Esta semana el INE informó que la producción española de bienes y servicios (PIB) aumentó un 0,1% en el tercer trimestre de 2013 con respecto al segundo. Termina así una larga recesión, que ha durado nueve trimestres. Desde que comenzó la crisis hace cinco años el PIB se ha contraído un 7,5%, mientras que la destrucción de empleo en ese periodo fue mucho mayor: un 18,5%.
Analizando los datos del tercer trimestre de este año con respecto al segundo, se observa que casi todos los componentes de la demanda interna registraron tasas positivas: a) el consumo de los hogares después de cinco trimestres seguidos de contracción aumentó un 0,4%: es el mayor ritmo en tres años; b) el consumo de las Administraciones Públicas también aumenta (0,1%), lo que supone un retroceso en el necesario proceso de reducción del déficit público; y c) la inversión en bienes de equipo, crece un 1,1% y lo hace por tercer trimestre consecutivo. El único componente de la demanda interna que se reduce es la inversión en obra civil y construcción residencial, pero modera su ritmo de caída (-1% trimestral, la menor caída en dos años).
Lo más sorprendente de los datos del tercer trimestre publicados por el INE es que las exportaciones de bienes y servicios muestran un claro debilitamiento en su ritmo de crecimiento: aumentan un 2,2% en el tercer trimestre, frente al 6,4% en el segundo trimestre. A ello se une el que las importaciones crecen en el tercer trimestre un 2,8%, es decir, crecen más que las exportaciones: es la primera vez que sucede algo así desde que comenzó esta crisis.
Estos datos del sector exterior aparentemente negativos esconden aspectos positivos: Seguir leyendo…
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