6
Oct

Mañana, se celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil. Serán los comicios más disputados de los últimos años con dos claros favoritos: el ultraderechista Jair Bolsonaro y el heredero de ‘Lula’, Fernando Haddad.

Tras una campaña electoral muy accidentada, las encuestas, en primera vuelta, dan como favorito a Jair Bolsonaro, candidato del Partido Social Liberal (PSL), de extrema derecha, excapitán del ejército, y diputado federal desde hace 28 años. De acuerdo con el último sondeo divulgado por IBOPE, Bolsonaro podría tener el 35%  de los votos (y subiendo) en la primera vuelta.

El expresidente Lula da Silva del Partido de los Trabajadores (PT), preso por corrupción y lavado de dinero a la par que considerado inelegible por los tribunales de justicia, nombró a Fernando Haddad como su sucesor. Haddad entró en la carrera presidencial a menos de un mes para las elecciones y ya ocupa el segundo lugar con un 22% de los votos (y bajando). El candidato del PT, es profesor de ciencias políticas, exalcalde de São Paulo y ex ministro de Educación. Los demás candidatos, Ciro Gomes (PDT), Geraldo Alckmin (PSDB) y Marina Silva (Rede), reciben el 11%, 7% y 4% respectivamente de las intenciones de voto. La incertidumbre de este proceso electoral se debe a que los resultados de las encuestas en una segunda vuelta dan un empate técnico entre Bolsonaro (que añadiría los votos de Marina Silva a los suyos) y Haddad.

La complejidad del actual escenario político en Brasil tiene su origen en la fuerte crisis económica iniciada en 2014 y en los escándalos de corrupción acaecidos en la petrolera estatal Petrobras, lo que provocó una fuerte polarización de la opinión pública, disminuyendo la popularidad de los partidos más tradicionales, tanto de la izquierda (PT) como de la derecha (PSDB) y también del centro (MDB). El actual presidente, Michel Temer (MDB), rompió la coalición con el gobierno del PT tras el impeachement de Dilma Rousseff y asumió una postura política de centro derecha. Ahora Temer está sufriendo la popularidad más baja de un presidente en la historia de la democracia brasileña: apenas un 4% de la población califica como buena la política de su gobierno. Además, como sus dos antecesores (Lula da Silva y Dilma Rouseff), Temer está siendo investigado por corrupción.

Todos estos escándalos han generado una gran desconfianza en los políticos brasileños. Así, en el último Índice de Democracia en 2017, que elabora The Economist Intelligence Unit, Brasil aparece con una puntuación de 6,86, en una escala de 0 a 10, que es el más bajo de los últimos diez años. El índice revela que los brasileños tienen muy poco compromiso político, en gran parte causado por la elevada corrupción y la falta de credibilidad en los organismos públicos. Esto ha hecho que la campaña presidencial se convirtiera en una disputa entre los candidatos menos rechazados: la extrema derecha y la izquierda fallida del PT.

Las políticas de Temer

Sin embargo, los retos para la recuperación económica de Brasil tampoco son sencillos. El presidente Temer realizó en menos de dos años reformas importantes:

* En la educación secundaria; ofreciendo a los alumnos la oportunidad de adaptar su currículo escolar a sus habilidades y las demandas del mercado.

* En el mercado laboral; flexibilizando los contratos de trabajo, permitiendo contratos por horas y ampliando la jornada de trabajo hasta 12 horas diarias, así como flexibilizando la contratación de terceros y eliminando la obligatoriedad que tenían los trabajadores de pagar la contribución sindical.

* En política fiscal; limitando el aumento de los gastos públicos a la inflación del mismo año.

* En política monetaria; los tipos de interés (siempre muy altos en Brasil) cayeron a su más bajo nivel de la historia: 6,5%. La inflación está controlada: 3,4% en 2017 y 3,7% en 2018.

Crisis económica y social

Sin embargo, el proceso de recuperación económica de Brasil sigue siendo muy lento. El crecimiento del PIB se estancó en 2014 (+0,1%), para después desplomarse en 2015 y 2016 (-3,5% cada año). En 2017, el PIB tuvo un ligero crecimiento (+1%) y para este año, 2018, se espera algo más (+1,5%). La previsión de crecimiento para el año que viene es de un 2,4%, lo que tampoco supondrá una mejora importante de la economía.

Como consecuencia de falta de actividad económica, la tasa de paro ha ido subiendo paulatinamente desde el 6,2% en 2013 hasta el 12,2% en 2018. Este aumento del desempleo ha venido acompañado de una caída en la demanda de bienes de consumo.

La tensión social tuvo su punto culminante en la provincia de Río de Janeiro, cuando en 2017 la violencia alcanzó su nivel récord de los últimos 5 años. Según el ISP (Instituto de Seguranza Pública) cerró el año con 6.749 homicidios y 10.599 robos de materiales, lo que hizo que el gobierno federal accionara la intervención militar hasta diciembre de 2018.

Además, ahora, la subida del precio del diésel en las gasolineras está suponiendo una pérdida de poder adquisitivo, pues los salarios no se están incrementando con la inflación. En protesta, el 21 de mayo de este año los camioneros entraron en huelga durante una semana, en la que más de 6.000 millones de euros en mercancías dejaron de circular en la economía y 1.000 millones de euros se dejaron de recaudar en impuestos. Finalmente, el paquete de reformas no podrá concluirse este año, ya que la reforma de las pensiones no puede ser votada en congreso hasta el fin de la intervención militar.

El fenómeno Bolsonaro

La popularidad de Jair Bolsonaro crece con el aumento de la criminalidad, las revueltas de los trabajadores y las consecuencias de la crisis económica, sobre todo el desempleo. Conviene recordar que fue Bolsonaro el que estuvo a favor de la dictadura militar que colapsó la economía brasileña entre 1964 y 1985 y que también https://nakataka.main.jp/slot-server-thailand/ apoyó la posesión de armas por la población civil. Desgraciadamente, fue víctima de su propia retórica en favor de la violencia. Fue atacado a golpe de cuchillo durante el acto de campaña celebrado en Juiz de Fora el 6 de septiembre.

Además, el candidato consiguió popularidad al defender que un policía que no mata no es un policía y por apoyar la reducción de la edad de responsabilidad penal a los 14 años. En 2011, declaró que preferiría un hijo muerto a uno gay. En 2014, le dijo a una congresista que no la violaría porque era «muy fea». En 2016, al votar en favor del impeachment de Dilma Rousseff, dedicó su voto a Carlos Alberto Brilhante Ustra, comandante de una unidad de policía responsable de 500 casos de tortura y 40 asesinatos durante la dictadura militar de Brasil. El año pasado, un tribunal lo multó por insultar a las personas que viven en quilombos (asentamientos fundados, hace siglos, por esclavos fugitivos). Aun así, Bolsonaro para ganarse el voto de los cristianos se declara defensor de los valores de la familia.

El discurso polémico del candidato esconde algunas incertidumbres en el campo económico. No tiene una propuesta económica clara, argumentando que tendrá un ministro de finanzas que se encargará de la política económica. De convertirse en Presidente, este ministro sería Paulo Guedes, economista renombrado, conocido por su ortodoxia económica e ideas liberales, favorable a la privatización de las empresas públicas, una reforma fiscal más amplia y realizar una reforma del sistema de pensiones que las haga más sostenibles y justas. Guedes es la esperanza de que la economía de Brasil logre cualquier éxito en el caso de un gobierno de Bolsonaro y de que Brasil pueda alcanzar una mayor eficiencia económica y apertura al exterior, de que mejorase el funcionamiento de los mercados con el objetivo de aumentar el bienestar material de sus ciudadanos y de devolver la confianza a la inversión extranjera.

El peso de la corrupción

En cambio, el candidato del PT, Fernando Haddad, a pesar de ser un académico respetado, provoca dudas en los sectores económicos y financieros sobre la capacidad de dar mayores grados de libertad al sistema económico. Haddad mantiene una postura más conciliadora y equilibrada que la de su partido. Sin embargo, el mercado teme que su gobierno ponga un impuesto a las transacciones bancarias (lo que aumentaría los tipos de interés), cancele la reforma fiscal de Temer que puso un techo al aumento del gasto público y que no ejecute la reforma de pensiones que sí promete Bolsonaro.

Haddad tiene a su favor la popularidad de Lula da Silva y sus políticas sociales, que redujo drásticamente el número de brasileños que viven en la extrema pobreza: del 20,2% en 2003 al 3,8% en 2011, según el Banco Mundial. Pero debe deshacerse del pesado fardo de la imagen que tiene su partido asociada a la corrupción. Según Transparencia Internacional, Brasil dejó de ocupar el puesto 54 en el ránking del Índice de Percepción de la Corrupción en 2003 para ocupar la posición 73 en 2011 y el 96 en 2017 (último informe).

¿A qué se debe el éxito de Bolsonaro? El ultraderechista está sabiendo aprovechar el sentimiento de insatisfacción de una parte importante de la población que, desde 2014, está viviendo una grave crisis económica con un elevado nivel de desempleo y que está haciendo que los partidos brasileños tradicionales, el PT incluido, pierdan legitimidad política. Es decir, un divorcio entre los representantes y los representados. Una frustración que procede de la mayor inseguridad económica y laboral que sufren muchos brasileños, así como de la creciente desigualdad en la distribución de la renta. La consecuencia es el auge, con más rapidez de lo que se imaginaba, del Partido Social Liberal de la extrema derecha.

Se trata del típico cambio pendular que se produce siempre después de una crisis económica. En Brasil, parece que está siendo un movimiento desde la izquierda a la extrema derecha. Desde los gobiernos de Lula da Silva, y luego Dilma Rousseff, ambos del Partido de los Trabajadores (PT) hacia Bolsonaro (PSL), pasando en el camino por el gobierno de Temer del MDB, un gobierno de transición. La victoria de Bolsonaro consolidaría este cambio pendular. Sería un gobierno con una estrategia de política económica más liberal que la del actual y contaría con la novedad de una posición de extrema derecha en América Latina. Por tanto, más a la derecha que los actuales gobiernos de Chile y Argentina.

Los retos del nuevo gobierno

Después de muchos años de corrupción, el papel de los políticos tradicionales, que han hecho larga carrera en el partido, no satisface el anhelo de la sociedad brasileña por la renovación política. Sin embargo, el nuevo presidente de Brasil tendrá como principal desafío la aceleración del crecimiento frente a una sociedad frustrada por años de recesión y corrupción. Deberá adoptar mayor austeridad en el gasto público, para resolver el grave problema del déficit público que han generado los gobiernos de Rousseff y Temer. Como consecuencia, la deuda pública, en solo cinco años, ha pasado de representar el 50% del PIB en 2013 al 80% en 2018.

Para aumentar el crecimiento, tendrá que hacer una política económica que logre recuperar y aumentar el tejido empresarial, modernizar las políticas y el sistema de seguridad pública, especialmente en regiones controladas por las milicias.

Además, se deberá recuperar la credibilidad que perdieron muchas instituciones con los últimos escándalos de corrupción; determinar el papel de las empresas estatales, como Petrobras, y las políticas públicas sobre la actuación de otras empresas como Embraer. También, se tendrá que responder de alguna manera a las demandas de la población sobre la reforma del sistema de pensiones, alargando la edad mínima y eliminando la jubilación precoz debida al tiempo en el que se ha estado contribuyendo, además del estrechamiento de la diferencia entre hombres y mujeres. La reforma es fundamental para reducir el déficit fiscal, que cerró 2017 en un 8% del PIB.

Independientemente de quien gane mañana en esta primera vuelta, resulta deseable que la política económica que se aplique en Brasil después de las elecciones aumente el crecimiento económico, la generación de empleo y reduzca la deuda pública a la vez que garantice la democracia en Brasil.

Fuente:  Rafael Pampillón y Leonardo Lima; «Elecciones en Brasil: entre Bolsonaro y Haddad» Expansión 5 de octubre de 2018; páginas 32 y 33

 

29
Jul

Medidas de Austeridad: Haití y Grecia

Escrito el 29 julio 2018 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Global

En enero se cumplieron 8 años del terremoto de magnitud siete en Haití que causo 300.000 muertos y dejo a millón y medio de ciudadanos sin hogar. Hablamos de un país, independiente desde 1.804,  con poco más de 10 millones de habitantes que actualmente es  el de renta per cápita más baja del Hemisferio Oeste.

Estos días ha ocupado tiempo de información la renuncia de su primer ministro Jack Guy Lafontant debido a las importantes protestas sociales por las medidas de austeridad que debía implementar, siendo el hecho más destacado la eliminación de los subsidios al combustible  para poder acceder  a un paquete de ayudas del FMI.  Estas medidas suponían un incremento, en 24 horas,  del 38 y el 51% de los precios de la gasolina y el diesel

La austeridad como fórmula estándar  a aplicar para todos los países que atraviesan dificultades debía ser objeto de reflexión ya que Haití es un buen ejemplo dónde se consiguen de forma constante resultados opuestos a los perseguidas por los organismos multilaterales.  Por ejemplo, hasta mediados de los noventa, Este país consumía casi la totalidad de su producción de arroz.  Bajo la administración Clinton y por indicaciones del FMI  se promovió que implementaran una importante reducción de los aranceles de importación del arroz, del  55 al 3%, para favorecer principalmente las importaciones de arroz de Estados Unidos.  En la actualidad el país con renta más baja de América compra un elemento tan básico de la alimentación slot server thailand como es el arroz al que tiene la renta más alta del continente siendo el 80% del grano consumido  el arroz de Miami como se le conoce en la isla por el puerto de despacho de la mercancía.

Grecia es un país europeo con una población muy similar con la de Haití.  En poco más de un año ha sufrido importantes inundaciones en la localidad de Mandra y un devastador incendio hace días en localidad de Mati, en la costa oriental del Ática con importantes pérdidas humanas y materiales.

¿Ha sido sólo debido a catástrofes naturales fortuitas? Desde que el país Heleno entro en recesión en el 2009 está siendo objeto de una serie de planes de ayuda y medidas de austeridad que se han plasmado entre otras cuestiones en la falta de medios de los encargados de sofocar inundaciones e incendios, – el salario medio de un bombero en la actualidad en Grecia está en torno a los 650 EUR-.

No hay una única causa responsable de la tragedia de Mati, pero la próxima vez que se recete sólo medidas de austeridad a un país con problemas económicos todos deberíamos recordar lo que ha pasado en las últimas semanas en estos dos países.

Feliz verano 2018

14
Jul

Ayer, el INE, publicó el comportamiento del IPC del mes de junio. Durante los doce últimos meses los precios subieron en España 2,3%: máximo de 14 meses. Este repunte de la inflación unida a la subida de impuestos (que se está concretando) va a suponer una pérdida de poder adquisitivo para los ciudadanos.

Foto: Ministra de Hacienda del Gobierno de España, María Jesús Montero.

Conviene recordar que la Teoría Económica, como disciplina científica, demuestra que las subidas de impuestos (incluidos los aranceles) aumentan la inflación, reducen el crecimiento económico y disminuye el bienestar de los ciudadanos. El Gobierno de Estados Unidos (EEUU) está por la labor de subir los aranceles y el de España por aumentar los impuestos. Sin embargo, no parece que este sea el mejor momento para poner palos en la rueda de la economía española, ni para que EEUU suba los aranceles a nuestras exportaciones, ni para que el Gobierno de España aplique una política fiscal que suba los impuestos.

Indicios preocupantes

En tan solo una semana las perspectivas de la economía española parece que han cambiado: los datos publicados muestran una desaceleración del crecimiento económico. Así, para España, la síntesis de los indicadores adelantados (CLI por sus siglas en inglés), que elabora la OCDE y publicada esta semana, vuelve a mostrar descensos. Desde comienzos de año este indicador ha caído desde los 100 puntos en enero a 99,6 puntos de mayo. El dato de mayo representa la cuarta disminución consecutiva del índice. Conviene recordar que este índice está diseñado para anticipar los cambios de tendencia en la actividad económica en un periodo de seis a nueve meses posteriores a su elaboración. Un dato inferior a 100, como es el caso de España, significa que el crecimiento económico futuro se situará por debajo de la tendencia del crecimiento a largo plazo. Por tanto, el CLI (The Composite Leading Indicator) está anticipando que en el año 2019 España crecerá por debajo de la tendencia.

Evolución del Índice Compuesto de Indicadores Adelantados (CLI) de la OCDE en 2018.

  Enero Febrero Marzo Abril Mayo
OCDE 100.2  100.1  100.0  100.0   99.9 
UEM 100.5  100.4  100.2  100.1   99.9 
España 100.0 99.9 99.8 99.7 99.6
Francia 100.3  100.1  100.0   99.9   99.7 
Alemania 100.9  100.7  100.5  100.3  100.2 
Italia 100.7  100.6  100.4  100.2  100.0 
EEUU 100.0  100.1  100.2  100.2  100.2 
China 98.9   98.9   99.1   99.3   99.6
India 100.4  100.7  100.9  101.2  101.4

 Fuente: OCDE, 9 de julio de 2018

Esta información coincide con la publicada también esta semana del Índice de Gerentes de Compras (PMI por sus siglas en inglés). La actividad del sector privado en España moderó su crecimiento durante el pasado mes de junio por la incertidumbre de la política económica nacional y el entorno internacional. El PMI cayó desde los 55.9 puntos del mes de mayo a los 54.8 de junio: su peor registro en los últimos 17 meses. Es preciso recordar que el índice sigue situado por encima de la línea de los 50, que es la barrera que separa el crecimiento de la contracción. Y afortunadamente la economía española lleva 56 meses consecutivos en expansión.

Aunque no debe hacerse una lectura alarmista de la evolución que vienen mostrando estos indicadores (CLI y los PMI),  es factible que se esté produciendo un ajuste de las expectativas, después del extraordinario dinamismo de la economía española durante los últimos 4 años.

 ¿Cuáles son las causas de este enfriamiento?

Las caídas en España de los PMI y de los indicadores adelantados señalan que los empresarios se preparan para un mayor deterioro de la situación. A la  pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos por la mayor inflación y voracidad fiscal se une la desaceleración de la economía europea, y la escalada proteccionista de Trump.

El jueves, la Comisión Europea revisó a la baja las previsiones del crecimiento para la Zona del Euro (UEM), para el año 2018, y en particular las de Francia e Italia. Esta desaceleración económica de Europa reduce el crecimiento de nuestras exportaciones y por esta vía el crecimiento de la economía.

Alemania también declina. Esta desaceleración de la economía alemana se ha notado en la menor confianza de los inversores y analistas alemanes durante este mes de julio. Se trata de un sondeo, publicado esta semana, entre 350 expertos en finanzas que realiza cada mes el Instituto de Economía Europea (ZEW,  uno de los principales slot server thailand centros alemanes para la investigación económica). La confianza de los inversores alemanes se ha hundido al nivel más bajo en casi seis años. El 34% de los encuestados anticipa un deterioro de la situación económica en los próximos meses, mientras en junio era el solo lo hacía el 27%.

La economía europea (y España no es la excepción) se encuentra en un punto de inflexión: vamos ligeramente a peor. Así, la síntesis de los indicadores adelantados (CLI) para la UEM, se redujo seis décimas en lo que va de año. Cayó desde 100,5 puntos en enero a 99,9 en mayo. Esta floja evolución está muy relacionado por las peores expectativas para España, Francia, Portugal, Irlanda y Grecia, cuyos CLI se sitúan por debajo de 100.

El proteccionismo de Trump

También la guerra comercial, iniciada por los EEUU está amenazando nuestras exportaciones, y con ella el crecimiento del PIB. Estas subidas de aranceles es el principal riesgo del escenario mundial por sus efectos perversos: aumento de la inflación y reducción del crecimiento mundial (se estima que podrían reducir el PIB global en un 0,3% en dos años). A los efectos directos sobre las exportaciones y la inflación habría que añadir los indirectos: aumento de la incertidumbre de los empresarios, deterioro en las condiciones financieras, cambio en las reglas del juego y los costes de la necesaria diversificación geográfica para reubicar las cadenas de valor globales de la producción.

Este aumento de aranceles está generando una reducción del comercio internacional y una menor eficiencia económica, lo que disminuirá las oportunidades de generar ventajas competitivas. Tal como señalaron, hace más de 200 años Adam Smith y David Ricardo el comercio internacional es un factor que contribuye poderosamente a aumentar la renta y la riqueza de los países. De ahí que la mayoría de los economistas defiendan las zonas de libre comercio como un instrumento que mejora las condiciones de vida y de trabajo de todos sus protagonistas.

En resumen, el comienzo de este tercer trimestre del año está coincidiendo con una percepción menos optimista de la evolución futura de la economía española y europea. En este contexto de enfriamiento el  Gobierno de España se ha apuntado a la subida de impuestos, que puede tener efectos negativos sobre el crecimiento, el empleo y la inflación, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de los consumidores y de competitividad para las empresas.

España, debe continuar en el proceso de consolidación fiscal para conseguir que su deuda en porcentaje del PIB se reduzca y sea sostenible a largo plazo. Para conseguirlo se debe evitar el aumento del déficit público y cumplir con el objetivo pactado con Bruselas. Para ello es preferible reducir el gasto público que aumentar los impuestos. Los contribuyentes perciben que, en ocasiones, el gasto público conduce al despilfarro, a la corrupción y al escándalo. De ahí que una contracción del gasto público sería mejor aceptado por los ciudadanos que el aumento de impuestos. Sobre todo el gasto que es suntuario, improductivo e innecesario, especialmente en las Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos. 

Fuente: Rafael Pampillón. «No es buen momento para subir impuestos», Expansión 14 de julio de 2018, página 27.

30
Jun

El primer problema de México tiene nombre: Donald Trump. El muro de Trump va más allá de los asuntos meramente migratorios. El muro también se expande a los ámbitos comerciales, productivos e institucionales. La posible salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría situar a la economía de México en una posición dramática: el 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a EEUU.

El segundo problema se materializará mañana, 1 de julio, cuando el populista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) salga elegido presidente. Mañana, 89 millones de mexicanos están llamados a las urnas para votar. Se da como segura la victoria de AMLO que tiene el liderazgo en las encuestas con un 51% de la intención de voto (23 puntos por encima de su principal contrincante, Ricardo Anaya del PAN). El panorama económico es incierto: por primera vez en su historia, México tendrá un presidente de la izquierda radical. De ahí que muchos empresarios con inversiones en México estén asustados y una buena parte de la población mexicana tenga un sentimiento de incertidumbre sobre su futuro.

Foto: Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Donald Trump

El tercer problema es la grave situación social que atraviesa el país y que AMLO quiere solucionar: 1) el elevado nivel de pobreza (el 44% de la población es pobre); 2) la inseguridad ciudadana (32.000 homicidios en el último año, lo que supone un récord histórico); 3) el aumento de la corrupción (según Transparencia Internacional empeora y en el ránking ha caído 30 puestos situándose en el lugar 135 del mundo); 4) la elevada desigualdad (es el décimo país con mayor desigualdad del mundo) y 5 la enorme burocracia en los ámbitos locales y regionales.

A pesar de este conjunto de debilidades, que AMLO pretende corregir, en los últimos años, los anteriores gobiernos de México han sabido llevar a cabo políticas dirigidas a fomentar el crecimiento de la economía, como son: 1) mejorar los marcos regulatorios (tiene, por ejemplo, una de las regulaciones más sofisticadas del mundo en banca y finanzas a través de internet); 2) reducir las cargas y los trámites administrativos para la creación de nuevas empresas y 3) liberalizar el mercado de las telecomunicaciones.

Queda todavía mucho por hacer para seguir aumentando la innovación, la competencia y la productividad del tejido empresarial mexicano. Sin embargo, AMLO parece que, por ahora, ha elegido un camino muy diferente. Sus ideas sobre cómo funciona una economía moderna son muy escasas y simples (en esto se parece a Trump). Así, en su programa electoral promete reducir a la mitad los salarios de los altos funcionarios, incluido el del presidente. Además, quiere que México sea autosuficiente en la producción de alimentos y gasolina (algo que huele a proteccionismo). A ello hay que unir un importante aumento del gasto público: estímulos al sector agropecuario; aumentos de ayuda financiera para estudiantes de familias de ingresos bajos, ancianos y discapacitados; acceso universal a las universidades públicas, y aumentar la instalación de agua corriente y de infraestructura de transporte en el sur del país, donde el 70% de la población es pobre. Pretende, además, cancelar la obra en construcción del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México.

De poner en marcha este conjunto de medidas, su Presidencia sería un experimento arriesgado que está alarmando a los inversores, por sus semejanzas con los gobiernos bolivarianos de Venezuela.

No es tan fiero el león

Sin embargo, no se debe olvidar que AMLO tuvo una actuación económica responsable cuando gobernó la Ciudad de México, lo que permite entrever algunas semejanzas con el expresidente brasileño Lula da Silva, que también fue temido por los mercados cuando ganó la presidencia en 2003. Sin embargo, desde el comienzo de su mandato, adoptó una política económica más ortodoxa que el discurso populista que tiñó su campaña electoral.

Habrá que esperar al discurso de toma de posesión del nuevo presidente para tener una idea mejor de las políticas que se van a aplicar. AMLO, al igual que Lula, es una caja de sorpresas. Sin embargo junto a sus gestos populistas, el candidato a ocupar Los Pinos se ha mostrado muy partidario de renegociar el TLCAN rechazando entablar una guerra comercial con EEUU. De ganar la presidencia, Obrador buscaría la apreciación del peso, al que considera depreciado, y lo haría generando un marco de confianza que incentive las inversiones extranjeras, tal como señaló en una reciente entrevista Alfonso Romo, uno de sus asesores económicos y futuro jefe de gabinete.

Romo también adelantó que AMLO buscará fortalecer el Estado de derecho, crear condiciones comerciales que den confianza a los inversores, permitir que el peso cotice libremente (es decir, sin intervenciones) en el mercado cambiario y respetar la autonomía del Banco de México. Como consecuencia de estas declaraciones el peso mexicano, que venía cayendo con fuerza desde finales de marzo, en los últimos 15 días se ha apreciado un 5,5% con respecto al dólar y también al euro. Una alegría para los accionistas de las empresas españolas con presencia en México que tal vez perciban los efectos positivos de la apreciación del peso en el valor de sus acciones.

El futuro del Tratado

Donald Trump, desde que es presidente, está creando enormes tensiones con México en varios campos, incluidos los asuntos económicos. AMLO no lo va a tener fácil. Si Estados Unidos abandonase el TLCAN, Trump provocaría un desastre en la economía mexicana. El 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a EEUU y la mayor parte de la inversión directa exterior que recibe México también procede de su vecino del norte. El crecimiento económico de México se frenaría y la balanza comercial alcanzaría un déficit impresionante. Además el tipo de cambio del peso se derrumbaría por dos razones: a) por las menores exportaciones y b) por la huida de capitales hacia EEUU por tres motivos: 1º) porque la incertidumbre que se ha instalado en México no favorece la entrada de capitales y, en cambio, sí su salida; 2º) por los mayores tipos de interés aplicados por la Reserva Federal y 3º) por las bajas expectativas de crecimiento económico que tendría México.

En cualquier otra situación una depreciación de la moneda incrementaría las exportaciones. En este caso es más difícil. Con la salida de EEUU del TLCAN y la consiguiente subida de aranceles, México quedaría encerrado en un corral, donde sus exportaciones se verían muy afectadas. La buena noticia es que se crearía una situación que obligaría a México a diversificar geográficamente sus exportaciones hacia los países con los que tiene otros acuerdos comerciales. México, desde hace muchos años, ha venido explorado nuevos mercados, lo cual también se ve reflejado en el reciente acuerdo de libre comercio firmado con la Unión Europea.
Además, ha empezado a subir aranceles a productos americanos, como el queso, con el fin de que EEUU sienta las consecuencias que tendría romper los acuerdos comerciales con México. Un dato: el 80% de las exportaciones de queso de Estados Unidos se envían a México.

Por ahora la salida de EEUU de la TLCAN es solo una posibilidad y probablemente una estrategia de Trump para renegociar el actual acuerdo comercial con Canadá y México. No se debe olvidar que gran parte de la cadena de valor de muchas empresas norteamericanas se encuentra detrás de las fronteras mexicanas. Trump sabe, o debería saber, que si quiere aumentar el bienestar de los ciudadanos americanos y la productividad de las empresas de EEUU hay que poner aceite para que funcione la cadena de valor y la logística. Si, por el contrario, pone palos en la rueda de los intercambios comerciales se reducirá la asignación eficiente de los recursos y con ello el crecimiento económico y empleo.

Donald Trump está creando enormes tensiones políticas y económicas con México

El TLCAN va a ser un reto muy importante para el nuevo presidente que necesita salvar ese acuerdo con dignidad para poder sostener su economía. México no puede perder a su mejor cliente. Si bien es cierto que tampoco puede ceder en todo: los chantajes arancelarios tienen un límite. En cualquier caso el gobierno de AMLO no entrará en una guerra frontal en la que es fácil que pierda.

Aumentar la economía

Si bien AMLO, durante la campaña, ha ido poniendo el foco en repartir la tarta, no debe olvidar que también se necesita que aumente su tamaño. Es cierto, como comentamos al principio, que en los últimos años los gobiernos de México han hecho un esfuerzo por aumentar el crecimiento de su economía, reduciendo las cargas regulatorias con el fin de aumentar el nivel tecnológico y la competitividad de sus empresas. Sin embargo, está todavía muy lejos de diversificar adecuadamente su canasta exportadora. México es todavía un país cuyo desarrollo industrial, productividad y capacidad de innovación están en niveles muy bajos. La carencia de innovación y de capital humano son dos grandes retos que impiden el camino de su desarrollo.

Entre 2008 y 2016, México ha aumentado su presupuesto en investigación y desarrollo (I+D). Desgraciadamente, hasta ahora la inversión en I+D se ha hecho principalmente en el sector público, algo que no ha permitido avances significativos en la productividad y la competencia. Afortunadamente, en 2018 se aumentó la desgravación fiscal en las empresas en las áreas de investigación y tecnología, pudiéndose deducir ahora el 30% de esas inversiones.

Pero la baja productividad se debe también a la falta de capacitación del capital humano. El aumento de capital humano, fortalecería la innovación empresarial y con esto también aumentaría la competitividad. En este sentido el sistema educativo mexicano también tiene que valorar la importancia de formar personal cualificado slot server thailand para ayudar a mejorar la productividad del país. La apuesta por la transformación digital y la innovación en el sector de la Inteligencia Artificial pasa por contar con personal cualificado para realizar ese tipo de trabajos.

Una posibilidad es otorgar apoyos para formar estudiantes de master y doctorados en las empresas: un sistema dual que combine trabajo y estudio. Además, el nuevo gobierno debe aprovechar los logros que ha tenido hasta ahora el fomento del emprendimiento, asegurando más oportunidades para todos los ciudadanos para crear empresas de manera que el nuevo tejido productivo se distribuya de forma más equitativa a lo largo y a lo ancho de todo el país.

Tejido empresarial

En resumen, México, hasta el día de hoy, ha tenido una estrecha y potente conexión con los EEUU, beneficiándose de los éxitos empresariales de los americanos y a la vez, perjudicado en las épocas de crisis económicas. Aunque México ha podido ir desarrollando un mejor, y cada vez mayor, tejido empresarial dentro de su territorio, sigue teniendo una amplía necesidad de estar conectado con los Estados Unidos.

De hecho el país azteca sigue estando muy bien posicionado para exportar servicios y bienes a las empresas norteamericanas. Una realidad que exige que el nuevo gobierno de México ponga la negociación del TLCAN en la parte alta de su lista de prioridades. Para continuar creciendo, México debe seguir manteniendo su buena relación con EEUU.

A su vez, el nuevo gobierno debe priorizar la necesidad de diversificar el tejido empresarial, incorporando las ventajas que presenta la transformación digital para estimular la productividad, asegurando así un mayor desarrollo económico futuro. Si, además, quiere hacer reformas sociales con aumentos de gasto público, tiene que conseguir aumentar los ingresos fiscales. Para ello, se precisa una reforma fiscal y una tarta económica más grande.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «México está entre la espada y la pared». Expansión 30 de junio de 2018. Páginas 26 y 27 

23
Jun

Los aceituneros españoles están sufriendo los elevados aranceles que sobre la aceituna de mesa les está imponiendo la administración americana. Es una medida que se dirige a proteger la producción americana de aceitunas frente a la competencia española. A partir de ahora los americanos tendrán que comer aceitunas de peor calidad y más caras.

Es solo un ejemplo del cambio brusco y profundo que se está produciendo en la política de comercio exterior de Estados Unidos (EEUU). Se trata de la mayor escalada arancelaria que se ha producido desde la Segunda Guerra Mundial. Donald Trump ha iniciado una batalla comercial que no parece que vaya a terminar bien. Las hostilidades comenzaron el 1 de junio cuando la Administración de EEUU aprobó aranceles del 25% y el 10% a la importación de acero y de aluminio procedentes de Europa, China, México y Canadá.  La respuesta de los países afectados no se hizo esperar. Ayer, viernes, los países de la Unión Europea (UE) comenzaron a aplicar aranceles del 25% a unos 200 productos norteamericanos (zumo, tabaco, motos, whisky, cartas, vaqueros o acero) por valor de 2.800 millones de euros. Prudentemente y en aras de que cese la contienda, Bruselas anunció el compromiso de retirar estas medidas si EEUU hace lo propio con el acero y el aluminio.

China, también ha iniciado un proceso de duras represalias a las medidas proteccionistas de la Administración americana. La respuesta de Trump tampoco se ha hecho esperar, y ya está estudiando gravar con más aranceles a la economía de China. Se trata ahora de tarifas del 10% a un total de 200.000 millones de dólares de importaciones chinas (que van desde las lavadoras a los paneles solares). Aunque la Casa Blanca aseveró que estos aranceles se aprobarán, a no ser que Pekín cambie su política económica exterior para exportar menos a EEUU. Sin embargo, parece que China no está por la labor de reducir drásticamente su superávit comercial con EEUU, motivo por el que ha amenazado con tomar medidas cuantitativas y cualitativas contra la entrada de productos americanos.

Cerca de la recesión

Donald Trump es el único responsable de una guerra comercial que, si no se detiene, provocará una crisis que se extenderá por el resto del mundo, lo que provocaría una recesión que se prevé en 2020-2021. El motivo resulta claro: se está destruyendo el sistema internacional de Libre Comercio que creó Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. El presidente norteamericano no cree que arruinar un sistema de comercio global y abierto y perder a sus aliados políticos y comerciales (Europa, México y Canadá) vaya a perjudicar los intereses estadounidenses. Nada más falso.

Se olvida que la Gran Depresión americana de los años treinta (del siglo XX), se produjo en unas circunstancias similares: el dólar estaba apreciado, se derrumbó la bolsa de nueva York con el famoso Crack de 1929, los tipos de interés eran elevados y la política comercial también tenía un sesgo proteccionista. Efectivamente la introducción de la Smoot-Hawley Tariff Act en 1930 -una subida considerable de los aranceles a la importación para proteger a los agricultores americanos-  redujo el comercio internacional y ayudó a hundir la economía americana. Por otra parte, el esquema cambiario de tipos de cambio fijos basado en el “patrón oro” entrañaba una apreciación del dólar, sobre todo cuando otros países como el Reino Unido decidieron salirse y devaluar su moneda.

Ahora las condiciones son parecidas: el dólar está apreciado, los tipos de interés de la Reserva Federal aumentan, el Dow Jones lleva diez días cayendo desde máximos y la Casa Blanca impone aranceles a los productos importados. Estas malas señales presagian una crisis que va a tener consecuencias negativas sobre la productividad de EEUU, su industria manufacturera, la inflación y los tipos de interés. No obstante, es muy poco probable una depresión, como la que siguió a crisis bursátil de 1929; ahora la situación es diferente por la contundencia y velocidad con que se producen las respuestas de la política económica.

España: estrategia exportadora

Estamos ante una guerra comercial en la que España también participa: la aceituna de mesa es solo un ejemplo. Desgraciadamente es una batalla de la que ningún país permanecerá al margen y que afectará también al crecimiento económico de Europa.

De momento esta guerra se nota poco en España porque nuestros productos siguen siendo percibidos por su calidad y precio, lo que nos permite estar en las mejores condiciones para llegar a los mercados internacionales. Así, los datos publicados esta semana sobre el comercio exterior español señalan que continúan creciendo las exportaciones. Éstas han alcanzado el récord histórico de 94.883 millones de euros, en el período enero-abril de 2018, cifra que supuso un alza del 3,7% con respecto al mismo periodo del año anterior. Las exportaciones se afianzan así como motor de nuestra economía. Solo en el mes de abril, las ventas al exterior aumentaron un 9,5% con respecto al mismo mes de 2017. Estos incrementos permiten a España continuar por encima de sus principales competidores europeos.

España mantiene su peso en las exportaciones mundiales de bienes

El crecimiento de las exportaciones se observa también en el alza de la cuota exportadora de nuestro país. Así, según acaba de publicar la Organización Mundial de Comercio (OMC), España mantiene su peso en las exportaciones mundiales de bienes. Es más, es el único país de la tabla que en 2017 sostiene su participación. Los demás pierden en favor de otros países, más pequeños económicamente, que ganan cuota (Corea del Sur, Holanda, Indonesia, Vietnam, Malasia o Polonia). Además, en el periodo 2003-2017 solo España y China ganan participación en las exportaciones mundiales de mercancías. El resto de los países (Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia) redujeron su participación.    

                                 Participación (%) en exportaciones mundiales de mercancías

2003 2012 2014 2015 2016 2017 Diferencial 2003-2017
China 5,9 11,4 12,4 14,0 13.1 12,8 +6,9
Estados Unidos 9,8 8,6 8,6 9,1 9,1 8,7 -1,1
Alemania 10,2 7,8 8 8,1 8,4 8,2 -2
Japón 6,4 4,5 3,6 3,4 4,0 3,9 -2,5
Francia 5,3 3,2 3,1 3,1 3,1 3,0 -2,3
España 1,6 1,6 1,7 1,7 1,8 1,8 +0,2

Fuente: OMC (2018)

Una de las razones por las que la economía española crece a ritmos tan elevados es por la competitividad de nuestras exportaciones de bienes y servicios. Conviene recordar que exportar más exige una mayor inversión en infraestructuras y bienes de equipo, algo que mejora el empleo, lo que a su vez da paso a un aumento del consumo.

La guerra de Trump nos perjudica

A pesar de las malas noticias económicas que aparecen estos días, y que van a seguir en los próximos meses como consecuencia de las actuales políticas comerciales en EEUU, España, gracias a las exportaciones, mantiene un elevado ritmo de crecimiento. Por eso la guerra de Trump a España no le interesa: nos slot server thailand perjudica. Producirá, además, una recesión económica en EEUU, China y Europa. Sin embargo, gracias a la Gran Recesión aprendimos que las políticas económicas deben aplicarse con rapidez, intensidad y coordinación. Como consecuencia si se entra en una recesión sabremos salir  pronto de ella lo que debiera llevarnos a tener una visión más optimista del futuro.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «La guerra arancelaria: un perjuicio global». Expansión 23 de junio de 2018. Página 27.

22
Jun

TOO BUSY BEING FABULOUS: POLITICAS MONETARIAS Y FISCALES

Escrito el 22 junio 2018 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía española

Se ha producido un cierto revuelo ante el potencial anuncio de una subida impositiva por el nuevo gobierno en España.

Los gobernantes tienen dos políticas económicas que pueden seguir, ni una más: Políticas Monetarias y/o Fiscales

La primera es aquella en la que los gobernantes  pueden actuar subiendo y bajando los tipos de interés y la masa monetaria en circulación para incrementar o reducir la demanda y oferta agregada.   Por ejemplo, una política monetaria expansiva como la llevada en la UE en los últimos años  con tipos de interés a la baja ha tenido como objetivo el incremento del Consumo y La Inversión

Si en el 2019 se produce un cambio a la cabeza del Banco Central Europeo y la política monetaria pasa a ser restrictiva, los tipos de interés se ajustarán al alza y los particulares y las empresas lo sufrían

Señalar además que para los 19 países de la zona euro, incluyendo España, las políticas nos vendrán dadas teniendo escaso margen de actuación

¿Qué margen les queda a los países de la zona Euro?

La política fiscal, que es simplemente reducir o incrementar impuestos sobre ciudadanos y empresas, ya que los impuestos que soporta el sector público lo acaban pagando los dos primeros, y las exportaciones en casi todos los países del mundo (exceptuando Argentina) están exentos de gravamen

Si el plan para los próximos meses en España es basarse en  un incremento de tipos –que como he señalado nos vendrá dado- más un incremento del Gasto Público el impacto que tendrá en el sector privado será una caída del consumo y la inversión.  Además  una potencial subida de tipos de interés probablemente tendrá consigo una apreciación de la moneda local, pérdida de competitividad de las exportaciones e incremento de las importaciones

¿Cuál será la consecuencia de esto? Un desplazamiento de la demanda agregada a la izquierda, que quiere decir menor crecimiento económico

Es sorprendente que no aprendamos mucho de lo que sucedió hace muy poco pero se debe pensar que igual que las olas las crisis son inevitables.

10
Jun

Cuando muchos pensaban que el Gobierno que surgiera de la moción de censura podía arruinar la economía española, la moderación exhibida por el Presidente Sánchez en sus declaraciones y en la elección de ministros invita a un relativo optimismo. Por el momento, la impresión es que el apoyo recibido de los partidos que mantienen una postura de aumento del gasto público no se va a traducir en cesiones que rompan la senda del crecimiento económico. Sánchez ha despertado, en el comienzo de su mandato, una gran confianza. Si esa expectativa logra acreditarla con hechos, su credibilidad mejorará, lo que le favorecería para continuar en la Moncloa en 2020.

Foto: La Ministra de Economía, Nadia Calviño.

Conviene recordar los temores que generaron los imprescindibles apoyos nacionalistas y del partido de Pablo Iglesias a la investidura de Sánchez: más gasto público para pagar los peajes que exigió la aprobación de la moción de censura, mayor incertidumbre en el mercado laboral, aumento del déficit y de la deuda pública, una mayor presión fiscal, etc. Si esas aprensiones hubieran tomado cuerpo, España tendería a perder la senda del crecimiento por la que camina, porque la confianza que necesitan los empresarios e inversores se malograría. Afortunadamente, parece que el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez seguirá una política económica más ortodoxa de lo que se esperaba.

Cuidar de las cuentas públicas

Así, en política fiscal se propone cumplir con el acuerdo con Bruselas que implica un objetivo de déficit público del 2,2% del PIB en este año 2018 y del 1,3% para el que viene, según el Programa de Estabilidad 2018-2021. Sin embargo, los Presupuestos Generales del Estado de 2018, que están en trámite de aprobación en el Senado, apuntan a un saldo negativo de las Administraciones Públicas del 2,7% para 2018, lo que supone sobrepasar el objetivo. Es precisamente esta política fiscal expansiva la que incrementaría la deuda pública lo que en un contexto de subida de tipos de interés, podría deteriorar la solvencia y el actual crecimiento del reino de España.
Con apenas 84 escaños socialistas en el Parlamento, muy lejos de conseguir mayorías estables, el nuevo Gobierno tiene que ser muy cuidadoso con las cuentas públicas. La gran trampa en la que puede caer Sánchez es permitir elevados costes laborales y una subida de tributos que perjudique la competitividad de las empresas.

Como, más vale prevenir que curar, conviene tener en cuenta que a partir de 2019 la situación puede empeorar por la mencionada subida de los tipos de interés, lo que podría acarrear mayores gastos financieros para la Hacienda Pública, con el consiguiente aumento de la deuda. El remedio para evitar esa posible contracción de la economía es dejar que el propio crecimiento económico aumente los ingresos fiscales y reduzca el gasto público (a través de los denominados “estabilizadores fiscales automáticos”) tal como ha sucedido en los cuatro primeros meses del año, al reducirse en un 22,2% el déficit del Estado. Además, en el largo plazo, esta disminución del déficit público tiene un efecto expansivo: disminuye la deuda pública, lo que presiona a la baja los tipos de interés y da margen para reducir los impuestos, impulsando así la inversión.

Foto: la Ministra de Hacienda María Jesús Montero

Sin embargo, hay que tener presente que, debido al alto grado de descentralización territorial, los Presupuestos suponen menos del 50% del gasto total. Por ese motivo, el control del déficit exige poner en marcha instrumentos para obligar a las Comunidades Autónomas a que, como mínimo, cumplan sus compromisos de estabilidad fiscal. Es ahí donde hay margen para seguir haciendo el ajuste, fundamentalmente por la vía de los gastos, lo que a su vez daría a los inversores más credibilidad y confianza en España. El nuevo Gobierno tendría que afrontar de una vez por todas la reforma de las administraciones y, en cualquier caso, no financiar a ninguna región o ayuntamiento que no cumpla la requerida contención presupuestaria. En este sentido, y con una economía en plena fase expansiva, todas las administraciones deben presentar equilibrio o superávit fiscal y ninguna podría incurrir en déficit estructural, salvo situaciones excepcionales.

Un gobierno “modernizador y europeísta”, como lo denominó el presidente Sánchez, debe reforzar esta solvencia del Estado y reforzar la confianza de los mercados. En cualquier caso, deberían ir acompañados de reformas estructurales que permitan elevar el crecimiento potencial y dar respuesta a los retos a los que se enfrenta nuestra economía, y –en particular–, el envejecimiento demográfico.

Aumentar el bienestar

El nuevo equipo económico de Sánchez tendrá que hacer pedagogía y comunicar a los ciudadanos que la política económica necesaria (también la fiscal) se debe dirigir a aumentar el bienestar de los españoles en el largo plazo. Debe explicar que una política fiscal más ortodoxa permitiría mejorar la buena marcha de la economía e infundir confianza en los acreedores, es decir, a los poseedores de deuda pública española que está cifrada en el 98% del PIB, una de las más altas de Europa.

España necesita, por tanto, políticas que consigan que la economía continúe por el buen camino de la estabilidad y el crecimiento, por el que llevamos ya transitando cuatro años; reforzando el círculo virtuoso de altos niveles de confianza, buenos resultados económicos y aumento del bienestar. El elevado crecimiento del PIB en los últimos años ha venido de la mano de la mejora del empleo, del crecimiento del consumo, la producción de bienes de equipo, de la compra de viviendas y de una mayor recaudación. Un crecimiento más rápido que ha significado también ingresos fiscales más elevados, lo que debería permitir reducir el elevado nivel de deuda pública en manos de los acreedores (incluido el Banco Central Europeo).

Reformas estructurales

Por eso si el Partido Socialista quiere ganar las elecciones dentro de dos años tiene que afrontar las reformas necesarias: facilitar a nuestras empresas la obtención de mayor innovación, favorecer la inversión directa extranjera, hacer sostenible el sistema de pensiones, revitalizar la vida política y, por último, buscar un nuevo equilibrio con todas las comunidades autónomas donde prevalezca el dialogo, se alcance una mayor unidad de mercado y se reduzca el gasto público que no sea estrictamente necesario.

En definitiva, hace ya más de dos años que la recuperación económica de España avanza más rápido de lo que habían pronosticado los economistas. Pocos previeron que el país repuntaría a un ritmo tan fuerte y a medida que el tiempo pasaba se han ido revisando al alza las predicciones de crecimiento. A su vez las empresas aumentaban las contrataciones y se iba reduciendo el nivel de desempleo de forma gradual. Ahora, con un gobierno que mantenga las reformas, aplique políticas económicas ortodoxas y genere confianza, la salud de la economía española seguirá mejorando.

Las políticas públicas del Partido Popular en el ámbito económico se han caracterizado siempre por su responsabilidad. Sería deseable que esa sensatez prevaleciera también ahora que están en la oposición, sin dejarse tentar por electoralismos oportunistas. Nunca como ahora, el largo plazo fue tan importante para consolidar nuestra economía. Esperemos que, al menos, los partidos constitucionalistas sepan estar a la altura del entorno internacional, que nos ha tocado vivir, para seguir aumentando la competitividad de la economía española.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo: «Generar buenas expectativas». Expansión 9 de junio de 2018, página 22

2
Jun

Las cesiones políticas y económicas a las que se puede ver obligado el nuevo Gobierno de España, por los apoyos que ha recibido de los partidos independentistas y anti-sistema, pueden ser negativas para el conjunto de la nación. Unos y otros pueden someter a Pedro Sánchez a un chantaje que causaría un deterioro histórico en la cohesión de España.

Cada respaldo al nuevo presidente puede ir precedido de una exigencia cada vez mayor. Remendar este ´roto´ en la vieja piel de toro española podría costar tiempo y esfuerzo. Hay quien piensa que el descontrol autonómico se arreglará cuando la fragmentación sea tan dañina que la economía no lo soporte. Esperemos que no se llegue a este escenario, de lo contario nuestra economía quedará destrozada, lo mismo que la convivencia.

La coyuntura económica

Pero es que además a los problemas políticos se unen ahora algunas incertidumbres económicas. Por ejemplo, la alarma que puede generar el nuevo Gobierno de España, fruto de las políticas que exijan los nacionalistas y populistas, pueden aumentar la aversión al riesgo hacia nuestra deuda y hacia la renta variable. Ayer, los mercados reaccionaron bien. El IBEX 35 subió un poco (+1,56%), desde cotas muy bajas, alcanzando los 9.632 puntos, pero sigue lejos de los 10.300 puntos de primeros de mayo o del máximo del año (10.643). También ayer la prima de riesgo de España se redujo hasta tocar los 103 puntos básicos, pero sigue por encima de los 74 que cotizaba hace un mes.

Se reduce el consumo

Las caídas de la bolsa generan un efecto pobreza, que pueden debilitar el consumo durante este segundo trimestre del año. Así, el Índice de Comercio Minorista (ICM) publicado esta semana creció en abril, en tasa anual, solamente un 0,2% (sin contar las estaciones de servicio), habría que retroceder hasta octubre de 2017 para encontrar un avance tan reducido. El consumo también se paralizó en mayo por el impacto negativo que sobre la renta disponible de las familias está teniendo la incertidumbre política, el efecto pobreza y la pérdida de poder adquisitivo del dinero (por la mayor inflación). Efectivamente, el INE publicó esta semana que en mayo el crecimiento del IPC fue de un 2%, nueve décimas superior al registrado en abril. Este aumento de la inflación es el resultado, en parte, del aumento de los costes energéticos. La subida de los precios y la mayor inflación anual supone que el poder adquisitivo de las familias se reduce y con él la demanda de bienes de consumo en el mes de mayo.

También disminuyen las exportaciones.

Según publicó el jueves el Banco de España, en el mes de marzo las exportaciones de bienes y servicios se redujeron (-2,3%). Desgraciadamente, esta caída en las exportaciones puede continuar por la pérdida de competitividad que supone la mayor inflación y también por el menor crecimiento de la Unión Económica y Monetaria (UEM) a quien le vendemos el 50% de nuestros productos. En abril, el Índice de Gestores de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) de la UEM se ralentizó a su nivel más bajo desde enero de 2017. Descendió desde los 55,2 del mes marzo a 55,1 puntos en abril y parece que en mayo continuará el descenso. También por la incertidumbre de política económica que puede haber en Italia con la constitución de un nuevo gobierno, del que se desconoce todavía, al igual que en España, cual puede ser su política económica. A lo que hay que añadir el problema de crecimiento, para la UEM, que puede generar la política comercial proteccionista de Estados Unidos.

El crecimiento económico de España se enfría.

Por tanto, el cambio de gobierno llega con unos decepcionantes datos del segundo trimestre por un enfriamiento mayor del esperado de nuestra economía. Se paraliza el consumo, aumenta la inflación, la producción de bienes de equipo apenas crece y las exportaciones se reducen. En España el PMI compuesto de abril también bajó a 55,4 puntos, su peor lectura en cuatro meses. Por su parte el PMI de industriales (la actividad de las fábricas españolas) también se moderó en el mes de abril hasta su nivel más bajo de los nueve últimos meses: se situó en 53,4 puntos desde 54,4 del mes de marzo, sugiriendo que la expansión de la economía española tocó techo durante los primeros meses de 2018.

¿Se paralizarán las reformas?

La incertidumbre económica surge también al temor de que el nuevo Presidente del Gobierno tenga que pactar con otros partidos de izquierda menos proclives al equilibrio de las cuentas públicas que Rajoy. La clave, por tanto, es si el nuevo gobierno seguirá la línea reformista orientada a estimular la competitividad, sostener el sistema de pensiones, aumentar el empleo, equilibrar las cuentas públicas, reducir la deuda, y mejorar la productividad.

En definitiva, los indicadores de coyuntura de la economía española de los últimos meses de este año están por debajo del extraordinario ritmo alcanzado durante los últimos años. La actividad se desacelera corriendo el peligro de sumergirse en bajos ritmos de crecimiento potencial. El crecimiento económico va madurando, con registros que, en los próximos trimestres, serán ligeramente inferiores a los observados durante los últimos años.

Sería deseable que Sánchez asumiera su responsabilidad y continuara unas reformas que, aunque las puso Rajoy, resultan ineludibles para la fortaleza económica que España necesita.

1
Jun

La Italianización de la Política Española

Escrito el 1 junio 2018 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Global

Dos países están de actualidad en Europa estos días, España e Italia.  En el país transalpino hemos visto como el candidato Giuseppe Conte era presentado por la coalición de la Liga Norte y el Partido Cinco Estrellas, rechazado por el Presidente de la República Sergio Mattarella, que encargo formar a Carlo Cottarelli el 28 de mayo,  que tres días después renunció al cargo,  presentándose  nuevamente la candidatura de Conte que se convertiría el 01 de junio  en el Presidente del Consejo de Ministros o Primer Ministro de Italia nº 86 desde que en 1861 se creó el Reino de Italia bajo la monarquía del Rey Emanuel II.

Italia tiene en la actualidad un PIB per cápita (USD 38.000)  muy similar al que tenía hace dos décadas mientras  sus empresas  de maquinaria o ingeniería, una vez líderes mundiales también han dejado de tener el brillo de antaño.  La deuda pública no ha dejado de crecer desde el 2017 alcanzando diez años después el 131% del PIB.  Este gran país es conocido hoy en día en el ámbito económico más por ser su escaso crecimiento, su alta tasa de paro juvenil y femenino  y las disparidades económicas entre el norte y el sur. Finalmente hay estimaciones que cifran la economía informal del país en un porcentaje no menor del 17% del PIB, principalmente en los sectores agrícolas, de la construcción y de servicios.

¿Cuántos primeros ministros ha tenido la durante muchos años la tercera economía  europea desde el fin de la segunda guerra mundial? Ni más ni menos que 68 en 73 años… y eso que nos puede parecer que Silvio Berlusconi estuvo muchos años ejerciendo ese puesto.

Desde el segundo semestre del 2013 España salió de la recesión y ha crecido de forma ininterrumpida por encima de la eurozona destacando el incremento de dos millones de ocupados-EPA reduciendo la tasa de paro más de 10 puntos porcentuales hasta el 16,7%. Se ha pasado de un déficit a un superávit por cuenta corriente y de capital (capacidad de financiación) en torno a 20.000 millones de euros desde 2014.

¿Cómo ha sobrevivido la sociedad italiana a un modelo político en el que un primer ministro dura menos de dos años?  La principal razón ha sido que la política va por un lado y la economía y la sociedad va por otro. 

¿Qué sucederá con la economía española a partir de hoy?

La Italianización de la política española es una idea que ha surgido en el interesante debate que he tenido hoy con Gonzalo Bernados en las Conferencia de Riesgo País COFACE CAIXA en Madrid.  Hay que trabajar y confiar en que  España no siga el camino de Italia pero seguro que los ciudadanos de este último país tampoco veían hace diez años cual iba ser su situación una vez entrados en el siglo XXI

El próximo martes en Valencia seguiremos con esta interesante conversación

http://www.riesgopaiscoface.com/conferences/valencia/

 

22
Abr

La chispa adecuada: El futuro de la Unión Europea II

Escrito el 22 abril 2018 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Global

Este pasado martes el presidente de Francia hablo ante el parlamento europeo dejando clara su defensa del proyecto de la unión continental principalmente con dos mensajes:

-Hay que reforzar la soberanía Europea

-Se debe dar una solución económica  a aquellas comunidades en que reciban refugiados

Respecto al primer punto se hizo hincapié en que una democracia con sólidos fundamentos es la mejor forma de evitar el populismo y el descontento popular  que parece estar instalándose en diversos países de la UE.  La UE tiene una diversidad muy amplia respecto a la renta per cápita de sus integrantes (entre USD28.000 y USD109.0000) pero un denominador común es que la ola de euroescepticismo  es transversal en muchos países miembros (Italia, Hungría, Polonia…)

En cuanto al flujo migratorio, al que se ha sumado en los últimos años todos los ciudadanos sirios que huyen de la prolongada guerra en su territorio y es uno de los principales motivos del descontento de los ciudadanos británicos con la Unión Europea,  se pone encima  de la mesa más presupuesto y lograr una políticas globales más eficientes en este asunto.

Con un 7,3% de la población mundial -516 millones de habitantes- la Unión Europea constituye aproximadamente el 22% del PIB mundial nominal. Es el segundo exportador mundial de bienes, sólo superado por China con un superávit comercial, según las últimas estadísticas oficiales europeas  disponibles de 11.1 billones de EUR, y es el primer exportador de servicios a nivel global con un superávit de 162.9 billones de EUR

En Mayo del año que viene se celebraran las primeras elecciones europeas desde la aprobación del Brexit en lo que será un importante test sobre la fortaleza de la UE y en la que por ejemplo el partido del presidente Macron La République en marche (Republic on the move) todavía no tiene una representación foral

En 1849, el escritor Victor Hugo en una de las diversas reuniones que se celebraron por otro acontecimiento único y extraordinario como fue el Congreso Internacional de los amigos de la paz dijo:

A day will come when all nations on our continent will form a European brotherhood … A day will come when we shall see … the United States of America and the United States of Europe face to face, reaching out for each other across the seas.

Llevamos siglos en Europa soñando y trabajando por la Unión Europea, ahora que está hecha sólo queda mantenerla.  Puede que el joven presidente francés sea la chispa que necesitamos para volver a prender el europeísmo de los ciudadanos del viejo continente

14
Abr

I can dream about you: El Futuro de la UE

Escrito el 14 abril 2018 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Global

La Unión Europea (UE) se estableció mediante el Tratado de Maastricht (Holanda)  que entró en vigor del 01 de Noviembre de 1993. Aunque en ocasiones se confunde con la Comunidad Económica Europea (CEE), la UE resulto una supra estructura que aunaba está última con la CECA y el EURATOM.

Los seis miembros fundadores de la CEE, Bélgica, Italia, Paises Bajos, Luxemburgo y principalmente Francia y Alemania Occidental tenían como objetivo un mercado común entre sus países miembros a través de la eliminación de varias barreras comerciales y el establecimiento de una política común de comercio exterior. Tras dos terribles guerras mundiales los participantes pensaban que la exportación además de incentivar el crecimiento de las partes intervinientes mantiene la paz entre los socios comerciales.

¿Cómo se encuentra el proyecto de la UE en la actualidad?

Desde la aceptación del Brexit (23/06/2016) parece que se ha creado una brecha que no se cierra cuya principal palanca es una ola de populismo que no deja de crecer.

Conocemos que una definición muy establecida de populista es aquel que da soluciones sencillas para problemas complejos.  En el 2017 La UE salvó tres bolas de set en los Países Bajos, Francia y Alemania pero poco después empezaron a surgir otros focos de claro descontento.

En Marzo del 2018 en Italia el segundo partido más votado fue el creado en 2009, Movimiento 5 Estrellas  y en los últimos meses y principalmente en los países de la ampliación de mayo del 2004 no hemos dejado de recibir síntomas de desencanto e inestabilidad: El primer ministro de Eslovenia ha dimitido recientemente por un revés judicial así como el de Eslovaquia tras el fallecimiento  poco claro de un periodista y su pareja. Haciendo un pequeño repaso sobre los principales partidos políticos que gestionan Europa Central y Oriental nos encontramos que en Polonia está gobernado el partido Plataforma Cívica,  en República Checa -el partido que gano las elecciones de octubre del 2017 se llama Alianza de Ciudadanos Descontentos-, Hungría  está gestionada por Unión Cívica , Rumania que en sus últimas elecciones legislativas del 2016 tuvo un voto  popular inferior al 40% tuvo como el tercer partido más votado Salvar Rumania o Bulgaria donde el partido que apoyaba originalmente al presidente se llama Alternativa para el Renacimiento.

Si los nombres significan algo hay múltiples agrupaciones de ciudadanos descontentos o que apelan por el cambio.   Han pasado casi siete años desde las movilizaciones del 15 de mayo del 2011 pero claramente el mar de fondo sigue estando allí para el que lo quiera ver

El lema oficial de la UE es Unida en la Diversidad, pero parece que sus  28 integrantes con uno ya a la fuga no comparten el sentimiento de cohesión que se buscaba hace décadas.

La UE es única en el mundo así como los 19 estados que comparten el Euro.  Única como extraordinaria con lo que haríamos bien en trabajar por ella para que  no acabe siendo un recuerdo

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