Archivo de la Categoría ‘Economía española’

26
Sep

ESTRUCTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA POR SECTORES ECONÓMICOS Y EMPLEO (2021 y 2022)

En ocasiones colegas, amigos, alumnos, periodistas, etc. preguntan sobre la estructura sectorial de la producción y del empleo en la economía española. Los datos de Contabilidad Nacional publicados hoy por el INE (y también los de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de 2022). Te la pongo a continuación por si te puede ser útil.

Estructura sectorial de la economía española

El tejido productivo español se caracteriza por un elevado peso del sector servicios y por una baja presencia del sector industrial. Si bien, no siempre ha sido así, los datos de Contabilidad Nacional y la Encuesta de Población Activa, muestran que en las décadas de los años 70 y 80 el peso de la industria y la energía en la producción nacional y el empleo superaban el 25%.

Los datos de la tabla 1 muestran, sin embargo, que desde 1970 España registra una disminución paulatina de la contribución de la industria en el PIB, mientras el sector servicios ha ido adquiriendo un mayor peso con el transcurso del tiempo. Así, desde 1970 el sector servicios tiene una importancia creciente pasando de representar el 46% del PIB en 1970 al 75% en 2022. Esta terciarización es habitual en el proceso de desarrollo económico de la mayoría de los países. En este sentido, España es una economía de servicios y tiene un importante número de empresas que son muy competitivas en ese sector. Por ejemplo, buena parte de la inversión española en el exterior y de las exportaciones está en los sectores, bancario, distribución, ingeniería, gestión y construcción de infraestructuras (aeropuertos, autopistas, etc.), gestión de aguas y basuras, hoteles slot server thailand, producción y distribución de energía, energías renovables, seguros, telefonía, etc.

Table 1 – Structure of production in the Spanish economy  (Data in percentage)

Agriculture and fishing energy industry Construction Services
1970 11.0% 34.0% 8.8% 46.2%
1980 7.0% 28.6% 7.9% 56.5%
1990 5.5% 25.1% 8.8% 60.6%
2000 4.1% 20.6% 10.1% 65.2%
2005 3.0% 18.8% 11.6% 66.6%
2010 2.6% 17.2% 8.8% 71.4%
2015 2.5% 17.1% 5.5% 74.9%
2021 2.9% 16.9% 5.6% 74.6%

Source: INE (2022)

In terms of employment, and starting in the 1980s (see table 2), the industry began to lose importance. Thus, while the population employed in the service sector has been increasing its percentage of the total number of employed workers, industry has been reducing its participation.

Table 2.- Structure of employment in the Spanish economy  (Data in percentages)

Agriculture and fishing energy industry Construction Services
1970 29.3% 25.3% 8.9% 36.5%
1980 18.6% 27.2% 9.3% 44.9%
1990 11.5% 23.7% 9.8% 55.0%
2000 6.8% 18.8% 12.0% 62.4%
2010 4.6% 13.8% 9.3% 72.3%
2015 4.3% 13.6% 5.8% 76.2%
2022 3.9% 13.6% 6.5% 76.0%

 

Source: INE (2022/2nd quarter)

Table 2 also shows a spectacular increase in the participation of the construction sector in total employment up to the year 2000. However, the real estate crisis from 2008 has changed the trends, and so from 2005 slot gacor , construction decreases its participation in employment, observing at the same time a significant weight loss in terms of production.

The industry has had a strong contraction until 2022, both in terms of production (table 1) and in terms of employment (table 2).

 

27
Mar

El próximo día 5 de abril, a las 19 h. en IE Tower piso 20 (Aula 20.01) presento mi libro: “Cuando los votantes pierden la paciencia”.

Una oportunidad para conocer la 5ª Torre de IE University.

Para poder entrar hay que inscribirse: normas de la casa.

Cuento para el debate con los siguientes ponentes:

Ana Palacio, abogada, slot server thailand exministra de Asuntos Exteriores.

Cristóbal Montoro, catedrático de Hacienda Pública, exministro de Hacienda.

Gayle Allard, profesora entorno económico, IE University

Carlos Salas, periodista ex director de El Economista y Capital. Ex redactor jefe de El Mundo.

Pincha aquí para más detalles y descargarte la invitación y el link

Para cualquier tema, quedo a tu disposición.

8
Jul

El rebote de Europa

Escrito el 8 julio 2020 por en Economía española, Unión Europea

Ayer se dieron a conocer las previsiones económicas de verano de la Comisión Europea (CE): el panorama es aún más terrible que el informe de primavera. Para el año 2020 el crecimiento del PIB de la Zona del euro se reduce hasta un -8,7%. Conviene señalar que el descenso en la producción de este año no va a ser igual en todos los países. Cada país saldrá de la crisis de forma diferente y a ritmos muy distintos dependiendo de las políticas económicas que apliquen.

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Así, la economía española, con una caída para este año del 10,9%, se ha convertido, junto con Francia
(-10,6%) e Italia (-11,2%), en la de
peor comportamiento entre las grandes economías de la zona del euro. Quizá porque las tres han sido las más estrictas y más duraderas en las medidas de confinamiento. En cambio, países con cierres más leves registran caídas menores del PIB: Alemania (-6,3%), los Países Bajos
(-6,8%), Austria (-7,1%) y Finlandia (-6,3%).

Sin olvidar que España, Francia e Italia también sufrirán más que otros países por la importancia que tiene en los tres el sector del turismo. La CE ha estimado, para España una recuperación del 7,1% para 2021. Una vez tocado fondo solo se puede subir, aunque el impulso del año que viene no será suficiente para recuperar todo el terreno perdido.

Estos datos anuales muestran que durante el periodo de confinamiento la actividad económica de la UEM sufrió un golpe monumental. Los últimos datos confirman que los meses de marzo y abril fueron los de menor actividad en la UEM en toda su historia. Sin embargo, ocultan otra realidad: la recuperación; es decir, el rebote histórico de la economía en mayo y junio.

Señales de recuperación

Efectivamente, la economía de la UEM después de tocar fondo, en abril, poco a poco y gracias al levantamiento de las medidas de bloqueo, se ha empezado a recuperar de forma intensa y generalizada. Tras tres meses en los infiernos, la situación se empieza a normalizar y el consumo y la inversión privada comienzan poco a poco a despegar.

Así, las ventas minoristas en la UEM aumentaron un 17,8% mensual en mayo después de las tremendas caídas de marzo y abril (-10,6% y -12,1%, respectivamente). También aumentaron con fuerza en Francia, Italia y España, aunque todavía se mantienen muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis.

En Alemania, la producción industrial registró en mayo una subida histórica en términos mensuales (+7,8%), pero, todavía está un 20% por debajo de los niveles anteriores a la crisis. En definitiva, los datos de coyuntura muestran un importante aumento de la actividad, en los meses de mayo y junio pero que el regreso a los niveles previos a la crisis está lejos y no será fácil.

Son datos esperanzadores, pero no se puede cantar victoria. Se mantendrá la recuperación si se aplican las políticas económicas adecuadas.

En el caso de España, se precisa aumentar el acceso al crédito del sector privado también a los autónomos. También hay que bajar los impuestos como han hecho Alemania, Francia y Bélgica. No hay que subirlos.

Efectivamente, la subida del IVA o del IRPF afectaría al consumo ya que reduciría la capacidad de compra de los ciudadanos. Si se reduce el consumo también disminuye la producción de las empresas que generan esos bienes y servicios, y esa menor producción significaría mayor paro.

Por el contrario, estimular el consumo es determinante para aumentar el crecimiento de la producción, el empleo y la masa salarial. Además, en estos duros momentos para la economía española y como consecuencia slot server thailand de la fuerte caída de la actividad económica, no parece que una subida de impuestos vaya a suponer una mayor recaudación para las Administraciones Públicas, al menos en el corto plazo. En cambio, hay que pagar los ERTE y también las devoluciones del IRPF.

Sin embargo, el problema no es solo de insuficiencia de la demanda interna, como es el caso del consumo. Se debe seguir insistiendo en mejorar la oferta productiva: aumentar los niveles educativos, flexibilizar el mercado de trabajo (en vez de suprimir la Reforma Laboral), sostener el sistema de pensiones, hacer una reforma de las Administraciones Públicas que las haga más eficientes y, por tanto, que suponga un menor coste para el contribuyente. Con menos burocracia se conseguiría reducir los elevados niveles de gasto público y de deuda lo que permitirá dar más financiación a las empresas y familias.

Con estas políticas pragmáticas conseguiremos que España logre financiación del Fondo de Recuperación Europeo, que se está negociando en Bruselas, lo que permitirá un nuevo impulso reformista que coloque a nuestra economía en mejor posición para competir en la economía del siglo XXI.

Fuente: Rafael Pampillón. “El rebote de Europa”. 8 de Julio de 2020. Páginas 20 y 21

12
Mar

La Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2019 muestra que durante el conjunto del año pasado se produjo una reducción en el número de desempleados en solo 16.200: el peor dato en siete años. España tiene ahora 3,2 millones de parados, que es el volumen más bajo de los últimos doce años. Es muy posible que a partir de ahora esa cifra se mantenga o que, desgraciadamente, empiece a subir.

La desaceleración de la economía española, junto con la incertidumbre internacional, subida del salario mínimo y el aumento de las cotizaciones sociales están debilitando el ritmo de creación de empleo. Además, se ha encendido una luz roja, una señal de alarma: el paro, en España en términos desestacionalizados, lleva tres trimestres creciendo.

A continuación, vamos a analizar los diferentes tipos de desempleo. Se trata de un análisis pedagógico cuya única finalidad es informar al público en general y de forma sencilla a que responde el fenómeno del desempleo. Comprender porque se produce el desempleo ayuda a combatirlo.

El paro cíclico

No es coincidencia que estas espectaculares cifras de desempleados se produzcan en medio de la peor crisis económica desde la Gran Depresión. El desempleo está muy supeditado a la actividad económica; de hecho, parece lógico que cuando la Demanda Agregada es vigorosa, la producción global aumenta y se necesita más gente para generar más bienes y servicios. En cambio, cuando la Demanda Agregada decae, las empresas suprimen empleos y la desocupación sube. Este tipo de desempleo se denomina de varias maneras: cíclico, coyuntural, por insuficiencia de demanda agregada o keynesiano. Es un paro involuntario e imprevisible que aumenta cuando retrocede la demanda agregada, y viceversa.

Pero este paro cíclico no se reduce inmediatamente que aumenta la Demanda Agregada y la producción. Lo normal es que las empresas primero intenten recuperarse de una desaceleración haciendo que el mismo grupo de empleados trabaje o produzca más, y que contraten solo a medida que la recuperación se afiance. Por tanto, es posible que el desempleo cíclico tarde en comenzar a bajar, hasta mucho después de que la economía se fortalezca. Lo contrario sucede cuando una economía empieza a enfriarse: las empresas prefieren recortar las horas de trabajo o los sueldos antes de despedir empleados. La desocupación toma ímpetu únicamente si la desaceleración se prolonga. Por ese motivo, el desempleo por insuficiencia de demanda agregada es un indicador retrasado de la actividad económica.

La sensibilidad de la tasa de paro al crecimiento económico depende de varios factores, sobre todo de las condiciones del mercado de trabajo y de su regulación. Por ejemplo, la ley de Okun postula que en España un aumento del PIB del 2% no reduce el desempleo.

Gráfico: Ley de Okun para España

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El desempleo estructural y friccional

Cabe preguntarse si, en caso de que las economías se expandieran indefinidamente, el desempleo desaparecería. La respuesta es negativa incluso. ¿Alguna vez dejará de haber desempleo?

Según la teoría económica clásica, todos los mercados —incluso el laboral— deberían alcanzar un punto de equilibrio entre la oferta y la demanda. Pero la existencia misma del desempleo parece implicar que eso no ocurre en ningún mercado laboral del mundo. ¿Sufren acaso el mercado laboral un fallo permanente?

Lo que impide el equilibrio en el mercado laboral son varios factores que generan el paro estructural: 1) la falta de formación profesional que puede generar una inadecuación de la oferta de trabajo a lo que demandan las empresas, 2) las regulaciones laborales como es la legislación sobre el salario mínimo, la negociación colectiva, los subsidios de desempleo o las indemnizaciones por despido,  3) los sindicatos cuando piden aumentos de sueldos superiores a los que pueden pagar las  empresas, 4) los impuestos sobre el trabajo (en España se llaman cotizaciones a la Seguridad Social) y 5) los salarios de eficiencia. Cuando esas rigideces del mercado laboral producen un exceso de oferta, se habla de desempleo estructural, y la población estructuralmente desempleada en promedio sufre períodos de desocupación más prolongados.

Sin embargo, aunque haya pleno empleo siempre habrá cierto desempleo, en EEUU, en febrero de 2020, solo es de un 3,5% de la fuerza laboral (población activa), aunque solo sea porque siempre habrá gente que deja un trabajo para encontrar otro o está al comienzo de su vida laboral. No están desempleados porque escasee el empleo en el mercado, sino porque encontrar un trabajo lleva tiempo. Esa desocupación de corta duración y voluntaria se denomina desempleo friccional.

 La tasa natural de desempleo (NAIRU)

 La combinación de estos dos factores desempleo friccional y desempleo estructural produce un promedio a largo plazo en torno al cual suele rondar la tasa de desocupación y que se denomina tasa natural de desempleo (TND) en España este tipo de paro ronda el 10%. El término “natural” no denota ni que sea natural ni siquiera una constante inalterable; al contrario, implica que esa tasa es un suelo que se forma por las propias características del mercado laboral. Y el mercado laboral responde a las políticas vigentes. Por ejemplo, el nivel relativamente elevado de la desocupación europea, en comparación slot server thailand con la estadounidense, se debe en parte a que en Europa los sindicatos son más poderosos y las regulaciones laborales, más rígidas y estrictas. Gracias a estas instituciones laborales, los trabajadores europeos tienen en teoría más poder de negociación, pero también pueden resultar demasiado costosos para los empleadores. En Estados Unidos, los sindicatos son más débiles y los mercados laborales, más flexibles; por eso la tasa de empleo de EEUU suele ser más baja que en Europa.

La tasa natural de desempleo a veces se denomina tasa de desempleo no aceleradora de los precios (NAIRU, por sus siglas en inglés), porque refleja una economía que está creciendo de acuerdo con su potencial a largo plazo, sin presiones alcistas o bajistas sobre la inflación. El problema es que, si el desempleo se desvía provisionalmente de la NAIRU, la inflación se vería afectada. Tomemos el ejemplo de una recesión, cuando la actividad económica está apocada. Ante la caída de la demanda de bienes y servicios (Demanda Agregada), las empresas comienzan a despedir personal y suben menos los precios. Lo que cabría esperar entonces durante una recesión es un aumento del desempleo y una caída de la inflación. Sin embargo, esa relación entre el desempleo y la inflación —curva de Phillips— es cada vez es más débil tal como muestra el gráfico en el periodo 2010-19. Quizá la globalización, que lleva años estancado los precios, sea la causa de este aplanamiento de la curva.

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Comprender qué genera desempleo y cuáles son los tipos de paro, las autoridades saben lo que pueden hacer —o no— para reducirlo. Por ejemplo, las políticas que intentan reducir el desempleo estimulando la demanda de los consumidores (y fomentando así la producción) surten efectos cuando hay un exceso de capacidad productiva ociosa. Si hay pleno empleo expandir la Demanda Agregada solo tendrá efectos pasajeros, y a expensas de hacer subir la inflación más adelante. En cambio, las políticas que buscan aliviar el desempleo friccional o estructural pueden promover el empleo sin afectar necesariamente a la inflación.

No obstante, la NAIRU también puede cambiar a lo largo del tiempo sin que medien políticas explícitas: los cambios estructurales, como los avances tecnológicos, la mejora en la formación o la evolución demográfica pueden tener consecuencias duraderas y positivas para las tendencias del desempleo. Por ejemplo, muchos economistas convienen en que el boom tecnológico de los años noventa incrementó la productividad de la mano de obra, realzando el “atractivo” de cada trabajador para los empleadores, y por ende redujo la NAIRU, si bien inicialmente el desempleo dio un salto porque los trabajadores que no estaban preparados para usar las nuevas tecnologías se vieron desplazados. El rápido envejecimiento de la población —que está ocurriendo en muchas economías avanzadas— es otro factor importante que reduce el número de personas en el mercado laboral y hace bajar el desempleo.

 La medición del desempleo

No todo el que no trabaja es un desempleado. Para que las estadísticas del gobierno consideren a una persona desempleada, no solo debe estar sin trabajo, sino que también debe estar buscando empleo activamente. En casi todos los países que cuentan con un sistema estadístico organizado la desocupación se mide mediante una encuesta trimestral o mensual que se pasa en los hogares y que abarca una muestra representativa de la población. La fuerza laboral (población activa) incluye tanto a las personas con trabajo como a quienes lo están buscando. La tasa de desempleo es el porcentaje de la fuerza laboral que no tiene trabajo pero que busca activamente obtener un empleo. La relación entre la fuerza laboral y la población en edad activa se denomina tasa de actividad.

La población activa no incluye a las personas de edad activa que ni están empleadas ni están buscando trabajo —por ejemplo, pensionistas, estudiantes y amas de casa—, pero tampoco a las personas que buscaron empleo durante un tiempo pero que abandonaron la búsqueda. Cayeron en el intento y son trabajadores desanimados (paro encubierto) y es una de las razones por las cuales las estadísticas pueden subestimar la verdadera demanda de empleo en una economía.

Fuente: Ceyda Oner “Back to Basics: What Constitutes Unemployment?” Finance & Development, September 2010, Vol. 47, No. 3

2
Abr

El pasado viernes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) revisó a la baja el crecimiento de la economía española durante el cuarto trimestre de 2018, para dejarlo en el 0,6 %. También redujo el crecimiento interanual del PIB del cuarto trimestre, que lo ha situado en el 2,3% (el más bajo en 4 años). Después de tres años creciendo por encima del 3, la economía española entró en 2018 en una fase menos expansiva del ciclo económico.

Otros indicadores de coyuntura publicados la semana pasada sobre el consumo y las exportaciones parecen confirmar que la economía española sigue debilitándose. Este decaimiento puede significar que el crecimiento del PIB en el primer trimestre del año estará por debajo del registrado en el trimestre anterior. Sin embargo, para hacerse una idea más completa del comportamiento de la economía en este primer trimestre habrá que esperar a que se publiquen hoy martes los datos de afiliación a la Seguridad Social del mes de marzo. Así, tras la caída de 205.000 afiliados en enero (el peor en dicho mes desde 2013), el reducido aumento de febrero (69.172) y lo que suceda en marzo, resulta probable que este primer trimestre sea el de peor afiliación respeto a períodos similares de los últimos cuatro años.

Este menor crecimiento del empleo estaría ralentizando el aumento de la masa salarial y, consecuentemente, la demanda de consumo. Así, la semana pasada el INE publicó el Índice del Comercio Minorista (ICM) de febrero, en el que se vuelve a observar que el consumo está debilitado. El ICM, en tasa interanual (corregido de efectos estacionales y de calendario) aumentó en enero un 0,9% y en febrero el 1,2 %.

Las exportaciones se reducen

El viernes, el Banco de España publicó información relevante sobre la evolución del sector exterior español durante el mes de enero de 2019. El año empieza mal: en el mes de enero el saldo por cuenta corriente arrojó un valor negativo de 1.472 millones de euros. Si nos preguntamos por las causas de este mal dato en la cuenta corriente la respuesta es clara: es debido a que las exportaciones de bienes que en enero han caído un 1,3% anual. Este descenso supone que se lleven ya tres meses seguidos de caídas y que, por primera vez desde 2006, las exportaciones españolas hayan crecido por debajo de la media de la zona euro. Además, el déficit comercial se situó en los 4.483 millones en enero, casi un 14% más que hace un año. Por último, la balanza de bienes y servicios del mes de enero por primera vez en mucho tiempo arrojó un saldo negativo (641 millones de euros).

La debilidad
de Europa

Desgraciadamente, esta caída en las exportaciones puede continuar por el menor crecimiento de la Unión Económica y Monetaria (UEM), una zona a la que vendemos el 50% de nuestros productos. En marzo, el Índice de Gestores de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) de la UEM se ralentizó a su nivel más bajo desde enero de 2017. El PMI descendió desde los 51,9 del mes febrero a 51,3 puntos en marzo y parece que en abril continuará la caída. Detrás de esta reducción está la incertidumbre de la política económica de Italia, la debilidad de la economía alemana, las elecciones españolas y al Parlamento Europeo, el Brexit y la política comercial proteccionista de Estados Unidos. ¡Casi nada!

Como consecuencia de todos estos problemas también bajó la Confianza Económica en la UEM arrastrada por un menor optimismo en la industria. La encuesta de la Comisión Europea mostró que este indicador se redujo desde 106,2 puntos en febrero a 105,5 en marzo, continuando con una tendencia a la baja. Para salir de esta situación de estancamiento lo que Europa necesita son reformas estructurales: armonizar los sistemas fiscales de los países, mejorar el funcionamiento de los mercados de productos y servicios, liberalizar todavía más el mercado laboral, conseguir redimensionar el sector público para reducir el gasto corriente innecesario y aumentar, en cambio, la inversión pública y privada que anime el crecimiento económico y el empleo.

Gobierno en mala dirección

España también necesita más reformas. La fase positiva del ciclo de la que todavía se beneficia España permite que se puedan implantar nuevas medidas que mejoren la competitividad. Desgraciadamente, el Gobierno ha optado por aumentar el gasto público. También porque ha optado por hacer crecer el empleo público. No contentos con los 3.211.000 empleados públicos, que aparece en la última Encuesta de Población Activa, el viernes el Gobierno aprobó una oferta de más de 33.800 puestos en la Administración. En este sentido España va en dirección contraria a otras naciones. Efectivamente, en otros países europeos se está intentando reducir, o al menos no aumentar, el número de empleados públicos como una medida necesaria para reducir el gasto público y con este ahorro disminuir el déficit público.

Sin embargo, en España, el número de funcionarios y asimilados sigue aumentando, hasta el punto que en tan solo 5 años, desde 2013 la cifra ha crecido en 300.000 personas. Desde una perspectiva slot server thailand temporal más cercana, en 2018, el empleo público creció a una tasa descomunal del 4,4% (hay que remontarse a 2003 para encontrar una tasa mayor), mientras que el privado lo hizo al 2,7%. Este repunte en la plantilla de las Administraciones Públicas genera un incremento desorbitado del gasto público. Si este no se frena, Bruselas nos impondría unos recortes tales que obligarían a hacer un ajuste laboral salvaje. ¿Se ha valorado este riesgo al tomar la decisión de una oferta de empleo pública tan gigantesca?

La mejora del
capital humano

Aunque sea verdad que España sigue manteniendo en 2019 una tasa de desempleo muy alta, la solución no pasa por crear empleo público. Los esfuerzos de España deben dirigirse a aumentar la actividad económica en el sector privado. Por ejemplo, aprovechando las oportunidades que se abren con la Cuarta Revolución Industrial e invertir en nuevas tecnologías y en capital humano para mejorar su productividad y aumentar el empleo. Conviene recordar que las personas que han estudiado a lo sumo la enseñanza secundaria obligatoria o el bachillerato (que es el 60% de la población española de 16 y más años), presentan las tasas de paro más elevadas (20% frente al 14,5% de la media nacional).

De ahí que para aumentar el empleo se deberían introducir reformas educativas que mejoren la calidad del capital humano y, a la vez, tengan en cuenta las necesidades presentes de las empresas, tales como impulsar reformas que mejoren la productividad de la mano de obra, incentivar la movilidad geográfica de la mano de obra con políticas de vivienda o reformas fiscales que estimulen la aceptación de puestos de trabajo fuera del lugar de residencia; o abaratar los costes económicos y burocráticos de creación de empresas o incluso de expansión geográfica de las ya existentes. Estas son algunas de las medidas que se podrían adoptar para reducir el desempleo en España.

Pero, además de la mejora del capital humano, el país necesita de otras reformas estructurales: seguir animando a la inversión extranjera directa, garantizar la sostenibilidad de la deuda pública, reestructurar el sistema público de pensiones y reformar las Administraciones Públicas para reducir el déficit. Desgraciadamente el déficit fiscal no sólo no se reducirá este año, sino que puede ascender al 2,7% del PIB, frente al objetivo aprobado del 1,3%. Con los datos preliminares de la evolución del IPC del mes de marzo (un alza del 1,3%) no tiene sentido que los sueldos de los funcionarios crezcan al 2,5% contaminando la negociación colectiva con subidas de sueldos más allá de la inflación y la productividad.

También es un error que se hayan indexado las pensiones con el IPC. Hay que ir al fondo del problema y vincular las pensiones (y también la edad de jubilación) a la esperanza de vida, la evolución de las cotizaciones sociales y la de la población ocupada. Además, la solvencia del sistema de pensiones y el futuro del bienestar de los jubilados pasa por incentivar el ahorro. Sin embargo, desde 2014 el ahorro desciende mientras los gobiernos de España no hacen nada para evitarlo. El viernes el INE informó que el pasado año el ahorro cayó con fuerza, hasta el punto que en 2018, la tasa de ahorro de los hogares se cifró en el 4,9% de su renta disponible, su mínimo histórico.

Nuevo Ejecutivo

Así las cosas, las medidas populistas que se están aplicando podrían deteriorar la confianza empresarial y la creación de empleo. La falta de moderación que ha mostrado el gobierno de Pedro Sánchez se puede volver a repetir, si ganase las elecciones, y quisiera que le llevasen a la Moncloa los partidos independentistas y antisistema. Un Ejecutivo que continuase las actuales políticas podría ser muy negativo para el conjunto de la nación. Unos y otros socios podrían volver a someter a Sánchez a un chantaje sistemático que causaría un deterioro histórico en la cohesión de España.

En definitiva, sería deseable que el Gobierno que salga de las urnas retomase la agenda reformista orientada a estimular la competitividad, aumentar el empleo en el sector privado, equilibrar las cuentas públicas, reducir la deuda, y mejorar la productividad (que, por cierto, lleva tres trimestres cayendo).

Fuente: “¿Está amenazado el crecimiento de la economía española?” Rafael Pampillón Olmedo
. Expansión; 2 de abril de 2019. Páginas 28 y 29

19
Ene

Este próximo lunes, día 21, Theresa May está obligada a presentar un Plan B sobre el proceso de salida (Brexit) o permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea, después de que, esta semana, la Cámara baja del Parlamento británico rechazara (con 432 diputados en contra y 202 a favor) el acuerdo que la primera ministra había negociado con Bruselas. El nuevo plan, del que se desconocen los detalles, permitirá a los Comunes introducir todo tipo de enmiendas y propuestas que serán debatidas para luego ser votadas el 29 de enero.Economy Weblog

Esta negativa por parte del Parlamento inglés va a exigir un cambio radical que se reflejará en el nuevo Plan que ofrecerá el lunes la Primera Ministra. Ante esta situación incierta para todos, ¿qué otras opciones tiene el país para culminar este proceso el 29 de marzo, como estaba previsto? ¿Se pueden intentar aprobar alternativas a la salida?

Nuevo referéndum

Entre los escenarios posibles, está el de que el Parlamento vote la anulación del Brexit. Para ello, habría que organizar un segundo referéndum, que incluya la opción de permanecer en el bloque. La Justicia europea dejó claro que Londres puede, si lo desea, parar el Brexit de forma unilateral, sin necesidad del consentimiento de los 27 países miembros. Además, una encuesta de YouGov realizada esta semana otorga ventaja a la decisión de quedarse en la UE (56%), frente a la del abandono (44%), el mayor margen desde la consulta de 2016.

En caso de que se convocara un segundo referéndum, la fecha de un posible Brexit debería aplazarse. Se necesitarían al menos 14 meses para aprobar los procedimientos a través del Parlamento y celebrar la votación. Para ello, se precisa una prórroga del artículo 50 del Tratado de la UE, que rige las modalidades de salida de un país miembro, y que debería ser ratificada por unanimidad de los 27 restantes. Algo que solo sería posible si se hiciese antes de finales de junio o principios de julio, momento en que se formará el nuevo Parlamento Europeo surgido de las elecciones de mayo.

Consecuencias para España

Si el resultado del nuevo referéndum fuese que Gran Bretaña no se marcha de la UE, España saldría beneficiada. Nuestro país tiene mucho que perder con el Brexit ya que: a) cada año hay 19 millones de turistas británicos que nos visitan, b) existen 250.000 ingleses que residen aquí y c) nuestra interdependencia comercial y financiera es muy elevada. Lo que hace de Reino Unido el primer socio económico de España. Nos interesa, por tanto, que la relación entre la UE y los británicos cambie lo menos posible: la economía se resentiría tanto más cuanto mayor resulte la separación.

Se puede producir un desastre

En el otro extremo estaría un escenario de un Brexit sin acuerdo. Es una opción poco probable, ya que a ella se opone la mayoría de los diputados británicos. También se trata del desenlace más temido por las empresas. En esa situación, Gran Bretaña quedaría sumida en una grave crisis económica: un desastre sin paliativos. Sus exportaciones a la UE tendrían que pagar el arancel común europeo. El mismo que ahora soportan las importaciones de países extracomunitarios, como Rusia, India o Estados Unidos. Esto les supondría una importante pérdida de competitividad (“efecto frontera”). Además, es muy posible que Reino Unido aplicase aranceles a las importaciones provenientes de la UE, con el fin de proteger a sus empresas frente a la competencia del continente. Ambos aumentos provocarían una reducción del comercio internacional y una menor eficiencia económica, lo que disminuiría las oportunidades de generar ventajas competitivas.

En cuanto al flujo de capitales, hasta hace dos años y medio, Reino Unido era uno de los países favoritos de inversores de todo el mundo, y en especial de la UE. Sin embargo, de darse un Brexit desordenado, y ante la expectativa de menores ventas tanto de bienes como de servicios, parece probable que parte de las compañías radicadas allí se trasladen, como ya ha venido sucediendo después del referéndum, para continuar trabajando en un territorio parte de la UE y de su mercado único. Así las cosas, no puede sorprender que, dependiendo de cómo se desarrolle el proceso más empresas (incluidos algunos bancos) decidan cambiar su residencia fiscal.

La consecuencia inmediata de este proceso (contracción del comercio internacional, cierre de empresas, salida de establecimientos financieros y menores flujos de capitales) sería una caída del PIB británico y una pérdida de su aparato productivo. Esto, al final, derivaría en una disminución importante del empleo. Es más, ningún estudio serio estima que se vaya a producir un beneficio para Gran Bretaña, en términos de crecimiento o renta per cápita, si triunfase una salida. El último, publicado por el Banco de Inglaterra, ha calculado que un Brexit sin acuerdo supondría para el país una caída del PIB de un 8%, la tasa de desempleo se doblaría y la inflación se dispararía lo que forzaría nuevas subidas de tipos. Esto supondría un fuerte golpe para los mercados financieros y también para la libra esterlina que ya cayó un 13% un mes después del referéndum y el Banco de Inglaterra prevé ahora una depreciación del 25%.

Un Brexit blando

Una tercera posibilidad consistiría en negociar un Brexit más blando similar a los acuerdos que ahora tienen Noruega o Canadá. Noruega es miembro del Área Económica Europea, al igual que Gran Bretaña y los otros 27 países pertenecientes a la UE. El acuerdo consistiría en una asociación de Gran Bretaña con la UE, pero sin participación en la toma de decisiones. Noruega ha incorporado tres cuartas partes de la legislación comunitaria, y tiene acceso al slot thailand mercado único para el libre movimiento de bienes, servicios, capitales y personas. Significa que los noruegos pueden vivir y trabajar en un país de la UE y viceversa.

A Canadá el acuerdo con la UE le da acceso preferente al mercado único, al eliminar la mayoría de aranceles en los bienes, aunque excluye algunos productos del sector de los alimentos y los servicios. La condición es que los productos que son exportados a la UE tienen que cumplir con los estándares de productos europeos y tener los requerimientos técnicos, sin que Canadá tenga ni voz ni voto sobre esos estándares.

Conclusión

Sea cual sea, el Plan B que el lunes presentará May a los Comunes resultará histórico para el futuro económico de Reino Unido y la UE. La primera ministra deberá ofrecer a los miembros del Parlamento propuestas serias de continuidad o de muy estrecha relación con la UE. Afortunadamente, son conscientes de que iniciar un proceso de profunda separación implicará ahuyentar a los inversores, debilitar su economía y aumentar el desempleo, perjuicios que acabarían repercutiendo también en la propia UE. Por expresarlo en su idioma, se trataría de un lose-lose que harían bien en evitar a toda costa.

Fuente:  Rafael Pampillón. “¿Hacia dónde debe ir Gran Bretaña?”. Expansión, 19 de enero de 2019; página 23.

12
Ene

El Consejo de Ministros aprobó ayer el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado de este año. La semana que viene se inicia su tramitación parlamentaria. Estas cuentas públicas son electoralistas y no son las que, desde mi punto de vista, necesita la economía española. El presidente Sánchez las defiende con el propósito de agotar la legislatura.

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Son unos Presupuestos que se enmarcan en el contexto de: a) la obligación ineludible de pactar, que impone la situación de minoría parlamentaria en la que se encuentra el Gobierno del PSOE, b) la necesidad de reducir el endeudamiento de España en un entorno de alza de los tipos de interés, c) un crecimiento económico y de creación de empleo, que va a ser menos intenso en 2019 que en 2018 y d) tener que elaborarlos con la senda de déficit del anterior Gobierno (1,3% del PIB) en lugar del objetivo que quería el Ejecutivo de Pedro Sánchez (1,8% del PIB).

Sin embargo, una política fiscal más expansiva, con un déficit público mayor, como el que hubiera deseado el Gobierno, quizá generaría un poco más de crecimiento económico, pero a costa de aumentar más la deuda pública. Afortunadamente, el Gobierno ha heredado el objetivo de déficit del Gobierno de Rajoy. Una suerte, ya que España es todavía un país muy endeudado, que necesita ganar credibilidad ante los acreedores que nos financian.

Por tanto, la política fiscal debe ser restrictiva. Se consigue con ello aumentar la confianza de los mercados financieros, bajar los tipos de interés y reducir los gastos de intereses de la deuda.

Por lo que se refiere al gasto público los Presupuestos contemplan un techo de gasto de 125.064 millones de euros, un 4,4 % superior al de 2018. Un crecimiento excesivo pero que podría ser todavía mayor si el Gobierno y los entes territoriales cayeran en la tentación de ampliar todavía más las políticas populistas dirigidas a conseguir más votos en las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo.

Aumentan los Impuestos

Para compensar este aumento del gasto y poder cumplir con el objetivo de déficit, se ha aprobado también subir la recaudación: a) aumentando el IRPF a las rentas más altas, el Impuesto de Sociedades, la tributación del diésel y el Impuesto de Patrimonio; b) introduciendo una tasa a las tecnológicas (“tasa Google”) y también a las transacciones financieras (una especie de “tasa Tobin”) y c) subiendo las cotizaciones sociales. Un conjunto de despropósitos que, junto con la subida del salario mínimo, lo único que van a conseguir es elevar los costes laborales y fiscales de las empresas, lo que significa perder competitividad, y dejar de contratar trabajadores que, en buena parte, serán absorbidos por una mayor mecanización de los procesos productivos.

Todas estas políticas van a deteriorar el crecimiento económico. En este sentido, algunos Servicios de Estudios están revisando a la baja sus estimaciones de crecimiento del PIB para 2019, situándolo por debajo del 2,2%. También porque en 2019, el crecimiento económico de la zona del euro se ralentizará más de lo previsto. Una situación que dificultaría la consecución del objetivo de déficit por lo que, en el caso de que se aprobaran los presupuestos, sería necesario instrumentar, a lo largo de este año, medidas de ajuste complementarias.

Hay que reducir el gasto público corriente

Desgraciadamente la productividad de la economía española, sigue siendo muy baja y lo que es peor lleva dos trimestres cayendo. España necesita otros presupuestos que, en vez de subir impuestos, se dirijan a recortar la grasa que sobra en el sector público, eliminando los gastos corrientes superfluos o improductivos, y de mantener, en cambio, la financiación pública de aquellos engranajes de la economía que mejoren la competitividad, como es el caso del incremento del capital humano y de la innovación.

La UE ha advertido al Gobierno de que la inversión de España en estos campos es muy pobre, y que debería incrementarse. Junto con la mejora del sistema educativo, se precisa aumentar la capacidad del Sistema Científico y Tecnológico de generar mayores niveles de innovación. Y eso supone redirigir hacia esas áreas recursos que ahora se despilfarran.

De ahí que resulte perentoria una reforma de las Administraciones que las haga más eficientes, de manera que supongan un menor coste. Que elimine solapamientos de funciones en ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y Estado. Que disminuya el número de municipios. Que ahorre, suprimiendo, empresas públicas, observatorios de todo tipo de administraciones prescindibles que generan tantísima burocracia. Que reduzca el abuso del consumo sanitario. Por último, convendría establecer incentivos al desempeño de los funcionarios, para que aumenten su productividad y como consecuencia su número deje de crecer.

Son aspectos que no agradan a los que nos gobiernan –la mayoría de ellos han sido empleados públicos–, ya que ellos y muchos de sus antiguos colegas tendrían que ir por delante predicando la necesaria reforma de las Administraciones y dando ejemplo de una mayor eficiencia laboral. Hay, además, que ajustar las pensiones: indiciándolas a la esperanza de vida, eliminar la jubilación temprana y alargar la edad de jubilación.

El ahorro que supondría la reducción de esos gastos (y también la eliminación de muchas bonificaciones, desgravaciones y subvenciones injustificadas) implicaría no tener que subir los impuestos, las tasas y las cotizaciones sociales.

Sin embargo, parece que el gobierno sigue confiando el futuro de nuestra economía en el tirón del gasto público y de los servicios de baja productividad, en contraste con la debilidad de la inversión y la industria y la flojera de las exportaciones. Una composición nefasta que puede explicar la reducción de la productividad. Ayer, el INE informó de que el Índice de Producción Industrial se redujo en https://nakataka.main.jp/slot-server-thailand/ noviembre del año pasado a ritmos anuales del 2,6%, la mayor caída en cinco años. En definitiva, estamos en una fase avanzada del ciclo y parece que la actividad se está desacelerando y que lo hará también en los próximos trimestres.

En resumen, la aprobación del primer Presupuesto del Gobierno de Sánchez, el de 2019, se enmarca en un escenario de pactos con diferentes partidos políticos que complica una mayor reducción del déficit. Un objetivo que resulta mucho más necesario en un contexto internacional en el cual las negociaciones del Brexit, la presidencia de Trump y los movimientos populistas en Italia, Francia y Alemania amenazan de forma significativa las exportaciones, lo cual ocasionará una mayor ralentización de nuestra economía.

Se está a tiempo de corregir. En el trámite parlamentario se debería hacer un esfuerzo por no subir los impuestos, reducir el gasto y el déficit público. Son objetivos que resultan mucho más necesario en un contexto económico y bursátil en el que se ven signos de debilidad en el horizonte.

Fuente:  Rafael Pampillón. “¿Son los Presupuestos que necesita España?“. Expansión, 12 de enero de 2019.

 

27
Oct

14,55 % de chômage. Le taux, dévoilé ce jeudi lors de la publication des chiffres trimestriels de l’emploi de l’Institut national de statistiques (INE), pourrait sembler un piètre résultat dans de nombreux pays européens. Mais en Espagne, c’est le témoin d’une baisse spectaculaire et quasi ininterrompue au cours des cinq dernières années, depuis que le taux de sans-emploi atteignit le niveau record de 26,94 %, au premier trimestre 2013. Une évolution que les spécialistes expliquent surtout par la modération salariale encouragée par les pouvoirs publics et l’amélioration très sensible de la croissance espagnole tirée par les exportations.

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Pour Rafael Pampillon, directeur d’analyse économique à l’IE Business School, la réduction ou la modération des salaires est le premier facteur. «   Comme sur n’importe quel autre marché, lorsqu’il y a un excès d’offre, les prix doivent baisser pour absorber le stock. Les réformes ont permis aux entreprises de fixer les salaires en dehors des conventions collectives », explique-t-il. Résultat, les salaires ont stagné, les entreprises ont été plus compétitives et ont pu réembaucher.

Florentino Felgueroso, spécialiste du marché du travail au think-tank Fedea, complète cette analyse : « En réalité, le salaire à l’heure n’a pas baissé, ce qui a diminué, c’est le temps de travail annuel. Le problème est qu’il y a des gens qui travaillent, mais qui n’accumulent pas assez d’heures pour obtenir un revenu et des cotisations suffisants. » L’Espagne est devenue le pays de l’Union européenne où le taux de travailleurs pauvres est le plus élevé : selon l’OCDE, 14,8 % des ménages dans lesquels au moins un membre a un travail sont sous le seuil de pauvreté. Au sein de l’OCDE, seule la Turquie fait pire, avec 15,3 %.

Pour Felgueroso, « la réforme du gouvernement de Mariano Rajoy a eu un effet significatif sur l’emploi, mais elle a penché clairement du côté de l’entreprise et de la flexibilité plutôt que du côté du salarié et de sa sécurité » . Bilan aujourd’hui : entre 25 et 33 % des contrats signés chaque mois ont une durée inférieure ou égale à une semaine. Avant la crise, on était autour de 10 %. L’économiste précise toutefois que la précarisation de l’emploi était une tendance déjà observable avant la réforme du marché du travail.

À cela s’ajoute un facteur émigration. De nombreux chômeurs, espagnols ou étrangers, ont quitté le pays pour chercher un travail en dehors de nos frontières. La population active s’élevait à 23,3 millions de personnes en 2008, elle est aujourd’hui de 22,8 millions. Du reste, liée en partie à la modération salariale, l’excellente santé des entreprises espagnoles à l’étranger a également favorisé l’emploi. En 2008, les exportations de biens et services représentaient 23 % de notre PIB. Ce taux s’élève aujourd’hui à 34 %. « Au-delà du tourisme, l’export de services non touristiques s’est également développé : la gestion des aéroports, le conseil aux entreprises, les télécommunications, l’électricité ou les banques, par exemple  », détaille Rafael Pampillon.

Aujourd’hui, le débat porte sur le salaire minimum. Un accord entre le gouvernement socialiste de Pedro Sánchez et le parti Podemos (gauche radicale) prévoit de faire passer le smic local de 736 euros par mois (en 14 mensualités, comme c’est l’habitude en Espagne) à 900 euros en 2019 puis 1 000 euros en 2020. Les organisations patronales sont vent debout contre une augmentation qu’elles jugent disproportionnée, tandis que les syndicats y voient un rattrapage des années de disette et du différentiel avec leurs voisins européens. Pour Felgueroso, « le problème n’est pas tant le futur niveau du smic que la rapidité avec laquelle il doit augmenter. Cela peut représenter un choc pour les entreprises ». Avec le risque d’un nivellement des salaires par le bas : «  Aujourd’hui seuls 2 % des salariés sont payés au salaire minimum. Avec un smic à 1 000 euros, ce taux de couverture pourrait atteindre les 12 % .  »

Fuente: Mathieu de Taillac. “Plus de flexibilité et un regain de compétitivité ont dopé le mar ché du travail espagnol“. Le Figaro, FIGARO ECONOMIE. 26 October 2018 

21
Oct

La destrucción de la ciudades

Escrito el 21 octubre 2018 por en Economía española

El auge del alquiler turístico y la falta de viviendas disponibles para alquilar, en determinadas zonas de España está provocando fuertes subidas en los precios de los alquileres. Para intentar solucionar este problema, el Gobierno de España y Unidos Podemos han llegado a un acuerdo para intentar limitar las subidas de precios de los alquileres. El acuerdo faculta a los ayuntamientos de todo el país para establecer límites a los alquileres en aquellas zonas en las que se considere que se están produciendo importantes tensiones en los precios.

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 Dicen los economistas que poner topes a los alquileres y los bombardeos son dos formas distintas de destruir las ciudades. La diferencia entre una y otra está en la forma y velocidad de la demolición. El bombardeo de Dresde (Alemania) que llevaron a cabo las Fuerzas Aéreas del Ejército Aliado hacia el final de la Segunda Guerra Mundial aniquiló la ciudad en tres días, mientras que la limitación de los alquileres, tal y como se ha observado en muchas ciudades, es un derribo más lento.

 Aunque las discrepancias entre los economistas son habituales, su opinión sobre poner precios máximos a los alquileres es casi unánime. El 93% están de acuerdo en que esta política de topes reduce tanto la cantidad de viviendas disponibles para alquilar como su calidad. Los efectos negativos del control de los alquileres se dejan sentir tanto por el lado de la oferta como de la demanda. Es decir, tanto los compradores como los vendedores tienen incentivos para cambiar de conducta en respuesta a la limitación de los precios del alquiler.

 La oferta se reduce

 Por lo que se refiere a la oferta, los caseros, ante la perspectiva de menores rentas, ofrecerán menos casas, porque ahora les compensa menos atarse las manos alquilándolas a un precio que consideran bajo. Así las pueden reservar por si las precisasen para un hijo, o tenerlas disponibles para venderlas. La oferta también se reducirá porque los propietarios dejarán de construir nuevas casas para alquilar. Además, si no pueden cobrar unos precios razonables que les permitan obtener un beneficio y realizar gastos para un buen mantenimiento de las viviendas, es probable que algunos caseros piensen que no les compense invertir en mejoras. En definitiva, disminuye la oferta y la calidad de las casas en alquiler, y el parque de viviendas se deteriora.

 La demanda aumenta

 Por lo que se refiere a la demanda, los bajos alquileres estimularán a la gente joven a alquilar (en lugar de vivir con sus padres o de compartir piso con otras personas) y animan a más ciudadanos de los pueblos a trasladarse a la ciudad, generando más demanda en las ciudades y mayor despoblación en el campo. A esta situación de mayor demanda se une la de aquellas personas que están dudando entre comprar o alquilar: si los alquileres son más bajos, pueden inclinarse con más facilidad hacia el alquiler, lo que aumentará todavía más la demanda de alquiler.

 Mas demanda y menos oferta genera escasez ¿Serán los más necesitados los que se queden con el menor número de casas que se van a alquilar? No. Prevalecerán criterios de adjudicación basados en lazos de amistad, familiares, raciales o de género. Slot server thailand Y los inquilinos podrán pagar en negro un complemento de adjudicación. De ahí que los economistas sostengan habitualmente que el control de los alquileres es un mecanismo sumamente ineficiente para ayudar a los pobres a mejorar su nivel de vida.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo (Director de Análisis económico del IE Business School). “La destrucción de las ciudades”. La Voz de Galicia. 21 de Octubre de 2018.

14
Jul

Ayer, el INE, publicó el comportamiento del IPC del mes de junio. Durante los doce últimos meses los precios subieron en España 2,3%: máximo de 14 meses. Este repunte de la inflación unida a la subida de impuestos (que se está concretando) va a suponer una pérdida de poder adquisitivo para los ciudadanos.

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Foto: Ministra de Hacienda del Gobierno de España, María Jesús Montero.

Conviene recordar que la Teoría Económica, como disciplina científica, demuestra que las subidas de impuestos (incluidos los aranceles) aumentan la inflación, reducen el crecimiento económico y disminuye el bienestar de los ciudadanos. El Gobierno de Estados Unidos (EEUU) está por la labor de subir los aranceles y el de España por aumentar los impuestos. Sin embargo, no parece que este sea el mejor momento para poner palos en la rueda de la economía española, ni para que EEUU suba los aranceles a nuestras exportaciones, ni para que el Gobierno de España aplique una política fiscal que suba los impuestos.

Indicios preocupantes

En tan solo una semana las perspectivas de la economía española parece que han cambiado: los datos publicados muestran una desaceleración del crecimiento económico. Así, para España, la síntesis de los indicadores adelantados (CLI por sus siglas en inglés), que elabora la OCDE y publicada esta semana, vuelve a mostrar descensos. Desde comienzos de año este indicador ha caído desde los 100 puntos en enero a 99,6 puntos de mayo. El dato de mayo representa la cuarta disminución consecutiva del índice. Conviene recordar que este índice está diseñado para anticipar los cambios de tendencia en la actividad económica en un periodo de seis a nueve meses posteriores a su elaboración. Un dato inferior a 100, como es el caso de España, significa que el crecimiento económico futuro se situará por debajo de la tendencia del crecimiento a largo plazo. Por tanto, el CLI (The Composite Leading Indicator) está anticipando que en el año 2019 España crecerá por debajo de la tendencia.

Evolución del Índice Compuesto de Indicadores Adelantados (CLI) de la OCDE en 2018.

  Enero Febrero Marzo Abril Mayo
OCDE 100.2  100.1  100.0  100.0   99.9 
UEM 100.5  100.4  100.2  100.1   99.9 
España 100.0 99.9 99.8 99.7 99.6
Francia 100.3  100.1  100.0   99.9   99.7 
Alemania 100.9  100.7  100.5  100.3  100.2 
Italia 100.7  100.6  100.4  100.2  100.0 
EEUU 100.0  100.1  100.2  100.2  100.2 
China 98.9   98.9   99.1   99.3   99.6
India 100.4  100.7  100.9  101.2  101.4

 Fuente: OCDE, 9 de julio de 2018

Esta información coincide con la publicada también esta semana del Índice de Gerentes de Compras (PMI por sus siglas en inglés). La actividad del sector privado en España moderó su crecimiento durante el pasado mes de junio por la incertidumbre de la política económica nacional y el entorno internacional. El PMI cayó desde los 55.9 puntos del mes de mayo a los 54.8 de junio: su peor registro en los últimos 17 meses. Es preciso recordar que el índice sigue situado por encima de la línea de los 50, que es la barrera que separa el crecimiento de la contracción. Y afortunadamente la economía española lleva 56 meses consecutivos en expansión.

Aunque no debe hacerse una lectura alarmista de la evolución que vienen mostrando estos indicadores (CLI y los PMI),  es factible que se esté produciendo un ajuste de las expectativas, después del extraordinario dinamismo de la economía española durante los últimos 4 años.

 ¿Cuáles son las causas de este enfriamiento?

Las caídas en España de los PMI y de los indicadores adelantados señalan que los empresarios se preparan para un mayor deterioro de la situación. A la  pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos por la mayor inflación y voracidad fiscal se une la desaceleración de la economía europea, y la escalada proteccionista de Trump.

El jueves, la Comisión Europea revisó a la baja las previsiones del crecimiento para la Zona del Euro (UEM), para el año 2018, y en particular las de Francia e Italia. Esta desaceleración económica de Europa reduce el crecimiento de nuestras exportaciones y por esta vía el crecimiento de la economía.

Alemania también declina. Esta desaceleración de la economía alemana se ha notado en la menor confianza de los inversores y analistas alemanes durante este mes de julio. Se trata de un sondeo, publicado esta semana, entre 350 expertos en finanzas que realiza cada mes el Instituto de Economía Europea (ZEW,  uno de los principales slot server thailand centros alemanes para la investigación económica). La confianza de los inversores alemanes se ha hundido al nivel más bajo en casi seis años. El 34% de los encuestados anticipa un deterioro de la situación económica en los próximos meses, mientras en junio era el solo lo hacía el 27%.

La economía europea (y España no es la excepción) se encuentra en un punto de inflexión: vamos ligeramente a peor. Así, la síntesis de los indicadores adelantados (CLI) para la UEM, se redujo seis décimas en lo que va de año. Cayó desde 100,5 puntos en enero a 99,9 en mayo. Esta floja evolución está muy relacionado por las peores expectativas para España, Francia, Portugal, Irlanda y Grecia, cuyos CLI se sitúan por debajo de 100.

El proteccionismo de Trump

También la guerra comercial, iniciada por los EEUU está amenazando nuestras exportaciones, y con ella el crecimiento del PIB. Estas subidas de aranceles es el principal riesgo del escenario mundial por sus efectos perversos: aumento de la inflación y reducción del crecimiento mundial (se estima que podrían reducir el PIB global en un 0,3% en dos años). A los efectos directos sobre las exportaciones y la inflación habría que añadir los indirectos: aumento de la incertidumbre de los empresarios, deterioro en las condiciones financieras, cambio en las reglas del juego y los costes de la necesaria diversificación geográfica para reubicar las cadenas de valor globales de la producción.

Este aumento de aranceles está generando una reducción del comercio internacional y una menor eficiencia económica, lo que disminuirá las oportunidades de generar ventajas competitivas. Tal como señalaron, hace más de 200 años Adam Smith y David Ricardo el comercio internacional es un factor que contribuye poderosamente a aumentar la renta y la riqueza de los países. De ahí que la mayoría de los economistas defiendan las zonas de libre comercio como un instrumento que mejora las condiciones de vida y de trabajo de todos sus protagonistas.

En resumen, el comienzo de este tercer trimestre del año está coincidiendo con una percepción menos optimista de la evolución futura de la economía española y europea. En este contexto de enfriamiento el  Gobierno de España se ha apuntado a la subida de impuestos, que puede tener efectos negativos sobre el crecimiento, el empleo y la inflación, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de los consumidores y de competitividad para las empresas.

España, debe continuar en el proceso de consolidación fiscal para conseguir que su deuda en porcentaje del PIB se reduzca y sea sostenible a largo plazo. Para conseguirlo se debe evitar el aumento del déficit público y cumplir con el objetivo pactado con Bruselas. Para ello es preferible reducir el gasto público que aumentar los impuestos. Los contribuyentes perciben que, en ocasiones, el gasto público conduce al despilfarro, a la corrupción y al escándalo. De ahí que una contracción del gasto público sería mejor aceptado por los ciudadanos que el aumento de impuestos. Sobre todo el gasto que es suntuario, improductivo e innecesario, especialmente en las Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos. 

Fuente: Rafael Pampillón. “No es buen momento para subir impuestos”, Expansión 14 de julio de 2018, página 27.

23
Jun

Los aceituneros españoles están sufriendo los elevados aranceles que sobre la aceituna de mesa les está imponiendo la administración americana. Es una medida que se dirige a proteger la producción americana de aceitunas frente a la competencia española. A partir de ahora los americanos tendrán que comer aceitunas de peor calidad y más caras.

Es solo un ejemplo del cambio brusco y profundo que se está produciendo en la política de comercio exterior de Estados Unidos (EEUU). Se trata de la mayor escalada arancelaria que se ha producido desde la Segunda Guerra Mundial. Donald Trump ha iniciado una batalla comercial que no parece que vaya a terminar bien. Las hostilidades comenzaron el 1 de junio cuando la Administración de EEUU aprobó aranceles del 25% y el 10% a la importación de acero y de aluminio procedentes de Europa, China, México y Canadá.  La respuesta de los países afectados no se hizo esperar. Ayer, viernes, los países de la Unión Europea (UE) comenzaron a aplicar aranceles del 25% a unos 200 productos norteamericanos (zumo, tabaco, motos, whisky, cartas, vaqueros o acero) por valor de 2.800 millones de euros. Prudentemente y en aras de que cese la contienda, Bruselas anunció el compromiso de retirar estas medidas si EEUU hace lo propio con el acero y el aluminio.

China, también ha iniciado un proceso de duras represalias a las medidas proteccionistas de la Administración americana. La respuesta de Trump tampoco se ha hecho esperar, y ya está estudiando gravar con más aranceles a la economía de China. Se trata ahora de tarifas del 10% a un total de 200.000 millones de dólares de importaciones chinas (que van desde las lavadoras a los paneles solares). Aunque la Casa Blanca aseveró que estos aranceles se aprobarán, a no ser que Pekín cambie su política económica exterior para exportar menos a EEUU. Sin embargo, parece que China no está por la labor de reducir drásticamente su superávit comercial con EEUU, motivo por el que ha amenazado con tomar medidas cuantitativas y cualitativas contra la entrada de productos americanos.

Cerca de la recesión

Donald Trump es el único responsable de una guerra comercial que, si no se detiene, provocará una crisis que se extenderá por el resto del mundo, lo que provocaría una recesión que se prevé en 2020-2021. El motivo resulta claro: se está destruyendo el sistema internacional de Libre Comercio que creó Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. El presidente norteamericano no cree que arruinar un sistema de comercio global y abierto y perder a sus aliados políticos y comerciales (Europa, México y Canadá) vaya a perjudicar los intereses estadounidenses. Nada más falso.

Se olvida que la Gran Depresión americana de los años treinta (del siglo XX), se produjo en unas circunstancias similares: el dólar estaba apreciado, se derrumbó la bolsa de nueva York con el famoso Crack de 1929, los tipos de interés eran elevados y la política comercial también tenía un sesgo proteccionista. Efectivamente la introducción de la Smoot-Hawley Tariff Act en 1930 -una subida considerable de los aranceles a la importación para proteger a los agricultores americanos-  redujo el comercio internacional y ayudó a hundir la economía americana. Por otra parte, el esquema cambiario de tipos de cambio fijos basado en el “patrón oro” entrañaba una apreciación del dólar, sobre todo cuando otros países como el Reino Unido decidieron salirse y devaluar su moneda.

Ahora las condiciones son parecidas: el dólar está apreciado, los tipos de interés de la Reserva Federal aumentan, el Dow Jones lleva diez días cayendo desde máximos y la Casa Blanca impone aranceles a los productos importados. Estas malas señales presagian una crisis que va a tener consecuencias negativas sobre la productividad de EEUU, su industria manufacturera, la inflación y los tipos de interés. No obstante, es muy poco probable una depresión, como la que siguió a crisis bursátil de 1929; ahora la situación es diferente por la contundencia y velocidad con que se producen las respuestas de la política económica.

España: estrategia exportadora

Estamos ante una guerra comercial en la que España también participa: la aceituna de mesa es solo un ejemplo. Desgraciadamente es una batalla de la que ningún país permanecerá al margen y que afectará también al crecimiento económico de Europa.

De momento esta guerra se nota poco en España porque nuestros productos siguen siendo percibidos por su calidad y precio, lo que nos permite estar en las mejores condiciones para llegar a los mercados internacionales. Así, los datos publicados esta semana sobre el comercio exterior español señalan que continúan creciendo las exportaciones. Éstas han alcanzado el récord histórico de 94.883 millones de euros, en el período enero-abril de 2018, cifra que supuso un alza del 3,7% con respecto al mismo periodo del año anterior. Las exportaciones se afianzan así como motor de nuestra economía. Solo en el mes de abril, las ventas al exterior aumentaron un 9,5% con respecto al mismo mes de 2017. Estos incrementos permiten a España continuar por encima de sus principales competidores europeos.

España mantiene su peso en las exportaciones mundiales de bienes

El crecimiento de las exportaciones se observa también en el alza de la cuota exportadora de nuestro país. Así, según acaba de publicar la Organización Mundial de Comercio (OMC), España mantiene su peso en las exportaciones mundiales de bienes. Es más, es el único país de la tabla que en 2017 sostiene su participación. Los demás pierden en favor de otros países, más pequeños económicamente, que ganan cuota (Corea del Sur, Holanda, Indonesia, Vietnam, Malasia o Polonia). Además, en el periodo 2003-2017 solo España y China ganan participación en las exportaciones mundiales de mercancías. El resto de los países (Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia) redujeron su participación.    

                                 Participación (%) en exportaciones mundiales de mercancías

2003 2012 2014 2015 2016 2017 Diferencial 2003-2017
China 5,9 11,4 12,4 14,0 13.1 12,8 +6,9
Estados Unidos 9,8 8,6 8,6 9,1 9,1 8,7 -1,1
Alemania 10,2 7,8 8 8,1 8,4 8,2 -2
Japón 6,4 4,5 3,6 3,4 4,0 3,9 -2,5
Francia 5,3 3,2 3,1 3,1 3,1 3,0 -2,3
España 1,6 1,6 1,7 1,7 1,8 1,8 +0,2

Fuente: OMC (2018)

Una de las razones por las que la economía española crece a ritmos tan elevados es por la competitividad de nuestras exportaciones de bienes y servicios. Conviene recordar que exportar más exige una mayor inversión en infraestructuras y bienes de equipo, algo que mejora el empleo, lo que a su vez da paso a un aumento del consumo.

La guerra de Trump nos perjudica

A pesar de las malas noticias económicas que aparecen estos días, y que van a seguir en los próximos meses como consecuencia de las actuales políticas comerciales en EEUU, España, gracias a las exportaciones, mantiene un elevado ritmo de crecimiento. Por eso la guerra de Trump a España no le interesa: nos slot server thailand perjudica. Producirá, además, una recesión económica en EEUU, China y Europa. Sin embargo, gracias a la Gran Recesión aprendimos que las políticas económicas deben aplicarse con rapidez, intensidad y coordinación. Como consecuencia si se entra en una recesión sabremos salir  pronto de ella lo que debiera llevarnos a tener una visión más optimista del futuro.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. “La guerra arancelaria: un perjuicio global”. Expansión 23 de junio de 2018. Página 27.

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