Hace 34 años, el 5 de mayo de 1979, los conservadores británicos con Margaret Thatcher a la cabeza ganaron con amplia mayoría las elecciones parlamentarias. Poco tiempo después, la «Dama de hierro», como fue bautizada por un rotativo soviético, fue nombrada primera ministra -la primera mujer, y hasta ahora la única, que accedía a ese cargo-. La herencia que recibió del Gobierno laborista de James Callagham (1976-79) fue desastrosa: recesión económica, creciente desempleo, fuerte intervención del Estado en la economía, elevado número de empresas públicas con pérdidas, elevados impuestos, gasto público desbocado, fuerte poder sindical que conseguía elevar los salarios por encima de la productividad y, como consecuencia, elevados niveles de inflación: la tasa de inflación británica era de las más altas de los países industrializados y una clara amenaza para el crecimiento económico.







Últimos Comentarios