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[post_date] => 2009-04-26 19:10:40
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[post_content] => Con motivo del décimo aniversario de la fundación del euro la Fundación Robert Schuman ha entrevistado a Jean-Claude Trichet, Presidente del Banco Central Europeo. De la entrevista extraigo 3 preguntas que he retocado y que pueden resultar útiles para aquellos lectores menos familiarizados con la moneda única:
1. ¿Cuál es el balance de la primera década de existencia del euro?
Actualmente, 329 millones de europeos de dieciséis países comparten una moneda común que responde a la promesa formulada por los padres fundadores de la Unión Económica y Monetaria (UEM): una moneda que mantenga su valor, inspire confianza y goce de la misma estabilidad y credibilidad que las monedas más sólidas a las que sustituya. Hace diez años muchos creían que esta promesa no llegaría a realizarse y que la moneda única estaba avocada al fracaso.
Desde la introducción del euro el 1 de enero de 1999 los ciudadanos europeos han disfrutado de un nivel de estabilidad de precios sólo comparable al logrado por unos pocos países. La estabilidad de precios favorece directamente a los ciudadanos europeos, pues protege sus rentas y ahorros y contribuye a reducir los costes de endeudamiento, lo que fomenta la inversión, la creación de empleo y el bienestar duradero. El euro ha sido un factor del dinamismo de la economía europea. Ha reforzado la transparencia de precios, ha intensificado el comercio, y ha promovido la integración económica y financiera en la zona de euro y en todo el mundo.
En los últimos meses hemos observado otra de las ventajas del euro: la crisis financiera ha demostrado que en momentos de tempestad es mejor viajar en un buque grande, resistente y seguro, que en una pequeña embarcación. ¿Habría podido Europa actuar con tanta rapidez, firmeza y coherencia si no hubiéramos tenido una moneda única que nos uniese? ¿Habríamos podido proteger de los efectos de la crisis financiera tantas monedas nacionales distintas? Las autoridades europeas, los parlamentos, los gobiernos y los bancos centrales han demostrado que Europa tiene capacidad para adoptar decisiones, incluso en las circunstancias más difíciles.
El euro ofrece ventajas a los países que decidieron adoptarlo. No obstante, no es tiempo para la complacencia. El momento actual presenta dificultades graves y en el futuro surgirán nuevos retos y perturbaciones. Ha de reforzarse y consolidarse el éxito de la UEM y los beneficios que el euro ha traído consigo. Los ciudadanos de la zona del euro pueden confiar en que el Eurosistema, formado por el BCE y los dieciséis bancos centrales nacionales de la zona del euro1, hará lo que sea necesario para garantizar la estabilidad financiera y monetaria.
2. Suele decirse que el euro ha dado lugar a un aumento de los precios. ¿Está justificado este comentario? ¿Qué consecuencias ha tenido la introducción de la moneda única para el poder adquisitivo de los ciudadanos europeos? ¿Ha beneficiado el euro a los trabajadores?
En general, los primeros diez años del euro han traído reducidos niveles de inflación en la zona del euro, inferiores a los que existían anteriormente en cada uno de los países. Durante estos diez años hemos logrado mantener la inflación estable en la zona del euro, situándose la inflación media anual en tasas próximas al 2%. Éste es un buen resultado, habida cuenta del rápido aumento de los precios de las materas primas y de la energía durante este período, y esta cifra es significativamente inferior a la tasa media de inflación de la década anterior a la introducción del euro.
No obstante, es cierto que ciertos sectores de algunos países europeos trataron de aprovechar la puesta en circulación del efectivo en euros el 1 de enero de 2002 para elevar algunos precios. De acuerdo con un estudio de Eurostat, los efectos de la introducción del euro pueden haber dado lugar a un incremento medio del Índice Armonizado de Precios de Consumo de entre el 0,1% y el 0,3% entre diciembre del 2001 y enero del 2002. Puesto que se trató de un fenómeno aislado, no parece significativo si se consideran los diez años de existencia del euro.
Desearía subrayar que el euro no ha sido un obstáculo para la creación de empleo, como en ocasiones se lee y se oye. Por el contrario, durante los diez primeros años del euro, la población ocupada ha aumentado en torno a dieciséis millones, mucho más que en Estados Unidos en el mismo período. En los últimos diez años se han creado muchos más empleos en la zona del euro que en la década anterior a la introducción de la moneda única.
3. El mundo atraviesa actualmente una crisis financiera muy importante ¿cuáles son las claves de la recuperación económica de la Unión?
Sobre la base de nuestra información más reciente, nuestras previsiones continúan apuntando a una persistente debilidad de la actividad económica en la zona del euro en los próximos trimestres. De acuerdo con las proyecciones macroeconómicas del FMI, el crecimiento anual medio del PIB real en la zona del euro se situará en el -4,2% en el 2009, y en el -0,4% en el 2010.
La economía mundial atraviesa un período de fuerte desaceleración, debido a que los efectos adversos de las turbulencias financieras sobre la actividad económica real se han visto agravados por una fuerte contracción del comercio internacional. En este contexto, se espera que la zona del euro se enfrente a un período prolongado de debilidad económica severa: la disminución de la demanda exterior afectará negativamente a las exportaciones y a la inversión, y el deterioro de la situación de los mercados de trabajo y el reducido nivel de confianza posiblemente desanimen el consumo. Teniendo en cuenta estos elementos, la recuperación en el curso del 2010 será producirá probablemente de forma moderada en base a la mejora gradual del entorno internacional y a la atenuación de las tensiones de los mercados financieros.
Desearía subrayar que la situación actual es también particularmente compleja debido al nivel excepcionalmente elevado de incertidumbre. No obstante, estoy convencido de que con el tiempo la zona del euro se beneficiará de distintos factores. En particular, no debemos olvidar que el considerable descenso de los precios de las materias primas desde mediados del 2008 continuará apoyando de forma no despreciable a la renta real disponible y, por ende, al consumo, durante los próximos meses. Asimismo, las importantes medidas que se han adoptado en los últimos meses para hacer frente a las turbulencias financieras deberían contribuir a restablecer la confianza en el sistema financiero y a suavizar las restricciones en la oferta de crédito a empresas y hogares.
Por último, el fortalecimiento de la confianza es un elemento clave para superar la actual situación económica. Los gobiernos y los bancos centrales de la Unión Europea están haciendo todo lo posible para preservar, mejorar y reforzar la confianza. Por lo que al BCE respecta, nuestra institución debe, más que nunca, servir de ancla para la estabilidad y la confianza.
¿Se convertirá el euro en la moneda del futuro?
¿Será el euro la moneda más importante del mundo?
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1. ¿Cuál es el balance de la primera década de existencia del euro?
Actualmente, 329 millones de europeos de dieciséis países comparten una moneda común que responde a la promesa formulada por los padres fundadores de la Unión Económica y Monetaria (UEM): una moneda que mantenga su valor, inspire confianza y goce de la misma estabilidad y credibilidad que las monedas más sólidas a las que sustituya. Hace diez años muchos creían que esta promesa no llegaría a realizarse y que la moneda única estaba avocada al fracaso.
Desde la introducción del euro el 1 de enero de 1999 los ciudadanos europeos han disfrutado de un nivel de estabilidad de precios sólo comparable al logrado por unos pocos países. La estabilidad de precios favorece directamente a los ciudadanos europeos, pues protege sus rentas y ahorros y contribuye a reducir los costes de endeudamiento, lo que fomenta la inversión, la creación de empleo y el bienestar duradero. El euro ha sido un factor del dinamismo de la economía europea. Ha reforzado la transparencia de precios, ha intensificado el comercio, y ha promovido la integración económica y financiera en la zona de euro y en todo el mundo.
En los últimos meses hemos observado otra de las ventajas del euro: la crisis financiera ha demostrado que en momentos de tempestad es mejor viajar en un buque grande, resistente y seguro, que en una pequeña embarcación. ¿Habría podido Europa actuar con tanta rapidez, firmeza y coherencia si no hubiéramos tenido una moneda única que nos uniese? ¿Habríamos podido proteger de los efectos de la crisis financiera tantas monedas nacionales distintas? Las autoridades europeas, los parlamentos, los gobiernos y los bancos centrales han demostrado que Europa tiene capacidad para adoptar decisiones, incluso en las circunstancias más difíciles.
El euro ofrece ventajas a los países que decidieron adoptarlo. No obstante, no es tiempo para la complacencia. El momento actual presenta dificultades graves y en el futuro surgirán nuevos retos y perturbaciones. Ha de reforzarse y consolidarse el éxito de la UEM y los beneficios que el euro ha traído consigo. Los ciudadanos de la zona del euro pueden confiar en que el Eurosistema, formado por el BCE y los dieciséis bancos centrales nacionales de la zona del euro1, hará lo que sea necesario para garantizar la estabilidad financiera y monetaria.
2. Suele decirse que el euro ha dado lugar a un aumento de los precios. ¿Está justificado este comentario? ¿Qué consecuencias ha tenido la introducción de la moneda única para el poder adquisitivo de los ciudadanos europeos? ¿Ha beneficiado el euro a los trabajadores?
En general, los primeros diez años del euro han traído reducidos niveles de inflación en la zona del euro, inferiores a los que existían anteriormente en cada uno de los países. Durante estos diez años hemos logrado mantener la inflación estable en la zona del euro, situándose la inflación media anual en tasas próximas al 2%. Éste es un buen resultado, habida cuenta del rápido aumento de los precios de las materas primas y de la energía durante este período, y esta cifra es significativamente inferior a la tasa media de inflación de la década anterior a la introducción del euro.
No obstante, es cierto que ciertos sectores de algunos países europeos trataron de aprovechar la puesta en circulación del efectivo en euros el 1 de enero de 2002 para elevar algunos precios. De acuerdo con un estudio de Eurostat, los efectos de la introducción del euro pueden haber dado lugar a un incremento medio del Índice Armonizado de Precios de Consumo de entre el 0,1% y el 0,3% entre diciembre del 2001 y enero del 2002. Puesto que se trató de un fenómeno aislado, no parece significativo si se consideran los diez años de existencia del euro.
Desearía subrayar que el euro no ha sido un obstáculo para la creación de empleo, como en ocasiones se lee y se oye. Por el contrario, durante los diez primeros años del euro, la población ocupada ha aumentado en torno a dieciséis millones, mucho más que en Estados Unidos en el mismo período. En los últimos diez años se han creado muchos más empleos en la zona del euro que en la década anterior a la introducción de la moneda única.
3. El mundo atraviesa actualmente una crisis financiera muy importante ¿cuáles son las claves de la recuperación económica de la Unión?
Sobre la base de nuestra información más reciente, nuestras previsiones continúan apuntando a una persistente debilidad de la actividad económica en la zona del euro en los próximos trimestres. De acuerdo con las proyecciones macroeconómicas del FMI, el crecimiento anual medio del PIB real en la zona del euro se situará en el -4,2% en el 2009, y en el -0,4% en el 2010.
La economía mundial atraviesa un período de fuerte desaceleración, debido a que los efectos adversos de las turbulencias financieras sobre la actividad económica real se han visto agravados por una fuerte contracción del comercio internacional. En este contexto, se espera que la zona del euro se enfrente a un período prolongado de debilidad económica severa: la disminución de la demanda exterior afectará negativamente a las exportaciones y a la inversión, y el deterioro de la situación de los mercados de trabajo y el reducido nivel de confianza posiblemente desanimen el consumo. Teniendo en cuenta estos elementos, la recuperación en el curso del 2010 será producirá probablemente de forma moderada en base a la mejora gradual del entorno internacional y a la atenuación de las tensiones de los mercados financieros.
Desearía subrayar que la situación actual es también particularmente compleja debido al nivel excepcionalmente elevado de incertidumbre. No obstante, estoy convencido de que con el tiempo la zona del euro se beneficiará de distintos factores. En particular, no debemos olvidar que el considerable descenso de los precios de las materias primas desde mediados del 2008 continuará apoyando de forma no despreciable a la renta real disponible y, por ende, al consumo, durante los próximos meses. Asimismo, las importantes medidas que se han adoptado en los últimos meses para hacer frente a las turbulencias financieras deberían contribuir a restablecer la confianza en el sistema financiero y a suavizar las restricciones en la oferta de crédito a empresas y hogares.
Por último, el fortalecimiento de la confianza es un elemento clave para superar la actual situación económica. Los gobiernos y los bancos centrales de la Unión Europea están haciendo todo lo posible para preservar, mejorar y reforzar la confianza. Por lo que al BCE respecta, nuestra institución debe, más que nunca, servir de ancla para la estabilidad y la confianza.
¿Se convertirá el euro en la moneda del futuro?
¿Será el euro la moneda más importante del mundo?
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