Ayer miércoles tuvo lugar la primera subasta de liquidez a tres años del BCE, en la que la banca europea se adjudicó 489.191 millones de euros, muy por encima de las previsiones, a un coste del 1%. Sería deseable, y es sin duda un objetivo de esta maniobra del BCE, que una buena parte de esa nueva liquidez alcanzara a empresas y familias. De este modo, se impulsaría la inversión y el consumo, y en consecuencia la tan necesaria recuperación económica en Europa.
Sin embargo, la rentabilidad del crédito bancario al sector privado, junto a su creciente morosidad, quedan deslucidas frente al mayor margen ofrecido por la deuda pública europea. Los bonos soberanos, en algunos casos con rentabilidades del 4% o 5%, se muestran muy atractivos a los bancos frente a aquel coste del 1%. Adicionalmente, estos bonos constituyen los activos de garantía fundamentales de entre los utilizados por los bancos para acudir a las subastas de liquidez del BCE. Seguir leyendo…
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