Esta mañana se han publicado los datos de paro registrado correspondientes al mes de junio. Y como suele ser habitual en estos meses del año –dado que se suelen registrar descensos del paro- siempre aparece alguna voz “demasiado” optimista. Esta vez le ha correspondido ese papel a la Secretaria de Estado de Empleo, que ha señalado que los 67.858 parados menos en el mes de junio constituyen una buena noticia –lo que, con matices, se puede aceptar- y que estamos ante “el mejor comportamiento del paro registrado en un trimestre en toda la serie histórica”, lo cual ya entra dentro del terreno de lo difícil de asimilar.
¿Por qué dice esto la Secretaria de Estado? Pues porque la suma de los últimos tres meses arroja un descenso del paro –sin desestacionalizar, un matiz altamente importante- de 211.000 desempleados. Pero a ese análisis se le pueden encontrar numerosas debilidades. Indicaré solo dos, porque ir más allá podría ser interpretado como ensañamiento:
En primer lugar, los datos que la Secretaria de Estado agrega no se han desestacionalizado previamente, lo que dificulta la comparación con otros trimestres de otras épocas del año o incluso con los meses de abril, mayo y junio de otros años pasados, ya que, por ejemplo, la ubicación en el calendario de la Semana Santa es algo que no resulta baladí. Con datos desestacionalizados la situación es muy distinta, por no decir opuesta. Así, en cada uno de los tres meses mencionados por el Ministerio el paro desestacionalizado ha aumentado. Las variaciones mensuales desestacionalizadas que el propio Ministerio de Trabajo publica son: +7.110 en abril, +38.033 en mayo y +31.026 en junio. Es decir, en total en el trimestre en el que la Secretaria de Estado se muestra exultante, el paro una vez desestacionalizado ha crecido en más de 75.000 personas, lo que matiza severamente cualquier interpretación triunfante.
Cuadro: Paro registrado en España (datos desestacionalizados para el cuadro de la derecha)
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