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¿Se deben proteger las invenciones?

Escrito el 14 marzo 2009 por en Miscelánea

Como contrapunto al post de hace unos días (“¿Es importante proteger los derechos de propiedad industrial?), existe una corriente de pensamiento económico que pone en cuestión o al menos relativiza los beneficios de patentar, frente a sus costes.  En este contexto me gustaría discutir hoy si las patentes y otros derechos de propiedad sobre las innovaciones como pueden ser los copyrights benefician o perjudican a la economía en su conjunto. Como en el post anterior ¿Es importante proteger los derechos de propiedad industrial? optaba por una postura  claramente a favor hoy he decidido ponerme en contra.

Algunos economistas y tecnólogos piensan que las invenciones y creaciones se hubieran producido igual de no haber existido el derecho a patentar. Los estudios empíricos dirigidos por Edwin Mansfield en el ámbito de las patentes son muy ilustrativos. En una de sus investigaciones, a través de una muestra representativa, concluye que, con la excepción de los medicamentos, la ausencia de la protección de las innovaciones mediante patentes hubiera afectado solamente al 25% de las innovaciones de la muestra analizada. Por otro lado el 60% de las empresas indicaron que las patentes sólo representaron el 10% de sus invenciones. Incluso, algunos sectores señalaron que las patentes no fueron necesarias para el desarrollo de ninguna de sus innovaciones. Según el historiador Thomas Ashton, la Revolución Industrial se hubiese producido igualmente en ausencia de propiedad industrial. De hecho, el verdadero comienzo de la Revolución Industrial se produjo cuando expiró la patente de Watt sobre la máquina de vapor.

 Desde el punto de vista económico, las patentes y, en general, los derechos de propiedad industrial, generan diversos tipos de costes. 1º) están los gastos en materia de registros, trámites, asesoría, tribunales, abogados, etc. Este gasto no se produciría en un escenario sin patentes ni copyrights, por lo que el dinero desembolsado por este motivo se podría destinar a otros fines más productivos. 2º) El coste que supone para el conjuno de la economía las barreras de entrada (monopolios legales) que generan las patentes. Se trata de restricciones a la competencia, lo que impide posteriores desarrollos de esa patente, a la vez que que los competidores aumentan el gasto dedicado a buscar alternativas para inventar algo parecido a la inovación patentada a la vez que muy diferenciado. Esta búsqueda en la creación de una tecnología innovadora y diferencial es un gasto (en tiempo y coste). Además, esta producción de inventos, que tienen que ser distintos del original puede obtener resultados inferiores al original con el fin de no entrar en conflicto con la patente inicial. Esto también puede afectar a la compatibilidad entre bienes complementarios porque la diferenciación puede hacerlos incompatibles. En el campo de la aviación, los hermanos Wright patentaron un mecanismo especial para las alas del avión y demandaron a todos los que intentaron aplicar innovaciones parecidas.

A pesar de todas estas críticas hacia los sistemas de protección de la propiedad intelectual e industrial, parece existir un consenso sobre su eficacia para facilitar el éxito de la innovación. La legislación sobre patentes contribuye a la innovación, pero no es la única herramienta que favorece el proceso de innovación. Existen otros instrumentos de política tecnológica que tienen un papel fundamental en el desarrollo tecnológico y, por tanto, en la creación de riqueza.

Fuente: “El monopolio de las ideas: contra la propiedad intelectual

 

 

 

 

10
Mar

Ayer se publicó el libro “La propiedad Intelectual e Industrial, garantía de la economía del conocimiento” .  ¿Qué nos dice este libro? Qué para asegurar el desarrollo tecnológico, industrial y comercial de un país resulta esencial una adecuada y efectiva protección de las invenciones. En este sentido, la Propiedad Industrial (PI) como instrumento de fomento de la innovación se dirige a proteger los inventos y las creaciones. Es decir, garantiza al inventor o a la empresa innovadora la explotación monopolística de su invento. Para que las empresas puedan desarrollar su capacidad innovadora, existe en todos los países una oficina de patentes para solicitar ese derecho.  En definitiva que el proceso de innovación es un proceso empresarial vinculado al mercado que mejora la competitividad y que necesita de protección.

Es sabido que el desarrollo de nuevos productos es una ventaja competitiva de la empresa. La patente le ofrece a la empresa una posición única en el mercado porque la convierte en un monopolio legal. Esta explotación monopolística puede ser sobre cualquier tipo de tecnología: producto y/o Know-How. Con esta información y con la protección adecuada, la empresa tendrá la capacidad de comercializar el producto y continuar innovando la tecnología aplicada. También, las empresas pueden vender sus derechos en cuyo caso recibirá unos ingresos por compartir sus conocimientos.

También las pequeñas y medianas empresas se benefician del sistema de patentes. Son muchas las pequeñas empresas que comenzaron su negocio con una patente. La ventaja competitiva que les confiere la protección que otorga la patente durante 20 años hace que puedan alcanzar una cuota de mercado que les permita crecer y consolidarse.

Ayer Claudio Boada presentó el libro “La propiedad Intelectual e Industrial, garantía de la economía del conocimiento” publicado por el Círculo de Empresarios. El libro está prologado por el director general de la Oficina de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria, Alberto Casado (Pontevedra, España).

Los autores de los distintos trabajos procedemos de ámbitos como la Universidad, la empresa y el mundo jurídico, ofreciendo, por lo tanto, enfoques diferentes del mismo problema. Antonio Castán y Javier Fernández Lasquetty, abogados y socios de Elzaburu, describen el panorama actual de la lucha contra la falsificación de marcas. Alberto de Elzaburu y Enrique Armijo, experto internacional en patentes y marcas y autor de varios libros, realizan un recorrido histórico por la protección de las invenciones por medio de los derechos de propiedad  industrial y detallan los diferentes tratados existentes en materia de patentes a nivel internacional.

El trabajo de Miquel Montañá socio responsable del departamento de Propiedad Industrial e Intelectual del bufete Clifford Chance en España, se dirige a la transferencia de tecnología y el acuerdo ADPIC de la Organización Mundial del Comercio. El libro termina con un capítulo mío, Rafael Pampillón, (Pontevedra, España) que lleva por título “Los derechos de propiedad intelectual e industrial (P.I.): importancia e implicaciones  en la competitividad de la economía española”

Te copio el índice del libro:

Capítulo 1: Panorama actual de la lucha internacional contra la falsificación de marcas. Antonio Castán y Javier Fernández-Lasquetty

Capítulo 2: La Armonización Internacional del Sistema de Patentes. Alberto de Elzaburu y Enrique Armijo

Capítulo 3: El acuerdo ADPIC de la Organización Mundial del Comercio y la transferencia de tecnología. Miquel Montañá Mora

Capítulo 4: Los derechos de propiedad intelectual e industrial (P.I.): importancia e implicaciones  en la competitividad de la economía española. Rafael Pampillón Olmedo

¿Te parece importante  proteger los derechos de propiedad industrial?

Fuente: CÍrculo de Empresarios (Madrid, 2009): “La propiedad Intelectual e Industrial, garantía de la economía del conocimiento”

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