En el artículo que aparece hoy en el Mundo (página 33) se habla del ciclo político. Pero ¿Que es el ciclo político? el ciclo político es la política económica que siguen los gobiernos ante un proceso electoral. Cuando se acercan las elecciones, se suelen poner en marcha medidas de política económica que permitan conseguir el mayor número de votos para el partido gobernante, y alcanzar así su objetivo más importante e inconfesable: permanecer en el poder el mayor tiempo posible. En este sentido, la política económica está determinada por el ciclo político, es decir, por la proximidad o lejanía de unas elecciones.
En años electorales, es decir, previos a una consulta electoral, el ciclo político señala que se suelen aplicar políticas expansivas de carácter populista consistentes, por ejemplo, en incrementar el gasto público o rebajar los impuestos, dando así lugar a un sentimiento “narcotizante” de bienestar. Cerca de las elecciones, por tanto, el ciclo político nos dice que se deben esperar políticas de carácter expansivo (mayor crecimiento económico e inflación y menor tasa de paro), que ofrezcan una imagen de prosperidad. Si hay que bajar los impuestos, se hace invariablemente antes de las elecciones, no después. Sin embargo, los aumentos del gasto público por motivos electorales no suelen ser beneficiosos para la economía, ya que generan inflación y un déficit público que es necesario financiar.
En periodos postelectorales, en cambio, es necesario purgar los desequilibrios generados durante la fase expansiva. Para ello hay que contraer la demanda, lo que suele generar un menor crecimiento y aumento del desempleo. Otra medida postelectoral, según el ciclo político, son las devaluaciones de la moneda, que compensen la pérdida de competitividad de los bienes nacionales generada por la mayor inflación preelectoral. Visto así, el ajuste necesario después de las elecciones no es otra cosa que el pago por el relajamiento de la etapa previa a la consulta electoral.
El ejemplo más proverbial de manejo del ciclo político en la historia reciente es, sin duda, el de Ronald Reagan, un auténtico maestro del ciclo político. Supo ajustar la economía en los primeros años de sus dos mandatos, para expandir la actividad justo un año antes de las elecciones. Resultado: su partido, el Republicano, ganó por “goleada” en 1984 y 1988.
Otro ejemplo claro de ciclo político fue la primera y necesaria reducción del IRPF en España de 1999. ¿Cuándo se hizo? Justo un año antes de las elecciones del año 2000. La promesa electoral del PP, en las elecciones del año 2000, de volver a reducir los impuestos, no se materializó en el año 2001, sino que se plasmó en los Presupuestos del año 2003, justo un año antes de las elecciones de 2004. Y ello sin perjuicio de que ambas reformas fiscales fueran necesarias. Pero además el PSOE, también conoce los mecanismos del ciclo político y ha bajado los impuestos en 2007. Es decir las 3 últimas convocatorias electorales (2000, 2004 y 2008) han ido precedidas de rebajas fiscales (1999, 2003 y 2007). El ciclo político también muestra la existencia de fuertes devaluaciones después de los años electorales. La razón es que ningún político desea depreciar su moneda cerca de las elecciones, por el desgaste que supone para el partido que gobierna. Ello se debe a que, en ocasiones, la devaluación se puede interpretar como una consecuencia de una mala política económica y, por tanto, una señal de desprestigio político.
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