La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer confirma que la economía española sigue siendo una máquina de destrucción masiva de empleo. En el cuarto trimestre de 2012 se han perdido 363.300 puestos de trabajo, un 4% de los que había en el tercer trimestre. Fue el segundo peor trimestre de la historia en términos de destrucción de empleo.
¿En qué colectivos se ha cebado más esta fuerte destrucción de empleo del 4º trimestre? Los datos de la EPA permiten señalar que la destrucción de empleo ha sido generalizada pero ha sido mayor 1) en los trabajadores de baja cualificación que en los mejor formados; 2) en los hombres que en las mujeres; 3) en los que tienen edad entre 16 y 25 años que en los mayores de 25 años; 4) en el sector público (caída del 2,5%) que en el empleo privado (se reduce el 2%); 5) en la construcción que en la industria y los servicios; 6) en los extranjeros (4% ocupados menos) que en los españoles (1,8%); y 7) en la contratación temporal (se pierden 217.000) que en los contratados fijos (se reducen en 91.000).
Aumentan los desanimados
La EPA confirma también la tendencia iniciada hace dos años: descenso del número de activos en el trimestre, 176.000 menos (la mayor caída en más de 15 años, ver cuadro). Esto significa que hay menos personas que buscan trabajo lo que hace sospechar que está aumentando el número de personas que se desaniman y buscan otras alternativas como pueden ser: 1) establecerse sobre todo la población extranjera en la economía sumergida, (un indicador de esta situación irregular es que la población ocupada extranjera que suministra la EPA es un 25% superior al número de los extranjeros afiliados a la Seguridad Social); 2) replegarse en los hogares para hacer tareas domésticas; 3) españoles y sobre todo extranjeros que abandonan el país (en el cuarto trimestre, según la EPA, hubo una salida neta de población extranjera en edad de trabajar de 74.000) y 5) formarse mejor para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral.
Paro juvenil
Es evidente que la gente joven tiene más facilidad tanto para formarse como para emigrar. Sin embargo, es muy preocupante el elevado paro juvenil, que vuelve a aumentar y que supera por primera vez el 55%. Se trata de más de 930.200 jóvenes, entre 16 y 24 años que quieren trabajar y no encuentran trabajo. Se une a esto otros dos datos escalofriantes: una caída en el cuarto trimestre de más de 81.000 ocupados en el colectivo de edad de 25 a 29 años y otra de 82.000 en los que tienen entre 30 y 34. En una perspectiva de cinco años la comparación es mucho más dramática. En 2007, España ocupaba a 5 millones de personas entre los 16 y 29 años y en el cuarto trimestre de 2012 la ocupación era solamente de 2,4 millones; se ha producido, por tanto, una caída de 2,6 millones. Destrucción de empleo juvenil que es el resultado del colapso del sector de la construcción que daba empleo a muchos jóvenes con ninguno o muy bajo nivel de formación, un sistema educativo ineficiente, salario mínimo alto, al menos para los jóvenes, y elevadas cotizaciones a la Seguridad Social.
El desempleo de los inmigrantes
La destrucción de empleo y de población activa no sólo afecta a los jóvenes sino también a la población extranjera, sobre todo a la que trabajaba en el sector de la construcción. Los ocupados extranjeros han disminuido en los cuatro últimos años en 825.000 personas y en el cuarto trimestre de 2012 la destrucción de empleo inmigrante aumentó en 89.000 puestos de trabajo. La tasa de paro inmigrante alcanzó, además, su máximo histórico, situándose en el 36,5% de la población activa extranjera, muy superior a la que tiene la población española que es del 24,2%.
Conclusión
En resumen, en el cuarto trimestre del año pasado la economía española continuó perdiendo empleo pero con mayor intensidad. Seguimos siendo golpeados por una crisis muy grave que vive uno de los momentos más difíciles de su existencia. En los próximos trimestres esperamos también más paro y menos empleo, tanto público como privado, no solo por la contracción de la economía y el ajuste del sector público, sino también porque aunque la economía volviese a crecer, y lo hará probablemente al final de este año, el empleo tardará en hacerlo. España se dirige hacia un modelo productivo más intensivo en capital (humano y físico) y en tecnología que en mano de obra.
Política económica
Habrá que seguir liberalizando, mientras tanto, el mercado de trabajo para facilitar la contratación, unificando los tipos de contratos, modificando las indemnizaciones por despido para que sean progresivas con la antigüedad en el puesto de trabajo, favoreciendo el empleo a tiempo parcial, reduciendo las cotizaciones sociales que son impuestos sobre el trabajo (compensando esos menores ingresos para pagar las pensiones con elevaciones en la edad de jubilación) y permitiendo agencias privadas de colocación junto a los servicios públicos de empleo.
Fuente: Rafael Pampillón. “Destrucción masiva de empleo“. Expansión. 25 de enero de 2013. Páginas 26 y 27
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