Nunca llegaré entender porqué el Banco de España publica con 3 meses de retraso los datos de remesas que envían los emigrantes. Por ejemplo, en julio el INE nos informó de la Encuesta de Población Activa (EPA) del 2º trimestre, en agosto conocimos los datos de Contabilidad Nacional, también del 2º trimestre, pero tenemos que esperar al día de hoy, 30 de septiembre, para conocer las remesas de emigrantes ¡del 2º trimestre!. Tampoco conseguimos una explicación de porqué los datos de la balanza de pagos aparecen con tanto retraso, dos meses desde que termina el mes de referencia, cuando en otros países de nuestro entorno se publican casi un mes antes. Seguir leyendo…
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Sep
Aumentan las remesas de emigrantes.
Escrito el 30 septiembre 2009 por en Economía española
Abr
Malas noticias tras el optimismo de la cumbre
Escrito el 5 abril 2009 por María Jesús Valdemoros en Economía española
La buena acogida que los mercados dispensaron a los acuerdos de la reciente cumbre del G-20 en Londres ha dado paso, apenas unas horas después, a noticias y previsiones económicas nada halagüeñas, tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Por ejemplo, en EEUU se publicaban este viernes los últimos datos de desempleo. Según las estadísticas del Departamento de trabajo de ese país, el número de desempleados aumentó el pasado mes de marzo en prácticamente 700.000 personas, hasta alcanzar la cifra de 13,2 millones, esto es, una tasa de paro del 8,5%, máximo registrado desde la segunda crisis del petróleo a inicios de los 80. Esto significa que en el transcurso de los últimos 12 meses se ha producido en el desempleo en EEUU un incremento de 5,3 millones de personas (3,4 puntos porcentuales en la tasa de paro).
Las previsiones del Banco de España.
El viernes también traía motivos de preocupación para nuestro país. El Banco de España, en su boletín económico mensual correspondiente a marzo, ha incluido un informe de proyecciones para la economía española que empeora notablemente el escenario previsto para el bienio 2009-2010. Si las proyecciones de la entidad presidida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez son certeras, terminaríamos el presente año con una caída pronunciada del PIB (3%) que mantendría su inercia en 2010 con una caída algo menor (1%). En términos del mercado de trabajo, esta contracción de la actividad podría suponer una destrucción de empleo en 2009 y 2010 (5,2% y 2,1% respectivamente) que llevaría las tasas de paro hasta el 17% al término del presenta año y hasta muy cerca del 20% en 2010.
Este escenario recesivo tendrá una parte positiva –triste consuelo– en la disminución de los principales desequilibrios que la economía española acumuló y los políticos descuidaron en la prolongada etapa de expansión previa. La contracción del gasto del sector privado permitirá reducir el tremendo endeudamiento actual. La consiguiente apatía de la demanda interna recortará el déficit exterior en la balanza de bienes y servicios, acabando además con las presiones inflacionistas que en los últimos años restaron competitividad a los productos españoles. Por el contrario, se perderá el equilibrio presupuestario, de modo que la necesidad de financiación de las AAPP podría acercarse al 9% del PIB al cierre del ejercicio 2010.
En cualquier caso, todo esto pone de manifiesto que los males de nuestra economía hunden sus raíces en deficiencias específicas, que precisaban de una corrección. Desgraciadamente, la misma se está produciendo de manera muy brusca y costosa, y no es fácil determinar cuándo terminará dada la enorme incertidumbre reinante no sólo en España, sino en el conjunto de la economía mundial.
Como ven, pocos motivos para el optimismo. Esperemos que este negro panorama sirva para que nuestros gobernantes se pongan definitivamente las pilas y tomen medidas de verdadero alcance. Confiar en que una hipotética recuperación internacional solucione nuestros problemas no es sino hacerse ilusiones faltas de realismo -lo que los anglosajones llaman wishful thinking-. Y, aunque a alguno no le guste escucharlo, lo cierto es que las ilusiones no nos van a sacar de ésta.
Mar
Restablecer la confianza en el sistema bancario y en los supervisores bancarios.
Escrito el 7 marzo 2009 por en Economía española, Economía Global, Uncategorized
Es de todos conocido que los bancos y cajas de ahorro españolas tienen en sus balances algunos activos “tóxicos” de difícil cobro (o impagados) procedentes de 1) crédito promotor, es decir, créditos concedidos al sector inmobiliario en el periodo expansivo de la construcción. Ahora, algunas de estas empresas inmobiliarias no pueden pagar esos créditos ya que no consiguen vender un importante volumen de viviendas, 2) hipotecas concedidas a familias que están teniendo dificultades crecientes para poder devolverlas. Con el trascurso del tiempo y a medida que el paro siga aumentando se va a incrementar todavía más esa morosidad. No se debe olvidar que en España, el crédito destinado a la compra de viviendas y a la actividad constructora e inmobiliaria ha pasado del 25% del total del crédito concedido en 1992 a cerca del 60% en 2008 y 3) crédito a empresas con dificultades.
Confianza y transparencia
Estos créditos impagados habrá que digerirlos y esa no va ser tarea fácil. Hay mecanismos como el fondo de capitalización, el fondo de garantía de depósitos, el fondo de adquisición de activos, “bancos malos”, asegurar, en 100.000 euros los depósitos, etc. que pueden solucionar el problema de la insolvencia. Pero lo que a mi me parece más urgente es restablecer la confianza. ¿Cuándo tenemos confianza en alguien? Cuando nos dice la verdad. ¿Qué está ocurriendo semana tras semana, mes tras mes, en todo el sistema financiero mundial? Que nos despertamos con una nueva necesidad de rescate, un nuevo agujero en alguna entidad bancaria. Y así llevamos un año y medio. El efecto que esto tiene en la economía global, en la opinión pública internacional, es una falta de confianza total, absoluta. Lo reflejan las bolsas, en mínimos del último decenio o más. No se puede seguir así, la transparencia debe ser total. Las pérdidas deben ser reflejadas en la contabilidad. Hay quien se escuda en que existen activos que no se pueden valorar. Claro que se pueden valorar, lo que pasa es que no se quiere aceptar que han perdido una parte de su valor.
Hay quien piensa que el mayor conocimiento de la situación patrimonial de algunas entidades del sistema bancario o la intervención por parte del Banco de España en algunas de estas entidades puede generar pánico en los depositantes, es decir, una corrida bancaria. En general, suele suceder lo contrario: Cuando no se explica bien la situación la gente se imagina que las cosas están peor de lo que están y empieza a desconfiar de lo que se le dice. Es entonces cuando los depositantes van al banco a retirar su dinero. De modo que el efecto de esa táctica de optimismo informativo de “qué aquí no pasa nada” genera exactamente el efecto contrario al que se pretende. Antes o después el encubrimiento de la realidad reduce la confianza en la autoridad supervisora que tedrá que recomponer. Restaurar la confianza y aumentar la transparencia son imprescindibles para acortar la duración de la crisis. O, por lo menos, para no prolongarla más de lo indispensable. Es preciso una gran cruzada por la transparencia, por la sinceridad, por la decencia. Es la única manera de restablecer la confianza para empezar a construir y salir de esta crisis.
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