¿Puede haber en el mundo un país que estando entre los 10 con mayores reservas de petróleo del mundo, contraiga su economía un 3.9% en 2014, un 6.2% en 2015 y un 10% en 2016? ¿Y que las previsiones para el año en curso sean de una caída del 4.5%? Evidentemente por el titular de este artículo el lector sabe que me refiero a uno de los tres países que surgieron del colapso de la república llamada Gran Colombia en 1830 (siendo los otros dos Ecuador y Nueva Granada que se convirtió en Colombia). Este precioso país de poco más de 30M de ciudadanos está clasificado en el ranking de facilidad de hacer negocios del Banco Mundial de 2017 , en el puesto 187, de 190, quedando sólo por encima de Libia, Eritrea y Somalia
¿En qué momento dejo de ser Venezuela una de las principales economías del continente americano? Una teoría interesante es el incorrecto manejo de la principal riqueza económica del país, el petróleo.
Hace 42 años, en 1975, el entonces presidente de la república, Carlos Andrés Pérez anunció que había llegado la hora de nacionalizar el petróleo. Indicar como antecedente temporal que el precio de esta materia prima en los mercados pasó, en Enero de 1974, de 19 a USD 50(*), con datos ajustados de inflación, debido al embargo que ejercieron los países árabes de la OPEP.
En Venezuela se decidió a principios de 1976 crear PDVSA para la gestión del nacionalizado recurso. Fue un lustro de lo que se llamó la Venezuela Saudita ya que al comenzar la década de los 80 el barril de petróleo había llegado a USD 112, con lo que, con una visión muy cortoplacista, las autoridades del país decidieron el abandono de casi toda la producción de bienes locales (entre las que había productos punteros como el cacao, el café –llego a ser el segundo productor mundial después de Brasil o el ganado vacuno), ya que era más barato importar que producir y el flujo de ingresos de divisas por la venta de petróleo parecía no tener fin: una situación de superávit comercial , de apreciación de la divisa debido a las ingentes reservas de USD y de un rating A para las agencias de calificación internacionales. El principio de la década de los ochenta fueron años de una sensación de riqueza que llevaba a una vida social en el país, hoy inimaginable, y un consumo e inversión desmedido. Años de un enorme endeudamiento privado y público.
Cuando el viento cambio, las autoridades del país no lo supieron o quisieron ver. De 1980 a 1983, debido a un cambio en la tendencia de los precios del petróleo, los ingresos gubernamentales decrecieron un 30% mientras que el gasto crecía exponencialmente. En 1982 y debido a una deuda, en USD de la época de 275.000 millones, México, Argentina y Brasil plantean la insolvencia de su deuda exterior. Ante el estallido de una crisis global en el continente, billones de USD que estaban en Venezuela salieron del país buscando destinos más seguros. Con lo que llegamos al llamado Viernes Negro de 18 de febrero de 1983. ¿Qué significó para la economía del país? Que la paridad del bolívar respecto al USD pasó de un estable 4.3 a un 14. Todo un país endeudado en USD que ve con el valor de su moneda (la de sus nóminas, sus depósitos bancarios) pierde un 70 % de su valor con lo que el valor de la deuda de ciudadanos, empresas y Estado se multiplica por 3
De 1983 al 2017 el valor del crudo ha tenido sus oscilaciones pero la economía venezolana ha permanecido estancada en una espiral de devaluaciones constantes (en 2008 se creó el Bolívar Fuerte, quitando tres ceros al Bolívar Existente), una espiral inflacionaria sin fin (previsión para el año en curso del 1.660%) , una deuda exterior que no deja de crecer, fuga de capitales constante (no frenada con la creación del CADIVI en el 2003) y una caída sin fin de las reservas que merman la capacidad de importar. Y si a esto le sumamos la ausencia de producción local, entonces llega la carestía y la escasez.
Parece que en el 2017 puede haber una estabilización de los precios petrolíferos pero también puede darse una menor demanda en volumen global. Apostar la recuperación del país a la única carta de la demanda de crudo no augura un repunte en el corto plazo. La diversificación productiva y el aumento de la confianza de la inversión extranjera son básicos para que sea posible revertir la situación actual. Es importante recordar que a principios de los noventa a Alemania se le llamaba the sick man of Europe y que hubo una época que Venezuela no era el ejemplo mundial de todos los desequilibrios económicos existentes.
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