Tras las dudas de las últimas semanas que sembraron de incertidumbre el propio proceso de construcción europea, parece que por fin se ha cogido el toro por los cuernos y se ha dado un paso definitivo hacia una mayor coordinación fiscal. Es decir, se ha dado un paso hacia delante en la construcción europea, algo que suele coincidir con episodios de crisis (por ejemplo, las tensiones en el Sistema Monetario Europeo de principios de los 90). Con ello, además, se evita el riesgo de una recaída en la actividad, teniendo en cuenta el tremendo coste en pérdida de riqueza causado por las correcciones de los mercados de bonos y de valores. En este sentido, el papel del BCE aportando liquidez y, en caso necesario, comprando deuda pública y privada, en el mercado secundario, va a ser decisivo. Por tanto, de momento tenemos la condición necesaria para acabar con la crisis de los últimos meses, la suficiente deberá venir de la mano de recortes pormenorizados y cuantificados de gasto público en los países periféricos, además de reformas estructurales. Seguir leyendo…
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