Hace pocos días, se ha anunciado el cierre de la adquisición de la cementera australiana Rinker, por su homóloga mexicana Cemex. Con esta compra, que ha supuesto un desembolso superior a los 14.000 millones de dólares, Cemex se convierte en la mayor compañía de materiales de construcción del mundo, con unas ventas superiores a los 23.000 millones de dólares anuales.
La adquisición, que podría ser una más de las que casi a diario se producen al calor de la globalización y de la alta liquidez existente en los mercados de capitales, presenta una característica diferenciadora. Una compañía latinoamericana, compra una empresa australiana con fuerte presencia en Estados Unidos y se convierte en líder mundial de su sector. Hasta ahora, lo habitual era que fuesen multinacionales americanas, europeas o japonesas las que adquiriesen empresas latinoamericanas.
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