Archivo de la Categoría ‘Unión Europea’

15
Sep

¿Qué comen los chinos?

Escrito el 15 septiembre 2007 por en China, Economía Mundial, Unión Europea

La creciente demanda global de alimentos, el cambio climático y la presión para desviar cosechas hacia la fabricación de biocombustibles están subiendo el precio de los alimentos en todo el mundo. China no es una excepción. El alza del precio de alimentos básicos como la carne de cerdo (+49%), los huevos (+23,6%) y el aceite para cocinar (+34%), ha hecho que el índice de precios de los alimentos chino experimentara una elevación media del 18,2% en agosto. No se debe olvidar que los alimentos tienen un peso muy importante en el IPC chino. Por este motivo China acumuló una inflación de 5,6% en julio de 2007, su mayor subida en una década, impulsada por los precios de los alimentos. En agosto la inflación china volvió a batir su propio record registrando una subida más alta, al alcanzar el 6,5%.

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6
Sep

Como habían pronosticado en este blog de economía José Ramón Díez, el 24 de agosto, y Juan Carlos Martínez Lázaro ayer (reconforta ver que alguna vez acertamos los economistas en nuestras predicciones) el Banco Central Europeo mantuvo hoy sin cambios los tipos de interés en el 4%. La decisión supone un cambio de intenciones desde su anterior reunión del 2 de agosto, en la que el banco central insinuó que endurecería su política monetaria en septiembre. La medida obedece a los temores por la liquidez en los mercados financieros tal como explicaré en un artículo que aparecerá mañana en el diario EXPANSIÓN.

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5
Sep

¿Debe subir el Banco Central Europeo los tipos de interés?

Escrito el 5 septiembre 2007 por JUAN CARLOS MARTINEZ en Política Monetaria, Unión Europea

Mañana jueves se conocerá la respuesta a uno de los enigmas de este verano. El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, decidirá si mantiene los tipos de interés de la zona euro en el 4%, o los sube hasta el 4,25%. En julio parecía muy claro que optaría por continuar endureciendo la política monetaria. Motivos, según él, no le faltaban: la economía europea -que tras un acusado periodo de atonía-, por fin crecía de forma robusta, la liquidez y el crédito aumentaban de manera importante y la inflación – que aunque controlada aparentemente por debajo del 2%-, pronto reflejaría los elevados precios que han alcanzado el petróleo y algunos alimentos.

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3
Sep

Una nueva oleada de nacionalismo económico recorre el mundo. Se trata de un fenómeno viejo que está cobrando vida en muchos países, no importa si los gobiernos son de izquierdas o de derechas, si los países son ricos o pobres. En América Latina aparece en forma de populismo, en Europa y en Estados Unidos (EEUU) en forma de proteccionismo agrario y en una especie de patriotismo económico que se manifiesta en impedir la compra de empresas nacionales por empresas de otro país. ¿Qué es el nacionalismo económico? Se puede definir como cualquier intervención por parte del gobierno de un país en las transacciones privadas en beneficio de las empresas del propio país. Se trata de intervenciones discrecionales a veces legales y otras menos legales que buscan proteger a la economía nacional y que discriminan a los residentes (y gobiernos) de otros países.

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30
Ago

Durante décadas los costes y por tanto los precios de los productos agrarios europeos, incluidos los lácteos, han estado por encima de los del resto del mundo. Para mantener las producciones agrarias la Unión Europea (UE), a través de la Política Agraria Común (PAC), ha dado subvenciones a los agricultores. De esta forma pueden o podían competir en un mercado mundial en el que los precios de los alimentos eran más bajos que en Europa. Pero desde el año pasado con la subida global de precios de los alimentos, se comenzaron a reducir las subvenciones agrarias. El caso mas espectacular ha sido el de la leche. Se ha cancelado por completo el programa europeo de subvenciones a los lácteos. La última subvención, dirigida a los productores de mantequilla, fue eliminada en este mes de julio.

Los altos precios de la leche, un 35% superiores a los que había hace tan sólo un año, están incentivando a los propietarios españoles a pagar cantidades desorbitadas por las vacas (a veces más de 2.500 euros por cada animal). Los ganaderos españoles, que antes compraban reses en Alemania, Francia y Holanda, lo hacen ahora en Inglaterra, Austria, Suiza, Chequia y Suecia. En ello han influido las restricciones impuestas a la exportación en países como Alemania u Holanda, como medida preventiva para evitar la extensión de la enfermedad de la lengua azul, junto con la escasez de vacas en Francia, mercado tradicional en los últimos años. Ambas circunstancias están provocando un importante desabastecimiento en toda Europa de vacas lecheras, que se traduce en continuas caídas en la producción láctea y en un aumento progresivo de los precios.

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19
Jul

¿Sería deseable una armonización fiscal en Europa?

Escrito el 19 julio 2007 por JUAN CARLOS MARTINEZ en Economía española, Unión Europea

En la entrada que puse el pasado fin de semana en este blog de economía sobre la fiscalidad del alcohol y el tabaco, apuntaba que las diferencias de precio que tienen esos productos en los distintos países de la Unión, vienen determinadas por la distinta presión fiscal a la que están sometidos. Pues bien, al igual que el tabaco y el alcohol son gravados con distinta intensidad en cada país de la Unión, con el resto de bienes y servicios que se comercializan ocurre lo mismo. Y con las rentas de trabajo, de capital o con las ganancias empresariales. Es decir, en la Unión Europea, hay una gran diversidad tributaria.

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6
Jul

Finlandia, ¿una competitividad sostenible?*

Escrito el 6 julio 2007 por Javier Carrillo en Unión Europea

Durante la última década y media Finlandia ha mantenido uno de los mayores índices de competitividad del mundo, al tiempo que ha experimentado un crecimiento superior al de la media europea. Este crecimiento económico ha servido para mantener un elevado nivel de bienestar a pesar de diferentes hechos desfavorables en su escenario macroeconómico más reciente. La entrada en vigor del Euro y la progresiva revalorización de su valor frente al dólar, la corona sueca y el rublo, ha penalizado progresivamente el valor de las exportaciones finlandesas y su competitividad exterior. Por otro lado, las exportaciones de madera y acero han disminuido progresivamente y la explosión de la burbuja electrónica en 2000-2001 provocó la caída de las exportaciones del sector electrónico en el ejercicio siguiente.

Sin embargo, los niveles de bienestar se mantienen razonablemente, al tiempo que la presión fiscal se ha moderado. La explicación a esta cuadratura del círculo se encuentra en el comportamiento de la demanda privada y en las políticas desarrolladas en el lado de la oferta.

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25
Jun

El viernes pasado colgamos, en este blog de economía, un post titulado: “La dependencia tecnológica de España: déficit en el comercio de bienes de equipo” . Pues bien Cus hizo un comentario a ese post señalando que cabe esperar que en el futuro haya cada vez más empresas que apuesten por tener mejor tecnología que los competidores y no sólo tener mejor precio. Y pregunta Cus ¿apoya el gobierno suficiente la I+D? Contestaré otro día más directamente. Hoy solo voy a situar el problema que plantea Cus, para el caso de España, en el contexto europeo con el fin de poner de manifiesto que no se trata sólo un problema español.

Como es sabido en el contexto de la competencia internacional, la tecnología ocupa un papel esencial: las empresas deben innovar para poder diferenciarse y utilizar las tecnologías más recientes para optimizar su productividad. Ello supone invertir en I+D+i y en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC), pero también implica proteger las innovaciones con patentes. Las empresas europeas (UE-27) invierten relativamente poco en inversión y desarrollo tecnológico. La inversión de las empresas europeas en I+D+i es del 1% del PIB (en España el 0,55%) mientras que en EEUU supone el 1,6% del PIB y en Japón el 2,4% del PIB. En el seno de la UE, las empresas alemanas y escandinavas se caracterizan por llevar a cabo una inversión en I+D+i bastante superior a la media. La otra cara de la moneda son las empresas de los Estados miembros del sur, como España, y de los Estados recién incorporados cuya inversión en I+D+i se considera insuficiente.

La UE está recuperando gran parte de su retraso tecnológico en cuanto a tecnologías de la información y la comunicación (NTIC). Así, en 2005, la inversión destinada a las NTIC representa el 6,4% del PIB en la UE, un nivel próximo al de los EEUU (6,7%) pero aún alejado del de Japón (7,6%). Aún así, Europa no se ha especializado en la producción de bienes de alto contenido tecnológico. En España los productos de alta tecnología representan solo el 5,8% de las exportaciones totales y en la Eurozona el 16,3% frente al 32,3% de los EEUU y el 30% en China. Este es el problema de la escasa especialización productiva de España y Europa.

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20
Jun

Sobre la productividad europea

Escrito el 20 junio 2007 por Javier Carrillo en Unión Europea

En su post de ayer, Rafa nos hablaba sobre la falta de competitividad de la economía europea y finalizaba lanzando algunas preguntas en torno a su productividad. No es éste un concepto sencillo y me ha parecido oportuno añadir alguna información al respecto.

En las economías desarrolladas, el crecimiento de la productividad del trabajo suele ser el determinante más importante de las mejoras a más largo plazo del producto potencial y del nivel de vida. Con frecuencia, la evolución del nivel de vida medio de una economía se mide en términos de PIB real per cápita y, en consecuencia, depende más del número de personas sobre las que recae esa producción que del número de personas u horas que son necesarias para su obtención. Al mismo tiempo, las medidas del PIB per cápita y del PIB por hora trabajada están conceptualmente relacionadas. La diferencia entre ambas, que refleja las horas trabajadas por habitante, pone de manifiesto hasta qué punto se utiliza en el proceso de producción el trabajo potencialmente disponible.

Para entender la situación de la productividad en la zona euro en la actualidad, es importante echar la vista atrás, a las dos décadas pasadas, y resulta interesante hacer una comparación con EEUU como referencia. Los datos que manejan el BCE y la Comisión indican que el descenso observado en el crecimiento medio de la productividad del trabajo en la zona del euro entre la década de los 1980 y la de los 1990 tuvo su origen en el menor crecimiento de la intensificación del uso del capital y de la productividad total de los factores. En general, los resultados apuntan a que la evolución de la productividad en la zona euro podría mejorar si se eliminaran los obstáculos estructurales que adoptan la forma de rigideces en los mercados de trabajo y de productos. La impresionante trayectoria de la productividad de la economía estadounidense desde la segunda mitad de la década de los 1990 debería llevar a preguntarnos por qué la evolución ha sido menos favorable en la zona euro.

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19
Jun

Desde una perspectiva macroeconómica, la competitividad de una economía puede entenderse en términos generales como su capacidad para alcanzar los objetivos fundamentales de la política económica: crecimiento elevado con pleno empleo, estabilidad de precios y mantener equilibrada su balanza de pagos. Con más precisión, la OCDE señala que la competitividad de una economía puede definirse como el grado en que un país es capaz, en condiciones de libre mercado, de producir bienes y servicios que superan la prueba de los mercados internacionales, a la vez que mantiene e incrementa a largo plazo los ingresos reales de su población. La competitividad de un país también se puede definir como la capacidad de las empresas implantadas en el mismo para afrontar con éxito la competencia nacional e internacional.

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6
Jun

Tal y como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) ha subido los tipos de interés de la zona euro desde el 3,75% hasta el 4%. Esta medida viene motivada porque las trece economías de la eurozona están creciendo de forma vigorosa –un 3% en el primer trimestre de este año-, y porque la tasa de desempleo se está reduciendo (se ha situado en abril en el 7,1% de la población activa). El fuerte crecimiento y la reducción del desempleo, junto con el elevado precio que ha vuelto a alcanzar el petróleo, llevan a pensar al BCE que, a finales de año, la inflación puede situarse entre el 1,8% y el 2,3%. Pero en la actualidad, la tasa de inflación de la eurozona es del 1,9%, una décima por debajo del objetivo que la propia autoridad monetaria se ha marcado.

Al hilo de esta medida quiero reflexionar sobre una cuestión que periódicamente se pone sobre la mesa: la independencia del Banco Central Europeo. El BCE fue creado a imagen y semejanza del Bundesbank, el Banco Central Alemán, que había destacado por su independencia frente al poder político. Esto le permitió llevar a cabo políticas monetarias muy ortodoxas, que propiciaron que la economía alemana disfrutase de unas tasas de inflación bastante contenidas. De ahí, que se pensase en el modelo germano a la hora de dotarse de una autoridad monetaria común.

Pero cuando el BCE acaba de cumplir siete años y medio de existencia, surgen cada vez más voces cuestionando esa independencia. Dicho de forma coloquial: hay quienes opinan que es una especie de Frankenstein, un monstruo que una vez creado, es difícil de controlar. ¿Y quienes piensan así? Pues los que creen que el BCE sólo se preocupa por controlar la inflación presente – o futura como acabamos de comprobar-, y no le importan ni crecimiento ni el empleo. Razones puede que no les falten. Por ejemplo, el ex canciller alemán Schröder, cuando las economías alemana y europea se encontraban sumidas en un profundo estancamiento, reclamó en repetidas ocasiones al BCE, una disminución de los tipos de interés. La respuesta de éste fue que había tensiones inflacionistas en el eurozona (aunque no en Alemania), que desaconsejaban la bajada y que lo que tenía que hacer el gobierno alemán era llevar a cabo reformas estructurales para recuperar la senda del crecimiento. En cambio, ahora que las economías alemana y europea en su conjunto están por fin creciendo, el BCE se obstina en subir los tipos a pesar de que la inflación está aparentemente controlada. ¿Alguien lo entiende?

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