzo de consolidación se mantendrá en 2014 (el déficit se situará en el 2,6% del PIB en 2014 frente a 3,1% en 2013); pero la política fiscal será neutral para el crecimiento en 2015 (el déficit se mantendrá en el 2,5% del PIB). Por su parte, la deuda pública debería tocar techo este año en el 95,9% del PIB y descender hasta el 95,4% en 2015 (se situó en el 95,5% del PIB en 2013).
- Por países, el mayor déficit fiscal en 2014 se estima para España. Además, la economía española aún mantendrá un elevado déficit primario (-2,2% del PIB), mientras el resto de periféricos logran equilibrio (Irlanda) o superávit (Grecia, Italia y Portugal). Esto explica las diferencias en las tendencias para la deuda: en España se espera que vuelva aumentar en 2014, mientras en Irlanda, Portugal y Grecia habría tocado techo y podría caer (en Italia aumentaría levemente).

En cuanto a los riesgos, la Comisión considera que están más contenidos respecto al anterior informe de otoño, si bien siguen pesando más a la baja que al alza:

1) El mayor riesgo a la baja sobre las previsiones actuales sería la paralización de la agenda reformadora, tanto en los países como en el conjunto de la UEM, lo que resultaría en un deterioro en el potencial de crecimiento y consolidaría niveles elevados de desempleo.

2) Unos niveles de inflación inferiores a los considerados podría poner en riesgo el ajuste de desequilibrios entre las economías más vulnerables; si bien teniendo en cuenta el gradual dinamismo de la recuperación y la mejora en la confianza, la probabilidad de que se produzca un shock significativo que desencadene una espiral deflacionista en la región es marginal.

3) Por el contrario, destaca como positivo la puesta en marcha de reformas estructurales de calado en las economías más vulnerables, ya que supondría poner en marcha el círculo virtuoso de aumento de la confianza, mayor crecimiento económico y una mejora en la oferta de crédito por parte de la banca europea.

España

En el caso de España, gracias a la mejora de la confianza y de las condiciones de financiación, la recuperación de la economía se consolidará en los próximos trimestres. En consecuencia, la CE mejora su previsión de crecimiento para este año, medio punto hasta el 1%, mientras que para 2015 la mantiene en el 1,7%. Aunque el desapalancamiento del sector privado seguirá limitando el dinamismo de la demanda interna,

(i) el consumo de los hogares se verá beneficiado por la mejora de la renta disponible, impulsada, a su vez, por las mejores perspectivas para el empleo y la moderada inflación, y

(ii) las mejores perspectivas y la fortaleza de la demanda externa tirarán de la inversión de las empresas.

Entre los factores de riesgo que amenazan estas previsiones la CE destaca una ralentización más intensa de lo previsto en las economías emergentes, sobre todo América Latina. Por el lado positivo, una relajación más rápida de las condiciones de financiación facilitaría la reactivación de la demanda interna.
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La Comisión Europa considera que la fase actual de recuperación en Europa continúa ganando dinamismo, aunque apenas mejora sus previsiones en 0,1 p.p. respecto a su informe de otoño tanto para 2014 (+1,5% en UE y +1,2% en la UEM) como para 2015 (+2,0% y +1,8%, respectivamente).

Dibujo

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13
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    [post_content] => ¿Puede España cambiar el rumbo de su economía? La respuesta es afirmativa siempre y cuando se pongan en marcha los motores del crecimiento. Uno de ellos son las exportaciones: desde hace cuatro años las exportaciones españolas se han convertido en el principal factor que compensa el desplome de la demanda interna. Los empresarios han conseguido hacer crecer las exportaciones y situarlas en máximos históricos. En el año 2012 España exportó bienes y servicios por valor de 338.232 millones de euros, lo que supone más del 32% del PIB. Ese aumento de las exportaciones suele ser, además, una condición necesaria para la recuperación económica. Las empresas que exportan y quieren exportar más, ponen en marcha otros motores del crecimiento como son la innovación empresarial y la formación del capital humano que permiten importantes ganancias de competitividad, no sólo para las empresas exportadoras, sino también para el conjunto de la economía.

Economy Weblog

Además, para que las exportaciones sigan creciendo será preciso aumentar el nivel de inversión. Por eso es buena noticia que los inversores, en particular los extranjeros, estén recuperando la confianza en España. Y este aumento del capital productivo es un elemento decisivo para el crecimiento económico y del empleo.

Financiación 

Otro motor del crecimiento es conseguir abaratar y facilitar la financiación de las empresas para que pongan en marcha nuevos proyectos de inversión. Por eso debemos felicitarnos porque en las subastas del Tesoro del jueves de la semana pasada los tipos de interés han seguido reduciéndose. La mayor aceptación que está teniendo la deuda pública española se debe, en parte, a la compra que están haciendo los inversores extranjeros: durante el primer trimestre de este año aumentaron su posición en bonos y obligaciones en aproximadamente 15.000 millones de euros.  

Desde el punto de vista de la financiación de la economía en su conjunto la reducción de los tipos de interés de la deuda pública no sólo reduce el déficit público sino también los gastos financieros de las compañías, puesto que los tipos de interés a los que se financia el Tesoro son la base sobre la que se construyen los tipos de interés de casi todos los bonos corporativos. Por eso no sólo están bajando los tipos de interés de la deuda pública, sino que lo hacen también los de los bonos que emiten las empresas, y no se debe olvidar que en una situación de poco crédito bancario las empresas necesitan financiarse en el mercado de bonos. 

La reforma de las Administraciones Públicas

España saldrá de esta crisis con un sector privado más fuerte impulsado por las exportaciones y con un sector público más reducido. Sólo recortando una parte del gasto público, sobre todo aquel que es innecesario, suntuario e improductivo, se conseguirá reducir el déficit público. De ahí que uno de los motores que se deberían activar para la salida de la crisis es la reforma de las Administraciones Públicas.

La mayoría de los ciudadanos perciben que la estructura del Estado y la gestión de los servicios públicos generan un exceso de ineficiencia y de gasto público que exige una presión fiscal insoportable. No se entiende bien porque las Corporaciones Locales y las Comunidades Autónomas siguen aumentando su parque empresarial cuando España ya dispone de 1.460 empresas públicas municipales y 975 autonómicas. La mayoría de estas empresas a las que hay que unir consorcios, agencias, delegaciones comerciales, observatorios y fundaciones públicas han proliferado para burlar los controles o para colocar en ellas a los compañeros de partido político o asimilados. Muchas deberían desaparecer y otras se deberían privatizar. La reforma de las Administraciones Públicas pasa también por eliminar parlamentos autonómicos, el Senado y las diputaciones y  reducir a la décima parte los 8.117 ayuntamientos. La mayoría de los municipios son tan pequeños que no tienen los recursos necesarios para dar a los vecinos los servicios públicos necesarios, tanto en cantidad como en calidad.

Este motor del crecimiento que es el redimensionamiento de las Administraciones Públicas  reduciría el gasto público y con ello sus necesidades de financiación. Como resultado  bajarían los tipos de interés y al final el crédito fluiría en más cantidad y en mejores condiciones hacia el sector privado. Nos pondríamos en el camino del crecimiento económico y de la generación de empleo.

Los motores externos 

Junto con la puesta en marcha de estos potentes motores internos que nos permitirán alcanzar a medio plazo una cierta velocidad de crucero, la economía española necesita de algunos motores externos que le ayuden a salir del puerto de la crisis. Y esta ayuda pasa por el mejor funcionamiento de la Unión Europea y de la Unión Monetaria Europea (UME). Hay que avanzar más hacia una unión económica, fiscal y bancaria, en definitiva, hacia una unión política: los Estados Unidos de Europa. Por ejemplo, se deben dar pasos más firmes y rápidos en la unión bancaria: supervisor bancario único,  sistema común de gestión y resolución de crisis bancarias y un sistema uniforme de protección de los depósitos bancarios (fondo de garantía de depósitos). Esta unión bancaria europea junto con los menores déficits públicos, restauraría la efectividad de la política monetaria en lo que se refiere a la transmisión del crédito desde el Banco Central Europeo hacia la economía real.  

Otros motores 

Existen otros motores que pueden también introducir incentivos al crecimiento económico y que paso a resumir. Habría que: 1) seguir liberalizando y desregulando sectores que trabajan al margen de la libre competencia (aeropuertos, ferrocarriles, puertos, etc.);  2) profundizar en la reforma del mercado laboral: no podemos mantener a) un seguro de desempleo que, aún siendo necesario, genera un mayor número de desempleados y b) un salario mínimo que, en nombre de la equidad, excluye del mercado a los trabajadores no cualificados y genera un desempleo de casi un millón de personas entre 16 y 25 años; 3) cambiar un sistema de pensiones que no puede garantizar una vejez digna a largo plazo a los que se acogen a él; 4) reducir unos impuestos que, buscando la eficiencia recaudatoria y la justicia distributiva, están provocando fraude, freno al crecimiento y pérdida de eficiencia económica y 5) fomentar la creación de fondos de capital riesgo que inviertan en proyectos que combinen la creación de nuevas empresas con la innovación tecnológica. 

Así las cosas, España saldrá de la crisis de la mano de las exportaciones y de las reformas estructurales. El aumento de las exportaciones de bienes y servicios irán poco a poco recuperando la inversión y al final, producir para exportar exigirá antes o después, el aumento del empleo. Es un camino que ya se ha empezado a recorrer: la productividad de las empresas españolas está creciendo y la competitividad de nuestros bienes y servicios aumenta a pasos agigantados. Mientras tanto debemos reformar las Administraciones Públicas: tienen un coste muy elevado que España no se puede permitir.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. "Motores en marcha". Expansión; 11 de mayo de 2013. Pagina 11
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¿Puede España cambiar el rumbo de su economía? La respuesta es afirmativa siempre y cuando se pongan en marcha los motores del crecimiento. Uno de ellos son las exportaciones: desde hace cuatro años las exportaciones españolas se han convertido en el principal factor que compensa el desplome de la demanda interna. Los empresarios han conseguido hacer crecer las exportaciones y situarlas en máximos históricos. En el año 2012 España exportó bienes y servicios por valor de 338.232 millones de euros, lo que supone más del 32% del PIB. Ese aumento de las exportaciones suele ser, además, una condición necesaria para la recuperación económica. Las empresas que exportan y quieren exportar más, ponen en marcha otros motores del crecimiento como son la innovación empresarial y la formación del capital humano que permiten importantes ganancias de competitividad, no sólo para las empresas exportadoras, sino también para el conjunto de la economía.

Economy Weblog

Además, para que las exportaciones sigan creciendo será preciso aumentar el nivel de inversión. Por eso es buena noticia que los inversores, en particular los extranjeros, estén recuperando la confianza en España. Y este aumento del capital productivo es un elemento decisivo para el crecimiento económico y del empleo.

Financiación 

Otro motor del crecimiento es conseguir abaratar y facilitar la financiación de las empresas para que pongan en marcha nuevos proyectos de inversión. Por eso debemos felicitarnos porque en las subastas del Tesoro del jueves de la semana pasada los tipos de interés han seguido reduciéndose. La mayor aceptación que está teniendo la deuda pública española se debe, en parte, a la compra que están haciendo los inversores extranjeros: durante el primer trimestre de este año aumentaron su posición en bonos y obligaciones en aproximadamente 15.000 millones de euros.  

Desde el punto de vista de la financiación de la economía en su conjunto la reducción de los tipos de interés de la deuda pública no sólo reduce el déficit público sino también los gastos financieros de las compañías, puesto que los tipos de interés a los que se financia el Tesoro son la base sobre la que se construyen los tipos de interés de casi todos los bonos corporativos. Por eso no sólo están bajando los tipos de interés de la deuda pública, sino que lo hacen también los de los bonos que emiten las empresas, y no se debe olvidar que en una situación de poco crédito bancario las empresas necesitan financiarse en el mercado de bonos. 

La reforma de las Administraciones Públicas

España saldrá de esta crisis con un sector privado más fuerte impulsado por las exportaciones y con un sector público más reducido. Sólo recortando una parte del gasto público, sobre todo aquel que es innecesario, suntuario e improductivo, se conseguirá reducir el déficit público. De ahí que uno de los motores que se deberían activar para la salida de la crisis es la reforma de las Administraciones Públicas.

La mayoría de los ciudadanos perciben que la estructura del Estado y la gestión de los servicios públicos generan un exceso de ineficiencia y de gasto público que exige una presión fiscal insoportable. No se entiende bien porque las Corporaciones Locales y las Comunidades Autónomas siguen aumentando su parque empresarial cuando España ya dispone de 1.460 empresas públicas municipales y 975 autonómicas. La mayoría de estas empresas a las que hay que unir consorcios, agencias, delegaciones comerciales, observatorios y fundaciones públicas han proliferado para burlar los controles o para colocar en ellas a los compañeros de partido político o asimilados. Muchas deberían desaparecer y otras se deberían privatizar. La reforma de las Administraciones Públicas pasa también por eliminar parlamentos autonómicos, el Senado y las diputaciones y  reducir a la décima parte los 8.117 ayuntamientos. La mayoría de los municipios son tan pequeños que no tienen los recursos necesarios para dar a los vecinos los servicios públicos necesarios, tanto en cantidad como en calidad.

Este motor del crecimiento que es el redimensionamiento de las Administraciones Públicas  reduciría el gasto público y con ello sus necesidades de financiación. Como resultado  bajarían los tipos de interés y al final el crédito fluiría en más cantidad y en mejores condiciones hacia el sector privado. Nos pondríamos en el camino del crecimiento económico y de la generación de empleo.

Los motores externos 

Junto con la puesta en marcha de estos potentes motores internos que nos permitirán alcanzar a medio plazo una cierta velocidad de crucero, la economía española necesita de algunos motores externos que le ayuden a salir del puerto de la crisis. Y esta ayuda pasa por el mejor funcionamiento de la Unión Europea y de la Unión Monetaria Europea (UME). Hay que avanzar más hacia una unión económica, fiscal y bancaria, en definitiva, hacia una unión política: los Estados Unidos de Europa. Por ejemplo, se deben dar pasos más firmes y rápidos en la unión bancaria: supervisor bancario único,  sistema común de gestión y resolución de crisis bancarias y un sistema uniforme de protección de los depósitos bancarios (fondo de garantía de depósitos). Esta unión bancaria europea junto con los menores déficits públicos, restauraría la efectividad de la política monetaria en lo que se refiere a la transmisión del crédito desde el Banco Central Europeo hacia la economía real.  

Otros motores 

Existen otros motores que pueden también introducir incentivos al crecimiento económico y que paso a resumir. Habría que: 1) seguir liberalizando y desregulando sectores que trabajan al margen de la libre competencia (aeropuertos, ferrocarriles, puertos, etc.);  2) profundizar en la reforma del mercado laboral: no podemos mantener a) un seguro de desempleo que, aún siendo necesario, genera un mayor número de desempleados y b) un salario mínimo que, en nombre de la equidad, excluye del mercado a los trabajadores no cualificados y genera un desempleo de casi un millón de personas entre 16 y 25 años; 3) cambiar un sistema de pensiones que no puede garantizar una vejez digna a largo plazo a los que se acogen a él; 4) reducir unos impuestos que, buscando la eficiencia recaudatoria y la justicia distributiva, están provocando fraude, freno al crecimiento y pérdida de eficiencia económica y 5) fomentar la creación de fondos de capital riesgo que inviertan en proyectos que combinen la creación de nuevas empresas con la innovación tecnológica. 

Así las cosas, España saldrá de la crisis de la mano de las exportaciones y de las reformas estructurales. El aumento de las exportaciones de bienes y servicios irán poco a poco recuperando la inversión y al final, producir para exportar exigirá antes o después, el aumento del empleo. Es un camino que ya se ha empezado a recorrer: la productividad de las empresas españolas está creciendo y la competitividad de nuestros bienes y servicios aumenta a pasos agigantados. Mientras tanto debemos reformar las Administraciones Públicas: tienen un coste muy elevado que España no se puede permitir.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «Motores en marcha». Expansión; 11 de mayo de 2013. Pagina 11

8
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    [post_content] => El informe de primavera de la CE muestra un escenario algo más pesimista que el publicado hace apenas dos meses: atrasa hasta el 2T13 la recuperación (frente al 1T13 que ya se anticipaba positivo en febrero). Además, anticipa una senda de recuperación todavía más gradual para 2013 que en su informe de invierno (apenas superará el 0,2% trimestral en media en la segunda mitad de 2013), si bien mantiene sin cambios la senda estimada para 2014 (anticipa crecimientos del 0,4% a partir del 2T14).

El débil comienzo de 2013 (el 1T13 podría retroceder un 0,1%) y la tibieza de la recuperación posterior sitúan la estimación para el crecimiento medio de la UEM en 2013 en -0,4% (frente a -0,3% previsto en el informe previo). Para 2014, la CE prevé un modesto crecimiento positivo: +1,2% frente a +1,4% anticipado en febrero.

Dibujo

 Alemania no es ajena al deterioro de expectativas y, entre las grandes economías, es la que presenta el recorte crecimiento más intenso para 2014. Así, se anticipa un crecimiento del 0,4% en 2013 (0,5% anterior) y del 1,8% en 2014 (2,0% anterior).
- España es la única economía que ve revisada al alza el crecimiento previsto para 2014 (una décima hasta 0,9%), compensando el recorte de una décima en la estimación para 2013 (-1,5%).
- Destaca el fuerte recorte en el crecimiento previsto para Portugal en 2013: -2,3% frente a -1,9% de hace dos meses, mientras que la previsión para 2014 se reduce en dos décimas hasta 0,6%. En cuanto a Eslovenia, la CE confirma en un -2,0% la variación del PIB en 2013, pero reduce hasta el -0,1% su previsión para 2014 (+0,7% en el informe de febrero).
- Mención especial para Chipre, que sufre un importante deterioro en sus expectativas de crecimiento por el impacto de la crisis bancaria en su economía: -8,7% en 2013 y -3,9% en 2014 (-3,5% y -1,3%, respectivamente en febrero).

De nuevo la CE incide en la debilidad de la demanda interna (1,2% en 2013 y +1,0% en 2014, -0,3 p.p. y -0,2 p.p. respectivamente, respecto a febrero) y vuelve a señalar al sector exterior como único motor del crecimiento hasta, al menos, la segunda mitad de 2013. Esta falta de vigor de la demanda interna se explica por: (i) la continuidad en el proceso de desapalancamiento ya iniciado para recomponer los balances del sector privado y público; (ii) la infrautilización de recursos asociada a los fuertes procesos de ajuste fiscal en marcha; y (iii) la elevada incertidumbre.

Este escenario de crecimiento explica las pobres expectativas para el empleo: seguirá cayendo a un ritmo del 0,7% en 2013 y apenas aumentará un 0,3% en 2014. La tasa de paro se mantendrá por encima del 12%, aunque con una clara divergencia entre países: todavía en 2014, España tendrá una tasa de paro superior al 26%, mientras que en Austria se situará en el 4,7%.

Precisamente, el problema del desempleo, que en las economías periféricas alcanza ya niveles insostenibles, es lo que hace necesario que se siga avanzando en el proceso de reformas estructurales. La CE afirma que, para el futuro de la UEM, es fundamental avanzar en el proceso de creación de la Unión Bancaria, lo que permitirá superar la actual fragmentación del mercado. La debilidad que todavía presentan los sistemas bancarios de algunos países y las diferentes perspectivas de crecimiento económico explican las divergencias entre los costes de financiación que asume el sector privado en cada país.

En materia de consolidación fiscal, la CE reconoce que el ritmo e intensidad de las reformas se suavizará a lo largo de 2013 y, sobre todo, en 2014. Además, señala que las reformas deberán concentrarse en el lado de la reducción de gastos, abandonando las políticas de subidas de impuestos. Así, el déficit fiscal será de un 2,9% en 2013 y de un 2,8% en 2014 (una décima más que en febrero).

Para la mayoría de los países con problemas, la Comisión no estima avances destacables en la reducción del déficit en 2013 y no será hasta 2014 cuando empiecen a ser evidentes los resultados de los procesos de consolidación en marcha, salvo en el caso de España, donde prevé que siga aumentando. (El caso de Chipre es especial ya que el impacto del impacto del rescate de su sector bancario provoca el mayor deterioro de las cuentas públicas dentro de la UEM respecto al informe de febrero). La CE estima que el déficit fiscal se reducirá en Irlanda desde 7,5% en 2013 a 4,3% en 2014, en Portugal desde -5,5% a -4,0% y en Grecia desde -3,8% a -2,6% (la reestructuración de su deuda en marzo de 2012 explica esta favorable evolución). En cuanto a España, prevé un aumento de su déficit fiscal desde el -6,5% de 2013 hasta el -7,0% en 2014, debido a que sigue considerando como hipótesis la reversión de las subidas de impuestos (IRPF y sociedades) de 2012, pese a que el gobierno ya ha anunciado que las retrasará a 2015.

- La persistencia de la crisis económica está provocando que, pese al esfuerzo de consolidación fiscal llevado a cabo, muchos países no puedan cumplir con los objetivos pactados con la CE y soliciten una relajación de estas metas. Esto se traduce, principalmente, en retrasar la fecha en la que alcanzar situar el déficit fiscal por debajo del 3,0% del PIB.
- Algunos de los países rescatados ya han logrado que Bruselas haya retrasado la fecha para lograr un déficit fiscal inferior al 3,0%: en diciembre de 2012, Grecia pactó aplazarlo hasta 2016 y, en marzo de 2013 se aprobó que Portugal e Irlanda lo aplazaran a 2015. España y Francia (que está sufriendo un rápido deterioro de su economía) pretenden atrasarlo hasta 2016 y 2015, respectivamente. (Previsiblemente, este retraso se hará oficial a finales de mes),

En balance, la acumulación de elevados déficit seguirá aumentando la deuda pública, que se situará en 2013 en el 95,5% del PIB en la UEM y llegará al 96% en 2014. En 2013 los valores máximos se alcanzarán en Grecia (175,2%), Italia (131,4%), Irlanda y Portugal (123%). Además, el peso de la deuda en términos de PIB seguirá aumentando en todos los países en 2014 (salvo en Austria, Grecia, Estonia, Alemania e Irlanda), situándose a la cabeza de este deterioro España, Eslovenia, Francia y Eslovaquia.

En cuanto a los riesgos, la CE señala que los escenarios más adversos se han disipado. Sin embargo, la incertidumbre sobre las débiles perspectivas de crecimiento que se manejan, así como la fragilidad del escenario macro y financiero, hacen que los riesgos se concentren a la baja. Entre los principales, destacaría una apreciación del euro, la ralentización de las tan necesarias reformas estructurales y la aplicación de nuevas medidas fiscales si así lo requiriese la situación en algún país.
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El informe de primavera de la CE muestra un escenario algo más pesimista que el publicado hace apenas dos meses: atrasa hasta el 2T13 la recuperación (frente al 1T13 que ya se anticipaba positivo en febrero). Además, anticipa una senda de recuperación todavía más gradual para 2013 que en su informe de invierno (apenas superará el 0,2% trimestral en media en la segunda mitad de 2013), si bien mantiene sin cambios la senda estimada para 2014 (anticipa crecimientos del 0,4% a partir del 2T14).

El débil comienzo de 2013 (el 1T13 podría retroceder un 0,1%) y la tibieza de la recuperación posterior sitúan la estimación para el crecimiento medio de la UEM en 2013 en -0,4% (frente a -0,3% previsto en el informe previo). Para 2014, la CE prevé un modesto crecimiento positivo: +1,2% frente a +1,4% anticipado en febrero.

Dibujo

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17
Abr
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    [post_content] => Después de la controversia provocada hace seis meses por la publicación de nuevas estimaciones de los multiplicadores fiscales -lo que supuso un toque de atención a los excesos de austeridad en los procesos de consolidación fiscal- esta vez el FMI ha sido más neutral en el eterno debate de política económica entre keynesianos y neoclásicos.

En el lado monetario, ya comentamos la semana pasada que el FMI defiende el anclaje de las expectativas inflacionistas, lo que apoyaría los riesgos que están asumiendo algunos bancos centrales.

Pero en el lado fiscal, ahora se reconoce que no hay remedios milagrosos para los problemas de déficit y deuda pública, aunque en general se defiende que manteniendo superávits primarios del 1%, los ratios de deuda pública se acercarían al 60% en 2030. Sigue predominando la visión de que el riesgo en estos momentos es pasarse de frenada a corto plazo en el ajuste fiscal, pero también se reconoce que es necesario presentar planes de consolidación de las cuentas públicas en el medio plazo en países como Japón o EEUU. Pero la realidad es que en 2014, los países desarrollados tendrán un porcentaje de la deuda pública equivalente al 110% del PIB, cuando a partir del 90% del PIB los efectos sobre el crecimiento potencial son claramente negativos.

Previsiones de crecimiento económico

Además, el FMI rebaja las previsiones para el crecimiento mundial en 2013 en 0,2 p.p. hasta un 3,3%, aunque las mantiene estables para 2014. La expansión global tiene continuidad, pero el comportamiento de las economías sigue siendo muy desigual y, dadas las fuertes interconexiones entre países, una recuperación a “tres velocidades”, como la actual, es también una recuperación vulnerable.

perspectivas

Todas las principales economías, desarrolladas y emergentes, exceptuando Japón se ven afectadas en mayor o menor medida por la revisión a la baja de 2013. En general, el pronóstico para las economías desarrolladas en 2013 no es mejor que en 2012, aunque la progresión es más favorable, consistente con un mayor crecimiento en 2014. Para las emergentes, el FMI prevé que 2013 será algo mejor que 2012 (5,3% frente a 5,1%).

Estados Unidos

EEUU muestra signos de fortaleza gracias a la reactivación del crédito y del mercado inmobiliario, pero las medidas de austeridad puestas en marcha tendrán un impacto negativo sobre el crecimiento: 1,9% estimado para 2013 (2,1% anterior) y 3,0% en 2014 (3,1% anterior). La UEM sigue rezagada debido, principalmente, a la ruptura de los canales del crédito (familias y empresas aún no se benefician de una mejora en las condiciones financieras) y a los continuos esfuerzos de consolidación fiscal. El FMI rebaja en 0,1 p.p. sus previsiones para el crecimiento del PIB en 2013 hasta el -0,3%, pero mantiene estables las de 2014 en el 1,1%.

España

El FMI prevé para España una contracción del PIB del 1,6% en 2013, lastrada por la extrema debilidad de la demanda interna, y una leve recuperación (+0,7%) para el año próximo; en ambos casos empeora una décima sus previsiones anteriores. Según el FMI, los ritmos de crecimiento serán modestos, inferiores al 2%, al menos hasta final de la década.

Como consecuencia de estas malas perspectivas, la tasa de paro seguirá creciendo, hasta el 27% de la población en 2013, la más alta de la UE, junto con Grecia, apenas se reducirá medio punto el año próximo y no bajará del 25% hasta 2016. Por su parte, aunque el déficit público se reducirá de forma notable este año hasta el 6,6% del PIB, frente al 10% estimado en 2012, quedará lejos del objetivo marcado por Bruselas (en principio el 4,5%), mientras que en 2014 volverá a repuntar hasta cerca del 7%: no será hasta 2017 cuando se sitúe por debajo del 6%. Como aspecto positivo, se prevén superávits crecientes de la balanza por cuenta corriente (1,1% del PIB este año y 2,2% el próximo).

Para Japón incrementa sustancialmente sus previsiones gracias a las nuevas medidas de estímulo fiscal y monetario: +0,4 p.p. hasta 1,6% para 2013 y +0,7 p.p. hasta 1,4% para 2014. Por tanto, parece confirmarse el respaldo del FMI al cambio estratégico en la política económica impulsado por el presidente Abe.

En el caso de las economías emergentes, el FMI prevé que conserven un ritmo dinámico de crecimiento en los dos próximos años, sin grandes cambios respecto a 2012: 5,3% en 2013 (5,5% anterior) y 5,7% en 2014 (5,8% anterior). La resistencia de la demanda interna y de las exportaciones y el apoyo de políticas pro-crecimiento explican su diferenciación positiva. Destaca la fuerte revisión a la baja en las previsiones para Brasil en 2013 (-0,5 p.p. hasta un 3,0%), aunque mejora en 0,1 p.p. hasta un 4,0% las de 2014. En el caso de China, a pesar de las recientes señales de enfriamiento, el FMI sólo recorta en 0,1 p.p. su previsión para 2013 hasta el 8,0% y limita la mejora estimada para 2014 (8,2% frente al 8,5% anterior).

El FMI considera que los escenarios más adversos han perdido probabilidad y, por tanto, los riesgos para la economía global están ahora más equilibrados.

- Reconoce que el escenario a corto plazo ha mejorado gracias a que los responsables políticos de la UEM y de EEUU tomaron medidas para desactivar los dos principales riesgos que amenazaban a la expansión global: riesgo de ruptura del euro y un endurecimiento excesivo de la política fiscal en EEUU.
- Entre los riesgos a medio plazo, destaca las dudas sobre la capacidad de la UEM para superar la crisis y de EEUU y Japón para reducir sus déficits fiscales y su deuda.
- Los desequilibrios en las balanzas por cuenta corriente están moderándose, aunque ello se debe, principalmente, al debilitamiento de las importaciones en los países con mayores déficits. Esta mejora se refleja en un cierto reequilibrio entre las tres principales divisas y el FMI no observa grandes desviaciones respecto a sus valores fundamentales: considera que el dólar y el euro están moderadamente sobrevaloradas y el yuan chino moderadamente infravalorado.

Política económica

Entre las recomendaciones, el FMI destaca que, en las economías desarrolladas, los dirigentes políticos deben tomar “todas las medidas que sean prudentes para estimular la débil demanda”.

- Reconoce que la expansión fiscal no puede resolver por sí sola los problemas de debilidad de la demanda y de elevado endeudamiento y recomienda a EEUU y a Japón a que tomen medidas para equilibrar sus cuentas públicas a medio y largo plazo; pero éstas deben ser graduales. Además urge a los países con margen fiscal (como Alemania) a tomar medidas de estímulo.
- Además, sugiere que los bancos centrales deberían analizar qué más pueden hacer para afianzar la recuperación económica: la política monetaria debe seguir respaldando la actividad y las políticas financieras tienen que ayudar a mejorar la transmisión de la política monetaria hacia la economía real.
- Todo ello debe ver complementado con reformas estructurales para elevar el crecimiento potencial y reequilibrar la demanda mundial.
- En el caso de las economías emergentes, el FMI considera que deberían comenzar a retirar estímulos a medio plazo, empezando con la política monetaria y, posteriormente, poniendo en marcha planes de consolidación fiscal para ganar margen de maniobra.

En definitiva, un informe de transición, en el que como en los dos años anteriores se espera una recuperación de la economía mundial en la segunda parte del año. Lo positivo es que se han reducido las probabilidades de los eventos de mayor riesgo (ruptura del euro) y, sin embargo, Europa seguirá siendo un lastre para la recuperación mundial a corto plazo.
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Después de la controversia provocada hace seis meses por la publicación de nuevas estimaciones de los multiplicadores fiscales -lo que supuso un toque de atención a los excesos de austeridad en los procesos de consolidación fiscal- esta vez el FMI ha sido más neutral en el eterno debate de política económica entre keynesianos y neoclásicos.

En el lado monetario, ya comentamos la semana pasada que el FMI defiende el anclaje de las expectativas inflacionistas, lo que apoyaría los riesgos que están asumiendo algunos bancos centrales.

Pero en el lado fiscal, ahora se reconoce que no hay remedios milagrosos para los problemas de déficit y deuda pública, aunque en general se defiende que manteniendo superávits primarios del 1%, los ratios de deuda pública se acercarían al 60% en 2030. Sigue predominando la visión de que el riesgo en estos momentos es pasarse de frenada a corto plazo en el ajuste fiscal, pero también se reconoce que es necesario presentar planes de consolidación de las cuentas públicas en el medio plazo en países como Japón o EEUU. Pero la realidad es que en 2014, los países desarrollados tendrán un porcentaje de la deuda pública equivalente al 110% del PIB, cuando a partir del 90% del PIB los efectos sobre el crecimiento potencial son claramente negativos.

Previsiones de crecimiento económico

Además, el FMI rebaja las previsiones para el crecimiento mundial en 2013 en 0,2 p.p. hasta un 3,3%, aunque las mantiene estables para 2014. La expansión global tiene continuidad, pero el comportamiento de las economías sigue siendo muy desigual y, dadas las fuertes interconexiones entre países, una recuperación a “tres velocidades”, como la actual, es también una recuperación vulnerable.

perspectivas

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30
Oct
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    [post_content] => La expresión de “Cisne Negro” tiene que ver con la probabilidad casi cero de que se produzca un suceso. La definición de “Black Hat Scenario” se refiere al peor de los escenarios posibles. Antiguamente en el Reino Unido, el que el juez llevara un sombrero negro sobre la cabeza a la hora de emitir la sentencia significaba la pena de muerte para el acusado. En estos días de desasosiego e incertidumbre quizás merezca la pena realizar enfoques en el que aparezcan las amenazas que penden sobre la economía mundial pero también las fortalezas a la hora de plantear las perspectivas económicas para 2013 y saber qué sombrero traerá el juez.

fotos cisne negro 



Empecemos por las amenazas y sus posibles implicaciones. En nuestra opinión podemos considerar tres acontecimientos distintos aunque poco probables (“cisnes negros”): la desintegración del euro, la crisis económica en China y la estanflación.

Por lo que se respecta a la desintegración del euro, es sabido que durante los últimos meses se ha comentado mucho sobre la posibilidad de una división del euro en dos zonas una donde estarían Alemania, Holanda, Austria y Finlandia y otra encabezada por Francia, Italia y España. También se contempla la probabilidad de una desintegración del euro, tanto total (y recuperación de las monedas nacionales de los 17 países miembros) como parcial (la exclusión de uno o varios países). Estos escenarios intentan explicar que las economías periféricas, con una moneda débil, recuperarían competitividad y saldrían de la crisis exportando más e importando menos. Sin embargo, las consecuencias de esta desintegración no son desdeñables. El impacto económico de la ruptura sería mucho mayor que, por ejemplo, el coste del plan de rescate de los países con problemas. Por poner un ejemplo cuantitativo, el importe de los bonos periféricos (Grecia, Portugal, Irlanda y España) en los balances de entidades financieras alemanas representa el 50% de los recursos propios de dichas entidades. Y si añadimos a Italia, que cuenta con el mayor mercado de bonos de la eurozona, la cifra alcanza hasta el 90%. Por tanto, una quiebra o parálisis del sistema financiero europeo no estaría descartada y los daños económicos serían incuantificables.

El segundo “cisne negro” es una posible crisis económica en China. Como es sabido China es la locomotora del mundo y su crecimiento económico lleva varios trimestres cayendo. Es la segunda economía del mundo después de EEUU. Además, se ha convertido en el mayor comprador mundial de bonos americanos y de materias primas. No obstante, la calidad y la transparencia en cuanto a la información económica siempre han generado dudas entre los analistas,  por lo que su tasa de crecimiento, inflación o la calidad de la cartera crediticia de su sistema bancario puede ser mucho mayor (o menor) de lo anunciado. Lo cierto es que si China “estornuda” el resto del mundo padecería una “gripe” considerable, dadas las fuertes implicaciones comerciales y financieras en una economía tan globalizada. Sin embargo las autoridades chinas están aplicando políticas monetarias, fiscales y estructurales para evitar que el segundo motor de la economía mundial se “gripe”.

¿Puede sobrevenir una estanflación? El término estanflación es una mezcla de “estancamiento” o recesión económica e inflación por otra parte. Así, lo definió el antiguo ministro de finanzas británico, Iain Maclaod: “es lo peor de los dos mundos”; pues si se intenta potenciar el crecimiento económico para reducir el desempleo se dispara aún más la inflación y, por el contrario, si se intenta reducir la inflación se reduce el crecimiento y aumenta el paro. Si bien la famosa “curva de Phillips” relacionaba inversamente inflación y desempleo, lo novedoso de la estanflación es que pueden darse los dos fenómenos a la vez. La estanflación tuvo un especial apogeo tras la crisis del petróleo en los años 1973 y 1979 y fue el origen de las elevadas deudas públicas de muchos países occidentales, al intentar minimizar sus efectos elevando el gasto financiado con deuda pública. No parece que por ahora se generalice una inflación con estancamiento a nivel mundial. Los gobiernos saben que la solución a este problema es aplicar políticas de oferta agregada: reformas del mercado de trabajo, apuesta por la Tercera Revolución Industrial, liberalización de los mercados, mayor apertura al comercio internacional, etc.

Estas tres amenazas son, a nuestro juicio, el peor escenario. Afortunadamente son poco probables. Pero sin olvidar que el enfriamiento de China, una ruptura de euro y la timidez en las reformas por el lado de la oferta pueden llevar a la economía mundial a un largo periodo de estancamiento con inflación, con la consiguiente pérdida de empleo y riqueza.

Pero el panorama de la economía mundial para 2013 tiene también sus fortalezas. Primero, los mercados mundiales se están moviendo positivamente ante los nuevos estímulos de los Bancos Centrales, de ahí que el Fondo Monetario Internacional espera que la economía mundial crezca más en 2013 que en 2012. Segundo, los problemas de los países periféricos de la Eurozona se van resolviendo. La promesa del BCE de comprar bonos en el mercado secundario está favoreciendo la financiación de los déficits de España e Italia. Una medida más para que el proyecto del euro siga adelante. Sin embargo, no se pueden descartar nuevos episodios de inestabilidad en los países periféricos de la zona Euro. Pero aunque los vaya a ver se solucionarán.

En conclusión, parece probable que en 2013 el juez no llegue con sombrero negro anunciando graves problemas para la economía mundial. Es más, los mercados están descontando que por ahora el Euro no se rompe, aunque continúen apareciendo los episodios de incertidumbre. También parece muy aceptado que el crecimiento de la economía mundial, en 2013, será suficiente como para reducir la tasa de desempleo que hoy se encuentran en niveles muy altos. Mientras tanto los países emergentes crecerán en 2013 lo suficiente como para que, cómo cada año, 80 millones de personas salgan de la pobreza.

Fuente: Rafael Pampillón y José Luis Jiménez. “Los cisnes negros de 2013”. El Mundo. Suplemento Mercados. 28 de octubre de 2012. Página 6.
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La expresión de “Cisne Negro” tiene que ver con la probabilidad casi cero de que se produzca un suceso. La definición de “Black Hat Scenario” se refiere al peor de los escenarios posibles. Antiguamente en el Reino Unido, el que el juez llevara un sombrero negro sobre la cabeza a la hora de emitir la sentencia significaba la pena de muerte para el acusado. En estos días de desasosiego e incertidumbre quizás merezca la pena realizar enfoques en el que aparezcan las amenazas que penden sobre la economía mundial pero también las fortalezas a la hora de plantear las perspectivas económicas para 2013 y saber qué sombrero traerá el juez.

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