Esta semana se han conocido las previsiones económicas de Otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI). En ellas se corrigen a la baja los datos de crecimiento de la economía mundial. Efectivamente, el Producto Interior Bruto (PIB) mundial y especialmente el de la Eurozona crecerá unas décimas menos de lo previsto. Así, el FMI prevé un crecimiento mundial del 4% en 2011 y del 4,2% en 2012 frente al 4,3% y 4,5% respectivamente que había publicado en junio. ¿Qué han hecho los mercados financieros internacionales? Sobrerreaccionar interpretando que la reducción de las previsiones de crecimiento es una recesión y colocando a la economía mundial al borde del abismo.
Conviene señalar que el crecimiento económico no va a ser igual en todos los países ni en todas las regiones del mundo. Cada zona está saliendo de la crisis económica de forma diferente y a ritmos muy distintos. Así, mientras los países emergentes crecerán, según el FMI, por encima del 6%, tanto este año como el que viene, las economías de la Eurozona tendrán crecimientos como media de un 1,7% este año y un 1,3% en 2012. Ello se debe a que en Europa, al igual que está ocurriendo en Estados Unidos, el consumo y la inversión privada no están consiguiendo sustituir al gasto público como motores de la economía.
La peor situación la están atravesando las economías del Sur de Europa que seguirán estancadas durante varios años. La falta de reformas económicas, el elevado nivel de deuda pública, la necesidad de financiación exterior, el alto nivel de desempleo, el comportamiento irresponsable de los sindicatos y la falta de competitividad de sus exportaciones están impidiendo una recuperación rápida y duradera. A ello se une el elevado endeudamiento de las familias que está retrasando las decisiones de consumo. También el elevado desempleo está haciendo que la gente consuma menos y ahorre más por precaución. Además, las pequeñas empresas, que emplean a la mitad de la fuerza laboral europea, siguen teniendo serias dificultades para acceder al crédito.
Previsiones de crecimiento económico mundial (%)
2011 | 2012 | |
Morgan Stanley | 3,9 | 3,8 |
Goldman Sachs | 4 | 4,4 |
JPMorgan | 3,6 | 3,5 |
FMI | 4 | 4,2 |
Últimos 30 años | Últimos 10 años | |
Crecimiento promedio | 3.4 | 3.6 |
Fuente: Elaboración propia a partir de los últimos datos publicados por cada institución.
¿Puede esta lamentable situación de las economías periféricas de la zona euro empeorar el escenario de la economía mundial? Al igual que las bacterias y los virus se transmiten entre los seres humanos, las crisis de Portugal, Italia, Grecia y España, se pueden trasmitir al resto del Mundo. El mecanismo de trasmisión son los mercados de deuda, la bolsa y el sistema financiero. Y después de los sustos que hemos pasado en agosto y en lo que va de septiembre da la impresión de que efectivamente Europa está trasmitiendo la enfermedad al resto del mundo. A ello se une que los mercados no se acaban de creer las previsiones de los expertos, como las publicadas por el FMI, y se temen una nueva recesión económica a nivel mundial. Como consecuencia los inversores han desencadenado una búsqueda de activos refugio, sin importar los precios estratosféricos que se están pagando por ellos.
A pesar de este comportamiento pesimista de los mercados, consustancial al ser humano sobre todo después de las vacaciones, todos los servicios de estudios económicos creen que el escenario más probable es el de una desaceleración de la actividad, pero no el de una recesión. La mayoría de las previsiones de crecimiento económico de los servicios de estudio, para este año y el que viene, están por encima de la media de los últimos 10 años (3,6%) ó 30 años (3,4%).
Tampoco está ayudando a calmar a los mercados, la incapacidad que están demostrado los políticos para dar una respuesta clara a los problemas económicos. De ahí que los gobiernos deban con urgencia elaborar una “hoja de ruta” que permita conocer a los inversores qué es lo que puede pasar y cuáles son las medidas de política económica que se deben aplicar para encauzar la situación. En este contexto, la reducción del déficit público es acuciante, como lo demuestra la propia estimación del FMI: en 2011 un déficit del 5% para los países desarrollados. No obstante, la consolidación fiscal debe realizarse con cuidado acompañándola siempre de reformas estructurales y también de políticas monetarias expansivas debidamente coordinadas por todos los bancos centrales evitando así que cada uno haga la guerra por su cuenta.
Fuente: «La guerra por su cuenta». El Mundo. Suplemento «Mercados». 11 de septiembre de 2011. Página 12
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