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Elecciones USA: ¿buenas para la economía?

Escrito el 7 noviembre 2012 por José Ramón Diez Guijarro en Economía de EEUU, Economía Global

Las elecciones de 2012 no introducen cambios en el escenario político: se han cumplido las previsiones. Obama consigue la reelección para una segunda legislatura hasta 2016, pero el balance de fuerzas en las dos cámaras del Congreso sigue equilibrado (Senado en manos demócratas y la Cámara de Representantes, republicana). Por tanto, tendrá que mejorar significativamente la cooperación entre los dos partidos para que la fase de bloqueo y parálisis política pueda superarse.

Creación de empleo en EEUU

En cuanto a las elecciones presidenciales, el resultado ha sido más claro de lo que se esperaba: Obama consigue en torno a 100 votos electorales más que el candidato republicano, Mitt Romney, gracias a la victoria en los estados clave y al apoyo mayoritario de las mujeres, de los jóvenes y de las minorías (afroamericanos y, sobre todo, la comunidad hispana).

1) Obama destaca entre los líderes de las grandes economías desarrolladas como el único que ha sido capaz de ser reelegido a pesar de la delicada situación de la economía. La crisis en EEUU no ha sido tan severa como en Europa, pero el crecimiento ha sido muy débil. De hecho, Obama es el primer presidente reelegido con una tasa de paro por encima del 7% desde Roosevelt en 1940.

2) En principio, las propuestas de Obama para esta segunda legislatura se dirigirán a impulsar nuevas medidas pro-crecimiento, estímulos impositivos a las PYMES y subidas de impuestos a las rentas más altas; si bien, la mayor parte de éstas quedarán supeditadas, en última instancia, a los acuerdos con los republicanos en el Congreso. De forma paralela, la victoria de Obama apuntala su mayor logro durante la primera legislatura, la reforma sanitaria (Obamacare), que el candidato republicano pretendía derogar.

3) A priori, el resultado parece el mejor escenario económico a corto plazo, tanto para la economía global como para España. Durante su primera legislatura, la administración Obama ha mantenido una actitud de cooperación internacional frente a los retos de los últimos años (primavera árabe, Libia, Irán, Corea del Norte, discrepancias con China, entre otros) a través de una gestión de la política exterior con orientación multipolar frente a la unipolar, más propia de los últimos gobiernos republicanos. Además, ha mostrado una gran sensibilidad frente a la crisis soberana de la UEM y ha presionado a Alemania para forzar respuestas más rápidas y agresivas.

El Congreso mantiene una composición muy similar en ambas cámaras: con un escrutinio del 93% de los votos (todavía hay escaños por asignar), los demócratas mantienen el Senado (53 estimados de un total de 100 escaños, lo mismo que en la actual legislatura) y los republicanos seguirán controlando la Cámara de Representantes (235 estimados de un total de 435, frente a 240 en la actual).

A) Un Congreso dividido era el resultado más probable pero, a priori, da continuidad a la situación de bloqueo vigente desde que los republicanos consiguieran en 2010 la mayoría en la Cámara de Representantes.

B) En materia fiscal, lo más inmediato será evitar el “fiscal cliff”. Si el presidente y el Congreso no logran un acuerdo antes del 31 de diciembre, los ajustes fiscales previstos bajo la ley actual entrarán progresivamente en vigor: se contemplan medidas de ahorro por 700.000 millones de dólares, lo que implicaría un recorte del crecimiento del PIB de 4,0 p.p. en 2013 (incluso considerando multiplicadores conservadores). No se trata de un shock con efecto total instantáneo, sino gradual, que se intensificaría, gradualmente, en ausencia de consenso político. Aunque ambos partidos son conscientes de la importancia de llegar a un acuerdo que evite una recesión en 2013, un Congreso dividido retrasará esta posibilidad (el carácter gradual del shock también puede reducir el sentimiento de urgencia) y mantiene la incertidumbre en el corto plazo. No obstante, el escenario más probable sigue siendo que se logre un consenso de mínimos antes de la toma de posesión de los nuevos miembros del Congreso (9 de enero): esperamos recortes en el rango 1,5-2,5 p.p. del PIB, lo que serviría para compatibilizar el inicio de un proceso de consolidación fiscal (es uno de los pocos países desarrollados que aún no lo ha puesto en marcha) con la continuidad de la expansión actual. Además, el pacto político incluirá la elevación del techo de deuda, que está previsto que se alcance en el mes de enero.

C) La política monetaria también será continuista, es decir, acomodaticia y favorable a las medidas cuantitativas expansivas. La victoria de Obama supone que el próximo presidente de la Fed mantendrá la misma línea de Bernanke, cuyo mandato finaliza en enero de 2014 y que ya ha manifestado su intención de no renovar.

En resumen, considerando que ningún candidato lograría el control del Congreso, el resultado de las elecciones de 2012 es, a priori, uno de los más favorables para la economía estadounidense y global: genera menos inquietud en el ámbito geopolítico y es más probable que se siga dando prioridad al crecimiento frente a la austeridad. No obstante, la incertidumbre fiscal persistirá a corto plazo: el principal riesgo es que ambos partidos se vean legitimados por sus votantes a mantener sus posiciones enfrentadas en materia de política fiscal. De cualquier forma, la presión sobre ambos para que se alcance un acuerdo sobre el “fiscal cliff” será máxima en las próximas semanas y lo más probable es que se impulse una nueva comisión bipartidista para que se logre un acuerdo que compatibilice la solvencia fiscal con el crecimiento.

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