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13
Jun

Los ciclos de la Economía Mundial

Escrito el 13 junio 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Mundial

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    [post_content] => Hace escasos años teníamos 5 países emergentes aportando más del 50% del crecimiento económico global: El acrónimo de los BRICS aunaba la fuerza y potencia de los países en vías de desarrollo.  Pero el tiempo pasa y los ciclos vuelven.  Esta semana el Banco Mundial ha señalado como las economías de la OCDE, vuelven a retomar, siete años después de la crisis financiera global, su papel como motores de la economía global.  Parece que el gran empuje que la economía mundial ha tenido estos últimos años, debido principalmente a la pujanza de China y Brasil, está llegando a su fin. El Banco Mundial señala que de los cinco, BRICS, cuatro, con la excepción de India tienen que acostumbrase a unos años de menor crecimiento.  La previsión de crecimiento del Banco Mundial para la democracia más poblada del mundo se encuentra a un espectacular 7,5% para el año en curso.

El decrecimiento estructural en economías en desarrollo, como China, ha sido debido a una diversidad de factores, como la caída en el precio de las materias primas (commodities) o la desaceleración del comercio Sur-Sur. Esto se refleja en datos como que en el primer trimestre del año, la aportación de los países emergentes al crecimiento mundial ha retrocedido por primera vez desde el 2009 o que el consumo energético chino esté creciendo a una tasa moderada, que no se había visto desde la crisis del Sudeste Asiático de los noventa.Economia-mundial_01

Es una nueva situación que dentro de la globalización actual tiene un impacto general y diverso: Una posible contracción de la economía brasileña del 1,3% llevará a las economías latinoamericanas a un reducido 0,4% global; África Subsahariana limitará su crecimiento a un 4,2% debido al decrecimiento de su mayor economía, Nigeria y los Estados Unidos o Reino Unido verán un ligera reducción de su PIB al 2,7 y 2,6 , respectivamente.    Los BRICS suponen actualmente una quinta parte de la economía mundial: Rusia y Brasil ya se encuentran en recesión y China está sufriendo un decrecimiento notable.  El objetivo global de llegar a un 2,8% de crecimiento en el mundo en el 2015, estaría más claro si el repunte en los países de la OCDE fuese más fuerte.  ¿Y qué tenemos a la vuelta de la esquina?    Parece que la FED va a subir los tipos de interés por primera vez en una década y hay un número muy importante de empresas de países emergentes que se han endeudado en USD estos últimos años.

En el siglo XXI, los bajos tipos de interés en Estados Unidos, la pujanza de China y la globalización, han actuado de motores para los países emergentes.  Si los tres retroceden, no aparece ahora mismo en el horizonte un sustituto claro.  El mayor reto será encontrarlo para no volver a caer en otro ciclo bajista.
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Hace escasos años teníamos 5 países emergentes aportando más del 50% del crecimiento económico global: El acrónimo de los BRICS aunaba la fuerza y potencia de los países en vías de desarrollo.  Pero el tiempo pasa y los ciclos vuelven.  Esta semana el Banco Mundial ha señalado como las economías de la OCDE, vuelven a retomar, siete años después de la crisis financiera global, su papel como motores de la economía global.  Parece que el gran empuje que la economía mundial ha tenido estos últimos años, debido principalmente a la pujanza de China y Brasil, está llegando a su fin. El Banco Mundial señala que de los cinco, BRICS, cuatro, con la excepción de India tienen que acostumbrase a unos años de menor crecimiento.  La previsión de crecimiento del Banco Mundial para la democracia más poblada del mundo se encuentra a un espectacular 7,5% para el año en curso.

El decrecimiento estructural en economías en desarrollo, como China, ha sido debido a una diversidad de factores, como la caída en el precio de las materias primas (commodities) o la desaceleración del comercio Sur-Sur. Esto se refleja en datos como que en el primer trimestre del año, la aportación de los países emergentes al crecimiento mundial ha retrocedido por primera vez desde el 2009 o que el consumo energético chino esté creciendo a una tasa moderada, que no se había visto desde la crisis del Sudeste Asiático de los noventa.Economia-mundial_01

Es una nueva situación que dentro de la globalización actual tiene un impacto general y diverso: Una posible contracción de la economía brasileña del 1,3% llevará a las economías latinoamericanas a un reducido 0,4% global; África Subsahariana limitará su crecimiento a un 4,2% debido al decrecimiento de su mayor economía, Nigeria y los Estados Unidos o Reino Unido verán un ligera reducción de su PIB al 2,7 y 2,6 , respectivamente.    Los BRICS suponen actualmente una quinta parte de la economía mundial: Rusia y Brasil ya se encuentran en recesión y China está sufriendo un decrecimiento notable.  El objetivo global de llegar a un 2,8% de crecimiento en el mundo en el 2015, estaría más claro si el repunte en los países de la OCDE fuese más fuerte.  ¿Y qué tenemos a la vuelta de la esquina?    Parece que la FED va a subir los tipos de interés por primera vez en una década y hay un número muy importante de empresas de países emergentes que se han endeudado en USD estos últimos años.

En el siglo XXI, los bajos tipos de interés en Estados Unidos, la pujanza de China y la globalización, han actuado de motores para los países emergentes.  Si los tres retroceden, no aparece ahora mismo en el horizonte un sustituto claro.  El mayor reto será encontrarlo para no volver a caer en otro ciclo bajista.

21
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    [post_content] => [caption id="attachment_21114" align="alignleft" width="600"]Economy Weblog Previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional[/caption]

El principal mensaje de la revisión de las previsiones realizada por el FMI es que la debilidad de la inversión global va a compensar el efecto de la bajada del precio del petróleo. Así que lo más sorprendente de las nuevas previsiones es que pese a las estimaciones realizadas por el propio FMI de que la bajada de un 50% del precio del petróleo iba a añadir al menos medio punto al crecimiento mundial, al final se han rebajado las previsiones respecto a la de octubre. La pregunta es: ¿qué hubiese pasado en 2015 sin la caída de los precios del crudo?

Por tanto, una vez más, el FMI revisa a la baja el escenario de crecimiento respecto al presentado en octubre: -0,3 p.p. en 2015 y 2016 hasta 3,5% y 3,7%, respectivamente. El impulso que el desplome de los precios del crudo supondrá para el crecimiento se verá más que compensado por la persistente debilidad de la inversión productiva.

Dentro de este escenario de menor crecimiento destaca positivamente EEUU, la única de las grandes economías que experimenta una sustancial revisión al alza (+0,5 p.p. en 2015 hasta 3,6% y +0,3 p.p. en 2016 hasta 3,3%). Este mayor dinamismo prácticamente compensa el recorte que sufren Japón (-0,2 p.p. en 2015 y -0,1 p.p. en 2016) y UEM (-0,2 p.p. en 2014 y -0,3 p.p. en 2016), que ven debilitadas sus economías a pesar del impulso positivo que representan la debilidad de sus respectivas divisas. Dentro de UEM se desmarca España, que muestra una revisión al alza significativa en 2015 (+0,3 p.p. hasta 2,0%) y confirma la previsión elaborada para 2016 en octubre.

En las economías emergentes, el crecimiento estimado registra un importante recorte: -0,6 p.p. en 2015 y -0,5 p.p. en 2016, hasta 4,3% y 4,7%, respectivamente. No obstante, de confirmarse estas previsiones, en 2016 se rompería con una racha de cinco años consecutivos de enfriamiento, la más larga desde el inicio de la serie en 1980.

Tres son los principales motivos que explican este notable descenso en las previsiones.
- El crecimiento en China se enfriará todavía más de lo esperado (-0,3 p.p. en 2015 hasta 6,8% y -0,5 p.p. en 2016 hasta 6,3%) y se situará en mínimos desde 1989-1990.
- Rusia es la economía que sufre el recorte más acusada en sus previsiones (en el acumulado 2015-2016 crecerá 6 p.p. menos de lo estimado en octubre) ya que el impacto negativo del desplome de los precios del crudo y de las sanciones económicas arrastrarán al país a una nueva recesión.
- El crecimiento potencial en las economías exportadoras de materias primas se sigue revisando a la baja, lo que afecta negativamente a los escenarios de medio plazo.

En suma, el escenario del FMI pone de manifiesto que el impacto positivo que tiene el fuerte abaratamiento del crudo se está viendo más que compensado por otros factores negativos, de carácter menos coyuntural. Entre éstos destaca la debilidad que muestra, y seguirá mostrando, la inversión, ya que tanto las economías desarrolladas como las emergentes están adaptando sus estructuras productivas a una escenario de medio plazo con crecimientos débiles.

Aunque los riesgos para este nuevo escenario parecen más equilibrados que en su informe de octubre (el propio FMI reconoce que pecó de optimista en esa ocasión) siguen existiendo importantes riesgos a la baja. El principal se refiere al impacto de la inestabilidad y volatilidad de los mercados financieros, sobre todo ante posibles sorpresas en el proceso de normalización monetaria en EEUU. También se muestra preocupado por el estancamiento y la baja inflación en Japón y UEM. Respecto a UEM, el FMI confía en el impulso que supondrá la compra masiva de deuda aprobada por el BCE. Además, y aunque no cita abiertamente a UEM, el FMI advierte que si las expectativas de inflación en las principales economías siguen descendiendo, la política monetaria deberá mantener el sesgo expansivo para evitar que aumenten los tipos de interés reales.

Respecto a España, según el FMI, nuestro país liderará este año el crecimiento dentro de la UEM, gracias al fuerte aumento de la competitividad, derivado de la intensa moderación salarial y de precios, que, sin embargo, no ha afectado negativamente a las decisiones de consumo e inversión de los agentes. Asimismo, dada la alta dependencia energética del exterior, nuestra economía se está viendo especialmente beneficiada por el abaratamiento del petróleo, lo que mejorará la renta de familias y empresas. En consecuencia, prevé un aumento del PIB del 2% en 2015 (tres décimas más que el pasado mes de octubre); esto convierte a nuestro país en el único de la UEM, dentro de las grandes economías, que registra una revisión al alza. En todo caso, pese a las continuas mejoras de las previsiones (seis en poco más de un año, con una subida de 1,2 puntos), el FMI sigue a la zaga del consenso de los analistas (Funcas, 2,1%). No obstante, el FMI no prevé una recuperación vigorosa, en cuanto que para 2016 prevé una desaceleración del crecimiento del PIB hasta el 1,8%
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Economy Weblog

Previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional

El principal mensaje de la revisión de las previsiones realizada por el FMI es que la debilidad de la inversión global va a compensar el efecto de la bajada del precio del petróleo. Así que lo más sorprendente de las nuevas previsiones es que pese a las estimaciones realizadas por el propio FMI de que la bajada de un 50% del precio del petróleo iba a añadir al menos medio punto al crecimiento mundial, al final se han rebajado las previsiones respecto a la de octubre. La pregunta es: ¿qué hubiese pasado en 2015 sin la caída de los precios del crudo?

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14
Dic
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    [post_content] => Hoy se celebran elecciones anticipadas en Japón. Una decisión a la que el primer ministro Shinzo Abe se ha visto obligado a tomar tras la caída continuada del Producto Interior Bruto (PIB) que ha sumido al país en su cuarta recesión de los últimos seis años.abenomics

La recuperación de Japón tras la Segunda Guerra Mundial fue espectacular, obtuvo un crecimiento medio anual de más del 6% entre 1962 y 1992 que estuvo propiciado por un extraordinario desarrollo tecnológico y que situó al país entre los más avanzados del mundo. Sin embargo, a partir de mediados de los años 80 la especulación inmobiliaria, la concesión indiscriminada de créditos y la elevada inflación generaron una de las mayores burbujas financieras e inmobiliarias de la historia que, al estallar, dejó al país sumido en una crisis económica de la que todavía hoy no se ha recuperado.

Y eso a pesar que desde hace dos años el primer ministro Shinzo Abe puso en marcha un programa de reformas económicas, las Abenomics, para impulsar el crecimiento tanto de la producción como del nivel de precios. La estrategia estaba basada principalmente en tres políticas económicas: expansión monetaria, mayor gasto público y reformas estructurales (más flexibilidad en el mercado laboral y mayores incentivos a la inversión extranjera).

Una apuesta económica importante aunque con unos resultados económicos moderados: en 2013 el PIB creció únicamente un 1,5% apoyado por el ligero aumento de la demanda nacional y limitado por la caída en la demanda externa.

Además, para reducir la deuda pública japonesa, que es superior al 200% del PIB y la mayor del mundo, el pasado mes de abril se tomó la decisión de subir el impuesto sobre el consumo del 5% al 8%. Un incremento que puede parecer poco significativo desde nuestra perspectiva pero que ha provocado una contracción de la demanda interna japonesa tan fuerte que el PIB ha caído en el tercer trimestre por segunda vez consecutiva, devolviendo a la economía a una fase recesiva. Conviene recordar que la economía española cuenta con un tipo general del IVA del 21% y que éste no es ni siquiera el mayor de la UE.

 

Asimismo, el futuro no parece muy prometedor ya que la reducción de la demanda ha deteriorado las expectativas sobre la economía japonesa y sobre su necesaria consolidación fiscal (recientemente la agencia Moody’s ha rebajado la calificación de la deuda pública japonesa y parece que Fitch planea hacer lo mismo en un futuro próximo).

Además, los precios siguen estancados. Japón está todavía lejos de conseguir el objetivo de inflación del 2%. Así, los últimos datos señalan que en octubre la inflación interanual fue del 0,9%, es decir, la misma que hace un año.

En definitiva, pese a todos los esfuerzos de política económica (Abenomics) y a los intentos de liberalización comercial (por ejemplo, el acuerdo comercial de la Alianza Transpacífica) Japón no avanza.

Estancamiento económico de Europa

foto UE JapónEsta mala situación japonesa también inquieta a Europa. La zona del euro está deteniendo su ritmo de crecimiento lo que unido a la congelación del nivel de precios está comenzando a preocupar a las autoridades económicas que temen que se produzca un estancamiento a la japonesa. ¿Será Europa capaz de recuperarse? o ¿se “japonizará”?

Durante la segunda mitad de este año, la zona del euro no ha crecido tanto como se esperaba. En el tercer trimestre de 2014 el PIB ha aumentado únicamente un 0,2% intertrimestral y las previsiones para el conjunto del año se han revisado a la baja. Además, la inflación de la zona del euro también es muy reducida, un 0,5% anual en el mes de octubre cuando el objetivo del BCE es acercarse al 2%.

La deflación y el bajo crecimiento económico son los dos principales motivos de preocupación que podrían hacer temer una recesión prolongada como la sufrida por Japón. Para evitarlo sería deseable realizar las reformas necesarias para impulsar el crecimiento económico ya que, con él, vendrá también el aumento de los precios.

La salida de la crisis

Hay además situaciones en los mercados internacionales que actúan a favor del crecimiento en la UE y Japón. El euro y, sobre todo, el yen se han depreciado frente al dólar, una situación muy positiva para las exportaciones de bienes y servicios de ambas regiones por lo que es de esperar que por esta vía se aliente el crecimiento económico y el empleo

También influye positivamente la caída del precio del petróleo, del que son fuertemente dependientes tanto la economía de la zona del euro como la japonesa: reduce significativamente los costes de producción por lo que las empresas tienen la capacidad de vender a precios más bajos. Todos estos datos son buenas noticias para las exportaciones y para la producción de la zona del euro y de Japón que son ahora más competitivas en los mercados internacionales.

En cambio, si no hubiese crecimiento los precios podrían empezar a caer. Precisamente uno de los incentivos al crecimiento, y para evitar el terreno deflacionario y la japonización, es la compra de activos que está llevando a cabo el Banco Central Europeo (BCE). Además, el próximo año la inyección de liquidez al sistema financiero de la zona de euro será todavía mayor ya que se prevé un programa de flexibilización cuantitativa (QE por sus siglas en inglés). Es decir, el BCE comprará bonos gubernamentales para agrandar su balance y dar mayor liquidez al sistema. Además seguirá dando crédito a las entidades financieras con el compromiso de aumentar la concesión de créditos e incentivar la producción, la demanda y los precios.

Finalmente, hay un tercer aspecto en el que se pueden encontrar indicios de japonización en Europa: el envejecimiento de la población. La baja tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida han favorecido que las economías de la zona del euro tengan cada vez una menor proporción de población en edad de trabajar en relación con la población que no puede hacerlo (niños y ancianos). Un problema difícil de solucionar en el corto plazo pero que requiere de actuaciones inmediatas.

La política económica necesaria

En resumen, el crecimiento económico de Europa está cerca del estancamiento, es decir, existe un elevado riesgo de recesión y deflación. Cuando una economía entra en el pantanoso terreno de la deflación es difícil salir del mismo, como se ha puesto de manifiesto en los últimos 20 años en Japón. Por tanto, Europa debe crecer pero para conseguir el crecimiento necesita aplicar una política económica con tres patas: 1) mayor inversión pública que mejore las infraestructuras europeas, 2) continuar haciendo las reformas estructurales (redimensionar el sector público y flexibilizar el mercado laboral) y 3) una política monetaria más expansiva. Afortunadamente también se empiezan a percibir los efectos favorables de la depreciación del tipo de cambio y la reducción del precio del petróleo. Así, según las estimaciones publicadas este mes por el BCE, el crecimiento económico del conjunto de la zona del euro será mayor en 2015 (1,0 %) y en 2016 (1,5 %) que en 2014 (0,8%).

En definitiva, con las políticas económicas adecuadas y el cambio favorable en el precio de la energía y en el tipo de cambio Europa conseguirá alcanzar un mayor crecimiento económico el año que viene.

Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro. "¿Hay riesgo de japonización en Europa?". Expansión, 13 de diciembre de 2014; página 47.

 
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Hoy se celebran elecciones anticipadas en Japón. Una decisión a la que el primer ministro Shinzo Abe se ha visto obligado a tomar tras la caída continuada del Producto Interior Bruto (PIB) que ha sumido al país en su cuarta recesión de los últimos seis años.abenomics

La recuperación de Japón tras la Segunda Guerra Mundial fue espectacular, obtuvo un crecimiento medio anual de más del 6% entre 1962 y 1992 que estuvo propiciado por un extraordinario desarrollo tecnológico y que situó al país entre los más avanzados del mundo. Sin embargo, a partir de mediados de los años 80 la especulación inmobiliaria, la concesión indiscriminada de créditos y la elevada inflación generaron una de las mayores burbujas financieras e inmobiliarias de la historia que, al estallar, dejó al país sumido en una crisis económica de la que todavía hoy no se ha recuperado.

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14
Dic

La Federación Rusa: Una cierta incertidumbre

Escrito el 14 diciembre 2014 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Mundial

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    [post_content] => La situación económica de la Federación Rusa empieza a mostrar algunos problemas estructurales importantes.  La economía perdió más de dos puntos de crecimiento en el 2013 (1,3 frente al 3,5 del 2012) y parece que puede terminar el año en curso en una cifra cercana al 0%. La gran cantidad de recursos naturales del país, metales, gas y petróleo , su cualificada mano laboral  y su baja deuda pública cada vez se enfrentan más a una peor calidad de las infraestructuras, un débil sector bancario , a un entorno económico complicado para la inversión extranjera y una pérdida  de competitividad en el sector industrial.

El motor de la economía en el 2014 ha sido el fuerte consumo interior empujado por una tasa de paro históricamente baja (5%).  Como  ha sucedido en otras ocasiones, esto ha empujado la deuda de las familias y los precios al consumo. Y si se añade una subida de los tipos de interés en más de 300 puntos básicos, hasta superar el 8% lo que nos encontramos son que la mezcla de apalancamiento con tipos altos, está castigando  de forma importante a las familias.Federacion Rusa

Quizá el punto más importante a seguir en estas fechas es la evolución del precio del crudo.  Sus ventas y las de gas son el 50% del total  y las continuas caídas que estamos contemplando en el 2014 con precios, ya por debajo de los USD 70 el barril (en verano estaba a USD 100) , van a mermar de forma importante los ingresos del gobierno ruso , cuando esta ha sido una de sus principales fortalezas y elementos de presión en la crisis con Ucrania.  La popularidad de Putin se vio reforzada por la intervención en Crimea pero el deterioro económico, el creciente control del Estado sobre cualquier tipo de medio de expresión y las consecuencias de las sanciones con la Unión Europea incrementarán seguro el descontento popular, como ya se ha visto en manifestaciones de protesta, por todo el país desde Septiembre.  Los dirigentes rusos no pueden basar su crecimiento exclusivamente en exportaciones  de crudo y gas.  Hay movimientos muy interesantes como la prevista unión económica entre Rusia, Kazajstán y Bielorrusia que entra en vigor el próximo uno de enero.  ¿Logrará el presidente de la Federación Rusa contener el creciente descontento interior  a base de subvenciones mientras cae el precio del crudo y se incrementa el gasto público (defensa, subsidios)? ¿Se logrará con la citada unión euroasiática limitar las tensiones con la Unión Europea?   Tenemos por delante unos meses muy interesantes en este país
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El motor de la economía en el 2014 ha sido el fuerte consumo interior empujado por una tasa de paro históricamente baja (5%).  Como  ha sucedido en otras ocasiones, esto ha empujado la deuda de las familias y los precios al consumo. Y si se añade una subida de los tipos de interés en más de 300 puntos básicos, hasta superar el 8% lo que nos encontramos son que la mezcla de apalancamiento con tipos altos, está castigando  de forma importante a las familias.Federacion Rusa

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3
Dic

La caída del precio del petróleo

Escrito el 3 diciembre 2014 por María Ángeles Perez en Economía Global, Economía Mundial, Video

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14.11.26 RPAMPILLON Bajada-precio-petroleo from IE Media on Vimeo.

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26
Nov
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En los cinco últimos meses el precio del petróleo se redujo en un 35% (en el cuadro se puede observar la evolución del precio del galón en Estados Unidos). Una buena noticia para todos los que tenemos que comprar gasolina o gasóleo para trasladarnos de un sitio a otro. A los ciudadanos nos queda ahora, gracias a la bajada del precio del petróleo, mas renta disponible para consumir en otras cosas. Lo que sin duda reanimara la economía.

Para países importadores de petróleo como España y casi todos los países de la Unión Europea la reducción del precio del petróleo supone además una rebaja de los costes energéticos para las empresas. En concreto para las empresas españolas supone una mejora de su competitividad y un aumento de los beneficios que facilitará la autofinanciación de las empresas en una época en que siguen relativamente endeudadas y que el crédito que dan los bancos sigue siendo relativamente escaso.

Para los países exportadores de crudo  esta reducción del precio va a suponer una caída importante en el valor de sus exportaciones y, por tanto, un aumento de su déficit exterior. Lo que sin duda puede generar una depreciación de sus monedas.

En América latina países como Colombia, México, Ecuador y Venezuela que son exportadores netos de petróleo van a sufrir además una caída de sus ingresos fiscales. En cambio, países como Brasil y Argentina que también son exportadores de petróleo pero tienen equilibrio en su balanza energética exterior les afectará mucho menos. Países de Centro América y Uruguay, Paraguay y Chile que son importadores de petróleo esta bajada del precio les beneficiará.

En general es una buena noticia ya que la inflación a nivel mundial se va a reducir lo que permitirá una mejora del poder adquisitivo de sus trabajadores y pensionistas.

Por último, la lección que se puede sacar de esta bajada del precio del crudo es que los países exportadores de petróleo, también los de América Latina, deben diversificar su cesta exportadora para no depender tanto de las exportaciones de materias primas que tienen un elevado componente de volatilidad en sus precios.
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Chart of the Day

En los cinco últimos meses el precio del petróleo se redujo en un 35% (en el cuadro se puede observar la evolución del precio del galón en Estados Unidos). Una buena noticia para todos los que tenemos que comprar gasolina o gasóleo para trasladarnos de un sitio a otro. A los ciudadanos nos queda ahora, gracias a la bajada del precio del petróleo, mas renta disponible para consumir en otras cosas. Lo que sin duda reanimara la economía.

Para países importadores de petróleo como España y casi todos los países de la Unión Europea la reducción del precio del petróleo supone además una rebaja de los costes energéticos para las empresas. En concreto para las empresas españolas supone una mejora de su competitividad y un aumento de los beneficios que facilitará la autofinanciación de las empresas en una época en que siguen relativamente endeudadas y que el crédito que dan los bancos sigue siendo relativamente escaso.

Para los países exportadores de crudo  esta reducción del precio va a suponer una caída importante en el valor de sus exportaciones y, por tanto, un aumento de su déficit exterior. Lo que sin duda puede generar una depreciación de sus monedas.

En América latina países como Colombia, México, Ecuador y Venezuela que son exportadores netos de petróleo van a sufrir además una caída de sus ingresos fiscales. En cambio, países como Brasil y Argentina que también son exportadores de petróleo pero tienen equilibrio en su balanza energética exterior les afectará mucho menos. Países de Centro América y Uruguay, Paraguay y Chile que son importadores de petróleo esta bajada del precio les beneficiará.

En general es una buena noticia ya que la inflación a nivel mundial se va a reducir lo que permitirá una mejora del poder adquisitivo de sus trabajadores y pensionistas.

Por último, la lección que se puede sacar de esta bajada del precio del crudo es que los países exportadores de petróleo, también los de América Latina, deben diversificar su cesta exportadora para no depender tanto de las exportaciones de materias primas que tienen un elevado componente de volatilidad en sus precios.

25
Nov
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    [post_date_gmt] => 2014-11-25 13:52:52
    [post_content] => Los datos de las últimas semanas confirman que el ciclo económico internacional sigue comportándose de forma desigual, con dos importantes polos de debilidad: Europa y Japón. En el caso de la economía japonesa, la caída de la formación bruta de capital fijo explicaría, en gran parte, el retorno del país a la recesión, al decrecer la actividad por segundo trimestre consecutivo (-0,4% y -0,8% en términos nominales). Es la cuarta vez desde la quiebra de Lehman Brothers que Japón entra en recesión, así que tampoco el experimento de “las Abenomics” ha logrado sacar al país del estancamiento secular que sufre desde hace 25 años. Como consecuencia, el gobierno ha convocado elecciones anticipadas, retrasará casi dos años la nueva subida prevista de los impuestos indirectos (no importa que la deuda pública ya se encuentre situada en el 240% del PIB) y, seguramente, en caso de necesidad, el banco central volverá a dar una nueva vuelta de tuerca a la política monetaria.

lanzar billetesPor tanto, los experimentos monetarios de los últimos años van a tener su máxima expresión en las actuaciones del BOJ, al que ya sólo le queda lanzar billetes desde helicópteros. Eso sí, lo que todavía no se ha probado son las reformas estructurales que necesita el país. Además, veremos cómo se toman los vecinos de la región la depreciación adicional que va a experimentar el yen en el medio plazo. Y, por tanto, el efecto arrastre que pueda tener en otros bancos centrales.

El crecimiento del tercer trimestre en Europa (+0,2 trimestral/ 0,8% en términos interanuales) mantiene a la región cerca del estancamiento, dando argumentos a los que siguen asignando una elevada probabilidad al riesgo de recesión. En el lado positivo, a falta de información más desagregada, vuelve a estar la evolución de la demanda externa, mientras la inversión sigue comportándose de manera negativa. Por tanto, además de insuficiente, el crecimiento sigue estando desequilibrado por la preocupante debilidad de la demanda interna. La esperanza es que, probablemente, se está infravalorando el efecto positivo que tendrá el cambio favorable en dos variables clave para elaborar las previsiones del año que viene: precio de la energía y tipo de cambio.

Sin embargo, el efecto positivo de una mejora del contexto externo se puede diluir si, de una vez por todas, no se termina de cerrar el debate en Europa sobre el “timing” y la combinación de políticas económicas que necesita la región. Y, desde luego, no ha sido muy edificante ver como la pelea entre Francia y Alemania se trasladaba la semana pasada a las páginas de Financial Times: los franceses alertando, a través de su ministro de economía, que si no hay dinero nuevo en el Plan Juncker no servirá de mucho; y los germanos mostrando el viernes dudas sobre la voluntad reformista francesa, pues consideran que lo anunciado hasta ahora ni hace más sostenible al sistema de pensiones, ni reduce suficientemente los costes laborales. Lo cierto es que en este debate el tiempo se acaba, pues esta semana la Comisión deba dar el visto bueno al presupuesto francés que necesita una prórroga de dos años para cumplir el objetivo de reducir su déficit por debajo del 3%. En este contexto, la única opinión sensata fue la del economista jefe del BCE (Peter Praet), señalando que la mayor amenaza en el escenario europeo es el deterioro de las expectativas y, por tanto, el pesimismo que empieza a filtrarse sobre el futuro a corto y medio plazo de la región.

En este contexto, los últimos mensajes desde la Fed, BoE o BCE han sido muy moderados y el Banco de China rebajó los tipos de interés el viernes por la mañana. De hecho, aunque en el último G20 oficialmente no se habló de política monetaria, este foro desde el inicio de la crisis sólo ha tenido incidencia en las medidas de coordinación monetaria, especialmente tras las crisis de Lehman Brothers. Por tanto, probablemente, sí que se discutió sobre tipos de interés y tipos de cambio. Y, aunque el margen de sorpresas con los bancos centrales parece más que cubierto, no descartemos alguna adicional para el año que viene. Por cierto, el BCE cada vez parece más sensible al comportamiento de los mercados; veremos si la “Draghi put” ha llegado para quedarse, pero sus últimas declaraciones señalando que no se deben descartar las compras de deuda pública han provocado subidas en las bolsas y en los mercados de renta fija. Sin embargo, en Europa lo importante va a ser la política fiscal y, poco a poco, se están empezando a conocer más detalles del Plan Juncker (Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas). Tendrá un importe de 315.000 millones de euros financiado con 20.000 millones aportados por los países y el BEI, 60.000 millones captados en emisiones de bonos y, el resto, lo aportará el sector privado. Los sectores que concentrarán la inversión serán energía, telecomunicaciones y nuevas tecnologías. De momento los países han mandado más de 1.800 proyectos viables y, España ha sido el tercer país con más proyectos enviados (con un valor de 51.000 millones de 2015 a 2017) centrados en conexiones ferroviarias, I+D e interconexiones energéticas con Francia. La anécdota es que de momento Alemania no ha mandado ni un proyecto, lo que pone de manifiesto su opinión sobre este tipo de políticas….
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Los datos de las últimas semanas confirman que el ciclo económico internacional sigue comportándose de forma desigual, con dos importantes polos de debilidad: Europa y Japón. En el caso de la economía japonesa, la caída de la formación bruta de capital fijo explicaría, en gran parte, el retorno del país a la recesión, al decrecer la actividad por segundo trimestre consecutivo (-0,4% y -0,8% en términos nominales). Es la cuarta vez desde la quiebra de Lehman Brothers que Japón entra en recesión, así que tampoco el experimento de “las Abenomics” ha logrado sacar al país del estancamiento secular que sufre desde hace 25 años. Como consecuencia, el gobierno ha convocado elecciones anticipadas, retrasará casi dos años la nueva subida prevista de los impuestos indirectos (no importa que la deuda pública ya se encuentre situada en el 240% del PIB) y, seguramente, en caso de necesidad, el banco central volverá a dar una nueva vuelta de tuerca a la política monetaria.

lanzar billetesPor tanto, los experimentos monetarios de los últimos años van a tener su máxima expresión en las actuaciones del BOJ, al que ya sólo le queda lanzar billetes desde helicópteros. Eso sí, lo que todavía no se ha probado son las reformas estructurales que necesita el país. Además, veremos cómo se toman los vecinos de la región la depreciación adicional que va a experimentar el yen en el medio plazo. Y, por tanto, el efecto arrastre que pueda tener en otros bancos centrales.

El crecimiento del tercer trimestre en Europa (+0,2 trimestral/ 0,8% en términos interanuales) mantiene a la región cerca del estancamiento, dando argumentos a los que siguen asignando una elevada probabilidad al riesgo de recesión. En el lado positivo, a falta de información más desagregada, vuelve a estar la evolución de la demanda externa, mientras la inversión sigue comportándose de manera negativa. Por tanto, además de insuficiente, el crecimiento sigue estando desequilibrado por la preocupante debilidad de la demanda interna. La esperanza es que, probablemente, se está infravalorando el efecto positivo que tendrá el cambio favorable en dos variables clave para elaborar las previsiones del año que viene: precio de la energía y tipo de cambio.

Sin embargo, el efecto positivo de una mejora del contexto externo se puede diluir si, de una vez por todas, no se termina de cerrar el debate en Europa sobre el “timing” y la combinación de políticas económicas que necesita la región. Y, desde luego, no ha sido muy edificante ver como la pelea entre Francia y Alemania se trasladaba la semana pasada a las páginas de Financial Times: los franceses alertando, a través de su ministro de economía, que si no hay dinero nuevo en el Plan Juncker no servirá de mucho; y los germanos mostrando el viernes dudas sobre la voluntad reformista francesa, pues consideran que lo anunciado hasta ahora ni hace más sostenible al sistema de pensiones, ni reduce suficientemente los costes laborales. Lo cierto es que en este debate el tiempo se acaba, pues esta semana la Comisión deba dar el visto bueno al presupuesto francés que necesita una prórroga de dos años para cumplir el objetivo de reducir su déficit por debajo del 3%. En este contexto, la única opinión sensata fue la del economista jefe del BCE (Peter Praet), señalando que la mayor amenaza en el escenario europeo es el deterioro de las expectativas y, por tanto, el pesimismo que empieza a filtrarse sobre el futuro a corto y medio plazo de la región.

En este contexto, los últimos mensajes desde la Fed, BoE o BCE han sido muy moderados y el Banco de China rebajó los tipos de interés el viernes por la mañana. De hecho, aunque en el último G20 oficialmente no se habló de política monetaria, este foro desde el inicio de la crisis sólo ha tenido incidencia en las medidas de coordinación monetaria, especialmente tras las crisis de Lehman Brothers. Por tanto, probablemente, sí que se discutió sobre tipos de interés y tipos de cambio. Y, aunque el margen de sorpresas con los bancos centrales parece más que cubierto, no descartemos alguna adicional para el año que viene. Por cierto, el BCE cada vez parece más sensible al comportamiento de los mercados; veremos si la “Draghi put” ha llegado para quedarse, pero sus últimas declaraciones señalando que no se deben descartar las compras de deuda pública han provocado subidas en las bolsas y en los mercados de renta fija. Sin embargo, en Europa lo importante va a ser la política fiscal y, poco a poco, se están empezando a conocer más detalles del Plan Juncker (Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas). Tendrá un importe de 315.000 millones de euros financiado con 20.000 millones aportados por los países y el BEI, 60.000 millones captados en emisiones de bonos y, el resto, lo aportará el sector privado. Los sectores que concentrarán la inversión serán energía, telecomunicaciones y nuevas tecnologías. De momento los países han mandado más de 1.800 proyectos viables y, España ha sido el tercer país con más proyectos enviados (con un valor de 51.000 millones de 2015 a 2017) centrados en conexiones ferroviarias, I+D e interconexiones energéticas con Francia. La anécdota es que de momento Alemania no ha mandado ni un proyecto, lo que pone de manifiesto su opinión sobre este tipo de políticas….

24
Nov
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    [post_content] => Desde el jueves ya podemos leer en español el famosísimo libro de Thomas Piketty “El capital en el siglo XXI” que aunque se publicó en francés el año pasado, no tuvo un éxito rotundo hasta que fue traducido al inglés en el mes de marzo. Precisamente pasada semana fue elegido “libro del año” por el Financial Times, una decisión controvertida ya que fue esta publicación una de las que más duramente criticó la metodología del autor francés calificándola de poco exacta y sesgada.

En su libro Piketty estudia la distribución de la riqueza y la renta en algunos países desarrollados (EEUU, Reino Unido, Alemania, Francia y Suecia) y afirma que si el crecimiento de la riqueza es superior al de la producción las desigualdades aumentan. Es decir, quienes tengan la capacidad de acumular capital serán cada vez más ricos y el resto serán relativamente más pobres. Y así continuará indefinidamente. Para limitar este efecto y conseguir que la desigualdad se suavice Piketty propone aumentar la imposición a los más ricos algo que, en su opinión, no afectaría al crecimiento económico.

Es preciso recordar que el crecimiento económico viene determinado por cuatro factores productivos: mano de obra, tecnología, capital (entendido como maquinaria, edificios e infraestructuras que se utilizan para producir bienes y servicios) y recursos naturales. Si los aumentos de la producción generasen un mayor crecimiento del factor capital que de la mano de obra empleada, entonces es probable que la riqueza de los ricos aumentase más rápidamente que la del resto de los ciudadanos.

Si fuera así, la tesis de Piketty podría parecer adecuada: gravemos el capital para que una parte de él se recaude y luego se distribuya para favorecer una mayor igualdad. Sin embargo, esta tesis plantea algunos puntos débiles:

1º) Mucha gente cree que el capital es aquel que está invertido en el sistema financiero (capital financiero). Sin embargo, el auténtico capital es el productivo: el que permite que las actividades económicas tengan lugar y generen crecimiento. Piketty no distingue entre capital financiero y capital físico. Y al no diferenciar entre estos dos tipos de capital los impuestos pueden tener importantes efectos negativos sobre el crecimiento económico y el empleo.

2º) Además, y lo que parece más importante al gravar el capital este se encarecería. Como consecuencia las empresas tendrían más complicado realizar inversiones en nuevas tecnologías que les permitiesen mejorar sus sistemas productivos o satisfacer las necesidades de los consumidores, es decir, tendrían mayores restricciones para generar bienestar. Algo que no es deseable en ningún caso.

3º) El aumento de los impuestos, que recomienda el autor francés, podría, desgraciadamente, ser un incentivo a la salida de capitales del país de forma que la economía perdería parte de los ingresos impositivos de los que capitales que se van, sean éstos muchos o pocos.

El Mundo está mejor

4º) Es bien sabido que los países desarrollados han alcanzado un nivel de vida mayor que los países en desarrollo, debido a que en las economías más avanzadas llevan muchos años aumentado su stock de capital. Lo importante es resaltar que el incremento de ese capital ha ido incorporando innovaciones tecnológicas que han permitido impulsar el crecimiento económico. Por su parte, los países emergentes se han beneficiado de esas innovaciones lo que les ha permitido obtener los beneficios del cambio tecnológico a mucha más velocidad que los países desarrollados. En definitiva, muchos países emergentes han podido aplicar las innovaciones sin necesidad del largo y costoso proceso de investigación. Como consecuencia gran parte de la población mundial (no olvidemos que únicamente China e India ya representan más de un tercio del total mundial) se encuentra ahora en una situación mejor que hace cuarenta años porque, entre otros motivos, han sabido aprovecharse de la Tercera Revolución Industrial. Algo que se ha visto reflejado en el aumento de su esperanza de vida, la menor mortalidad infantil y la reducción de su pobreza de muchos países en desarrollo. Un proceso de erradicación de la pobreza que no se había visto antes en la historia del mundo.

5º) Afortunadamente, la desigualdad a nivel mundial se ha ido reduciendo. La explicación es muy simple: como consecuencia del espectacular progreso económico de los países emergentes se ha producido un proceso de convergencia de las rentas personales en el mundo. Lo que significa que más de la mitad de la humanidad lleva décadas en un proceso de acercamiento (catch-up) a los niveles de bienestar de los países ricos.

La mejora de las instituciones

Por tanto, el crecimiento económico nos ha llevado a niveles de producción que son los mayores de la historia. Los valores de la producción de los países son cada vez más asombrosos y las rentas per cápita no dejan de aumentar. Este aumento del bienestar y de la igualdad a nivel mundial no se ha conseguido aumentando los impuestos sobre el capital como propone Piketty. Las causas de la mejora del bienestar hay que encontrarlas, una vez más, en la buena calidad de las instituciones; es decir, en la estabilidad política, los bajos niveles de corrupción, la igualdad de oportunidades, la seguridad jurídica, el buen funcionamiento de los mercados y las garantías a la propiedad industrial que son los mejores incentivos a la inversión nacional y extranjera y al desarrollo tecnológico.

En definitiva, el crecimiento económico y la reducción de la desigualdad a nivel mundial no se consiguen aumentando los impuestos como propone Piketty. Lo que hay que hacer es generar instituciones inclusivas e incentivos que favorezcan los aumentos de la productividad y de la actividad empresarial que son, al fin y al cabo, las que generan el crecimiento económico, el empleo y el bienestar de los ciudadanos.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro. "La desigualdad mundial se reduce". Expansión 22 de noviembre de 214. Página 50

 
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Desde el jueves ya podemos leer en español el famosísimo libro de Thomas Piketty “El capital en el siglo XXI” que aunque se publicó en francés el año pasado, no tuvo un éxito rotundo hasta que fue traducido al inglés en el mes de marzo. Precisamente pasada semana fue elegido “libro del año” por el Financial Times, una decisión controvertida ya que fue esta publicación una de las que más duramente criticó la metodología del autor francés calificándola de poco exacta y sesgada.

En su libro Piketty estudia la distribución de la riqueza y la renta en algunos países desarrollados (EEUU, Reino Unido, Alemania, Francia y Suecia) y afirma que si el crecimiento de la riqueza es superior al de la producción las desigualdades aumentan. Es decir, quienes tengan la capacidad de acumular capital serán cada vez más ricos y el resto serán relativamente más pobres. Y así continuará indefinidamente. Para limitar este efecto y conseguir que la desigualdad se suavice Piketty propone aumentar la imposición a los más ricos algo que, en su opinión, no afectaría al crecimiento económico.

Es preciso recordar que el crecimiento económico viene determinado por cuatro factores productivos: mano de obra, tecnología, capital (entendido como maquinaria, edificios e infraestructuras que se utilizan para producir bienes y servicios) y recursos naturales. Si los aumentos de la producción generasen un mayor crecimiento del factor capital que de la mano de obra empleada, entonces es probable que la riqueza de los ricos aumentase más rápidamente que la del resto de los ciudadanos.

Si fuera así, la tesis de Piketty podría parecer adecuada: gravemos el capital para que una parte de él se recaude y luego se distribuya para favorecer una mayor igualdad. Sin embargo, esta tesis plantea algunos puntos débiles:

1º) Mucha gente cree que el capital es aquel que está invertido en el sistema financiero (capital financiero). Sin embargo, el auténtico capital es el productivo: el que permite que las actividades económicas tengan lugar y generen crecimiento. Piketty no distingue entre capital financiero y capital físico. Y al no diferenciar entre estos dos tipos de capital los impuestos pueden tener importantes efectos negativos sobre el crecimiento económico y el empleo.

2º) Además, y lo que parece más importante al gravar el capital este se encarecería. Como consecuencia las empresas tendrían más complicado realizar inversiones en nuevas tecnologías que les permitiesen mejorar sus sistemas productivos o satisfacer las necesidades de los consumidores, es decir, tendrían mayores restricciones para generar bienestar. Algo que no es deseable en ningún caso.

3º) El aumento de los impuestos, que recomienda el autor francés, podría, desgraciadamente, ser un incentivo a la salida de capitales del país de forma que la economía perdería parte de los ingresos impositivos de los que capitales que se van, sean éstos muchos o pocos.

El Mundo está mejor

4º) Es bien sabido que los países desarrollados han alcanzado un nivel de vida mayor que los países en desarrollo, debido a que en las economías más avanzadas llevan muchos años aumentado su stock de capital. Lo importante es resaltar que el incremento de ese capital ha ido incorporando innovaciones tecnológicas que han permitido impulsar el crecimiento económico. Por su parte, los países emergentes se han beneficiado de esas innovaciones lo que les ha permitido obtener los beneficios del cambio tecnológico a mucha más velocidad que los países desarrollados. En definitiva, muchos países emergentes han podido aplicar las innovaciones sin necesidad del largo y costoso proceso de investigación. Como consecuencia gran parte de la población mundial (no olvidemos que únicamente China e India ya representan más de un tercio del total mundial) se encuentra ahora en una situación mejor que hace cuarenta años porque, entre otros motivos, han sabido aprovecharse de la Tercera Revolución Industrial. Algo que se ha visto reflejado en el aumento de su esperanza de vida, la menor mortalidad infantil y la reducción de su pobreza de muchos países en desarrollo. Un proceso de erradicación de la pobreza que no se había visto antes en la historia del mundo.

5º) Afortunadamente, la desigualdad a nivel mundial se ha ido reduciendo. La explicación es muy simple: como consecuencia del espectacular progreso económico de los países emergentes se ha producido un proceso de convergencia de las rentas personales en el mundo. Lo que significa que más de la mitad de la humanidad lleva décadas en un proceso de acercamiento (catch-up) a los niveles de bienestar de los países ricos.

La mejora de las instituciones

Por tanto, el crecimiento económico nos ha llevado a niveles de producción que son los mayores de la historia. Los valores de la producción de los países son cada vez más asombrosos y las rentas per cápita no dejan de aumentar. Este aumento del bienestar y de la igualdad a nivel mundial no se ha conseguido aumentando los impuestos sobre el capital como propone Piketty. Las causas de la mejora del bienestar hay que encontrarlas, una vez más, en la buena calidad de las instituciones; es decir, en la estabilidad política, los bajos niveles de corrupción, la igualdad de oportunidades, la seguridad jurídica, el buen funcionamiento de los mercados y las garantías a la propiedad industrial que son los mejores incentivos a la inversión nacional y extranjera y al desarrollo tecnológico.

En definitiva, el crecimiento económico y la reducción de la desigualdad a nivel mundial no se consiguen aumentando los impuestos como propone Piketty. Lo que hay que hacer es generar instituciones inclusivas e incentivos que favorezcan los aumentos de la productividad y de la actividad empresarial que son, al fin y al cabo, las que generan el crecimiento económico, el empleo y el bienestar de los ciudadanos.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro. «La desigualdad mundial se reduce». Expansión 22 de noviembre de 214. Página 50

 

12
Oct
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    [post_content] => Este fin de semana, como es habitual por estas fechas el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial están teniendo su reunión anual, esta vez en Washington, para estudiar el comportamiento de la economía mundial. Coincidiendo con la reunión, el FMI publicó esta semana la edición de octubre del informe “World Economic Outlook” en la que desgraciadamente ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento económico mundial que hizo en el mes de julio. Para este año 2014 el crecimiento económico global se estima en un 3,3% anual, el mismo que el año pasado. Sin embargo, el crecimiento económico mundial aumentará y en el próximo año 2015 se espera un crecimiento del PIB mundial del 3,8%. Será el resultado del crecimiento del 2,3% de los países avanzados y del 5% en los países emergentes.

A pesar de este mayor crecimiento la directora del FMI, Christine Lagarde, ha señalado que Europa puede caer en una “era de la mediocridad”. Ello se debe a que el crecimiento europeo se está debilitando y tiene importantes amenazas como son el alto nivel de endeudamiento, el grave deterioro del mercado laboral y la falta de crédito para las empresas.

Por el contrario, otros países compensan la difícil situación europea. Este es el caso de Estados Unidos, donde se espera un aumento del PIB del 3,1% en el año 2015, o el de México (3,5%). Por regiones, Asia es la que más avanzará. Así, el grupo asiático ASEAN (Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam) espera uno de los crecimientos económicos más destacados del mundo junto con India y China.

Los BRICS

Dentro del grupo de los países emergentes, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) avanzan, aunque lo hacen de forma desigual. Así, Rusia y Brasil crecerán más moderadamente en 2015 (0,5% y 1,4% respectivamente), Sudáfrica superará a ambos (2,3%) y China continuará creciendo como lo lleva haciendo en los últimos años, aunque en esta ocasión disminuirá ligeramente su velocidad (7,1% previsto en 2015 frente al 7,4% de 2014). En esta ocasión la sorpresa es India, que crecerá más rápidamente y acelerará el proceso de convergencia con China: el FMI prevé que la economía india crezca un 6,4% en 2015.

América Latina

Para América Latina y el Caribe el FMI espera que se produzca un aumento del PIB del 2,2% en 2015, pero este crecimiento no será homogéneo. Algunos países tendrán importantes crecimientos económicos, como podrá suceder en Panamá (6,4%), Perú (5,1%), Colombia (4,5%), México (3,5%) o Chile (3,3%), mientras que otros continuarán con crecimientos económicos negativos: es el caso de Argentina (-1,5%) y Venezuela (-1%).

Esta dualidad de comportamiento en América Latina nos muestra, una vez más, que las economías se benefician cuando existe un buen nivel de seguridad jurídica y se siguen políticas económicas ortodoxas. No debemos olvidar que las buenas políticas y la mejora de las instituciones son factores diferenciales a la hora de atraer capital extranjero y alcanzar así tasas de crecimiento más altas. Además el aumento de la inversión, tanto extranjera como nacional, favorece el avance de la tecnología y aporta nuevas habilidades organizativas que impulsan una mayor eficiencia económica.

Por el contrario, en los países en los que los gobiernos hacen malas políticas y hay inseguridad jurídica la inversión empresarial se retrae y la competitividad sufre pérdidas significativas. No es casualidad que en el Informe de Competitividad Mundial para el año 2015 del World Economic Forum, Venezuela y Argentina ocupen las posiciones 131 y 104 respectivamente de un total de 144 países, es decir, su competitividad es muy baja. Otros países latinoamericanos con una gestión de las políticas públicas más adecuada han tenido mejores resultados en la clasificación como, por ejemplo, Chile en la posición 33, México en la 61 o Perú en el puesto 66.

Estados Unidos

Durante el próximo año la economía estadounidense volverá a ser uno de los motores del crecimiento económico mundial. Desde el año 2010 la economía de EEUU ha alcanzado tasas de crecimientos cada vez más altas. Y es, además, una de las pocas economías, junto con la española, en las que el FMI ha revisada al alza su tasa de crecimiento. El FMI, considera que EEUU crecerá un 2,2% este año (un 0,5% más que lo anunciado en verano) y un 3,1% en 2015. Este excelente comportamiento está permitiendo que el mercado laboral estadounidense sea en la actualidad uno los que tiene mejor comportamiento, con una tasa de paro del 5,9% en el mes de septiembre (frente al 11,5% de la zona del euro).

Europa

El FMI señala a la zona del euro como la única región del mundo con un 30% de probabilidad de entrar en deflación: lleva demasiado tiempo con un crecimiento de sus precios excesivamente bajo. Otro escenario que se está planteando es la posibilidad de que la salida de la crisis no haya llegado todavía. Ante esto el FMI expresa su preocupación sobre la entrada en una nueva recesión: le da una probabilidad del 38%. Si fuera así la zona del euro volvería a tener tasas de crecimiento del PIB negativas durante un periodo prolongado de tiempo. En definitiva, en esta ocasión las perspectivas para la zona del euro no son muy halagüeñas y la convierten en la región del mundo con un mayor riesgo de deflación y de recesión.

Esta situación vendría agravada porque las malas previsiones económicas tienen el riesgo de que se autocumplan. Como bien ha dicho Christine Lagarde, si las empresas esperan un crecimiento económico muy bajo tendrán menos incentivos para aumentar su actividad, especialmente las inversiones. Esto provocaría que las empresas no renovasen su aparato productivo y perdiesen competitividad.

Renovación de infraestructuras

La solución que da el FMI a este problema es el aumento de la inversión pública. Para el Fondo este es un buen momento para que Europa aumente el gasto en infraestructuras. La institución considera que el sector público debe aprovechar el momento para invertir, ya que 1) los tipos de interés son muy reducidos, por lo que la financiación es barata, 2) se fortalecería la demanda interna lo que impulsaría la producción y el empleo, y 3) se solucionarían los problemas de oferta causados por infraestructuras deficientes; es decir, el mayor gasto en carreteras, autopistas de peaje, infraestructuras hidráulicas y ferrocarriles mejoraría la productividad.

En Alemania, la primera economía europea y la cuarta del mundo, la producción industrial ha entrado en tasas de crecimiento negativas y, dado el mal estado de sus infraestructuras, necesitaría realizar obras públicas para mejorar su competitividad. Alemania no tiene problemas de financiación, tiene una deuda muy baja y los tipos de interés a los que se financia su sector público son prácticamente nulos. Esa política de mejora de las infraestructuras daría más confianza a los inversores y mostraría que se avanza en el camino de la construcción de una Europa más fuerte.

Este mayor gasto también dinamizaría el crecimiento económico por el efecto de los multiplicadores. El FMI ha estimado que un aumento del 1% del gasto público en inversión pública podría aumentar el PIB entre un 0,4% y un 1,5% en sólo cuatro años, siendo su impacto mayor en aquellas economías que se encuentren más lejos de su tasa de crecimiento potencial.

En conclusión, según las previsiones del FMI la economía mundial crecerá más el año que viene que este año, lo que puede favorecer y animar la actual fase de recuperación de la economía española. Existen, sin embargo, riesgos. El más importante es el enfriamiento de la economía europea: durante el segundo trimestre de este año el crecimiento económico de la zona del euro fue nulo. Los indicadores económicos de Europa para el tercer trimestre son también decepcionantes.

Para poder reactivar la economía europea harían falta, junto con políticas monetarias y fiscales acertadas, como podría ser la mejora de las infraestructuras, reformas estructurales (mercado laboral, pensiones y redimensionamiento del sector público) especialmente en Francia e Italia. Para poder crecer es preciso que la eurozona siga reduciendo los costes laborales, sociales, financieros y fiscales que soportan sus empresas y que las hace ser menos competitivas en los mercados internacionales. De ahí que Europa deba seguir promocionando la cultura de la competencia.Sin reformas estructurales la zona del euro puede seguir estancada durante años.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro "PERSPECTIVAS ECONÓMICAS PARA EL AÑO 2015". Expansión. 11 de octubre de 2014; página 42.
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Este fin de semana, como es habitual por estas fechas el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial están teniendo su reunión anual, esta vez en Washington, para estudiar el comportamiento de la economía mundial. Coincidiendo con la reunión, el FMI publicó esta semana la edición de octubre del informe “World Economic Outlook” en la que desgraciadamente ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento económico mundial que hizo en el mes de julio. Para este año 2014 el crecimiento económico global se estima en un 3,3% anual, el mismo que el año pasado. Sin embargo, el crecimiento económico mundial aumentará y en el próximo año 2015 se espera un crecimiento del PIB mundial del 3,8%. Será el resultado del crecimiento del 2,3% de los países avanzados y del 5% en los países emergentes.

A pesar de este mayor crecimiento la directora del FMI, Christine Lagarde, ha señalado que Europa puede caer en una “era de la mediocridad”. Ello se debe a que el crecimiento europeo se está debilitando y tiene importantes amenazas como son el alto nivel de endeudamiento, el grave deterioro del mercado laboral y la falta de crédito para las empresas.

Por el contrario, otros países compensan la difícil situación europea. Este es el caso de Estados Unidos, donde se espera un aumento del PIB del 3,1% en el año 2015, o el de México (3,5%). Por regiones, Asia es la que más avanzará. Así, el grupo asiático ASEAN (Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam) espera uno de los crecimientos económicos más destacados del mundo junto con India y China.

Los BRICS

Dentro del grupo de los países emergentes, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) avanzan, aunque lo hacen de forma desigual. Así, Rusia y Brasil crecerán más moderadamente en 2015 (0,5% y 1,4% respectivamente), Sudáfrica superará a ambos (2,3%) y China continuará creciendo como lo lleva haciendo en los últimos años, aunque en esta ocasión disminuirá ligeramente su velocidad (7,1% previsto en 2015 frente al 7,4% de 2014). En esta ocasión la sorpresa es India, que crecerá más rápidamente y acelerará el proceso de convergencia con China: el FMI prevé que la economía india crezca un 6,4% en 2015.

América Latina

Para América Latina y el Caribe el FMI espera que se produzca un aumento del PIB del 2,2% en 2015, pero este crecimiento no será homogéneo. Algunos países tendrán importantes crecimientos económicos, como podrá suceder en Panamá (6,4%), Perú (5,1%), Colombia (4,5%), México (3,5%) o Chile (3,3%), mientras que otros continuarán con crecimientos económicos negativos: es el caso de Argentina (-1,5%) y Venezuela (-1%).

Esta dualidad de comportamiento en América Latina nos muestra, una vez más, que las economías se benefician cuando existe un buen nivel de seguridad jurídica y se siguen políticas económicas ortodoxas. No debemos olvidar que las buenas políticas y la mejora de las instituciones son factores diferenciales a la hora de atraer capital extranjero y alcanzar así tasas de crecimiento más altas. Además el aumento de la inversión, tanto extranjera como nacional, favorece el avance de la tecnología y aporta nuevas habilidades organizativas que impulsan una mayor eficiencia económica.

Por el contrario, en los países en los que los gobiernos hacen malas políticas y hay inseguridad jurídica la inversión empresarial se retrae y la competitividad sufre pérdidas significativas. No es casualidad que en el Informe de Competitividad Mundial para el año 2015 del World Economic Forum, Venezuela y Argentina ocupen las posiciones 131 y 104 respectivamente de un total de 144 países, es decir, su competitividad es muy baja. Otros países latinoamericanos con una gestión de las políticas públicas más adecuada han tenido mejores resultados en la clasificación como, por ejemplo, Chile en la posición 33, México en la 61 o Perú en el puesto 66.

Estados Unidos

Durante el próximo año la economía estadounidense volverá a ser uno de los motores del crecimiento económico mundial. Desde el año 2010 la economía de EEUU ha alcanzado tasas de crecimientos cada vez más altas. Y es, además, una de las pocas economías, junto con la española, en las que el FMI ha revisada al alza su tasa de crecimiento. El FMI, considera que EEUU crecerá un 2,2% este año (un 0,5% más que lo anunciado en verano) y un 3,1% en 2015. Este excelente comportamiento está permitiendo que el mercado laboral estadounidense sea en la actualidad uno los que tiene mejor comportamiento, con una tasa de paro del 5,9% en el mes de septiembre (frente al 11,5% de la zona del euro).

Europa

El FMI señala a la zona del euro como la única región del mundo con un 30% de probabilidad de entrar en deflación: lleva demasiado tiempo con un crecimiento de sus precios excesivamente bajo. Otro escenario que se está planteando es la posibilidad de que la salida de la crisis no haya llegado todavía. Ante esto el FMI expresa su preocupación sobre la entrada en una nueva recesión: le da una probabilidad del 38%. Si fuera así la zona del euro volvería a tener tasas de crecimiento del PIB negativas durante un periodo prolongado de tiempo. En definitiva, en esta ocasión las perspectivas para la zona del euro no son muy halagüeñas y la convierten en la región del mundo con un mayor riesgo de deflación y de recesión.

Esta situación vendría agravada porque las malas previsiones económicas tienen el riesgo de que se autocumplan. Como bien ha dicho Christine Lagarde, si las empresas esperan un crecimiento económico muy bajo tendrán menos incentivos para aumentar su actividad, especialmente las inversiones. Esto provocaría que las empresas no renovasen su aparato productivo y perdiesen competitividad.

Renovación de infraestructuras

La solución que da el FMI a este problema es el aumento de la inversión pública. Para el Fondo este es un buen momento para que Europa aumente el gasto en infraestructuras. La institución considera que el sector público debe aprovechar el momento para invertir, ya que 1) los tipos de interés son muy reducidos, por lo que la financiación es barata, 2) se fortalecería la demanda interna lo que impulsaría la producción y el empleo, y 3) se solucionarían los problemas de oferta causados por infraestructuras deficientes; es decir, el mayor gasto en carreteras, autopistas de peaje, infraestructuras hidráulicas y ferrocarriles mejoraría la productividad.

En Alemania, la primera economía europea y la cuarta del mundo, la producción industrial ha entrado en tasas de crecimiento negativas y, dado el mal estado de sus infraestructuras, necesitaría realizar obras públicas para mejorar su competitividad. Alemania no tiene problemas de financiación, tiene una deuda muy baja y los tipos de interés a los que se financia su sector público son prácticamente nulos. Esa política de mejora de las infraestructuras daría más confianza a los inversores y mostraría que se avanza en el camino de la construcción de una Europa más fuerte.

Este mayor gasto también dinamizaría el crecimiento económico por el efecto de los multiplicadores. El FMI ha estimado que un aumento del 1% del gasto público en inversión pública podría aumentar el PIB entre un 0,4% y un 1,5% en sólo cuatro años, siendo su impacto mayor en aquellas economías que se encuentren más lejos de su tasa de crecimiento potencial.

En conclusión, según las previsiones del FMI la economía mundial crecerá más el año que viene que este año, lo que puede favorecer y animar la actual fase de recuperación de la economía española. Existen, sin embargo, riesgos. El más importante es el enfriamiento de la economía europea: durante el segundo trimestre de este año el crecimiento económico de la zona del euro fue nulo. Los indicadores económicos de Europa para el tercer trimestre son también decepcionantes.

Para poder reactivar la economía europea harían falta, junto con políticas monetarias y fiscales acertadas, como podría ser la mejora de las infraestructuras, reformas estructurales (mercado laboral, pensiones y redimensionamiento del sector público) especialmente en Francia e Italia. Para poder crecer es preciso que la eurozona siga reduciendo los costes laborales, sociales, financieros y fiscales que soportan sus empresas y que las hace ser menos competitivas en los mercados internacionales. De ahí que Europa deba seguir promocionando la cultura de la competencia.Sin reformas estructurales la zona del euro puede seguir estancada durante años.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro «PERSPECTIVAS ECONÓMICAS PARA EL AÑO 2015″. Expansión. 11 de octubre de 2014; página 42.

2
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    [post_content] => One of the main goals of economic policy is to maintain a high level of economic growth, one that is sustainable over the long term, helping society to develop. The trigger for this process is productivity growth generated by technological change and improvements in human capital.

This connection has often been the object of study in economic theory. Although the focus of these studies may vary, most arrive at the same conclusion: innovation and rising educational levels have a positive impact on the economy and are the basic factors behind sustained economic growth.



In this article we seek to highlight the way in which technology is integrated into productive processes, given that - as the American economist Paul Romer has noted - research results are public property, and may be freely used simultaneously by two or more individuals. Moreover, increased knowledge can help to generate economies of scale that can lead to increasingly improved performance. The intensity of these improvements, however, is not always the same. The effects of innovation evolve in step with technological cycles.

For example, during the First Industrial Revolution (1750-1830), the railroad was a great invention that definitively altered business relations.  The first regions to enjoy rail service attained a significant comparative advantage, allowing them to grow at a much faster rate than their competitors. However, to the extent that the rail network expanded, this innovation became less important in terms of competitive advantage, eventually becoming a mature technology, i.e., it ceased to generate growing performance. This example can help us see how research is a continuous process, and how innovations move the frontiers of knowledge.

At the beginning of an industrial revolution, new ideas are rapidly generated, given the general lack of scientific knowledge. As science continues to develop, researchers must spend more time educating themselves before being able to produce new knowledge.

This is due to the fact that innovation is based on pre-existing technology. For example, internet would not have existed if scientists had not been able to support their work on electricity - a 19th century innovation.

It becomes more and more difficult to innovate. As technology improves, identifying the needs that have yet to be met calls for a level of expertise and sensitivity that were not necessary in the early stages of science. Nevertheless, this growing difficulty does not mean the end of possible innovation. Moreover, it is possible to produce knowledge beyond the current limits by widening the field of investigation.

These successive displacements of knowledge frontiers represent one of the basic aspects of economic growth: improved productivity.

Accordingly, we might confidently say that the continuation of scientific research assures productivity and future economic growth.

However, North American economist Robert J. Gordon offers an idea that dampens this optimism, claiming that we have arrived at a situation of long-term economic stagnation.

Gordon believes that the greatest advances occurred as the result of the Second Industrial Revolution (1870-1900). During that time,   animal-drawn transport was replaced by motor vehicles, coal gave way to oil and electricity, and sewage systems were developed along with water pipelines. All of these innovations boosted productivity, economic growth and social welfare. These changes, together with those resulting from the First Industrial Revolution, made it possible for per capita production in the United States to grow at a rate of 2% from 1981 until 2007. According to Gordon, the future at this point is not so promising, and we will not see a repeat of this growth rate. He states that from 2007 until 2032 - and even until 2047 - per capita production in the United States will grow by only 0.9% annually. Nor does he expect productivity to keep growing; he predicts a reduced annual rate of 1.3%.

Economy Weblog
From this perspective, the future would appear to be less favourable. However, can we really be sure that the above predictions are correct, and that there will be no new growth prospects? In our opinion, we cannot.
From this perspective, the future would appear to be less favourable. However, can we really be sure that the above predictions are correct, and that there will be no new growth prospects? In our opinion, we cannot. This statistic shows that innovation remains a factor in the so-called Third Industrial Revolution, which began in the nineteen seventies and continues today. The development of electronics, robotics, biotechnology and especially the globalisation of the internet have all contributed to ongoing productivity growth. As can be seen in the chart, North American industrial productivity grew at an annual rate 4.1% between 1990 and 2000,  a period of only ten years. Moreover, this productivity growth continued up until 2007 at a rate of 3.9%. While it is clear that productivity growth rates have fallen over recent years as a result of the economic crisis (an increase of only 1.8% in the United States between 2007 and 2013), we do not think there are enough reasons to affirm that growth has completely stopped. Fortunately, scientific research has continued, and we now have new advances in transportation, with unmanned flights; in medicine, with progress in genetics; in 3D printing; and in the comprehensive integration of the internet in daily life, with "the internet of things". The positive effects on the economy from these innovations will be seen when they are applied and extended throughout society. However, this transformation is not immediate. The life cycle of a technology requires a passage of time between the scientific discovery, the creation of the innovation and the spreading of the technology. Thus, the technical evolution of the First Industrial Revolution took a century and a half to run its course, and eighty years after the beginning of the Second Industrial Revolution its innovations were still boosting increases in productivity. This behaviour of technology cycles leads us to believe that the effects of the Third Industrial Revolution are probably not over, and that its innovations still have the capacity to generate future economic growth. Moreover, the recent crisis has slowed down the economic cycle, since companies cut down on investments in improving existing technologies and developing new knowledge via research and development (R&D) policies. Accordingly, we can expect that as the economy improves, the technology cycle will continue to evolve, allowing Third Industrial Revolution technological changes to complete their effects. In addition, researchers - who will be progressively more advanced and better educated - will continue to push ahead the frontiers of knowledge. This will lead to further increases in productivity, which will continue to act as the engine behind growth. In short, we expect that the future will continue to bring scientific advances that will open the door to greater levels of economic development and social welfare. Fuente: Rafael Pampillón y Cristina M. de Haro. "Technological advances will continue to spur World economic development".  Publicado en Forbes India. [post_title] => Technological advances will continue to spur World economic development [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => technological-advances-will-continue-to-spur-world-economic-development [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2014-10-06 11:22:26 [post_modified_gmt] => 2014-10-06 09:22:26 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20821 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 0 [filter] => raw )

One of the main goals of economic policy is to maintain a high level of economic growth, one that is sustainable over the long term, helping society to develop. The trigger for this process is productivity growth generated by technological change and improvements in human capital.

This connection has often been the object of study in economic theory. Although the focus of these studies may vary, most arrive at the same conclusion: innovation and rising educational levels have a positive impact on the economy and are the basic factors behind sustained economic growth.

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15
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    [post_content] => Los Presupuestos Generales del Estado del año que viene se enmarcan en una situación de mayor crecimiento económico mundial. Según el Banco Mundial, el PIB global crecerá un 3,4% en 2015, frente al 2,8% en 2014, apoyado por políticas monetarias expansivas, un volumen de crédito más abundante y una menor restricción fiscal. EEUU seguirá siendo el motor de la economía mundial creciendo por encima del 3% gracias al aumento de la producción de bienes de equipo, a la autosuficiencia energética, a la recuperación del mercado inmobiliario tanto en precios como en actividad y a un mayor consumo provocado por el crecimiento del empleo.

regataaaPor su parte, los países emergentes aceleran su crecimiento y corrigen su desequilibrio exterior. Así los datos del Banco Mundial señalan un crecimiento económico de los países en desarrollo en 2015 del 5,4% (4,8% en 2014). América Latina parece que se recuperará del bajo crecimiento de este año (1,9%) y crecerá en 2015 un 2,9%. Brasil también podría conseguir elevar su producción de bienes y servicios el año que viene: un 2,7% (1,5% en 2014). En Asia, el PIB de China crecerá al 7,5% (una décima menos que en 2014) pero en cambio India crecerá más que este año lo que le permitirá acercarse a tasas de crecimiento económico cercanas a las de China. Así mismo, Nigeria y Angola, dos de los países africanos que tienen mejor comportamiento económico, llegarán a aumentar su producción en un 6,5%.

Asimismo, el Banco Central Europeo (BCE) ha estimado para la zona del euro, un mayor crecimiento en 2015 (1,6%) que en 2014 (0,9%).

Es en este entorno de mayor crecimiento mundial y europeo en 2015 en el que la economía española se está recuperando rápidamente. En el segundo trimestre de este año nuestra economía creció un 0,6% trimestral, el mayor ritmo desde hace siete años. Esto ha contribuido a que las previsiones de crecimiento para España para 2014 hayan mejorado hasta el 1,3%; en 2015 el crecimiento será todavía mayor: 2%.

La mejora de la competitividad

Por tanto, las reformas económicas que ha hecho España han tenido efecto y están permitiendo un crecimiento mayor que la media de la zona del euro. Además, este buen comportamiento de nuestra economía viene acompañado de una favorable política monetaria del BCE. Las bajadas de tipos de interés y la nueva inyección de liquidez al sistema bancario contribuirán positivamente no sólo a un mayor incremento en el crédito sino también a la depreciación del euro. Un euro depreciado unido a los bajos precios españoles permitirán un importante impulso a nuestras exportaciones durante el año 2015: un 6,1% según el Ministerio de Economía.

Sin embargo, si queremos conseguir un crecimiento equilibrado se debe seguir profundizando en la mejora de la competitividad interna y externa. Precisamente el jueves pasado la Comisión Europea recomendó a España que refuerce la aplicación de la Ley de Unidad de Mercado, que establece requisitos únicos en todo el territorio nacional y mejoras en la distribución de la producción, y que desarrolle también la Ley de Emprendedores, que otorga ventajas fiscales y financieras a los nuevos empresarios.

Precisamente el World Economic Forum (WEF) publicó este mes la edición anual del Global Competitiveness Report (Informe de Competitividad Mundial) que realiza desde 1979. En él se evalúa el potencial productivo de los países, es decir, se analiza su competitividad. Este año España se ha situado en la clasificación global como el país número 35 de los 144 estudiados, la misma posición que ocupó el año pasado. El WEF también nos avisa de que la actividad empresarial en nuestro país está limitada por una falta de acceso a la financiación, una regulación del mercado de trabajo demasiado estricta, un sistema burocrático ineficiente y un elevado nivel impositivo. Aspectos que perjudican la competitividad de las empresas españolas y que limitan su potencial de crecimiento.

Asimismo, la OCDE ha recomendado a España reducir las cotizaciones sociales y mejorar su sistema de innovación con el objetivo de conseguir aumentar la competitividad del sector industrial, para que se sitúe como un país exportador de referencia y se frene el deterioro del saldo comercial.

El aumento de la demanda interna

Se trata por tanto de seguir poniendo en marcha medidas que mejoren la competitividad de nuestra economía también para compensar el aumento de la demanda interna y evitar un mayor desequilibrio de la balanza de pagos. Efectivamente, en 2015 los agentes económicos tendrán una mayor renta disponible para consumir, debido al crecimiento del empleo y a la rebaja del IRPF, lo que hará que la contribución de la demanda nacional al PIB aumente el año que viene un 1,2% (frente al 0,7% de este año). Como consecuencia del aumento de la demanda interna las importaciones también acelerarán su ritmo de crecimiento: según el Ministerio de Economía, en 2015 España importará un 5% más de lo que lo hará este año. En este caso habrá que tener en cuenta sus efectos sobre el saldo comercial, que ya sufrió un importante deterioro en el primer semestre de este año (un déficit de 9.900 millones de euros). Otro indicador relevante de la mejora de la economía está siendo el incremento en la compraventa de viviendas que registró en julio un aumento del 11% anual, el más alto desde diciembre de 2013. Una tendencia que seguirá a lo largo del año 2015.

Este mayor crecimiento económico impulsado por las exportaciones y la mayor demanda interna permitirá seguir aumentando el nivel de empleo. Las últimas previsiones de FUNCAS muestran que en 2015 se producirá un aumento del empleo del 1,5%, lo que hará descender la tasa de paro desde el 24,5% (calculado para este año) hasta el 22,5% del año próximo.

Las reformas necesarias

Así las cosas, el año 2015 será positivo para la economía española, con un mayor crecimiento económico, una recuperación de la demanda interna y una mejora del mercado de trabajo. Para consolidar este buen comportamiento se necesita una adecuada reforma fiscal, un mercado laboral más flexible y una mejora de la competitividad. También es necesario contraer el gasto público para evitar que la deuda siga creciendo, aunque será una labor complicada teniendo en cuenta que 2015 es un año de elecciones municipales, autonómicas y generales.

Pese a que las reformas generan descontento, solo acometiéndolas será posible afrontar los grandes problemas que aún aquejan a nuestra sociedad (paro, déficit público, sostenibilidad del sistema de pensiones, calidad educativa…). Ojalá se pueda seguir avanzando en las reformas en 2015 y que el gobierno que salga de las urnas el año que viene lo siga haciendo en 2016.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. "El reto de ganar competitividad". Expansión, 15 de septiembre. Suplemento: el presupuesto que España necesita; página 8.
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Los Presupuestos Generales del Estado del año que viene se enmarcan en una situación de mayor crecimiento económico mundial. Según el Banco Mundial, el PIB global crecerá un 3,4% en 2015, frente al 2,8% en 2014, apoyado por políticas monetarias expansivas, un volumen de crédito más abundante y una menor restricción fiscal. EEUU seguirá siendo el motor de la economía mundial creciendo por encima del 3% gracias al aumento de la producción de bienes de equipo, a la autosuficiencia energética, a la recuperación del mercado inmobiliario tanto en precios como en actividad y a un mayor consumo provocado por el crecimiento del empleo.

regataaaPor su parte, los países emergentes aceleran su crecimiento y corrigen su desequilibrio exterior. Así los datos del Banco Mundial señalan un crecimiento económico de los países en desarrollo en 2015 del 5,4% (4,8% en 2014). América Latina parece que se recuperará del bajo crecimiento de este año (1,9%) y crecerá en 2015 un 2,9%. Brasil también podría conseguir elevar su producción de bienes y servicios el año que viene: un 2,7% (1,5% en 2014). En Asia, el PIB de China crecerá al 7,5% (una décima menos que en 2014) pero en cambio India crecerá más que este año lo que le permitirá acercarse a tasas de crecimiento económico cercanas a las de China. Así mismo, Nigeria y Angola, dos de los países africanos que tienen mejor comportamiento económico, llegarán a aumentar su producción en un 6,5%.

Asimismo, el Banco Central Europeo (BCE) ha estimado para la zona del euro, un mayor crecimiento en 2015 (1,6%) que en 2014 (0,9%).

Es en este entorno de mayor crecimiento mundial y europeo en 2015 en el que la economía española se está recuperando rápidamente. En el segundo trimestre de este año nuestra economía creció un 0,6% trimestral, el mayor ritmo desde hace siete años. Esto ha contribuido a que las previsiones de crecimiento para España para 2014 hayan mejorado hasta el 1,3%; en 2015 el crecimiento será todavía mayor: 2%.

La mejora de la competitividad

Por tanto, las reformas económicas que ha hecho España han tenido efecto y están permitiendo un crecimiento mayor que la media de la zona del euro. Además, este buen comportamiento de nuestra economía viene acompañado de una favorable política monetaria del BCE. Las bajadas de tipos de interés y la nueva inyección de liquidez al sistema bancario contribuirán positivamente no sólo a un mayor incremento en el crédito sino también a la depreciación del euro. Un euro depreciado unido a los bajos precios españoles permitirán un importante impulso a nuestras exportaciones durante el año 2015: un 6,1% según el Ministerio de Economía.

Sin embargo, si queremos conseguir un crecimiento equilibrado se debe seguir profundizando en la mejora de la competitividad interna y externa. Precisamente el jueves pasado la Comisión Europea recomendó a España que refuerce la aplicación de la Ley de Unidad de Mercado, que establece requisitos únicos en todo el territorio nacional y mejoras en la distribución de la producción, y que desarrolle también la Ley de Emprendedores, que otorga ventajas fiscales y financieras a los nuevos empresarios.

Precisamente el World Economic Forum (WEF) publicó este mes la edición anual del Global Competitiveness Report (Informe de Competitividad Mundial) que realiza desde 1979. En él se evalúa el potencial productivo de los países, es decir, se analiza su competitividad. Este año España se ha situado en la clasificación global como el país número 35 de los 144 estudiados, la misma posición que ocupó el año pasado. El WEF también nos avisa de que la actividad empresarial en nuestro país está limitada por una falta de acceso a la financiación, una regulación del mercado de trabajo demasiado estricta, un sistema burocrático ineficiente y un elevado nivel impositivo. Aspectos que perjudican la competitividad de las empresas españolas y que limitan su potencial de crecimiento.

Asimismo, la OCDE ha recomendado a España reducir las cotizaciones sociales y mejorar su sistema de innovación con el objetivo de conseguir aumentar la competitividad del sector industrial, para que se sitúe como un país exportador de referencia y se frene el deterioro del saldo comercial.

El aumento de la demanda interna

Se trata por tanto de seguir poniendo en marcha medidas que mejoren la competitividad de nuestra economía también para compensar el aumento de la demanda interna y evitar un mayor desequilibrio de la balanza de pagos. Efectivamente, en 2015 los agentes económicos tendrán una mayor renta disponible para consumir, debido al crecimiento del empleo y a la rebaja del IRPF, lo que hará que la contribución de la demanda nacional al PIB aumente el año que viene un 1,2% (frente al 0,7% de este año). Como consecuencia del aumento de la demanda interna las importaciones también acelerarán su ritmo de crecimiento: según el Ministerio de Economía, en 2015 España importará un 5% más de lo que lo hará este año. En este caso habrá que tener en cuenta sus efectos sobre el saldo comercial, que ya sufrió un importante deterioro en el primer semestre de este año (un déficit de 9.900 millones de euros). Otro indicador relevante de la mejora de la economía está siendo el incremento en la compraventa de viviendas que registró en julio un aumento del 11% anual, el más alto desde diciembre de 2013. Una tendencia que seguirá a lo largo del año 2015.

Este mayor crecimiento económico impulsado por las exportaciones y la mayor demanda interna permitirá seguir aumentando el nivel de empleo. Las últimas previsiones de FUNCAS muestran que en 2015 se producirá un aumento del empleo del 1,5%, lo que hará descender la tasa de paro desde el 24,5% (calculado para este año) hasta el 22,5% del año próximo.

Las reformas necesarias

Así las cosas, el año 2015 será positivo para la economía española, con un mayor crecimiento económico, una recuperación de la demanda interna y una mejora del mercado de trabajo. Para consolidar este buen comportamiento se necesita una adecuada reforma fiscal, un mercado laboral más flexible y una mejora de la competitividad. También es necesario contraer el gasto público para evitar que la deuda siga creciendo, aunque será una labor complicada teniendo en cuenta que 2015 es un año de elecciones municipales, autonómicas y generales.

Pese a que las reformas generan descontento, solo acometiéndolas será posible afrontar los grandes problemas que aún aquejan a nuestra sociedad (paro, déficit público, sostenibilidad del sistema de pensiones, calidad educativa…). Ojalá se pueda seguir avanzando en las reformas en 2015 y que el gobierno que salga de las urnas el año que viene lo siga haciendo en 2016.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «El reto de ganar competitividad». Expansión, 15 de septiembre. Suplemento: el presupuesto que España necesita; página 8.

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