Las palabras de Bibiana Aído, Ministra de Igualdad del Reino de España, en las que niega la humanidad de los embriones incipientes no han dejado indiferente a nadie. A mi tampoco. Analicemos los hechos. La Ministra de Igualdad fue preguntada por un oyente si un feto de trece semanas, que a él se le asemeja mucho a un bebé, a un ser vivo, lo es; ella respondió: «Un ser vivo, claro, lo que no podemos hablar es de ser humano porque eso no tienen ninguna base científica». Y yo me pregunto si no es humana, ¿qué clase de vida es? ¿animal? ¿vegetal? ¿mineral? ¿espectral? Y si es un ser vivo, la ministra está admitiendo que con un aborto se acaba con una vida. Ahora me explico porqué mucha gente está en contra del aborto. Se oponen a que se acabe con la vida.
En vez de suprimir la vida no sería mejor suprimir algunos ministerios que suponen un gasto público absurdo. A mi me parece que en esta época de crisis económica, el gasto público se debe orientar al cambio de modelo económico, es decir, hacia la mejora de la productividad, por ejemplo, infraestructuras (carreteras, autopistas de peaje, infraestructuras hidráulicas y ferrocarriles), tecnologías de la información, comunicación y del conocimiento, I+D+i y reforma del modelo educativo para que se dirija a fomentar la excelencia y el esfuerzo. Para hacer frente a todos esos gastos necesarios habría que reducir el gasto público ostentoso e inútil. Así, se podrían suprimir algunos Ministerios (Vivienda e Igualdad) que parecen bastante prescindibles. Es una propuesta de Convergencia i Unió.
No se a tí que te parece.
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