WP_Post Object ( [ID] => 4410 [post_author] => 13668 [post_date] => 2007-01-18 19:07:39 [post_date_gmt] => 2007-01-18 18:07:39 [post_content] => Desde que el petróleo alcanzó su máximo histórico a mediados del verano pasado, venimos asistiendo a una lenta, pero continua, disminución de su precio. En agosto de 2006 el barril llegó a cotizar por encima de los 78 dólares, pero esta semana lo hemos visto rondando los 52, y todo hace pensar que no tardará de romper a la baja la barrera psicológica de los 50 dólares. Solamente en los pocos días que llevamos de 2007, su precio se ha reducido en un 17%. ¿Qué motiva este descenso? En primer lugar, el cálido invierno que estamos teniendo en el hemisferio norte, reduce el consumo de energía y por tanto de petróleo. Este menor consumo está elevando los inventarios en Estados Unidos, por lo que disminuye el temor al desabastecimiento del mayor consumidor mundial. Además, en el horizonte cercano no se atisban nuevas tensiones geopolíticas que pudieran tensar los precios, ni una agudización de las ya existentes. Éstas últimas, (Irak, conflicto palestino-israelí, programa nuclear iraní…), ya están descontadas. Por otra parte, el que la Europa y Japón no acaben de arrancar y el que Estados Unidos esté desacelerando su crecimiento, están provocando una actualización a la baja de las previsiones sobre consumo. En este sentido, la Agencia Internacional de la Energía (IAE) acaba de reducir su previsión para este año en 160.000 barriles diarios. Esto situará la demanda mundial en sólo 85,77 millones de barriles/día. ¿Y qué podemos esperar? Pues es difícil de pronosticar. Los llamados halcones de la OPEP, liderados por Venezuela e Irán, proponen recortes de producción para recuperar niveles de precios de unos 60-65 dólares, pero de momento Arabia Saudita, que de alguna manera viene a ser el jefe del cartel, no parece por estar por la labor. Considera que las dos reducciones que acordó la OPEP en otoño, 1.200.000 bb/dd y 500.000 bb/dd (esta última entrará en vigor el próximo 1 de febrero), son más que suficientes y que los precios empezarán a recuperarse en las próximas semanas. ¿Acertará? La verdad es que no lo sé. Dependerá mucho de la evolución de la economía norteamericana, de lo que pase en Oriente Medio y hasta del clima. ¿Alguien hace una previsión al respecto? [post_title] => ¿Qué pasará con el petróleo? [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => que_pasara_con [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:55:08 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:08 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2007/01/que_pasara_con.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 1 [filter] => raw )
Desde que el petróleo alcanzó su máximo histórico a mediados del verano pasado, venimos asistiendo a una lenta, pero continua, disminución de su precio. En agosto de 2006 el barril llegó a cotizar por encima de los 78 dólares, pero esta semana lo hemos visto rondando los 52, y todo hace pensar que no tardará de romper a la baja la barrera psicológica de los 50 dólares. Solamente en los pocos días que llevamos de 2007, su precio se ha reducido en un 17%.
¿Qué motiva este descenso? En primer lugar, el cálido invierno que estamos teniendo en el hemisferio norte, reduce el consumo de energía y por tanto de petróleo. Este menor consumo está elevando los inventarios en Estados Unidos, por lo que disminuye el temor al desabastecimiento del mayor consumidor mundial. Además, en el horizonte cercano no se atisban nuevas tensiones geopolíticas que pudieran tensar los precios, ni una agudización de las ya existentes. Éstas últimas, (Irak, conflicto palestino-israelí, programa nuclear iraní…), ya están descontadas. Por otra parte, el que la Europa y Japón no acaben de arrancar y el que Estados Unidos esté desacelerando su crecimiento, están provocando una actualización a la baja de las previsiones sobre consumo. En este sentido, la Agencia Internacional de la Energía (IAE) acaba de reducir su previsión para este año en 160.000 barriles diarios. Esto situará la demanda mundial en sólo 85,77 millones de barriles/día.
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