Archivo de la Categoría ‘Uncategorized’

13
Ene
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    [post_content] => En el 4º trimestre del año pasado el PIB (Producto Interior Bruto) de la economía alemana volvió a crecer positivamente en términos intertrimestrales. Una recuperación que se inició en el 2º trimestre de 2009 cuando la economía creció, por primera vez desde principios de 2008, un 0.4% en comparación al primer trimestre de 2009. En el tercer trimestre, las medidas fiscales y monetarias expansivas así como el aumento de las exportaciones, hicieron que el PIB real creciera 0.7 por ciento con respecto al trimestre anterior. A las espera de datos definitivos, que se publicarán en febrero, parece que también creció en el 4º trimestre esta vez un 0,5%.

Estos crecimientos intertrimestrales positivos han inyectado energía a la eurozona, hasta conseguir sacarla de la recesión. 

Alemania es la economía más potente de Europa y, por tanto, la que más compra. Gran parte de los países europeos tienen como principal cliente a Alemania. Y no sólo eso, también es una máquina de producir y vender, dos pilares que han vuelto a fortalecerse. Según datos de la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania, las exportaciones alemanas se incrementaron un 1,6% en noviembre, respecto a octubre, consolidando tres meses seguidos de crecimiento. Mientras que la inflación se ha incrementado un 0,8% en diciembre, el segundo dato positivo que es señal de que se estaría activando el consumo interno.

Dependencia del modelo exportador

Alemania, que cuenta con un enorme abanico de producción industrial con sectores tan destacados como el automóvil, los aparatos de precisión, los equipos electrónicos y las telecomunicaciones, así como los productos químicos y farmacéuticos, ha basado su recuperación en lo que ellos son fuertes, en las exportaciones. Y ahora, como constatan los datos de los últimos meses, está empezando a recoger los frutos.

Aunque este modelo exportador esté dando frutos positivos es demasiado pronto para interpretarlas como una señal de que Alemania ha recuperado su lugar como nación exportadora por excelencia. Sobre todo, después de que China le haya arrebatado el liderazgo mundial en 2009.

La crisis del automóvil

La industria automovilística alemana es una de las claves del resurgir germánico y los incentivos que se han dado en Europa a la compara de coches están tirando de la economía europea, también de la alemana, que produce coches. Sin embargo, el sector sufre un exceso de capacidad de aproximadamente el 20%, por eso hay que achatarrar y reconvertirlo. Al sector del automóvil le puede pasar podría algo similar a la industria textil de hace años, cuando los países emergentes empezaron a producir textiles y arruinaron a la industria europea porque dejamos de ser competitivos.

El nuevo gobierno

La recuperación también viene apoyada por la vía política. El nuevo Gobierno de coalición de la Unión Cristiano Demócrata de la canciller Angela Merkel y el Partido Liberal de Guido Westernelle, que llegó al Gobierno el pasado mes de septiembre, envía mensajes muy positivos al sector empresarial. La gente confía en un Gobierno que va a animar la inversión privada y que va ser pro mercado, esto da confianza a los empresarios. La certidumbre en un marco de relaciones institucionales estables va a generar, sin duda, crecimiento económico. Aunque ahora los socios de coalición estén en confrontación, porque están intentando resolver los desencuentros lógicos en este tipo de coaliciones en temas como la sanidad, educación, impuestos, etc. esto se pasará, porque es un matrimonio que se quiere aunque ahora se esté peleando.

El déficit público

Un reto importante que tiene por delante el nuevo gobierno está relacionado con el déficit público: un 3,2% en 2009, después de un presupuesto equilibrado en 2007 y 2008. Una cifra favorable en comparación con la de la mayoría de los países con rating 'AAA', donde los aumentos del déficit han sido más pronunciados y podrían persistir durante más tiempo.

No obstante, el déficit alemán podría alcanzar su máximo, en torno al 5% del PIB este año, debido a que el desempleo seguirá creciendo (a pesar de que, hasta ahora, el impacto de la recesión ha sido moderado), a la debilidad cíclica de los ingresos fiscales y a una serie de medidas de estímulo fiscal, según la misma firma, que prevé que la carga de la deuda del Gobierno alemán alcanzará un máximo del 80% del PIB en 2011, frente al 66% el año 2008. A pesar de estas reflexiones, S&P ha mantenido la calificación crediticia de AAA (sobresaliente) a largo plazo, mientras que a corto le mantiene la nota de A-1+, lo que significa que su capacidad para cumplir con los compromisos financieros es extremadamente fuerte.

Previsiones

Sin embargo, aunque la locomotora europea lleva tres trimestres vertiendo datos positivos intertrimestrales, el año 2009 se saldó con una contracción de su economía del 5%. Sin embargo,  estimo que el país crecerá un 2,5% en 2010.

Fuente: http://www.wharton.universia.net/index.cfm?fa=viewArticle&id=1823&language=spanish
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En el 4º trimestre del año pasado el PIB (Producto Interior Bruto) de la economía alemana volvió a crecer positivamente en términos intertrimestrales. Una recuperación que se inició en el 2º trimestre de 2009 cuando la economía creció, por primera vez desde principios de 2008, un 0.4% en comparación al primer trimestre de 2009. En el tercer trimestre, las medidas fiscales y monetarias expansivas así como el aumento de las exportaciones, hicieron que el PIB real creciera 0.7 por ciento con respecto al trimestre anterior. A las espera de datos definitivos, que se publicarán en febrero, parece que también creció en el 4º trimestre esta vez un 0,5%.

Estos crecimientos intertrimestrales positivos han inyectado energía a la eurozona, hasta conseguir sacarla de la recesión. Seguir leyendo…

29
Dic

Previsiones para 2010 (II)

Escrito el 29 diciembre 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Uncategorized

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    [post_content] => La semana pasada repasamos las previsiones de Consensus Forecast para el año que viene. En general, contemplan una suave consolidación de la recuperación, lo que ha denominado The Economist: “la gran estabilización”. Dada la fragilidad e incertidumbre del escenario, estas previsiones medias de los mejores analistas del mundo, son difícilmente mejorables con la información actual. Quizás excesivamente optimistas para EEUU, donde la digestión del elevado endeudamiento privado limitará la aportación al crecimiento del gasto privado y hará difícil que la tasa de crecimiento medio supere el 2% en 2010. Y algo pesimistas para los emergentes, que podrían crecer por encima del 5%, gracias al dinamismo de los BRIC (Brasil, Rusia, India, China). En este sentido, sólo un detalle que puede haber pasado desapercibido: los emergentes ya contribuyen más al crecimiento mundial que los países desarrollados. Para España, tampoco hay mucha divergencia en las previsiones en estos momentos, aunque pienso que el ritmo medio de caída se aproximará al 1% (el primer dato positivo trimestral lo veremos en el segundo trimestre), por lo que la creación de empleo se retrasará a 2011. Pero quizás más importante que comentar el escenario central, sea repasar los riesgos que pueden complicar una  situación todavía delicada.

1) Reactivación económica con escasa creación de puestos de trabajo. Es la mayor amenaza para el escenario económico en el medio plazo. Sin creación de empleo y teniendo en cuenta el elevado endeudamiento existente, difícilmente la demanda privada se recuperará, seguirán las presiones sobre las cuentas públicas y el crecimiento potencial en el próximo ciclo puede ser muy bajo.  Ante esta amenaza, cada país debe pensar en medidas de oferta y, especialmente, en cómo mejorar el comportamiento del mercado de trabajo.

2) Demanda privada sin capacidad de tomar el relevo de la actividad, cuando se vayan retirando los estímulos fiscales. Muy relacionado con el anterior y con los elevados niveles de deuda existentes. En el fondo la pregunta es: ¿existe sobrecapacidad en la economía mundial? Lo que parece claro es que los países con mayores superávit de balanza por cuenta corriente (Alemania, Asia, etc) deberían intentar estimular más su consumo e inversión privada, pues aquellos con más propensión marginal a consumir (EEUU, España, etc) van a pasar por una época de corrección de los excesos.

3) Estrategias de salida de la política económica. Los bancos centrales no deberían apresurarse en retirar la liquidez (aunque cierta normalización ya es necesaria), deberían mantener un elevado grado de coordinación y, sobre todo, convendría dejar para 2011 el inicio de las subidas de tipos. No es necesario tomar riesgos hasta que la recuperación  económica se consolide. Otra cosa es el lado fiscal, en muchos casos (por ejemplo Grecia) ya ha llegado el momento de dar señales de consolidación, teniendo en cuenta la deriva negativa de los déficits públicos estructurales.

4) Evolución del dólar y tentaciones proteccionistas. Una de las grandes incógnitas del escenario es el comportamiento futuro del dólar. La clave va a ser la decisión que adopten las autoridades chinas respecto a la paridad con el yuan. Lo ideal sería que el tipo de cambio efectivo del billete verde se mantuviese en una banda de fluctuación sin movimientos excesivamente marcados, para evitar tentaciones proteccionistas. Una fuerte depreciación del dólar puede introducir mucha inestabilidad en los mercados financieros y, sobre todo, podría dar paso a una intensa subida de las rentabilidades de la deuda, que ya de por si, están en el punto de mira, dada la inercia de las cuentas públicas. Tampoco sería deseable una excesiva apreciación del billete verde, pues podría lastrar la recuperación de la economía americana.

5) Endeudamiento de los agentes. Cuando en algunos países la deuda total supera el 300% del PIB, es difícil, no pensar en un aumento de las primas de riesgo y una mayor discriminación de los mercados entre emisores. Como parece difícil que los bancos centrales permitan licuar las deuda, vamos a tener algún susto más en 2010.

6) Situación del mercado de la vivienda. En aquellos países dónde se han producido burbujas en el mercado de la vivienda, es necesario que se produzca un rápido ajuste de la actividad y, sobre todo, de los precios. Sin una mejora de la accesibilidad, la demanda no se va a recuperar y será difícil que el stock de viviendas se vaya reduciendo, condición necesaria para que se produzca una recuperación de la actividad. El ejemplo a seguir es el de EEUU, dónde la corrección de este mercado está muy avanzada.

7) Comportamiento de la inflación. Aquí sí que hay división de opiniones. Una parte de los analistas piensan que todavía existe un riesgo no despreciable de deflación, teniendo en cuenta el exceso de capacidad. Mientras otro grupo de economistas advierten de que se ha llevado al límite la política económica expansiva y, que esto se pagará antes o después en forma de inflación.

Tenemos un año por delante para ver si se cumplen las previsiones. Por el momento, sólo me queda desear un Feliz 2010 a todos los lectores de este blog.
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La semana pasada repasamos las previsiones de Consensus Forecast para el año que viene. En general, contemplan una suave consolidación de la recuperación, lo que ha denominado The Economist: “la gran estabilización”. Dada la fragilidad e incertidumbre del escenario, estas previsiones medias de los mejores analistas del mundo, son difícilmente mejorables con la información actual. Quizás excesivamente optimistas para EEUU, donde la digestión del elevado endeudamiento privado limitará la aportación al crecimiento del gasto privado y hará difícil que la tasa de crecimiento medio supere el 2% en 2010. Y algo pesimistas para los emergentes, que podrían crecer por encima del 5%, gracias al dinamismo de los BRIC (Brasil, Rusia, India, China). En este sentido, sólo un detalle que puede haber pasado desapercibido: los emergentes ya contribuyen más al crecimiento mundial que los países desarrollados. Para España, tampoco hay mucha divergencia en las previsiones en estos momentos, aunque pienso que el ritmo medio de caída se aproximará al 1% (el primer dato positivo trimestral lo veremos en el segundo trimestre), por lo que la creación de empleo se retrasará a 2011. Pero quizás más importante que comentar el escenario central, sea repasar los riesgos que pueden complicar una  situación todavía delicada. Seguir leyendo…

23
Dic

Previsiones para 2010 (I)

Escrito el 23 diciembre 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Uncategorized

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    [post_content] => Esta época del año es buen momento para repasar todo lo ocurrido en los últimos doce meses, hacer propósito de enmienda y, en el caso de los economistas, realizar previsiones para el ejercicio que comenzará la semana que viene. Tarea no exenta de complicaciones y, por tanto, con una elevada probabilidad de error, sobre todo, cuando la coyuntura actual todavía se sigue caracterizando por un elevado grado de incertidumbre. Para minimizar esos riesgos, voy a empezar esta semana resumiendo las opiniones del consenso de analistas, recopiladas por “Consensus Forecasts”. Dejaré mis previsiones para el martes que viene.

La primera idea que se extrae de las previsiones de los analistas es que existe un elevado grado de confianza en la consolidación de la recuperación económica. La economía mundial crecerá a ritmos del 2,9% en 2010 (-2,2% en 2009), con una fuerte aportación al crecimiento de Asia-Pacífico (5,2%), un buen comportamiento de América Latina (3,6%) y EEUU (+2,7%) y, cierta decepción en las previsiones para la UEM (+1,3%). Estas estimaciones pueden justificar que se anticipe una apreciación del dólar con respecto al euro hasta el 1,40 a finales de 2011, estimación que ahora probablemente sería algo más agresiva, teniendo en cuenta la evolución desde que se cerró la encuesta en la primera semana de diciembre (ahora el tipo de cambio dólar/euro está rondando el 1,425).

Inflación y política monetaria

Aunque la inflación media mundial experimentará una subida del 1,4% al 2,4%, continuará en una zona muy cómoda para los bancos centrales, que les evitará tener que poner en marcha de una manera apresurada, las estrategias de salida. Tanto la inflación media en EEUU (2,1%), como en la UEM (1,2%) pueden permitir que los bancos centrales retrasen el momento de la subida de tipos hasta al menos finales de 2010. En este caso, las previsiones recopiladas por Bloomberg situarían el momento de la primera subida en EEUU en el tercer trimestre de 2010 (cuarto trimestre en el caso del BCE). Por último,  se piensa que Japón seguirá en deflación, ya que los precios caerán un 1% en 2010 (-1,3% en 2009).

¿Recuperación fuerte o débil?

Pese a este moderado optimismo sobre la situación económica, siguen existiendo dudas sobre la solidez de la próxima recuperación e incluso no se descarta la posibilidad de una recaída en la actividad. Como escribió la profesora Gayle Allard hace unos días, un 20% de los encuestados piensan que en algún trimestre la economía americana experimentará una recaída (la apuesta se centra en el primer trimestre). Estas dudas también se ponen de manifiesto por la enorme distancia existente entre la previsión más optimista y pesimista para EEUU (3,9%/1,5%), algo que se repite en la zona euro (2,5%/0,2%). Igualmente significativas son las previsiones a medio plazo (2010-2014), que se pueden utilizar como una “proxy” del crecimiento potencial. En el caso de EEUU se situarían algo por debajo del 3%, mientras en la UEM no superarían el 2%.

En la mayoría de países se espera un aumento de la tasa de desempleo el año que viene. Esto pone de manifiesto una de las características más preocupantes de esta recuperación, como es la escasa intensidad de la creación de empleo.

España

Finalmente, reseñar que la previsión media de crecimiento para la economía española en 2010 es del -0,4% (-0,3% la previsión oficial en Presupuestos), con una estimación máxima del +0,6% y una mínima del -1,2%. La inflación media se mantendría contenida (+1,3%) y el déficit de la balanza por cuenta corriente volvería a reducirse hasta algo menos del 5% del PIB.
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Esta época del año es buen momento para repasar todo lo ocurrido en los últimos doce meses, hacer propósito de enmienda y, en el caso de los economistas, realizar previsiones para el ejercicio que comenzará la semana que viene. Tarea no exenta de complicaciones y, por tanto, con una elevada probabilidad de error, sobre todo, cuando la coyuntura actual todavía se sigue caracterizando por un elevado grado de incertidumbre. Para minimizar esos riesgos, voy a empezar esta semana resumiendo las opiniones del consenso de analistas, recopiladas por “Consensus Forecasts”. Dejaré mis previsiones para el martes que viene. Seguir leyendo…

5
Dic

El coste medioambiental

Escrito el 5 diciembre 2009 por Miguel Aguirre Uzquiano en Uncategorized

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    [post_content] => En la actualidad preguntar si se está a favor del cuidado medioambiental es como preguntar si se está contra la guerra.  La respuesta inmediata y lógica es SI.

En estos días en los que hay una vorágine de declaraciones sobre los paises y dirigentes que asistirán o que no lo harán (algunos con decisiones de última hora ) a la cumbre de Copenhague, es importante analizar qué ha supuesto Kioto y que nos puede esperar a partir del 2012. El ex presidente Bill Clinton ya  respaldó el texto original de Kioto en 1997 pero ni él ni su sucesor, George W. Bush llegaron a ratificarlo. 

Se acusaba a los norteamericanos de no apoyar un cuidado sobre la sostenibilidad de nuestro planeta.  La realidad es que igual fueron los más coherentes , pero quizás eso hoy en día no vende suficiente.

El Protocolo de Kioto suponía que en el periodo 2008-2012 debían reducirse en el conjunto del planeta en 5,2%, respecto a los datos de referencia de 1990. Cuando Rusia suscribió el tratado en el 2004 se supero el límite de lograr la adhesión de los paises que supusiesen más de un 55% de las emisiones mundiales.  No lo ratifico Estados Unidos , ni China , ni India.

Un informe de Price Waterhouse & Coopers del 2005 suponía que para los firmantes el coste en el periodo 2008-12 supondría un desembolso de 19.000 millones de EUR  como pago por la adaptación a las medidas que era necesario tomar.  Se indicaba que los costes del proceso podría incrementar la inflación en un 2,7% y producirían una reducción del PIB inmediata de un 1%.  Y todo esto antes de la crisis que ha asolado las economías mundiales desde finales del 2007.

España es claramente un abanderado de las cuestiones medioambientales, pero es el país del mundo que más incumple lo suscrito en el protocolo de Kioto (Emite un 34% más que en 1990 cuando el límite fijado para el país  era de un 15%). . Estados Unidos no lo quiso hacer por el coste que supondría a sus empresas. En estos días el presidente Obama quiere que el nuevo pacto incluya también  un establecimiento de límites en la emisión de gases contaminantes a las economías emergentes como China o India, algo no contemplado bajo Kioto.

¿Estás a favor del medioambiente? SI, pero ¿A qué coste?
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En la actualidad preguntar si se está a favor del cuidado medioambiental es como preguntar si se está contra la guerra.  La respuesta inmediata y lógica es SI.

En estos días en los que hay una vorágine de declaraciones sobre los paises y dirigentes que asistirán o que no lo harán (algunos con decisiones de última hora ) a la cumbre de Copenhague, es importante analizar qué ha supuesto Kioto y que nos puede esperar a partir del 2012. El ex presidente Bill Clinton ya  respaldó el texto original de Kioto en 1997 pero ni él ni su sucesor, George W. Bush llegaron a ratificarlo.  Seguir leyendo…

1
Dic

Ya está aquí la Ley de Economía Sostenible

Escrito el 1 diciembre 2009 por María Jesús Valdemoros en Economía española, Uncategorized

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    [post_content] => Tras una larga espera, el viernes conocíamos por fin los contenidos de la Ley de la Economía Sostenible, anunciada a bombo y platillo por el PSOE y presentada por el propio presidente José Luis Rodríguez Zapatero apenas hace tres días.

Aún es muy pronto para analizar su eficacia, pero podemos hacer ya unas primeras valoraciones. En primer lugar, creo que uno de los grandes aciertos de esta ley es transmitir a la sociedad el mensaje claro de que nuestro antiguo modelo de crecimiento está en sus últimos estertores, siendo necesario por tanto un cambio. Y un cambio dirigido hacia el que es el paradigma de la competitividad de las economías desarrolladas: innovación, tecnología, internacionalización, competencia, eficiencia de las AAPP, etc.

Pero, por supuesto, una ley no transforma el patrón de especialización productiva de una economía tan compleja e importante como la española. Tal y como han reconocido desde el Gobierno (aunque con la boca pequeña para no empañar el show que rodea a la política de nuestros días), el cambio de modelo lo debe protagonizar la sociedad española, desde la total libertad con que los distintos agentes tomen sus decisiones, siempre dentro del marco legal vigente.

Es en ese punto donde más falla, en mi opinión, la nueva ley. No se contemplan reformas estructurales de calado, que son las que permitirían que la libre iniciativa privada, tanto de empresas como de trabajadores y ciudadanos, condujera el anhelado cambio mediante sus actuaciones en mercados eficientes en la asignación de recursos. Por ejemplo, no se dice nada acerca de la reforma del mercado laboral, uno de los más ineficientes del mundo desarrollado, como demuestran nuestras tasas de paro. Tampoco se plantean estrategias bien definidas acerca del modelo energético al que debemos aspirar.

En otras palabras, la ley plantea muchas, muchísimas pequeñas medidas, pero ninguna reforma estructural profunda. Además, algunas de esas medidas eran, en gran parte, conocidas y simplemente se les ha puesto un nuevo y más atractivo envoltorio. Esto supone un peligro, que choca con la llamada al cambio de modelo que hace la propia ley. El peligro reside en la tentación de caer en la autocomplacencia, obnubilados por las muchas cosas que parecen hacerse pero que, en la realidad, son buenos detalles y no políticas ni programas de largo recorrido.

También llama la atención que en el programa de política económica implícito en los recientemente aprobados Presupuestos Generales del Estado, no se apuntan medidas ni políticas claramente coherentes con la nueva Ley. De hecho, algunas de las apuntadas son directamente contradictorias con esa Economía Sostenible, como el recorte presupuestario para la inversión pública en áreas impulsoras de la economía del conocimiento

De todos modos, aunque sea en gran parte una lista de objetivos o deseos, la ley señala cuestiones muy relevantes para nuestra economía y nuestro futuro en las que conviene trabajar muy duro. Es el caso de la simplificación administrativa, la mejora de la formación profesional (y de toda la educación) o la internacionalización empresarial, por señalar sólo algunas.

Confiemos en que el Gobierno entienda esta ley como lo que es -una declaración de objetivos- y no la confunda con lo que no es –una garantía de que el cambio de modelo se producirá-. Si así lo hace, si la concibe como un primer paso en un largo camino, habrá de estar dispuesto a enfrentarse a las muchas reformas necesarias, aun a costa del descontento popular que en algunos momentos supongan. La sociedad española es una sociedad madura; seguro que sabrá entender el porqué de esas reformas y aceptarlas si cuenta con información rigurosa de los efectos benéficos que generarán en el futuro próximo. No le hurtemos esa posibilidad.
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Tras una larga espera, el viernes conocíamos por fin los contenidos de la Ley de la Economía Sostenible, anunciada a bombo y platillo por el PSOE y presentada por el propio presidente José Luis Rodríguez Zapatero apenas hace tres días.

Aún es muy pronto para analizar su eficacia, pero podemos hacer ya unas primeras valoraciones. En primer lugar, creo que uno de los grandes aciertos de esta ley es transmitir a la sociedad el mensaje claro de que nuestro antiguo modelo de crecimiento está en sus últimos estertores, siendo necesario por tanto un cambio. Y un cambio dirigido hacia el que es el paradigma de la competitividad de las economías desarrolladas: innovación, tecnología, internacionalización, competencia, eficiencia de las AAPP, etc.

Pero, por supuesto, una ley no transforma el patrón de especialización productiva de una economía tan compleja e importante como la española. Tal y como han reconocido desde el Gobierno (aunque con la boca pequeña para no empañar el show que rodea a la política de nuestros días), el cambio de modelo lo debe protagonizar la sociedad española, desde la total libertad con que los distintos agentes tomen sus decisiones, siempre dentro del marco legal vigente.

Es en ese punto donde más falla, en mi opinión, la nueva ley. No se contemplan reformas estructurales de calado, que son las que permitirían que la libre iniciativa privada, tanto de empresas como de trabajadores y ciudadanos, condujera el anhelado cambio mediante sus actuaciones en mercados eficientes en la asignación de recursos. Por ejemplo, no se dice nada acerca de la reforma del mercado laboral, uno de los más ineficientes del mundo desarrollado, como demuestran nuestras tasas de paro. Tampoco se plantean estrategias bien definidas acerca del modelo energético al que debemos aspirar.

En otras palabras, la ley plantea muchas, muchísimas pequeñas medidas, pero ninguna reforma estructural profunda. Además, algunas de esas medidas eran, en gran parte, conocidas y simplemente se les ha puesto un nuevo y más atractivo envoltorio. Esto supone un peligro, que choca con la llamada al cambio de modelo que hace la propia ley. El peligro reside en la tentación de caer en la autocomplacencia, obnubilados por las muchas cosas que parecen hacerse pero que, en la realidad, son buenos detalles y no políticas ni programas de largo recorrido.

También llama la atención que en el programa de política económica implícito en los recientemente aprobados Presupuestos Generales del Estado, no se apuntan medidas ni políticas claramente coherentes con la nueva Ley. De hecho, algunas de las apuntadas son directamente contradictorias con esa Economía Sostenible, como el recorte presupuestario para la inversión pública en áreas impulsoras de la economía del conocimiento

De todos modos, aunque sea en gran parte una lista de objetivos o deseos, la ley señala cuestiones muy relevantes para nuestra economía y nuestro futuro en las que conviene trabajar muy duro. Es el caso de la simplificación administrativa, la mejora de la formación profesional (y de toda la educación) o la internacionalización empresarial, por señalar sólo algunas.

Confiemos en que el Gobierno entienda esta ley como lo que es -una declaración de objetivos- y no la confunda con lo que no es –una garantía de que el cambio de modelo se producirá-. Si así lo hace, si la concibe como un primer paso en un largo camino, habrá de estar dispuesto a enfrentarse a las muchas reformas necesarias, aun a costa del descontento popular que en algunos momentos supongan. La sociedad española es una sociedad madura; seguro que sabrá entender el porqué de esas reformas y aceptarlas si cuenta con información rigurosa de los efectos benéficos que generarán en el futuro próximo. No le hurtemos esa posibilidad.

20
Oct
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Lately we keep hearing that there seems to be evidence that the worst of the crisis is over and that the world is already on the road to recovery.  This may be the case in certain countries and regions, and may not yet be the case in others. However, on a global level there seems to be data supporting that some recovery is under way. To some extent this should not be a surprise given the extraordinary expansionary monetary and fiscal policies applied in a large majority of countries in recent months.  Moreover, an interesting question could be, how would the world economy look now if those policies had not been in place? We should not forget that interest rates are close to zero in Japan and the United States, not much higher in the eurozone, and that budget deficits have soared to unprecedented levels in most developed countries.  The US deficit, for example, is expected to be the largest since 1945, measured as a percentage of GDP, and most European countries will vastly exceed the 3% limit set by the Stability and Growth Pact.

The application of these policies was, to a large extent, “expected” given the need to put in place countercyclical policies during a recession.  Likewise, policies that do just the opposite, i.e. increase interest rates and decrease public deficits, will be needed as the recovery takes place.  However, there are a number of very difficult decisions that will have to be made in relation to the timing of the policies –namely, which policies need to be applied first, and how to balance them.  And very efficient “fine tuning” will be needed. In relation to the timing there is a risk that “pulling back” too fast too soon may push the economy back into a recession.  In fact, if you have deficits climbing to 8 or 10% of GDP, resulting in fast-rising public debts, there may be a temptation to pull away from a deficit fast enough to control the public debt, instead of continuing to increase it with future deficits. However, if the role of these very large public deficits has contributed significantly to the recovery, as is reasonable to assume, then pulling out these resources too fast can be very dangerous.  The same can be said about increasing interest rates too fast, because, for example, inflation fears increase. This may seem premature at the moment, with few exceptions such as Australia, but we may see more of this in future months.  A fast increase in interest rates may repress consumption and investment and therefore abort recovery. But apart from the timing of the exit policies, there are also issues related to the balance between the monetary and fiscal policies. Given the very large expansionary fiscal policies, resulting in public deficits, many already highly indebted industrialized countries are seeing their debt to GDP ratio increase fast. And there is interest to be paid on this debt.  If any of these countries “pull out” of the monetary policy faster by increasing interest rates, they may increase the burden of the debt while “cooling down” economic growth.  This can be dangerous because the debt to GDP ratio would continue to increase and this could lead to a vicious circle of higher public debt leading to higher interest payments on the debt, which in turn leads to higher expenditure next year, leading to a new deficit and new increases in the debt. So a very fine balance needs to be found. It will be necessary to reduce public deficits gradually as the recovery becomes more extended, avoiding a withdrawal which, if too fast, could lead back to a recession. At the same time interest rates will also probably go up gradually, in order to avoid interest on the public debt becoming too large and to ensure that growth prospects are not thwarted by the higher interest rates. It will be a very interesting time in terms of economic policy. [post_title] => Complex fine tuning of economic policies will be needed during the world recovery [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => complex-fine-tuning-of-economic-policies-will-be-needed-during-the-world-recovery [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:54:57 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:54:57 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=5602 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 0 [filter] => raw )

Lately we keep hearing that there seems to be evidence that the worst of the crisis is over and that the world is already on the road to recovery.  This may be the case in certain countries and regions, and may not yet be the case in others. However, on a global level there seems to be data supporting that some recovery is under way. To some extent this should not be a surprise given the extraordinary expansionary monetary and fiscal policies applied in a large majority of countries in recent months.  Moreover, an interesting question could be, how would the world economy look now if those policies had not been in place? We should not forget that interest rates are close to zero in Japan and the United States, not much higher in the eurozone, and that budget deficits have soared to unprecedented levels in most developed countries.  The US deficit, for example, is expected to be the largest since 1945, measured as a percentage of GDP, and most European countries will vastly exceed the 3% limit set by the Stability and Growth Pact. Seguir leyendo…

25
Sep
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    [post_content] => Este es el inicio de la nota de prensa del INE sobre los resultados de la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios: "En el año 2008 se produjeron 118.939 disoluciones de matrimonios, un 13,5% menos que en el año anterior. De esta manera ha continuado, y de forma más acentuada, la disminución observada en las rupturas matrimoniales en 2007."

Esta cifra indica una caída del número de divorcios durante los últimos dos años. Es interesante ver los efectos que la crisis y/o el aumento del precio de la vivienda puede tener  sobre cuestiones sociales.  Divorciarse en tiempos de estrechez económica e inestabilidad laboral hace que exista esa tendencia al reparto de gastos, que se consigue de manera natural dentro del matrimonio. Por otro lado, la duración media de los matrimonios fue de 15,6 años, lo que no difiere de la duración estimada durante años anteriores... Sin embargo, el número medio de hijos por mujer aumentó durante 2008, especialmente por los hijos de madres extranjeras, y el numero de matrimonios tambien ha caído, y hubo 8.159 menos que en el año 2007 (cifras del INE de Junio de 2009). La edad media a la que las mujeres españolas tienen su primer hijo es de 31 años.

Si juntamos todas estas cifras, vemos como en España están apareciendo con fuerza los "Double Income No Kids", parejas (casadas o no) donde los dos trabajan y  que retrasan la edad de tenencia de hijos muy por encima de lo que lo hicieron sus padres (o que en muchos casos optan por no tenerlos), especialmente entre las parejas españolas. Si a esto le añadimos la reducción del número de divorcios por la presión económica de la crisis, puede que vayamos hacia un modelo de familia bastante característico de nuestro país, y estrechamente vinculado con los problemas estructurales del mismo: desempleo, alto precio de la vivienda, etc. Interesante, no?
    [post_title] => Las rupturas matrimoniales descendieron un 13,5% en el año 2008 respecto a 2007
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Este es el inicio de la nota de prensa del INE sobre los resultados de la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios: «En el año 2008 se produjeron 118.939 disoluciones de matrimonios, un 13,5% menos que en el año anterior. De esta manera ha continuado, y de forma más acentuada, la disminución observada en las rupturas matrimoniales en 2007.» Seguir leyendo…

22
Sep

¿Es el PIB la mejor medida de crecimiento y bienestar?

Escrito el 22 septiembre 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Uncategorized

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    [post_content] => La vieja polémica sobre la idoneidad del producto interior bruto como única medida del desempeño económico de un país y, por tanto, como objetivo a maximizar por la política económica (en combinación con la inflación) ha vuelto la última semana a la palestra, a raíz de la publicación de un informe encargado por Nicolás Sarkozy a un grupo de economistas liderado por Joseph Stiglitz. Es evidente que resumir en un solo número la situación de una economía y, por tanto, el éxito o fracaso de la política económica es un corsé demasiado estrecho. No digamos nada si en la coctelera introducimos conceptos como bienestar o sostenibilidad del modelo económico. No siempre una mayor producción de bienes y servicios significa más felicidad para los ciudadanos del país o un efecto neutro sobre la dotación de bienes naturales. Hay infinidad de ejemplos sobre problemas en la medición de la actividad. Por ejemplo, un atasco de tráfico implica más consumo de gasolina y, por tanto, más PIB, aunque si tuviéramos en cuenta la contaminación del aire o el efecto sobre el bienestar de los  ciudadanos inmovilizados en el atasco, la valoración debería ser claramente negativa.

El primer aspecto fundamental que trata el informe es como mejorar la medición de la actividad económica. Algo importante, teniendo en cuenta que últimamente parece existir cierta distancia entre la percepción sobre la evolución de las variables económicas (crecimiento o inflación) que tienen los ciudadanos y las señales que nos dan las estadísticas oficiales. De hecho, las encuestas en países como Francia o Reino Unido reflejan que casi el 30% de la población desconfía de los datos que presentan los institutos de estadística. El informe propone dar mayor importancia a medidas alternativas al PIB como la renta nacional neta, mejorar la medición de los servicios públicos, ajustar la valoración de los avances en calidad de los bienes (ordenadores, teléfonos móviles, etc), introducir medidas de la distribución de la renta y, por último, incluir medidas de tiempo libre.  Además, se aboga por incluir actividades que se realizan dentro de la unidad familiar (ej: cuidado de ancianos y niños) y que ahora no se contabilizan.

En segundo lugar, se demanda valorar el bienestar de los ciudadanos a través de un conjunto de indicadores que midan desde los niveles de salud y educación, hasta la calidad del entorno social y natural o la seguridad. Es decir, tratar de medir la calidad de vida, más allá de medidas como la renta per cápita. Por último, se incide en la necesidad de valorar la sostenibilidad de nuestro modelo de crecimiento. Es decir, apoya introducir el concepto de “desarrollo sostenible” como un objetivo más amplio y ambicioso para la política económica que el tradicional de crecimiento económico. Desarrollo sostenible sería aquel que permite satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Por tanto, como ha señalado el premio Nobel de Economía Robert Solow, se trata de otorgar a las generaciones futuras la posibilidad de seguir produciendo bienestar económico en igual situación que la actual, para lo que debe ser conservado el “stock” de capital físico, lo que incluye el capital natural. 

Un debate interesante en un momento delicado. Todo esto pone de manifiesto la importancia de las estadísticas económicas. Sin ellas es imposible hacer un buen diagnóstico de la situación, aumentando las probabilidades de tomar decisiones erróneas. Una buena información económica, junto a elevados niveles de formación financiera son condiciones necesarias para que los agentes tomen decisiones económicas correctas en el día a día, lo que terminará afectando positivamente al bienestar de la sociedad. Y, en ambos casos, pienso que existe un amplio margen de mejora.
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La vieja polémica sobre la idoneidad del producto interior bruto como única medida del desempeño económico de un país y, por tanto, como objetivo a maximizar por la política económica (en combinación con la inflación) ha vuelto la última semana a la palestra, a raíz de la publicación de un informe encargado por Nicolás Sarkozy a un grupo de economistas liderado por Joseph Stiglitz. Es evidente que resumir en un solo número la situación de una economía y, por tanto, el éxito o fracaso de la política económica es un corsé demasiado estrecho. No digamos nada si en la coctelera introducimos conceptos como bienestar o sostenibilidad del modelo económico. No siempre una mayor producción de bienes y servicios significa más felicidad para los ciudadanos del país o un efecto neutro sobre la dotación de bienes naturales. Hay infinidad de ejemplos sobre problemas en la medición de la actividad. Por ejemplo, un atasco de tráfico implica más consumo de gasolina y, por tanto, más PIB, aunque si tuviéramos en cuenta la contaminación del aire o el efecto sobre el bienestar de los  ciudadanos inmovilizados en el atasco, la valoración debería ser claramente negativa. Seguir leyendo…

15
Sep

¿Subidas de impuestos para recaudar más?

Escrito el 15 septiembre 2009 por Patricia Gabaldón en Economía española, Política fiscal, Uncategorized

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    [post_content] => Ya va siendo un comentario de lo más habitual entre los españoles comentar la subida de impuestos propuesta por el Gobierno. Esta subida tiene por objetivo aumentar la recaudación fiscal para reducir el deficit público con el que se encuentra el Estado tras el aumento de las prestaciones sociales, especialmente en forma de seguros de desempleo. Los impuestos que se plantean subir son esencialmente los de Patrimonio, los impuestos indirectos (IVA) y los que gravan el tabaco y el alcohol, además de eliminar algunas subvenciones y ayudas ya existentes. Pero algo que puede parecer obvio, es decir, que un aumento de la presión fiscal significa un aumento de la recaudación, puede no serlo.

Hay varios motivos que pueden hacer que el aumento de los impuestos haga reducir, o al menos, no haga crecer la cantidad recaudada. La primera es casi una cuestión aritmética: el aumento de los impuestos se hace pensando que el numero de contribuyentes se mantendrá constante. Sin embargo,si aumentamos el nivel impositivo, el consumo, y la actividad empresarial, por el aumento directo del precio, caerán, lo que significa que puede que esta reducción del numero de personas que pagan impuestos, haga caer la recaudación total final. Ya lo comentó Rafael Pampillón en un post de este blog en 2007, al explicar la curva de Laffer. Tal y como explicó Rafael: "en ocasiones, es precisamente, con rebajas fiscales como se recauda más".  Aunque el principal problema de la curva de Laffer es que es muy complicado cual es el nivel óptimo de presión fiscal... "la curva de Laffer se basa en la hipótesis de que, cuando la presión fiscal es muy alta, la rebaja de impuestos introduce incentivos en la economía, que se traducen en que la gente trabaja más o se pasa de la economía sumergida a la economía legal, con el consiguiente aumento de la inversión, el empleo y el consumo. El Estado además recaudará más, al mismo tiempo que aumenta la renta disponible de los ciudadanos."

Otro de los efectos del aumento de la presión fiscal puede ser el aumento de la economía sumergida y la evasión fiscal. Y si además se aumenta el nivel de imposición sobre el ahorro, se desincentivará tambien la inversión,  lo que tampoco ayudaría a la recuperación económica del país.

Hace un tiempo, un buen amigo, Francisco Hernández, me mandó esta historia (es de estas que circulan libremente por la Red...) que creo que refleja muy bien lo que está pasando:

Supongamos que todos los días 10 hombres se reúnen en un bar para charlar y beber cerveza. La cuenta total de los diez hombres es de $100. Si ellos pagasen la cuenta de la manera proporcional en que se pagan los impuestos en la sociedad de un país, la cosa sería más o menos así, de acuerdo con la escala de riqueza e ingresos de cada uno:
Los primeros 4 hombres (los más pobres) no pagan nada.
El 5º paga $1.
El 6º paga $3.
El 7º paga $7.
El 8º paga $12.
El 9º paga $18.
El 10º (el más rico) paga $59.
Entonces, eso es lo que decidieron que harían en adelante, todos se divertían, y estaban de acuerdo con el acuerdo entre ellos. Hasta que un día, el dueño del bar les metió en un problema: “Ya que ustedes son tan buenos clientes,” les dijo, “Les voy a reducir el precio de sus cervezas diarias en $20. Los tragos desde ahora costarán $80.”

El grupo quiso, sin embargo, seguir pagando la cuenta en la misma proporción que lo hacían antes, de modo que los cuatro primeros siguieron bebiendo gratis. La rebaja no les afectaba en absoluto. ¿Pero qué pasa con los otros seis bebedores, los que realmente pagan la cuenta? ¿Cómo debía dividir los $20 de rebaja de manera que cada uno recibiese una porción justa?


Calcularon que los $20 divididos en 6 eran $3,33. Pero si restaban eso de la parte de cada uno, entonces el 5º y 6º hombre estarían cobrando por beber, ya que el 5º pagaba antes $1 y el 6º $3. Entonces el camarero sugirió que sería justo reducir la cuenta de cada uno en la misma proporción, y procedió a calcular la cantidad que cada uno debería pagar. El 5º bebedor, lo mismo que los cuatro primeros, no pagaría nada (100% de ahorro). El 6º pagaría ahora $2 en lugar de $3. (se ahorra 33%). El 7º pagaría $5 en lugar de $7. (se ahorra 28%). El 8º pagaría $9 en lugar de $12 (se ahorra 25%). El 9º pagaría $14 en lugar de $18. (se ahorra 22%). El 10º pagaría $49 en lugar de $59 (se ahorra 16%).


Cada uno de los seis pagadores estaba ahora en una situación mejor que antes.Y los primeros cuatros bebedores seguirían bebiendo gratis, y un quinto tambien. Pero, una vez fuera del bar, comenzaron a comparar lo que estaban ahorrando.

“Yo sólo recibí un peso de los $20 ahorrados,” dijo el 6º hombre. Señaló al 10º bebedor y dijo: “Pero él recibió $10!”
“Sí, es correcto,” dijo el 5º hombre. “Yo también sólo ahorré $1. Es injusto que él reciba diez veces más que yo.”
“Verdad!!,” , exclamó el 7º hombre. “¿Por qué recibe él $10 de rebaja cuando yo recibo nada más que $2? Los ricos siempre reciben los mayores beneficios!”
“Un momento!”, gritaron los cuatro primeros al mismo tiempo. “Nosotros no hemos recibido nada de nada. El sistema explota a
los pobres!”

Los nueve hombres rodearon al 10º y le dieron una paliza.

La noche siguiente el 10º hombre no acudió a beber, de modo que los nueve se sentaron y bebieron sus cervezas sin él. Pero a la hora de pagar la cuenta descubrieron algo inquietante: Entre todos ellos no juntaban el dinero para pagar ni  siquiera la MITAD de la cuenta.

¿qué os parece?
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Ya va siendo un comentario de lo más habitual entre los españoles comentar la subida de impuestos propuesta por el Gobierno. Esta subida tiene por objetivo aumentar la recaudación fiscal para reducir el deficit público con el que se encuentra el Estado tras el aumento de las prestaciones sociales, especialmente en forma de seguros de desempleo. Los impuestos que se plantean subir son esencialmente los de Patrimonio, los impuestos indirectos (IVA) y los que gravan el tabaco y el alcohol, además de eliminar algunas subvenciones y ayudas ya existentes. Pero algo que puede parecer obvio, es decir, que un aumento de la presión fiscal significa un aumento de la recaudación, puede no serlo. Seguir leyendo…

27
Ago

PIB España (2T): sin demasiadas razones para el optimismo

Escrito el 27 agosto 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Uncategorized

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    [post_content] => Frente a las señales positivas provenientes de otros países que reflejan los efectos de las políticas monetarias y fiscales expansivas, así como el proceso de reposición de existencias global y la reactivación de la demanda externa, parece que a la economía española le va a costar más salir de la recesión. Algo normal si tenemos en cuenta las debilidades estructurales de la economía española, como la falta de competitividad, el sobredimensionamiento de la construcción o la dependencia de financiación exterior.

Pero vayamos con los datos. La economía española registró un decrecimiento del 1,1% en el segundo trimestre de 2008 (-4,2% interanual) por debajo de la primera estimación del INE (-1% trimestral y -4,1% interanual). El retroceso trimestral es inferior al que se produjo de enero a marzo (-1,1% frente al -1,6%) de manera que podríamos haber dejado atrás el momento de mayor ajuste de la actividad. Sin embargo, se intensifica la caída de la tasa interanual (-4,2% frente al -3,2% anterior).  De esta manera, España no está entre los países de la UE que han presentado tasas de crecimiento trimestrales positivas (Alemania, Francia, Grecia, Portugal, Eslovaquia, Suecia), ni entre los que han experimentado mejoras en las tasas interanuales (Alemania, Francia, Letonia y Eslovaquia). Es la primera señal de que podríamos salir más tarde de la recesión que nuestros vecinos.

Se mantiene la extrema debilidad de la demanda nacional que resta 7,3 p.p. al crecimiento del PIB (-6,1 p.p en el 1T), mientras mejora la aportación positiva de la demanda externa (de 2,9 a 3,1 p.p.), más por la debilidad de las importaciones (-22,3% interanual) que por una mejora apreciable de las exportaciones (-15,7% frente al -17,6% anterior). La fuerte reducción del empleo (-7,1% interanual y 1,37 millones de puestos de trabajo perdidos en el último año) y su efecto sobre la remuneración de los asalariados, además de las débiles expectativas de las familias, hacen que el consumo siga manteniendo una marcada debilidad (-5,9% frente al -5,1% anterior), aunque la caída en tasa trimestral es algo más suave (-1%, frente al -1,3% del 1T). La formación bruta de capital fijo sigue en caída libre (-17% frente al -15,2% del 1T), manteniéndose la debilidad de la construcción (-12%) y, sobre todo, de la inversión en bienes de equipo (-28,9%).

Por el lado de la oferta también se mantienen sin cambios los principales rasgos de trimestres anteriores, ahora el grueso del ajuste los experimentan las ramas industriales (-6,4% trimestral y -18,1% interanual), mientras el deterioro de la construcción parece ir frenándose (-0,7% trimestral y -6% interanual) y prosigue el suave ajuste de los servicios (-0,2% trimestral y -1,1% interanual). Por último, el deflactor del PIB creció un 0,1% (1,3% en el trimestre anterior), mientras la productividad aparente del trabajo avanzó a un ritmo del 3,2% según la estimación del INE.

En definitiva, al contrario que en otros países OCDE y, en buena parte de los emergentes, no se detectan señales claras de un cambio de tendencia a corto plazo en la economía española. Aunque probablemente hemos superado el momento de mayor deterioro de la actividad, parece difícil que se puedan alcanzar tasas de crecimiento positivas antes del verano de 2010. Es preocupante la debilidad de la demanda nacional, especialmente en el gasto privado de las familias y la inversión en bienes de equipo, y no hay razones para esperar un cambio de tendencia en los próximos trimestres, teniendo en cuenta el mal comportamiento que cabe esperar en el mercado de trabajo.

Además, parece claro que en 2010 la política fiscal no va a tener margen e, incluso, puede que haya subida de impuestos, teniendo en cuenta el grado deterioro de las finanzas públicas. El único apoyo vendrá de un previsible mantenimiento de los tipos de interés en niveles mínimos hasta finales del año próximo, aunque esto dependerá de los ritmos de recuperación de países como Alemania, así como del comportamiento de variables como el precio del petróleo, sujetas a una elevada incertidumbre. Y, lo más preocupante es que en ausencia de reformas estructurales podemos salir de esta crisis con una tasa de crecimiento potencial muy inferior a la del último ciclo expansivo.
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Frente a las señales positivas provenientes de otros países que reflejan los efectos de las políticas monetarias y fiscales expansivas, así como el proceso de reposición de existencias global y la reactivación de la demanda externa, parece que a la economía española le va a costar más salir de la recesión. Algo normal si tenemos en cuenta las debilidades estructurales de la economía española, como la falta de competitividad, el sobredimensionamiento de la construcción o la dependencia de financiación exterior. Seguir leyendo…

27
Jul

la trampa de la liquidez

Escrito el 27 julio 2009 por Patricia Gabaldón en Uncategorized

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    [post_date_gmt] => 2009-07-27 16:12:36
    [post_content] => Es muy interesante que en los países desarrollados que están sufriendo la crisis de manera más intensa se estén acercando a la trampa de la liquidez que proponía Keynes. Si la manera de reactivar el consumo es a través de favorecer el acceso a los recursos, con tipos de interés tan bajos, esto supone que todo el mundo prefiera el dinero líquido, es decir, que la curva de preferencia de liquidez se hace infinitamente elástica y por tanto la política monetaria no tiene efectos sobre la economía real.  La noticia de El País de hoy sobre la morosidad de las tarjetas de crédito reafirma esta tendencia:

"Según informa hoy el Financial Times, la crisis de las tarjetas de crédito, que ha originado pérdidas por miles de millones de dólares en Estados Unidos, se está extendiendo al Viejo Continente, donde es de esperar también una oleada de impagos entre los consumidores que podría alcanzar los 168.000 millones de dólares (118.000 millones de euros)." El País, 27 de julio de 2009

La posibilidad de disponer de dinero en forma de tarjetas de crédito de forma casi ilimitada, a un tipo de interés relativamente bajo, y donde el castigo por no devolver el dinero es no prestar más, no parece la solución más adecuada para fomentar el consumo. Por otro lado, me llama la atención que en el resto del mundo sea tan sencillo conseguir dinero a través de tarjetas de crédito, ya que en España, un solo registro de impagad0 hace que no se aprueben  más operaciones de crédito. En cualquier caso, parece que la mejora en las facilidades de acceso al crédito, no hacen que aumente el consumo, al menos no de forma que sea sostenible en el largo plazo. Si es así, siguiendo las directivas de Keynes tras la crisis del 29 y las de Krugman en la actualidad, no quedaría más remedio que acudir a la política fiscal y presupuestaria "para sacar a los países de la Gran Depresión"...  Sin embargo, hay otra cuestión que podría ser especialmente relevante en este caso y es en lo que la Fed se está centrando en los últimos días: la transparencia del sistema es la vía de generación de expectativas racionales, que tambien podrían ayudar en gran medida a mejorar la situación actual (se plantea incluso la posibilidad de auditar las cuentas del Banco central). El mensaje es esencial: la Reserva Federal está para ayudar.... ¿verdad?


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Es muy interesante que en los países desarrollados que están sufriendo la crisis de manera más intensa se estén acercando a la trampa de la liquidez que proponía Keynes. Si la manera de reactivar el consumo es a través de favorecer el acceso a los recursos, con tipos de interés tan bajos, esto supone que todo el mundo prefiera el dinero líquido, es decir, que la curva de preferencia de liquidez se hace infinitamente elástica y por tanto la política monetaria no tiene efectos sobre la economía real.  La noticia de El País de hoy sobre la morosidad de las tarjetas de crédito reafirma esta tendencia:

«Según informa hoy el Financial Times, la crisis de las tarjetas de crédito, que ha originado pérdidas por miles de millones de dólares en Estados Unidos, se está extendiendo al Viejo Continente, donde es de esperar también una oleada de impagos entre los consumidores que podría alcanzar los 168.000 millones de dólares (118.000 millones de euros).» El País, 27 de julio de 2009

La posibilidad de disponer de dinero en forma de tarjetas de crédito de forma casi ilimitada, a un tipo de interés relativamente bajo, y donde el castigo por no devolver el dinero es no prestar más, no parece la solución más adecuada para fomentar el consumo. Por otro lado, me llama la atención que en el resto del mundo sea tan sencillo conseguir dinero a través de tarjetas de crédito, ya que en España, un solo registro de impagad0 hace que no se aprueben  más operaciones de crédito. En cualquier caso, parece que la mejora en las facilidades de acceso al crédito, no hacen que aumente el consumo, al menos no de forma que sea sostenible en el largo plazo. Si es así, siguiendo las directivas de Keynes tras la crisis del 29 y las de Krugman en la actualidad, no quedaría más remedio que acudir a la política fiscal y presupuestaria «para sacar a los países de la Gran Depresión»…  Sin embargo, hay otra cuestión que podría ser especialmente relevante en este caso y es en lo que la Fed se está centrando en los últimos días: la transparencia del sistema es la vía de generación de expectativas racionales, que tambien podrían ayudar en gran medida a mejorar la situación actual (se plantea incluso la posibilidad de auditar las cuentas del Banco central). El mensaje es esencial: la Reserva Federal está para ayudar…. ¿verdad?

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