Llegó el momento temido por todos los agentes endeudados, especialmente, si como en España, los créditos están mayoritariamente referenciados a tipos variables. Probablemente mañana el BCE empezará a subir los tipos de interés desde mínimos históricos (1%), terminando con el largo período de política monetaria extraordinariamente expansiva que se inició tras la crisis de Lehman Brothers. Lo cierto es que el mercado desde hace semanas ya está descontando este endurecimiento de la política monetaria, como pone de manifiesto que el euribor a 12 meses haya subido desde principios de año desde el 1,5% al 2,03%. Las insistentes declaraciones de algunos de los miembros de su Consejo manteniendo un mensaje beligerante en política monetaria, cuando el mercado ya está cotizando una inmediata subida del tipo de intervención, confirman que la autoridad monetaria quiere evitar que la curva de tipos se relaje respecto a los niveles alcanzados: está conforme con el escenario de tipos implícito en la curva.
¿Qué razones van a provocar este cambio de rumbo?
En primer lugar, el aumento de la inflación por encima del objetivo del BCE, debido a la subida del precio del petróleo. La inflación de la UEM aumentó hasta el 2,6% interanual en marzo, marcando un máximo desde octubre de 2008, lo que confirma los temores mostrados por el BCE en su anterior reunión. Es cierto, que son los componentes más volátiles los que están impactando en la inflación, pero la autoridad monetaria europea teme efectos de segunda ronda en el resto de componentes de la cesta y, sobre todo, un aumento de las expectativas inflacionistas de consumidores e inversiones.
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