Archivo de la Categoría ‘Unión Europea’

17
Jul
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    [post_content] => Los datos publicados el viernes de esta semana sobre la economía española confirman que la actividad económica se desacelera. Así, el INE informó de que las ventas del sector servicios de abril y mayo cayeron en tasa mensual (-0,1% y -0,2% respectivamente, si se eliminan los efectos estacionales y de calendario). La industria, por su parte, siguió en el progresivo deterioro que se inició a finales del año pasado; así, la variación anual del Índice General de Cifras de Negocios en la Industria fue en mayo de este año del –4%, hay que retroceder casi tres años para encontrar una caída mayor. Con estos datos y el resto de la información disponible parece que la economía española mantuvo en el segundo trimestre un crecimiento menor que en el primero.

También se ha publicado esta semana el Índice de Confianza Empresarial elaborado por el INE y los datos de deuda pública. En cuanto a la confianza, en este tercer trimestre del año, el 20,3% de los establecimientos empresariales se muestran positivos sobre la marcha de su negocio, mientras que el 21,4% prevé un trimestre desfavorable. Por tanto el balance de expectativas (diferencia entre los porcentajes de empresarios optimistas y pesimistas) se pone en negativo (–1,1 puntos) en el tercer trimestre, frente al saldo positivo del segundo (+1,9). Por lo que se refiere a la deuda pública subió en mayo tras el descenso de abril y vuelve a rozar el 100% del PIB.

Afortunadamente, las exportaciones de bienes y servicios siguen aumentando y compensan el menor crecimiento de la demanda interna. Algo que viene sucediendo desde el inicio de la crisis, en 2008. Esto llevó a nuestras empresas a salir al exterior mediante el fortalecimiento de las exportaciones y de la inversión directa en el extranjero. Esta estrategia generó un importante incremento de nuestras ventas en otros países, lo cual ha sido vital para la continua y ardua recuperación que ha vivido la economía española en los últimos años.

Así, las exportaciones de bienes y servicios en España han ido ganando peso, pasando de representar el 22% de todo lo que se produjo (PIB) en 2009 al 33% en 2015. Esto se explica por el aumento en el número de empresas que exportan desde España, y también por la búsqueda y hallazgo de nuevos mercados que no pertenecen a la zona del euro, como es el caso de EEUU. 

La importancia del TTIP

Precisamente, esta semana estuvo de visita en España el presidente de EEUU, Barack Obama, con el fin de reforzar los lazos tanto políticos como económicos entre ambos países. Afortunadamente, la relación comercial se ha venido fortaleciendo en los últimos años, dando lugar a un incremento significativo de las exportaciones entre las dos naciones, hasta el punto de que, para España, EEUU se ha constituido en el segundo socio más importante después de la Unión Europea (UE).

banderas eeeuu y ue

En este sentido, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP por sus siglas en inglés), que se lleva negociando desde hace tres años, se podría convertir en una oportunidad más, tanto para España como para el conjunto de la UE de aumentar las exportaciones hacia el Norte de América.

Un Tratado que beneficiará a la economía española, no sólo por la reducción de los procedimientos y trámites para poder exportar, sino también por la facilidad para invertir al otro lado del Atlántico.

De aprobarse, reportaría mayor crecimiento y empleo a todos los firmantes. Según la Comisión Europea, la puesta en marcha del Tratado podría generar 335.000 nuevos puestos de trabajo en Europa en los primeros cinco años. Sin embargo, todavía existen trabas para su firma. Por el lado europeo, porque parte de la ciudadanía, contagiada por los movimientos populistas, lo ve como algo negativo. Por el lado americano, debido a las dificultades que reviste el reducir las regulaciones del sector de la salud (en contraparte están los productos alimenticios) o la legislación Buy American, que favorece la adjudicación de contratos a empresas de EEUU.

No se debe olvidar que los Tratados de Libre Comercio como el TTIP consiguen un mayor intercambio comercial entre los países ayudando a lidiar con diferentes imperfecciones del mercado. En ese sentido, contribuyen a reducir las restricciones sobre algunos productos; consiguen una mayor eficiencia en la asignación de los recursos; eliminan los aranceles, para que los productos sean más competitivos; y ensanchan los mercados manteniendo el andamiaje industrial en altos niveles de producción.

En el Consenso Económico del segundo trimestre, que acaba de publicar la consultora PWC, se preguntó a 355 ejecutivos de empresa y expertos económicos sobre los tratados de libre comercio. La mayoría de los consultados manifestó estar de acuerdo con el libre comercio, afirmación que sustentan en el mayor bienestar y calidad de vida que genera en el pueblo español. A su vez, los resultados de la encuesta muestran que estos tratados deben estar enfocados a la reducción de aranceles, al comercio de servicios, a la resolución de conflictos y a la formulación de normas transparentes en los intercambios comerciales.

Uno de los ejemplos más destacados de libre comercio, y que nos atañe de forma directa, lo constituye la UE la cual demuestra cómo entre países vecinos y cercanos se pueden transferir productos y servicios sin aranceles, ni otro tipo de barreras, logrando que las empresas amplíen sus mercados a la vez que se tornan más competitivas. No es casualidad que en esta nueva etapa de la historia económica de Gran Bretaña uno de los objetivos fundamentales de su nuevo gobierno sea mantener el libre comercio con la UE.

Desaceleración y aumento de la deuda pública

En definitiva, a mediados de este año, se está produciendo una pérdida de impulso en el crecimiento económico de España que desgraciadamente, si no se le pone remedio, podría continuar el resto del año. Y eso a pesar de los bajos precios del petróleo, que están volviendo a disminuir, de la política monetaria relajada del Banco Central Europeo y del tono de la política fiscal que debería ser más disciplinada. No se puede olvidar que el incumplimiento de los objetivos de déficit público puede generar un incremento de la deuda pública que podría resultar insostenible.

Así, la deuda del conjunto de las administraciones públicas subió en mayo en 9.932 millones de euros y se situó en 1,088 billones de euros, nuevo máximo histórico, por lo que vuelve a rozar el 100% del PIB (99,94%), según los últimos datos del Banco de España.

En este sentido, se debe de poner coto al gasto público y aumentar los ingresos fiscales para no originar otra crisis económica.

La necesidad de un gobierno estable

Esta necesidad de una política fiscal más ortodoxa y los datos de coyuntura que vienen apareciendo en los últimos meses señalan la conveniencia de aplicar reformas de fondo, que permitan impulsar el crecimiento económico y cambiar la estructura económica de España.

Para ello, España necesita, cuanto antes, un gobierno estable que dé confianza a los inversores nacionales y extranjeros y que aplique medidas que equilibren las cuentas públicas y aumenten la apertura al exterior de nuestra economía, el nivel industrial, el tamaño de las empresas, el gasto en I+D (que genere una mayor innovación y productividad) y la sostenibilidad del sistema de pensiones.

A la espera de ese gobierno, los empresarios y los consumidores podrían estar retrasando sus decisiones económicas, y la espera política se convierte en una de índole económica: una parálisis que no es saludable. Tampoco conviene que las negociaciones de los tratados comerciales internacionales se queden dormidas. Estos tratados son una vía muy importante de oxígeno para la economía mundial y para la española en particular. 

Fuente: Rafael Pampillón. “El motor del libre comercio”. Expansión (página 51). 16 de julio de 2016.
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También se ha publicado esta semana el Índice de Confianza Empresarial elaborado por el INE y los datos de deuda pública. En cuanto a la confianza, en este tercer trimestre del año, el 20,3% de los establecimientos empresariales se muestran positivos sobre la marcha de su negocio, mientras que el 21,4% prevé un trimestre desfavorable. Por tanto el balance de expectativas (diferencia entre los porcentajes de empresarios optimistas y pesimistas) se pone en negativo (–1,1 puntos) en el tercer trimestre, frente al saldo positivo del segundo (+1,9). Por lo que se refiere a la deuda pública subió en mayo tras el descenso de abril y vuelve a rozar el 100% del PIB.

Afortunadamente, las exportaciones de bienes y servicios siguen aumentando y compensan el menor crecimiento de la demanda interna. Algo que viene sucediendo desde el inicio de la crisis, en 2008. Esto llevó a nuestras empresas a salir al exterior mediante el fortalecimiento de las exportaciones y de la inversión directa en el extranjero. Esta estrategia generó un importante incremento de nuestras ventas en otros países, lo cual ha sido vital para la continua y ardua recuperación que ha vivido la economía española en los últimos años.

Así, las exportaciones de bienes y servicios en España han ido ganando peso, pasando de representar el 22% de todo lo que se produjo (PIB) en 2009 al 33% en 2015. Esto se explica por el aumento en el número de empresas que exportan desde España, y también por la búsqueda y hallazgo de nuevos mercados que no pertenecen a la zona del euro, como es el caso de EEUU. 

La importancia del TTIP

Precisamente, esta semana estuvo de visita en España el presidente de EEUU, Barack Obama, con el fin de reforzar los lazos tanto políticos como económicos entre ambos países. Afortunadamente, la relación comercial se ha venido fortaleciendo en los últimos años, dando lugar a un incremento significativo de las exportaciones entre las dos naciones, hasta el punto de que, para España, EEUU se ha constituido en el segundo socio más importante después de la Unión Europea (UE).

banderas eeeuu y ue

En este sentido, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP por sus siglas en inglés), que se lleva negociando desde hace tres años, se podría convertir en una oportunidad más, tanto para España como para el conjunto de la UE de aumentar las exportaciones hacia el Norte de América.

Un Tratado que beneficiará a la economía española, no sólo por la reducción de los procedimientos y trámites para poder exportar, sino también por la facilidad para invertir al otro lado del Atlántico.

De aprobarse, reportaría mayor crecimiento y empleo a todos los firmantes. Según la Comisión Europea, la puesta en marcha del Tratado podría generar 335.000 nuevos puestos de trabajo en Europa en los primeros cinco años. Sin embargo, todavía existen trabas para su firma. Por el lado europeo, porque parte de la ciudadanía, contagiada por los movimientos populistas, lo ve como algo negativo. Por el lado americano, debido a las dificultades que reviste el reducir las regulaciones del sector de la salud (en contraparte están los productos alimenticios) o la legislación Buy American, que favorece la adjudicación de contratos a empresas de EEUU.

No se debe olvidar que los Tratados de Libre Comercio como el TTIP consiguen un mayor intercambio comercial entre los países ayudando a lidiar con diferentes imperfecciones del mercado. En ese sentido, contribuyen a reducir las restricciones sobre algunos productos; consiguen una mayor eficiencia en la asignación de los recursos; eliminan los aranceles, para que los productos sean más competitivos; y ensanchan los mercados manteniendo el andamiaje industrial en altos niveles de producción.

En el Consenso Económico del segundo trimestre, que acaba de publicar la consultora PWC, se preguntó a 355 ejecutivos de empresa y expertos económicos sobre los tratados de libre comercio. La mayoría de los consultados manifestó estar de acuerdo con el libre comercio, afirmación que sustentan en el mayor bienestar y calidad de vida que genera en el pueblo español. A su vez, los resultados de la encuesta muestran que estos tratados deben estar enfocados a la reducción de aranceles, al comercio de servicios, a la resolución de conflictos y a la formulación de normas transparentes en los intercambios comerciales.

Uno de los ejemplos más destacados de libre comercio, y que nos atañe de forma directa, lo constituye la UE la cual demuestra cómo entre países vecinos y cercanos se pueden transferir productos y servicios sin aranceles, ni otro tipo de barreras, logrando que las empresas amplíen sus mercados a la vez que se tornan más competitivas. No es casualidad que en esta nueva etapa de la historia económica de Gran Bretaña uno de los objetivos fundamentales de su nuevo gobierno sea mantener el libre comercio con la UE.

Desaceleración y aumento de la deuda pública

En definitiva, a mediados de este año, se está produciendo una pérdida de impulso en el crecimiento económico de España que desgraciadamente, si no se le pone remedio, podría continuar el resto del año. Y eso a pesar de los bajos precios del petróleo, que están volviendo a disminuir, de la política monetaria relajada del Banco Central Europeo y del tono de la política fiscal que debería ser más disciplinada. No se puede olvidar que el incumplimiento de los objetivos de déficit público puede generar un incremento de la deuda pública que podría resultar insostenible.

Así, la deuda del conjunto de las administraciones públicas subió en mayo en 9.932 millones de euros y se situó en 1,088 billones de euros, nuevo máximo histórico, por lo que vuelve a rozar el 100% del PIB (99,94%), según los últimos datos del Banco de España.

En este sentido, se debe de poner coto al gasto público y aumentar los ingresos fiscales para no originar otra crisis económica.

La necesidad de un gobierno estable

Esta necesidad de una política fiscal más ortodoxa y los datos de coyuntura que vienen apareciendo en los últimos meses señalan la conveniencia de aplicar reformas de fondo, que permitan impulsar el crecimiento económico y cambiar la estructura económica de España.

Para ello, España necesita, cuanto antes, un gobierno estable que dé confianza a los inversores nacionales y extranjeros y que aplique medidas que equilibren las cuentas públicas y aumenten la apertura al exterior de nuestra economía, el nivel industrial, el tamaño de las empresas, el gasto en I+D (que genere una mayor innovación y productividad) y la sostenibilidad del sistema de pensiones.

A la espera de ese gobierno, los empresarios y los consumidores podrían estar retrasando sus decisiones económicas, y la espera política se convierte en una de índole económica: una parálisis que no es saludable. Tampoco conviene que las negociaciones de los tratados comerciales internacionales se queden dormidas. Estos tratados son una vía muy importante de oxígeno para la economía mundial y para la española en particular. 

Fuente: Rafael Pampillón. “El motor del libre comercio”. Expansión (página 51). 16 de julio de 2016.

26
Jun

Brexit, nacionalismos y antisistemas.

Escrito el 26 junio 2016 por Jose Maria O´kean Alonso en Economía Global, Unión Europea

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    [post_content] => La esencia del denominado “sistema” es el comercio, el mercado, competir. El mercado tiene conocidos fallos que recoge cualquier libro de Economía, pero es el mejor sistema de asignación de recursos, el que hace que nos esforcemos más, el que incorpora con más acierto los avances tecnológicos, el sistema que mejor permite a los países crecer y alcanzar mayores cotas de bienestar. Es cierto que el Estado tiene que velar por la competencia en los mercados. También es cierto que, en la mayoría de los países occidentales, por la voluntad de sus ciudadanos,  se le pide al Estado que dote de más recursos a la sanidad, la educación, la protección de los mayores y las personas necesitadas. Pero el comercio es la esencia del sistema y hasta ahora todos los países occidentales habían perseguido integrarse en áreas comerciales mayores, con menos aranceles y menos costes de transacción, que ofrecieran más oportunidades para el progreso de las naciones. Y sin embrago, de repente, el Brexit ha abortado este camino y nos ha mostrado una realidad diferente.

El Reino Unido, o quizás Inglaterra sin Londres, y Gales, han renunciado al mayor mercado del mundo, al espacio económico con la población con mayor poder adquisitivo y a alejarse a la integración de países con sistemas democráticos y de bienestar social más consolidados.

Sin duda, el impacto del Brexit va a depender del proceso de negociación entre el Reino Unido y la Unión Europea, pero es evidente que el sector exterior de la economía británica y de los países que comercian con ella se va a resentir. La economía real tendrá que esperar a esta negociación para saber el impacto de esta medida. El comercio de bienes y servicios se resentirá. El turismo se resentirá. Las rentas y transferencias realizadas entre los residentes de ambos bloques comerciales disminuirán y el movimiento de las personas no va a ser el mismo.

Pero esto ocurrirá a medio plazo, después de la negociación. Mientras las expectativas han cambiado y el Consumo y la Inversión moderarán la Demanda Interna. Y aún a más corto plazo, la economía financiera ha reaccionado buscando activos más rentables, monedas menos inciertas y modificando las expectativas sobre los beneficios futuros de aquellas empresas con fuertes intereses en el espacio británico. Y en el fondo del escenario: el futuro de la city; la plaza financiera con la que Europa competía en los mercados mundiales a la que habrá que buscar una institución financiera sustituta.

Las primeras reacciones ante el proceso de desacoplamiento nos han llevado a todos a buscar el símil del divorcio de una pareja. Simplificando mucho, hay tres tipos de divorcios: el divorcio reflexivo, el divorcio vengativo y el divorcio cínico.

La primera tipología parece que es la deseada por Alemania. Esperar, pensar las cosas y buscar establecer una relación que perjudique a las partes lo menos posible. Francia y las Instituciones Comunitarias parece que afrontan un divorcio vengativo, poniendo las maletas de la pareja en la puerta y pensando que en el fondo es una liberación dejar de convivir con alguien que casi nos ha hecho la vida imposible. Y, según parece, UK va a seguir el comportamiento propio del divorcio cínico: “me voy pero quiero que todo siga igual; retraso mi salida, retraso la negociación y el posible acuerdo y mientras hago lo que quiera”. Tendremos que estar atentos si lo reflexivo de unos permite el cinismo de otros o la venganza y el aviso a navegantes se impone en la negociación.

Sin embargo, deberíamos plantearnos si, quizás, este proceso del Brexit, lejos de ser un fenómeno aislado y anecdótico sea un indicio más de una tendencia que empieza a vislumbrase, ante la proliferación de partidos nacionalistas y xenófobos, de un lado, y los grupos antisistemas de otro. Quizás lo que estamos viviendo es una reacción de los países occidentales al comercio. Una manera de protegerse que pide la parte de la población que piensa que no puede competir en la economía global actual.

Indudablemente la economía global precrisis, ha originado la emergencia de países que han conseguido un nivel de bienestar superior y lo han hecho con esfuerzo y compitiendo, pero ha dejado en evidencia a una buena parte de la industria manufacturera de los países occidentales y originado una tasa de paro elevada en muchos de estos países. La crisis financiera ha acelerado esta tendencia y ha aumentado la desigualdad entre aquellos que se han adaptado a las nuevas reglas de juego, dominadas principalmente por el cambio tecnológico, y muchos otros que no han podido o no han hecho el esfuerzo suficiente. Ahora vemos que la manera de reaccionar a esta situación, por buena parte de la población de estos países afectados, ha sido buscar la protección y negarse a competir, cerrando las fronteras como piden los nacionalistas o buscando el paraguas protector del Estado y cuestionando el comercio como hacen los movimiento antisistemas. En el fondo ambos movimientos afrontan la misma evidencia: un mundo más global, más competitivo y más exigente; y lo hacen de la misma manera, huyendo del reto, buscando una economía más cercana y pequeña que se pueda controlar con más facilidad y esté menos expuesta a la incertidumbre global. Un camino contrario al que nos ha llevado hasta aquí y que cada vez que se ha emprendido en la historia económica nos ha llevado a enfrentamientos y pobreza. Ideológicamente, nacionalismos y antisistemas parecen diferenten y opuestos, pero en el fondo persiguen lo mismo: defenderse, protegerse, rendirse ante los retos del futuro. Y las naciones rendidas ven el futuro con temor.
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El Reino Unido, o quizás Inglaterra sin Londres, y Gales, han renunciado al mayor mercado del mundo, al espacio económico con la población con mayor poder adquisitivo y a alejarse a la integración de países con sistemas democráticos y de bienestar social más consolidados.

Sin duda, el impacto del Brexit va a depender del proceso de negociación entre el Reino Unido y la Unión Europea, pero es evidente que el sector exterior de la economía británica y de los países que comercian con ella se va a resentir. La economía real tendrá que esperar a esta negociación para saber el impacto de esta medida. El comercio de bienes y servicios se resentirá. El turismo se resentirá. Las rentas y transferencias realizadas entre los residentes de ambos bloques comerciales disminuirán y el movimiento de las personas no va a ser el mismo.

Pero esto ocurrirá a medio plazo, después de la negociación. Mientras las expectativas han cambiado y el Consumo y la Inversión moderarán la Demanda Interna. Y aún a más corto plazo, la economía financiera ha reaccionado buscando activos más rentables, monedas menos inciertas y modificando las expectativas sobre los beneficios futuros de aquellas empresas con fuertes intereses en el espacio británico. Y en el fondo del escenario: el futuro de la city; la plaza financiera con la que Europa competía en los mercados mundiales a la que habrá que buscar una institución financiera sustituta.

Las primeras reacciones ante el proceso de desacoplamiento nos han llevado a todos a buscar el símil del divorcio de una pareja. Simplificando mucho, hay tres tipos de divorcios: el divorcio reflexivo, el divorcio vengativo y el divorcio cínico.

La primera tipología parece que es la deseada por Alemania. Esperar, pensar las cosas y buscar establecer una relación que perjudique a las partes lo menos posible. Francia y las Instituciones Comunitarias parece que afrontan un divorcio vengativo, poniendo las maletas de la pareja en la puerta y pensando que en el fondo es una liberación dejar de convivir con alguien que casi nos ha hecho la vida imposible. Y, según parece, UK va a seguir el comportamiento propio del divorcio cínico: “me voy pero quiero que todo siga igual; retraso mi salida, retraso la negociación y el posible acuerdo y mientras hago lo que quiera”. Tendremos que estar atentos si lo reflexivo de unos permite el cinismo de otros o la venganza y el aviso a navegantes se impone en la negociación.

Sin embargo, deberíamos plantearnos si, quizás, este proceso del Brexit, lejos de ser un fenómeno aislado y anecdótico sea un indicio más de una tendencia que empieza a vislumbrase, ante la proliferación de partidos nacionalistas y xenófobos, de un lado, y los grupos antisistemas de otro. Quizás lo que estamos viviendo es una reacción de los países occidentales al comercio. Una manera de protegerse que pide la parte de la población que piensa que no puede competir en la economía global actual.

Indudablemente la economía global precrisis, ha originado la emergencia de países que han conseguido un nivel de bienestar superior y lo han hecho con esfuerzo y compitiendo, pero ha dejado en evidencia a una buena parte de la industria manufacturera de los países occidentales y originado una tasa de paro elevada en muchos de estos países. La crisis financiera ha acelerado esta tendencia y ha aumentado la desigualdad entre aquellos que se han adaptado a las nuevas reglas de juego, dominadas principalmente por el cambio tecnológico, y muchos otros que no han podido o no han hecho el esfuerzo suficiente. Ahora vemos que la manera de reaccionar a esta situación, por buena parte de la población de estos países afectados, ha sido buscar la protección y negarse a competir, cerrando las fronteras como piden los nacionalistas o buscando el paraguas protector del Estado y cuestionando el comercio como hacen los movimiento antisistemas. En el fondo ambos movimientos afrontan la misma evidencia: un mundo más global, más competitivo y más exigente; y lo hacen de la misma manera, huyendo del reto, buscando una economía más cercana y pequeña que se pueda controlar con más facilidad y esté menos expuesta a la incertidumbre global. Un camino contrario al que nos ha llevado hasta aquí y que cada vez que se ha emprendido en la historia económica nos ha llevado a enfrentamientos y pobreza. Ideológicamente, nacionalismos y antisistemas parecen diferenten y opuestos, pero en el fondo persiguen lo mismo: defenderse, protegerse, rendirse ante los retos del futuro. Y las naciones rendidas ven el futuro con temor.

27
Nov
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    [post_content] => La pasada semana el portal VoxEU.org, del Centre for Economic Policy Research (CEPR), publicó el consenso alcanzado por un grupo de destacados economistas en cuanto a la “narrativa” de la reciente crisis del euro. La idea fuerza tras este consenso es sencilla: “es imposible acordar los pasos a dar sin un acuerdo sobre lo que fue mal.”

No hay grandes sorpresas en el informe; buena parte de lo que allí se recoge es sobradamente conocido y ya ha sido tratado en diferentes ocasiones en este blog (1, 2, 3, 4, 5). Quizás destacar como su mensaje principal el que la explosión de la deuda soberana europea fue un síntoma, más que una causa de la crisis. Prueba de ello, dice el informe, es que, aparte de Grecia, los países rescatados no eran los que tenían antes de la crisis los mayores ratios de deuda sobre PIB, como Irlanda y España, por debajo del 40%. Por el contrario, Bélgica o Italia, por encima del 100%, capearon el temporal. Concluye el análisis que el culpable real de la crisis fueron los importantes flujos de capitales intra-Eurozona durante la década previa, y que alcanzaron a países con déficits por cuenta corriente (como España). Ningún país con superávit sufrió aquel embate, cuya auténtica causa fue el repentino parón en los préstamos transfronterizos, derivado de las dudas sobre la viabilidad de bancos y gobiernos, y expresado en el contexto de una unión monetaria imperfecta a través de los incrementos de las primas de riesgo. La caída en el crecimiento elevó los déficits y los ratios de deuda, alimentada además por la asunción pública de parte de la deuda bancaria.

En conclusión, el consenso de estos economistas es que una crisis de balanza de pagos se convirtió en una crisis de deuda pública. La falta de infraestructuras y respuestas institucionales adecuadas, las rigideces estructurales, y los fuertes vínculos entre gobiernos y bancos europeos amplificaron y extendieron la crisis. El foco de las políticas en el síntoma en lugar de en la causa, llevó a fijar la “solución” en el control de la deuda pública y en la austeridad fiscal, condicionando la trayectoria y profundidad de la crisis. La apertura del “grifo” por parte de Draghi cambió las expectativas de una ruptura de la unión monetaria y devolvió los costes de financiación al nivel pre-crisis, pero los desequilibrios que la originaron permanecen ocultos, paradójicamente bajo la abundancia de liquidez que la provocó.
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No hay grandes sorpresas en el informe; buena parte de lo que allí se recoge es sobradamente conocido y ya ha sido tratado en diferentes ocasiones en este blog (1, 2, 3, 4, 5). Quizás destacar como su mensaje principal el que la explosión de la deuda soberana europea fue un síntoma, más que una causa de la crisis. Prueba de ello, dice el informe, es que, aparte de Grecia, los países rescatados no eran los que tenían antes de la crisis los mayores ratios de deuda sobre PIB, como Irlanda y España, por debajo del 40%. Por el contrario, Bélgica o Italia, por encima del 100%, capearon el temporal. Concluye el análisis que el culpable real de la crisis fueron los importantes flujos de capitales intra-Eurozona durante la década previa, y que alcanzaron a países con déficits por cuenta corriente (como España). Ningún país con superávit sufrió aquel embate, cuya auténtica causa fue el repentino parón en los préstamos transfronterizos, derivado de las dudas sobre la viabilidad de bancos y gobiernos, y expresado en el contexto de una unión monetaria imperfecta a través de los incrementos de las primas de riesgo. La caída en el crecimiento elevó los déficits y los ratios de deuda, alimentada además por la asunción pública de parte de la deuda bancaria.

En conclusión, el consenso de estos economistas es que una crisis de balanza de pagos se convirtió en una crisis de deuda pública. La falta de infraestructuras y respuestas institucionales adecuadas, las rigideces estructurales, y los fuertes vínculos entre gobiernos y bancos europeos amplificaron y extendieron la crisis. El foco de las políticas en el síntoma en lugar de en la causa, llevó a fijar la “solución” en el control de la deuda pública y en la austeridad fiscal, condicionando la trayectoria y profundidad de la crisis. La apertura del “grifo” por parte de Draghi cambió las expectativas de una ruptura de la unión monetaria y devolvió los costes de financiación al nivel pre-crisis, pero los desequilibrios que la originaron permanecen ocultos, paradójicamente bajo la abundancia de liquidez que la provocó.

14
Nov

¿Cómo está Alemania?

Escrito el 14 noviembre 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en Unión Europea

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    [post_content] => Cuando hablamos de Alemania, pensamos en un gran país, con el cuarto PIB en tamaño del mundo (Sólo por detrás de EEUU, China y Japón) , el tercero con mayor volumen de exportación de bienes del mundo (Tras el gigante asiático y Norteamérica)  o uno de los pocos países cuyas cuentas públicas no tienen déficit sino superávit (+0,7% en el 2015).  A mí siempre me ha llamado la atención la tremenda evolución positiva que han tenido en 70 años , teniendo en cuenta que en 1945 estaba arrasado , hasta 1989 tenía su capital dividida por un muro y finalmente tuvo que integrar, en una situación única  en el mundo, 17 M de ciudadanos , que si bien hablaban el mismo idioma venían de una galaxia económica muy lejana.

La cuestión es que si en el 2015 a muchos países del mundo no les va excesivamente bien en el plano económico ¿le puede ir bien a otro con tantas vinculaciones con los mercados exteriores?

En los últimos días hemos dos datos no muy positivos de la economía alemana: Con datos de Septiembre del año en curso, la demanda  y la producción de bienes industriales ha decrecido por tercer mes consecutivo ¿Es esto algo puntual o no?

Por un lado se puede observar como los sectores más orientados al mercado doméstico, como la energía o la construcción han incrementado su producción intertrimestral mientras que todos los sectores exportadores orientados a mercados emergentes han decrecido en el Q3 en un 2,8%.  La principal razón para esta situación es la caída continuada de los mercados fuera de la eurozona.  Sectores fundamentales de la economía germana como el sector eléctrico, el farmacéutico o la automoción están sufriendo la caída de la demanda en las economías emergentes, señalando como éste último ha retrocedido un 19% frente a los datos del segundo trimestre del año en curso.

¿Qué puede suceder en los próximos meses?bradenburgertor

China supone el 9% de las exportaciones alemanas extracomunitarias.  El Banco Central alemán calcula que una reducción de la actividad en China del 3%puede reducir el PIB de su país de un 0,3% al año.

En el sector de la automoción se va a juntar una caída en la demanda de vehículos de lujo alemanes con un impacto todavía desconocido del escándalo Volkswagen

Es decir el 2016 será una interesante prueba para ver si Alemania mantiene su fortaleza en el escenario internacional, incrementando sus ventas a clientes tradicionales como EEUU o Reino Unido o si se ve afectado por la falta de demanda global.  Para el autor de estas líneas, aunque el sector de producción industrial no pueda mantener el dinamismo del 2014 , Alemania volverá a demostrar que puede mantener una senda de crecimiento
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Cuando hablamos de Alemania, pensamos en un gran país, con el cuarto PIB en tamaño del mundo (Sólo por detrás de EEUU, China y Japón) , el tercero con mayor volumen de exportación de bienes del mundo (Tras el gigante asiático y Norteamérica)  o uno de los pocos países cuyas cuentas públicas no tienen déficit sino superávit (+0,7% en el 2015).  A mí siempre me ha llamado la atención la tremenda evolución positiva que han tenido en 70 años , teniendo en cuenta que en 1945 estaba arrasado , hasta 1989 tenía su capital dividida por un muro y finalmente tuvo que integrar, en una situación única  en el mundo, 17 M de ciudadanos , que si bien hablaban el mismo idioma venían de una galaxia económica muy lejana.

La cuestión es que si en el 2015 a muchos países del mundo no les va excesivamente bien en el plano económico ¿le puede ir bien a otro con tantas vinculaciones con los mercados exteriores?

En los últimos días hemos dos datos no muy positivos de la economía alemana: Con datos de Septiembre del año en curso, la demanda  y la producción de bienes industriales ha decrecido por tercer mes consecutivo ¿Es esto algo puntual o no?

Por un lado se puede observar como los sectores más orientados al mercado doméstico, como la energía o la construcción han incrementado su producción intertrimestral mientras que todos los sectores exportadores orientados a mercados emergentes han decrecido en el Q3 en un 2,8%.  La principal razón para esta situación es la caída continuada de los mercados fuera de la eurozona.  Sectores fundamentales de la economía germana como el sector eléctrico, el farmacéutico o la automoción están sufriendo la caída de la demanda en las economías emergentes, señalando como éste último ha retrocedido un 19% frente a los datos del segundo trimestre del año en curso.

¿Qué puede suceder en los próximos meses?bradenburgertor

China supone el 9% de las exportaciones alemanas extracomunitarias.  El Banco Central alemán calcula que una reducción de la actividad en China del 3%puede reducir el PIB de su país de un 0,3% al año.

En el sector de la automoción se va a juntar una caída en la demanda de vehículos de lujo alemanes con un impacto todavía desconocido del escándalo Volkswagen

Es decir el 2016 será una interesante prueba para ver si Alemania mantiene su fortaleza en el escenario internacional, incrementando sus ventas a clientes tradicionales como EEUU o Reino Unido o si se ve afectado por la falta de demanda global.  Para el autor de estas líneas, aunque el sector de producción industrial no pueda mantener el dinamismo del 2014 , Alemania volverá a demostrar que puede mantener una senda de crecimiento

18
Jul

¿Qué es una Quita? El caso de Grecia

Escrito el 18 julio 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en Unión Europea

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    [post_content] => Todos hemos visto películas de mafiosos en las que la persona o firma que ha contraído una deuda ve como esta no deja de crecer debido a los altos tipos de interés que el prestamista pone sobre la misma. Sin embargo en el mundo real, no de celuloide, hay un mecanismo que trata de reducir la deuda contraída para lograr que el importe debido sea algo manejable por el deudor y no se convierta en una cantidad que no pase de generación en generación. Este mecanismo se denomina Quita (Loss en inglés, ya que es una pérdida definitiva para el acreedor).
¿Por qué una empresa suspende pagos? Normalmente, y si no se trata de un fraude, el pasivo a corto de la firma es mayor que el activo a corto de la misma. Esto quiere decir que tiene Fondo de Maniobra negativo. En primera instancia la empresa tratará de renegociar su deuda a corto plazo con sus acreedores alargando el plazo de la misma o tratará de vender Activos a Largo para incrementar la liquidez a corto. Si estar medidas no funcionan, la empresa suspenderá en pagos /hará “default”. Se reunirá a continuación con sus acreedores y les solicitará una quita o pérdida definitiva sobre la deuda .Se suele fijar en un 15-20% de la deuda. Este importe, puede variar, es el margen de la transacción. El objetivo es que el acreedor recupere, por lo menos el precio de coste de los bienes vendidos y el deudor acabe con una deuda menor, más manejable y acorde con su situación financiera.
Si alguna vez tenemos un amigo, conocido o firma que nos debe dinero ¿no es más lógico fijar una cantidad menor que pueda ser devuelta que tener un importe en la cuenta de Clientes que sospechamos que nunca vamos a cobrar? En vez de actuar como prestamistas de películas de mafiosos, acreedor y deudor se sientan para establecer una nueva deuda y un calendario de pagos que sea real. Si alguien te debe dinero y simplemente le das más tiempo, manteniéndose el resto de las variables inalteradas, al vencimiento de la nueva prórroga nos encontraremos un poco mayores pero con el mismo importe de deuda.mapaGrecia-4feb15
No quiero que el lector de estas líneas saque la impresión que suspender pagos es una situación óptima en la que conseguimos que nos condonen un porcentaje de nuestra deuda. Vivimos en un mundo en el que la confianza es un valor muy importante de las relaciones personales y mercantiles. Si una empresa suspende pagos, sus proveedores ya no le venderán a crédito, las entidades financieras pedirán garantías sobre cualquier nuevo préstamo que se solicite etc. Si una firma ha tenido la mala suerte de entrar en suspensión de pagos, debido, por ejemplo a una caída de la demanda del mercado, su objetivo es tras refinanciar su deuda salir de esta situación para volver al mercado como un actor más y no cómo una firma que todos señalan con el dedo.
¿Todo esto nos suena familiar con la situación de las últimas semanas en Grecia? Los países se comportan exactamente igual que las empresas, con el gran matiz, que una firma, por grande que sea, e.g. Arthur Andersen puede desaparecer, mientras que los países si desaparecen, e,g, Yugoslavia no es por motivos económicos sino políticos. Grecia no tiene liquidez y  lo que los acreedores le están ofreciendo es más tiempo. ¿No es mejor fijar un importe de deuda menor que dar una patada hacia adelante sabiendo que dentro de un plazo no muy largo el deudor se va a volver a encontrar en la misma situación de insolvencia? Señalar , por parte del deudor, que cuando un país acude a entidades multilaterales (FMI, Banco Mundial o Banco Central Europeo) es porque la banca comercial ya no le prestaba o lo hacía a tipos de interés muy elevados. Los préstamos de organismos multilaterales se llaman concesionales,  quiere decir que su interés está por debajo del de mercado. Recapitulando, una quita daría a Grecia un importe más real en base a su capacidad financiera para realizar pagos pero no podemos caer en la simpleza de acusar al bombero de iniciar el fuego. Solo con buena voluntad y trabajo por las dos partes, se puede salir de la situación actual. Del caso de Corea del Sur y otros países del sudeste asiático que suspendieron pagos en los noventa y hoy en día encabezan el crecimiento mundial hay mucho que aprender: diferente geografía, diferente cultura pero mismos problemas.
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Todos hemos visto películas de mafiosos en las que la persona o firma que ha contraído una deuda ve como esta no deja de crecer debido a los altos tipos de interés que el prestamista pone sobre la misma. Sin embargo en el mundo real, no de celuloide, hay un mecanismo que trata de reducir la deuda contraída para lograr que el importe debido sea algo manejable por el deudor y no se convierta en una cantidad que no pase de generación en generación. Este mecanismo se denomina Quita (Loss en inglés, ya que es una pérdida definitiva para el acreedor).
¿Por qué una empresa suspende pagos? Normalmente, y si no se trata de un fraude, el pasivo a corto de la firma es mayor que el activo a corto de la misma. Esto quiere decir que tiene Fondo de Maniobra negativo. En primera instancia la empresa tratará de renegociar su deuda a corto plazo con sus acreedores alargando el plazo de la misma o tratará de vender Activos a Largo para incrementar la liquidez a corto. Si estar medidas no funcionan, la empresa suspenderá en pagos /hará “default”. Se reunirá a continuación con sus acreedores y les solicitará una quita o pérdida definitiva sobre la deuda .Se suele fijar en un 15-20% de la deuda. Este importe, puede variar, es el margen de la transacción. El objetivo es que el acreedor recupere, por lo menos el precio de coste de los bienes vendidos y el deudor acabe con una deuda menor, más manejable y acorde con su situación financiera.
Si alguna vez tenemos un amigo, conocido o firma que nos debe dinero ¿no es más lógico fijar una cantidad menor que pueda ser devuelta que tener un importe en la cuenta de Clientes que sospechamos que nunca vamos a cobrar? En vez de actuar como prestamistas de películas de mafiosos, acreedor y deudor se sientan para establecer una nueva deuda y un calendario de pagos que sea real. Si alguien te debe dinero y simplemente le das más tiempo, manteniéndose el resto de las variables inalteradas, al vencimiento de la nueva prórroga nos encontraremos un poco mayores pero con el mismo importe de deuda.mapaGrecia-4feb15
No quiero que el lector de estas líneas saque la impresión que suspender pagos es una situación óptima en la que conseguimos que nos condonen un porcentaje de nuestra deuda. Vivimos en un mundo en el que la confianza es un valor muy importante de las relaciones personales y mercantiles. Si una empresa suspende pagos, sus proveedores ya no le venderán a crédito, las entidades financieras pedirán garantías sobre cualquier nuevo préstamo que se solicite etc. Si una firma ha tenido la mala suerte de entrar en suspensión de pagos, debido, por ejemplo a una caída de la demanda del mercado, su objetivo es tras refinanciar su deuda salir de esta situación para volver al mercado como un actor más y no cómo una firma que todos señalan con el dedo.
¿Todo esto nos suena familiar con la situación de las últimas semanas en Grecia? Los países se comportan exactamente igual que las empresas, con el gran matiz, que una firma, por grande que sea, e.g. Arthur Andersen puede desaparecer, mientras que los países si desaparecen, e,g, Yugoslavia no es por motivos económicos sino políticos. Grecia no tiene liquidez y  lo que los acreedores le están ofreciendo es más tiempo. ¿No es mejor fijar un importe de deuda menor que dar una patada hacia adelante sabiendo que dentro de un plazo no muy largo el deudor se va a volver a encontrar en la misma situación de insolvencia? Señalar , por parte del deudor, que cuando un país acude a entidades multilaterales (FMI, Banco Mundial o Banco Central Europeo) es porque la banca comercial ya no le prestaba o lo hacía a tipos de interés muy elevados. Los préstamos de organismos multilaterales se llaman concesionales,  quiere decir que su interés está por debajo del de mercado. Recapitulando, una quita daría a Grecia un importe más real en base a su capacidad financiera para realizar pagos pero no podemos caer en la simpleza de acusar al bombero de iniciar el fuego. Solo con buena voluntad y trabajo por las dos partes, se puede salir de la situación actual. Del caso de Corea del Sur y otros países del sudeste asiático que suspendieron pagos en los noventa y hoy en día encabezan el crecimiento mundial hay mucho que aprender: diferente geografía, diferente cultura pero mismos problemas.

4
Jul
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Mañana los griegos se enfrentan a un referéndum que determinará el futuro económico del país. En esta consulta se va a preguntar a los ciudadanos si aceptan o no las condiciones que piden las instituciones acreedoras (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) para conceder al gobierno de Grecia un nuevo préstamo con el que poder hacer frente a sus elevados compromisos de pago. El resultado de la consulta es impredecible, así como sus consecuencias. Sin embargo, se puede afirmar que independientemente del resultado las negociaciones entre Grecia y sus prestamistas solo podrán continuar si se reconstruyen los puentes que se han ido destruyendo en las últimas semanas.  

Unas negociaciones que han sido demasiado largas y que han generado un elevado nivel de irritación con las instituciones incluidos todos los ministros de economía de la zona del euro que no son Varoufakis. Desde que Tsipras llegó al poder, hace seis meses, las relaciones con los acreedores se han ido tensando cada vez más hasta alcanzar un elevado nivel de deterioro. De ahí que un posible acuerdo esté cada vez más lejos y que los escenarios sean ahora mucho más inciertos.

euros 33

Todo esto está influyendo en que la situación de Grecia sea cada vez más dramática especialmente después de varios años de mala gestión económica que ha llevado al estado griego a un nivel de endeudamiento insostenible. Por ahora, el último acto de esta tragedia ha sido el impago de una deuda de más de 1.600 millones de euros que contrajo el gobierno griego con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así, Grecia es ahora el país que más dinero debe al FMI y el único desarrollado que hasta ahora no ha hecho frente a sus compromisos de pago con esta institución.

En estos momentos la negociación se encuentra entre dos posibilidades: que el gobierno griego acepte las condiciones de la Comisión Europea y del BCE lo que significaría seguir formando parte de la Unión Económica y Monetaria (UEM) o bien rechazarlas y acabar, probablemente, fuera de la UEM. En cualquiera de los dos escenarios, o en otros que puedan plantearse, la confianza en la economía griega ha quedado seriamente perjudicada y en el caso de que Grecia se saliese del euro los inversores internacionales (ya sean institucionales o privados) tardarán muchos años en volver a prestarles dinero.

Condición indispensable: reformar

Desgraciadamente es un problema que a nadie pilla por sorpresa. Los seis meses que acumula Syriza al frente de Grecia los ha dedicado a negociar con los acreedores lo que ha paralizado la toma de decisiones sobre las urgentes medidas que necesita la economía griega para poder avanzar. Afortunadamente, la solución es bastante evidente: hacer las reformas estructurales. Es la única alternativa que le queda a Grecia para lograr que su economía sea viable y para que los acreedores tengan fe en el futuro del país. Además, si se aviene a realizar las reformas podrá conseguir una quita de una parte de su deuda pública, reducir los tipos de interés y alargar los plazos de devolución.

Antes de la implantación del euro, y del comienzo de la política monetaria única, existía la posibilidad de no hacer con profundidad ese tipo de reformas estructurales sustituyéndolas por la estrategia de devaluar la moneda. Algo que hicieron de forma habitual Grecia, España, Italia y Portugal. Los precios de esos países crecían casi siempre a mayor velocidad que los de los países centrales de Europa por lo que se producía una pérdida continua de la competitividad de sus productos en los mercados exteriores. Como entonces estos países tenían sus propias monedas (dracma, peseta, lira y escudo) podían acudir al recurso de la devaluación y así restablecían la competitividad que perdían por su mayor inflación.

Sin embargo, desde que se creó la UEM, la opción de devaluar la moneda ya no existe. La consecuencia es que se deben utilizar otras políticas económicas para evitar la mayor inflación y aumentar la competitividad: desregulación de los mercados, liberalización sectorial, flexibilización del mercado laboral, adelgazamiento del sector público, reforma de las pensiones, mejora de la formación profesional, potenciar el sistema científico y tecnológico, etc.  

Si la economía griega quiere salir adelante no tiene otra opción que hacer esas reformas. En definitiva, un conjunto de medidas que faciliten la recuperación de la competitividad, mayor crecimiento económico, más ingresos fiscales y un menor gasto público (por ejemplo, reducir el número de funcionarios) que permitan al gobierno heleno devolver con más facilidad las deudas que ha venido contrayendo y que se comprometió a pagar.

Resultado de la devaluación interna

Por supuesto que estos ajustes van a exigir sacrificios y son difíciles de asumir pero es una estrategia que en el futuro dará una rentabilidad en términos de recuperación económica, empleo y, finalmente, mayor bienestar social. Así ha sucedido, por ejemplo, en España y Alemania con sus correspondientes devaluaciones internas. Ambos países han conseguido competir, crecer y generar empleo.

Gracias a esa devaluación interna, la economía española lleva dos años creciendo a ritmos cada vez más rápidos.  En el segundo trimestre de este año registró su mayor expansión en ocho años siendo el país de la Eurozona que tiene mayor crecimiento económico. Un crecimiento que viene de la mano del aumento de la inversión, del consumo y de demanda externa. Las exportaciones de bienes y servicios llevan cuatro años creciendo y parece que la tendencia continúa. Así, esta semana se ha publicado que en los cuatro primeros meses de este año las exportaciones de bienes y servicios  aumentaron un 6,5% con respecto al mismo periodo del año pasado. Lo mismo está sucediendo con el consumo que sigue creciendo a ritmos espectaculares. Precisamente, el INE publicó esta semana que el Índice de Comercio al por Menor creció en mayo un 3,4% anual en términos desestacionalizados, estableciendo así el décimo dato positivo y consolidando una tendencia creciente desde agosto del año pasado.

Un mayor crecimiento económico que también se ha reflejado en el empleo. Efectivamente, los datos del jueves de la Seguridad Social señalan que en los últimos dos años hay en España 862.000 afiliados más y 643.000 parados registrados menos.

¿Efecto contagio? Difícilmente

Este buen comportamiento de la economía española también lo perciben los inversores. En la subasta de letras del Tesoro de esta semana se ha captado financiación a tipos de interés semejantes a los de la anterior subasta lo que indica que los mercados están descartando un posible contagio de los problemas de Grecia en España.

Así las cosas, esperemos que mañana los griegos tomen una decisión acertada y que las difíciles negociaciones que comienzan el lunes, entre su gobierno y los acreedores, despejen la actual situación de inestabilidad e incertidumbre. Porque la situación que atraviesa Grecia no es deseable para ningún país también porque está causando graves problemas de penuria económica y de tensión social en su población.

En Grecia sería deseable que se pueda llegar a una solución consensuada basada en el compromiso por parte de los acreedores de reestructurar la deuda y por parte del gobierno de aceptar políticas encaminadas a mejorar la competitividad de la economía: reducir costes, flexibilizar el mercado laboral para asignar mejor la mano de obra, alargar la edad de jubilación para que el sistema de pensiones sea sostenible, privatizar sus empresas públicas, reformar el sector de la energía eléctrica, etc. Todo ello facilitaría la negociación y permitiría un saneamiento y una mejora de la situación económica de Grecia.

En conclusión, la respuesta de los griegos a la pregunta del referéndum de mañana abre una nueva etapa en el futuro de Grecia que por ahora no sabemos ni cómo va a empezar ni tampoco como podrá acabar.

Fuente: Rafael Pampillón. "¿Aceptará Grecia las condiciones de los acreedores?". Expansión, 4 de Julio de 2015.

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Mañana los griegos se enfrentan a un referéndum que determinará el futuro económico del país. En esta consulta se va a preguntar a los ciudadanos si aceptan o no las condiciones que piden las instituciones acreedoras (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) para conceder al gobierno de Grecia un nuevo préstamo con el que poder hacer frente a sus elevados compromisos de pago. El resultado de la consulta es impredecible, así como sus consecuencias. Sin embargo, se puede afirmar que independientemente del resultado las negociaciones entre Grecia y sus prestamistas solo podrán continuar si se reconstruyen los puentes que se han ido destruyendo en las últimas semanas.  

Unas negociaciones que han sido demasiado largas y que han generado un elevado nivel de irritación con las instituciones incluidos todos los ministros de economía de la zona del euro que no son Varoufakis. Desde que Tsipras llegó al poder, hace seis meses, las relaciones con los acreedores se han ido tensando cada vez más hasta alcanzar un elevado nivel de deterioro. De ahí que un posible acuerdo esté cada vez más lejos y que los escenarios sean ahora mucho más inciertos.

euros 33

Todo esto está influyendo en que la situación de Grecia sea cada vez más dramática especialmente después de varios años de mala gestión económica que ha llevado al estado griego a un nivel de endeudamiento insostenible. Por ahora, el último acto de esta tragedia ha sido el impago de una deuda de más de 1.600 millones de euros que contrajo el gobierno griego con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así, Grecia es ahora el país que más dinero debe al FMI y el único desarrollado que hasta ahora no ha hecho frente a sus compromisos de pago con esta institución.

En estos momentos la negociación se encuentra entre dos posibilidades: que el gobierno griego acepte las condiciones de la Comisión Europea y del BCE lo que significaría seguir formando parte de la Unión Económica y Monetaria (UEM) o bien rechazarlas y acabar, probablemente, fuera de la UEM. En cualquiera de los dos escenarios, o en otros que puedan plantearse, la confianza en la economía griega ha quedado seriamente perjudicada y en el caso de que Grecia se saliese del euro los inversores internacionales (ya sean institucionales o privados) tardarán muchos años en volver a prestarles dinero.

Condición indispensable: reformar

Desgraciadamente es un problema que a nadie pilla por sorpresa. Los seis meses que acumula Syriza al frente de Grecia los ha dedicado a negociar con los acreedores lo que ha paralizado la toma de decisiones sobre las urgentes medidas que necesita la economía griega para poder avanzar. Afortunadamente, la solución es bastante evidente: hacer las reformas estructurales. Es la única alternativa que le queda a Grecia para lograr que su economía sea viable y para que los acreedores tengan fe en el futuro del país. Además, si se aviene a realizar las reformas podrá conseguir una quita de una parte de su deuda pública, reducir los tipos de interés y alargar los plazos de devolución.

Antes de la implantación del euro, y del comienzo de la política monetaria única, existía la posibilidad de no hacer con profundidad ese tipo de reformas estructurales sustituyéndolas por la estrategia de devaluar la moneda. Algo que hicieron de forma habitual Grecia, España, Italia y Portugal. Los precios de esos países crecían casi siempre a mayor velocidad que los de los países centrales de Europa por lo que se producía una pérdida continua de la competitividad de sus productos en los mercados exteriores. Como entonces estos países tenían sus propias monedas (dracma, peseta, lira y escudo) podían acudir al recurso de la devaluación y así restablecían la competitividad que perdían por su mayor inflación.

Sin embargo, desde que se creó la UEM, la opción de devaluar la moneda ya no existe. La consecuencia es que se deben utilizar otras políticas económicas para evitar la mayor inflación y aumentar la competitividad: desregulación de los mercados, liberalización sectorial, flexibilización del mercado laboral, adelgazamiento del sector público, reforma de las pensiones, mejora de la formación profesional, potenciar el sistema científico y tecnológico, etc.  

Si la economía griega quiere salir adelante no tiene otra opción que hacer esas reformas. En definitiva, un conjunto de medidas que faciliten la recuperación de la competitividad, mayor crecimiento económico, más ingresos fiscales y un menor gasto público (por ejemplo, reducir el número de funcionarios) que permitan al gobierno heleno devolver con más facilidad las deudas que ha venido contrayendo y que se comprometió a pagar.

Resultado de la devaluación interna

Por supuesto que estos ajustes van a exigir sacrificios y son difíciles de asumir pero es una estrategia que en el futuro dará una rentabilidad en términos de recuperación económica, empleo y, finalmente, mayor bienestar social. Así ha sucedido, por ejemplo, en España y Alemania con sus correspondientes devaluaciones internas. Ambos países han conseguido competir, crecer y generar empleo.

Gracias a esa devaluación interna, la economía española lleva dos años creciendo a ritmos cada vez más rápidos.  En el segundo trimestre de este año registró su mayor expansión en ocho años siendo el país de la Eurozona que tiene mayor crecimiento económico. Un crecimiento que viene de la mano del aumento de la inversión, del consumo y de demanda externa. Las exportaciones de bienes y servicios llevan cuatro años creciendo y parece que la tendencia continúa. Así, esta semana se ha publicado que en los cuatro primeros meses de este año las exportaciones de bienes y servicios  aumentaron un 6,5% con respecto al mismo periodo del año pasado. Lo mismo está sucediendo con el consumo que sigue creciendo a ritmos espectaculares. Precisamente, el INE publicó esta semana que el Índice de Comercio al por Menor creció en mayo un 3,4% anual en términos desestacionalizados, estableciendo así el décimo dato positivo y consolidando una tendencia creciente desde agosto del año pasado.

Un mayor crecimiento económico que también se ha reflejado en el empleo. Efectivamente, los datos del jueves de la Seguridad Social señalan que en los últimos dos años hay en España 862.000 afiliados más y 643.000 parados registrados menos.

¿Efecto contagio? Difícilmente

Este buen comportamiento de la economía española también lo perciben los inversores. En la subasta de letras del Tesoro de esta semana se ha captado financiación a tipos de interés semejantes a los de la anterior subasta lo que indica que los mercados están descartando un posible contagio de los problemas de Grecia en España.

Así las cosas, esperemos que mañana los griegos tomen una decisión acertada y que las difíciles negociaciones que comienzan el lunes, entre su gobierno y los acreedores, despejen la actual situación de inestabilidad e incertidumbre. Porque la situación que atraviesa Grecia no es deseable para ningún país también porque está causando graves problemas de penuria económica y de tensión social en su población.

En Grecia sería deseable que se pueda llegar a una solución consensuada basada en el compromiso por parte de los acreedores de reestructurar la deuda y por parte del gobierno de aceptar políticas encaminadas a mejorar la competitividad de la economía: reducir costes, flexibilizar el mercado laboral para asignar mejor la mano de obra, alargar la edad de jubilación para que el sistema de pensiones sea sostenible, privatizar sus empresas públicas, reformar el sector de la energía eléctrica, etc. Todo ello facilitaría la negociación y permitiría un saneamiento y una mejora de la situación económica de Grecia.

En conclusión, la respuesta de los griegos a la pregunta del referéndum de mañana abre una nueva etapa en el futuro de Grecia que por ahora no sabemos ni cómo va a empezar ni tampoco como podrá acabar.

Fuente: Rafael Pampillón. «¿Aceptará Grecia las condiciones de los acreedores?«. Expansión, 4 de Julio de 2015.

28
Jun

La salida de Grecia de la zona del euro.

Escrito el 28 junio 2015 por Jose Maria O´kean Alonso en Unión Europea

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    [post_date] => 2015-06-28 19:51:53
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    [post_content] => Puede que la Unión Monetaria (UM) no tenga futuro sin Grecia, pero Grecia no tiene futuro en la zona del euro. Esta es la realidad en las condiciones actuales.

Para que Grecia tuviera futuro en el €, deben darse al menos uno de estos dos escenarios posibles:
1) Que Grecia se torne en un país competitivo sin tener que devaluar (como ha sido el caso de España).
2) Que pueda asumir su deuda pública y que esta no siga creciendo.

Para que Grecia sea competitiva sin devaluaciones, necesita que los otros tres factores de competitividad (productividad, costes e inflación), mejoren respecto a sus socios comerciales. Sin duda la competitividad ha mejorado en Grecia, debido al paro masivo, que ha incrementado la productividad, y la bajada de costes salariales. Este enorme sacrificio social estaba empezando a dar resultados hace unos meses, pero hoy parece que no es suficiente y el pueblo griego ya no está dispuesto a seguir este duro camino.

En cuanto a la sosteniblidad de la deuda pública (es decir, seguir refinanciándola y evitar que siga creciendo) sólo hay dos alternativas dentro de la zona €:

2.a) De un lado seguir reduciendo el gasto público y/o subiendo los impuestos. Este es el camino ofrecido por la troika, que está llevando al país al borde del colapso social y que lo griegos deben votar en referéndum el próximo 5 de julio.

2.b) Que la UM, de su Presupuestos, inyecte anualmente a Grecia una cantidad de euros suficiente para financiar permanentemente a Grecia. ¿Cuánto puede ser esta cantidad? Es posible que entre un 5 y un 10% de su PIB (entre 16.000 y 33.000 millones de € anuales). Una cantidad que los miembros de la UM no están dispuestos a aportar cada año, por la sencilla razón de que sus ciudadanos no lo aprobarían.

Foto: griegos hacen fila para sacar dinero de un cajero en Atenas. Agence France-Presse/Getty Images

Sin título 6Sin duda las razones geopolíticas son muchas y relevantes para que Grecia siga formando parte de la zona € y del bloque occidental y no caiga en la influencia económica y política de Rusia o China. Añadiendo a esto que Grecia es junto con Turquía uno de los países frontera junto al mundo islámico fundamentalista, al igual que lo es Marruecos y España en el lado occidental. Estas razones impulsarían la alternativa de ayudar permanentemente a Grecia para seguir en el € y es la salida a la que la negociación del Gobierno griego quiere llegar junto a una nueva condonación de la deuda.

¿Qué podemos esperar que ocurra?

Quizás el camino que recorrió Argentina para salir de la dolarización de su economía pueda servirnos de experiencia, aunque en aquel caso existían pesos en circulación y fue más fácil de transitar.

Es posible que los griegos voten NO en el referéndum del próximo 5 de julio, sigan acudiendo masivamente a sus bancos a retirar sus fondos en € y los bancos intenten retrasar esta sangría estableciendo un procedimiento administrativo que origine grandes colas o que incluso cierren sus sucursales bancarias algunos días. El BCE cerrará el crédito al sistema financiero griego y el Estado griego tendrá que seguir pagando sueldos y pensiones y no tendrá euros para hacerlo. Para ello algunos estados argentinos crearon los patacones y Grecia puede crear dracmacones, una promesa de pago en € que empezará a circular como instrumento de intercambio en grandes cantidades y que rápidamente se irá devaluando respecto al € y será el origen de la nueva moneda griega.

Mientras, habrá un gran descalabro en la Bolsa griega y algunos desequilibrios temporales en las Bolsas europeas y el BCE acudirá a mantener el precio de la deuda de los países de la zona €, evitando que la prima de riesgo de alguno de ellos se dispare.

La deuda griega se desplomará y sus tenedores se mentalizarán para el default. Las cantidades prestadas a Grecia en su plan de rescate no se recuperarán y es posible que ante la alternativa de tener que cubrirla por los diferentes países de la UM, se establezca un fondo deudor y finalmente se termine monetizando.

Grecia, mientras tanto, irá ganado competitividad vía devaluaciones y perdiéndola vía inflación, el paro será elevado un tiempo como ahora, pero la creación de dinero y la inflación irán generando actividad interna, el turismo y las exportaciones irán elevándose y la economía griega en un par de años empezará a crecer y recuperarse, eso sí con unos salarios de millones de dracmacones que equivaldrán a unos pocos euros.

La UM, no creo que pase grandes sobresaltos después de unos meses de desajustes en los que lentamente irán tomando decisiones para apagar los grandes fuegos y en dos años nadie recordará que Grecia formó parte del €.
Si fuéramos griegos ¿qué votaríamos el 5 de julio?
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Puede que la Unión Monetaria (UM) no tenga futuro sin Grecia, pero Grecia no tiene futuro en la zona del euro. Esta es la realidad en las condiciones actuales.

Para que Grecia tuviera futuro en el €, deben darse al menos uno de estos dos escenarios posibles:
1) Que Grecia se torne en un país competitivo sin tener que devaluar (como ha sido el caso de España).
2) Que pueda asumir su deuda pública y que esta no siga creciendo.

Para que Grecia sea competitiva sin devaluaciones, necesita que los otros tres factores de competitividad (productividad, costes e inflación), mejoren respecto a sus socios comerciales. Sin duda la competitividad ha mejorado en Grecia, debido al paro masivo, que ha incrementado la productividad, y la bajada de costes salariales. Este enorme sacrificio social estaba empezando a dar resultados hace unos meses, pero hoy parece que no es suficiente y el pueblo griego ya no está dispuesto a seguir este duro camino.

En cuanto a la sosteniblidad de la deuda pública (es decir, seguir refinanciándola y evitar que siga creciendo) sólo hay dos alternativas dentro de la zona €:

2.a) De un lado seguir reduciendo el gasto público y/o subiendo los impuestos. Este es el camino ofrecido por la troika, que está llevando al país al borde del colapso social y que lo griegos deben votar en referéndum el próximo 5 de julio.

2.b) Que la UM, de su Presupuestos, inyecte anualmente a Grecia una cantidad de euros suficiente para financiar permanentemente a Grecia. ¿Cuánto puede ser esta cantidad? Es posible que entre un 5 y un 10% de su PIB (entre 16.000 y 33.000 millones de € anuales). Una cantidad que los miembros de la UM no están dispuestos a aportar cada año, por la sencilla razón de que sus ciudadanos no lo aprobarían.

Foto: griegos hacen fila para sacar dinero de un cajero en Atenas. Agence France-Presse/Getty Images

Sin título 6Sin duda las razones geopolíticas son muchas y relevantes para que Grecia siga formando parte de la zona € y del bloque occidental y no caiga en la influencia económica y política de Rusia o China. Añadiendo a esto que Grecia es junto con Turquía uno de los países frontera junto al mundo islámico fundamentalista, al igual que lo es Marruecos y España en el lado occidental. Estas razones impulsarían la alternativa de ayudar permanentemente a Grecia para seguir en el € y es la salida a la que la negociación del Gobierno griego quiere llegar junto a una nueva condonación de la deuda.

¿Qué podemos esperar que ocurra?

Quizás el camino que recorrió Argentina para salir de la dolarización de su economía pueda servirnos de experiencia, aunque en aquel caso existían pesos en circulación y fue más fácil de transitar.

Es posible que los griegos voten NO en el referéndum del próximo 5 de julio, sigan acudiendo masivamente a sus bancos a retirar sus fondos en € y los bancos intenten retrasar esta sangría estableciendo un procedimiento administrativo que origine grandes colas o que incluso cierren sus sucursales bancarias algunos días. El BCE cerrará el crédito al sistema financiero griego y el Estado griego tendrá que seguir pagando sueldos y pensiones y no tendrá euros para hacerlo. Para ello algunos estados argentinos crearon los patacones y Grecia puede crear dracmacones, una promesa de pago en € que empezará a circular como instrumento de intercambio en grandes cantidades y que rápidamente se irá devaluando respecto al € y será el origen de la nueva moneda griega.

Mientras, habrá un gran descalabro en la Bolsa griega y algunos desequilibrios temporales en las Bolsas europeas y el BCE acudirá a mantener el precio de la deuda de los países de la zona €, evitando que la prima de riesgo de alguno de ellos se dispare.

La deuda griega se desplomará y sus tenedores se mentalizarán para el default. Las cantidades prestadas a Grecia en su plan de rescate no se recuperarán y es posible que ante la alternativa de tener que cubrirla por los diferentes países de la UM, se establezca un fondo deudor y finalmente se termine monetizando.

Grecia, mientras tanto, irá ganado competitividad vía devaluaciones y perdiéndola vía inflación, el paro será elevado un tiempo como ahora, pero la creación de dinero y la inflación irán generando actividad interna, el turismo y las exportaciones irán elevándose y la economía griega en un par de años empezará a crecer y recuperarse, eso sí con unos salarios de millones de dracmacones que equivaldrán a unos pocos euros.

La UM, no creo que pase grandes sobresaltos después de unos meses de desajustes en los que lentamente irán tomando decisiones para apagar los grandes fuegos y en dos años nadie recordará que Grecia formó parte del €.
Si fuéramos griegos ¿qué votaríamos el 5 de julio?

28
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    [post_content] => La prensa económica se hacía eco ayer de la “ambiciosa propuesta (española) a las instituciones europeas para rediseñar la política económica común, que ha fallado estrepitosamente en esta crisis.” El documento, titulado "Better economic governance in the euro area" y elaborado por la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno de España, señala como principales deficiencias del Área Euro la falta de una adecuada flexibilidad de precios y rentas, la carencia de suficiente movilidad de la mano de obra (mientras que los movimientos de capitales no tienen restricciones), y la fragmentación de su mercado interior, con consecuencias especialmente graves en el sector financiero. Propone que en el medio y largo plazo, se necesitan cinco elementos para completar una unión monetaria sólida y madura:
  1. Eliminar las rigideces reales y nominales que impiden un ajuste rápido ante shocks económicos.
  2. Alcanzar niveles suficientes de movilidad laboral.
  3. Alcanzar una Unión Fiscal sólida para completar y reforzar la Unión Monetaria. Dicha Unión Fiscal debería incluir tres elementos: (1) transferencia de soberanía a la Unión en políticas de ingresos y gastos nacionales; (2) un presupuesto común en la Eurozona; 3) instrumentos de deuda comunes.
  4. Completar el mercado interior. En particular, la fragmentación del mercado financiero debe solventarse asegurando una integración adecuada del sector bancario minorista.
  5. Estos avances conllevarán transferencias de soberanía al nivel central de la UEM, y por tanto tendrán que acompañarse de mayor legitimidad democrática y rendición de cuentas.
Me permito extraer y resumir aquí algunos párrafos de un post que publiqué en este blog en marzo de 2007, a partir de un artículo previo de 2005, sobre las implicaciones fiscales que podrían derivarse de las limitaciones en la integración monetaria europea. En aquel artículo destacaba que, de acuerdo con la teoría de las áreas monetarias óptimas, construida sobre las ideas del premio Nobel de Economía Robert A. Mundell (“A Theory of Optimum Currency Areas”, American Economic Review 51, 1961), el correcto funcionamiento de una unión monetaria exige ciertas condiciones estructurales de las economías de sus Estados miembros: movilidad de factores, flexibilidad de precios y transferibilidad presupuestaria. Decíamos que el perjuicio de la pérdida de la soberanía nacional respecto al tipo de cambio y a los instrumentos presupuestarios será tanto mayor cuanto peor funcionaran los mecanismos antes referidos, pues sin estos dispositivos de ajuste sería difícil financiar los desequilibrios (choques asimétricos) que puedan afectar localmente a los Estados miembros. Concluíamos, de acuerdo con aquella teoría, que en la Eurozona sería deseable la centralización de una parte significativa de los recursos fiscales (política fiscal y tesoro comunes), permitiendo así a los países que sufran un choque negativo acceder a transferencias automáticas. Si lo anterior no fuera posible, la teoría dice que las políticas fiscales nacionales se deberían poder utilizar con flexibilidad, permitiéndose el incremento del déficit presupuestario de la nación afectada. La necesidad de autonomía en el diseño de las políticas fiscales nacionales podría entenderse por tanto como una resultante inmediata de la desaparición de la política monetaria como instrumento de la política macroeconómica nacional, por supuesto siempre dentro de un marco de sostenibilidad presupuestaria y de coordinación de políticas entre los Estados miembros. También planteábamos un análisis crítico de aquella teoría, principalmente de su segunda conclusión: las políticas fiscales no son el instrumento flexible que propugna la teoría de las zonas monetarias óptimas, dado que un gobierno no puede crear déficits presupuestarios para absorber los choques negativos sin que esto conlleve un problema de sostenibilidad de los mismos. El problema se puede formular como sigue: un déficit presupuestario provoca un aumento de la deuda del gobierno, que originará un flujo de pagos en el futuro. Si el tipo de interés de la deuda del gobierno supera la tasa de crecimiento de la economía, el proceso de acumulación de deuda conducirá a un aumento continuo de su porcentaje respecto al PIB, hasta hacerse la situación insostenible, precisando medidas de corrección. La nación se verá entonces obligada a generar amplios superávit presupuestarios primarios con el fin de evitar que dicho ratio aumente de forma automática, lo que implica reducir el gasto y/o aumentar los impuestos. Dicho de otro modo, una vez empleada este política, no será posible volver a utilizarla de nuevo hasta transcurridos varios años. De acuerdo con esta visión, se hace necesario establecer un mecanismo de control que restrinja el tamaño de los déficits presupuestarios de los estados miembros, ya que el que un país se encuentre en una senda insostenible de crecimiento de su deuda pública generará efectos externos negativos sobre el resto de la unión monetaria. Estas externalidades serán básicamente de dos tipos: 1) esta nación tendrá que elevar su recurso al mercado de capitales de la unión, aumentando igualmente el tipo de interés [riesgo] de la unión y, a su vez, la carga de la deuda sobre el resto de los países. Si los otros países deciden estabilizar sus ratios de deuda/PIB, se verán obligados a seguir políticas fiscales más restrictivas, y por lo tanto más deflacionistas; 2) esa elevación del tipo de interés de la unión podría llevar al Banco Central Europeo a relajar sus políticas monetarias [comprar deuda soberana de los países con problemas]. Decíamos, por último, que estos argumentos podrían ser criticados a su vez desde un punto de vista teórico: la existencia de efectos externos denunciada se basa en el supuesto de que los mercados de capitales privados no funcionan de manera eficiente. En el caso contrario, los mercados percibirán que el problema de la deuda pertenece a la nación con el problema de sostenibilidad, no trasladándose [contagiándose] el aumento del tipo de interés pagado por este país al resto de la unión. El problema de este argumento radica en que, bajo ciertas condiciones, a los prestamistas les puede resultar difícil asignar la prima de riesgo correcta a la deuda del país con desequilibrio presupuestario. Muy probablemente pensarán que el resto de países de la unión avalarán al gobierno con problemas para evitar que la crisis se extienda al resto del sistema financiero. Este problema únicamente puede resolverse si los estados miembros se comprometen de modo público a no respaldar la deuda emitida por los otros gobiernos, aunque esta declaración perdería sin duda su efecto por falta de credibilidad. Confío en que la lectura de los argumentos teóricos ofrecidos en aquel texto, ocho años después, pueda ser de utilidad para contextualizar la actual propuesta española para el reforzamiento de la unión económica y monetaria. [post_title] => Nada nuevo bajo el cielo [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => nada-nuevo-bajo-el-cielo [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:42:32 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:32 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=21382 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 1 [filter] => raw )

La prensa económica se hacía eco ayer de la “ambiciosa propuesta (española) a las instituciones europeas para rediseñar la política económica común, que ha fallado estrepitosamente en esta crisis.” El documento, titulado «Better economic governance in the euro area» y elaborado por la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno de España, señala como principales deficiencias del Área Euro la falta de una adecuada flexibilidad de precios y rentas, la carencia de suficiente movilidad de la mano de obra (mientras que los movimientos de capitales no tienen restricciones), y la fragmentación de su mercado interior, con consecuencias especialmente graves en el sector financiero. Propone que en el medio y largo plazo, se necesitan cinco elementos para completar una unión monetaria sólida y madura:

  1. Eliminar las rigideces reales y nominales que impiden un ajuste rápido ante shocks económicos.
  2. Alcanzar niveles suficientes de movilidad laboral.
  3. Alcanzar una Unión Fiscal sólida para completar y reforzar la Unión Monetaria. Dicha Unión Fiscal debería incluir tres elementos: (1) transferencia de soberanía a la Unión en políticas de ingresos y gastos nacionales; (2) un presupuesto común en la Eurozona; 3) instrumentos de deuda comunes.
  4. Completar el mercado interior. En particular, la fragmentación del mercado financiero debe solventarse asegurando una integración adecuada del sector bancario minorista.
  5. Estos avances conllevarán transferencias de soberanía al nivel central de la UEM, y por tanto tendrán que acompañarse de mayor legitimidad democrática y rendición de cuentas.

Me permito extraer y resumir aquí algunos párrafos de un post que publiqué en este blog en marzo de 2007, a partir de un artículo previo de 2005, sobre las implicaciones fiscales que podrían derivarse de las limitaciones en la integración monetaria europea.

En aquel artículo destacaba que, de acuerdo con la teoría de las áreas monetarias óptimas, construida sobre las ideas del premio Nobel de Economía Robert A. Mundell (“A Theory of Optimum Currency Areas”, American Economic Review 51, 1961), el correcto funcionamiento de una unión monetaria exige ciertas condiciones estructurales de las economías de sus Estados miembros: movilidad de factores, flexibilidad de precios y transferibilidad presupuestaria. Decíamos que el perjuicio de la pérdida de la soberanía nacional respecto al tipo de cambio y a los instrumentos presupuestarios será tanto mayor cuanto peor funcionaran los mecanismos antes referidos, pues sin estos dispositivos de ajuste sería difícil financiar los desequilibrios (choques asimétricos) que puedan afectar localmente a los Estados miembros. Concluíamos, de acuerdo con aquella teoría, que en la Eurozona sería deseable la centralización de una parte significativa de los recursos fiscales (política fiscal y tesoro comunes), permitiendo así a los países que sufran un choque negativo acceder a transferencias automáticas. Si lo anterior no fuera posible, la teoría dice que las políticas fiscales nacionales se deberían poder utilizar con flexibilidad, permitiéndose el incremento del déficit presupuestario de la nación afectada. La necesidad de autonomía en el diseño de las políticas fiscales nacionales podría entenderse por tanto como una resultante inmediata de la desaparición de la política monetaria como instrumento de la política macroeconómica nacional, por supuesto siempre dentro de un marco de sostenibilidad presupuestaria y de coordinación de políticas entre los Estados miembros.

También planteábamos un análisis crítico de aquella teoría, principalmente de su segunda conclusión: las políticas fiscales no son el instrumento flexible que propugna la teoría de las zonas monetarias óptimas, dado que un gobierno no puede crear déficits presupuestarios para absorber los choques negativos sin que esto conlleve un problema de sostenibilidad de los mismos. El problema se puede formular como sigue: un déficit presupuestario provoca un aumento de la deuda del gobierno, que originará un flujo de pagos en el futuro. Si el tipo de interés de la deuda del gobierno supera la tasa de crecimiento de la economía, el proceso de acumulación de deuda conducirá a un aumento continuo de su porcentaje respecto al PIB, hasta hacerse la situación insostenible, precisando medidas de corrección. La nación se verá entonces obligada a generar amplios superávit presupuestarios primarios con el fin de evitar que dicho ratio aumente de forma automática, lo que implica reducir el gasto y/o aumentar los impuestos. Dicho de otro modo, una vez empleada este política, no será posible volver a utilizarla de nuevo hasta transcurridos varios años. De acuerdo con esta visión, se hace necesario establecer un mecanismo de control que restrinja el tamaño de los déficits presupuestarios de los estados miembros, ya que el que un país se encuentre en una senda insostenible de crecimiento de su deuda pública generará efectos externos negativos sobre el resto de la unión monetaria. Estas externalidades serán básicamente de dos tipos: 1) esta nación tendrá que elevar su recurso al mercado de capitales de la unión, aumentando igualmente el tipo de interés [riesgo] de la unión y, a su vez, la carga de la deuda sobre el resto de los países. Si los otros países deciden estabilizar sus ratios de deuda/PIB, se verán obligados a seguir políticas fiscales más restrictivas, y por lo tanto más deflacionistas; 2) esa elevación del tipo de interés de la unión podría llevar al Banco Central Europeo a relajar sus políticas monetarias [comprar deuda soberana de los países con problemas].

Decíamos, por último, que estos argumentos podrían ser criticados a su vez desde un punto de vista teórico: la existencia de efectos externos denunciada se basa en el supuesto de que los mercados de capitales privados no funcionan de manera eficiente. En el caso contrario, los mercados percibirán que el problema de la deuda pertenece a la nación con el problema de sostenibilidad, no trasladándose [contagiándose] el aumento del tipo de interés pagado por este país al resto de la unión. El problema de este argumento radica en que, bajo ciertas condiciones, a los prestamistas les puede resultar difícil asignar la prima de riesgo correcta a la deuda del país con desequilibrio presupuestario. Muy probablemente pensarán que el resto de países de la unión avalarán al gobierno con problemas para evitar que la crisis se extienda al resto del sistema financiero. Este problema únicamente puede resolverse si los estados miembros se comprometen de modo público a no respaldar la deuda emitida por los otros gobiernos, aunque esta declaración perdería sin duda su efecto por falta de credibilidad.

Confío en que la lectura de los argumentos teóricos ofrecidos en aquel texto, ocho años después, pueda ser de utilidad para contextualizar la actual propuesta española para el reforzamiento de la unión económica y monetaria.

13
May
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    [post_content] => La semana pasada conocimos los resultados definitivos de las elecciones legislativas en el Reino Unido. El pueblo ha dado la victoria al Partido Conservador que ha ganado por mayoría absoluta. Se ha cumplido, una vez más, el famoso eslogan de la campaña de Bill Clinton de 1992: “Es la economía, estúpido”. Porque, como muestran los indicadores, ha sido la buena gestión económica de David Cameron la que ha marcado la diferencia de votos a favor de los conservadores y en contra del Partido Laborista.

No es la primera vez que los asuntos económicos deciden unas elecciones en Gran Bretaña. Por ejemplo, los gobiernos laboristas de Harold Wilson (hasta 1976) y James Callaghan (hasta marzo de 1979) no fueron capaces de resolver la crisis del petróleo y su partido fue derrotado por el Partido Conservador en las elecciones de 1979. Con la victoria de Margaret Thatcher, que gobernó desde 1979 hasta 1990, el Reino Unido consiguió activar el crecimiento económico, estabilizar los precios y restaurar su posición como potencia económica mundial. Más recientemente, en 2010, el Partido Conservador derrotó al Partido Laborista debido a la mala gestión de la crisis económica del primer ministro Gordon Brown. Y también la nueva victoria de Cameron, conocida ayer, se justifica en el contexto de la buena gestión de la economía. Motivos no faltan:

1º) La elevada confianza de los electores en el actual Gobierno Conservador que supo sacar a la economía de la crisis económica y ponerla en el camino del crecimiento. O lo que es lo mismo, el deseo de los votantes de conservar una política económica que favorece la creación de empresas y el buen funcionamiento de los mercados y que ha permitido bajar la tasa de paro al 5,7%, su nivel más bajo desde el año 2007. Los votantes han dicho “no” a los laboristas y a posibles nuevos experimentos que aumentasen el gasto y los ingresos públicos.

2º) Antes de las elecciones los medios de comunicación nos han querido trasmitir la grave situación de desigualdad económica que sufría la población británica. Era un aspecto decisivo para que según las encuestas se produjera un empate entre laboristas y conservadores. Sin embargo, parece que los británicos dan a la distribución de la renta menos importancia de lo que se pensaba. La balanza se ha inclinado más hacia el crecimiento y a la eficiencia de la economía.

3º) Parece que han gustado las promesas electorales de los conservadores para esta segunda legislatura: a) aumentar a 30 horas semanales el tiempo que un padre trabajador pueda estar con su hijo, b) construir 200.000 viviendas para nuevos compradores menores de 40 años, c) crear un sistema de préstamos para masters y doctorados y d) recortar los presupuestos de los ministerios y aumentar las medidas contra la evasión fiscal.

4º) Muchos más votantes de los que contestaron las encuestas están siendo conscientes de que la mejoría de la economía ha llegado a sus casas y han vuelto a confiar en los conservadores. Es decir, cada vez más ciudadanos perciben que su bienestar aumenta (microeconomía) como consecuencia de la recuperación económica (macroeconomía): la macro se está acercando a la micro.

Paralelismo con España 

¿Cómo podemos interpretar la situación del Reino Unido en clave española? Es curioso  pero parece que la economía española está siguiendo un camino parecido al de la británica. A partir del año 2013 ambas economías comenzaron a crecer de forma más estable y duradera y en 2014 aceleraron su recuperación. Es más, en 2015 se prevé que ambas economías crezcan un 3% que es un ritmo mayor que el de 2014 y por encima de las otras grandes economías de la Unión Europea: Alemania (2%), Francia (1%) o Italia (0,5%). Como consecuencia tanto España como Gran Bretaña están aumentando su nivel de empleo y mejorando rápidamente la situación económica de sus habitantes.

¿Qué factores han ayudado a que el Reino Unido y España se encuentren ahora en una situación privilegiada? En primer lugar, durante la crisis la libra esterlina se devaluó mucho y ha seguido en niveles depreciados, lo que ha ayudado a los exportadores británicos. En España, como no teníamos peseta que devaluar, se ha ido produciendo una fuerte devaluación interna. Una notable mejora de la competitividad que está ejerciendo un efecto favorable sobre nuestra producción y nuestros intercambios comerciales con el exterior.

En segundo lugar, ambos países llevan años reduciendo de forma lenta pero segura su déficit público. Un déficit que en 2010 superaba, en ambas economías, el 11% del PIB y que en este año 2015 se situará cerca del 4,5% del PIB.  La reducción del déficit fiscal debe seguir siendo un objetivo prioritario de la política económica de los gobiernos de Madrid y Londres que tienen que cumplir el objetivo pactado con Bruselas y situarlo por debajo del 3% en el año 2016.

En tercer lugar, las políticas expansivas del Banco Central Europeo y Banco de Inglaterra están permitiendo bajísimos tipos de interés que están animando el crédito y la confianza de la inversión extranjera tanto en España como en Gran Bretaña. La consecuencia es que junto al crecimiento económico se está produciendo un elevado crecimiento del empleo. Un mayor empleo gracias, en parte, a la moderación salarial que está permitiendo mantener tasas de inflación muy bajas y, en el caso de España, negativas.

Finalmente, dos grandes motores económicos de Gran Bretaña (el sistema financiero) y de España (el turismo) están funcionando con increíble fuerza y precisión. El Reino Unido posee el cuarto sistema bancario del mundo, el mayor sector asegurador de Europa y en su bolsa cotizan más empresas extranjeras que en la bolsa de Nueva York. Por su parte, la industria turística de España ha progresado rápidamente hasta situarse (según publicó la semana pasada el World Economic Forum) como la más competitiva del mundo.

En definitiva, tanto para Gran Bretaña como para España, las perspectivas de futuro son buenas, también para los trabajadores. En ambos países los salarios empiezan a aumentar ligeramente. Además como los precios de los bienes de consumo no crecen (o incluso disminuyen como es el caso de España), debido a la gran competencia entre los oferentes de este tipo de bienes y a la reducción de costes energéticos (por los bajos precios del petróleo) los salarios reales empiezan a experimentar un crecimiento mayor.

En resumen, el resultado de las elecciones británicas es muy diferente del que mostraban los sondeos de opinión que concluían que ningún candidato lograría el control de la Cámara de los Comunes. Es muy probable que la victoria por mayoría absoluta del Partido Conservador sea el más favorable para el futuro de la economía británica: genera menos inquietud en las empresas y seguirá dando prioridad al crecimiento económico y a la reducción del déficit público. En este sentido sería de desear que los resultados de las elecciones que se celebrarán en España durante este año, con pactos o sin pactos, permitan formar gobiernos estables que mantengan a la economía española en la senda del crecimiento económico y del empleo. Los ciudadanos británicos han dado un ejemplo de sensatez y de continuidad. Se demuestra además que, a medida que pasa el tiempo, las necesarias políticas de ajuste por muy impopulares y dolorosas que sean suelen dar buenos resultados económicos y son agradecidas por los ciudadanos.

Fuente: Rafael Pampillón . "La victoria de Cameron y la economía española". Expansión, 9 de mayo de 2015. Pagina 43.

 
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La semana pasada conocimos los resultados definitivos de las elecciones legislativas en el Reino Unido. El pueblo ha dado la victoria al Partido Conservador que ha ganado por mayoría absoluta. Se ha cumplido, una vez más, el famoso eslogan de la campaña de Bill Clinton de 1992: “Es la economía, estúpido”. Porque, como muestran los indicadores, ha sido la buena gestión económica de David Cameron la que ha marcado la diferencia de votos a favor de los conservadores y en contra del Partido Laborista. Seguir leyendo…

20
Abr
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    [post_content] => Este fin de semana, como es habitual por estas fechas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) está teniendo su reunión anual, esta vez en Washington, para estudiar el comportamiento de la economía mundial. Coincidiendo con la reunión, el FMI publicó esta semana la edición de abril del informe “World Economic Outlook” en la que ha revisado al alza las previsiones de crecimiento económico mundial que había hecho en el mes de octubre. El FMI ha estimado el crecimiento económico global en un 3,5% para este año y en un 3,8% para 2016, ambos superiores al del año pasado (que fue del 3,4%). El aumento del PIB mundial del próximo año será el resultado de un crecimiento del 2,4% en los países avanzados y del 4,7% en los países emergentes. 

El FMI también ha mejorado las previsiones económicas de la zona del euro que podría llegar a crecer un 1,5% en 2015 y 1,6% en 2016, frente al 0,9% de 2014. Además, la probabilidad de que la zona del euro vuelva a sufrir una recesión se ha reducido en el informe de abril hasta el 25%, mientras que en el de octubre del año pasado se situaba en el 40%.

La nueva mediocridad

A pesar de este importante avance de la economía europea y mundial, la directora del FMI, Christine Lagarde, ha señalado que el mundo puede caer en una “nueva mediocridad”. Algo parecido a lo que en el entorno académico se denomina “estancamiento secular”. Ello se debe a que el crecimiento del PIB potencial se está reduciendo. Pero, ¿qué es el producto potencial y porqué debería preocuparnos que creciese poco? El producto potencial es el mayor nivel al que puede crecer la economía de un país con los recursos disponibles sin generar tensiones inflacionistas. O lo que es lo mismo, la capacidad máxima que tienen el capital, la mano de obra y la tecnología para aumentar la producción de bienes y servicios sin que haya demasiada inflación. Para describir esta situación Lagarde señaló que en los dos últimos años la economía mundial ha crecido a un promedio del 3,5% anual, que es el mismo ritmo al que creció de media durante los últimos 20 años. El problema es que si el crecimiento mundial se mantuviese así de bajo durante un periodo largo de tiempo no sería posible crear el empleo necesario para absorber la oferta de trabajo existente. 

Por tanto, si aceptáramos que la economía está produciendo al máximo nivel al que es capaz las perspectivas serían desoladoras y la recuperación de la economía mundial se complicaría notablemente. Sin embargo, quizá sea todavía muy pronto para afirmar que se esté produciendo un estancamiento secular ya que sigue existiendo un elevado nivel de capacidad productiva sin utilizar y los datos macroeconómicos que vamos conociendo parece que señalan hacia un mayor crecimiento futuro. Así, la revisión al alza del crecimiento mundial del FMI y de otros organismos internacionales muestra que la economía está en una fase de recuperación después de haber padecido la Gran Recesión de 2008.

Para evitar el estancamiento secular e incrementar el crecimiento potencial especialmente en Europa el FMI recomienda:

1)    Aumentar la inversión pública. Con tipos de interés tan bajos este sería un buen momento para aumentar el gasto en infraestructuras y solucionar los problemas de oferta causados por redes viarias deficientes.

2)    Flexibilizar el mercado laboral; aunque se han producido avances en algunos países estos deben continuar con las reforma y generalizarse al resto de los países europeos.

3)    Mantener los estímulos monetarios para apoyar el crecimiento y aumentar las expectativas de inflación.

Precisamente ayer conocimos que la inflación de la Unión Europea en el mes de marzo, con respecto a febrero, fue positiva en todos los países y en el conjunto de la zona del euro alcanzó el 1,1%. En cuanto a España, los datos del INE de esta semana muestran que el crecimiento de los precios en marzo, con respecto a febrero, también avanzó: +0,6%. Por tanto, parece que aumenta el crecimiento económico y que viene acompañado de una subida en los precios lo que nos aleja del peligro de la deflación. En este sentido parecería que la política del BCE empieza a dar sus frutos.

España se recupera bien

El FMI sitúa en los dos próximos años a España como la economía más dinámica de la zona del euro. El FMI cifra el crecimiento económico de nuestro país en el 2,5% para 2015. Sin embargo, recordemos que, en los últimos años, el FMI se ha caracterizado por un bajo grado de acierto en sus pronósticos sobre España. El consenso de los economistas estima que España crecerá más de lo que prevé el FMI. El análisis de los indicadores de coyuntura refleja que la actividad económica en España podría haber crecido entre enero y marzo a un ritmo trimestral del 0,9% (superior al del cuarto trimestre del año pasado que fue del 0,7%) que, anualizado, representaría una velocidad de crucero del 3,6%. Además, el Indicador de Confianza Empresarial publicado por el INE esta semana va en la misma dirección. Registró un aumento del 4% en el segundo trimestre de 2015 respecto al primero; es más, por primera vez desde el inicio de esta encuesta los gestores de establecimientos empresariales que se declaran optimistas (mejoran sus expectativas) han superado a los pesimistas en la corta historia de este indicador que comenzó en el segundo trimestre de 2013.

Las reformas necesarias

Esta aceleración económica de España podría ser duradera a largo plazo si el gobierno continúa realizando las reformas estructurales necesarias que permitan seguir cambiando el patrón de crecimiento. Mantenerse en ese camino es fundamental para evitar que el crecimiento se estanque y se vuelva mediocre. Por tanto, hay que seguir reduciendo los impuestos, mejorar la formación profesional y cambiar el sistema de incentivos a la I+D+i. Se debe, además, seguir liberalizando los sectores intervenidos o regulados. Por último hay que seguir reformando el mercado de trabajo. Precisamente esta semana Mario Draghi criticó la rigidez de nuestro mercado laboral y pidió nuevas medidas de reforma, en especial aquellas dirigidas a reducir la dualidad entre el empleo temporal y el indefinido. Lo que significa que Draghi podría estar a favor de que España goce un contrato laboral único. El objetivo es reducir la brecha que existe entre los trabajadores temporales (3,5 millones) y los indefinidos (11 millones) que es superior a la del resto de los países europeos. Sin embargo, el presidente del BCE también tuvo buenas palabras para nuestro país y alabó la recuperación de la economía española. Efectivamente, en los doce últimos meses se han creado más de 600.000 puestos de trabajo. Un crecimiento del empleo que se genera por el aumento de la economía española que, entre otros factores, crece gracias a la mejora de la economía mundial.

En definitiva, el FMI constata que aunque la economía mundial está creciendo cada vez de forma más rápida, sin embargo lo hace en menor medida de lo que sería deseable. Para el caso de España el FMI destaca el elevado crecimiento económico y del empleo gracias a que es uno de los pocos países europeos donde ya se está reactivando el crédito y la inversión. Sin embargo, el botafumeiro del FMI y de Mario Draghi no debería relajarnos. Se debe mantener el programa de reformas estructurales que nos aseguren el crecimiento a largo plazo, nos alejen del temido estancamiento secular y mejore la situación económica y el bienestar de los ciudadanos.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro. "Los riesgos de un crecimiento mediocre". Expansión, 19 de Abril de 2015. Pagina 47.

 

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Este fin de semana, como es habitual por estas fechas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) está teniendo su reunión anual, esta vez en Washington, para estudiar el comportamiento de la economía mundial. Coincidiendo con la reunión, el FMI publicó esta semana la edición de abril del informe “World Economic Outlook” en la que ha revisado al alza las previsiones de crecimiento económico mundial que había hecho en el mes de octubre. El FMI ha estimado el crecimiento económico global en un 3,5% para este año y en un 3,8% para 2016, ambos superiores al del año pasado (que fue del 3,4%). El aumento del PIB mundial del próximo año será el resultado de un crecimiento del 2,4% en los países avanzados y del 4,7% en los países emergentes. Seguir leyendo…

13
Abr

Ucrania

Escrito el 13 abril 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en Unión Europea

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Ucrania es un país que produce casi todo tipo de vehículos de transporte y naves espaciales, tiene su propia agencia espacial y el segundo ejército más numeroso de Europa (después del Ruso) pero ha sido y sigue siendo un ejemplo de las tremendas dificultades de la transición de una economía planificada a una capitalista. Su estratégica posición geográfica es clave para la entrada del gas ruso en Europa, pero las continuas y recientes tensiones con su gigantesco vecino han provocado un veto del gobierno de Putin de gran parte de las exportaciones ucranianas a Rusia, que en el 2013 fueron de casi un tercio de las ventas exteriores. Occidente ha acudido al rescate en forma de un paquete de ayuda del FMI de USD 40.000 millones. Ya en el 2014 la Unión Europea, Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales pusieron a su disposición una línea de 17.500 millones, de los que ya se han dispuesto 4.500. El pasado 11 de mazo el FMI confirmo el anunció del pasado mes de febrero que proveerá un nuevo paquete de otros 17.500 millones durante los próximos cuatro años.

Ucraniaok
La cuestión es que sólo con préstamos blandos Ucrania no va a salir de una situación en la que lleva décadas. El objetivo del gobierno de Petró Poroshenko tiene que ir enfocado al desarrollo del gran potencial agrícola del país y de aumentar la diversificación de la economía del país, hoy en día, basada en la exportación de metales. En el 2013 su producción de carbón y metales supusieron un 16% del PIB y un cuarto de sus exportaciones. Debe actuar sobre su dependencia de la variación del precio de las materias primas en los mercados internacionales y del gas importado. El Banco Mundial establece como prioridades en el país la mejora de las infraestructuras y la burocracia.
Objetivos del 2015 debería ser potenciar sectores , con fama mundial como los de defensa o el turismo- Ucrania es más extenso que Francia , en el 2009 fue el octavo país que recibió más turistas ,del mundo y en el 2013 , junto a Polonia lograron incrementar sus visitantes en un 7%,consolidando las buenas cifras del 2012, cuando ambos países acogieron la Eurocopa.
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Ucrania es un país que produce casi todo tipo de vehículos de transporte y naves espaciales, tiene su propia agencia espacial y el segundo ejército más numeroso de Europa (después del Ruso) pero ha sido y sigue siendo un ejemplo de las tremendas dificultades de la transición de una economía planificada a una capitalista. Su estratégica posición geográfica es clave para la entrada del gas ruso en Europa, pero las continuas y recientes tensiones con su gigantesco vecino han provocado un veto del gobierno de Putin de gran parte de las exportaciones ucranianas a Rusia, que en el 2013 fueron de casi un tercio de las ventas exteriores. Occidente ha acudido al rescate en forma de un paquete de ayuda del FMI de USD 40.000 millones. Ya en el 2014 la Unión Europea, Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales pusieron a su disposición una línea de 17.500 millones, de los que ya se han dispuesto 4.500. El pasado 11 de mazo el FMI confirmo el anunció del pasado mes de febrero que proveerá un nuevo paquete de otros 17.500 millones durante los próximos cuatro años.

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La cuestión es que sólo con préstamos blandos Ucrania no va a salir de una situación en la que lleva décadas. El objetivo del gobierno de Petró Poroshenko tiene que ir enfocado al desarrollo del gran potencial agrícola del país y de aumentar la diversificación de la economía del país, hoy en día, basada en la exportación de metales. En el 2013 su producción de carbón y metales supusieron un 16% del PIB y un cuarto de sus exportaciones. Debe actuar sobre su dependencia de la variación del precio de las materias primas en los mercados internacionales y del gas importado. El Banco Mundial establece como prioridades en el país la mejora de las infraestructuras y la burocracia.
Objetivos del 2015 debería ser potenciar sectores , con fama mundial como los de defensa o el turismo- Ucrania es más extenso que Francia , en el 2009 fue el octavo país que recibió más turistas ,del mundo y en el 2013 , junto a Polonia lograron incrementar sus visitantes en un 7%,consolidando las buenas cifras del 2012, cuando ambos países acogieron la Eurocopa.

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