Hace unos días José Ramón nos ilustraba desde este blog sobre las consecuencias económicas de la crisis política en Oriente Medio y el Magreb. Como es bien sabido, los acontecimientos de las últimas semanas hacen temer por un posible shock de oferta en el mercado del petróleo. Ante un potencial escenario de encarecimiento prolongado del crudo derivado de las restricciones de oferta, ¿cómo cabe esperar que responda su demanda?
En este punto, querría recuperar un post que escribí durante la escalada de precios de 2008. En aquella ocasión argumentaba que hay dos mercados mundiales del petróleo, con muy diferentes sensibilidades frente al precio en sus respectivas demandas: uno maduro, el de los países de la OECD, cuya demanda se ha ido moderando al tiempo que el barril se encarecía; y otro emergente, el de los países no-OECD, cuya demanda no parece responder en la misma medida a tal encarecimiento. Buena parte de la demanda de las economías emergentes, decía, no sólo no responde a la baja frente a las subidas en el precio del barril, sino que lo hace al alza, un fenómeno que augura menores exportaciones y mayores restricciones en la oferta.
En 2008 vimos el Brent por encima de los 147 US$, ¿hasta dónde llegará en esta ocasión?
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