La Reserva Federal (FED) acaba de anunciar el inicio del “tapering” o, lo que es lo mismo, la reducción del programa de compras directas de activos. Por tanto, la FED comienza el proceso de normalización de la política monetaria americana, después de haber puesto en marcha desde finales de 2008, una de las mayores expansiones monetarias de la historia, al menos si hablamos de países desarrollados.
Por el camino, el balance de la FED se ha multiplicado por cuatro (de 0,9 a 4 billones de dólares) y la bolsa se ha revalorizado un 164%, mientras los bonos de alta rentabilidad americanos lo hacían en un 142%.
Foto: Ben Bernanke dio el miércoles su última conferencia de prensa como presidente de la Reserva Federal
Seguramente tardaremos muchos años en poder analizar las consecuencias de un proceso tan complicado y arriesgado como el puesto en marcha por Ben Bernanke desde la crisis de Lehman Brothers, pero lo que ya parece claro es que sin esa intervención directa de la FED (“bypass” a los canales de transmisión de la política monetaria), probablemente la recesión americana (y de paso la global) hubiese sido mucho más intensa y duradera. Aunque también se debe reconocer que por el camino ha habido ganadores (agentes endeudados, mercado de la vivienda, inversores con elevados perfiles de riesgo, etc.) y perdedores (ahorradores con un perfil conservador, fondos de pensiones de rentabilidad asegurada, etc). En general, la pregunta es si finalmente los beneficios de “Wall Street”, se van a percibir en “Main Street”, en un contexto con una clara tendencia de incremento de la desigualdad en buena parte de los países desarrollados.
Proyecciones económicas para EEUU
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