14
Dic

Los fundamentos de la competencia se desplazan hacia la creación y asimilación de conocimientos que surgen, principalmente, de la inversión en innovación y en investigación científica y desarrollo tecnológico. De ahí que en España, al igual que en otros países, los factores que más pueden favorecer la productividad y, por tanto, el crecimiento de la economía es la formación del capital humano y las nuevas tecnologías. Es importante que la economía española crezca, pero también es fundamental que aumente la productividad para que pueda seguir haciéndolo en el futuro. En este sentido, las tecnologías de la digitalización del siglo XXI pueden aumentar la productividad de los trabajadores. Pero para ello es necesario que la Investigación y Desarrollo (I+D) que se realiza en España mejore.

¿Cómo puede el próximo gobierno afrontar el reto de generar mayor innovación y aumentar la competitividad?

Más investigación y mejor orientada

1º) Aumentar la inversión en I+D. En España, el gasto en I+D es bajo. En 2014, se situó en el 1,23% del PIB. Lo que significa que está bastante alejado al de otras economías más avanzadas como Francia (2,23%), Reino Unido (2,73%), Austria (2,95%), Estados Unidos (2,73%), Japón (3,4%), Alemania (2,85%), Suecia (3,3%) y Finlandia (3,31%). Como media los países de la OCDE gastan el 2,36% del PIB. El nuevo Ejecutivo se podría proponer terminar su legislatura en 2020 alcanzando un objetivo de gasto en I+D del 2 % del PIB, la media europea.

Cuadro: Evolución del gasto en I+D en España

Año Gasto en I+D en millones de euros Gasto I+D (%PIB) Variación anual del gasto en I+D como % del PIB
2005 10.197 1,12% 6%
2006 11.815 1,20% 7%
2007 13.342 1,27% 6%
2008 14.701 1,35% 6%
2009 14.582 1,39% 3%
2010 14.588 1,40% 1%
2011 14.184 1,36% -3%
2012 13.392 1,30% -4%
2013 13.012 1,26%  -3%
2014 12.821 1,23%  -2%

Fuente: INE

Pero esta mayor inversión en I+D debería estar mejor orientada; una mayor proporción del gasto lo debería hacer el sector privado. Así, mientras el sector privado español realiza el 53% del gasto total en I+D, en Alemania, Francia, Finlandia, Corea del Sur, Reino Unido o Estados Unidos esta inversión supera el 65%. La evidencia empírica muestra que las inversiones en I+D realizadas por las empresas tienen mayor impacto en la productividad y en el crecimiento del PIB que las del sector público. No en vano los países de nuestro entorno tienden cada vez más a que la I+D sea realizada por el sector privado.

2º) Conseguir que en el año 2020 el 60 % de la ejecución de la I+D lo hagan las empresas (ahora este porcentaje es del 53 %). Para ello habría que instrumentar más incentivos fiscales, remover obstáculos administrativos y dar más facilidades financieras para que las empresas dedicaran más recursos a la I+D. Además, conviene recordar que los sectores que presentan un mayor dinamismo, especialmente en la creación de empleo duradero a largo plazo, son a la vez los que consiguen una mayor capacidad innovadora.

Agenda digital

3º) El gasto del sector público investigador debe adaptarse mejor a la obtención de resultados, algo que permitiría mejorar la competitividad de las empresas. No se debe olvidar que casi la mitad de la inversión en I+D en España lo está realizando el sector público, lo que hace conveniente estrechar más los vínculos entre las universidades y demás centros públicos de investigación con las empresas. Esto favorecería la innovación en las PYMES, compañías que por su escasa dimensión carecen de departamentos propios de I+D. Afortunadamente contamos con importantes plataformas digitales y un elevado despliegue de redes que, bien integradas, podrían facilitar las conexiones entre equipos de investigación y empresas. Hoy las redes son el vehículo más oportuno para transferir la investigación tecnológica pública hacia las empresas.

Se trata de dinamizar a los organismos oficiales de investigación, CSIC, universidades públicas y similares, empujándoles a una mayor colaboración en proyectos mixtos con las compañías privadas. Ya lo hacen, pero si se concediesen más incentivos económicos, por ejemplo, participar en el rendimiento económico del proyecto y eliminar las trabas burocráticas habría más oportunidades de conjunción. Hay muchos y muy buenos departamentos de investigación públicos donde se hacen investigaciones punteras, pero con frecuencia éstas se quedan sin desarrollo por falta de los incentivos que mejoren sus conexiones con las empresas. En la próxima legislatura se podría desarrollar una estrategia más atractiva que estimulase al sector público investigador. La Agenda Digital puede ser el catalizador que logre estos deseados efectos en nuestra estructura productiva, el crecimiento económico  y el empleo.

Más industria

4º) Conseguir un mayor peso del sector industrial en el conjunto de la economía. Así, mientras en España la industria supone solo el 17% del PIB, en los países europeos esa proporción supera el 20%. Como consecuencia, mientras la industria europea ejecuta el 60% del gasto total en I+D, la industria española solo gasta el 49%. En este sentido, la digitalización de la fabricación podría permitir un resurgimiento de la industria nacional y, como consecuencia, establecer un marco más fácil para desarrollar tecnología propia y competir mejor en los mercados internacionales. Los procesos de fabricación industrial están regidos, cada vez más, por softwares inteligentes, que a su vez necesitan de profesionales muy calificados, personal más fácil encontrar en España que en países como Tailandia, Pakistán, Indonesia  o Bangladés.

5º) Mantener un rumbo y unos objetivos definidos que generen certidumbre y estabilidad en los diferentes actores del Sistema Científico y Tecnológico. Para que las medidas de los puntos anteriores tengan eficacia se requiere que la política científica y tecnológica tenga una dirección clara, estable y predecible.

El año que viene comenzará su andadura la recién creada Agencia Estatal de Investigación. Es clave que esta institución se gestione de forma independiente. Por esta razón hace falta un pacto de Estado para que la financiación, evaluación y asignación de fondos para la I+D que vaya a gestionar esta Agencia no dependa del gobierno de turno. Es una oportunidad para eliminar el fraccionamiento de la inversión en I+D, mediante la integración de los recursos oficiales y recorte de los gastos inútiles de pequeños institutos que han proliferado en las Comunidades Autónomas. Una posible solución para ganar la escala imprescindible es realizar acuerdos de colaboración que desarrollen clústeres virtuales, a través del desarrollo adecuado de redes y digitalización, lo que permitiría reducir costes, ampliar mercados y aumentar la productividad de la economía. Conseguir ese cambio de orientación en el sector público investigador no es un camino sencillo, pero si necesario para aumentar la competitividad de nuestras empresas.

En definitiva, el nuevo Gobierno de España que salga de las urnas el 20 de diciembre debe aplicar nuevos instrumentos de política económica e intensificar los ya existentes. De esta forma se fomentaría un mayor tamaño de las empresas y el desarrollo tecnológico, elementos claves para lograr la competitividad y modernización de nuestras empresas. Esta estrategia facilitaría el mantenimiento y la creación de un tejido industrial potente y competitivo.

En el complejo mundo globalizado en el que vivimos resulta imprescindible una política más audaz en la I+D. Este es el camino a seguir si queremos que España esté en la vanguardia de los países industrializados. Nos jugamos mucho, entre otras cosas que pueda existir en el futuro empleo de calidad en nuestro país.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. “Mejorar la política de I+D”. Expansión, 12 de Diciembre de 2015. Suplemento titulado: “10 propuestas de los expertos AL PRÓXIMO GOBIERNO”.

6
Dic

Brasil: ¿Dónde está el fondo?

Escrito el 6 diciembre 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en América Latina

Tras una serie de años en los que Brasil deslumbró al mundo por saber conjugar el crecimiento económico con las medidas sociales para sacar de la miseria a millones de ciudadanos, parece que ha entrado en una espiral de caída en la que la pregunta es ¿dónde está el fondo?

En el año en curso, Brasil ha encadenado tres trimestres consecutivos de caída del PIB, a un año vista de importante motor económico que suponen unos juegos olímpicos.   Agencias de clasificación como Standard and Poors han rebajado el pasado mes de Septiembre, la deuda a largo del país como grado especulativo y hay que sumar a esto el deterioro en el clima político ya que a oposición ha pedido esta semana iniciar un proceso de juicio político (impeachment) contra la presidenta Dilma Rousseff y esta solicitud ha sido aceptado por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo  Cunha.

Era previsible un año con turbulencias, ya que en Octubre del 2014, la presidenta fue reelegida con la menor  ventaja  de la historia electoral del país (obtuvo 51,45% de votos frente al 48,55% de su contrincante Aécio Neves).  También era inédito en el país que el mismo partido gobernase  de forma continuada durante 16 años: Luiz Ignacio Lula da Silva asumió su primer mandato el primer día del año 2003.

Un proceso de destitución presidencial no es nuevo en Brasil, ya que en 1992, Fernando Collor de Mello fue el primer presidente latinoamericano  procesado por corrupción.  Entonces el congreso de los diputados voto también a favor del juicio pero él dimitió antes de que el procedimiento fuese votado en el Senado.Brasilmages

Es muy probable que la presidenta Rousseff logre evitar la dimisión pero la situación de inestabilidad y deterioro en las instituciones continuará hasta el final de su mandato a finales del 2018.

¿Puede avanzar con éxito el país en esta situación cuando se encuentra ante la mayor crisis económica desde los años 30?

Un gobierno preocupado desde el primer año de su mandato en defenderse de acusaciones de incumplimiento de de las restricciones fiscales o de corrupción no parece una buena garantía.  Los principales indicadores del cuarto trimestre del 2015 parecen avanzar también que los números seguirán siendo rojos, con una caída  interanual de la producción industrial del 11,3%, lo que supone la vigésima caída consecutiva siendo además la caída más pronunciada en la serie histórica, señalando quizás que lo peor está todavía por llegar.

27
Nov

La pasada semana el portal VoxEU.org, del Centre for Economic Policy Research (CEPR), publicó el consenso alcanzado por un grupo de destacados economistas en cuanto a la “narrativa” de la reciente crisis del euro. La idea fuerza tras este consenso es sencilla: “es imposible acordar los pasos a dar sin un acuerdo sobre lo que fue mal.”

No hay grandes sorpresas en el informe; buena parte de lo que allí se recoge es sobradamente conocido y ya ha sido tratado en diferentes ocasiones en este blog (1, 2, 3, 4, 5). Quizás destacar como su mensaje principal el que la explosión de la deuda soberana europea fue un síntoma, más que una causa de la crisis. Prueba de ello, dice el informe, es que, aparte de Grecia, los países rescatados no eran los que tenían antes de la crisis los mayores ratios de deuda sobre PIB, como Irlanda y España, por debajo del 40%. Por el contrario, Bélgica o Italia, por encima del 100%, capearon el temporal. Concluye el análisis que el culpable real de la crisis fueron los importantes flujos de capitales intra-Eurozona durante la década previa, y que alcanzaron a países con déficits por cuenta corriente (como España). Ningún país con superávit sufrió aquel embate, cuya auténtica causa fue el repentino parón en los préstamos transfronterizos, derivado de las dudas sobre la viabilidad de bancos y gobiernos, y expresado en el contexto de una unión monetaria imperfecta a través de los incrementos de las primas de riesgo. La caída en el crecimiento elevó los déficits y los ratios de deuda, alimentada además por la asunción pública de parte de la deuda bancaria.

En conclusión, el consenso de estos economistas es que una crisis de balanza de pagos se convirtió en una crisis de deuda pública. La falta de infraestructuras y respuestas institucionales adecuadas, las rigideces estructurales, y los fuertes vínculos entre gobiernos y bancos europeos amplificaron y extendieron la crisis. El foco de las políticas en el síntoma en lugar de en la causa, llevó a fijar la “solución” en el control de la deuda pública y en la austeridad fiscal, condicionando la trayectoria y profundidad de la crisis. La apertura del “grifo” por parte de Draghi cambió las expectativas de una ruptura de la unión monetaria y devolvió los costes de financiación al nivel pre-crisis, pero los desequilibrios que la originaron permanecen ocultos, paradójicamente bajo la abundancia de liquidez que la provocó.

22
Nov

Hoy, habrá elecciones en Argentina, en las que se decidirá quién será el nuevo presidente de la república. Tras una campaña electoral que no ha dejado a nadie indiferente las encuestas dan como favorito a Mauricio Macri, de la formación Cambiemos. El otro candidato a la Presidencia, el oficialista Daniel Scioli, tiene menos posibilidades de ganar: la desastrosa gestión económica de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner le pasará factura en las urnas.

Efectivamente, a partir del año  2011, el populismo de Cristina Fernández fue desmoronando poco a poco la estructura económica del país. Las causas se pueden encontrar en el deterioro de las instituciones y las malas políticas aplicadas, como fueron: el aumento de impuestos y de controles de precios, las restricciones aduaneras, los mayores aranceles a los productos importados, la prohibición a las exportaciones de carne, los subsidios a los precios de la energía, una política monetaria excesivamente laxa, un gasto público desbordado, la nacionalización del sistema de pensiones privadas, el elevado déficit público, la falta de seguridad jurídica, la hostilidad del Gobierno hacia la inversión extranjera, la intromisión política en la Justicia y la corrupción generalizada.

Argentina 2

El resultado de estas medidas heterodoxas ha sido un desastre económico importante:

1) El crecimiento económico es muy bajo: este año será del 0,7% y en 2016 un 0,5%. Un crecimiento que está muy por debajo del de otros países de su entorno. Así, Chile crecerá este año un 2,8% y el año que viene un 3,7%, México 2,3% y un 2,9%, Colombia al 3,3% y 3,9% y Perú al 3,9% y 4,8%.

2) La inflación argentina está disparada. Este año la subida de los precios cerrará en diciembre en el 28%, frente al 24%, en 2014. Para el año que viene se estima una inflación mayor: el 32%. Es la consecuencia de: a) una política monetaria expansiva, b) un tejido empresarial estrangulado e intervenido que genera una producción insuficiente para abastecer la demanda y c) el aumento del déficit público, que este año podría estar cerca del 6% del PIB.

3) El estancamiento económico y la elevada inflación están reduciendo el bienestar de la población. Está empeorando el nivel de vida de los ciudadanos. Desde el año pasado la renta per cápita ha seguido disminuyendo. El resultado ha sido una caída en el consumo de las familias. Además, la pérdida de poder adquisitivo del peso está incentivando a los argentinos a lanzarse a la compra de dólares como refugio; lo que a su vez fortalece la economía sumergida, especialmente la que se refiere al mercado cambiario. Una práctica ilegal que genera incertidumbre e incomodidad en la población y que, por tanto, es también una fuente de descontento.

4) Desde el año 2010 el déficit exterior ha ido aumentando. En los dos últimos años este desequilibrio se ha agravado por la caída del valor de las exportaciones como consecuencia del desplome de los precios de los productos agrícolas y del petróleo; pero también porque el gobierno saliente se ha empeñado en mantener un tipo de cambio real apreciado, es decir, poco competitivo, que está provocando una reducción de las ventas al exterior de productos manufacturados. El peso cotiza en el mercado negro por encima de 15 pesos/dólar mientras en el oficial se intercambia a 9,7 pesos/dólar.

¿Qué política económica se debe aplicar?

Por tanto el nuevo presidente deberá cambiar las políticas. La solución a los problemas económicos de Argentina pasa por hacer una política económica que consiga aumentar el tejido empresarial, que genere crecimiento económico y empleo, que estabilice los precios, que equilibre la balanza de pagos y que mejore el bienestar de los ciudadanos.

Se trata de políticas económicas ortodoxas, que suponen la eliminación de los controles de precios, de las restricciones aduaneras a los productos importados y de los impuestos a la exportación. También se debería reducir las subvenciones para controlar el déficit público, aplicar una política monetaria menos expansiva y unificar el tipo de cambio del peso oficial con el del mercado paralelo.

Pero los retos del nuevo gobierno no se circunscriben a los cambios y ajustes en las políticas macroeconómicas. Debería, también, fortalecer las instituciones para dar mayor confianza a la iniciativa empresarial y a la inversión extranjera. Desgraciadamente los organismos internacionales y los “think tanks” citan permanentemente a la Argentina como uno de los peores países para hacer negocios. Además, la situación ha empeorado en el último año. Tres informes publicados recientemente así lo señalan.

Pérdida de posiciones en la economía global

En el “Índice de libertad económica” que elabora The Heritage Foundation, Argentina sale muy mal parada. Ocupa puestos de cola. En 2015 está en la posición 169, de un total de 178 países, y lo que es peor pierde 3 puestos con respecto al año 2014.

Esta falta de libertad económica, que va en aumento, está estrechamente relacionada con la dificultad para hacer negocios, tal como muestra el informe “Doing Business 2016” del Banco Mundial. Argentina ocupa una mala posición, la 121, lo que supone un descenso de 4 puestos respecto al informe del año 2015, en el que se clasificó en el 117.

También ha empeorado su posición en el último ranking del “Índice de Percepción de la Corrupción” que publica Transparencia Internacional. Argentina ha obtenido 34 puntos (donde cero significa altos niveles de corrupción y 100 muy bajos niveles de corrupción). Con esa puntuación pierde dos puestos y se sitúa en el número 107, de los 174 países del ranking de corrupción gubernamental.

En definitiva, ni los ciudadanos argentinos, ni sus empresas, ni los organismos económicos internacionales, ni el capital extranjero confían en los políticos que gobiernan hoy la Argentina, ni en sus jueces, ni en los organismos reguladores. Al final, los 12 años de gobierno de la familia Kirchner han terminado empobreciendo a la población, estrangulando el sistema productivo, ahuyentando a la inversión extranjera y desprestigiando a las instituciones.

Cambios institucionales

De ahí que el nuevo presidente tendrá que poner orden en muchos ámbitos relacionados con las instituciones económicas. Tendría que: a) mejorar el funcionamiento de los mercados, restableciendo la competencia, y abandonar el Programa de Precios Cuidados aplicado desde 2013 por el ministro Axel Kicillof; b) dar mayor seguridad jurídica a las empresas, respetando, en mayor medida, los derechos de propiedad y haciendo que se cumplan los contratos; c) reducir la corrupción en todos los niveles de la Administración Pública y d) dotar de mayor independencia al poder judicial, al banco central y a los organismos reguladores (no se debe olvidar que la existencia de instituciones creíbles, transparentes e independientes son factores clave para el éxito económico de los países y el buen funcionamiento de las empresas).

Tanto Daniel Schioli y Mauricio Macri han manifestado su deseo de recomponer la economía, dar mayor confianza a las empresas, atraer a la inversión extranjera y recuperar las relaciones económicas con Estados Unidos (deterioradas por la decisión de la Corte Suprema americana de rechazar la apelación de Argentina frente a los fondos buitres).

También parece probable que se fortalezcan los lazos económicos y políticos de Argentina con la  Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) y con Europa. Una buena noticia para las empresas españolas que todavía trabajan en ese país: Banco Santander, BBVA, Mapfre, Telefónica, Gas Natural-Fenosa, Endesa, Indra, Inditex, OHL, ACS, entre otras. Además, sobre todo si ganase Macri, Argentina tenderá a distanciarse de los gobiernos populistas de Venezuela, Ecuador, Cuba y Bolivia.

Pero independientemente de quien gane hoy, resulta deseable, y hasta necesario, un profundo cambio en el país.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. “Argentina necesita un cambio profundo.” Expansión. 21 de Noviembre de 2015.

14
Nov

¿Cómo está Alemania?

Escrito el 14 noviembre 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en Unión Europea

Cuando hablamos de Alemania, pensamos en un gran país, con el cuarto PIB en tamaño del mundo (Sólo por detrás de EEUU, China y Japón) , el tercero con mayor volumen de exportación de bienes del mundo (Tras el gigante asiático y Norteamérica)  o uno de los pocos países cuyas cuentas públicas no tienen déficit sino superávit (+0,7% en el 2015).  A mí siempre me ha llamado la atención la tremenda evolución positiva que han tenido en 70 años , teniendo en cuenta que en 1945 estaba arrasado , hasta 1989 tenía su capital dividida por un muro y finalmente tuvo que integrar, en una situación única  en el mundo, 17 M de ciudadanos , que si bien hablaban el mismo idioma venían de una galaxia económica muy lejana.

La cuestión es que si en el 2015 a muchos países del mundo no les va excesivamente bien en el plano económico ¿le puede ir bien a otro con tantas vinculaciones con los mercados exteriores?

En los últimos días hemos dos datos no muy positivos de la economía alemana: Con datos de Septiembre del año en curso, la demanda  y la producción de bienes industriales ha decrecido por tercer mes consecutivo ¿Es esto algo puntual o no?

Por un lado se puede observar como los sectores más orientados al mercado doméstico, como la energía o la construcción han incrementado su producción intertrimestral mientras que todos los sectores exportadores orientados a mercados emergentes han decrecido en el Q3 en un 2,8%.  La principal razón para esta situación es la caída continuada de los mercados fuera de la eurozona.  Sectores fundamentales de la economía germana como el sector eléctrico, el farmacéutico o la automoción están sufriendo la caída de la demanda en las economías emergentes, señalando como éste último ha retrocedido un 19% frente a los datos del segundo trimestre del año en curso.

¿Qué puede suceder en los próximos meses?bradenburgertor

China supone el 9% de las exportaciones alemanas extracomunitarias.  El Banco Central alemán calcula que una reducción de la actividad en China del 3%puede reducir el PIB de su país de un 0,3% al año.

En el sector de la automoción se va a juntar una caída en la demanda de vehículos de lujo alemanes con un impacto todavía desconocido del escándalo Volkswagen

Es decir el 2016 será una interesante prueba para ver si Alemania mantiene su fortaleza en el escenario internacional, incrementando sus ventas a clientes tradicionales como EEUU o Reino Unido o si se ve afectado por la falta de demanda global.  Para el autor de estas líneas, aunque el sector de producción industrial no pueda mantener el dinamismo del 2014 , Alemania volverá a demostrar que puede mantener una senda de crecimiento

12
Nov

Presencia de PYMES en España

Escrito el 12 noviembre 2015 por Patricia Gabaldón en Uncategorized

Ayer, Jeffrey Franks, director de la oficina de Europa del FMI, propuso que era el momento para España de aumentar la productividad sin bajar los salarios, a través de cambios y políticas estructurales que hagan la economía “más flexible y más ágil”.

Según el informe de la misma institución el FMI sobre España de Julio de 2015 (IMF Country Report No. 15/233) uno de los principales problemas de la productividad de la economía española procede de la gran cantidad de pequeñas empresas, que por tener acceso limitado a recursos presentan una baja productividad. Para estas empresas pequeñas es complicado innovar, exportar y disponer de economías de escala, por lo que muestran niveles de productividad menores.

¿Cuál es el panorama de las empresas españolas? Según el RETRATO DE LAS PYME 2015 elaborado por la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, el tamaño medio de las empresas españolas es menor que en otras empresas pequeñas en otros países desarrollados, y estas ocupan una mayor parte del empleo en el país.

Por un lado, la presencia de PYMES en España es muy similar a la del resto de Europa, alrededor del 99,9% de las empresas. Sin embargo, la principal diferencia de las empresas españolas es la importante presencia de micro-empresas (empresas con menos de 9 trabajadores) que componen el 95,8% del total de empresas españolas, cuando esta cifra es del 92,4% para la media de los países de la UE. Y un dato muy relevante, es que las empresas sin asalariados representan el 53’6% del total de las empresas españolas (1.670.329 empresas de un total de 3.114.361 compañías españolas). Por otro lado, solo el 0,1% de las compañías españolas eran consideradas grandes en el 2014 (3.839 empresas).

Este mismo informe muestra como las micro-empresas españolas mantuvieron en 2014 una importante contribución a la generación de empleo, ocupando al 66% del total de trabajadores, tasa muy similar a la media europea (66’6%). Las micro-empresas representan el 32,6% del empleo total (4.330.718 trabajadores) frente al 28’6% en la media de la UE. Esta cifra de creación de empleo la asimila a los trabajadores en las grandes empresas, ocupados en un 34% en empresas de más de 250 trabajadores (4.514.676 empleados).

Al menos hasta el año 2013, las empresas españolas han experimentado crecimiento en su productividad, situándola por encima de la media europea. Sin embargo, este crecimiento ha procedido de una reducción en el número de ocupados mayor que la disminución en la creación de valor añadido bruto. En 2013, el valor añadido bruto (VAB) por ocupado de la economía española es de 58.619 euros, por encima de la media de la UE-28 (47.485 euros).

30
Oct

Participación (%) en las exportaciones mundiales de bienes

La Organización Mundial de Comercio (OMC) acaba de publicar la participación de los diferentes países del Mundo en las exportaciones mundiales de bienes para el año 2014.

Un poco de historia

En 2009 China sobrepasó a Alemania como primer país exportador mundial de bienes. En 2010 EEUU arrebató la segunda posición a Alemania, que se quedó en la tercera posición. En 2014, según la Organización Mundial de Comercio (OMC), China, Estados Unidos y Alemania ganaron cuota en las exportaciones mundiales de bienes

2003 2012 2013 2014
China 5,9 11,4 11,8 12,4
Estados Unidos 9,8 8,6 8,4 8,6
Alemania 10,2 7,8 7,7 8,0
Japón 6,4 4,5 3,8 3,6
Francia 5,3 3,2 3,1 3,1
España 1,6 1,6 1,7 1,7

Fuente: OMC (2015)

España, en 2014 mantuvo su cuota en las exportaciones mundiales de bienes con respecto a 2013 (ver cuadro).

En 2014, España bajó dos puestos y ocupó la posición 20 dentro del ranking de los principales exportadores mundiales de mercancías con una cuota del 1,7%. En 2013 ocupaba la posición 18 con el 1,7%.

En los últimos 11 años (2003-2014), excepto España, en el resto de las principales economías desarrolladas descendieron su participación en las exportaciones mundiales de mercancías. En general, desde hace ya varios años ganan cuota los países emergentes y en cambio pierden participación los países desarrollados (excepto España).

El año 14 fue un año raro por la subida de participación de Alemania y de EEUU ¿Qué está pasando?

La digitalización de la fabricación está permitiendo un resurgir industrial de los países desarrollados y como consecuencia una mayor exportación:

Primero, porque el coste de producción en los países ricos es más bárato, ya que se utiliza menos trabajadores en la producción, logrando que los procesos de fabricación ya no sean trasladados a otros países.

Segundo, los procesos de fabricación están regidos por softwares inteligentes, que a su vez necesitan de personal muy calificado el cual es más fácil encontrarlo en países como Alemania, EEUU o Francia.

Tercero, las empresas industriales (productoras de bienes) se ubican en centros industriales especializados (como Silicon Valley) muchos de los cuales se encuentran en países industrializados. Estos centros industriales especializados aportan grandes ventajas, ya que normalmente tienen universidades cercanas que invierten en I+D, forman profesionales preparados para sectores punta, tienen empresas de capital riesgo, y son un excelente lugar para el cultivo de nuevas empresas.

Cuarto,  las fabricas de los países ricos necesitan menos especio, por lo que es rentable que trasladen sus centros de operaciones a las grandes ciudades cuyos espacios son más reducidos y los alquiles más altos.

Algo muy relevante y que muchas veces no se considera es que a pesar del rápido crecimiento de la industria china, Estados Unidos sigue siendo un formidable productor. Su producción medida en dólares es prácticamente el mismo que el de China, pero lo interesante es que lo consigue con únicamente el 10% de la fuerza laboral de China.  Esto refleja que países desarrollados como Estados Unidos son altamente competitivos, y aumentará más su producción y sus exportaciones cuando se desarrolle todavía más la Tercera Revolución Industrial.

A la vez países como China, India, Turquía, Paquistán, Brasil, África del Sur y Méjico siguen ganando cuota en las exportaciones mundiales de bienes porque tienen costes laborales más bajos y, por tanto, sus productos siguen siendo muy competitivos en los mercados internacionales.

26
Oct

La actividad económica de España ha tenido en 2014 y sobre todo en 2015 su mejor comportamiento de los últimos siete años. Gracias a este crecimiento durante los dos últimos años se está creando empleo, aumentando la recaudación fiscal y reduciendo el endeudamiento de las empresas y de las familias. Y aunque las perspectivas económicas mundiales y también las de España se debilitan las empresas españolas siguen trabajando para reducir sus niveles de deuda.

El problema de la deuda

A pesar de que los organismos internacionales aplaudan los esfuerzos realizados por España para salir de la recesión económica, también apuntan a que nuestro país deberá llevar a cabo más reformas, durante al menos dos años, para corregir los problemas estructurales de nuestra economía. Así, la Comisión Europea está demandando más recortes en el gasto público para cumplir con el objetivo de déficit fijado y evitar así que la deuda pública como porcentaje sobre el PIB siga aumentando. Precisamente en septiembre de 2015 el Ministerio de Economía informó que en el segundo trimestre de este año, el endeudamiento en términos de PIB se redujo ligeramente (tres décimas hasta el 97,7%), algo que no sucedía desde que estalló la crisis.

En esta misma línea se encuentran el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OCDE, aunque centran más su atención en la deuda del sector privado. Ambos organismos hacen referencia a la débil situación de las empresas españolas que se caracterizan por su reducido tamaño y su alto nivel de endeudamiento. De ahí la necesidad que tienen las empresas de aumentar sus ventas de forma que les permitan obtener recursos para reducir su deuda de forma sostenible y duradera en el medio plazo.

Por ahora España está disfrutando de elevados niveles de crecimiento económico por lo que el sector privado (y el público) están en un momento excepcional para conseguir reducir su deuda.

Desgraciadamente, antes de la crisis económica, durante los años del boom, entre 2000 y 2007, las empresas españolas se endeudaron muy rápidamente con una tasa de crecimiento del 7% anual, la cual duplicaba la media europea. La deuda de las empresas no financieras alcanzó en 2007 un 125% del PIB. Uno de los motivos que pudo contribuir a este rápido crecimiento de la deuda fue la facilidad de acceso al crédito que le concedían las instituciones financieras. Sin embargo a partir de 2008 hemos asistido a un proceso de desapalancamiento financiero por parte del sector privado (empresas y hogares) llegando a reducirse el nivel de deuda de las empresas desde el 125% del PIB hasta un 87% del PIB.

En el cuadro se puede comprobar como la deuda de las empresas se reduce desde 1.261.105 millones de euros en 2008 a 932.600 millones en 2015.

A pesar de esta impresionante reducción, los niveles de endeudamiento del sector empresarial español son todavía altos y alejados de los que tienen nuestros socios europeos. Efectivamente, el sector privado español está convergiendo en niveles de deuda con el resto de las grandes potencias europeas, pero su tasa de endeudamiento todavía está por encima de otras como Alemania o Francia.

                         ENDEUDAMENTO

(millones de euros)

(datos a diciembre excepto 2015)
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS SOCIEDADES NO FINANCIERAS HOGARES TOTAL
2008 439,771 1.261.105 908.161 2.609.037
2009 568.700 1.246.502 900.376 2.715.578
2010 649.259 1.244.018 895.244 2.788.520
2011 743.531 1.194.031 867.932 2.805.493
2012 890.976 1.082.851 830.879 2.804.705
2013 966.169 993.308 782.982 2.742.459
2014 1.033.848 948.594 749.079 2.731.521
2015 (julio) 1.053.000 932.600 733.239 2.718.839

Fuente: Banco de España y Ministerio de Economía (2015)

Las empresas españolas van por buen camino, ya que forman parte de los cuatro países europeos en los que en los últimos años el sector privado ha conseguido disminuir su endeudamiento. Lo que le ha permitido, junto con la bajada de los tipos de interés reducir sus costes medios de financiación tal como apunta el Banco de España en su Boletín Económico de Junio de 2015. (El tipo de interés medio de los nuevos préstamos a empresas se encuentra en 2015 en el 3,4% mientras que a finales de 2008 alcanzó su máximo llegando al 6,6%).

Según el tamaño de las empresas, también existe una diferencia en cuanto al acceso a la financiación y al endeudamiento, las pymes han presentado durante los años de recesión menores niveles de deuda. En cambio las grandes empresas iniciaron un poco más tarde el proceso de desendeudamiento, este fenómeno se puede deber al hecho de que las pymes han tenido menos facilidad de acceso a nuevos créditos durante estos años.

Aunque las cifras sean todavía elevadas en algunos casos, podemos afirmar, en líneas generales, que el sector privado está haciendo grandes esfuerzos tratando de reducir su deuda, pero no se puede decir lo mismo del sector público, este ha ido aumentado su deuda de forma impresionante con respecto a 2008 pasando de 40% a cerca del 100% en tan solo 7 años.

En este contexto de elevado nivel de endeudamiento el crecimiento económico es fundamental. Es bien sabido que tanto los ingresos fiscales como las ventas empresariales están íntimamente ligados al crecimiento económico. Y es precisamente en un contexto de fase álgida del ciclo (como en el que se encuentra la economía española) cuando las ventas pueden aumentar y la deuda se puede reducir. Pero para conseguir vender más, junto a una coyuntura económica favorable, las empresas tienen que conseguir ser más competitivas en los mercados internacionales. Apuntar hacia sectores de alta calidad y mayor contenido tecnológico. Precisamente ha sido esa mejora de competitividad la que ha permitido que España saliese de la crisis a través de las exportaciones y que se haya situado en niveles elevados de crecimiento económico. Para que esta recuperación se consolide hay que seguir insistiendo en el protagonismo que deben tener nuestras empresas en el sector exterior, tanto las que producen bienes como también las que prestan servicios.

Importancia del sector servicios

En este sentido no se debe olvidar que la mayor parte de nuestras empresas se ubican en el sector servicios. En España y desde 1970, el sector servicios español ha ido adquiriendo una importancia creciente y ha pasado de representar el 46% del PIB en 1970 al 74% en 2014. Esta terciarización de la economía es habitual en el proceso de desarrollo económico de la mayoría de los países.

Además, en el caso de España el proceso de terciarización ha venido de la mano de una profunda transformación tecnológica. Así, la mayor parte de la inversión española en el exterior no está en el sector manufacturero sino en los servicios no turísticos como son la banca, distribución, ingeniería, gestión de infraestructuras (aeropuertos, autopistas, etc.) de aguas y de basuras, distribución de la energía, tecnología de renovables, telecomunicaciones, etc. Y en estas actividades solo tienen futuro las empresas cuya producción esté dotada de un elevado componente tecnológico. La época de la competitividad basada en los precios bajos debería ser cosa del pasado y cambiar a la que se basa en la innovación.

En las exportaciones también se puede apreciar cómo los servicios no turísticos toman cada vez más fuerza en la economía española. Tradicionalmente el saldo de estas actividades en la balanza de pagos ha sido negativo, es decir, se importaban más servicios no turísticos de los que se exportaban. Sin embargo, desde el comienzo de esta crisis económica se ha consolidado una tendencia positiva en la que las exportaciones de actividades no turísticas de mayor contenido tecnológico han aumentado mucho más rápido que las importaciones. Esto ha permitido que España sea desde hace más de 6 años un exportador neto de servicios no turísticos lo que ha contribuido muy positivamente al crecimiento económico que ahora disfrutamos. Y es un indicador más de que la recuperación no es posible sin mejoras en la competitividad y aumentos en la intensidad tecnológica de la actividad económica española.

La necesaria reindustrialización

La evolución desde la agricultura y la industria hacia los servicios es una evolución histórica natural y un factor de progreso ya que está relacionada con el aumento de sectores relacionados con el estado del bienestar (sanidad, educación, comunicaciones, ocio, restauración, turismo, etc.). Sin embargo muchos servicios dependen de la industria. Los servicios financieros y de seguros, los comerciales, los de transporte, los de consultoría, auditoría, ingeniería, diseño, investigación, etc. dependen de la industria y en menor medida, de la agricultura y la construcción. Muchos servicios no se desarrollarían en ningún país, si no existiese una base industrial fuerte.

La experiencia histórica de las economías más avanzadas y también de las economías asiáticas muestra que para alcanzar un nivel alto de desarrollo es preciso establecer una base industrial interna amplia y robusta. Es más: no se conoce ningún país desarrollado, de tamaño grande, que no sea industrializado. El G-8, es el grupo de países más importantes y más industrializados del Mundo. Por eso la industria se percibe como una señal de desarrollo, empleo, productividad y fortaleza. Por tanto, aunque el sector servicios español es muy competitivo, y debe seguir siéndolo, pero no se debe olvidar la necesaria apuesta por la reindustrialización de España.

Los datos publicados en septiembre de 2015 por el INE muestran que el sector industrial español está creciendo a ritmos anuales del 5,2% el mayor ritmo en 15 años. Este buen comportamiento de los sectores industriales se apoya sobre todo en la mayor producción de bienes de consumo duradero (+3,8%) pero sobre todo de bienes de equipo (+10,2%). Por tanto, el IPI señala que tanto las familias, a través del aumento del consumo, como las empresas están mejorando su situación económica. Que los bienes de consumo duradero crezcan, y lo hagan a buen ritmo, es relevante porque se trata de un sector que se suele mover en la misma dirección que el ciclo económico: cuanto mejor es la situación de la economía, mayor es la demanda de bienes de consumo duradero. Además, también indican la confianza de los consumidores en las buenas expectativas de la economía. Así, cuando las empresas y las familias prevén una situación económica más halagüeña deciden comprar electrodomésticos, productos informáticos, automóviles y muebles (todos ellos bienes de consumo duradero) para remplazar los antiguos por otros más modernos.

Aumentan las expectativas empresariales

El incremento espectacular de la producción de bienes de bienes de equipo muestra una mejora de las expectativas empresariales. Por tanto, si aumenta la producción y, tal como está sucediendo, la instalación de bienes de equipo, también estará aumentando el crecimiento económico. Efectivamente, la inversión en bienes de equipo es un factor clave del aumento de la capacidad productiva de una economía y una señal de que los empresarios tienen buenas perspectivas de que el crecimiento económico continuará.

En este sentido los datos de Markit del Índice de Gestión de Compras (PMI por sus siglas en inglés) muestran que la producción industrial en el mes de agosto de 2015 alcanzó el nivel 53,2 un poco por debajo del 53,6 de julio. Sin embargo, al ser un valor por encima del 50 continúa el aumento del sector industrial español que está creciendo incluso más que el resto de nuestros socios europeos. El mismo indicador para la zona del euro se situaba en el 52,3.

Esta buena marcha económica de España seguirá su rumbo si los cambios políticos que se están produciendo y seguirán produciéndose en el futuro aseguran un marco de estabilidad a las empresas, también a las de capital extranjero. Y al igual que ha sucedido en otros países (Alemania, Gran Bretaña, etc.), a medida que vaya pasando el tiempo, las políticas económicas ortodoxas acabarán dando buenos resultados en términos de bienestar. Una recuperación económica y del empleo que cada vez más está siendo percibida por un mayor número de ciudadanos nacionales y extranjeros.

Precisamente el último Barómetro del Instituto Elcano muestra que la imagen que de España se tiene en el exterior mejora. En esta ocasión se preguntó a ciudadanos de Alemania, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, México, Brasil, Corea del Sur, Indonesia, Marruecos y Argelia cuál es la imagen que tienen de nuestro país. España recibió una puntuación media de 7, continuando así la tendencia positiva que se sigue desde el año 2012. Los entrevistados alemanes y británicos consideran que España es ahora más fiable de lo que era hace dos años. Finalmente, para los encuestados las expectativas sobre nuestra evolución económica son muy positivas y la mitad de los encuestados cree que la economía española irá todavía mejor de lo que está yendo ahora.

El aumento de las exportaciones

La última información económica conocida antes de entregar este artículo al editor viene a confirmar que España sigue en esa buena dirección. Así, entre enero y junio de 2015 las exportaciones españolas de bienes y servicios han batido un nuevo récord alcanzando los 174.000 millones de euros, el valor más alto en un primer semestre del año desde que comenzó la serie histórica en 1971. La consecuencia ha sido un importante superávit de la balanza de bienes y servicios del 11%, hasta los 11.400 millones de euros en los seis primeros meses del año.

La tendencia positiva de las exportaciones españolas se está produciendo incluso a pesar de que la economía mundial está frenando su ritmo de expansión. Efectivamente el reciente informe del Banco Mundial rebaja la previsión de crecimiento mundial para este año 2015 en dos décimas, hasta el 2,8% y señala que es posible que no vuelva a alcanzar el nivel de crecimiento económico que había antes de la crisis (es decir, que se produzca un estancamiento secular). El motivo de la revisión a la baja es el menor crecimiento de Estados Unidos y de los países emergentes que han estado impulsando la economía mundial durante los últimos años y que ahora parece que comienzan a atravesar dificultades. En este contexto de ralentización económica internacional los buenos resultados de las exportaciones españolas tienen mayor relevancia.

¿Por qué mejoran las exportaciones españolas? Varias pueden ser las razones, entre otras, porque:

1) Hay más empresas que exportan regularmente. En el año 2010 había 109.000 empresas españolas se dedicaban a la venta de bienes en el extranjero. Cuatro años más tarde, en el año 2014, eran un 35% más: 147.700 empresas; de las cuales 45.842 son exportadoras regulares, es decir, han exportado todos los años desde hace cuatro. La crisis y la caída de la demanda interna han provocado un crecimiento de la internacionalización.

2) Mejora la calidad de la oferta exportadora que nos permite vender cada vez más en un mundo global muy competitivo: mientras nuestras exportaciones de bienes y servicios crecen al 6% la Organización Mundial del Comercio espera que el comercio mundial crezca, en 2015, un 3,3%. Muchas empresas españolas saben que sus oportunidades de crecimiento, de facturar más, están hoy ahí fuera y que solo con un elevado nivel de calidad podrán vender y competir en el exterior.

3) Por el mayor dinamismo de nuestras ventas fuera de la Unión Europea (UE) y también en la UE. Entre enero y junio de este año, y respecto al mismo periodo del año pasado, las exportaciones a Colombia un 19%, a México un 14%, a América del Norte un 11,6%, a Perú un 9%, a China un 6% y a Argentina e India un 5%. Además, también se han producido mayores ventas a la zona del euro. Así, frente a crecimiento global de la exportación de bienes del 5%, las exportaciones a la UE han crecido un 6,8%.

4) Por la devaluación interna provocada entre otros motivos por la reforma laboral. Se ha conseguido, así, flexibilizar el mercado laboral y conseguir una mayor eficiencia de recursos lo que ha permitido a las empresas reducir costes, mejorar su productividad y aumentar la contratación.

Perspectivas halagüeñas para la economía española

Además, el refuerzo de la internacionalización de la economía española ha venido para quedarse. Así lo señala también el indicador de perspectivas exportadoras del Ministerio de Economía ha llegado a su valor más alto desde antes de la crisis económica. Conviene recordar, una vez más, que las exportaciones de las empresas españolas han sido el principal factor que ha permitido la salida de la crisis y la rápida recuperación de la economía española. No obstante, la asignatura pendiente sigue siendo el elevado nivel de desempleo que sigue siendo muy alto.

En resumen, gracias al crecimiento económico las empresas españolas están reduciendo de forma sostenida su nivel de endeudamiento. Un crecimiento que viene impulsado también por las exportaciones. Desgraciadamente, parece que el mundo crece más lentamente y que, por tanto, nuestras empresas pueden tener más dificultades para poder vender en el exterior. Sin embargo, aunque este menor crecimiento mundial sea una amenaza para el crecimiento de las exportaciones es también una oportunidad para aumentar todavía más la competitividad de nuestros productos en los mercados internacionales, es decir, las empresas deben seguir invirtiendo en la formación de capital humano y en el desarrollo de nuevas tecnologías. El futuro de nuestras empresas y de nuestra economía está ahí: en seguir apostando por aumentar la cantidad y calidad de la oferta exportadora.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo “La reducción de la deuda y la apertura de la economía española.”. Economía Exterior. Otoño 2015, páginas 23 a 29. http://www.politicaexterior.com/economia-exterior/

25
Oct

La situación económica de España

Escrito el 25 octubre 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía española, Uncategorized

Últimamente se comenta en muchos foros la mejora  económicas experimentada  por España en los últimos años y lo que queda por hacerEconomia Española

Según diversas fuentes podemos ver que tras un sólido crecimiento esperado en el 2015 de un 3,2%, que dobla el de la zona euro del 1,5%, para el 2016 las previsiones son del 2,6% frente a 1,7% de los socios de la moneda única.  Es decir España seguirá creciendo más que sus países vecinos pero este será más moderado. Y eso ¿Por qué?

El Consumo sigue en España en datos negativos, un -0,4% previsto para el 2015 (el último dato de IPC de Sept 2015 es del -0,9%). Esto puede ser debido a un hecho objetivo como es la tasa de paro y de otro subjetivo como es  el aumento de la incertidumbre política ante el gobierno resultante de las elecciones generales de final de año

El déficit público está en un-4,4% del PIB, la deuda española ha visto incrementado su rating por las principales calificadoras internacionales, este mismo mes y el ejecutivo español asegura que cumplirá los objetivos marcados por Bruselas.

Cómo es lógico al mejorar la situación económica del país, se han reactivado las importaciones, volviendo la Balanza comercial a una situación de déficit, frente a unos meses anteriores en los que la situación fue superavitaria. El dato positivo es que la cuenta corriente es actualmente positiva, principalmente por el turismo y las remesas de emigrantes con lo que, el endeudamiento de España con el extranjero ha dejado de incrementarse

La crisis que afectó a todo el mundo en el 2009 fue financiera pero en el caso de España se llevó por delante un sector de arrastre como es el de la construcción: En España se pasó de 700.000 licencias en el 2007 a 70.000 en el 2011.  Es decir para que el país saliese de la crisis era y es fundamental la reactivación del sector de la vivienda

Se ha visto como los precios de la vivienda han disminuido en el país un 37% entre el primer trimestre del 2008 y el tercero del 2014 y a partir del último trimestre de este último los indicadores del precio de los inmuebles no han dejado de mejorar.

¿Por qué?

-Los bajos tipos de intereses han hecho que en el 2015 las hipotecas hayan incrementado un 15% respecto al año precedente

– El incremento de la demanda extranjera: Es de cerca de un 13% del total, principalmente de países latinoamericanos que han visto como el EUR se ha depreciado un 16% frente al USD desde Agosto 2014.

-Incremento del empleo: En el primer trimestre del 2015 114.300 empleos se crearon en España de los que 30.000 fueron en el sector de la construcción

Es decir con un previo de la vivienda estable y un stock en decrecimiento (pequeño pero a la baja) parece que la tendencia del sector en su conjunto es positivo

Parece ser que la situación de España es de un país que ha acometido reformas serias que le han permitido unas mejoras económicas palpables a nivel macro sobre lo que se seguirá hablando mucho en las próximas semana es sobre si esa mejora ha llegado a amplios sectores de la población

23
Oct

Como es sobradamente conocido, el principal foco de inestabilidad económica que compromete la tímida recuperación mundial se sitúa en los países emergentes. El reciente Informe de Estabilidad Financiera del Fondo Monetario Internacional  anunciaba una tibia mejora en las economías avanzadas desde abril, pero cargaba los riesgos sobre las vulnerabilidades de los mercados emergentes: caída en los precios de las materias primas, el fin de la burbuja china y la presión cambiaria. Todo ello íntimamente relacionado con el inminente cambio en la política monetaria estadounidense y el consiguiente ajuste sin precedentes en el sistema financiero global.

En las últimas semanas un creciente coro de voces viene fraguando el término “tercera ola” (también “trilogía”) en torno a la hipótesis de que el fin de ciclo en las emergentes no es uno más en su accidentada historia, sino que se trata de la tercera reencarnación de la crisis financiera internacional que viene acechándonos desde el 2007. Esta idea se recoge en uno de los últimos discursos del Economista Jefe del Banco de Inglaterra, Andrew Haldane: “Recent events form the latest leg of what might be called a three-part crisis trilogy. Part One of that trilogy was the “Anglo-Saxon” crisis of 2008/09. Part Two was the “Euro-Area” crisis of 2011/12. And we may now be entering the early stages of Part Three of the trilogy, the “Emerging Market” crisis of 2015 onwards.” Del mismo modo se posicionó hace unos días Goldman Sachs: “The financial crisis can be viewed as a number of separate but related waves. Wave 1; the US Wave started with the housing market collapse, spread into a broader credit crunch and ended with the Lehman collapse and the start of TARP and QE. Wave 2; the European Wave began with the exposure of banks to leveraged losses in the US and spread into a sovereign crisis, given the lack of a debt sharing mechanism across the Euro area. It ended with the OMT, promises to ‘do whatever it takes’, and finally the introduction of QE. Wave 3; the EM Wave coincided with the collapse in commodity prices.” Podemos encontrar exposiciones similares en los medios en los últimos días: “The world economy is bearing the brunt of a third deflationary wave in less than a decade. The first was the US-led housing and financial crisis of 2008-9, the second wave was the eurozone crisis of 2011-12, and now a third, an emerging markets crisis.”

¿Nos encontramos irremediablemente abocados a esa tercera ola? ¿Estamos preparados para ella?

12
Oct

Este año el Premio Nobel de Economía le ha sido otorgado a Angus Deaton por su trabajo en el análisis del consumo, la pobreza y el bienestar.

Este economista de origen británico ha contribuido a entender en mayor medida la demanda de los agentes económicos y cómo estos maximizan sus preferencias de consumo. Sobre este tema escribió en 1980 el artículo “An almost ideal demand system” junto con John Muellbauer, un trabajo revolucionario que está considerado uno de los veinte mejores artículos publicados por la American Economic Review en los últimos cien años. No en vano el sistema de demanda que plantea ha servido de base a los análisis más actuales de los efectos de las políticas económicas sobre el bienestar de los consumidores.

nobel de economía

Aumentar el bienestar y la felicidad y como reducir la pobreza.

Así, Deaton vincula el estudio de la Microeconomía y la Macroeconomía, un equilibrio difícil de alcanzar y que es motivo de preocupación fundamental en la toma de decisiones de política económica. En concreto, su trabajo se centra fundamentalmente en cómo las  reformas impositivas afectan a la asignación de recursos de los consumidores. O lo que es lo mismo, cómo se distribuye el ingreso de los agentes económicos entre gasto y ahorro. Si somos capaces de entender y predecir este comportamiento, también sabremos cómo influirán las decisiones fiscales sobre el ciclo económico. Algo de lo que seguro debería aprender más de un político en más de un gobierno. Desgraciadamente muchos políticos todavía no se han enterado de que las políticas deben ser anticíclicas.

Además, Deaton también ha contribuido ha cambiar el patrón de la investigación sobre desarrollo económico. Mientras que tradicionalmente se han analizado los datos agregados de consumo, el profesor de Princeton propone el estudio del consumo individual de las familias cómo indicador del nivel de desarrollo económico de un país. En este sentido, Deaton se ha pronunciado en varias ocasiones sobre los efectos de las principales medidas de política fiscal tomadas durante la crisis económica sobre el bienestar de los diferentes grupos sociales.

El problema surge cuando en la fase expansiva del ciclo la economía se endeuda o lo que es lo mismo no se ha sabido poner remedio con  antelación a lo crisis que vendrá después. Entonces, en la fase recesiva, por no haber aplicado medicina preventiva hay que aplicar la paliativa: mucho más dolorosa ya que reduce el bienestar de los ciudadanos.

Como demuestra Deaton en economía, como en otros muchos ámbitos, existe una serie de falsas ideas de gran aceptación entre los demagogos que se desmoronan en cuanto se realiza un análisis riguroso de sus fundamentos.

La medicina de la austeridad

Un ejemplo, es el manido argumento de que el origen de los problemas que soportan los ciudadanos en España y en otros muchos países se deben a las políticas de austeridad. Y la austeridad no es el origen del problema. La austeridad es la medicina que los españoles nos hemos tenido que tomar para reequilibrar la economía. Unos desequilibrios que se generaron en la anterior etapa socialista porque el gasto público y la demanda privada de consumo e inversión, provocaron un “recalentamiento” de la economía con subidas de precios superiores a las europeas. El resultado fue que perdimos competitividad a chorros y el endeudamiento aumentaba a ritmos insoportables.

Por tanto, los orígenes de la crisis, que se desencadenó en España a partir del año 2008, estuvieron, una vez más, en la fase álgida (expansiva) del ciclo económico que se produjo a finales de la década de los años noventa del siglo pasado. Los gobiernos de Aznar y Zapatero deberían haber aplicado una política más anticíclica. Pero no lo hicieron. En cambio implementaron políticas fiscales procíclicas ya que fueron incapaces de compensar el espectacular aumento de la demanda privada.

La austeridad se puso en marcha por necesidad y para poder reconducir los desequilibrios: déficit público, desempleo, deuda pública, déficit exterior, burbuja inmobiliaria, crisis bancaria, etc. Sin embargo, la medicina de la austeridad no sale gratis tiene efectos secundarios como ha dicho Angus Deaton. Las políticas restrictivas necesarias para restablecer los desequilibrios reducen los ingresos de las familias, recortan los beneficios de las empresas y se destruyen todavía más empleos. El resultado fue que en el primer trimestre de 2013 España soportaba la tasa de paro más alta de su historia el 27% de la Población Activa (6´3 millones de personas).

La salida del túnel

Que la austeridad trae sufrimiento es, por desgracia, cierto. Sin embargo, los resultados de la investigación de Deaton nos ayudan a entender que al final del túnel hay luz. Efectivamente, los programas de austeridad han permitido que la economía española haya vuelto poco a poco a la normalidad, con un nivel de vida más alto que el que tuvo durante la crisis y una tasa de paro es más baja (22,4%). Una mejora que acabará dando un poco de esperanza y de consuelo en expresión de Deaton.

Las medidas de austeridad han permitido que en los cuatro últimos años las exportaciones españolas hayan ganado diez puntos de participación en el PIB. Un impresionante aumento de la apertura de nuestra economía que es una consecuencia del proceso de devaluación interna que está dirigiendo a España por el camino de la recuperación económica.

Además, esta mejora en las exportaciones españolas de bienes y servicios refleja un aumento de la competitividad de nuestra economía y una reducción de nuestro déficit con el exterior, lo que está favoreciendo la distensión en los mercados de deuda.

En resumen, tal como venimos señalando en este blog desde hace tiempo la economía española está siguiendo la hoja de ruta que siempre ha seguido para salir de las crisis: como consecuencia de las mejoras de la productividad y competitividad las exportaciones de bienes y servicios crecen rápidamente (lo están haciendo al 7%) y se va recuperando la inversión (crece la producción y la demanda de bienes de equipo).

Ello se debe a que producir para exportar va exigiendo cada vez más una mayor ocupación de la capacidad productiva instalada que al final genera, en algunos sectores, un proceso de inversión en bienes de equipo. Después, del aumento de la inversión, mejora el empleo, es decir, las empresas, con unas plantillas muy ajustadas, empiezan a contratar y, finalmente, esa mejora del empleo (850.00 trabajadores más en los dos últimos años) y de las expectativas han dado paso a una reactivación del consumo.

Sobre la evolución del bienestar en los próximos años, el último premio Nobel de Economía se muestra optimista y considera que la situación económica está mejorando aunque todavía quedan muchas cosas por hacer. En muchos países, hay asignaturas pendientes como es reducir las desigualdades sociales y la concentración de riqueza en un porcentaje pequeño de la población. Hay en muchos países una necesidad de mejoras sociales como por ejemplo la sanidad en la que hace bien en hacer hincapié el recién nombrado Nóbel de Economía.

En su último trabajo (The Great Escape: Health, Wealth, and the Origins of Inequality, 2013) Deaton analiza los importantes efectos positivos de las innovaciones en materia de sanidad sobre el desarrollo económico y la reducción de la pobreza en los últimos 250 años. Así mismo critica el papel de la ayuda internacional en el desarrollo económico y considera que es más efectivo generar incentivos fiscales y comerciales para las empresas sanitarias.

En este post colaboró Cristina Mª de Haro (es estudiante de doctorado en University of California, Irvine).

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