Archivo de la Categoría ‘Diccionario de Economía’

18
Jul
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    [post_content] => La fuga de cerebros, es decir, la emigración de trabajadores cualificados, perjudica a la mayoría de los países del mundo y beneficia casi exclusivamente a Estados Unidos. Europa, por ejemplo, exporta más  cerebros de los que importa. Más de 400.000 científicos nacidos en Europa residen en EEUU, lo que supone el 40% del stock de investigadores que trabajan en dicho país. De los miles de europeos que realizan cada año su doctorado en Estados Unidos, el 70% opta por quedarse en territorio estadounidense. En el Tercer Mundo el problema es mucho más grave ya que la fuga de cerebros supone un grave obstáculo a la utilización de la tecnología para la expansión de la economía de esos países y la mejora de su nivel de vida.


Si analizamos los 50 países más pobres del planeta, comprobamos que alrededor de 1 millón de personas capacitadas viven y trabajan en los países desarrollados, lo que representa un éxodo intelectual del 15%, teniendo en cuenta que en esos países más pobres unos 6,6 millones de personas tienen formación superior.  La situación es mucho más extrema en Haití, Cabo Verde, Samoa, Gambia y Somalia ya que, en los últimos años, han perdido a más del 50% de sus profesionales con formación universitaria. Se han ido a países industrializados en busca de mejores condiciones de trabajo y de vida. También Ghana presenta una elevada tasa; 26%.

Los países asiáticos están situados en un arco que comprende desde el 5% de India o China, al 15% de Corea del Sur, con Filipinas en el centro (10%). Irán tiene un 25% de sus graduados en el extranjero. Corea del Sur, que en los años 80 consiguió traer de vuelta a casa a dos tercios de los científicos doctorados en Estados Unidos, tiene ahora miles de graduados en el paro, que lógicamente están tramitando la visa para poder irse nuevamente a los Estados Unidos. Lo mismo está ocurriendo con los  informáticos de la India. Por miles se cuentan también los venezolanos altamente cualificados que huyen de su país por la situación política, y encuentran ubicación en Italia y España. El 70% de los peruanos que terminan su doctorado en EEUU intentan quedarse a trabajar allí. Son ejemplos de la fuga de cerebros que, al no regresar, desangran a sus países de origen.

Los gobiernos de los países pobres deben procurar retener a sus profesionales cualificados ofreciéndoles mejores posibilidades de empleo y de carrera y deben también incentivar la vuelta de los emigrantes a fin de que contribuyan al crecimiento económico y a la mejora de los conocimientos en estos países. En este sentido los gobiernos deben aprovechar el fenómeno de la globalización que hace que los científicos y expertos más capacitados adquieran una mayor movilidad virtual y necesiten, por tanto, menor movilidad física. Efectivamente, ya no es imprescindible que el cerebro se marche a otro país para conseguir un trabajo mejor remunerado. Con el teletrabajo, se puede trabajar para  EEUU o para un país de la UE desde casa. Gracias a Internet, miles de informáticos rusos trabajan a distancia para multinacionales. Ocho millones de personas están creando y manteniendo software en la India, lo que supone 8.000 millones de dólares anuales en exportaciones indias con clientes en todas las partes del Mundo. Pero para poder trabajar a distancia se impone que los gobiernos generen infraestructura de telecomunicaciones.

A la vez, el fenómeno de la “deslocalización” hace que muchas multinacionales se instalen en los países en desarrollo, lo que crea más oportunidades para los “cerebros locales”. Los gobiernos de esos países deben saber que favorecer la inversión extranjera es otra forma de atraer a los cerebros que se han ido y retener a los cerebros que todavía están. Las migraciones de los científicos del Tercer Mundo hacia países desarrollados pueden tener graves consecuencias. El trabajo de esos profesionales cualificados es un requisito previo para la modernización de las estructuras de producción y mejora de la salud y educación en esos países.


    [post_title] => La fuga de cerebros
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La fuga de cerebros, es decir, la emigración de trabajadores cualificados, perjudica a la mayoría de los países del mundo y beneficia casi exclusivamente a Estados Unidos. Europa, por ejemplo, exporta más cerebros de los que importa. Más de 400.000 científicos nacidos en Europa residen en EEUU, lo que supone el 40% del stock de investigadores que trabajan en dicho país. De los miles de europeos que realizan cada año su doctorado en Estados Unidos, el 70% opta por quedarse en territorio estadounidense. En el Tercer Mundo el problema es mucho más grave ya que la fuga de cerebros supone un grave obstáculo a la utilización de la tecnología para la expansión de la economía de esos países y la mejora de su nivel de vida.

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28
Jun
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    [post_content] => El concepto de ecoeficiencia fue acuñado en 1992 por las compañías pertenecientes al World Business Council for Sustainable Development. Pretende la creación del mayor valor con el menor impacto ambiental. La ecoeficiencia es en definitiva una filosofía de gestión que permite guiar y medir el desempeño ambiental de las empresas y otros agentes en su actividad económica. La ecoinnovación lleva al progreso de la ecoeficiencia. Consiste en nuevos (o modificados) procesos, técnicas, sistemas, productos y servicios que evitan o reducen el daño ambiental.


Las innovaciones que favorecen al medio ambiente pueden ser catalogadas en dos grandes grupos: (1) tecnologías ambientales “limpiadoras”, como las de etapa final (end-of-pipe, EOP) y otras tecnologías de tratamiento del problema ambiental una vez que éste ya se ha producido; (2) tecnologías ambientales “más limpias”, que implican la búsqueda, ex ante al problema ambiental, de procesos de producción y productos más limpios. La tecnología limpia es preventiva, mientras que la tecnología limpiadora tan sólo es curativa. Actualmente, la mayor parte de las inversiones en equipo para el control de la contaminación en los países industrializados (en torno al 80%) se dedica a tecnologías EOP. El problema de estas “soluciones”, además de su discutible eficacia en términos ambientales, es que son costosas y no añaden valor a los bienes producidos. El segundo grupo, las tecnologías limpias, ofrecen en definitiva mayores beneficios para las empresas y para la sociedad en su conjunto. Un tercer tipo más amplio de ecoinnovación, que en cierto modo contendría una combinación de los dos grupos anteriores, sería la ecoinnovación sistémica, consistente en amplios cambios en los sistemas de provisión de bienes y servicios y/o en la gestión de los residuos en un país o región.

Los beneficios sociales de la ecoinnovación parecen evidentes. También ayuda a fomentar la competitividad de las empresas. En Europa, competitividad y sostenibilidad se dan la mano en el Plan de Acción de Tecnologías Ambientales (ETAP) adoptado por la Comisión en enero de 2004. Este ambicioso plan, dotado con un presupuesto total de 23.676 millones euros en el período 2004-2008, pretende fomentar las tecnologías ambientales dentro de la UE y globalmente, explotando su potencial tanto para mejorar el medio ambiente como la competitividad en Europa. Adicionalmente, el Programa Marco para la Innovación y la Competitividad 2007-2013 dedica una quinta parte de su presupuesto total a la promoción de la ecoinnovación. La ecoindustria europea factura en torno a 200 mil millones de euros al año, alrededor de un tercio del mercado mundial, da empleo a cerca de 2 millones de personas y muestra tasas de crecimiento en torno al 5% anual desde mediados de los noventa.

La transición hacia tecnologías más limpias puede ser lenta y costosa, tal vez frustrante en el corto plazo. No muchas empresas podrán permitirse liderar esta transición. Lo que parece evidente es que pocas podrán elegir mantenerse al margen de ella.

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El concepto de ecoeficiencia fue acuñado en 1992 por las compañías pertenecientes al World Business Council for Sustainable Development. Pretende la creación del mayor valor con el menor impacto ambiental. La ecoeficiencia es en definitiva una filosofía de gestión que permite guiar y medir el desempeño ambiental de las empresas y otros agentes en su actividad económica. La ecoinnovación lleva al progreso de la ecoeficiencia. Consiste en nuevos (o modificados) procesos, técnicas, sistemas, productos y servicios que evitan o reducen el daño ambiental.

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24
Jun
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    [post_content] => El desarrollo sostenible, y la interdependencia entre la economía y el medio ambiente, son conceptos que en los últimos años han provocado un creciente interés entre los poderes políticos, y las sociedades en general, a lo largo del mundo. El debate sobre esta problemática surge en los primeros años 1970 tras la publicación por D. H. Meadows del libro Los Límites del Crecimiento. La discusión, desarrollada y ampliada por otros muchos autores a lo largo de esa década, giraba en torno a si el crecimiento económico continuo llevaba sin remedio a una degradación medioambiental y a un colapso social a escala global. Finalmente, se llegó a la conclusión de que el desarrollo económico podía ser sostenido ilimitadamente siempre que fuera modificado para tener en cuenta su dependencia en última instancia con el medio ambiente. El concepto de desarrollo sostenible como tal quedó firmemente grabado en la agenda internacional con la publicación en 1987 del informe Our Common Future de la World Commission on Environment and Development. En este documento se acepta, en principio, que los recursos de la Tierra bastan para abastecer las necesidades humanas a largo plazo, siendo los aspectos esenciales a debatir la desigualdad en la distribución territorial de las capacidades naturales de sustentación y el análisis del uso ineficaz e irracional de tales recursos.

Si bien desde entonces las diferentes instituciones internacionales, así como numerosos gobiernos nacionales, vienen dedicando una considerable atención al análisis y desarrollo de “políticas sostenibles”, conviene señalar que aún hoy día no existe entre los economistas un consenso claro sobre cómo formalizar las ideas asociadas con la sostenibilidad.


Así, nos encontramos con que existen docenas de definiciones publicadas en relación a los conceptos de sostenibilidad. La diversidad y los conflictos entre dichas definiciones es evidente, mostrando que la sostenibilidad es un concepto complejo, que todo el mundo está de acuerdo en apoyar pero que nadie alcanza a definir de modo consistente. Sin embargo, tras la mayoría de dichas definiciones podemos encontrar una idea generalmente aceptada: el desarrollo sostenible debe satisfacer las necesidades del presente sin hipotecar la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer en su momento sus propias necesidades. Se plantea en definitiva de un trade-off entre el bienestar actual y el bienestar futuro de los miembros de la sociedad.

La búsqueda de una definición operativa o práctica, que permita identificar políticas globales para alcanzar el desarrollo sostenible, choca con dos problemas principales. En primer lugar, la existencia de incertidumbre sobre el futuro: desconocemos hasta qué punto la futura tecnología nos permitirá incrementar la eficiencia en el uso de un mismo stock de recursos. Es decir, existe la posibilidad de que los avances tecnológicos nos permitan en el futuro disfrutar de un nivel de vida equivalente (o superior) al actual utilizando una menor (o igual) cantidad de recursos. Al tiempo, desconocemos el valor que las futuras generaciones otorgarán a los bienes medioambientales: si asumimos que nuestros nietos valorarán el medio ambiente más que nosotros, tendremos una razón adicional para ser conservadores en su uso.

En segundo lugar, la complementariedad entre los recursos medioambientales y los recursos artificiales: utilizar como guía de sostenibilidad el mantenimiento del valor del stock total de capital en el tiempo es incorrecto, ya que numerosos componentes del capital medioambiental (los recursos no renovables) tienen una capacidad natural que no debe ser sobrepasada. Es por tanto necesario medir, además de ese valor del stock total de capital, una serie de indicadores sobre la sostenibilidad de tales recursos. Por otra parte, desconocemos en qué medida los recursos artificiales, desarrollados por el Hombre, pueden llegar a compensar el futuro deterioro o incluso la pérdida de los recursos naturales.

A pesar de estas limitaciones a la hora de definir a un nivel global políticas de sostenibilidad, parece claro que el mantenimiento de la calidad de la dotación de recursos a lo largo del tiempo implica, en la medida en que sea posible, la aceptación de dos normas: por una parte, el uso de los recursos renovables debe producirse a ritmos menores o iguales a su tasa de regeneración natural. En este sentido, se denominan recursos renovables aquellos cuyas existencias pueden crecer o recuperarse si se las permite reproducirse (como un bosque o una especie animal); también se consideran “renovables”, por convención, los recursos de flujo continuo (como la energía solar o la eólica). Por otra parte, el mantenimiento de la dotación nos obliga a perseguir el uso óptimo de los recursos no renovables, sujeto a la sustituibilidad antes mencionada entre los recursos y el progreso tecnológico. Dado que las existencias de estos recursos son limitadas, se trata en este caso de establecer un ritmo de uso óptimo hasta su agotamiento.

En términos aún más precisos, la búsqueda de la integración de la toma de decisiones en materia económica y medioambiental, del desarrollo sostenible en definitiva, ha sido abordada por los gobiernos mediante el establecimiento de diferentes instrumentos económicos (ver tabla), que pretenden la transmisión de las señales apropiadas a los productores y consumidores a través del potente mecanismo de los precios. Obviamente, estos instrumentos económicos no reemplazan a otros medios de acción, como los reglamentos o las normas, sino que se desarrollan en combinación con ellos y se apoyan mutuamente.

En comparación con el creciente número de instrumentos económicos utilizados en las políticas ambientales de las naciones, son pocas las evaluaciones realizadas que permitan obtener conclusiones válidas sobre los resultados de estos esfuerzos. A la escasa tradición existente en la evaluación de la eficiencia de las políticas gubernamentales en todos los ámbitos, se añade en el medioambiental la dificultad que provoca la dispersión de estas responsabilidades y, sobre todo, la complejidad de distinguir la contribución específica de cualquiera de estos instrumentos a la consecución de sus objetivos. Así, no basta con comparar los niveles de contaminación previos y posteriores a su aplicación, ya que un descenso en los registros de la misma puede deberse, por ejemplo, a la evolución de las tecnologías disponibles o a un descenso del nivel general de actividad de la economía. Por último, la falta de datos adecuados es otra importante limitación a la hora de realizar una evaluación del resultado de estas políticas, ya que a menudo es imposible saber qué hubiera sucedido si no se hubiera aplicado la política medioambiental en cuestión.

Pese a estas dificultades ex post, la teoría y los análisis ex ante demuestran la eficiencia y la eficacia de los instrumentos económicos para conseguir integrar las preocupaciones sociales sobre el medio ambiente en el sistema económico, condición necesaria para un desarrollo sostenible.

Tabla PA.bmp

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El desarrollo sostenible, y la interdependencia entre la economía y el medio ambiente, son conceptos que en los últimos años han provocado un creciente interés entre los poderes políticos, y las sociedades en general, a lo largo del mundo. El debate sobre esta problemática surge en los primeros años 1970 tras la publicación por D. H. Meadows del libro Los Límites del Crecimiento. La discusión, desarrollada y ampliada por otros muchos autores a lo largo de esa década, giraba en torno a si el crecimiento económico continuo llevaba sin remedio a una degradación medioambiental y a un colapso social a escala global. Finalmente, se llegó a la conclusión de que el desarrollo económico podía ser sostenido ilimitadamente siempre que fuera modificado para tener en cuenta su dependencia en última instancia con el medio ambiente. El concepto de desarrollo sostenible como tal quedó firmemente grabado en la agenda internacional con la publicación en 1987 del informe Our Common Future de la World Commission on Environment and Development. En este documento se acepta, en principio, que los recursos de la Tierra bastan para abastecer las necesidades humanas a largo plazo, siendo los aspectos esenciales a debatir la desigualdad en la distribución territorial de las capacidades naturales de sustentación y el análisis del uso ineficaz e irracional de tales recursos.

Si bien desde entonces las diferentes instituciones internacionales, así como numerosos gobiernos nacionales, vienen dedicando una considerable atención al análisis y desarrollo de “políticas sostenibles”, conviene señalar que aún hoy día no existe entre los economistas un consenso claro sobre cómo formalizar las ideas asociadas con la sostenibilidad.

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19
Jun
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    [post_content] => Desde una perspectiva macroeconómica, la competitividad de una economía puede entenderse en términos generales como su capacidad para alcanzar los objetivos fundamentales de la política económica: crecimiento elevado con pleno empleo, estabilidad de precios y mantener equilibrada su balanza de pagos. Con más precisión, la OCDE señala que la competitividad de una economía puede definirse como el grado en que un país es capaz, en condiciones de libre mercado, de producir bienes y servicios que superan la prueba de los mercados internacionales, a la vez que mantiene e incrementa a largo plazo los ingresos reales de su población. La competitividad de un país también se puede definir como la capacidad de las empresas implantadas en el mismo para afrontar con éxito la competencia nacional e internacional.


competitividad.JPG
El comportamiento de los últimos 20 años de la economía europea pone de manifiesto una evolución poco satisfactoria de su competitividad. La primera potencia exportadora del mundo, la Unión Europea (UE), tiene un retraso tecnológico con respecto a EEUU que le hace perder competitividad. Por ejemplo, la  productividad europea por persona ocupada, a paridad de poder adquisitivo (PPA) es inferior en un 27% a la de EEUU. De ahí la importancia de que los Estados miembros de la UE asuman cuanto antes la llamada estrategia de Lisboa. Los aumentos de productividad se han ralentizado en Europa: entre 1996 y 2005 la productividad de la UE aumentó un 1.4% de media anual y un 0,9% en los países de la zona euro. España es el país de la UE que ha tenido el peor comportamiento en aumentos de productividad. En el mismo periodo en EEUU la productividad aumentó 2,1% de media anual. Sin embargo, la UE es el mayor exportador mundial de productos manufacturados por delante de los EEUU, China y Japón. Entre 1999 y 2005 las exportaciones industriales europeas crecieron un 82%. Sin embargo, China casi ha triplicado sus exportaciones de productos manufacturados  entre 1999 y 2005 y de hecho, exporta más Japón. ¿Es competitiva la UE? ¿Cómo podría la UE mejorar su productividad? ¿Cómo promover un entorno empresarial más abierto a la innovación? ¿Se debería  proteger más la propiedad intelectual? ¿Cómo impulsar más la inversión del sector privado europeo en innovación?



    [post_title] => La competitividad de la economía europea.
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Desde una perspectiva macroeconómica, la competitividad de una economía puede entenderse en términos generales como su capacidad para alcanzar los objetivos fundamentales de la política económica: crecimiento elevado con pleno empleo, estabilidad de precios y mantener equilibrada su balanza de pagos. Con más precisión, la OCDE señala que la competitividad de una economía puede definirse como el grado en que un país es capaz, en condiciones de libre mercado, de producir bienes y servicios que superan la prueba de los mercados internacionales, a la vez que mantiene e incrementa a largo plazo los ingresos reales de su población. La competitividad de un país también se puede definir como la capacidad de las empresas implantadas en el mismo para afrontar con éxito la competencia nacional e internacional.

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18
Jun

Curva de Laffer

Escrito el 18 junio 2007 por en Diccionario de Economía

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    [post_content] => Diseñada por el economista Arthur Betz Laffer, defiende que, en ocasiones, es precisamente, con rebajas fiscales como se recauda más. La curva de Laffer se apoya en un sencillo dibujo: una U invertida, en un diagrama que coloca el tipo impositivo en el eje de abscisas, y la recaudación en el de ordenadas. La curva de Laffer relaciona niveles de recaudación con el aumento de impuestos. Si medimos el aumento del impuesto, a través de un tipo impositivo medio t, tendríamos una curva con ésta forma:
laffer.JPG


Cuando el tipo impositivo es t1, la recaudación, al aplicar ese tipo sobre la renta, será una cantidad positiva mayor que cero (concretamente R1). Si aumentamos el tipo, la recaudación seguirá creciendo hasta alcanzar un máximo en R2, para un tipo t2. A partir de ese punto, cualquier intento del gobierno para elevar los impuestos (tipo impositivo), se traducirá, paradójicamente, en un descenso de la cantidad recaudada. Nótese que para t3 la recaudación ha caído hasta R3. Es decir, habrá un momento a partir del cual el tipo se considere tan alto, que los contribuyentes comenzarán a dejar de pagar impuestos -será más rentable el fraude o el ocio, que la inversión o el trabajo- hasta llegar a un punto (cuando la curva de Laffer toca el eje de abscisas) en el que, con un gravamen del 100%, no se consigue ingresar nada.

La curva de Laffer ha suscitado multitud de críticas, principalmente debido a la dificultad de su conocimiento empírico, ya que se desconoce el punto de la curva en que se encuentra una economía o, lo que es lo mismo, no se conoce cuál es el tipo de gravamen óptimo (t2) que nos proporciona el mayor nivel de recaudación posible. Los críticos de la curva sostienen que, en EEUU en la década de los años 80, Reagan bajó los impuestos y no aumentó la recaudación y en cambio los gobiernos que siguieron a Reagan, presididos por George Bush padre y Bill Clinton, subieron los impuestos y aumentó la recaudación. Pero en este caso la curva de Laffer sigue siendo cierta, porque, como hemos indicado, hay un momento a partir del cual la disminución de los tipos impositivos supone una caída de la recaudación. La curva de Laffer pretende demostrar algo que parece obvio: no por elevar los impuestos, necesariamente se va a recaudar más. Y también su contrario: no por bajar los impuestos se va a recaudar menos. Islandia, por ejemplo, proporcionó una demostración interesante de la curva de Laffer. De 1991 a 2001, con el tipo impositivo cayendo gradualmente desde el 45% hasta el 18% los ingresos fiscales se triplicaron. Desde 2001 los ingresos se han vuelto a triplicar. Mientras tanto la economía islandesa crece a una tasa media del 4%. Para el caso de España puedes bajarte aquí un artículo que publiqué ayer en el diario El Mundo

Arthur Laffer dibujó esta curva en una servilleta. Fue en una cena en el restaurante Two Continents, de Washington, en los años setenta. Laffer fue invitado Dick Cheney, jefe de Gabinete del entonces presidente Gerald Ford. Laffer trataba de explicar al asesor de la Casa Blanca las ventajas de una rebaja fiscal y para ilustrar sus ideas, tiró de una servilleta, y dibujó su famosa gráfica. En 1989, The Wall Street Journal incluyó a Laffer entre las personas que más influyeron en el periódico. En 1999, la revista Time señaló que la curva de Laffer era uno de los grandes avances que impulsaron la economía del siglo XX. ¿Y qué fue de la servilleta? Está depositada en una vitrina en el Bookings Institution (Washington).

En resumen la curva de Laffer se basa en la hipótesis de que, cuando la presión fiscal es muy alta, la rebaja de impuestos introduce incentivos en la economía, que se traducen en que la gente trabaja más o se pasa de la economía sumergida a la economía legal, con el consiguiente aumento de  la inversión, el empleo y el consumo. El Estado además recaudará más, al mismo tiempo que aumenta la renta disponible de los ciudadanos.
Por cierto hay un catalán que se adelantó a Laffer: Laureano de Figuerola



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Diseñada por el economista Arthur Betz Laffer, defiende que, en ocasiones, es precisamente, con rebajas fiscales como se recauda más. La curva de Laffer se apoya en un sencillo dibujo: una U invertida, en un diagrama que coloca el tipo impositivo en el eje de abscisas, y la recaudación en el de ordenadas. La curva de Laffer relaciona niveles de recaudación con el aumento de impuestos. Si medimos el aumento del impuesto, a través de un tipo impositivo medio t, tendríamos una curva con ésta forma:
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13
Jun
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    [post_content] => Me pregunta Angélica en un comentario al post que publicamos en este blog de economía el 7 de junio (¿Aumenta o disminuye la pobreza?) ¿Cuál es el mecanismo de devaluación de una moneda? Comencemos por los conceptos. El tipo de cambio es el precio de una unidad de moneda extranjera en términos de moneda nacional (por ejemplo, 12,5 pesos/dólar). Cuando ese precio se fija estamos ante un sistema de tipo de cambio fijo. Para regular ese precio y mantenerlo fijo es necesario disponer de un «stock» o volumen de reservas de divisas (dólares). Supongamos, por ejemplo, que nuestro país estuviese comprometido a mantener el tipo de cambio (fijo) del peso en 12,5 pesos/dólar ( a ese precio se le denomina la paridad central), con unas bandas cambiarias entre los 12 y los 13 pesos por dólar. Si aumentase la demanda de dólares las fuerzas del mercado por sí solas harían que el peso se depreciase por encima de los 13 pesos por dólar, ya que a este tipo de cambio la cantidad de dólares demandada  supera a la cantidad ofrecida. Para mantener el tipo de cambio dentro del intervalo permitido (12-13), las autoridades tendrían que echar mano de sus reservas de divisas para que ofreciendo dólares complementen la oferta autónoma de dólares y poder satisfacer así a toda la demanda al precio fijado (tipo de cambio fijo).


¿Cómo se produce una devaluación? Lo primero que es preciso aclarar es que solo se devalúan los tipos de cambio fijos. Una devaluación se hace por decreto, normalmente un viernes por la tarde y se decreta así: “Hasta ahora el banco central de este país cambiaba 1 dólar por 12,5 pesos, pues bien a partir del lunes el precio será 15,5 pesos un dólar (con unas bandas de fluctuación entre 15 y 16 pesos/dólar)”. Por tanto, en este caso la devaluación ha consistido en cambiar la paridad central desde 12,5 a 15,5 pesos/dólar.

Los sistemas de tipo de cambio fijo fueron los más utilizados en el mundo durante el siglo pasado. Cuando, hace justo 10 años, se produjo la crisis asiática (comenzando en Tailandia) muchos economistas le echaron la culpa a la existencia de tipos de cambio fijos.  Los cambios fijos también tuvieron parte de la culpa de la crisis de Rusia y la brasilera del real (1998), la crisis mexicana del peso (1994) la crisis argentina de la dolarización (2000-2002), las de Turquía en 2000 y en 2001, etc. En un mundo de libre flujo de capitales, un régimen de tipo de cambio fijo es una bomba de relojería. El sistema puede ser efectivo para superar problemas menores y temporales, pero permite que los problemas pequeños, que no son temporales, se acumulen hasta convertirse en problemas graves. Cuando esto ocurre, los ajustes cambiarios que se hubieran solucionado con un sistema de tipo de cambio flotante o flexible ya no son posibles. Hace falta un ajuste importante. Una devaluación en toda regla. En cambio los países emergentes que no tenían un tipo de cambio fijo —incluidos Sudáfrica, Israel y México después de 1995— lograron evitar las crisis.

Conclusión: En el siglo XXI, casi todos los países han adoptado sistemas flotantes (o flexibles) de tipo de cambio. Hay una excepción que es China que mantiene un tipo de cambio semifijo y que como ya hemos indicado en este blog de economía su gran sabiduría lo mantiene muy depreciado. ¿Debería China apreciar su moneda? ¿Se puede generar en China una crisis como la que tuvo Asia hace 10 años? ¿La fuerte apreciación, que en este momento sufren las monedas latinoamericanas pueden generar crisis como la del tequila (1994), la del real (1998) o la del peso argentino (2001)?


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Me pregunta Angélica en un comentario al post que publicamos en este blog de economía el 7 de junio (¿Aumenta o disminuye la pobreza?) ¿Cuál es el mecanismo de devaluación de una moneda? Comencemos por los conceptos. El tipo de cambio es el precio de una unidad de moneda extranjera en términos de moneda nacional (por ejemplo, 12,5 pesos/dólar). Cuando ese precio se fija estamos ante un sistema de tipo de cambio fijo. Para regular ese precio y mantenerlo fijo es necesario disponer de un «stock» o volumen de reservas de divisas (dólares). Supongamos, por ejemplo, que nuestro país estuviese comprometido a mantener el tipo de cambio (fijo) del peso en 12,5 pesos/dólar ( a ese precio se le denomina la paridad central), con unas bandas cambiarias entre los 12 y los 13 pesos por dólar. Si aumentase la demanda de dólares las fuerzas del mercado por sí solas harían que el peso se depreciase por encima de los 13 pesos por dólar, ya que a este tipo de cambio la cantidad de dólares demandada supera a la cantidad ofrecida. Para mantener el tipo de cambio dentro del intervalo permitido (12-13), las autoridades tendrían que echar mano de sus reservas de divisas para que ofreciendo dólares complementen la oferta autónoma de dólares y poder satisfacer así a toda la demanda al precio fijado (tipo de cambio fijo).

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3
May
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    [post_content] => Hoy la bolsa española ha vuelto a caer. No hace mucho (La caída de las bolsas ¿Se puede predecir?) aseverábamos, en este blog de economía, que predecir la dirección de los tipos de cambio o de las cotizaciones bursátiles es algo imposible, en parte porque cosas extraordinarias pasan con una frecuencia alarmante. Y aunque predecir la evolución futura de determinadas variables económicas (tipos de interés, tasas de inflación y de crecimiento, niveles de paro, etc.), es más fácil no deja de ser una labor ardua y complicada. Los economistas analizamos la realidad e intentamos prever lo que va a pasar en el futuro. Para ello utilizamos modelos. Sin embargo,  muchas veces “arrimamos el ascua a nuestra sardina”, es decir buscamos aquellos datos que confirman lo que nosotros pensamos y dejamos de lado aquellos otros que no confirman nuestras teorías o que sencillamente no cuadran con nuestro modelo. Nos gustan aquellas observaciones que nos dan la razón o que nos permiten pensar y concluir en términos que nosotros consideramos adecuados. Este comportamiento es conocido como sesgo de confirmación (o prejuicio de confirmación, en inglés confirmation bias).


Tal como señalábamos en este blog de economía todos tenemos nuestras propias creencias y nos aferramos a la información que las sustentan, al tiempo que nos negamos a reconocer la evidencia que contradice nuestras hipótesis. El sesgo de confirmación es un fenómeno en el que las personas tienden a dar más peso a los hechos o datos que soportan, o confirman, sus teorías y por el contrario ignoran o infravaloran las evidencias que desaprueban las hipótesis deseadas. De hecho, se puede pensar que es una especie de sesgo de selección a la hora de coleccionar evidencias. El sesgo de confirmación o prejuicio de confirmación es tan dominante que nos afecta sin que nos demos cuenta ¿Crees que muchos errores de predicción se generan por este tipo de comportamientos? ¿Piensas que se puede predecir el comportamiento de la bolsa? Si es así ¿Crees que la bolsa española seguirá cayendo?



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Hoy la bolsa española ha vuelto a caer. No hace mucho (La caída de las bolsas ¿Se puede predecir?) aseverábamos, en este blog de economía, que predecir la dirección de los tipos de cambio o de las cotizaciones bursátiles es algo imposible, en parte porque cosas extraordinarias pasan con una frecuencia alarmante. Y aunque predecir la evolución futura de determinadas variables económicas (tipos de interés, tasas de inflación y de crecimiento, niveles de paro, etc.), es más fácil no deja de ser una labor ardua y complicada. Los economistas analizamos la realidad e intentamos prever lo que va a pasar en el futuro. Para ello utilizamos modelos. Sin embargo, muchas veces “arrimamos el ascua a nuestra sardina”, es decir buscamos aquellos datos que confirman lo que nosotros pensamos y dejamos de lado aquellos otros que no confirman nuestras teorías o que sencillamente no cuadran con nuestro modelo. Nos gustan aquellas observaciones que nos dan la razón o que nos permiten pensar y concluir en términos que nosotros consideramos adecuados. Este comportamiento es conocido como sesgo de confirmación (o prejuicio de confirmación, en inglés confirmation bias).

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11
Abr
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    [post_content] => En este blog de economía explicamos hace poco, un par de días, en que consistía el modelo danés, conocido también como el modelo de la “flexiguridad”. Voy a complementar lo que allí se dijo. ¿En que consiste la flexiguridad? Es una combinación inédita (ningún país lo ha logrado hasta ahora) de un alto grado de flexibilidad en el mercado laboral, protección al trabajador desempleado y una eficaz política activa de empleo. La flexibilidad del mercado laboral consiste en que las contrataciones y los despidos se producen con mucha facilidad y rapidez y sin coste para la empresa. Esto permite una adaptación casi inmediata de las necesidades de mano de obra que tienen las empresas con la coyuntura económica. Un trabajador danés  tiene a lo largo de su vida una media de seis empleos en vez de los cuatro que tiene el de la UE. Eso quiere decir, que existe en Dinamarca una mayor predisposición de los empresarios a contratar y a despedir. En cambio, en países como España, la rigidez del mercado laboral es uno de los motivos principales que explican el elevado nivel de desempleo. Las numerosas trabas impuestas al despido (principalmente, el pago que tienen que hacer las empresas en concepto de indemnizaciones) hace que los empresarios contemplen alternativas diferentes a la creación de empleo a la hora de expandir su negocio.

El modelo de “flexiguridad” danés consigue que su mercado laboral se beneficie de las importantes ventajas de la desregulación y proporciona, al mismo tiempo, cierta seguridad al trabajador. Este fenómeno sitúa la tasa de paro danesa entre las mejores del mundo. En el 2006 el nivel de desempleo de Dinamarca fue del 3.9%, frente al 7.9% de la UE-27. El modelo danés introduce un cambio muy importante en el estado del bienestar: en vez de proteger el empleo se protege la flexibilidad. Por ello, no es sorprendente que en este blog de economía, al igual que lo hacen los gobiernos de muchos países, estudiemos el modelo danés, sinónimo de elevada productividad con paz social y consenso político. En España tenemos paz social pero con muy baja productividad y mucha crispación política. Somos un país inmaduro, como dice Angélica  ¿Podríamos aprender algo de los daneses? ¿Deberíamos adoptar el modelo de la flexiguridad?


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En este blog de economía explicamos hace poco, un par de días, en que consistía el modelo danés, conocido también como el modelo de la “flexiguridad”. Voy a complementar lo que allí se dijo. ¿En que consiste la flexiguridad? Es una combinación inédita (ningún país lo ha logrado hasta ahora) de un alto grado de flexibilidad en el mercado laboral, protección al trabajador desempleado y una eficaz política activa de empleo. La flexibilidad del mercado laboral consiste en que las contrataciones y los despidos se producen con mucha facilidad y rapidez y sin coste para la empresa. Esto permite una adaptación casi inmediata de las necesidades de mano de obra que tienen las empresas con la coyuntura económica. Un trabajador danés tiene a lo largo de su vida una media de seis empleos en vez de los cuatro que tiene el de la UE. Eso quiere decir, que existe en Dinamarca una mayor predisposición de los empresarios a contratar y a despedir. En cambio, en países como España, la rigidez del mercado laboral es uno de los motivos principales que explican el elevado nivel de desempleo. Las numerosas trabas impuestas al despido (principalmente, el pago que tienen que hacer las empresas en concepto de indemnizaciones) hace que los empresarios contemplen alternativas diferentes a la creación de empleo a la hora de expandir su negocio.

El modelo de “flexiguridad” danés consigue que su mercado laboral se beneficie de las importantes ventajas de la desregulación y proporciona, al mismo tiempo, cierta seguridad al trabajador. Este fenómeno sitúa la tasa de paro danesa entre las mejores del mundo. En el 2006 el nivel de desempleo de Dinamarca fue del 3.9%, frente al 7.9% de la UE-27. El modelo danés introduce un cambio muy importante en el estado del bienestar: en vez de proteger el empleo se protege la flexibilidad. Por ello, no es sorprendente que en este blog de economía, al igual que lo hacen los gobiernos de muchos países, estudiemos el modelo danés, sinónimo de elevada productividad con paz social y consenso político. En España tenemos paz social pero con muy baja productividad y mucha crispación política. Somos un país inmaduro, como dice Angélica ¿Podríamos aprender algo de los daneses? ¿Deberíamos adoptar el modelo de la flexiguridad?

28
Mar
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    [post_content] => Regalo de Pascua: Adjunto un nuevo diccionario de economía Te lo puedes bajar aquí. Está muy revisado y ampliado con respecto a la edición anterior (Diccionario de economia). Esta nueva versión ha sido posible gracias a las sugerencias de los lectores de este blog. Se han incorporado nuevas palabras al diccionario y he reformado y ampliado muchas de las que tenía el texto antiguo .

Espero que os resulte útil y tengáis algo de tiempo esta Semana Santa para leer el diccionario u otras cosas. Se admiten sugerencias para próximas ediciones. Feliz lectura. Te lo puedes bajar aquí.




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Regalo de Pascua: Adjunto un nuevo diccionario de economía Te lo puedes bajar aquí. Está muy revisado y ampliado con respecto a la edición anterior (Diccionario de economia). Esta nueva versión ha sido posible gracias a las sugerencias de los lectores de este blog. Se han incorporado nuevas palabras al diccionario y he reformado y ampliado muchas de las que tenía el texto antiguo .

Espero que os resulte útil y tengáis algo de tiempo esta Semana Santa para leer el diccionario u otras cosas. Se admiten sugerencias para próximas ediciones. Feliz lectura. Te lo puedes bajar aquí.

26
Mar
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    [post_content] => He estado dándole vueltas a 3 comentarios que se encuentran en el post que lleva por título “Las remesas de emigrantes” escritos por Eduardo Solís, Javier Tomás y Rodrigo Aguilar. Se trata de 3 adictos a este blog y creo que se merecen una contestación. En esos 3 comentarios se dice que las remesas pueden jugar un papel perverso; el mismo que juegan ciertas ayudas, que en vez de ayudar perjudican. Es indudable que el dinero que llueve del cielo impide a sus receptores obtenerlo con su esfuerzo, es decir, por sus propios medios. De esta forma los individuos se convierten en dependientes de la ayuda y en vez de fortalecerse acrecientan su debilidad. Las ayudas al igual que las remesas deberían apuntar a que el que las recibe vaya desarrollando la capacidad de ayudarse a sí mismo y no al revés.


Nadie duda de que las remesas son un importante elemento de desarrollo de las economías, tal como señala Luis Enrique Sotelo en un post (por cierto Luis Enrique, bienvenido al blog). Para más explicación sobre las remesas y sus ventajas se puede ver el artículo que publico hoy en el diario EXPANSIÓN titulado "El dinero que llega". Sin embargo, en este post vamos a reflexionar sobre lo que sucede cuando las remesas privan a alguien del esfuerzo. Es sabido que el esfuerzo les infunde vigor y permite a los individuos a superarse continuamente. Parece evidente que las remesas deberían apoyar el esfuerzo permanente del que las recibe, en vez de ahorrarle por completo dicho esfuerzo Los chilenos, no reciben ayudas y muy pocas remesas y les va bien, muy bien. Los ecuatorianos reciben muchas remesas y les va mal. ¿Les iría mejor a los ecuatorianos sin remesas? Creo que no. Pero es evidente que en Ecuador en particular y en América Latina en general, hay pueblos enteros que viven de las remesas y que desde hace años, al igual que en China, existe una abundante población de pequeños emperadores (que reciben remesas de sus padres).

¿Qué son los pequeños emperadores? En China la política del hijo único y la voluntad de los padres de evitarles las estrecheces que sufrieron ellos en la época de Mao, han creado una enorme masa de potenciales niños mimados. En China hace tiempo que les llaman pequeños emperadores. Los pequeños emperadores o hijos de seis bolsillos nacen sin hermanos y con seis fuentes de dinero para cubrir sus necesidades: los padres y los abuelos maternos y paternos. Resultado: un nivel de consumismo alucinante, individualismo, egocentrismo, carácter caprichoso, piden mucho, quieren todo muy rápido, pérdida de valores y, por tanto, una de las principales preocupaciones de los chinos y tal vez la más compleja de resolver. Estos jóvenes han crecido viendo el rápido ascenso de su país y no esperan menos para su futuro personal. ¿Podrán triunfar sin esfuerzo? ¿Pueden los talentos extranjeros competir en China contra los pequeños emperadores? No, a no ser que dominen el idioma. Las remesas también generan pequeños emperadores ¿Qué se puede hacer en América Latina para resolver el problema de los pequeños emperadores? No se si contesto a las inquietudes de Eduardo Solís, Javier Tomás y Rodrigo Aguilar, pero ganas no me han faltado.
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He estado dándole vueltas a 3 comentarios que se encuentran en el post que lleva por título “Las remesas de emigrantes” escritos por Eduardo Solís, Javier Tomás y Rodrigo Aguilar. Se trata de 3 adictos a este blog y creo que se merecen una contestación. En esos 3 comentarios se dice que las remesas pueden jugar un papel perverso; el mismo que juegan ciertas ayudas, que en vez de ayudar perjudican. Es indudable que el dinero que llueve del cielo impide a sus receptores obtenerlo con su esfuerzo, es decir, por sus propios medios. De esta forma los individuos se convierten en dependientes de la ayuda y en vez de fortalecerse acrecientan su debilidad. Las ayudas al igual que las remesas deberían apuntar a que el que las recibe vaya desarrollando la capacidad de ayudarse a sí mismo y no al revés.

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19
Mar

«This Dean is a blogger»

Escrito el 19 marzo 2007 por soporte.remoto en Diccionario de Economía

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Santiago Iñiguez, Dean and Professor of Strategy
I agree with Rafael’s advice of March 11th and 12th "¿Qué es un blog de economía? ¿Cómo hacer un blog de economía?" (Part 1 and Part 2), and would like to share my perspective, as well as some other noteworthy blogs about economics (and their Technorati ranking). The following paragraphs are taken from an article written by Asia Inc, where I described what blogging means to me. Perhaps I should mention that since then, the blog that I participate in has had visits in the hundreds of thousands. “When talking about blogging in general I must point out that it has saved me time, made me more efficient and opened my eyes to a changing media, communication and management education landscape. Now I jot down potential ideas for posts, or sources of information when going about my daily business and reflecting on the events of the day, which helps me better shape and clarify my own ideas, making them easier to communicate. In fact, I use many of the posts and comments published in the blog — and their background research — later in meetings, speeches or presentations.” Indeed as you see, I am reusing this very own article. “Blogging has produced an immense opportunity for networking. Interestingly, my experience is that most of the networking does not happen openly through participation in the blog but rather because many of the readers contact me via email to address the issues discussed or to deal with other particular concerns. It is extremely interesting to be in contact with students, professors, managers andjournalists from all continents, and reassuring that in many cases we are in similar situations and our solutions to common problems, more often than not, coincide. Moreover, blogging has generated many unexpected opportunities to speak at different conferences.” “It has been said that a complaint is worth its weight in gold and I could not afford to let this opportunity of having an open channel to customer feedback go past — you could say it is free CRM.” I would also like to share with readers some other noteworthy blogs that discuss Economic themes. First of all I would like to mention this collection of rankings of Economic Blogs and second, blogs (including their Technorati rankings) such as: Becker-Posner, Econlog.econlib, Indian Economy, and Knowledge Problem. It wouldn’t surprise me if Rafael and Co. have similar success.
del.icio.us digg Reddit YahooMyWeb Economy Weblog Add to Technorati Favorites

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Santiago Iñiguez, Dean and Professor of Strategy

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“When talking about blogging in general I must point out that it has saved me time, made me more efficient and opened my eyes to a changing media, communication and management education landscape. Now I jot down potential ideas for posts, or sources of information when going about my daily business and reflecting on the events of the day, which helps me better shape and clarify my own ideas, making them easier to communicate. In fact, I use many of the posts and comments published in the blog — and their background research — later in meetings, speeches or presentations.” Indeed as you see, I am reusing this very own article.

“Blogging has produced an immense opportunity for networking. Interestingly, my experience is that most of the networking does not happen openly through participation in the blog but rather because many of the readers contact me via email to address the issues discussed or to deal with other particular concerns. It is extremely interesting to be in contact with students, professors, managers andjournalists from all continents, and reassuring that in many cases we are in similar situations and our solutions to common problems, more often than not, coincide. Moreover, blogging has generated many unexpected opportunities to speak at different conferences.”

“It has been said that a complaint is worth its weight in gold and I could not afford to let this opportunity of having an open channel to customer feedback go past — you could say it is free CRM.”

I would also like to share with readers some other noteworthy blogs that discuss Economic themes. First of all I would like to mention this collection of rankings of Economic Blogs and second, blogs (including their Technorati rankings) such as:
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It wouldn’t surprise me if Rafael and Co. have similar success.
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