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Jul

¿Cómo podemos ayudar a África?

Escrito el 4 julio 2007 por JUAN CARLOS MARTINEZ en África

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    [post_content] => Esta semana, la ONU ha presentado su informe anual sobre el grado  de cumplimiento de los “Objetivos de Desarrollo del Milenio”, el plan que estableció en el año 2000 para   mejorar la calidad de vida de los habitantes del tercer mundo. Los Objetivos a cumplir en 2015 son ocho: “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”; “Lograr la enseñanza primaria universal”; “Promover la igualdad de género”; “Reducir la mortalidad infantil”; “Mejorar la salud materna”; “Combatir el Sida y otra enfermedades”; “Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente” y “Fomentar una asociación mundial para el desarrollo”.

Por tanto, en 2007, nos hallamos en la mitad del periodo establecido, lo que supone un buen momento para repasar su grado de  cumplimiento. En general, la situación en el tercer mundo viene mejorando desde 1990 y desde 2000 parece que lo hace de forma más acusada: la pobreza,  el hambre y la mortalidad infantil se están reduciendo (aunque no al ritmo que nos gustaría), la enseñanza primaria infantil avanza lentamente y se empiezan a abrir algunas oportunidades para la mujer en los mercados laborales de los países en vías de desarrollo.




Pero hay dos objetivos que están lejos de cumplirse. Uno es la batalla contra el Sida, enfermedad que ya afecta  a casi 40 millones de personas y que el año pasado sumó 4 millones de nuevos infectados; el otro es la mejora en  la sostenibilidad medioambiental, puesto que las emisiones de CO2 aumentan, la deforestación sigue avanzando y no hay grandes mejoras en la extensión de las redes de agua potable y saneamiento o en la reducción de las infraviviendas.

Pero en todos los objetivos nos encontramos un común denominador: África y, en especial, el África subsahariana es la región que menos progresa o que incuso empeora su situación con respecto al año 2000: más del  40% de su población sigue viviendo  en la extrema pobreza, 30 millones de niños sufren desnutrición y el Sida ha infectado ya a 25 millones de personas, dejando a más de 14 millones de niños huérfanos.

Ante estos resultados,  Ban Ki-Moon, el Secretario general de la ONU, ha recriminado a los países ricos por su falta de compromiso, puesto que la ayuda al desarrollo se ha reducido en los últimos años y son muy pocos los países que destinan el 0,7% de su PIB a la ayuda al desarrollo (España no llega al 0,5%). Pero también surgen otras voces que critican esta política de ayudas y subsidios. Entre ellos Xavier Sala, que en una reciente entrevista publicada en 5 Días, afirmaba que Coca-Cola ha hecho más por África que cualquier ONG, puesto que lo que falta en África son empresas capaces de crear puestos de trabajo, mientras que  la ayuda al desarrollo no ha conseguido mejorar de manera notable la situación.

¿Quién tiene razón? Es difícil de precisar. Lo que es cierto es que en 1960, Asia era la región más pobre del planeta, y hoy en día lo es África. Mientras la mayor parte de  los países asiáticos se han integrado en la llamada globalización y han mejorado muchos de sus indicadores, en la mayoría de los países africanos siguen deteriorándose, a pesar de que el crecimiento económico  del continente en los últimos tres años supera el 5%. Por tanto, ¿cómo podemos ayudar a reducir la pobreza en África? ¿Aumentando los fondos destinados a la ayuda al desarrollo? ¿Abriendo nuestros mercados agrícolas? ¿Fomentando la inversión privada? ¿Estamos haciendo todo lo que deberíamos?

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Esta semana, la ONU ha presentado su informe anual sobre el grado de cumplimiento de los “Objetivos de Desarrollo del Milenio”, el plan que estableció en el año 2000 para mejorar la calidad de vida de los habitantes del tercer mundo. Los Objetivos a cumplir en 2015 son ocho: “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”; “Lograr la enseñanza primaria universal”; “Promover la igualdad de género”; “Reducir la mortalidad infantil”; “Mejorar la salud materna”; “Combatir el Sida y otra enfermedades”; “Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente” y “Fomentar una asociación mundial para el desarrollo”.

Por tanto, en 2007, nos hallamos en la mitad del periodo establecido, lo que supone un buen momento para repasar su grado de cumplimiento. En general, la situación en el tercer mundo viene mejorando desde 1990 y desde 2000 parece que lo hace de forma más acusada: la pobreza, el hambre y la mortalidad infantil se están reduciendo (aunque no al ritmo que nos gustaría), la enseñanza primaria infantil avanza lentamente y se empiezan a abrir algunas oportunidades para la mujer en los mercados laborales de los países en vías de desarrollo.

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3
Jul

La economía japonesa se anima

Escrito el 3 julio 2007 por en Economía Mundial

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    [post_content] => En los años 80 Japón era considerado como un país donde todo funcionaba bien, un país modelo al que las economías de todo el mundo tenían que imitar. Japón siempre se ha caracterizado por un alto nivel de educación y un potente nivel tecnológico. Sin embargo, desde principios de la década de 1990, Japón sufrió una profunda crisis. Después de 13 años perdidos Japón, finalmente, salió de la crisis. En 2003 la economía creció un 2,7%. En 2007 las señales de recuperación de Japón parecen más evidentes. El crecimiento del PIB subió al 3% (mayor  que el de EEUU). El paro está en el 3,8%. No obstante, existen ciertos factores de riesgo que ponen en peligro esta recuperación. En primer lugar, mientras se mantenga la deflación o una inflación muy baja se prolongará la atonía del consumo privado, que depende de la mejora del empleo y de la evolución de los salarios. En segundo lugar, la evolución al alza del precio del petróleo puede afectar negativamente al crecimiento de Japón, ya que junto con el impacto directo que puede tener sobre la economía nipona, puede perjudicar también a buena parte de sus socios comerciales.


En tercer lugar, otro factor clave a tener en cuenta es la evolución de China. Si el gigante asiático no sigue registrando los grandes crecimientos presentados en los últimos años, el sector exterior de Japón se resentirá. Una caída del comercio internacional, debido a la actual dependencia de la economía japonesa de las exportaciones, podría debilitar su incipiente recuperación. Sin embargo, el yen está depreciado lo que favorece sus exportaciones. La debilidad del yen se ve alimentada por las bajas tasas de interés en Japón, que en 0,50 por ciento son las menores del mundo industrializado. Los mercados esperan un alza a 0,75 por ciento en agosto.

Cuarto, a largo plazo, la reducción de la fuerza laboral en Japón supone uno de sus mayores retos. Dicha reducción se generaría como consecuencia del envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad. Entre las posibles soluciones estaría la incorporación de la mujer a la fuerza laborar, así como también, un aumento de la tasa de natalidad. La disyuntiva en este caso viene dada por un aumento de la natalidad que limitaría la incorporación de la mujer en el mercado laboral. Tener ambas alternativas requeriría la intervención del estado a través de subsidios (elevando el gasto) lo cual no parece una salida viable a corto plazo. Puede que la solución a corto plazo sea la integración de inmigrantes a dicha fuerza laboral lo cual también permitiría una reducción de costes laborales. Alrededor del 10% de la población desde 1993 hasta el 2007, ha dejado de ser parte de la “fuerza laboral” y ha pasado a ser parte de “la tercera edad”. 

¿Despegará por fin la economía japonesa?


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En los años 80 Japón era considerado como un país donde todo funcionaba bien, un país modelo al que las economías de todo el mundo tenían que imitar. Japón siempre se ha caracterizado por un alto nivel de educación y un potente nivel tecnológico. Sin embargo, desde principios de la década de 1990, Japón sufrió una profunda crisis. Después de 13 años perdidos Japón, finalmente, salió de la crisis. En 2003 la economía creció un 2,7%. En 2007 las señales de recuperación de Japón parecen más evidentes. El crecimiento del PIB subió al 3% (mayor que el de EEUU). El paro está en el 3,8%. No obstante, existen ciertos factores de riesgo que ponen en peligro esta recuperación. En primer lugar, mientras se mantenga la deflación o una inflación muy baja se prolongará la atonía del consumo privado, que depende de la mejora del empleo y de la evolución de los salarios. En segundo lugar, la evolución al alza del precio del petróleo puede afectar negativamente al crecimiento de Japón, ya que junto con el impacto directo que puede tener sobre la economía nipona, puede perjudicar también a buena parte de sus socios comerciales.

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2
Jul
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    [post_content] => En relación con el post de ayer "La economía de Brasil despega"  Angélica Velasco, mba por el IE y una asidua comentarista de este blog de economía, me envía el siguiente post, que como verás no tiene desperdicio:

“El crecimiento sostenido de la economía brasileña es un caso de éxito de aplicación de políticas de apertura de mercado con un estricto control de los precios.  Sin embargo, Brasil se halla gravemente lastrado por la rigidez de su legislación y las desigualdades existentes entre sus ciudadanos. Las futuras reformas del país deberían de encaminarse hacia la reducción de ambos factores. Para lograrlo, la educación debería de convertirse en prioritaria, así como el acceso a la sanidad. No obstante, Brasil cuenta ya con un gasto público excesivo y una elevadísima presión fiscal. Sin embargo, los grandes privilegios de los funcionarios, el sistema de pensiones, las subvenciones a las familias o a las regiones más desfavorecidas hacen difícil imaginar una disminución de la presión fiscal que permita acrecentar la inversión privada y extranjera.


Si el problema es reducir el gasto público, se podría proponer una reducción progresiva de los privilegios de los funcionarios y del aparato administrativo sobredimensionado, amén de una renegociación de la deuda pública que pasaría de ser a corto plazo y con intereses altos a una deuda más a largo plazo con intereses más bajos. Estas medidas podrían producir el ahorro necesario para sufragar los gastos del país permitiendo una reducción fiscal que atrajera a los inversores y al mismo tiempo mantener las ayudas a las familias que, poco a poco, van cerrando la brecha social existente.

Hace falta además un mejor sistema educativo. Puede que salvar la selva Amazónica y sus materias primas a base de libros de texto suene contradictorio, pero la igualdad real de oportunidades es básica para la prosperidad y el desarrollo de cualquier economía. Brasil está en el buen camino, pero le queda mucho por recorrer".

Estoy de acuerdo con Angélica ¿Y tú como lo ves?



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En relación con el post de ayer «La economía de Brasil despega» Angélica Velasco, mba por el IE y una asidua comentarista de este blog de economía, me envía el siguiente post, que como verás no tiene desperdicio:

“El crecimiento sostenido de la economía brasileña es un caso de éxito de aplicación de políticas de apertura de mercado con un estricto control de los precios. Sin embargo, Brasil se halla gravemente lastrado por la rigidez de su legislación y las desigualdades existentes entre sus ciudadanos. Las futuras reformas del país deberían de encaminarse hacia la reducción de ambos factores. Para lograrlo, la educación debería de convertirse en prioritaria, así como el acceso a la sanidad. No obstante, Brasil cuenta ya con un gasto público excesivo y una elevadísima presión fiscal. Sin embargo, los grandes privilegios de los funcionarios, el sistema de pensiones, las subvenciones a las familias o a las regiones más desfavorecidas hacen difícil imaginar una disminución de la presión fiscal que permita acrecentar la inversión privada y extranjera.

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1
Jul

La economía de Brasil despega

Escrito el 1 julio 2007 por en América Latina

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    [post_content] => La Bolsa de São Paulo (Brasil) ha subido un 22% este año y casi 350% desde 2003. Si lo medimos en dólares la bolsa de Brasil creció más de un 33% en lo que va de año. La inflación brasileña está dominada aunque desgraciadamente, la moneda está muy fuerte (desde principios de año, el real se ha apreciado 9% frente al dólar) y le está haciendo perder competitividad, tal como ya señalamos en este blog de economía. Sin embargo el fortalecimiento del real, tiene algunos aspectos positivos: mejora los beneficios de los inversores extranjeros ya que por cada real ganado en Brasil pueden comprar más dólares. También es una buena noticia para algunas compañías brasileñas, como las aerolíneas, ya que su mayor coste, el combustible, está denominado en dólares, haciéndolo más barato en la moneda local.

Desde 2003, Brasil ha dado pasos gigantes. El gobierno ha reducido la deuda externa y ha aumentado sus reservas en dólares. Las exportaciones van en alza. El rápido crecimiento de China ha impulsado la demanda de exportaciones brasileñas, como el mineral de hierro, la soja y los combustibles alternativos. Además, a diferencia de otros países, Brasil está reduciendo sus tipos de interés, los cuales han sido históricamente muy altos. La economía brasileña, aunque crece mucho (4,4%) ha conseguido estabilizar sus precios y equilibrar su cuenta corriente: No tiene desequilibrios, va por el buen camino. El Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía brasileña crecerá 4,2% en 2008. Si bien está en el promedio latinoamericano, es un ritmo muy lejano al de los gigantes asiáticos.


Al igual que otros mercados emergentes, Brasil se ha beneficiado del favorable entorno económico global que ha animado a los fondos de inversiones a recorrer el mundo en busca de beneficios. Si los inversores de Estados Unidos y Europa perdieran su apetito por las bolsas extranjeras, eso podría afectar el mercado bursátil brasileño. Aun así, muchos siguen optimistas y los grandes bancos de inversión recomiendan invertir más dinero en acciones de ese país. Sin embargo, Cualquier desaceleración de la economía china debilitaría la demanda de materias primas, afectando las ganancias de muchas grandes empresas brasileñas.

Tal como señalan Antonio Regalado y Joanna Slater, en un artículo (El auge bursátil de Brasil lleva a algunos a hablar de una 'exuberancia racional') publicado en TWJ los escépticos dicen que Brasil ha tenido épocas como esta antes, para después caer en una crisis. La economía de Brasil ha tenido siempre un comportamiento volátil ¿Por cuánto tiempo se mantendrá estable la economía de Brasil? Es precisamente el pensamiento de que estamos ante "una nueva era" —la creencia de que los pilares del mercado han cambiado y que las antiguas reglas ya no se aplican— el que casi siempre acompaña una burbuja ¿Estará Brasil en una burbuja bursátil?


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La Bolsa de São Paulo (Brasil) ha subido un 22% este año y casi 350% desde 2003. Si lo medimos en dólares la bolsa de Brasil creció más de un 33% en lo que va de año. La inflación brasileña está dominada aunque desgraciadamente, la moneda está muy fuerte (desde principios de año, el real se ha apreciado 9% frente al dólar) y le está haciendo perder competitividad, tal como ya señalamos en este blog de economía. Sin embargo el fortalecimiento del real, tiene algunos aspectos positivos: mejora los beneficios de los inversores extranjeros ya que por cada real ganado en Brasil pueden comprar más dólares. También es una buena noticia para algunas compañías brasileñas, como las aerolíneas, ya que su mayor coste, el combustible, está denominado en dólares, haciéndolo más barato en la moneda local.

Desde 2003, Brasil ha dado pasos gigantes. El gobierno ha reducido la deuda externa y ha aumentado sus reservas en dólares. Las exportaciones van en alza. El rápido crecimiento de China ha impulsado la demanda de exportaciones brasileñas, como el mineral de hierro, la soja y los combustibles alternativos. Además, a diferencia de otros países, Brasil está reduciendo sus tipos de interés, los cuales han sido históricamente muy altos. La economía brasileña, aunque crece mucho (4,4%) ha conseguido estabilizar sus precios y equilibrar su cuenta corriente: No tiene desequilibrios, va por el buen camino. El Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía brasileña crecerá 4,2% en 2008. Si bien está en el promedio latinoamericano, es un ritmo muy lejano al de los gigantes asiáticos.

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30
Jun
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    [post_content] => Esta semana se ha cumplido un año de funcionamiento de este blog de economía. Ha sido nuestro primer cumpleblog. Si tuviera que elegir el mejor post de este año de funcionamiento, probablement elegiría: "Cuba después de la muerte de Fidel Castro" ¿Porqué? Porque es el post que ha tenido más comentarios de los lectores. En concreto 27.

Al hilo de ese post he de confesra que muchos de los economistas que estamos fuera de Cuba consideramos esencial una liberalización económica para que prospere el país. Las constantes privaciones que sufre Cuba, donde los salarios estatales ni siquiera se acercan a cubrir el costo de la vida, pueden ser un fulminante para las reformas económicas. En este blog de economía nos planteábamos y preguntábamos hace bien poco si se transformará Cuba en una democracia. Es decir, seguimos erre que erre, pensando en la futura evolución de Cuba. Ha sido un tema recurrente en este blog de economía. Me pregunto y te pregunto ¿En Cuba el capitalismo reemplazará al comunismo? ¿Se abrirá la isla a la inversión extranjera ¿Que clase de cambios podría tolerar el actual gobierno comunista? ¿Permitirá el régimen cubano el debate económico acerca de las reformas? Que tengas buen fin de semana.
    [post_title] => ¿Habrá discusión en Cuba sobre la necesidad de las reformas?
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Esta semana se ha cumplido un año de funcionamiento de este blog de economía. Ha sido nuestro primer cumpleblog. Si tuviera que elegir el mejor post de este año de funcionamiento, probablement elegiría: «Cuba después de la muerte de Fidel Castro» ¿Porqué? Porque es el post que ha tenido más comentarios de los lectores. En concreto 27.

Al hilo de ese post he de confesra que muchos de los economistas que estamos fuera de Cuba consideramos esencial una liberalización económica para que prospere el país. Las constantes privaciones que sufre Cuba, donde los salarios estatales ni siquiera se acercan a cubrir el costo de la vida, pueden ser un fulminante para las reformas económicas. En este blog de economía nos planteábamos y preguntábamos hace bien poco si se transformará Cuba en una democracia. Es decir, seguimos erre que erre, pensando en la futura evolución de Cuba. Ha sido un tema recurrente en este blog de economía. Me pregunto y te pregunto ¿En Cuba el capitalismo reemplazará al comunismo? ¿Se abrirá la isla a la inversión extranjera ¿Que clase de cambios podría tolerar el actual gobierno comunista? ¿Permitirá el régimen cubano el debate económico acerca de las reformas? Que tengas buen fin de semana.

29
Jun
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    [post_content] => Como continuación al artículo que publica hoy el diario EXPANSIÓN (Apreciación cambiaria en América Latina) me gustaría señalar que los gobiernos de las principales economías de América Latina siguen muy preocupados por la evolución de sus monedas. Como es sabido las cotizaciones están influyendo de forma directa en el desarrollo de la actividad de esos países y, en la mayoría de los casos, de forma negativa. Las divisas que más se aprecian en la región durante este año están siendo el peso colombiano, que acumula un alza del 17 por ciento, en lo que va de año, hasta situarse en torno a 1.982 por dólar para conseguir el dudoso honor de ser la moneda más apreciada entre las 71 divisas que Bloomberg rastrea contra el dólar; el real brasileño, que se ha fortalecido un 10 por ciento en lo que va de año, para colocarse alrededor de los 1,95 por dólar y el peso chileno que cotizaba hace doce meses a 550 pesos/dólar y hoy cotiza  a 530.


Tal como señalamos en el post Efectos de la apreciación del tipo de cambio en América Latina las monedas de América Latina se han apreciado mucho desde comienzo de este año, debido a la fuerte entrada de dólares en la región con la consiguiente pérdida de competitividad. En un artículo reciente publicado por el Boletín de Universia-KnowledgeWharton se señala que en Colombia la competitividad se mide básicamente con el llamado Índice de tasa de Cambio Real (Itcr), que compara el peso colombiano frente a las monedas de los 20 principales socios comerciales del país. Si este indicador se sitúa por encima de 100 puntos significa que el país tiene mayor competitividad, pero hoy está por debajo de ese nivel (99,66), lo que evidencia pérdida de terreno en el ámbito internacional. A principios de 2003, ese índice alcanzó a superar los 136 puntos. Por aquel entonces, el precio del dólar rondaba los 2.960 pesos y hoy está en 1.982 pesos. Una apreciación brutal del peso. ¿Qué pueden hacer los responsables de la política económica para frenar esta pérdida de competitividad que sufren las economía de América Latina?





    [post_title] => La fortaleza de las monedas latinoamericanas
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Como continuación al artículo que publica hoy el diario EXPANSIÓN (Apreciación cambiaria en América Latina) me gustaría señalar que los gobiernos de las principales economías de América Latina siguen muy preocupados por la evolución de sus monedas. Como es sabido las cotizaciones están influyendo de forma directa en el desarrollo de la actividad de esos países y, en la mayoría de los casos, de forma negativa. Las divisas que más se aprecian en la región durante este año están siendo el peso colombiano, que acumula un alza del 17 por ciento, en lo que va de año, hasta situarse en torno a 1.982 por dólar para conseguir el dudoso honor de ser la moneda más apreciada entre las 71 divisas que Bloomberg rastrea contra el dólar; el real brasileño, que se ha fortalecido un 10 por ciento en lo que va de año, para colocarse alrededor de los 1,95 por dólar y el peso chileno que cotizaba hace doce meses a 550 pesos/dólar y hoy cotiza a 530.

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28
Jun
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    [post_content] => El concepto de ecoeficiencia fue acuñado en 1992 por las compañías pertenecientes al World Business Council for Sustainable Development. Pretende la creación del mayor valor con el menor impacto ambiental. La ecoeficiencia es en definitiva una filosofía de gestión que permite guiar y medir el desempeño ambiental de las empresas y otros agentes en su actividad económica. La ecoinnovación lleva al progreso de la ecoeficiencia. Consiste en nuevos (o modificados) procesos, técnicas, sistemas, productos y servicios que evitan o reducen el daño ambiental.


Las innovaciones que favorecen al medio ambiente pueden ser catalogadas en dos grandes grupos: (1) tecnologías ambientales “limpiadoras”, como las de etapa final (end-of-pipe, EOP) y otras tecnologías de tratamiento del problema ambiental una vez que éste ya se ha producido; (2) tecnologías ambientales “más limpias”, que implican la búsqueda, ex ante al problema ambiental, de procesos de producción y productos más limpios. La tecnología limpia es preventiva, mientras que la tecnología limpiadora tan sólo es curativa. Actualmente, la mayor parte de las inversiones en equipo para el control de la contaminación en los países industrializados (en torno al 80%) se dedica a tecnologías EOP. El problema de estas “soluciones”, además de su discutible eficacia en términos ambientales, es que son costosas y no añaden valor a los bienes producidos. El segundo grupo, las tecnologías limpias, ofrecen en definitiva mayores beneficios para las empresas y para la sociedad en su conjunto. Un tercer tipo más amplio de ecoinnovación, que en cierto modo contendría una combinación de los dos grupos anteriores, sería la ecoinnovación sistémica, consistente en amplios cambios en los sistemas de provisión de bienes y servicios y/o en la gestión de los residuos en un país o región.

Los beneficios sociales de la ecoinnovación parecen evidentes. También ayuda a fomentar la competitividad de las empresas. En Europa, competitividad y sostenibilidad se dan la mano en el Plan de Acción de Tecnologías Ambientales (ETAP) adoptado por la Comisión en enero de 2004. Este ambicioso plan, dotado con un presupuesto total de 23.676 millones euros en el período 2004-2008, pretende fomentar las tecnologías ambientales dentro de la UE y globalmente, explotando su potencial tanto para mejorar el medio ambiente como la competitividad en Europa. Adicionalmente, el Programa Marco para la Innovación y la Competitividad 2007-2013 dedica una quinta parte de su presupuesto total a la promoción de la ecoinnovación. La ecoindustria europea factura en torno a 200 mil millones de euros al año, alrededor de un tercio del mercado mundial, da empleo a cerca de 2 millones de personas y muestra tasas de crecimiento en torno al 5% anual desde mediados de los noventa.

La transición hacia tecnologías más limpias puede ser lenta y costosa, tal vez frustrante en el corto plazo. No muchas empresas podrán permitirse liderar esta transición. Lo que parece evidente es que pocas podrán elegir mantenerse al margen de ella.

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El concepto de ecoeficiencia fue acuñado en 1992 por las compañías pertenecientes al World Business Council for Sustainable Development. Pretende la creación del mayor valor con el menor impacto ambiental. La ecoeficiencia es en definitiva una filosofía de gestión que permite guiar y medir el desempeño ambiental de las empresas y otros agentes en su actividad económica. La ecoinnovación lleva al progreso de la ecoeficiencia. Consiste en nuevos (o modificados) procesos, técnicas, sistemas, productos y servicios que evitan o reducen el daño ambiental.

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27
Jun

Primer aniversario del blog de economía.

Escrito el 27 junio 2007 por en Miscelánea

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    [post_content] => Hoy hace un año que se escribió el primer post de este blog de economía. Desde entonces los profesores del área de economía del IE nos hemos dedicado a escribir sobre la coyuntura económica, la Unión Europea, la economía mundial, conceptos económicos, problemas de medio ambiente, etc. Para poder hacer el blog hemos contado con el ánimo, la ayuda y el soporte técnico de Javier López; sin él no hubiera sido posible esta empresa. Hace un año que entramos en este mundo de los blogs y que llevábamos tiempo observando. Desde entonces este mundo ha explotado y se ha convertido en un fenómeno interesantísimo, un sitio en donde vale la pena estar, una revolución que vale la pena vivir. Un año después, podemos decir que las expectativas iniciales han sido superadas con mucho. No esperábamos tanto nivel de atención, tantas visitas, interacción, realimentación y comentarios como los que hemos ido teniendo durante este año.


El blog de economía del IE responde a nuestra vocación académica.  Un académico debe leer y mantenerse informado como parte importante de su trabajo y el blog de economía nos proporciona una forma eficiente y un estímulo para hacerlo.  También nos sirve como fuente de retroalimentación. Este blog de economía no pretende ser objetivo es una plataforma informal de discusión. Sabéis bien que tenemos nuestros sesgos (¿Quién no los tiene?) pero a pesar de ellos hemos querido mantener un alto nivel académico y un elevado rigor científico.

En un año hemos mantenido discusiones interesantísimas, algunas de las cuales han originado artículos de prensa o académicos. Otras discusiones han dado origen a artículos de prensa y discusiones en clase. La comunicación ha fluido en ambos sentidos. Hemos conocido a muchísimas personas, algunas de las cuales han trascendido a buenas amistades. Nos hemos acercado a personas interesadas en temas económicos y también a alumnos y a los profesores de la blogosfera. Y, sobre todo, nos lo hemos pasado bien y, lo más importante hemos aprendido y espero que con vuestra ayuda seguiremos aprendiendo.

Muchas gracias a todos.


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Hoy hace un año que se escribió el primer post de este blog de economía. Desde entonces los profesores del área de economía del IE nos hemos dedicado a escribir sobre la coyuntura económica, la Unión Europea, la economía mundial, conceptos económicos, problemas de medio ambiente, etc. Para poder hacer el blog hemos contado con el ánimo, la ayuda y el soporte técnico de Javier López; sin él no hubiera sido posible esta empresa. Hace un año que entramos en este mundo de los blogs y que llevábamos tiempo observando. Desde entonces este mundo ha explotado y se ha convertido en un fenómeno interesantísimo, un sitio en donde vale la pena estar, una revolución que vale la pena vivir. Un año después, podemos decir que las expectativas iniciales han sido superadas con mucho. No esperábamos tanto nivel de atención, tantas visitas, interacción, realimentación y comentarios como los que hemos ido teniendo durante este año.

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26
Jun
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    [post_content] => Miguel Roig dice en un comentario al post ¿Ha comenzado la decadencia de los Estados Unidos?  que escribí el sábado, en este blog de economía, que los argumentos de Samuel P. Huntington son una memez. La opinión de Miguel Roig está avalada también por Francis Fukuyama quien critica el libro de Huntington (¿Quiénes somos?) . Señala Fukuyama que la amenaza más grave para el imperio americano no proviene, como dice Samuel P. Huntington   de los inmigrantes mexicanos sino de las  propias contradicciones internas de los estadounidenses y más concretamente de los wasp (white anglosaxon protestantes). A diferencia de Huntington, Fukuyama cree que “los inmigrantes hispanos contribuyen a reforzar algunos valores culturales como el énfasis en la familia y en el trabajo, así como el carácter cristiano (solidario) de la sociedad americana”. Para Fukuyama los verdaderos protestantes de ahora son esos propietarios de tiendas coreanas, o empresarios indios, o ingenieros taiwaneses o conductores de camión rusos o taxistas hispanos que tienen pluriempleo en el mercado laboral relativamente libre y desregulado de Estados Unidos. Fukuyama recuerda que cuando vivió en Los Ángeles había siempre grupos de “chicanos reunidos en ciertas intersecciones a las 7 de la mañana, esperando ser contratados para trabajar como jornaleros. Ahí no faltaba la ética del trabajo: por eso los hispanos han desplazado a los afroamericanos en los trabajos no especializados en cualquier ciudad en la que compiten con ellos”.


Desde mi punto de vista, probablemente equivocado, una de las amenazas al imperio americano es la propia insolidaridad internacional de Estados Unidos frente al resto del mundo. ¿En qué se manifiesta? en que no ha firmado los acuerdos de Kioto, (con un 5% de la población mundial es responsable del 25% de las emisiones totales de gases contaminantes), se fue de la Cumbre del racismo (cuando Israel abandonó la Reunión al ser acusada por los países árabes de racista), solo aporta el 0,1 % del PIB en Ayuda Oficial al Desarrollo (cuando la media de los países donantes es 0,4 y los países nórdicos y Holanda entregan más del 0,7%), no quiere que sus ciudadanos se sujeten al Tribunal Penal Internacional, es incapaz de poner fin a los conflictos de Oriente Medio y tiene una política agraria, al igual que Europa y Japón, muy proteccionista y, por tanto, insolidaria con el Tercer Mundo.

De paso, hay que considerar que el hecho de que Estados Unidos sea hoy la única gran súper-potencia, sitúa a la nación norteamericana ante una responsabilidad mayor que el resto de las naciones, sea en el terreno del reparto de los bienes económicos, en la defensa del medio ambiente, o en el mantenimiento de un orden internacional que asegure una paz justa en todos los continentes. De ahí que pienso que son las propias decisiones de Norteamérica adoptadas de forma unilateral y no siempre al servicio de los objetivos antes señalados las que minan su propia identidad y no el inmigrante mexicano.







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Miguel Roig dice en un comentario al post ¿Ha comenzado la decadencia de los Estados Unidos? que escribí el sábado, en este blog de economía, que los argumentos de Samuel P. Huntington son una memez. La opinión de Miguel Roig está avalada también por Francis Fukuyama quien critica el libro de Huntington (¿Quiénes somos?) . Señala Fukuyama que la amenaza más grave para el imperio americano no proviene, como dice Samuel P. Huntington de los inmigrantes mexicanos sino de las propias contradicciones internas de los estadounidenses y más concretamente de los wasp (white anglosaxon protestantes). A diferencia de Huntington, Fukuyama cree que “los inmigrantes hispanos contribuyen a reforzar algunos valores culturales como el énfasis en la familia y en el trabajo, así como el carácter cristiano (solidario) de la sociedad americana”. Para Fukuyama los verdaderos protestantes de ahora son esos propietarios de tiendas coreanas, o empresarios indios, o ingenieros taiwaneses o conductores de camión rusos o taxistas hispanos que tienen pluriempleo en el mercado laboral relativamente libre y desregulado de Estados Unidos. Fukuyama recuerda que cuando vivió en Los Ángeles había siempre grupos de “chicanos reunidos en ciertas intersecciones a las 7 de la mañana, esperando ser contratados para trabajar como jornaleros. Ahí no faltaba la ética del trabajo: por eso los hispanos han desplazado a los afroamericanos en los trabajos no especializados en cualquier ciudad en la que compiten con ellos”.

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25
Jun
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    [post_content] => El viernes pasado colgamos, en este blog de economía, un post titulado: “La dependencia tecnológica de España: déficit en el comercio de bienes de equipo”  . Pues bien Cus hizo un comentario a ese post señalando que cabe esperar que en el futuro haya cada vez más empresas que apuesten por tener mejor tecnología que los competidores y no sólo tener mejor precio. Y pregunta Cus ¿apoya el gobierno suficiente la I+D? Contestaré otro día más directamente. Hoy solo voy a situar el problema que plantea Cus, para el caso de España,  en el contexto europeo con el fin de  poner de manifiesto que no se trata sólo un  problema español.

Como es sabido en el contexto de la competencia internacional, la tecnología ocupa un papel esencial: las empresas deben innovar para poder diferenciarse y utilizar las tecnologías más recientes  para optimizar su productividad. Ello supone invertir en I+D+i y en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC), pero también implica proteger las innovaciones con patentes. Las empresas europeas (UE-27) invierten relativamente poco en inversión y desarrollo tecnológico. La inversión de las empresas europeas en I+D+i es del 1% del PIB (en España el 0,55%) mientras que en EEUU supone el 1,6% del PIB y en Japón el  2,4% del PIB. En el seno de la UE, las empresas alemanas y escandinavas se caracterizan por llevar a cabo una inversión en I+D+i bastante superior a la media. La otra cara de la moneda son las empresas de los Estados miembros del sur, como España, y de los Estados recién incorporados cuya inversión en I+D+i se considera insuficiente.

La UE está recuperando gran parte de su retraso tecnológico en cuanto a tecnologías de la información y la comunicación (NTIC). Así, en 2005, la inversión destinada a las NTIC representa el 6,4% del PIB en la UE, un nivel próximo al de los EEUU (6,7%) pero aún alejado del de Japón (7,6%). Aún así, Europa no se ha especializado en la producción de bienes de alto contenido tecnológico. En España los productos de alta tecnología representan solo el 5,8% de las exportaciones totales y en la Eurozona el 16,3% frente al 32,3% de los EEUU y el 30% en China. Este es el problema de la escasa especialización productiva de España y Europa.




La presencia relativamente débil en los sectores de alta tecnología y la limitada inversión en I+D+i explica el retraso de la UE en materia de patentes: en proporción a su población, si sumamos las patentes registradas en la Oficina Europea de Patentes (OEP) y en la United States Patent and Trademark Office (USP), la UE registra muchas menos patentes que Japón y EEUU (111 contra 351 y 331 respectivamente).

Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC) y patentes.

Gasto destinado a las NTIC en % del PIB (2005) Exportaciones de alta tecnología en % de las exportaciones de productos manufactureros (2004)Nº de patentes concedidas por la Oficina Europea de Patentes y por la United States Patent por cada millón de hab. (2005)
Zona Euro616,3143,3
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FuentesEurostatBanco Mundial<CENTEROEP y USP

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El viernes pasado colgamos, en este blog de economía, un post titulado: “La dependencia tecnológica de España: déficit en el comercio de bienes de equipo” . Pues bien Cus hizo un comentario a ese post señalando que cabe esperar que en el futuro haya cada vez más empresas que apuesten por tener mejor tecnología que los competidores y no sólo tener mejor precio. Y pregunta Cus ¿apoya el gobierno suficiente la I+D? Contestaré otro día más directamente. Hoy solo voy a situar el problema que plantea Cus, para el caso de España, en el contexto europeo con el fin de poner de manifiesto que no se trata sólo un problema español.

Como es sabido en el contexto de la competencia internacional, la tecnología ocupa un papel esencial: las empresas deben innovar para poder diferenciarse y utilizar las tecnologías más recientes para optimizar su productividad. Ello supone invertir en I+D+i y en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC), pero también implica proteger las innovaciones con patentes. Las empresas europeas (UE-27) invierten relativamente poco en inversión y desarrollo tecnológico. La inversión de las empresas europeas en I+D+i es del 1% del PIB (en España el 0,55%) mientras que en EEUU supone el 1,6% del PIB y en Japón el 2,4% del PIB. En el seno de la UE, las empresas alemanas y escandinavas se caracterizan por llevar a cabo una inversión en I+D+i bastante superior a la media. La otra cara de la moneda son las empresas de los Estados miembros del sur, como España, y de los Estados recién incorporados cuya inversión en I+D+i se considera insuficiente.

La UE está recuperando gran parte de su retraso tecnológico en cuanto a tecnologías de la información y la comunicación (NTIC). Así, en 2005, la inversión destinada a las NTIC representa el 6,4% del PIB en la UE, un nivel próximo al de los EEUU (6,7%) pero aún alejado del de Japón (7,6%). Aún así, Europa no se ha especializado en la producción de bienes de alto contenido tecnológico. En España los productos de alta tecnología representan solo el 5,8% de las exportaciones totales y en la Eurozona el 16,3% frente al 32,3% de los EEUU y el 30% en China. Este es el problema de la escasa especialización productiva de España y Europa.

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24
Jun
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    [post_content] => El desarrollo sostenible, y la interdependencia entre la economía y el medio ambiente, son conceptos que en los últimos años han provocado un creciente interés entre los poderes políticos, y las sociedades en general, a lo largo del mundo. El debate sobre esta problemática surge en los primeros años 1970 tras la publicación por D. H. Meadows del libro Los Límites del Crecimiento. La discusión, desarrollada y ampliada por otros muchos autores a lo largo de esa década, giraba en torno a si el crecimiento económico continuo llevaba sin remedio a una degradación medioambiental y a un colapso social a escala global. Finalmente, se llegó a la conclusión de que el desarrollo económico podía ser sostenido ilimitadamente siempre que fuera modificado para tener en cuenta su dependencia en última instancia con el medio ambiente. El concepto de desarrollo sostenible como tal quedó firmemente grabado en la agenda internacional con la publicación en 1987 del informe Our Common Future de la World Commission on Environment and Development. En este documento se acepta, en principio, que los recursos de la Tierra bastan para abastecer las necesidades humanas a largo plazo, siendo los aspectos esenciales a debatir la desigualdad en la distribución territorial de las capacidades naturales de sustentación y el análisis del uso ineficaz e irracional de tales recursos.

Si bien desde entonces las diferentes instituciones internacionales, así como numerosos gobiernos nacionales, vienen dedicando una considerable atención al análisis y desarrollo de “políticas sostenibles”, conviene señalar que aún hoy día no existe entre los economistas un consenso claro sobre cómo formalizar las ideas asociadas con la sostenibilidad.


Así, nos encontramos con que existen docenas de definiciones publicadas en relación a los conceptos de sostenibilidad. La diversidad y los conflictos entre dichas definiciones es evidente, mostrando que la sostenibilidad es un concepto complejo, que todo el mundo está de acuerdo en apoyar pero que nadie alcanza a definir de modo consistente. Sin embargo, tras la mayoría de dichas definiciones podemos encontrar una idea generalmente aceptada: el desarrollo sostenible debe satisfacer las necesidades del presente sin hipotecar la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer en su momento sus propias necesidades. Se plantea en definitiva de un trade-off entre el bienestar actual y el bienestar futuro de los miembros de la sociedad.

La búsqueda de una definición operativa o práctica, que permita identificar políticas globales para alcanzar el desarrollo sostenible, choca con dos problemas principales. En primer lugar, la existencia de incertidumbre sobre el futuro: desconocemos hasta qué punto la futura tecnología nos permitirá incrementar la eficiencia en el uso de un mismo stock de recursos. Es decir, existe la posibilidad de que los avances tecnológicos nos permitan en el futuro disfrutar de un nivel de vida equivalente (o superior) al actual utilizando una menor (o igual) cantidad de recursos. Al tiempo, desconocemos el valor que las futuras generaciones otorgarán a los bienes medioambientales: si asumimos que nuestros nietos valorarán el medio ambiente más que nosotros, tendremos una razón adicional para ser conservadores en su uso.

En segundo lugar, la complementariedad entre los recursos medioambientales y los recursos artificiales: utilizar como guía de sostenibilidad el mantenimiento del valor del stock total de capital en el tiempo es incorrecto, ya que numerosos componentes del capital medioambiental (los recursos no renovables) tienen una capacidad natural que no debe ser sobrepasada. Es por tanto necesario medir, además de ese valor del stock total de capital, una serie de indicadores sobre la sostenibilidad de tales recursos. Por otra parte, desconocemos en qué medida los recursos artificiales, desarrollados por el Hombre, pueden llegar a compensar el futuro deterioro o incluso la pérdida de los recursos naturales.

A pesar de estas limitaciones a la hora de definir a un nivel global políticas de sostenibilidad, parece claro que el mantenimiento de la calidad de la dotación de recursos a lo largo del tiempo implica, en la medida en que sea posible, la aceptación de dos normas: por una parte, el uso de los recursos renovables debe producirse a ritmos menores o iguales a su tasa de regeneración natural. En este sentido, se denominan recursos renovables aquellos cuyas existencias pueden crecer o recuperarse si se las permite reproducirse (como un bosque o una especie animal); también se consideran “renovables”, por convención, los recursos de flujo continuo (como la energía solar o la eólica). Por otra parte, el mantenimiento de la dotación nos obliga a perseguir el uso óptimo de los recursos no renovables, sujeto a la sustituibilidad antes mencionada entre los recursos y el progreso tecnológico. Dado que las existencias de estos recursos son limitadas, se trata en este caso de establecer un ritmo de uso óptimo hasta su agotamiento.

En términos aún más precisos, la búsqueda de la integración de la toma de decisiones en materia económica y medioambiental, del desarrollo sostenible en definitiva, ha sido abordada por los gobiernos mediante el establecimiento de diferentes instrumentos económicos (ver tabla), que pretenden la transmisión de las señales apropiadas a los productores y consumidores a través del potente mecanismo de los precios. Obviamente, estos instrumentos económicos no reemplazan a otros medios de acción, como los reglamentos o las normas, sino que se desarrollan en combinación con ellos y se apoyan mutuamente.

En comparación con el creciente número de instrumentos económicos utilizados en las políticas ambientales de las naciones, son pocas las evaluaciones realizadas que permitan obtener conclusiones válidas sobre los resultados de estos esfuerzos. A la escasa tradición existente en la evaluación de la eficiencia de las políticas gubernamentales en todos los ámbitos, se añade en el medioambiental la dificultad que provoca la dispersión de estas responsabilidades y, sobre todo, la complejidad de distinguir la contribución específica de cualquiera de estos instrumentos a la consecución de sus objetivos. Así, no basta con comparar los niveles de contaminación previos y posteriores a su aplicación, ya que un descenso en los registros de la misma puede deberse, por ejemplo, a la evolución de las tecnologías disponibles o a un descenso del nivel general de actividad de la economía. Por último, la falta de datos adecuados es otra importante limitación a la hora de realizar una evaluación del resultado de estas políticas, ya que a menudo es imposible saber qué hubiera sucedido si no se hubiera aplicado la política medioambiental en cuestión.

Pese a estas dificultades ex post, la teoría y los análisis ex ante demuestran la eficiencia y la eficacia de los instrumentos económicos para conseguir integrar las preocupaciones sociales sobre el medio ambiente en el sistema económico, condición necesaria para un desarrollo sostenible.

Tabla PA.bmp

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El desarrollo sostenible, y la interdependencia entre la economía y el medio ambiente, son conceptos que en los últimos años han provocado un creciente interés entre los poderes políticos, y las sociedades en general, a lo largo del mundo. El debate sobre esta problemática surge en los primeros años 1970 tras la publicación por D. H. Meadows del libro Los Límites del Crecimiento. La discusión, desarrollada y ampliada por otros muchos autores a lo largo de esa década, giraba en torno a si el crecimiento económico continuo llevaba sin remedio a una degradación medioambiental y a un colapso social a escala global. Finalmente, se llegó a la conclusión de que el desarrollo económico podía ser sostenido ilimitadamente siempre que fuera modificado para tener en cuenta su dependencia en última instancia con el medio ambiente. El concepto de desarrollo sostenible como tal quedó firmemente grabado en la agenda internacional con la publicación en 1987 del informe Our Common Future de la World Commission on Environment and Development. En este documento se acepta, en principio, que los recursos de la Tierra bastan para abastecer las necesidades humanas a largo plazo, siendo los aspectos esenciales a debatir la desigualdad en la distribución territorial de las capacidades naturales de sustentación y el análisis del uso ineficaz e irracional de tales recursos.

Si bien desde entonces las diferentes instituciones internacionales, así como numerosos gobiernos nacionales, vienen dedicando una considerable atención al análisis y desarrollo de “políticas sostenibles”, conviene señalar que aún hoy día no existe entre los economistas un consenso claro sobre cómo formalizar las ideas asociadas con la sostenibilidad.

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