Archivo de marzo/2008

6
Mar
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    [post_content] => Estaba cantado, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido hoy mantener los tipos de interés de la eurozona en el 4%. Una inflación, como la actual, del 3,2% es inaceptable para el BCE, porque está muy por encima del 2%, que es su objetivo.  Tres temores penden, por tanto, sobre la economía de la eurozona: la desaceleración del crecimiento económico, el aumento del paro y la espiral inflacionaria. El BCE ha tomado partido por lo último, mantener el objetivo de estabilidad de precios, en un año que se viene caracterizando por una serie de malas noticias para el crecimiento de la economía europea: Caen las ventas de nuevas viviendas y se contrae el sector de la construcción, los diversos indicadores de sentimiento económico de la eurozona disminuyen a marchas forzadas y se van multiplicando las revisiones a la baja del crecimiento del PIB.

¿Crecimiento o estabilidad de precios?

Entre otras cosas la economía se desacelera por a fortaleza del euro frente al dólar, que está en su máximo histórico, en 1,5371 dólares por euro. En principio, un euro fuerte se une a los argumentos a favor de una bajada de tipos, ya que la revalorización de la divisa abarata las importaciones y daña la competitividad de las exportaciones, lo que erosiona el crecimiento. El  BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación para este año pero también ha rebajado sus previsiones de crecimiento. Y eso a pesar de que la historia sugiere que en muy pocos casos inflación y desaceleración del crecimiento del PIB van juntos, es decir, se producen al mismo tiempo. Sin embargo, la noción de que una desaceleración en el crecimiento del PIB reduce la inflación tiene sus detractores. Sólo hay que recordar la crisis de los años 70, cuando experimentamos alto desempleo e inflación, para darse cuenta de que un alto desempleo con flojo crecimiento económico e inflación pueden ir juntos.


La inflación es de costes

De ahí que el BCE siga preocupado por la inflación. En primer lugar, porque el alza en los precios de las materias primas, sobre todo del gas y el petróleo, se están traspasando a otros bienes y servicios. Es decir, los altos precios de los alimentos frescos y de la energía se están trasladando a los precios de los productos finales que compra el consumidor. Además, los precios de las materias primas siguen subiendo. El precio del petróleo que ha subido un 16%, en lo que va de año, cerró hoy a un nuevo récord por encima de los 104 dólares el barril. El precio del barril en términos reales está en el máximo histórico habiendo superando esta semana por primera vez el precio de hace 28 años. Pero los precios de otras materias primas han subido mucho más que los del petróleo. Así, los precios del gas natural han crecido, en lo que va de 2008, un 26%, los del carbón un 59%, el trigo un 32% y el cacao un 38%.

En segundo lugar, porque la elevada tasa de inflación se está volviendo permanente,  ya que se incorpora también a la fijación de los salarios y los precios. El problema empieza a ser grave. ¿Dónde estamos? ¿En una crisis mixta como defendía ayer o en una estanflación? ¿Qué debe hacer el BCE, luchar contra la inflación y mantener los tipos de interés o bajar los tipos y ayudar al crecimiento?



    [post_title] => El BCE persigue la estabilidad de los precios.
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Estaba cantado, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido hoy mantener los tipos de interés de la eurozona en el 4%. Una inflación, como la actual, del 3,2% es inaceptable para el BCE, porque está muy por encima del 2%, que es su objetivo. Tres temores penden, por tanto, sobre la economía de la eurozona: la desaceleración del crecimiento económico, el aumento del paro y la espiral inflacionaria. El BCE ha tomado partido por lo último, mantener el objetivo de estabilidad de precios, en un año que se viene caracterizando por una serie de malas noticias para el crecimiento de la economía europea: Caen las ventas de nuevas viviendas y se contrae el sector de la construcción, los diversos indicadores de sentimiento económico de la eurozona disminuyen a marchas forzadas y se van multiplicando las revisiones a la baja del crecimiento del PIB.

¿Crecimiento o estabilidad de precios?

Entre otras cosas la economía se desacelera por a fortaleza del euro frente al dólar, que está en su máximo histórico, en 1,5371 dólares por euro. En principio, un euro fuerte se une a los argumentos a favor de una bajada de tipos, ya que la revalorización de la divisa abarata las importaciones y daña la competitividad de las exportaciones, lo que erosiona el crecimiento. El BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación para este año pero también ha rebajado sus previsiones de crecimiento. Y eso a pesar de que la historia sugiere que en muy pocos casos inflación y desaceleración del crecimiento del PIB van juntos, es decir, se producen al mismo tiempo. Sin embargo, la noción de que una desaceleración en el crecimiento del PIB reduce la inflación tiene sus detractores. Sólo hay que recordar la crisis de los años 70, cuando experimentamos alto desempleo e inflación, para darse cuenta de que un alto desempleo con flojo crecimiento económico e inflación pueden ir juntos.

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5
Mar
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    [post_content] => Lewis Alexander economista jefe de Citigroup, el mayor banco del mundo, cree que la economía de Estados Unidos (EEUU) está ya en recesión. Si bien, es preciso señalar que, la definición de recesión que da la Oficina Nacional de Investigación Económica [NEBR, el think-tank privado que determina cuándo EEUU está en expansión y cuándo en recesión] es bastante amplia. En todo caso EEUU lleva meses inmerso en una crisis económica o una desaceleración de proporciones estanflación desconocidas. ¿Esta crisis es similar a la Gran Depresión de los años 30 ó se parece más a la de los años 70?

Crisis por insuficiencia de demanda agregada.

Nos cuenta Paul Krugman en su libro Introducción a la Macroeconomía (Edit.: Reverté; 2007) que, entre 1929 y 1933, la demanda de la economía de los Estados Unidos se redujo, es decir, la curva de demanda agregada se desplazó hacia abajo y hacia la izquierda. Una de las consecuencias de esta reducción de la demanda agregada fue la caída de los precios de los bienes y servicios. Así, hacia 1933 el deflactor del PIB (que mide el nivel general de precios de toda la economía), estaba un 26% por debajo del nivel que alcanzó en 1929. Como consecuencia del desplazamiento de la curva de demanda agregada a la izquierda no solo se redujeron sensiblemente los precios sino que también se redujo la cantidad de bienes y servicios ofrecidos por las empresas. Así, hacia 1933 el PIB real estaba un 27% por debajo del nivel del 1929. La caída del PIB real, produjo un fuerte crecimiento de la tasa de paro, que pasó del 3% al 25%.


Obsérvese que, según Krugman, entre 1929 y 1933, la curva de oferta agregada de la economía estadounidense no se mueve, pero sí disminuye la cantidad ofrecida por la economía.  Más concretamente, entre 1929 y 1933, la economía estadounidense vio como se producía un movimiento descendente y hacia la izquierda de la curva de demanda agregada. En resumen en la Gran Depresión de los años 30 se produce alto desempleo, flojo crecimiento económico y fuerte deflación.

La crisis del petróleo: La contracción de la oferta agregada.

¿Qué pasó en los años 70? Se produjo una fuerte crisis económica, provocada, en parte, por las dos grandes subidas del precio del petróleo (1973 y 1979). La OPEP cuadruplicó el precio del petróleo y la curva de oferta agregada (que tiene pendiente positiva y que muestra la relación existente entre la producción agregada y el nivel de precios de los bienes y servicios finales de la economía) se desplazó hacia arriba y hacia la izquierda. (La curva de demanda agregada no se movió  pero como consecuencia del desplazamiento de la curva de oferta agregada hacia arriba y hacia la izquierda se redujo la cantidad de bienes y servicios demandados).

¿Con qué consecuencias? Las de la contracción de la oferta agregada, son bien conocidas: subida de los precios de los bienes y servicios (la inflación llegó a casi a un 15%), reducción de la cantidad de bienes y servicios demandados y ofrecidos (caída del PIB real, la economía atravesó tres recesiones) y un fuerte crecimiento de la tasa de paro que alcanzó el 9%. Una estanflación, es decir, una combinación muy peligrosa de bajo crecimiento económico, aumento del paro e inflación sostenida.

¿Qué está pasando ahora? 

En EEUU el debilitamiento de los precios de las viviendas y la restricción del crédito, están provocando un crecimiento para este año, 2008, muy bajo, cerca del 1%. Como consecuencia el desempleo, está aumentando y se situará en más del 6% a final de año [ahora está en el 5%]. La inflación en EEUU acumula un alza de 4,3% en los últimos 12 meses, no muy lejos de su nivel máximo de los últimos 16 años. Sin duda esto es una crisis ¿Pero que tipo de crisis es? A mi me parece que EEUU está hoy en una crisis mixta compuesta por síntomas de insuficiencia de demanda agregada y de contracción en la oferta. Es decir, por un lado, se nota una caída muy fuerte del crecimiento de la demanda de consumo por el agotamiento natural en una fase cíclica. Pero el consumo también se debilita por el "efecto pobreza" generado por la reducción de la riqueza inmobiliaria de los hogares. A ello se une una caída en la demanda de inversión residencial. Estos dos síntomas, menos consumo y menos inversión, muestran una crisis que se genera por una caída de la demanda agregada tal como ocurrió en los años 30.

Pero, por otro lado, como ya hemos indicado, se observan tensiones inflacionistas provocadas por la escalada del precio de las materias primas, en especial energía y alimentos, que se parece más a la estanflación de los años 70 que a la gran depresión de los 30. Efectivamente hay similitudes muy preocupantes de la situación actual con la de los años 70, hasta el punto de que muchos economistas dicen que estamnos en una una estanflación. Ello se debe a que una de las causas de la crisis actual, es que se está produciendo una subida en el precio de las materias primas, sobre todo el petróleo. El lunes de esta semana, el precio del petróleo, que ha subido un 15%, en lo que va de año, cerró a un nuevo récord de 103,38 dólares por barril. El precio del barril en términos reales está en el máximo histórico habiendo superando esta semana por primera vez el precio de hace 28 años. Pero los precios de otras materias primas han subido mucho más que los del petróleo. Así, los precios del gas natural han crecido, en lo que va de 2008, un 26%, los del carbón un 59%, el trigo un 32% y el cacao un 38%.

¿Qué es una crisis mixta?

Esta situación  crítica de la economía de EEUU se puede definir como una crisis mixta de estanflación económica (deplazamiento de la curva de oferta agregada hacia arriba y hacia la izquierda) acompañada de una insuficiencia en la demanda agregada (deplazamiento de la demanda agregada hacia abajo y hacia la izquierda). Puede ser que me equivoque, pero si me he equivocado o no,  no lo sabremos hasta dentro de un par de años, cuando tengamos más perspeciva. Muy de acuerdo con la definición de economista: "Un experto que podrá saber mañana por qué lo que predijo ayer sobre lo que iba a ocurrir hoy, no ha sucedido".


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Lewis Alexander economista jefe de Citigroup, el mayor banco del mundo, cree que la economía de Estados Unidos (EEUU) está ya en recesión. Si bien, es preciso señalar que, la definición de recesión que da la Oficina Nacional de Investigación Económica [NEBR, el think-tank privado que determina cuándo EEUU está en expansión y cuándo en recesión] es bastante amplia. En todo caso EEUU lleva meses inmerso en una crisis económica o una desaceleración de proporciones estanflación desconocidas. ¿Esta crisis es similar a la Gran Depresión de los años 30 ó se parece más a la de los años 70?

Crisis por insuficiencia de demanda agregada.

Nos cuenta Paul Krugman en su libro Introducción a la Macroeconomía (Edit.: Reverté; 2007) que, entre 1929 y 1933, la demanda de la economía de los Estados Unidos se redujo, es decir, la curva de demanda agregada se desplazó hacia abajo y hacia la izquierda. Una de las consecuencias de esta reducción de la demanda agregada fue la caída de los precios de los bienes y servicios. Así, hacia 1933 el deflactor del PIB (que mide el nivel general de precios de toda la economía), estaba un 26% por debajo del nivel que alcanzó en 1929. Como consecuencia del desplazamiento de la curva de demanda agregada a la izquierda no solo se redujeron sensiblemente los precios sino que también se redujo la cantidad de bienes y servicios ofrecidos por las empresas. Así, hacia 1933 el PIB real estaba un 27% por debajo del nivel del 1929. La caída del PIB real, produjo un fuerte crecimiento de la tasa de paro, que pasó del 3% al 25%.

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4
Mar

Los datos de paro y el apagón estadístico

Escrito el 4 marzo 2008 por Valentín Bote en Economía española

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    [post_content] => Hoy, en plena semana electoral, hemos conocido los datos de paro registrado de febrero. Y no estamos, desde luego, ante un buen dato. El número de desempleados registrados en las oficinas de empleo se elevó durante el pasado mes en 53.406 personas, el peor dato en un mes de febrero desde el año 2002. El balance del último año, en términos de desempleo, también es muy pesimista, ya que la cifra de desempleados creció en 240.056 personas en los últimos doce meses, o lo que es lo mismo, durante el último año el número de parados creció de manera continuada en todos y cada uno de los días del año un promedio de 657 personas al día.

Además, con este dato, el último que conoceremos antes de las elecciones, confirmamos un triste record del presente gobierno: la legislatura de Zapatero de cierra con más parados que al principio. Así, el número de parados en marzo de 2004 era de 2.181.546 personas, mientras que a día de hoy hay 2.315.331 personas registradas en las listas del paro. Casi 135.000 parados más de balance de legislatura.

Los datos de afiliación que hoy también hemos conocido no ofrecen motivos para la satisfacción. ¿Sabían los lectores de este blog que desde que la economía empezó a dar síntomas claros de desaceleración se ha iniciado un intenso proceso de destrucción de empleo en España? Así, en los pocos meses que han transcurrido desde junio de 2007 se han destruido más de 182.000 empleos en España. ¿De verdad es esto posible con un crecimiento del PIB en ese semestre superior al 3,5%? Yo, sinceramente, no lo veo compatible.

Los datos de paro de este mes, además, deberán ser estudiados con más detenimiento, ya que quiero recordar a los lectores que son los primeros datos publicados (casualmente a sólo cinco días de las elecciones) modificados por el “efecto Caldera”.


Les refresco la memoria: el Ministerio ha promovido una reforma de los datos, para sacar arbitrariamente de los registros de paro a aquellas personas que, según las autoridades de turno, puedan necesitar orientación o formación para encontrar un empleo, aunque dicha orientación o formación no se les proporcione de manera inmediata. Este hecho, gravísimo por las dosis de arbitrariedad que supone y por la ruptura de series históricas y de comparación entre comunidades autónomas, y sólo motivado por la intención de retocar los datos en la semana electoral, tiene un efecto muy negativo: a la persona que quede afectada por el cambio metodológico, al no considerársele parado, no puede recibir una oferta de trabajo que llegue a las oficinas públicas de empleo, por lo que se están limitando sus posibilidades de encontrar un empleo por razones totalmente espurias.

Pero estas no son las únicas estadísticas que se han “retocado” en los últimos años. No sé si recuerdan que este gobierno alardeó de que iba a ser el paladín de la transparencia en las estadísticas. Pues bien, quiero recordarles que han roto las series temporales, con cambios metodológicos más o menos justificados, del IPC, de la contabilidad nacional (PIB), de la Encuesta de Población Activa o del precio de la vivienda, entre otras. Casualmente todas estas rupturas impiden en la práctica realizar comparaciones coherentes con los gobiernos anteriores. Algunos de los cambios fueron esperpénticos como el del precio de la vivienda. Si recuerdan, alarmada ante su imposibilidad para frenar el crecimiento de los precios de la vivienda, la ministra Trujillo decidió, así por las buenas, dejar de publicar las estadísticas de precios, que durante más de un día dejaron de estar accesibles en la web del Ministerio. Ante el escándalo generalizado, accedió a publicarlas, pero esta vez con un “cambio metodológico”: eliminar del cómputo aquellas viviendas cuyo precio más se elevaba (para así frenar el crecimiento de los precios) con el argumento, naïve, de que “esas viviendas apenas contaban con demanda en el mercado”. Claro, por eso eran las que reflejaban crecimientos más rápidos de precios.

En conclusión, unos malísimos datos de paro y de empleo, una nueva serie “retocada” y una gran falacia, la transparencia estadística. Creo que después de cuatro años no podemos hablar más que de un “apagón estadístico”. De verdad.


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Hoy, en plena semana electoral, hemos conocido los datos de paro registrado de febrero. Y no estamos, desde luego, ante un buen dato. El número de desempleados registrados en las oficinas de empleo se elevó durante el pasado mes en 53.406 personas, el peor dato en un mes de febrero desde el año 2002. El balance del último año, en términos de desempleo, también es muy pesimista, ya que la cifra de desempleados creció en 240.056 personas en los últimos doce meses, o lo que es lo mismo, durante el último año el número de parados creció de manera continuada en todos y cada uno de los días del año un promedio de 657 personas al día.

Además, con este dato, el último que conoceremos antes de las elecciones, confirmamos un triste record del presente gobierno: la legislatura de Zapatero de cierra con más parados que al principio. Así, el número de parados en marzo de 2004 era de 2.181.546 personas, mientras que a día de hoy hay 2.315.331 personas registradas en las listas del paro. Casi 135.000 parados más de balance de legislatura.

Los datos de afiliación que hoy también hemos conocido no ofrecen motivos para la satisfacción. ¿Sabían los lectores de este blog que desde que la economía empezó a dar síntomas claros de desaceleración se ha iniciado un intenso proceso de destrucción de empleo en España? Así, en los pocos meses que han transcurrido desde junio de 2007 se han destruido más de 182.000 empleos en España. ¿De verdad es esto posible con un crecimiento del PIB en ese semestre superior al 3,5%? Yo, sinceramente, no lo veo compatible.

Los datos de paro de este mes, además, deberán ser estudiados con más detenimiento, ya que quiero recordar a los lectores que son los primeros datos publicados (casualmente a sólo cinco días de las elecciones) modificados por el “efecto Caldera”.

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3
Mar
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    [post_content] => Andamos en España muy preocupados por el EURIBOR, un tipo de interés del que sabemos que afecta a nuestras cargas hipotecarias y que durante dos años y medio, hasta diciembre, no ha dejado de crecer. Desde niveles cercanos al 2% en junio de 2005, este tipo alcanzó a finales de 2007 referencias próximas al 4,80%. Con una deuda hipotecaria históricamente muy elevada y casi exclusivamente a tipo variable, las familias españolas sufren una notable reducción en su capacidad de gasto cada vez que el EURIBOR, que es el principal tipo de referencia de sus préstamos hipotecarios, aumenta. Está, por tanto, justificada esa preocupación por el EURIBOR. Pero antes de preguntarnos por su previsible evolución futura, bueno será saber de qué depende, y, para ello, habrá que averiguar antes qué es eso del EURIBOR.


EURIBOR es el acrónimo de “euro interbank offered rate” y no es más que el tipo de interés al que un banco europeo está dispuesto a ofrecerle un depósito en euros a otro banco. Es, por tanto, lo que se denomina un tipo interbancario. En la práctica se calcula cada día a la misma hora a partir de la media de los precios ofrecidos por los principales 64 bancos europeos. Más de uno se sorprenderá al enterarse que no hay un sólo EURIBOR, sino varios, desde el EURIBOR a una semana hasta el EURIBOR a un año. Y es que los bancos se prestan dinero a distintos plazos y en cada uno de ellos exigen un tipo de interés distinto. ¿Cuál es entonces el tipo de interés relevante para las hipotecas españolas? Lo habitual es que la referencia sea el EURIBOR a un año, que es al que nos referíamos en el primer párrafo. Y también es habitual que, en particular, se utilice el llamado “EURIBOR hipotecario”, publicado en el BOE una vez al mes (en torno al día 20) y que es la media del EURIBOR a un año de los treinta días anteriores.

Podemos entonces avanzar: ¿de qué depende el EURIBOR? En primer lugar, depende del tipo de intervención de referencia del Banco Central Europeo. En sus subastas ordinarias de fondos, el BCE presta dinero a los bancos centrales a un plazo de dos semanas y les exige un tipo mínimo que en estos momentos es del 4%. Los bancos tenderán a prestarse fondos entre sí a plazos similares aplicando tipos de interés próximos a ese 4%, puesto que, en principio, ningún banco querría pagar mucho más cuando puede obtener fondos líquidos del banco central al 4%. A plazos mayores —un año, por ejemplo—, la referencia será más bien el tipo de intervención del BCE esperado en los próximos doce meses. Si se espera que el banco emisor vaya encareciendo progresivamente su crédito, el EURIBOR a un año subirá hasta incorporar esta expectativa. En segundo lugar, el EURIBOR depende de la oferta y de la demanda de liquidez (de fondos a corto plazo) en el mercado interbancario. Si aumenta la demanda o se reduce la oferta y el BCE no lo compensa con una mayor inyección de liquidez, el precio de los depósitos (su tipo de interés) tenderá a subir. Finalmente, el grado de confianza en la solvencia de los otros bancos determinará también el nivel del EURIBOR. Si aumenta el temor respecto a la capacidad del conjunto de los bancos para hacer frente a sus compromisos, los tipos de interés exigidos tenderán también a subir.

Pues bien, ¿por qué se situó el EURIBOR a un año en torno al 4,80% en diciembre si el tipo de referencia del BCE se ha mantenido en el 4% desde junio de 2007? ¿Fue quizás por expectativas de subidas de tipos del BCE en los próximos meses? La respuesta es que no. De hecho, las expectativas del mercado sobre la futura evolución de los tipos del BCE han oscilado en los últimos meses entre el mantenimiento del 4% y la apuesta por recortes hasta el 3,25%. Lo que ha sucedido es que se han aumentado las necesidades de liquidez del sistema financiero a la vez que la desconfianza sobre la solvencia del conjunto de entidades financieras. Ambas circunstancias han tenido su origen en las pérdidas (o recortes de ingresos) sufridas  por numerosos bancos a raíz de la globalización de la crisis crediticia cuyo origen hay que buscar en la financiación del mercado de la vivienda de EEUU.

La siguiente pregunta es: ¿por qué se ha reducido el EURIBOR a un año en febrero hasta el 4,35%? Y la respuesta es que los tres factores relevantes han contribuido a ello, pero sobre todo el primero. Las expectativas de tipos, como consecuencia de la fortaleza del euro y de la moderación del crecimiento económico, han tendido a anticipar con mayor claridad la posibilidad de futuros recortes de tipos del BCE, hasta el 3,25% a lo largo de este año. Esta es la razón principal del reciente descenso del EURIBOR. La importancia de los factores de liquidez y solvencia ha sido mucho menor. Es verdad que el banco emisor ha elevado en los últimos tres meses de manera notable sus inyecciones de liquidez al sistema, reduciendo las necesidades netas, y también que el cambio de año ha sido relevante, puesto que con la proximidad del cierre de ejercicio la demanda de liquidez suele aumentar transitoriamente. Igualmente cierto es que la desconfianza entre los bancos ha tendido a reducirse; en parte por la clara reacción del BCE, que ha ayudado a disipar el temor a una cadena de impagos interbancarios. Sin embargo, estos factores sólo han servido para reducir con claridad las primas de riesgo de los tipos a plazos cortos (la del EURIBOR a tres meses, por ejemplo), pero las del EURIBOR a un año apenas se han visto afectadas por estas circunstancias.

Y por fin llegamos a la cuestión más importante: ¿hacia dónde va el EURIBOR? De los tres determinantes que hemos examinado, el del tipo de referencia del BCE es el que más probabilidades tiene de moverse de manera significativa y, por fortuna, la dirección será a la baja. La moderación económica, una probable reducción de la inflación a partir de abril y la fortaleza del euro (refuerza los dos factores anteriores) acabarán previsiblemente propiciando recortes de tipos del BCE, quizás hasta el 3,00% o el 3,25%, lo que sin duda arrastrará a la baja al EURIBOR. Más dudoso es que las necesidades de liquidez y la desconfianza interbancarias se recuperen significativamente. La moderación económica y una crisis crediticia de largo recorrido dificultarán una reducción importante adicional de las primas de riesgo, pero al menos tampoco parece probable que vuelvan a ampliarse. En definitiva, el EURIBOR puede en los próximos meses mantenerse en torno a 0,3/0,5 puntos porcentuales por encima del nivel en el que se situaría sin esos problemas de liquidez y solvencia. Ello no deberá impedir que, de la mano de un BCE menos preocupado por la inflación, pueda el EURIBOR a un año acabar descendiendo por debajo del 3,75%.


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Andamos en España muy preocupados por el EURIBOR, un tipo de interés del que sabemos que afecta a nuestras cargas hipotecarias y que durante dos años y medio, hasta diciembre, no ha dejado de crecer. Desde niveles cercanos al 2% en junio de 2005, este tipo alcanzó a finales de 2007 referencias próximas al 4,80%. Con una deuda hipotecaria históricamente muy elevada y casi exclusivamente a tipo variable, las familias españolas sufren una notable reducción en su capacidad de gasto cada vez que el EURIBOR, que es el principal tipo de referencia de sus préstamos hipotecarios, aumenta. Está, por tanto, justificada esa preocupación por el EURIBOR. Pero antes de preguntarnos por su previsible evolución futura, bueno será saber de qué depende, y, para ello, habrá que averiguar antes qué es eso del EURIBOR.

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2
Mar

Los obispos y las elecciones

Escrito el 2 marzo 2008 por en Miscelánea

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    [post_content] => En noviembre del año pasado, cuando arrancaba la campaña electoral americana, los obispos católicos norteamericanos publicaron un documento (The Challenge of Forming Consciences for Faithful Citizenship) cuyo objetivo expreso era contribuir a que los católicos tuvieran una conciencia bien formada para afrontar las decisiones políticas.

La sociedad norteamericana se caracteriza, como es bien sabido, por la separación estricta entre la Iglesia y el Estado. Pero eso es compatible con que los obispos animen a los creyentes a que lleven sus convicciones a la vida pública. Los obispos de EEUU afirman en dicho texto que “no decimos a los católicos cómo votar”, pero también que “como católicos, deberíamos guiarnos más por nuestras convicciones morales que por nuestra inclinación por un partido político. Los obispos de EEUU mencionan varios temas muy conflictivos para valorar el programa y la ejecutoria de los candidatos políticos. Entre ellos están el respeto del derecho a la vida, que es directamente atacado por “el aborto, la eutanasia, la clonación humana y la destrucción de embriones humanos para investigación. A estos males per se hay que oponerse siempre”. Otro tema muy controvertido  que aparece en el documento es “la familia, basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer”, que no debería ser “redefinida, socavada ni menospreciada”.


Otros criterios claves señalados por los obispos norteamericanos en el documento se refieren a la protección de los más débiles y a derechos sociales básicos como es el derecho a la vida (por lo que se oponen a “la tortura, la guerra injusta, el uso de la pena de muerte”) o a la dignidad en el trabajo por lo que solicitan “oportunidades para que los trabajadores inmigrantes tengan un estatuto legal”. Son asuntos que dividen a la sociedad norteamericana, pero nadie ha discutido el derecho de los obispos a expresarse sobre ellos.

Los candidatos demócratas podrían verse aludidos, por ejemplo, en el caso de la condena de los obispos americanos al aborto pero ni Clinton ni Obama han puesto el grito en el cielo por esta “injerencia”. Si el pronunciamiento de los obispos norteamericanos no ha despertado polémica en EEUU, es un signo de que se trata de una sociedad políticamente madura. Allí no extraña que un grupo religioso se pronuncie, como cualquier otro, sobre cuestiones que afectan a la vida pública en una democracia. Se les dará más o menos la razón, pero se les escucha con interés y, si es el caso, se discute lo que dicen, pero no se les descalifica.

Fuente: Aceprensa 

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En noviembre del año pasado, cuando arrancaba la campaña electoral americana, los obispos católicos norteamericanos publicaron un documento (The Challenge of Forming Consciences for Faithful Citizenship) cuyo objetivo expreso era contribuir a que los católicos tuvieran una conciencia bien formada para afrontar las decisiones políticas.

La sociedad norteamericana se caracteriza, como es bien sabido, por la separación estricta entre la Iglesia y el Estado. Pero eso es compatible con que los obispos animen a los creyentes a que lleven sus convicciones a la vida pública. Los obispos de EEUU afirman en dicho texto que “no decimos a los católicos cómo votar”, pero también que “como católicos, deberíamos guiarnos más por nuestras convicciones morales que por nuestra inclinación por un partido político. Los obispos de EEUU mencionan varios temas muy conflictivos para valorar el programa y la ejecutoria de los candidatos políticos. Entre ellos están el respeto del derecho a la vida, que es directamente atacado por “el aborto, la eutanasia, la clonación humana y la destrucción de embriones humanos para investigación. A estos males per se hay que oponerse siempre”. Otro tema muy controvertido que aparece en el documento es “la familia, basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer”, que no debería ser “redefinida, socavada ni menospreciada”.

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2
Mar
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    [post_content] => La velocidad de circulación del dinero (V) es el número de veces que una unidad monetaria (un euro) cambia de manos durante una año. Teóricamente, la velocidad de circulación del dinero es el número de veces que una unidad monetaria se transforma en renta durante un año. En términos puros, para obtener la velocidad de circulación del dinero habría que conocer el número de transacciones efectuadas en un periodo. Pero como el cálculo de las transacciones es difícil de obtener desde el punto de vista estadístico, normalmente se utiliza el Producto Interior Bruto real (PIB) ya que a corto plazo existe una relación constante entre las transacciones y el PIB real.

La teoría cuantitaiva del dinero

Los primeros intentos de explicar la ligazón entre la cantidad de dinero y las variables reales de la economía fueron establecidos por la teoría cuantitativa del dinero. La expresión básica atribuída al economista I. Fisher se puede sintetizar en:

M x V = P x y

Siendo “M” la cantidad de dinero (M1, M2, M3 ó M4), "V” la velocidad de circulación del dinero, es decir, el número de veces que una unidad monetaria se utiliza durante un año, “P” el índice de precios (medido por el IPC o por el deflactor del PIB) e “y” el producto o renta nacional en términos reales (medido por el PIB real).

De la ecuación cuantitativa del dinero indicada anteriormente se deduce que la velocidad de circulación del dinero (V) es el cociente entre el PIB a precios corrientes y la cantidad de dinero (M3). Es decir, para calcular la velocidad del dinero, dividimos el valor nominal de la producción (PIB nominal) por la cantidad de dinero.

V= (P x Y)/M

El ejemplo de las pizzas

Imaginemos una sencilla economía que sólo produce pizza. Supongamos que produce 100 pizzas al año (PIB real), que una pizza se vende a 10€ y que la cantidad de dinero que hay en la economía es de 50€. En ese caso, la velocidad del dinero es:

V= (10€ x 100)/50€ = 20

En esta economía, el público gasta un total de 1.000 euros al año en pizza (PIB nominal). Para que se realice este gasto de 1.000€ con 50€ solamente de dinero, cada billete de euro debe cambiar de manos 20 veces al año, en promedio.


¿La velocidad de circulación del dinero es constante o varíable?

La previsión del futuro comportamiento de la velocidad de circulación del dinero es un factor importante para la determinación de los objetivos de política monetaria. Efectivamente, una vez fijado el objetivo a alcanzar de variación de los precios, será necesario conocer el comportamiento del crecimiento económico y de variación de V para determinar el crecimiento del objetivo intermedio M3. Este comportamiento de V se puede obtener a partir del valor histórico de esta variable y de la previsión del futuro comportamiento de la economía. Si el objetivo intermedio de la política monetaria es la liquidez del sistema (M3), hace falta conocer la variación de V para poder determinar los objetivos de política económica que se pretenden conseguir (estabilidad de precios).

Los keynesianos, mediante estudios empíricos, comprobaron que cuando la cantidad de dinero varía la velocidad de circulación del dinero también varía y esa variación es además poco previsible. De ahí que, entre otras cosas, los keynesianos dieran tanto protagonismo a la política fiscal, relegando la política monetaria al papel de mantener los tipos de interés  a niveles óptimos, es decir bajos, para la economía.

Por su parte los cuantitativistas o monetaristas postulan que un cambio en la cantidad de dinero produce un efecto igual en los precios, sin que se produzcan cambios en el resto de las variables macroeconómicas del sistema. Los estudios empíricos de Milton Friedman, principal exponente del monetarismo, muestran que la velocidad de circulación es constante o al menos es predecible a corto plazo y, por tanto, que todo cambio en la cantidad de dinero produce cambios sustanciales en el resto de las variables macroeconómicas.

A modo de ejemplo, si se pudiera hablar de dinero que va a más  velocidad que otro, se podría decir que el dinero que se utiliza para gastos corrientes va mucho más  rápido que el que se dedica al ahorro. Por tanto, si los individuos de una colectividad deciden ahorrar menos y consumir más, la velocidad de circulación tenderá a aumentar.

Las expectativas de inflación también influyen en V. Las expectativas de precios elevados aceleran la demanda de materias primas u otros inputs por parte de las empresas y la compra de bienes de consumo por parte de las familias. Se produce, por tanto, un aumento de V.

Para los keynesianos, la hipótesis de los economistas neoclásicos de que la velocidad de circulación del dinero es constante, es poco realista, y que esa falta de realismo vicia de raíz la proposición básica del monetarismo, según la cual un aumento de la oferta monetaria (M3), una vez financiado el crecimiento del producto, entrañará necesariamente un aumento del nivel de precios.

El ejemplo del restaurante para explicar la velocidad de circulación del dinero

Manuel Conthe (en un artículo titulado “Recetas monetarias”), explica la velocidad de circulación del dinero, poniendo como ejemplo el afán de muchos camareros por retirar el  plato al comensal apenas lo juzgan vacío. En otras ocasiones, el camarero atribuirá imperiosamente a uno de los comensales esa última croqueta que la educación había dejado huérfana. Pero ese afán expropiatorio es comprensible: si el stock de platos es escaso (M3), cada plato tendrá que utilizarse varias veces (V) para poder servir todas las comidas (PIB nominal). Los camareros se tendrán que esforzar, pues,  por aumentar su “velocidad de circulación” (V = número de veces que se usan los platos). Si multiplicamos el stock de platos (M3) por su “velocidad de circulación” (V), nos saldrá inexorablemente el flujo de comidas servidas al día. Ahora bien: si el propietario del establecimiento, optimista, decide aumentar la vajilla (M3) ¿hará eso que aparezcan automáticamente nuevos clientes (o que cada cliente pida ahora más platos de los que puede encontrar en el menú)? Así, si cada plato se venía usando 4 veces al día y la vajilla se duplica ¿se duplicará también el número de platos servidos? Parece que no.

Así, si llamamos:

M3: número de platos
V: el número promedio de veces en que se utiliza cada plato
T ( y) al número de comensales; y
P número de platos por comensal
PxT (Pxy) número total de platos servidos
Entonces:  M x V = P x y

En el caso del restaurante, la crítica keynesiana de que V no es constante tiene su trasunto práctico en la avidez con la que los camareros en días de mucha actividad recorren las mesas en busca de platos vacíos o incluso te lo arrebatan –o fuerzan a los comensales a repartirse la última croqueta- tan pronto consideran que uno ha acabado.

El objetivo del BCE debe ser la estabilidad de precios y no el crecimiento de la M3

Una consecuencia de la variación de la velocidad de circulación del dinero es que el objetivo intermedio de la política monetaria (M3) pierde importancia. Efectivamente, en estos tiempos de crisis económica en que nos está tocando vivir la velocidad de circulación se ha reducido. Los bancos prestan menos, las empresas reducen sus planes de inversión y el sector inmobiliario también mueve menos dinero (M3). El Banco Central Europeo (BCE) ha tenido que salir en rescate de la economía aumentando la liquidez y, por tanto, la M3. La preocupación del Banco Central Europeo es: "como el dinero (M3) crece mucho ¿no se correré el grave riesgo de que la inflación se dispare? Se dispararía si se manteniese constante la “velocidad de circulación del dinero” y el crecimiento del PIB real pero ya hemos visto que V está disminuyendo.

Desde la creación del euro en 1999, el Banco Central Europeo fijó  para el crecimiento de la M3  un “nivel de referencia” del 4’5% y consideró el análisis de las magnitudes monetarias M3 el “segundo pilar” de su política monetaria. Si la M3 crece por encima del “nivel de referencia” establecido, cabía pensar que el BCE adoptaría medidas restrictivas (por ejemplo subir sus tipos de interés). En la práctica, sin embargo, M3 ha crecido siempre por encima de su “nivel de referencia” (todavía sigue estando por encima del 10%). Consecuencia: el BCE acordó dejar de revisar dicho objetivo intermedio (M3), por tanto, el BCE  ya no considera prioritario su viejo “pilar monetario” (M3), ahora se preocupa directamente de conseguir la estabilidad de los precios.Aunque últimamente parece que con poco éxito.

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La velocidad de circulación del dinero (V) es el número de veces que una unidad monetaria (un euro) cambia de manos durante una año. Teóricamente, la velocidad de circulación del dinero es el número de veces que una unidad monetaria se transforma en renta durante un año. En términos puros, para obtener la velocidad de circulación del dinero habría que conocer el número de transacciones efectuadas en un periodo. Pero como el cálculo de las transacciones es difícil de obtener desde el punto de vista estadístico, normalmente se utiliza el Producto Interior Bruto real (PIB) ya que a corto plazo existe una relación constante entre las transacciones y el PIB real.

La teoría cuantitaiva del dinero

Los primeros intentos de explicar la ligazón entre la cantidad de dinero y las variables reales de la economía fueron establecidos por la teoría cuantitativa del dinero. La expresión básica atribuída al economista I. Fisher se puede sintetizar en:

M x V = P x y

Siendo “M” la cantidad de dinero (M1, M2, M3 ó M4), «V” la velocidad de circulación del dinero, es decir, el número de veces que una unidad monetaria se utiliza durante un año, “P” el índice de precios (medido por el IPC o por el deflactor del PIB) e “y” el producto o renta nacional en términos reales (medido por el PIB real).

De la ecuación cuantitativa del dinero indicada anteriormente se deduce que la velocidad de circulación del dinero (V) es el cociente entre el PIB a precios corrientes y la cantidad de dinero (M3). Es decir, para calcular la velocidad del dinero, dividimos el valor nominal de la producción (PIB nominal) por la cantidad de dinero.

V= (P x Y)/M

El ejemplo de las pizzas

Imaginemos una sencilla economía que sólo produce pizza. Supongamos que produce 100 pizzas al año (PIB real), que una pizza se vende a 10€ y que la cantidad de dinero que hay en la economía es de 50€. En ese caso, la velocidad del dinero es:

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En esta economía, el público gasta un total de 1.000 euros al año en pizza (PIB nominal). Para que se realice este gasto de 1.000€ con 50€ solamente de dinero, cada billete de euro debe cambiar de manos 20 veces al año, en promedio.

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1
Mar
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    [post_content] => El Instituto Nacional de Estadística (INE) español adelantó ayer el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) del mes de febrero de 2008. La inflación española se ha situado en el 4,4%. El dato es muy malo porque se trata del nivel más alto desde enero de 1997 (fecha en que comenzó a calcularse este indicador). Es la inflación más alta de toda la Eurozona si se excluye a Eslovenia, país que todavía se está adaptando al euro. Debe ser motivo, por tanto, de preocupación para los ciudadanos y el Gobierno de España.

Esta subida de los precios del 4,4%, ha sido impulsada por el encarecimiento, del petróleo y los alimentos. Vamos a centrarnos exclusivamente en los alimentos. La creciente demanda global de alimentos, el cambio climático y la presión existente para desviar cosechas hacia la fabricación de biocombustibles están subiendo el precio de los alimentos en todo el mundo. España no es una excepción y debido a estos aumentos las familias españolas deben dedicar una myor parte de su renta a comprar alimentos. De ahí que a algunos, por ejemplo a mi mujer, les pueda llamar la atención que disminuya, en sólo un año, el peso que los alimentos representan en la cesta de la compra. ¿Cuál es el peso de los alimentos en el IPC español? El nuevo IPC, vigente desde enero, que incluye nuevas ponderaciones, lo rebaja al 20,28%. En la nueva cesta hay un menor peso de la alimentación (Alimentos y bebidas no alcohólicas) que el año pasado. ¿Por qué pierde peso la alimentación? Porque es una tendencia propia de cualquier país desarrollado que la gente gaste proporcionalmente menos en alimentación. Así el gasto en alimentos cae y aumentan otros gastos más sofisticados.


Parece normal que, a finales del siglo pasado, en el año 1991, los alimentos pesasen en la cesta el 26,8% del total del gasto de consumo de las familias y que, diez años después,  en 2001, tuvieran una ponderación menor, concretamente del 21,5%. Pero parece un poco raro que en la cesta del IPC utilizada en 2007 subiera la ponderación de alimentos desde ese 21,5% del 2001 al 22,1% del 2007, en vez de bajar. Pero también parece raro que en la última cesta, la utilizada en enero de 2008, baje abruptamente en un año la ponderación de la alimentación, desde ese 22,1% del 2007 al 20,28% del 2008. Parece una bajada demasiado rápida para un año en que las familias han gastado más en alimentos por la subida de los precios de los mismos y con la presencia de una mayor población inmigrante de bajo nivel de renta que  gasta proporcionalmente más en alimentos que en otras cosas.

¿Por qué baja tanto en un solo  año y en unas circunstancias que lo que tendría que hacer la ponderación de “Alimentos y bebidas no alcohólicas” sería mantenerse o quizá subir? Le pregunté al INE y me contestó que en la última revisión de las ponderaciones del IPC, es decir, la cesta que está vigente ahora, se ha incorporado una fuente diferente de información: la nueva Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) anual. Se trata, según el INE, de una fuente mejorada, lo que permitirá unas estimaciones de las ponderaciones mucho mas precisas. He ido a la página del INE a comprobar los datos de la citada Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) pero la última encuesta publicada, el 16 de noviembre de 2007,  es la del año 2006. En ella "Alimentos y bebidas no alcohólicas" tiene un peso del 16,49% en 2005 y un 14,04% en 2006. Estos datoas están muy alejados de las ponderaciones de 2007 y 2008. Por tanto, me quedo como estaba y me sigue preocupando la caída en la ponderación de la alimentación en el IPC.

Por supuesto que me creo lo que dice el INE, siempre me lo he creído, pero también puede cometer errores. Todos nos podemos equivocar. ¿Está el INE haciendo un tránsito desde el 22,1% de alimentos en el IPC del 2007 al 14,04% de alimentos qu aparecen en la EPF de 2006?. Me sigue pareciendo raro. Tiene el INE tanto margen de ajuste ¿Cuanto, cuando y quien decide el tránsito? ¿Se ha equivocado el INE? No lo se, pero lo que si se es que si la ponderación de los alimentos fuera como la de 2007, es decir, mayor la inflación también sería mayor que el 4,4% publicado hoy ya que, como digo más arriba, desde hace meses los precios de los alimentos llevan una preocupante trayectoria ascendente que ha contribuido, junto con la energía, a impulsar la inflación. No se trata de una cuestión de poca importancia, ya que la mayor inflación influye en mayores reivindicaciones salariales y en la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos.

    [post_title] => ¿Están bien calculados los precios de los alimentos en el IPC?
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El Instituto Nacional de Estadística (INE) español adelantó ayer el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) del mes de febrero de 2008. La inflación española se ha situado en el 4,4%. El dato es muy malo porque se trata del nivel más alto desde enero de 1997 (fecha en que comenzó a calcularse este indicador). Es la inflación más alta de toda la Eurozona si se excluye a Eslovenia, país que todavía se está adaptando al euro. Debe ser motivo, por tanto, de preocupación para los ciudadanos y el Gobierno de España.

Esta subida de los precios del 4,4%, ha sido impulsada por el encarecimiento, del petróleo y los alimentos. Vamos a centrarnos exclusivamente en los alimentos. La creciente demanda global de alimentos, el cambio climático y la presión existente para desviar cosechas hacia la fabricación de biocombustibles están subiendo el precio de los alimentos en todo el mundo. España no es una excepción y debido a estos aumentos las familias españolas deben dedicar una myor parte de su renta a comprar alimentos. De ahí que a algunos, por ejemplo a mi mujer, les pueda llamar la atención que disminuya, en sólo un año, el peso que los alimentos representan en la cesta de la compra. ¿Cuál es el peso de los alimentos en el IPC español? El nuevo IPC, vigente desde enero, que incluye nuevas ponderaciones, lo rebaja al 20,28%. En la nueva cesta hay un menor peso de la alimentación (Alimentos y bebidas no alcohólicas) que el año pasado. ¿Por qué pierde peso la alimentación? Porque es una tendencia propia de cualquier país desarrollado que la gente gaste proporcionalmente menos en alimentación. Así el gasto en alimentos cae y aumentan otros gastos más sofisticados.

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