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Entradas Etiquetadas con ‘impuestos’
Sep
Impuestos para ricos
Escrito el 16 septiembre 2011 por Gayle Allard en Economía española, Video
Sep
Presupuestos Generales del Estado español para el año 2011.
Escrito el 25 septiembre 2010 por en Economía española, Política fiscal, Previsiones económicas
WP_Post Object ( [ID] => 7901 [post_author] => 115 [post_date] => 2010-09-25 10:58:09 [post_date_gmt] => 2010-09-25 08:58:09 [post_content] => La propuesta de Presupuestos Generales del Estado para el año 2011 (PGE-2011), que aprobó ayer el Gobierno, se produce en un momento de estancamiento de la economía española. Efectivamente, según el consenso de los economistas en 2011 la economía española solo crecerá un 0,4% y no el 1,3% que se prevé en los PGE-2011. Este crecimiento del 0,4% se producirá gracias al sector exterior (+1,3%), ya que la demanda nacional se contraerá un 0,9%. El crecimiento negativo de la demanda interna se deberá a la reducción del gasto público y a la caída de la inversión: la construcción de viviendas y obras públicas estarán prácticamente paralizadas en 2011. Además, el consumo privado no acaba de arrancar y crecerá por debajo del 1% por 3 motivos: a) falta de confianza de las familias en el futuro que les hace ahorrar por motivo de precaución, b) enorme endeudamiento, sobre todo hipotecario, contraído en la fase expansiva del ciclo que hace a los individuos ahorrar más y, por tanto, consumir menos para poder devolver lo que deben a los bancos y cajas de ahorros y c) elevado nivel de desempleo, que aumentará en 2011. IMPUESTOS Y GASTOS DEL ESTADO La subida de impuestos aprobada ayer no van en la dirección correcta: 1º) no va a aumentar prácticamente los ingresos fiscales, 2º) se aplica sobre un colectivo que es el 1% de los contribuyentes y que ya pagan el 20% de la recaudación por IRPF ¿no estaremos exprimiendo la vaca de forma excesiva?, 3º) van a pagar los que reciben mayores sueldos, no los que son más ricos, 4º) cualquier subida de impuestos va a empeorar la situación económica y ralentizar la salida de la crisis. No se debe olvidar que el aumento de la progresividad de los impuestos directos tiene efectos negativos sobre la economía, ya que desalienta el trabajo, aumenta la economía sumergida y fomenta el ocio de quienes más podrían aportar con su trabajo. Además, al aplicarse sobre los asalariados con mayores niveles educativos puede incentivar la fuga de cerebros y evitar la entrada en el país de mano de obra muy cualificada. Conviene también recordar que España ya tiene una escala en el IRPF superior a la media de los países de nuestro entorno. En cuanto a los gastos del Estado no parecen creíbles los pagos previstos por prestaciones y subsidios de desempleo que según los PGE-2011 serán solo de 30.140 millones de euros, una cifra inferior a la que realmente se va a gastar. ¿Por qué esta diferencia? Porque los PGE-2011 esperan un aumento del empleo del 0,3% para el año que viene cuando las previsiones de los analistas dan una caída del empleo del 0,8%. Un desempleo mayor de la mano de obra y una ocupación menor de lo que dicen los presupuestos harán que el consumo privado en vez de tener un crecimiento del 1,8%, que contemplan los presupuestos, tendrá un crecimiento por debajo del 1%. Lo que también provocará una menor recaudación por IVA e IRPF de lo que se contempla en los PGE-2011. Déficit público mayor Estos errores de predicción harán que el déficit presupuestario sea ligeramente mayor del previsto: se prevé un déficit para el conjunto de las Administraciones Públicas del 6%, cuando el consenso de los economistas prevé el 7%. Este mayor déficit habrá que financiarlo a través de deuda pública, lo que a su vez, exigirá un mayor gasto público en intereses que tendrá que pagar el Estado. A la vez, esta mayor necesidad de financiación del sector público, encarecerá la financiación del sector privado de la economía. En una situación como la que atravesamos, de fuerte restricción crediticia, demandar fondos prestables a los mercados financieros no es buena idea, ya que genera un efecto "expulsión" (es decir, el sector público al capturar una parte de la financiación expulsa al sector privado de la economía). La consecuencia de un mayor gasto por desempleo e intereses de la deuda y menores ingresos por IVA e IRPF es un mayor déficit público. Además, los ingresos dependen del crecimiento económico, que los PGE-2011 estiman en el 1,3%, frente al 0,4% del consenso. Ya se ve que estos presupuestos dibujan un escenario algo optimista que puede perjudicar un poco la credibilidad del gobierno y por tanto la confianza de los agentes económicos. De ahí que el gobierno debería contemplar otra política tributaria y una mayor reducción del gasto público sobre todo en las Comunidades Autónomas y en los municipios. Se podrían eliminar, por ejemplo, muchas políticas públicas de subvenciones que sobran y que no van a mejorar la productividad de la economía. Con ello la confianza en nuestros gobernantes mejoraría, que buena falta hace, y lo que es más importante nos pondríamos en camino para resolver los problemas que padece la economía española. Fuente: "Un ejercicio de voluntarismo". Expansión. 24 de septiembre de 2010 [post_title] => Presupuestos Generales del Estado español para el año 2011. [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => presupuestos-generales-del-estado-espanol-para-el-ano-2011 [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2010-09-26 20:02:35 [post_modified_gmt] => 2010-09-26 18:02:35 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=7901 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 6 [filter] => raw )
La propuesta de Presupuestos Generales del Estado para el año 2011 (PGE-2011), que aprobó ayer el Gobierno, se produce en un momento de estancamiento de la economía española. Efectivamente, según el consenso de los economistas en 2011 la economía española solo crecerá un 0,4% y no el 1,3% que se prevé en los PGE-2011. Este crecimiento del 0,4% se producirá gracias al sector exterior (+1,3%), ya que la demanda nacional se contraerá un 0,9%. El crecimiento negativo de la demanda interna se deberá a la reducción del gasto público y a la caída de la inversión: la construcción de viviendas y obras públicas estarán prácticamente paralizadas en 2011. Además, el consumo privado no acaba de arrancar y crecerá por debajo del 1% por 3 motivos: a) falta de confianza de las familias en el futuro que les hace ahorrar por motivo de precaución, b) enorme endeudamiento, sobre todo hipotecario, contraído en la fase expansiva del ciclo que hace a los individuos ahorrar más y, por tanto, consumir menos para poder devolver lo que deben a los bancos y cajas de ahorros y c) elevado nivel de desempleo, que aumentará en 2011. Seguir leyendo…
Sep
¿Tienen los «ricos» que pagar (todavía) más impuestos?
Escrito el 22 septiembre 2010 por Valentín Bote en Economía española, Política fiscal
WP_Post Object ( [ID] => 7882 [post_author] => 28819 [post_date] => 2010-09-22 12:08:50 [post_date_gmt] => 2010-09-22 10:08:50 [post_content] => El Ministerio de Economía y Hacienda hizo pública ayer la Memoria de la Administración Tributaria del ejercicio 2008 (disponible en http://www.meh.es/Documentacion/Publico/Tributos/Memoria%20Tributaria%202008/MemoriaTributaria2008.pdf). Este documento, del máximo interés por la amplísima y desmenuzada información que ofrece sobre las figuras tributarias de nuestro país, incrementa su actualidad al estar en estos momentos el Gobierno estudiando nuevas subidas de impuestos, en este caso en el IRPF. Todo parece indicar que se va a incrementar el tipo marginal máximo, del actual 43% a, por lo menos, el 45%. La Vicepresidenta segunda y Ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado (en la foto), siguiendo con el "mantra" de los miembros del Gobierno, señalaba en una entrevista radiofónica que es lógico que ante la situación de crisis los (mal llamados) "ricos" arrimen el hombro y contribuyan más para así poder salir de la actual coyuntura. Dejando a un lado la más que dudosa relación causal "pagar más impuestos permitirá salir antes de la crisis", totalmente denostada por la teoría económica -que apunta de manera inequívoca en sentido contrario-, y dejando a un lado el más que dudoso impacto positivo que las medidas discrecionales de gasto adoptadas por el Gobierno en los últimos años han podido tener para sacarnos de la crisis, creo que hay algo que debe recordarse: los contribuyentes con más rentas ya están contribuyendo, y mucho, con sus impuestos. Y lo hacen mucho más que el resto de los ciudadanos, dado que la tributación del IRPF es altamente progresiva. Y el documento que ayer conocimos, la fuente oficial en este sentido, así lo apunta: resulta que los contribuyentes con rentas superiores a 57.000 euros (una renta relativamente elevada, sin duda, pero desde luego no estamos ante un "rico". Recordemos, además, que la riqueza se mide sobre el patrimonio, y no sobre la renta del período, que es lo que grava el IRPF), que son el 4% de todos los contribuyentes por IRPF en España, aportan el 38,7% de la recaudación total de este impuesto [Cuadro I.36 del informe], con tipos efectivos medios que se sitúan en el entorno del 30%. En el otro extremo de la distribución de ingresos nos encontramos con que la Hacienda extrae de los contribuyentes de las 7 primeras decilas de renta -el 70% de los contribuyentes- sólo el 16% de los ingresos por IRPF. Y es que en España tenemos un tipo marginal máximo sobre la renta en el promedio de los grandes países europeos, sin embargo, este tipo marginal máximo empieza a aplicar "muy pronto", para niveles de renta relativamente moderados: mientras que en España un contribuyente empieza a pagar el 43% para las rentas que superen 53.000 euros, en Alemania, por ejemplo, el tipo marginal máximo es más elevado -es el 45%- pero este tipo sólo se aplica a las rentas que superen los 250.000 euros. Creo que sobran comentarios. En definitiva, parece que la voracidad recaudatoria del Gobierno como vía para reducir el déficit público, ahora que empieza a darse cuenta de que reducir el gasto es más difícil de lo que parece -o que simplemente no tiene intención de hacerlo- sólo ha vivido un primer capítulo con la subida del IVA que todos los consumidores "disfrutamos" desde julio, y que el IRPF está en el punto de mira. [post_title] => ¿Tienen los "ricos" que pagar (todavía) más impuestos? [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => tienen-los-ricos-que-pagar-mas-todavia [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:42:44 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:44 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=7882 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 12 [filter] => raw )
El Ministerio de Economía y Hacienda hizo pública ayer la Memoria de la Administración Tributaria del ejercicio 2008 (disponible en http://www.meh.es/Documentacion/Publico/Tributos/Memoria%20Tributaria%202008/MemoriaTributaria2008.pdf). Este documento, del máximo interés por la amplísima y desmenuzada información que ofrece sobre las figuras tributarias de nuestro país, incrementa su actualidad al estar en estos momentos el Gobierno estudiando nuevas subidas de impuestos, en este caso en el IRPF.
Feb
Impuesto Propuesto por Obama
Escrito el 11 febrero 2010 por Gayle Allard en Economía de EEUU, Video
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Gayle Allard – Tasa Obama from IE Media on Vimeo.
Dic
Irlanda: un ejemplo para Grecia
Escrito el 14 diciembre 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Política fiscal, Unión Europea
WP_Post Object ( [ID] => 5978 [post_author] => 28817 [post_date] => 2009-12-14 20:19:43 [post_date_gmt] => 2009-12-14 19:19:43 [post_content] => Aunque hoy las aguas bajan algo más calmadas, tras el anuncio de que Abu Dhabi concederá una línea de financiación de 10.000 millones de dólares a Dubai que, entre otras cosas, permitirá pagar los 4.100 millones de dólares del bono islámico que vencía el lunes próximo; sigue existiendo una elevada tensión en los mercados de deuda de todo el mundo. Mientras no se clarifiquen temas como los mecanismos de actuación en caso de que un país no haga frente a sus pagos dentro de la UEM o, la calidad de algunas garantías públicas, los inversores van a seguir discriminando entre emisores. El caso más claro es el de la UEM, donde se están formando varios grupos de países con diferentes niveles de riesgo. El primero estaría formado por los países centrales de Europa, como Francia, Holanda o Finlandia que estarían pagando una prima de riesgo con respecto al bono alemán inferior a los 30 puntos básicos (riesgo muy bajo). Luego estarían los países que estarían pagando entre 40 y 65 puntos básicos, es decir, con un riesgo medio-bajo como Austria, Bélgica, o España. Algo más alejado estaría el bono italiano (82 puntos básicos) y, finalmente, tanto Irlanda (164 p.b.), como Grecia (230 p.b.) se considerarían como los países con el riesgo más elevado desde la UEM. Desde el viernes pasado, sin embargo, sólo el bono griego se ha visto castigado (se ha ampliado la prima de riesgo en 20 puntos básicos), mientras el resto de los “spreads” se han reducido. Esta semana será crucial para Grecia, pues el gobierno deberá presentar un plan creíble de consolidación de las cuentas públicas a medio plazo. Pues como recordaba Almunia este fin de semana, el resto de países europeos puede ayudar a Grecia, pero no resolver sus problemas. De hecho, el Tratado de Maastricht contienen una claúsula de no “bail-out”. Un ejemplo que debería seguir es el de Irlanda, cuyas medidas de austeridad anunciadas el pasado viernes van en la dirección correcta. Hay que recordar que Irlanda fue el primer país de la OCDE en dar un viraje a la política fiscal, centrándose en la consolidación de las finanzas públicas en el medio plazo y, reconociendo que los grados de libertad se habían agotado. Irlanda lo está haciendo bien El presupuesto elaborado por el Gobierno de Irlanda para el año 2010 prevé un recorte del gasto público de 4.051 millones de euros, equivalentes al 2,2% del PIB. Los gastos de capital se reducirán en 961 millones de euros. El gobierno ha revisado su programa de inversiones, priorizando los proyectos que aceleren la recuperación y mejoren la competitividad de la economía. Los gastos corrientes sufrirán un recorte de 3.090 millones de euros, de los cuales 1.005 corresponden a retribuciones del personal de las AA.PP. y 760 a gasto social. En materia de fiscalidad, el presupuesto incluye algunos cambios menores, como un recorte del tipo de gravamen del IVA del 21,5% al 21%, un nuevo “impuesto verde” sobre los combustibles fósiles o la eliminación de la deducción por intereses de hipotecas a partir de 2017. Reducción del gasto público y aumento de impuestos El gobierno irlandés ya aprobó en abril un presupuesto de emergencia que contemplaba recortes de gastos por valor de 1.500 millones de euros, y un endurecimiento de la fiscalidad personal que permitiría recaudar 1.800 millones. Irlanda ha sido el país de la UEM más golpeado por la crisis, como consecuencia del colapso de su mercado inmobiliario y del sobredimensionamiento de su sistema bancario: el PIB encadenará tres años de contracción: -3,0% en 2008, -7,5% en 2009, y -1,4% en 2010. El impacto de la crisis sobre las finanzas públicas está siendo demoledor: el déficit se situará en torno al 13% del PIB en el trienio 2009-11. Este deterioro de la posición presupuestaria, unido a los rescates bancarios llevados a cabo por el gobierno y a la creación de un “banco malo”, llevarán la deuda pública a niveles próximos al 95% del PIB en 2011 (casi cuatro veces más que antes de la crisis). La necesidad del ajuste Por tanto, la situación de los déficits estructurales -más de 5 puntos de PIB en países como España, EEUU, Gran Bretaña o Japón- y el aumento del ratio de la deuda de 2006 a 2010 –alrededor de 35 puntos de PIB en los países AAA- ya están obligando a priorizar la estabilización de las finanzas públicas sobre la consolidación de la recuperación, en buen número de países. Los avisos de las últimas semanas (Dubai, Grecia) ponen de manifiesto la enorme sensibilidad que van a tener los mercados a partir de ahora. En este contexto, la credibilidad de las estrategias de consolidación fiscal va a ser fundamental, teniendo en cuenta el proceso de segmentación y discriminación en el riesgo soberano que ya se está produciendo. Las cuentas públicas deberán mostrar flexibilidad para adaptarse a la nueva coyuntura, manteniendo la capacidad de pago. [post_title] => Irlanda: un ejemplo para Grecia [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => irlanda-un-ejemplo-para-grecia [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:42:24 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:24 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=5978 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 3 [filter] => raw )
Aunque hoy las aguas bajan algo más calmadas, tras el anuncio de que Abu Dhabi concederá una línea de financiación de 10.000 millones de dólares a Dubai que, entre otras cosas, permitirá pagar los 4.100 millones de dólares del bono islámico que vencía el lunes próximo; sigue existiendo una elevada tensión en los mercados de deuda de todo el mundo. Mientras no se clarifiquen temas como los mecanismos de actuación en caso de que un país no haga frente a sus pagos dentro de la UEM o, la calidad de algunas garantías públicas, los inversores van a seguir discriminando entre emisores. Seguir leyendo…
Oct
¿Son creíbles los Presupuestos Generales del Estado español para 2010?
Escrito el 21 octubre 2009 por en Economía española, Política fiscal
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Hoy se aprueban los Presupuestos Generales del Estado español del año 2010 (PGE-2010). Unos presupuestos que, como ya hemos señalado en este blog, son poco realistas y poco adecuados para salir de la severa crisis económica que atraviesa España. Los síntomas de la crisis española son bien conocidos: déficit con el exterior, endeudamiento de las familias y empresas, elevado déficit público y aumento exponencial de la deuda de las Administraciones Públicas, crecimiento muy negativo de la inversión en viviendas y en bienes de equipo, fuerte aumento del desempleo y caída del consumo de las familias. Las empresas, por su parte, están sufriendo una disminución en la demanda de sus productos lo que reduce su producción y el empleo. El PIB descenderá en 2009 un 4%. Seguir leyendo…
Sep
¿Arreglarán algo los nuevos presupuestos anunciados por el Gobierno de España?
Escrito el 29 septiembre 2009 por María Jesús Valdemoros en Economía española
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Este fin de semana conocíamos las líneas maestras del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2010, que el Gobierno llevará al Parlamento para su discusión. Pocas novedades con respecto a las intenciones que ya se habían ido transmitiendo a la opinión pública, al menos en lo tocante a la manera de afrontar la necesaria consolidación fiscal: vamos a ver el mayor aumento de impuestos de la democracia. Seguir leyendo…
Sep
¿Subir los impuestos beneficia a los trabajadores?
Escrito el 24 septiembre 2009 por Valentín Bote en Economía española
WP_Post Object ( [ID] => 5337 [post_author] => 28819 [post_date] => 2009-09-24 11:25:22 [post_date_gmt] => 2009-09-24 09:25:22 [post_content] => Ayer la Ministra de Economía y Vicepresidenta Segunda del Gobierno, la Sra. Salgado, defendió la subida prevista del IVA, con la que el Gobierno prevé recaudar 15.000 millones más de euros para seguir alimentando la bomba del gasto público. La idea de que subir los impuestos a los trabajadores es bueno para ellos se basó en que el dinero que se les quita a los trabajadores repercute de nuevo en ellos, en términos de mayor gasto social, nuevas prestaciones, etc. De manera literal, la Ministra dijo lo siguiente: “Los ajustes fiscales que plantea el Gobierno sí van a afectar a los trabajadores, pero para su beneficio, porque el incremento de la recaudación va a resultar esencial para poder pagar las prestaciones de desempleo, para garantizar el gasto social y la ayuda a los más desfavorecidos por esta crisis. El esfuerzo que solicitemos va a revertir a los ciudadanos, particularmente a aquellos que lo están pasando peor”. Al descubrir esta nueva perla de un miembro del Gobierno recordé de manera inmediata a Frédéric Bastiat, el economista francés de la primera mitad del siglo XIX, que en 1839 publicó una obrita muy interesante (la recomiendo encarecidamente), titulada “Lo que se ve y lo que no se ve“. No me resisto a reflejar en este blog, hoy, dos pasajes de dicha obra, porque creo que encajan perfectamente con lo que la Ministra nos ha dicho: Aquí va el primero de los fragmentos. Es el inicio de la obra: “En la esfera económica, un acto, una costumbre, una institución, una ley no engendran un solo efecto, sino una serie de ellos. De estos efectos, el primero es sólo el más inmediato; se manifiesta simultáneamente con la causa, se ve. Los otros aparecen sucesivamente, no se ven; bastante es si los prevemos. Toda la diferencia entre un mal y un buen economista es ésta: uno se limita al efecto visible; el otro tiene en cuenta el efecto que se ve y los que hay que prever. Pero esta diferencia es enorme, ya que casi siempre sucede que, cuando la consecuencia inmediata es favorable, las consecuencias ulteriores son funestas, y vice versa. Y aquí va la segunda, una pequeña historia sobre un cristal roto (probablemente muchos lectores ya la conozcan): ”¿Ha sido usted alguna vez testigo de la cólera de un buen burgués Juan Buenhombre, cuando su terrible hijo acaba de romper un cristal de una ventana? Si alguna vez ha asistido a este espectáculo, seguramente habrá podido constatar que todos los asistentes, así fueran éstos treinta, parecen haberse puesto de acuerdo para ofrecer al propietario siempre el mismo consuelo: “La desdicha sirve para algo. Tales accidentes hacen funcionar la industria. Todo el mundo tiene que vivir. ¿Qué sería de los cristaleros, si nunca se rompieran cristales?” Mas, hay en esta fórmula de condolencia toda una teoría, que es bueno sorprender en flagrante delito, en este caso muy simple, dado que es exactamente la misma que, por desgracia, dirige la mayor parte de nuestras instituciones económicas. Suponiendo que haya que gastar seis francos para reparar el destrozo, si se quiere decir que el accidente hace llegar a la industria cristalera, que ayuda a dicha industria en seis francos, estoy de acuerdo, de ninguna manera lo contesto, razonamos justamente. El cristalero vendrá, hará la reparación, cobrará seis francos, se frotará las manos y bendecirá de todo corazón al terrible niño. Esto es lo que se ve. Pero si, por deducción, se llega a la conclusión, como a menudo ocurre, que es bueno romper cristales, que esto hace circular el dinero, que ayuda a la industria en general, estoy obligado a gritar: ¡Alto ahí! Vuestra teoría se detiene en lo que se ve, no tiene en cuenta lo que no se ve. No se ve que, puesto que nuestro burgués a gastado seis francos en una cosa, no podrá gastarlos en otra. No se ve que si él no hubiera tenido que reemplazar el cristal, habría reemplazado, por ejemplo, sus gastados zapatos o habría añadido un nuevo libro a su biblioteca. O sea, hubiera hecho de esos seis francos un uso que no efectuará.” ¿Cuál es la enseñanza? Pues que la Ministra de economía encaja perfectamente en lo que Bastiat llama un mal economista, porque sólo se fija en lo que se ve, es decir, en que con los mayores impuestos recaudados se podrá gastar más, incluso en prestaciones sociales. Pero lo que no se ve es que ese dinero que sale forzosamente de los bolsillos de los trabajadores (en un caso para pagar un cristal; en el nuestro, para pagar más impuestos) repercutirá en que esos trabajadores tendrán menos recursos para consumir, lo que perjudicará a otros trabajadores (los que producen los bienes y servicios que consumimos) y, en el colmo de las paradojas, pueden tener que terminar necesitando esas prestaciones por desempleo que la Ministra quiere financiar con la subida de impuestos, porque se verán abocados al paro. [post_title] => ¿Subir los impuestos beneficia a los trabajadores? 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Ayer la Ministra de Economía y Vicepresidenta Segunda del Gobierno, la Sra. Salgado, defendió la subida prevista del IVA, con la que el Gobierno prevé recaudar 15.000 millones más de euros para seguir alimentando la bomba del gasto público. La idea de que subir los impuestos a los trabajadores es bueno para ellos se basó en que el dinero que se les quita a los trabajadores repercute de nuevo en ellos, en términos de mayor gasto social, nuevas prestaciones, etc. De manera literal, la Ministra dijo lo siguiente: “Los ajustes fiscales que plantea el Gobierno sí van a afectar a los trabajadores, pero para su beneficio, porque el incremento de la recaudación va a resultar esencial para poder pagar las prestaciones de desempleo, para garantizar el gasto social y la ayuda a los más desfavorecidos por esta crisis. El esfuerzo que solicitemos va a revertir a los ciudadanos, particularmente a aquellos que lo están pasando peor”. Seguir leyendo…
Sep
¿Subidas de impuestos para recaudar más?
Escrito el 15 septiembre 2009 por Patricia Gabaldón en Economía española, Política fiscal, Uncategorized
WP_Post Object ( [ID] => 5190 [post_author] => 28825 [post_date] => 2009-09-15 11:56:35 [post_date_gmt] => 2009-09-15 09:56:35 [post_content] => Ya va siendo un comentario de lo más habitual entre los españoles comentar la subida de impuestos propuesta por el Gobierno. Esta subida tiene por objetivo aumentar la recaudación fiscal para reducir el deficit público con el que se encuentra el Estado tras el aumento de las prestaciones sociales, especialmente en forma de seguros de desempleo. Los impuestos que se plantean subir son esencialmente los de Patrimonio, los impuestos indirectos (IVA) y los que gravan el tabaco y el alcohol, además de eliminar algunas subvenciones y ayudas ya existentes. Pero algo que puede parecer obvio, es decir, que un aumento de la presión fiscal significa un aumento de la recaudación, puede no serlo. Hay varios motivos que pueden hacer que el aumento de los impuestos haga reducir, o al menos, no haga crecer la cantidad recaudada. La primera es casi una cuestión aritmética: el aumento de los impuestos se hace pensando que el numero de contribuyentes se mantendrá constante. Sin embargo,si aumentamos el nivel impositivo, el consumo, y la actividad empresarial, por el aumento directo del precio, caerán, lo que significa que puede que esta reducción del numero de personas que pagan impuestos, haga caer la recaudación total final. Ya lo comentó Rafael Pampillón en un post de este blog en 2007, al explicar la curva de Laffer. Tal y como explicó Rafael: "en ocasiones, es precisamente, con rebajas fiscales como se recauda más". Aunque el principal problema de la curva de Laffer es que es muy complicado cual es el nivel óptimo de presión fiscal... "la curva de Laffer se basa en la hipótesis de que, cuando la presión fiscal es muy alta, la rebaja de impuestos introduce incentivos en la economía, que se traducen en que la gente trabaja más o se pasa de la economía sumergida a la economía legal, con el consiguiente aumento de la inversión, el empleo y el consumo. El Estado además recaudará más, al mismo tiempo que aumenta la renta disponible de los ciudadanos." Otro de los efectos del aumento de la presión fiscal puede ser el aumento de la economía sumergida y la evasión fiscal. Y si además se aumenta el nivel de imposición sobre el ahorro, se desincentivará tambien la inversión, lo que tampoco ayudaría a la recuperación económica del país. Hace un tiempo, un buen amigo, Francisco Hernández, me mandó esta historia (es de estas que circulan libremente por la Red...) que creo que refleja muy bien lo que está pasando: Supongamos que todos los días 10 hombres se reúnen en un bar para charlar y beber cerveza. La cuenta total de los diez hombres es de $100. Si ellos pagasen la cuenta de la manera proporcional en que se pagan los impuestos en la sociedad de un país, la cosa sería más o menos así, de acuerdo con la escala de riqueza e ingresos de cada uno: Los primeros 4 hombres (los más pobres) no pagan nada. El 5º paga $1. El 6º paga $3. El 7º paga $7. El 8º paga $12. El 9º paga $18. El 10º (el más rico) paga $59. Entonces, eso es lo que decidieron que harían en adelante, todos se divertían, y estaban de acuerdo con el acuerdo entre ellos. Hasta que un día, el dueño del bar les metió en un problema: “Ya que ustedes son tan buenos clientes,” les dijo, “Les voy a reducir el precio de sus cervezas diarias en $20. Los tragos desde ahora costarán $80.” El grupo quiso, sin embargo, seguir pagando la cuenta en la misma proporción que lo hacían antes, de modo que los cuatro primeros siguieron bebiendo gratis. La rebaja no les afectaba en absoluto. ¿Pero qué pasa con los otros seis bebedores, los que realmente pagan la cuenta? ¿Cómo debía dividir los $20 de rebaja de manera que cada uno recibiese una porción justa? Calcularon que los $20 divididos en 6 eran $3,33. Pero si restaban eso de la parte de cada uno, entonces el 5º y 6º hombre estarían cobrando por beber, ya que el 5º pagaba antes $1 y el 6º $3. Entonces el camarero sugirió que sería justo reducir la cuenta de cada uno en la misma proporción, y procedió a calcular la cantidad que cada uno debería pagar. El 5º bebedor, lo mismo que los cuatro primeros, no pagaría nada (100% de ahorro). El 6º pagaría ahora $2 en lugar de $3. (se ahorra 33%). El 7º pagaría $5 en lugar de $7. (se ahorra 28%). El 8º pagaría $9 en lugar de $12 (se ahorra 25%). El 9º pagaría $14 en lugar de $18. (se ahorra 22%). El 10º pagaría $49 en lugar de $59 (se ahorra 16%). Cada uno de los seis pagadores estaba ahora en una situación mejor que antes.Y los primeros cuatros bebedores seguirían bebiendo gratis, y un quinto tambien. Pero, una vez fuera del bar, comenzaron a comparar lo que estaban ahorrando. “Yo sólo recibí un peso de los $20 ahorrados,” dijo el 6º hombre. Señaló al 10º bebedor y dijo: “Pero él recibió $10!” “Sí, es correcto,” dijo el 5º hombre. “Yo también sólo ahorré $1. Es injusto que él reciba diez veces más que yo.” “Verdad!!,” , exclamó el 7º hombre. “¿Por qué recibe él $10 de rebaja cuando yo recibo nada más que $2? Los ricos siempre reciben los mayores beneficios!” “Un momento!”, gritaron los cuatro primeros al mismo tiempo. “Nosotros no hemos recibido nada de nada. El sistema explota a los pobres!” Los nueve hombres rodearon al 10º y le dieron una paliza. La noche siguiente el 10º hombre no acudió a beber, de modo que los nueve se sentaron y bebieron sus cervezas sin él. Pero a la hora de pagar la cuenta descubrieron algo inquietante: Entre todos ellos no juntaban el dinero para pagar ni siquiera la MITAD de la cuenta. ¿qué os parece? [post_title] => ¿Subidas de impuestos para recaudar más? [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => subidas-de-impuestos-para-recaudar-mas [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:43:25 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:43:25 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=5190 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 4 [filter] => raw )
Ya va siendo un comentario de lo más habitual entre los españoles comentar la subida de impuestos propuesta por el Gobierno. Esta subida tiene por objetivo aumentar la recaudación fiscal para reducir el deficit público con el que se encuentra el Estado tras el aumento de las prestaciones sociales, especialmente en forma de seguros de desempleo. Los impuestos que se plantean subir son esencialmente los de Patrimonio, los impuestos indirectos (IVA) y los que gravan el tabaco y el alcohol, además de eliminar algunas subvenciones y ayudas ya existentes. Pero algo que puede parecer obvio, es decir, que un aumento de la presión fiscal significa un aumento de la recaudación, puede no serlo. Seguir leyendo…
Dic
¿Quién paga los impuestos?
Escrito el 11 diciembre 2008 por en Diccionario de Economía
WP_Post Object ( [ID] => 3871 [post_author] => 115 [post_date] => 2008-12-11 23:25:57 [post_date_gmt] => 2008-12-11 22:25:57 [post_content] => Me pregunta Francisco Huidobro sobre quien paga el IVA (ver el post "La reducción del IVA). Es decir, pregunta si el IVA lo pagan los comparadores (consumidores) o si, por el contrario, lo pagan los vendedores (empresarios). Pero para explicar este tema relativamente sencillo para los economistas, tengo que explicar la incidencia de los impuestos o lo que es lo mismo sobre quien recae la carga del impuesto. Como en economía ya está casi todo escrito paso a transcribir, con muy pequeñas modificaciones, un artículo de Xavier Sala i Martí, titulado "Nota sobre incidencia". La incidencia impositiva es la parte de la ciencia económica que analiza quién paga realmente los impuestos. Y es que a muchos alumnos y gente de la calle les sorprende saber que no son los legisladores quienes deciden quien paga los impuestos, sino las leyes del mercado. Es decir, aunque el Ministro de Hacienda diga que un determinado impuesto lo paga el consumidor, el mercado mueve los precios y hace que, al final, los impuestos los paguen parcialmente los empresarios (vendedores) y parcialmente los demandantes (compradores). Sobre quien realmente paga el impuesto sobre el beneficio de las empresas (Impuesto de Sociedades) escribimos en este blog hace muy poco. Hoy vamos a intentar explicar quien paga el IVA La proporción del impuesto total que pagan unos y otros depende de lo que los economistas llamamos “elasticidades”. Consideremos un mercado normal, por ejemplo de pantalones de algodón verdes, con una oferta y una demanda normales (Gráfico 1). Si en este mercado no hubiera impuestos, el precio sería el de la intersección entre la oferta y la demanda. En el gráfico, ese sería el precio A. Para ser concretos, dejadme que imagine que A=100. Imaginemos que viene el gobierno y pone un impuesto sobre ese bien. El tamaño del impuesto es el que viene marcado la flecha roja de doble cabeza que aparece a la izquierda del gráfico 1 y, concretamente, supongamos que éste es de 20. ¿Cómo se analiza el impacto de dicho impuesto en el mercado? Pues como el impuesto representa una “diferencia” o “distancia” entre el precio que paga el consumidor y el que recibe el vendedor, cogemos la flecha de doble cabeza y la ponemos en el punto donde la distancia entre la oferta y la demanda es exactamente igual al tamaño de la flecha. Es decir, donde la distancia vertical entre la oferta y la demanda es exactamente de 20. Esa es la barra azul que aparece en el gráfico 1. Vemos que en ese punto, el precio que paga el consumidor es el precio C=110 y el que recibe el productor es B=90 (y la distancia entre uno y otro es el impuesto, 110-90=20). Si no hubiera impuesto, el consumidor pagaría A=100 y si lo hay, paga un precio superior C=110. La diferencia entre C y A es, pues, lo que paga el consumidor. Como C-A=110-100=10, el consumidor paga 10 más de lo que pagaría si no hubiera impuesto por lo que su contribución al fisco es solamente de 10. ¿Qué pasa con el vendedor, productor u oferente? Si no hubiera impuesto, el vendedor cobraría A=100 y, una vez introducido el impuesto, cobra B=90, la diferencia entre A y B (100-90=10) es lo que paga el productor. Por lo tanto, el vendedor acaba pagando otros 10. Es decir, aunque los políticos digan que los consumidores deben pagar 20, los mercados acaban diciendo que el impuesto final lo pagan a medias: 10 el empresario y 10 el consumidor. ¿Por qué pasa eso? ¿Por qué acaba el empresario teniendo que pagar un impuesto que en teoría debía pagar el consumidor? Pues porque las leyes del mercado ajustan los precios. Para explicarlo de manera sencilla, los precios en un mercado se fijan de acuerdo con una lucha que establecen vendedores y compradores. Los vendedores intentan poner el precio lo más alto posible y los compradores lo más bajo posible. En esta lucha, ambas partes tienen un cierto “poder de negociación”: si los vendedores ponen un precio demasiado alto, algunos o muchos compradores dejan de comprar. Si los compradores pagan un precio demasiado bajo, los algunos vendedores dejan de producir. Siguiendo con nuestro ejemplo del Gráfico 1, imaginemos que, cuando se introduce el impuesto, los empresarios deciden repercutirlo todo en el precio final de manera que el precio que antes era de 100, ahora pasa a ser de 120. Cuando el precio es tan alto, los ciudadanos reducen su consumo lo que hace que los empresarios pierdan parte del negocio. Al ver que la demanda del producto baja de manera espectacular, cosa que les lleva a perder clientes, las empresas bajarán el precio, digamos a 110, para conseguir que los clientes vuelvan. Es decir, el hecho de que los clientes tengan la posibilidad de irse les da a los consumidores un poder de negociación ante las empresas que obliga a éstas a “absorber” una parte del impuesto. Cuanta más posibilidad tengan los clientes de “irse” (es decir, cuanto más elástica sea la demanda), más poder de negociación tienen los consumidores. Pero los productores también tienen “poder de negociación”. Imaginemos que los consumidores dicen: “el precio sin impuestos era de 100 y nosotros no compraremos a ninguna empresa que cobre más de 100, por lo que el impuesto debe ser absorbido completamente por las empresas”. ¿Cómo reaccionará el mercado? Pues si el impuesto va a ser absorbido por la empresa, ésta pasará a cobrar 100-20=80. Pero a 80, a la empresa no le sale a cuenta producir tanto producto (la oferta tiene pendiente positiva) por lo que la producción total se reduce. De repente, los mismos clientes se verán obligados a competir por una cantidad menor de producto, y eso pondrá presión a la alza en los precios. Es decir, el hecho de que las empresas quieran producir menos cuando los precios son inferiores (es decir, el hecho de que la oferta tenga pendiente positiva) le da un poder de negociación a los productores. ¿Qué pasará, pues con el precio final cuando el gobierno pone un impuesto? Pues depende de quien tenga más “poder de negociación”. Veamos dos ejemplos extremos. Imaginemos un mercado donde la oferta es muy vertical (los economistas llamamos a eso, oferta “inelástica”) y la demanda no (la demanda es “elástica”). Por ejemplo el mercado de alquiler de apartamentos en primera línea de playa en una determinada zona. Ese mercado se representa en el Gráfico 2. Según acabamos de explicar, el hecho de que los inquilinos (compradores) puedan “reducir su demanda” más fácilmente de lo que se puede reducir la oferta, les da un “poder de negociación” porque pueden amenazar de “irse y no alquilar en primera línea de playa”. Es de esperar que en ese mercado donde los consumidores tienen más poder, el impuesto sea absorbido por los arrendatarios (la empresa). Veamos con el gráfico si es así. Si hacemos el mismo análisis que hicimos antes, vemos que, una vez introducido el impuesto, el precio que pagan los consumidores pasa de 100 a 101 mientras que el que cobran los productores pasa de 100 a 81.Los productores pagan 19 de los 20 euros en qué consiste el impuesto. Es decir “cuando la oferta es inelástica relativo a la demanda, quien acaba pagando el impuesto es el productor”. Fijaos que si la oferta fuera totalmente inelástica (es decir vertical) todo el impuesto lo pagaría el productor. Consideremos ahora el otro extremo: el de un mercado con demanda relativamente inelástica y oferta relativamente elástica como, el mercado del tomate, el que aparece en el gráfico 3. Hemos dicho antes que el hecho de que los productores puedan reducir la oferta fácilmente les da un poder de negociación por lo que es de esperar que el impuesto en este caso sea absorbido por los consumidores. Veamos el análisis en el gráfico 3. El precio que pagan los consumidores cuando hay impuestos es de 119, mientras que el precio que cobran los productores es de 99, por lo que 19 de los 20 euros de impuestos los pagan los consumidores. Se confirma, pues, nuestra intuición. Vemos, además, que en el caso extremo de que la demanda fuera totalmente vertical, entonces pagarían todos los 20 euros los consumidores. Dicho esto, la pregunta es: ¿qué pasaría si, de repente, se redujera el impuesto? O mejor ¿qué pasaría si se eliminara el impuesto? ¿Repercutiría eso en el precio final que pagan los consumidores? La respuesta es: depende de cuál de los tres mercados o gráficos analicemos. Es decir, depende de cuales sean las pendientes o elasticidades de la oferta y la demanda. En el caso del gráfico 2, la eliminación del impuesto haría que el precio que paga el consumidor bajara de 101 a 100. Es decir, el consumidor pagaría casi el mismo precio final y toda la rebaja impositiva se la quedarían los productores. Por lo tanto, el gráfico 2 se corresponde bastante al caso del mercado de petróleo. Por el contrario, en el mercado del gráfico 3, si eliminamos el impuesto, los precios finales pagados por el consumidor caerán de 119 a 100. Es decir, habría una gran caída de precios y todo el dinero se lo quedarán los consumidores. Finalmente, en un mercado más o menos normal, que son la mayoría de bienes del mundo y que se corresponden con el gráfico 1, hay que esperar que la eliminación del impuesto de 20, represente una caída de precios de 10 y las ganancias se repartirán a partes iguales entre empresas y consumidores. En el mercado del gráfico 3, si eliminamos el impuesto, los precios finales pagados por el consumidor caerán de 119 a 100. Es decir, habría una gran caída de precios y todo el dinero se lo quedarán los consumidores. No se si me he explicado bien. Pero en todo caso este post está prácticamente fusilado del trabajo de Xavier Sala i Martí: "Nota sobre incidencia". Fuente: Xavier Sala i Martí, "Nota sobre incidencia". [post_title] => ¿Quién paga los impuestos? 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Me pregunta Francisco Huidobro sobre quien paga el IVA (ver el post «La reducción del IVA). Es decir, pregunta si el IVA lo pagan los comparadores (consumidores) o si, por el contrario, lo pagan los vendedores (empresarios). Pero para explicar este tema relativamente sencillo para los economistas, tengo que explicar la incidencia de los impuestos o lo que es lo mismo sobre quien recae la carga del impuesto. Como en economía ya está casi todo escrito paso a transcribir, con muy pequeñas modificaciones, un artículo de Xavier Sala i Martí, titulado «Nota sobre incidencia».
La incidencia impositiva es la parte de la ciencia económica que analiza quién paga realmente los impuestos. Y es que a muchos alumnos y gente de la calle les sorprende saber que no son los legisladores quienes deciden quien paga los impuestos, sino las leyes del mercado. Es decir, aunque el Ministro de Hacienda diga que un determinado impuesto lo paga el consumidor, el mercado mueve los precios y hace que, al final, los impuestos los paguen parcialmente los empresarios (vendedores) y parcialmente los demandantes (compradores). Sobre quien realmente paga el impuesto sobre el beneficio de las empresas (Impuesto de Sociedades) escribimos en este blog hace muy poco. Hoy vamos a intentar explicar quien paga el IVA La proporción del impuesto total que pagan unos y otros depende de lo que los economistas llamamos “elasticidades”.
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