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La economía española sale de la recesión

Escrito el 29 noviembre 2013 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española

Tras nueve trimestres de caídas (-7,5% puntos porcentuales acumulados desde que arrancó la actual crisis, hace ya cinco años), el PIB volvió a la senda positiva en el tercer trimestre (+0,1% trimestral vs -0,1% anterior), impulsado por la demanda interna, que aportó casi tres décimas al crecimiento trimestral (-0,6 pp en el trimestre anterior). Analizando los datos trimestrales, mucho más interesantes en los momentos de cambio de fase en el ciclo económico, dentro de la demanda interna todos sus componentes registraron tasas positivas, salvo la inversión en construcción, si bien modera sensiblemente su ajuste (-1% trimestral, la menor caída en dos años). Se consolida la recuperación de la inversión en equipo, que crece por tercer trimestre consecutivo (+0,8%), y sorprende positivamente el gasto en consumo de las familias, que aumenta un 0,4%, el mayor ritmo en casi tres años.

Foto: La economía española saliendo del fondo del mar

No tan positivo resulta el freno en el proceso de consolidación fiscal: el gasto público crece un 0,1%, a lo que se añade la revisión al alza del dato del primer trimestre de este año (del 0% estimado inicialmente al +1,3%). En cuanto a la demanda externa, su aportación al crecimiento trimestral es negativa por primera vez en tres años (-0,1 pp vs +0,5 pp anterior): tanto exportaciones como importaciones se ralentizan con cierta intensidad, pero estas últimas crecen por encima (+2,8% vs +2,2%).

Por tanto, mientras el dato de crecimiento del PIB no ha sorprendido, sí lo ha hecho su composición, pues habría que remontarse al segundo trimestre de 2010 para encontrar una contribución positiva del gasto interno. Hasta ahora, sólo la demanda externa aportaba crecimiento, reflejando las ganancias de competitividad y la debilidad una demanda interna que retrocedía con fuerza. Sin embargo, en el último trimestre cambia totalmente la fotografía, pues ahora la demanda nacional vuelve a crecer, mientras la demanda externa pasa a tener una aportación negativa al crecimiento.

Es pronto para anticipar que esa tendencia se mantendrá en los próximos trimestres, pero, de ser así, implicaría dos consecuencias: la recuperación sería más intensa de lo esperado en el corto plazo y, sin embargo, se frenaría el proceso de corrección de los desequilibrios. Asimismo, si se confirma la rápida reducción de la aportación positiva del sector exterior, cuestionaría la idea de que se ha producido un cambio estructural en su comportamiento, tanto por ganancias de competitividad, como por sustitución de importaciones por producción interna.

En cuanto a la oferta, el avance en los servicios (+0,5%) y, sobre todo, en la industria (+0,8%) compensan el deterioro de la construcción (-1,5%, una caída que, en todo caso, es dos puntos inferior a la del trimestre anterior). En el caso de los servicios, destaca el buen comportamiento de actividades profesionales, inmobiliarias y artísticas, junto con el comercio y la hostelería, coincidiendo con la temporada estival. Por su parte, dentro de la industria, las ramas no manufactureras contrarrestan los malos registros del resto. Otro aspecto muy positivo es que la destrucción de empleo se ha detenido en términos trimestrales, mientras que la tasa interanual (-3,2%) es la menor en dos años. Finalmente, es importante resaltar que los costes laborales unitarios siguen reduciéndose (-1,9%), aunque esta corrección es ahora más equilibrada entre ganancias de productividad (+2,1%) y ajustes de la remuneración por asalariado (+0,1% interanual).

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