Archivo de la Categoría ‘Política Monetaria’

6
Nov
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    [post_content] => El BCE ha decidido hoy recortar en 50 pb su principal tipo de intervención, que queda situado en el 3,25%. El pasado 8 de octubre ya estrenó esta nueva dirección de la política monetaria con una bajada de tipos de igual cuantía coordinada con otros bancos centrales, dejando atrás la puntillosa preocupación por las presiones inflacionistas que en julio había provocado una subida de 25 pb ya entonces difícil de explicar. La recesión económica global y el consiguiente desplome de los precios de las materias primas han dado un giro radical a las prioridades de la política monetaria, como bien atestiguan otros dos movimientos de bancos centrales registrados hoy: el Banco de Inglaterra ha recortado su tipo de referencia nada menos que en 150 pb (se sitúa en el 3%, por debajo del tipo oficial del BCE) y el banco central suizo ha rebajado su tipo objetivo (Libor a tres meses) en 50 pb, recortando su nivel de financiación al sistema crediticio hasta el 0,6%. A la luz de estas dos respuestas europeas, la del BCE casi resulta pausada y calma, propia de quien no quisiera despeinarse por las urgencias del momento. ¿Está justificada la diferencia?


No del todo. Los tres bancos centrales se enfrentan a la más que probable contracción de sus respectivas economías en 2009 y el riesgo inflacionista se ha convertido, también en los tres casos, en algo aún peor: riesgo de deflación. Y es que la inflación de la zona euro podría llegar a descender en los próximos meses por debajo del 1%. Si a esta situación se añade el detalle de que el crédito a empresas y consumidores y la financiación interbancaria se encuentran progresivamente estrangulados y que los tipos de interés realmente soportados por la economía se sitúan cientos de puntos básicos por encima de los oficiales (sólo los interbancarios se acercan a los 200 pb), las cautelas a la hora de aligerar el grifo monetario parecen poco apropiadas.

En cualquier caso, con mayor o menor parsimonia, el objetivo acabará siendo el mismo: tipos oficiales en mínimos históricos. El mercado aún no anticipa recortes del BCE hasta más allá del 2,25%-2,50%, pero ya lo hará. No sería sorprendente un nivel de llegada en la zona 1%-1,50%. Quiere esto decir que el celebrado descenso de los tipos interbancarios de los últimos días, que ha obedecido casi exclusivamente a la evolución de las expectativas de tipos oficiales y no a la reducción de las primas de riesgo, se prolongará en las próximas semanas. El propio presidente del banco central ha dejado hoy bastante claro en su comparecencia ante la prensa que seguirán bajando tipos. Incluso ha reconocido que llegó a plantearse en la reunión un recorte de 75 pb. Y, al decirlo, parecía que hasta se despeinaba un poco.


    [post_title] => ¿Por qué el Banco Central Europeo no baja más los tipos de interés?
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El BCE ha decidido hoy recortar en 50 pb su principal tipo de intervención, que queda situado en el 3,25%. El pasado 8 de octubre ya estrenó esta nueva dirección de la política monetaria con una bajada de tipos de igual cuantía coordinada con otros bancos centrales, dejando atrás la puntillosa preocupación por las presiones inflacionistas que en julio había provocado una subida de 25 pb ya entonces difícil de explicar. La recesión económica global y el consiguiente desplome de los precios de las materias primas han dado un giro radical a las prioridades de la política monetaria, como bien atestiguan otros dos movimientos de bancos centrales registrados hoy: el Banco de Inglaterra ha recortado su tipo de referencia nada menos que en 150 pb (se sitúa en el 3%, por debajo del tipo oficial del BCE) y el banco central suizo ha rebajado su tipo objetivo (Libor a tres meses) en 50 pb, recortando su nivel de financiación al sistema crediticio hasta el 0,6%. A la luz de estas dos respuestas europeas, la del BCE casi resulta pausada y calma, propia de quien no quisiera despeinarse por las urgencias del momento. ¿Está justificada la diferencia?

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29
Oct
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    [post_content] => La Reserva Federal de Estados Unidos bajó hoy los tipos de interés dejándolos en el 1%, su nivel más bajo de los últimos cuatro años. La razón hay que encontrarla en la dramática crisis financiera que padecemos y en la recesión económica que casi con toda seguridad araviesa. Además la FED ha dejado la puerta abierta a nuevas bajadas de tipos lo que podría situar el tipo de interés de EEUU cercano al cero por ciento.

Muchos analistas calculan que el PIB americano del tercer trimestre, que se conocerá mañana, mostrará un crecimiento negativo.

Otros bancos centrales del mundo, incluido el Banco Central Europeo (BCE) recortarán también sus tipos de interés, a medida que los trastornos que se están generando en el mercado financiero sigan frenando el crecimiento económico. En este sentido muchos analistas  esperan que el BCE reduzca la semana que viene los tipos en medio punto porcentual y en diciembre otro medio punto, situandose a final de año en el 2,75%.

La caída espectacular en los precios de las materias primas y la posibilidad de una recesión mundial hacen prever una inflación contenida. La deflación es también una posibilidad y en este sentido la bajada de tipos tiene como objetivo no solo estimular el crecimiento sino también prevenir contra la amenaza de una deflación, es decir, de una caída generalizada de los precios. No se debe olvidar que la deflación es peor que la inflación.


    [post_title] => La Reserva Federal  (FED) baja los tipos hasta el 1%.
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La Reserva Federal de Estados Unidos bajó hoy los tipos de interés dejándolos en el 1%, su nivel más bajo de los últimos cuatro años. La razón hay que encontrarla en la dramática crisis financiera que padecemos y en la recesión económica que casi con toda seguridad araviesa. Además la FED ha dejado la puerta abierta a nuevas bajadas de tipos lo que podría situar el tipo de interés de EEUU cercano al cero por ciento.

Muchos analistas calculan que el PIB americano del tercer trimestre, que se conocerá mañana, mostrará un crecimiento negativo.

Otros bancos centrales del mundo, incluido el Banco Central Europeo (BCE) recortarán también sus tipos de interés, a medida que los trastornos que se están generando en el mercado financiero sigan frenando el crecimiento económico. En este sentido muchos analistas esperan que el BCE reduzca la semana que viene los tipos en medio punto porcentual y en diciembre otro medio punto, situandose a final de año en el 2,75%.

La caída espectacular en los precios de las materias primas y la posibilidad de una recesión mundial hacen prever una inflación contenida. La deflación es también una posibilidad y en este sentido la bajada de tipos tiene como objetivo no solo estimular el crecimiento sino también prevenir contra la amenaza de una deflación, es decir, de una caída generalizada de los precios. No se debe olvidar que la deflación es peor que la inflación.

9
Oct
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    [post_content] => EL Banco Central Europeo (BCE) bajó ayer los tipos de interés en 0,50 puntos situándolos en 3,75%. Con esta medida el BCE pretende dar financiación más barata y abundante a la banca y reactivar la economía de la Eurozona. Ello se debe a que la debilidad económica de Europa es patente. El crecimiento económico en la Eurozona es negativo. Como consecuencia las empresas están sufriendo un estancamiento o disminución de la demanda de sus productos lo que no les permite aumentar su producción ni la contratación de mano de obra, por lo que parece que el paro seguirá aumentando. Los índices de clima económico, de confianza y de gestores de compras siguen a la baja de manera que parece que la recuperación económica se retrasará hasta el 2010 para, eso sí, acelerarse conforme nos adentremos en el  2011.


BAJADA DE TIPOS

En estas condiciones ¿La rebaja de los tipos de interés que hizo ayer el BCE tendrá algún efecto en la economía europea? La respuesta es afirmativa porque Europa está sufriendo una crisis de insuficiencia de demanda agregada y existe, por tanto, capacidad productiva ociosa. Efectivamente, el aumento de los precios de los alimentos y el petróleo ha erosionado el poder adquisitivo e hizo disminuir la demanda agregada. Por tanto, si la bajada del precio del dinero el BCE se trasladase al EURÍBOR y a las operaciones de crédito, fomentaría la inversión y el consumo privado al disponer empresas y familias de menos costes financieros y de préstamos y créditos más baratos. Si eso fuese así se conseguiría el deseado aumento del PIB y del empleo.

NO ES LA SOLUCIÓN

Pero los problemas de Europa son fundamentalmente estructurales por lo que la bajada de tipos, aunque ayude, no es la solución ya que no garantiza que consumidores e inversores aumenten su endeudamiento y, por tanto, gasto ante unas bajas expectativas económicas. Esta es una crisis estructural y de confianza, basada en la incertidumbre que no se soluciona solo con medicina monetaria. Además, esta rebaja, puede provocar un aumento de la inflación en el 2011 ya que existen en la economía europea excesos de dinero (M3) que antes o después desembocarán en tensiones inflacionarias. Aunque, por ahora el riesgo de tensiones inflacionistas en el conjunto de la Eurozona parece muy limitado.

LA ESPERADA SUBIDA DE LAS BOLSAS

En definitiva la rebaja realizada ayer por el BCE en el precio del dinero, si se trasladase al EURÍBOR, abarataría las condiciones de endeudamiento rebajando los costes financieros de las empresas y de las familias lo que aumentaría la renta disponible de la economía facilitando en alguna medida el crecimiento y el empleo. Además al hacer menos atractiva la renta fija y más atractiva la renta variable podría ayudar a la recuperación de las Bolsas al desplazarse los ahorradores desde renta fija a renta variable y mejorando, a través del efecto riqueza, las expectativas económicas de empresas y familias.


    [post_title] => La bajada de los tipos de interés ayuda pero no es la solución
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EL Banco Central Europeo (BCE) bajó ayer los tipos de interés en 0,50 puntos situándolos en 3,75%. Con esta medida el BCE pretende dar financiación más barata y abundante a la banca y reactivar la economía de la Eurozona. Ello se debe a que la debilidad económica de Europa es patente. El crecimiento económico en la Eurozona es negativo. Como consecuencia las empresas están sufriendo un estancamiento o disminución de la demanda de sus productos lo que no les permite aumentar su producción ni la contratación de mano de obra, por lo que parece que el paro seguirá aumentando. Los índices de clima económico, de confianza y de gestores de compras siguen a la baja de manera que parece que la recuperación económica se retrasará hasta el 2010 para, eso sí, acelerarse conforme nos adentremos en el 2011.

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3
Oct
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    [post_content] => Es un problema escribir los viernes de semanas como ésta, o como la pasada, o como la anterior. En primer lugar porque es difícil procesar toda la información aparecida en los últimos cinco días, teniendo en cuenta el enorme ruido existente. Pero, sobre todo, porque frente a los deseos de todos, parece difícil ver la luz al final del túnel y, en caso de que la percibamos, podría estar emitiéndola un tren en dirección contraria a la nuestra. Muchos opinarán que soy pesimista, pero desde hace meses tiendo a calificarme como un optimista informado. Así que desde ese lado de la trinchera, voy a intentar ordenar un poco las ideas de esta semana.

La primera es que seguimos esperando la aprobación del ya famoso Plan Paulson,  que de ser el bálsamo que curaría todos los problemas, ahora no pasa de la categoría de mal menor. Quizás porque se centra excesivamente en el lado del activo de las entidades financieras con problemas, sin incidir en el pasivo y, por tanto, en su recapitalización, lo que además daría más posibilidades de recuperar el dinero a los contribuyentes. Contribuyentes que de la noche a la mañana han pasado a ser partícipes de un fondo de inversión por valor de 700.000 millones de dólares que invierte en activos sin liquidez en estos momentos.

Los problemas de valoración y gestión de los activos ilíquidos van a ser enormes, lo que retrasará el momento en el que este programa de rescate pueda tener incidencia positiva en el crédito y, por tanto, en la actividad. En este sentido y, teniendo en cuenta los indicadores aparecidos en EEUU en las últimas semanas, la discusión ya no se centra en la entrada en recesión de la economía americana, sino en su duración. Pese a ello, el dólar se está apreciando frente al euro, situándose en la zona de 1,37 (1,60 en el mes de julio).


La explicación a este fortalecimiento de la divisa de un país próximo a la recesión frente al euro sería mi segunda idea. Esta apreciación del billete verde estriba no sólo en la propia debilidad de la economía europea (en todo caso menos frágil y desequilibrada que la americana) sino, especialmente, en la sensación de que Europa no tiene la capacidad de enfrentarse coordinadamente a los problemas económicos globales, a lo mejor por la ausencia de las instituciones europeas adecuadas, aunque quizás también porque no existe mucha voluntad. Repasemos la última semana: Fortis y Dexia son rescatadas con fondos públicos, en el primer caso procedentes de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, en el segundo de Francia y Bélgica, el banco alemán Hypo Real State recibe una inyección de 35.000 millones de euros procedentes de varias entidades alemanas garantizados por el Estado y, por último,  el gobierno irlandés garantiza todos los depósitos (además de otras emisiones) durante dos años, eso sí sólo de los bancos nacionales.

Todo ello sin tener en cuenta otros movimientos fuera de la zona euro, en países como Islandia o Gran Bretaña. Ante la magnitud de la crisis, las soluciones nacionales serán poco eficaces y, además, pueden generar efectos negativos en los sistemas financieros de otras economías de la región. Habría que ir acelerando temas como la supervisión supranacional de los grandes grupos bancarios europeos o la unificación de los fondos de garantía de depósitos. Evidentemente, también sería deseable un plan coordinado europeo por si arrecia la tormenta, pero esto parece mucho pedir. Más bien cada palo aguantará su vela.

La tercera idea es que lo anterior se ha reflejado en las mayores tensiones y primas de riesgo en los mercados financieros desde que se inició la crisis. Si los mercados mayoristas permanecen cerrados desde hace meses, ahora son los de papel comercial y el interbancario los que no funcionan, de manera que toda la financiación no minorista pasa por los bancos centrales. Lo que explicaría que en el caso del BCE el mismo día tenga un montón de bancos pidiéndole  dinero al tipo lombard y, otros tantos, colocándolo al de la facilidad de depósito. Desde luego esta situación no se soluciona exclusivamente con una bajada de tipos, pero evidentemente puede ayudar. Mi opinión es que en un contexto tan complejo como el actual no se puede descartar que la bajada de tipos se produzca en el marco de una acción coordinada con la FED y en cualquier momento. Probablemente antes de final de año. No basta con intentar adaptar la liquidez a las necesidades del sistema financiero, la gravedad de la situación aconseja bajar los tipos de interés. Probablemente los veremos el año que viene cerca del 3%.

Por último, en el caso de la economía española, con los últimos indicadores y, especialmente, con los de paro registrado y afiliación de septiembre se confirma que el crecimiento será negativo en el tercer trimestre del año. Sólo un desmesurado crecimiento de la productividad en los últimos tres meses podría evitarlo y, sinceramente, no lo veo. Pero de mis perspectivas sobre la economía española escribiré otro día. Buen fin de semana a todos.





    [post_title] => Crisis financiera en EEUU y Europa ¿Qué hara el Banco Central Europeo?
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Es un problema escribir los viernes de semanas como ésta, o como la pasada, o como la anterior. En primer lugar porque es difícil procesar toda la información aparecida en los últimos cinco días, teniendo en cuenta el enorme ruido existente. Pero, sobre todo, porque frente a los deseos de todos, parece difícil ver la luz al final del túnel y, en caso de que la percibamos, podría estar emitiéndola un tren en dirección contraria a la nuestra. Muchos opinarán que soy pesimista, pero desde hace meses tiendo a calificarme como un optimista informado. Así que desde ese lado de la trinchera, voy a intentar ordenar un poco las ideas de esta semana.

La primera es que seguimos esperando la aprobación del ya famoso Plan Paulson, que de ser el bálsamo que curaría todos los problemas, ahora no pasa de la categoría de mal menor. Quizás porque se centra excesivamente en el lado del activo de las entidades financieras con problemas, sin incidir en el pasivo y, por tanto, en su recapitalización, lo que además daría más posibilidades de recuperar el dinero a los contribuyentes. Contribuyentes que de la noche a la mañana han pasado a ser partícipes de un fondo de inversión por valor de 700.000 millones de dólares que invierte en activos sin liquidez en estos momentos.

Los problemas de valoración y gestión de los activos ilíquidos van a ser enormes, lo que retrasará el momento en el que este programa de rescate pueda tener incidencia positiva en el crédito y, por tanto, en la actividad. En este sentido y, teniendo en cuenta los indicadores aparecidos en EEUU en las últimas semanas, la discusión ya no se centra en la entrada en recesión de la economía americana, sino en su duración. Pese a ello, el dólar se está apreciando frente al euro, situándose en la zona de 1,37 (1,60 en el mes de julio).

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2
Oct

El BCE empieza a cambiar el discurso

Escrito el 2 octubre 2008 por Antonio Zamora en Política Monetaria

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    [post_content] => En su reunión de hoy, el BCE decidió mantener sin cambios su tipo de interés de referencia, que actualmente se sitúa desde la subida del pasado mes de julio en el 4,25%. Se trata de una decisión que ha defraudado a una pequeña parte del mercado que apostaba por un recorte de tipos. ¿Quiere esto decir que el BCE sigue haciendo oídos sordos al reciente cambio de tendencia de la inflación, al deterioro de la situación económica y al recrudecimiento de la crisis crediticia?


Por fortuna no es así. En el comunicado leído públicamente por Trichet, el BCE reconocía que los riesgos inflacionistas se han reducido, que los riesgos económicos a la baja han aumentado y que la parálisis de los mercados financieros constituye una amenaza significativa aunque difícil de cuantificar. Por si este reconocimiento no fuese ya lo bastante esclarecedor, Trichet ha reconocido en la rueda de prensa posterior que en la reunión de política monetaria se debatió la posibilidad de recortar los tipos de interés de referencia. ¿Qué quiere todo esto decir? Pues que el BCE nos prepara a todos para un recorte de tipos que muy bien puede tener lugar el próximo mes de noviembre y que podría ser de 50 pb (hasta el 3,75%, pues).

En el mercado ha pesado mucho más esta interpretación que la ligera decepción de que el recorte no se haya producido hoy. En consecuencia, las expectativas sobre futuros recortes de tipos del BCE se han acentuado y la curva de tipos de interés del euro ha tendido a relajarse. Mucho se tiene que relajar, en cualquier caso, para que los tipos interbancarios corrijan su fuerte repunte del último año, movimiento que ha sido equivalente a una subida de tipos oficiales de un punto porcentual. Y se relajarán, porque, aunque las primas de riesgo del mercado interbancario se mantengan muy altas, el mercado no descuenta recortes de tipos oficiales en los próximos meses más allá del 3,5%, cuando es muy probable que los recortes de tipos acaben yendo más allá del 3%. La relajación de la política monetaria, en un contexto de claros riesgos recesivos, es inevitable.


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En su reunión de hoy, el BCE decidió mantener sin cambios su tipo de interés de referencia, que actualmente se sitúa desde la subida del pasado mes de julio en el 4,25%. Se trata de una decisión que ha defraudado a una pequeña parte del mercado que apostaba por un recorte de tipos. ¿Quiere esto decir que el BCE sigue haciendo oídos sordos al reciente cambio de tendencia de la inflación, al deterioro de la situación económica y al recrudecimiento de la crisis crediticia?

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5
Sep

¿Qué va a pasar con los tipos de interés en 2009?

Escrito el 5 septiembre 2008 por Antonio Zamora en Política Monetaria

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    [post_content] => En línea con lo esperado por todo el mundo, el BCE decidió ayer, por segundo mes consecutivo, mantener en el 4,25% su tipo de interés de referencia. Con la inflación europea cerca del 4,8% (el BCE aspira a situarla por debajo del 2%), negociaciones salariales al alza y la proximidad de la última subida de tipos (julio), un recorte habría sido muy difícil de explicar. Pero también lo habría sido un nuevo incremento, considerando que el petróleo —y con él la inflación— ya ha dado claras muestras de haber empezado un cambio de tendencia, que el PIB europeo se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre y que las perspectivas para el tercero no son mucho mejores.

Constatada la falta de sorpresa de la decisión, la cuestión relevante es: ¿ha aportado la conferencia de prensa posterior de Trichet alguna novedad sobre las intenciones del banco central de cara a los próximos meses?


Y la respuesta es que apenas hay novedades. Es relevante el nuevo reconocimiento del deterioro económico y de sus riesgos a la baja, así como la constatación de una modesta reconducción en el crecimiento de la oferta monetaria y el crédito al sector privado. Aún así, la insistencia en los riesgos inflacionistas —en especial los de “segunda vuelta”, ligados sobre todo a las negociaciones salariales— y la afirmación de no se alcanzará el objetivo de estabilidad de precios hasta 2010 han seguido manteniendo un tono básico de firmeza y equilibrio en el mensaje.

La reiteración de la ausencia de “sesgo” en la política monetaria subraya la idea básica de la comparecencia del mes anterior: no habrá previsiblemente movimientos de tipos en los próximos meses. La publicación de las proyecciones de crecimiento e inflación de los técnicos del BCE apuntalan aún más la idea, puesto que el crecimiento se revisa a la baja (1,4% en 2008 y 1,7% en 2009) y la inflación al alza (3,5% y 2,3%) respecto a las estimaciones de hace tres meses.

¿Qué va a pasar con los tipos en 2009? El mercado se resiste aún a apostar por recortes claros de tipos, pero sigo pensando que esa será la evolución más probable. El estancamiento económico, en un contexto de globalización de la desaceleración, se mostrará más persistente de lo que ahora parece creer el BCE y el descenso de la inflación puede también ser más rápido de lo previsto, de manera que el 2% pueda alcanzarse ya en 2009. En consecuencia, la puerta a las bajadas de tipos puede empezar a abrirse en el primer trimestre de ese año.


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En línea con lo esperado por todo el mundo, el BCE decidió ayer, por segundo mes consecutivo, mantener en el 4,25% su tipo de interés de referencia. Con la inflación europea cerca del 4,8% (el BCE aspira a situarla por debajo del 2%), negociaciones salariales al alza y la proximidad de la última subida de tipos (julio), un recorte habría sido muy difícil de explicar. Pero también lo habría sido un nuevo incremento, considerando que el petróleo —y con él la inflación— ya ha dado claras muestras de haber empezado un cambio de tendencia, que el PIB europeo se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre y que las perspectivas para el tercero no son mucho mejores.

Constatada la falta de sorpresa de la decisión, la cuestión relevante es: ¿ha aportado la conferencia de prensa posterior de Trichet alguna novedad sobre las intenciones del banco central de cara a los próximos meses?

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17
Ago
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    [post_content] => La inflación ha comenzado a acelerarse en América Latina ¿Cuál es la posición que deben tomar los bancos centrales de la zona ante esta amenaza? Hasta ahora la reacción generalizada ha sido subir los tipos de interés. Los bancos centrales de Perú, Chile, Brasil, México, etc. han subido los tipos.

También en Colombia, el Banrepública subió su tipo de interés en 0,25%; estaba en 9,75% y quedó en 10% con el objetivo de anclar las expectativas de inflación. Pero a diferencia de otros presidentes Álvaro Uribe, Presidente de Colombia, no recibió bien la medida. El Presidente Uribe se declaró preocupado por esta decisión, tras cinco meses de mantener sin cambios en los tipos de interés

¿Por qué Uribe está preocupado? Porque  aunque entiende que la inflación es algo muy negativo sin embargo, tipos de interés altos desalientan la demanda: el consumo y la inversión. Y también a través de la apreciación del peso las exportaciones. Esta caída en la demanda agregada paralizará la oferta, y, por tanto el crecimiento, lo que aumentará el desempleo. Más paro en Colombia supone aumentar la pobreza que venía disminuyendo y también la contracción en la oferta productiva, como pez que se muerde la cola, la menor oferta agregada echará más gasolina a la inflación.

El argumento de Uribe es interesante. La consecuencia de su argumento es que es necesario aumentar la oferta productiva para bajar los precios y aumentar a la vez el crecimiento económico y reducir el paro y la pobeza. Una opinión interesante y a tener en cuenta por los banqueros centrales de todo el mundo. También por Trichet del Banco Central Europeo que debería empezar a bajar los tipos. Pero también los gobiernos de los países deben saber que en la empanada gallega y en la pizza el secreto está en la masa y que en economía el secreto está en la oferta agregada. Cuando hay inflación es porque o hay exceso de demanda o hay contracción en la oferta. Son viejos conceptos de los que ya hemos escrito en este blog.

¿Colombia tiene una inflación de demanda (excesiva expansión de la demanda agregada) o una inflación por el lado de la oferta (contracción de la oferta)? Dependiendo de la respuesta que demos a esta pregunta las medidas de política económica serán diferentes.


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La inflación ha comenzado a acelerarse en América Latina ¿Cuál es la posición que deben tomar los bancos centrales de la zona ante esta amenaza? Hasta ahora la reacción generalizada ha sido subir los tipos de interés. Los bancos centrales de Perú, Chile, Brasil, México, etc. han subido los tipos.

También en Colombia, el Banrepública subió su tipo de interés en 0,25%; estaba en 9,75% y quedó en 10% con el objetivo de anclar las expectativas de inflación. Pero a diferencia de otros presidentes Álvaro Uribe, Presidente de Colombia, no recibió bien la medida. El Presidente Uribe se declaró preocupado por esta decisión, tras cinco meses de mantener sin cambios en los tipos de interés

¿Por qué Uribe está preocupado? Porque aunque entiende que la inflación es algo muy negativo sin embargo, tipos de interés altos desalientan la demanda: el consumo y la inversión. Y también a través de la apreciación del peso las exportaciones. Esta caída en la demanda agregada paralizará la oferta, y, por tanto el crecimiento, lo que aumentará el desempleo. Más paro en Colombia supone aumentar la pobreza que venía disminuyendo y también la contracción en la oferta productiva, como pez que se muerde la cola, la menor oferta agregada echará más gasolina a la inflación.

El argumento de Uribe es interesante. La consecuencia de su argumento es que es necesario aumentar la oferta productiva para bajar los precios y aumentar a la vez el crecimiento económico y reducir el paro y la pobeza. Una opinión interesante y a tener en cuenta por los banqueros centrales de todo el mundo. También por Trichet del Banco Central Europeo que debería empezar a bajar los tipos. Pero también los gobiernos de los países deben saber que en la empanada gallega y en la pizza el secreto está en la masa y que en economía el secreto está en la oferta agregada. Cuando hay inflación es porque o hay exceso de demanda o hay contracción en la oferta. Son viejos conceptos de los que ya hemos escrito en este blog.

¿Colombia tiene una inflación de demanda (excesiva expansión de la demanda agregada) o una inflación por el lado de la oferta (contracción de la oferta)? Dependiendo de la respuesta que demos a esta pregunta las medidas de política económica serán diferentes.

7
Ago

El BCE (casi) no cambia

Escrito el 7 agosto 2008 por Antonio Zamora en Política Monetaria

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    [post_date_gmt] => 2008-08-07 13:11:03
    [post_content] => En su reunión de política monetaria de hoy, el BCE ha mantenido en el 4,25%, como se esperaba, su principal tipo de interés de referencia. Tras la polémica subida de tipos del mes pasado (25 pb hasta el 4,25%), era seguro que esta vez no habría movimientos. Sin embargo, existía cierta incertidumbre respecto al tono de mensaje de la conferencia de prensa de Trichet tras anunciarse la decisión adoptada. Por una parte, el incremento de la inflación en julio hasta el 4,1% le podría servir de excusa para justificar la última subida de tipos y para subrayar nuevamente los riesgos inflacionistas. Por otra, el presidente del BCE podría más bien decantarse por señalar que las expectativas inflacionistas se han moderado como consecuencia de la subida de tipos y del reciente abaratamiento del petróleo y que los últimos indicadores económicos han elevado los riesgos a la baja para la actividad económica, lo que tendería a difuminar todo vestigio de sesgo alcista en tipos de la política monetaria.

Este segundo enfoque es, en mi opinión, el que más ajustado a la realidad, pero el presidente del BCE, desde luego, no lo ha adoptado de una manera resuelta.


De hecho, Trichet ha empezado su discurso desde el primer enfoque: los datos han confirmado la conveniencia de la última subida de tipos y los riesgos inflacionistas (por las materias primas, el crecimiento monetario y los efectos de segunda vuelta) han aumentado. Por fortuna para el análisis objetivo, también ha concedido implícitamente que los datos de actividad económica del segundo trimestre han sido más débiles de lo esperado y que los riesgos económicos (por el encarecimiento de las materias primas, la crisis crediticia y los desequilibrios económicos globales) se mantienen a la baja, aunque ha tendido a limitar el reconocimiento del componente inesperado en las recientes señales de debilidad y a subrayar la salud de los fundamentos económicos europeos y la relativa fortaleza de la economía global. En definitiva, casi se repite el mensaje de sesgo neutral en tipos del mes pasado.

La curva de tipos de mercado, que aún temía la posibilidad de alguna subida de tipos próxima, ha tendido a relajarse tras recibir el mensaje del BCE. Sin embargo, aún no apuesta por recortes de tipos en los próximos meses. Es cuestión de tiempo. Cuando en las próximas semanas se vayan confirmando los datos de recesión económica en el conjunto de la Zona Euro y el panorama de la economía global se siga ensombreciendo, es muy probable que el mercado empiece a apostar por recortes de tipos oficiales a lo largo del próximo año. Será entonces más evidente que la subida de tipos de julio no estuvo probablemente del todo justificada.


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En su reunión de política monetaria de hoy, el BCE ha mantenido en el 4,25%, como se esperaba, su principal tipo de interés de referencia. Tras la polémica subida de tipos del mes pasado (25 pb hasta el 4,25%), era seguro que esta vez no habría movimientos. Sin embargo, existía cierta incertidumbre respecto al tono de mensaje de la conferencia de prensa de Trichet tras anunciarse la decisión adoptada. Por una parte, el incremento de la inflación en julio hasta el 4,1% le podría servir de excusa para justificar la última subida de tipos y para subrayar nuevamente los riesgos inflacionistas. Por otra, el presidente del BCE podría más bien decantarse por señalar que las expectativas inflacionistas se han moderado como consecuencia de la subida de tipos y del reciente abaratamiento del petróleo y que los últimos indicadores económicos han elevado los riesgos a la baja para la actividad económica, lo que tendería a difuminar todo vestigio de sesgo alcista en tipos de la política monetaria.

Este segundo enfoque es, en mi opinión, el que más ajustado a la realidad, pero el presidente del BCE, desde luego, no lo ha adoptado de una manera resuelta.

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6
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    [post_content] => Es casi seguro que el Banco Central Europeo (BCE) no subirá mañana los tipos de interés a corto plazo, situados en este momento en el 4,25%. Aunque la entidad ve razones de peso para subir los tipos, debido a la elevada inflación, sin embargo, la subida es una apuesta demasiado agresiva.


El BCE debe considerar no solo los riesgos de inflación, en particular los altos precios de la energía, si no también la excesiva fortaleza del euro, la necesaria recuperación económica de la eurozona, y los problemas de los mercados inmobiliario, laboral y financiero. Sin embargo, el BCE en el comunicado de mañana seguirá empleando un lenguaje muy severo haciendo hincapié en los riesgos inflacionarios.

El factor clave que determinaría una nueva subida de tipos de interés, hasta el 4,5%, sería un rebrote en el aumento de los precios de la energía que amenazase la estabilidad de los precios. Sin embargo, con precios del petróleo a la baja parece poco probable que el BCE se embarque en un proceso de endurecimiento monetario que, dados los riesgos para el crecimiento, podría desembocar en una recesión en la Eurozona.

Por tanto, es casi seguro que el BCE dejará mañana los tipos de interés sin cambios. Sin embargo, un incremento de tipos no puede ser descartado del todo de aquí a final de año. Si el sistema financiero muestra señales de mejoría y las noticias sobre la inflación se vuelven todavía más sombrías el BCE  podría subir los tipos en 0,25%.

En resumen, parece probable que en el comunicado que divulgará mañana el BCE después de su reunión emplee un lenguaje severo sobre los riesgos inflacionarios, pero dejará los tipos de interés inalterados.



    [post_title] => EL BCE no subirá mañana los tipos de interés.
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Es casi seguro que el Banco Central Europeo (BCE) no subirá mañana los tipos de interés a corto plazo, situados en este momento en el 4,25%. Aunque la entidad ve razones de peso para subir los tipos, debido a la elevada inflación, sin embargo, la subida es una apuesta demasiado agresiva.

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5
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    [post_content] => La Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos (EEUU) se enfrenta hoy a la difícil elección de si debe subir o no los tipos de interés. Si sube los tipos estará luchando contra la inflación; si no los sube luchará contra la recesión. Se trata del típico trade-off al que tienen que enfrentarse los policy makers a la hora de elegir entre estabilidad de precios y crecimiento económico.


Mayor inflación

La inflación en EEUU se está comportando mal ya que aumentó en julio más de lo esperado. Efectivamente en los últimos 12 meses los precios subieron un 5%, el mayor incremento en 17 años. La inflación subyacente, que excluye las variaciones en los precios de la energía y los alimentos, también aumenta lo que justifica los temores de que los costes de la energía y los alimentos se están propagando al resto de la economía. A estos datos malos se une el mal resultado del deflactor implícito del PIB que alcanzó su mayor nivel en 27 años lo que complica el trabajo de la FED, que tiene que combatir al mismo tiempo la inflación y un crecimiento económico muy débil. Una disyuntiva complicada.

¿Qué hará hoy la FED? 

Si la FED decide hoy subir los tipos de interés, del 2% al 2,25%, para atenuar las presiones inflacionarias podría agravar la ya frágil salud del sistema financiero y debilitar todavía más el crecimiento económico. Por otra parte, si deja los tipos en el 2%  corre el riesgo de que la inflación aumente.

En los últimos meses la FED ha tomado partido por dar más importancia al crecimiento y la creación de empleo que a la inflación.  De ahí que la mayoría de los economistas americanos crean que la FED mantendrá hoy los tipos en el 2%. Entre otros motivos por que esperan que la inflación se modere durante el tercer trimestre del año. Ello se deberá, por un lado, a que la desaceleración de la economía disminuirá la demanda y por tanto los precios y por otro a que los precios del petróleo sigan la tónica descendente. El precio del barril de petróleo Texas cerró ayer en los 121,41 dólares aunque durante la sesión llegó a cotizar por debajo de la barrera de los 120 dólares. El barril europeo Brent cerró en los 120,68 dólares.

Fuente: Fed Confronts Spike in Inflation BY ANTON TROIANOVSKI AND SUDEEP REDDY 




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La Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos (EEUU) se enfrenta hoy a la difícil elección de si debe subir o no los tipos de interés. Si sube los tipos estará luchando contra la inflación; si no los sube luchará contra la recesión. Se trata del típico trade-off al que tienen que enfrentarse los policy makers a la hora de elegir entre estabilidad de precios y crecimiento económico.

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2
Jul

Semana decisiva para los mercados financieros

Escrito el 2 julio 2008 por José Ramón Diez Guijarro en Política Monetaria

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    [post_content] => La situación de los mercados financieros casi un año después del inicio de la crisis continúa siendo extremadamente delicada. Las primas de riesgo continúan muy tensionadas, el euribor 12 meses en los niveles más elevados desde el nacimiento del euro (cerca del 5,5%), las bolsas acumulan caídas cercanas al 25% desde máximos y están rompiendo los mínimos de enero-marzo y, por si fuera poco, también estamos asistiendo a una corrección de los precios de la deuda pública (subida de rentabilidades) en las últimas semanas. Todo ello configura un escenario muy delicado para la actividad, pues al encarecimiento de las condiciones de financiación se une el efecto riqueza negativo que provocará el mal comportamiento generalizado de los activos financieros y, en algunos países como España, Irlanda, EEUU o Gran Bretaña, también de los activos reales.

En definitiva, sólo tres meses después de que algunos certificaran el principio del fin de las turbulencias financieras, ahora ni siquiera estamos seguros de encontrarnos ante el fin del principio. La primera explicación a este rebrote de la desconfianza entre los inversores internacionales podemos buscarla en las nuevas pérdidas que están aflorando las entidades financieras internacionales (el acumulado ya se aproxima a los 400.000 millones de dólares) y en las subsiguientes ampliaciones de capital que vuelven a lastrar el comportamiento del sector en bolsa y no permiten que se recupere la normalidad  en los propios mercados interbancarios.



Sin embargo, son las nuevas complicaciones en el escenario macroeconómico las que pueden justificar mejor este nuevo repunte de las tensiones financieras. Durante el último año nos hemos enfrentado a un escenario económico caracterizado por un “shock” financiero global, acompañado en algunos países por un importante ajuste en el mercado de la vivienda. Mientras los principales bancos centrales rebajaban los tipos de interés y/o adecuaban la instrumentación de la política monetaria a una situación de emergencia en los mercados financieros, todos cruzábamos los dedos ante la posibilidad de que la inflación terminara complicando la coyuntura de manera casi definitiva. Pero como todo lo susceptible de empeorar suele terminar haciéndolo, la realidad es que, por primera vez en mucho tiempo, una fuerte desaceleración de la actividad está viniendo acompañada de importantes tensiones de los precios, lo que constituye el peor escenario para los mercados financieros.

Por tanto, vuelve a reaparecer el fantasma de la estanflación y el riesgo de un repunte de las expectativas de inflación. Todos sabemos que una de las cosas más difíciles de medir en economía son los “animal spirits” de Keynes, pero en el caso de la inflación, además de encuestas como la de Michigan en EEUU, tenemos herramientas valiosas como el diferencial entre los bonos indiciados a la evolución de los precios y los bonos normales con vencimiento a 10 años. En este caso y, en la UEM, se detecta un importante salto desde febrero en la expectativa de inflación que tienen los mercados financieros para el medio-largo plazo, al pasar de 2,20% a 2,85%, con una importante subida de 2,5% al 2,8% tras la publicación el pasado lunes del dato de inflación en la UEM (4% en junio).

Esto es lo que mañana intentará cortar de raíz el BCE, subiendo en 25 pb en los tipos oficiales. Y esa es precisamente la tarea que tienen encomendada los miembros del BCE, pese a quien pese. La clave va a ser el comunicado y la rueda de prensa posterior. Mi opinión es que se dejará claro que no se inicia una tendencia de subida de tipos por parte del BCE, pero que se mantienen todas las alertas sobre la evolución de los precios hasta finales de año. Con las Bolsas y la deuda pública en niveles técnicos muy delicados y, con el verano por delante, época de tradicional volatilidad en los mercados financieros, el BCE va a tener que realizar lo que los castizos llaman “encaje de bolillos”. Defendiendo su credibilidad antiinflacionista, pero mostrando cierta flexibilidad por si el escenario cambia en los próximos meses (algo bastante probable) y, nos encontramos a la vuelta de la esquina con un estancamiento de la economía europea y menos tensiones en los precios.



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La situación de los mercados financieros casi un año después del inicio de la crisis continúa siendo extremadamente delicada. Las primas de riesgo continúan muy tensionadas, el euribor 12 meses en los niveles más elevados desde el nacimiento del euro (cerca del 5,5%), las bolsas acumulan caídas cercanas al 25% desde máximos y están rompiendo los mínimos de enero-marzo y, por si fuera poco, también estamos asistiendo a una corrección de los precios de la deuda pública (subida de rentabilidades) en las últimas semanas. Todo ello configura un escenario muy delicado para la actividad, pues al encarecimiento de las condiciones de financiación se une el efecto riqueza negativo que provocará el mal comportamiento generalizado de los activos financieros y, en algunos países como España, Irlanda, EEUU o Gran Bretaña, también de los activos reales.

En definitiva, sólo tres meses después de que algunos certificaran el principio del fin de las turbulencias financieras, ahora ni siquiera estamos seguros de encontrarnos ante el fin del principio. La primera explicación a este rebrote de la desconfianza entre los inversores internacionales podemos buscarla en las nuevas pérdidas que están aflorando las entidades financieras internacionales (el acumulado ya se aproxima a los 400.000 millones de dólares) y en las subsiguientes ampliaciones de capital que vuelven a lastrar el comportamiento del sector en bolsa y no permiten que se recupere la normalidad en los propios mercados interbancarios.

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