WP_Post Object ( [ID] => 4674 [post_author] => 28817 [post_date] => 2009-05-20 12:43:30 [post_date_gmt] => 2009-05-20 12:43:30 [post_content] => Durante el primer trimestre de este año se intensificó la recesión de la economía española, al decrecer el producto interior bruto al mayor ritmo de las últimas décadas: -1,9% en tasa trimestral y -3% en tasa interanual. Estos datos son una décima peor que lo avanzado por el INE la semana pasada. El desplome de la actividad es generalizado, fruto de la extrema debilidad de la demanda nacional, que detrae 5,3 puntos al crecimiento del PIB, mientras que la demanda externa mantiene su aportación positiva en 2,3 puntos, lo que se corresponde con una fuerte caída, tanto de las exportaciones como, sobre todo, de las importaciones. Por el lado de la demanda, destacan las intensas caídas de la inversión en equipo (-18,6% interanual y -37,4% trimestral anualizado) y del gasto de los hogares (-4,1%). En cambio, la inversión en construcción ha descendido algo menos de lo que esperábamos (-12,4%), gracias a la recuperación de la obra en infraestructuras, impulsada por el Fondo de inversión local. Por el lado de la oferta, todas las ramas registran tasas negativas, salvo los servicios de no mercado, destacando el derrumbe del sector industrial (-11%), que ya cae más que la construcción (-8%), y el primer descenso en la historia de los servicios de mercado (-1,7%). La destrucción de empleo (-6%) afecta a todos los sectores, excepto a los servicios no de mercado. De esta forma, la productividad aparente del trabajo sigue mejorando y avanza hasta el 3,1%, aunque la mayor parte del avance de la productividad se centra en el sector de la construcción con un sorprendente ¡17,9%! En términos nominales, el PIB registra la primera caída de la historia (-1,7% interanual), ya que otras crisis anteriores coincidieron con inflaciones más elevadas. El dato publicado por el INE confirma que la economía española se encuentra en una posición de extrema debilidad, ya que nunca en las últimas décadas habíamos asistido a un desplome de la actividad como el de los últimos meses. Incluso, a juzgar por los indicadores mensuales de actividad, los ritmos de contracción de la actividad podrían haber sido algo superiores a los estimados por el INE. De hecho, sorprende que el país con un mayor ajuste del empleo de toda la UEM esté experimentando ritmos de caída del PIB inferiores a los de nuestros principales socios comunitarios. La explicación está en la medición de la productividad, especialmente en el sector de la construcción, como comentaba anteriormente. Nuestra valoración es que a partir de ahora las caídas trimestrales del PIB serán menos intensas que la del primer trimestre, aunque la tasa interanual seguiría empeorando hasta el tercer trimestre de este año. Es decir, mejorará la segunda derivada, pero no veremos crecimientos positivos en las tasas trimestrales hasta la primavera de 2010. Y no se creará empleo, al menos hasta finales de 2010, lo que impedirá descensos del paro hasta bien entrado el 2011, pues la población activa seguirá creciendo. Sin embargo, lo más importante es cuál será el crecimiento potencial de la economía española cuando se acabe esta crisis. Y, mi opinión, es que en ausencia de reformas estructurales, difícilmente superaremos el 2%. Si pensamos que la economía española sólo crea empleo de manera importante a partir de tasas de crecimiento del 1,5%-2%, nos podemos encontrar con un unas cifras medias de parados a lo largo del próximo ciclo muy elevadas. Por tanto, ahora lo importante no es fechar el fondo de esta crisis y animarnos ante simples mejoras de la segunda derivada, sino que la política económica debe sentar las bases de un nuevo modelo de crecimiento más equilibrado, competitivo y sostenible. Y digo sentar las bases, porque deben ser los emprendedores los que detecten los sectores en los que la economía española tendrá ventajas comparativas cuando se acabe la crisis, siendo la principal labor de la política económica facilitar ese proceso. Eso implica realizar mejoras en educación, fiscalidad, mercado laboral, política de la competencia, etc. [post_title] => Fuerte retroceso de la actividad en España [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => fuerte-retroceso-de-la-actividad-en-espana [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:42:26 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:26 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=4674 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 15 [filter] => raw )
Durante el primer trimestre de este año se intensificó la recesión de la economía española, al decrecer el producto interior bruto al mayor ritmo de las últimas décadas: -1,9% en tasa trimestral y -3% en tasa interanual. Estos datos son una décima peor que lo avanzado por el INE la semana pasada. El desplome de la actividad es generalizado, fruto de la extrema debilidad de la demanda nacional, que detrae 5,3 puntos al crecimiento del PIB, mientras que la demanda externa mantiene su aportación positiva en 2,3 puntos, lo que se corresponde con una fuerte caída, tanto de las exportaciones como, sobre todo, de las importaciones.
Por el lado de la demanda, destacan las intensas caídas de la inversión en equipo (-18,6% interanual y -37,4% trimestral anualizado) y del gasto de los hogares (-4,1%). En cambio, la inversión en construcción ha descendido algo menos de lo que esperábamos (-12,4%), gracias a la recuperación de la obra en infraestructuras, impulsada por el Fondo de inversión local. Por el lado de la oferta, todas las ramas registran tasas negativas, salvo los servicios de no mercado, destacando el derrumbe del sector industrial (-11%), que ya cae más que la construcción (-8%), y el primer descenso en la historia de los servicios de mercado (-1,7%).
La destrucción de empleo (-6%) afecta a todos los sectores, excepto a los servicios no de mercado. De esta forma, la productividad aparente del trabajo sigue mejorando y avanza hasta el 3,1%, aunque la mayor parte del avance de la productividad se centra en el sector de la construcción con un sorprendente ¡17,9%! En términos nominales, el PIB registra la primera caída de la historia (-1,7% interanual), ya que otras crisis anteriores coincidieron con inflaciones más elevadas.
El dato publicado por el INE confirma que la economía española se encuentra en una posición de extrema debilidad, ya que nunca en las últimas décadas habíamos asistido a un desplome de la actividad como el de los últimos meses. Incluso, a juzgar por los indicadores mensuales de actividad, los ritmos de contracción de la actividad podrían haber sido algo superiores a los estimados por el INE. De hecho, sorprende que el país con un mayor ajuste del empleo de toda la UEM esté experimentando ritmos de caída del PIB inferiores a los de nuestros principales socios comunitarios. La explicación está en la medición de la productividad, especialmente en el sector de la construcción, como comentaba anteriormente.
Nuestra valoración es que a partir de ahora las caídas trimestrales del PIB serán menos intensas que la del primer trimestre, aunque la tasa interanual seguiría empeorando hasta el tercer trimestre de este año. Es decir, mejorará la segunda derivada, pero no veremos crecimientos positivos en las tasas trimestrales hasta la primavera de 2010. Y no se creará empleo, al menos hasta finales de 2010, lo que impedirá descensos del paro hasta bien entrado el 2011, pues la población activa seguirá creciendo.
Sin embargo, lo más importante es cuál será el crecimiento potencial de la economía española cuando se acabe esta crisis. Y, mi opinión, es que en ausencia de reformas estructurales, difícilmente superaremos el 2%. Si pensamos que la economía española sólo crea empleo de manera importante a partir de tasas de crecimiento del 1,5%-2%, nos podemos encontrar con un unas cifras medias de parados a lo largo del próximo ciclo muy elevadas. Por tanto, ahora lo importante no es fechar el fondo de esta crisis y animarnos ante simples mejoras de la segunda derivada, sino que la política económica debe sentar las bases de un nuevo modelo de crecimiento más equilibrado, competitivo y sostenible. Y digo sentar las bases, porque deben ser los emprendedores los que detecten los sectores en los que la economía española tendrá ventajas comparativas cuando se acabe la crisis, siendo la principal labor de la política económica facilitar ese proceso. Eso implica realizar mejoras en educación, fiscalidad, mercado laboral, política de la competencia, etc.
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