Hoy se presentó en Madrid el llamado Índice de libertad económica, que elaboran desde hace 13 años The Wall Street Journal y The Heritage Foundation. Este índice es el resultado de un estudio que muestra, de manera ordenada y comparativa, la libertad económica de que gozan los habitantes para realizar sus actividades, resultante de las políticas económicas seguidas por 157 países durante los últimos años. Una primera conclusión del trabajo es que identifica una relación directa entre la mayor libertad económica y el bienestar que tienen los habitantes del país, medido por el ingreso per cápita. Esto significa que aquellos países que tienen mayor cantidad de restricciones a la actividad económica o una mayor intervención de los respectivos gobiernos, provocan un menor nivel de vida a sus habitantes. Una segunda conclusión que el estudio encuentra es que incrementos en la libertad económica se identifican con crecimiento económico de las respectivas naciones. Aunque esto parece obvio, son muy numerosos los analistas y los políticos que piensan y actúan en sentido contrario, perjudicando a la mayoría de la población.
Para la elaboración de este índice de libertad económica se identificaron una serie de variables independientes agrupadas en diez categorías, en donde destacan la apertura comercial, el peso fiscal del gobierno, así como su intervención en la economía, la política monetaria, las restricciones a los flujos de capital, el sistema financiero, los sueldos y los precios, los derechos de propiedad, las regulaciones y la actividad del mercado informal. En el estudio se le asigna la misma ponderación -esto es la misma importancia- a cada una de las categorías. Hong-Kong, Singapur, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Irlanda y Suiza son las economía del mundo que tiene un mayor grado de libertad económica según la última edición del informe que acaba de publicar The Wall Street Journal y The Heritage Foundation (2007 Index of Economic Freedom). Los últimos puestos son para Libia, Cuba y Corea del Norte (3 dictaduras). El estudio de The Wall Street Journal y Heritage Foundation mide el grado de libertad económica que tienen los países analizando una serie de componentes: tamaño del gobierno (ingresos y gastos públicos, empresas públicas), estructura legal y seguridad de los derechos de propiedad, política monetaria ortodoxa y acceso al crédito, grado de libertad para realizar comercio exterior, nivel de corrupción y, por último, marco de regulaciones laborales y de negocios.
España, la octava economía del mundo, figura en el Index of Economic Freedom de The Wall Street Journal y la Heritage Foundation en el puesto número 27 de la clasificación global frente al puesto 33 del año pasado. A pesar de la mejora, el estudio sitúa como los tres puntos flacos de la economía española la falta de flexibilidad en mercado laboral, la falta de control del gasto público y la alta presión fiscal. Es decir, pese a los esfuerzos por reducir la tributación directa en España, en los últimos años, seguimos teniendo una presión fiscal elevada. El aspecto que recibe una peor valoración en España es el relativo al papel del gobierno en la libertad económica. Los dos aspectos mejor valorados son el relativo a política monetaria (que como se sabe la realiza el BCE) y el relativo a libertad financiera.
Chile, en el puesto 11, es la economía latinoamericana con un mayor grado de libertad económica. En segundo lugar, se sitúan, en Latinoamérica, Panamá (puesto 47) y México (49), Perú se sitúa el puesto 63, Brasil en el 70 y Argentina en el 95, sobre un total de 157 países considerados en el estudio. Venezuela, en el lugar 144, es el país con menos libertad económica de América Latina, después de Cuba (156 de un total de 157 en el mundo). Parece que estos 2 países tambien están hermanados en su falta de libertad económica. Bolivia ocupa el 112 y Ecuador 108. Chile (11 del mundo) se sale del conjunto de América Latina porque tiene un grado completo de inversión, no hay corrupción y se le reconoce como el iniciador de un modelo económico que da las cotas de libertad más altas en la región.
Este índice de libertad económica es importante porque a mayor libertad económica, menor riesgo de corrupción. La mayor libertad de expresión y democracia y un papel más pequeño del Estado en la economía reducen las posibilidades de corrupción. Los países donde hace falta dar «coimas» en distintos niveles tienen menor libertad económica y también encarecen el costo de invertir o trabajar en ese lugar.
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