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Dic

Tal como señalamos en este blog  , hace un par de meses, los datos macroeconómicos de China mejoran lo que refleja una recuperación que parece imparable y que probablemente se intensificará el año que viene.

Los buenos datos de noviembre

Las importaciones aumentaron, en noviembre, lo que demuestra que la demanda interna está mejorando quizá por el plan de estímulo del Gobierno. Las importaciones subieron en noviembre un 26,7% interanual por encima del 21,9% que esperaban los economistas. Los volúmenes de importaciones han registrado crecimiento en todos los meses desde junio, por las masivas compras de materias primas, como petróleo y mineral de hierro.

Las exportaciones siguieron disminuyendo, pero en noviembre, lo hicieron a un menor ritmo. La mayor parte de los analistas señalan que las exportaciones aumentarán el próximo año lo que, sin duda, ayudará a sostener la recuperación económica.

Como consecuencia,  el superávit comercial de China en noviembre fue de 19.090 millones de dólares, por debajo de los 23.990 millones de octubre, según datos de la administración general de aduanas. Sigue siendo el superávit comercial más grande del mundo.

La producción industrial creció en noviembre a su mayor ritmo en más de dos años: un 19,2% interanual  y por encima del 18,3% previsto. Se trata del mayor incremento desde junio de 2007.

 El peligro de la inflación

Los precios de los alimentos provocaron un incremento de los precios de consumo en noviembre, el primero en 10 meses. Para evitar la inflación los el Banco Central de China ya ha comenzado a retirar algunos de sus estímulos. La fortaleza de la recuperación probablemente animará el debate sobre hasta dónde debería llegar el Gobierno en su retirada de los estímulos, sobre todo en lo referente a la inyección de créditos en la economía.

Por último, las ventas minoristas en el gigante asiático aumentaron un 15,8% interanual en noviembre, en comparación con el 16,2% de octubre.

Como consecuencia de esta expansión económica se ha encendido el debate sobre el momento en que el gobierno debería desmantelar sus políticas expansivas fiscales y monetarias, sobretodo ante el aumento de los riesgos de inflación. Todo cambio de política será gradual porque Pekín se ha comprometido a apoyar la recuperación y no es probable que corra el riesgo de interrumpirla con una retirada abrupta de los estímulos económicos.

Fuente: Terence Poon nd Jason Dean: “Chinese Rebound Prompts New Dilemma“. WSJ, 11 de diciembre de 2009.

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