Después de esta larga crisis y de las diferentes maneras que los distintos gobiernos han buscado para combatirla e iniciar una senda sólida de crecimiento, debemos concluir que la teoría económica al uso no tiene recetas comúnmente aceptadas para abordar un problema de esta magnitud y que, quizás, deberíamos intentar abordar esta deficiencia del análisis económico con urgencia.
La teoría económica intenta explicar la realidad y parece que esta vez la realidad nos ha desbordado.
El enfoque macroeconómico, que puede decirse nace con la Teoría General de Keynes en 1936, se enfrentó a una importante crisis en los años 80 cuando con el modelo de DA keynesiano y su desarrollo de síntesis (el modelo ISLM) no pudo explicar el problema de la stagflation (inflación y paro simultáneos). La academia se puso a trabajar y elaboró el modelo de Oferta y Demanda Agregada (OADA) que superó esta refutación empírica y nos ha permitido explicar la realidad durante muchos años con un modelo que a corto plazo (seis meses a dos años) explica bastante bien los determinantes del ciclo, tanto desde los cambios en la Demanda Agregada como de las alteraciones en la Oferta. Sin embargo, a medio plazo (dos a cuatro años) y según este modelo, el ajuste de precios esperados y de salarios garantiza nuevamente el pleno empleo. Las políticas de Demanda de corte keynesiano pueden facilitar este ajuste acortando el período para alcanzar el pleno empleo, tal y como está intentando el gobierno norteamericano y británico, pero la realidad es que el pleno empleo no llega y en aquellos países que están esperando el ajuste de la OA vía salarios, como son los miembros de la UM, los resultados son dispares, por eso aconsejan flexibilidad de precios y de salarios para facilitar la creación de empleo y el ajuste al pleno empleo en los países con mayor tasas de paro como ocurre en España.
Y….¿ a largo plazo? A largo plazo los modelo de crecimientos que utilizamos son completamente diferentes en su estructura al modelo OADA, aseguran el crecimiento agregando factores de producción (capital, tecnología, trabajo y recursos naturales) y sumando características positivas de naturaleza institucional, para garantizar el crecimiento. Y hay que decir, que los contrastes empíricos sobre la relevancia de unas u otras variables son dispares. Quizás lo más curioso de estos modelo es que no se derivan del modelo de OADA. surgieron en paralelo al modelo ISLM y establecieron una dicotomía de enfoque en el análisis macroeconómico entre el corto y el largo plazo.
Hoy nos enfrentamos a una crisis que ya ha superado el corto y el medio plazo y se encamina en algunos países a un escenario de largo plazo, sin que parezca que la economía se ajuste al pleno empleo. ¿Qué modelo debemos utilizar? ¿Qué nos está fallando? Es difícil de saber y las recetas desde el modelo OADA y el modelo de crecimiento a largo plazo pueden ser diferentes, e incluso en el modelo de OADA el ajuste a muy corto plazo y a medio plazo aconsejarían políticas distintas…. ¿qué se nos está pasando por alto…?
Creo que, cuando hablamos del pleno empleo, estamos suponiendo que siempre existe un tejido productivo, un conjunto de empresas, capaz de reaccionar a los estímulos de la DA y a los cambios en la OA. En el caso de la economía española, la crisis ha destruido algo más del 20% de las empresas existentes en 2007. Me parece que este supuesto de los modelos teóricos está resultando letal para nosostros. Simplemente con políticas de estímulo en la DA, podemos tirar de aquellos bienes y servicios no comerciables, que cada vez son menos. Flexibilizando el mercado de trabajo y moderando los salarios y los precios, haremos que las empresas existentes sean más competitivas y mejoren las exportaciones pero necesitamos más empresas, más grandes, mejores,….. Es cierto que estamos asistiendo al nacimiento de una nueva cultura económica en nuestro país: el emprendimiento. Pero necesitamos que cuaje y para ello es imprescindible el crédito a las empresas, reducir trámites y costes de transacción, impuestos y cargas sociales moderados y flexibilidad en el funcionamiento de la actividad empresarial. Está surgiendo esta cultura pero tardará en hacer reducir el paro tan elevado que tenemos.
Si observamos la economía española desde el lado del mercado de trabajo un 26% de paro es excesivo y deberíamos bajar hasta la mitad quizás para decir que estamos en pleno empleo (Tasa Natural de Paro). Pero si miramos nuestra economía desde el tejido productivo…. ¿estamos en pleno empleo teniendo en cuenta las empresas que han sobrevivido a la crisis? Puede que sí y por eso nuestra senda de crecimiento va a ser tan modesta, tan estable, tan insuficiente en el corto plazo.
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