Probablemente nadie en España desconozca a estas alturas que pese al intenso ajuste presupuestario que el nuevo Gobierno se ha visto obligado a realizar, desde la UE se nos ha impuesto un ajuste adicional de cinco décimas del PIB, para reducir el déficit este año desde el 5,8% al 5,3%. Dicho ajuste equivale a unos 5.000 millones de euros.
La pregunta inmediata que surge en la mente de todos es cómo realizar este nuevo ajuste, si subiendo impuestos o recortando el gasto, o ambas cosas (que parece lo más probable). Hoy no quería entrar en dicho debate –ese problema queda en manos de los responsables del Gobierno-, pero sí poner de manifiesto mi sorpresa –y estupefacción- por algunas cosas que he escuchado en estos días sobre los impuestos, en relación con el mencionado ajuste.
La cuestión es que hemos escuchado que hay un “impuesto injusto”, el IVA. Cuando yo estudiaba Hacienda Pública recuerdo que nos definían los impuestos como “exacciones coactivas y sin contraprestación…”, lo que ya de por sí sonaba bastante “injusto” si se me permite el comentario. Pero de lo que ahora se discute es otra cosa: en palabras tanto de miembros del Gobierno como de la oposición, se considera que el IVA es injusto porque no es progresivo, mientras que otras figuras impositivas –como el IRPF- son “justas” porque son progresivas.
Este debate me parece perverso por muchas razones, que seguro que no soy capaz de reproducir aquí. Pero las que de manera más inmediata me vienen a la mente son las siguientes: no creo que sea más “justo” coaccionar al que más tiene que al que menos tiene, puesto que la agresión que supone la coacción ya es una injusticia en sí misma.
En segundo lugar, es un error monumental pensar que todas las actuaciones fiscales tienen que ser progresivas. La fiscalidad pretende generar una recaudación para acometer una serie de gastos desde el sector público y dicha fiscalidad tiene como uno de sus objetivos fundamentales intentar ser lo menos distorsionadora posible de la actividad económica. Y no es nada obvio que subir el IRPF distorsione menos que subir el IVA. De hecho, internacionalmente está contrastado el fenómeno contrario.
Y finalmente, detrás de la progresividad subyace un elemento redistribuidor de la renta. Pero la redistribución de la renta se consigue de manera mucho más eficaz a través del gasto, y no a través de los impuestos. Lo coherente es obtener una recaudación por la vía menos distorsionadora posible de la actividad económica -aunque sea recurriendo a impuestos “injustos”- y utilizar dichos recursos para una política de gasto redistribuidora socialmente aceptada.
En definitiva, me temo que asistiremos estos días a un triste debate en el que la oposición preguntará –ya lo ha hecho- al Gobierno si pretende subir el IVA y se responderá que no, que no se elevará un impuesto tan “injusto”. Pobre IVA, ¡le tocó el descrédito cuando todos los impuestos tienen su dosis de injusticia!
Tabla: Tipos IVA (en algunos países de la Unión Europea)
Alemania 19%
Austria 20 %
Bélgica 21 %
Dinamarca 25%
España 18%
Finlandia 23%
Francia 21,2 %
Grecia 23 %
Irlanda 21%
Italia 21%
Portugal 23%
Reino Unido 20%
Suecia 25 %
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